27 de agosto de 2012

Síganme los buenos. Comentarios 26 08 12 ¿REPRESION O DEFENSA PROPIA?. EL HOMBRE DE LA LUNA. COMPRA-VENTA DE DEPORTISTAS. MACRI EN CORDOBA, ETC



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba el domingo 26/08/12

¿FUE REPRESION O DEFENSA PROPIA?

   La marcha de días pasados que apoyaba un trámite judicial encarado por los empleados públicos, tuvo el casi acostumbrado componente de violencia urbana.
   Es cuando se nos presenta el interrogante, de para qué hay que cometer desmanes en el marco de un reclamo que se consideras justo.
   Los violentos desubicados no comprenden, o su vocación destructiva no les permite entender que los policías también son trabajadores que en este caso cumplen órdenes.
   Pero la acción que los hace aparecer duros y combativos frente a sus pares es el ataque, la agresión, el daño por el daño en sí, porque rompiendo lo que es nuestro, e incluso de ellos, los violentos, solo estamos horadando las bases de la democracia bien entendida.
   El derecho a protestar no da derecho a destruir.
   Hay que ser muy, pero muy imbécil para no entenderlo.
   O estar borracho, o ser enviado por una equivocada dirigencia.
   Habría que preguntarles a esos combativos activistas, qué harían si fueran policías y los atacaran con bombas que lejos de ser solo ruidosas, están cargadas con clavos.
   No es mi postura defender la conducción de los operativos que impiden circular por nuestras calles o trabajar a los periodistas.
   Es solo un llamado a la cordura, al sentido común, al restablecimiento del respeto que todos nos debemos como ciudadanos.
   Lo que están haciendo algunos equivocados sostenedores de las protestas violentas, y que a la vez repudian lo que consideran represión policial, debieran pisar la tierra y entender que de la ruptura de la vida armónica a través del daño, es complicado regresar.
   Y peor todavía, cuando se sigue alentando el odio.

VIOLENCIA ARMADA EN EL FUTBOL

   Como si fuera la primera vez que el poder en las tribunas se dirime con las armas.
   Como si fueran las primeras víctimas de esa sorda lucha que se agrava con el consumo de drogas, la venta de alcohol, el negocio de las entradas mal llamadas gratuitas, los viajes como premio y otras lindezas.
   Con alarmante y penosa frecuencia, especialmente en Buenos Aires, las barras bravas que en muchos casos cuentan con apoyo oficial y en otros son funcionales a la hora de los aplausos o de los escraches, cuentan con una impunidad más que curiosa y sugestiva.
   Cuando por casualidad caen presos, salen en libertad antes que los damnificados o las víctimas terminan de formalizar las denuncias en dependencias policiales.
   Ayer se trenzaron a tiros en la autopista que une Capital Federal con Santa Fe, dos grupos antagónicos que dicen alentar a Boca Junios.
   Cinco heridos de bala fue el saldo del enfrentamiento, de acuerdo con lo que consignan los medios.
   No pretendan después hacerme creer que esos son amantes del deporte, hinchas o fanáticos por una camiseta.
   Esos son los delincuentes, los aprovechados de siempre, los que hay que marginar de la sociedad, porque nuestra sociedad no los necesita.
   Pero mientras cuenten con las garantías de libertad y la consagración de su impunidad, seguirán actuando al margen de la ley.
   Porque la verdad, es que los malos políticos, los que les otorgan a estos delincuentes tamañas ventajas, son sus principales empleadores.

EL HOMBRE DE LA LUNA

   Los románticos, décadas atrás, teníamos a la Luna como uno de los principales referentes a la hora de enamorarnos.
   Que por vos voy caminando a la Luna, que si quieres la Luna te la voy a traer, que por tu culpa vivo en la Luna, que la Luna alumbre nuestro amor, que nada mejor que una serenata a la luz de la Luna…
   En fin… una cascada de recuerdos y evocaciones que colocaban a la Luna como si fuera ella, y no el Sol, el centro del Universo.
   ¿Cuánto hubiéramos dado por traer una piedra lunar a nuestra amada?
   ¿Cuánto por irnos a la Luna con ella?
   ¿Cuánto por cantarle a ella, aquello de los aretes que le faltan a la Luna?
   Con el paso del tiempo, a los hijos en brazos en las noches claras les hacemos mirar la Luna, y es posiblemente junto a Mamá y Papá, de las primeras palabras que pronuncian.
   La Luna, en consecuencia, está en nosotros aunque sea noche nublada.
   Por eso, apena que haya muerto el primer humano que dejó marcada la huella de su zapatón, en la polvorienta superficie de Selene.
   A los 82 años partió hacia alguna parte, sin dudas con previa escala en la Luna, el astronauta Neil Armstrong.
  Un triunfador de la ciencia y de la tecnología.
  Y un prócer universal, violador del romanticismo.

¿”TRATA” EN LA COMPRAVENTA DE DEPORTISTAS?

   Pese a todo lo que amo el deporte, seguramente porque provengo de una disciplina que aunaba fuerza, compromiso, solidaridad, compañerismo y respeto por el adversario, detesto el materialismo que es el principal componente de muchas otras prácticas del músculo.
   Vengo del rugby, pero de aquel rugby romántico y posiblemente anticuado, de cuando no existían los sponsors, los premios, los desempates ni los pases por dinero encubierto.
   De cuando los jugadores teníamos que comprarnos el equipo completo, cuyas amplias camisetas con hombreras, mangas largas y coderas, no podían llevar ninguna inscripción, salvo el número.
   Es por eso que probablemente me equivoque al calificar la compraventa de jugadores, como comercio de carne humana, o de talentos, o de habilidades, pero en definitiva, es vender o comprar una persona.
   No han sido pocos los que se han enriquecido con gambetas ajenas, moretones ajenos o victorias que no fueron propias.
   Y si lo hicieron al margen de la ley, de la obligación de tributar o al menos si sirve para sincerar una situación que sin dudas perjudicaba a los deportistas, en buena hora que se los tenga bajo control.
   Y sin llantos, lamentaciones o protestas.
   Porque más allá de encarrilar en la ley a esta actividad, que el beneficio sea para todos aquellos que destacándose en una disciplina deportiva, al llegar a la hora de comprarlos o venderlos, son los que reciben menos de lo merecido, y a la aparte del león se la llevan los representantes y los intermediarios.
   Por eso es que, a lo mejor sin sentido o con demasiadas coincidencias, se puede calificar a la venta de deportistas como trata de personas.
   Una manera atenuada y elegante de mencionar a la esclavitud.

MACRI DESEMBARCÓ EN CORDOBA

   El jefe del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el presidenciable Mauricio Macri, estuvo en Córdoba inaugurando una especie de embajada de cabotaje.
   De paso, mantuvo una reunión con el gobernador De la Sota, que seguramente más allá de lo protocolar tuvo ingredientes políticos, como la pueden tener dos dirigentes con la misma aspiración.
   Lo curioso del caso ha sido la reacción que provocara ese encuentro en diversos ámbitos del poder central.
   Entre nosotros, aquí en Córdoba, los acostumbrados a descalificar antes que a debatir, pusieron el grito en el cielo por considerar la visita de Macri como una invasión territorial.
   Otros delirantes, incluso viejos peronistas, optaron por la vieja muletilla de atacar a la derecha como si el origen ideológico de Perón no hubiera sido ese.
   Como si en los grandes movimientos no hubieran existido los giros drásticos, que primero aparecen en la derecha y después como por arte de magia, o de conveniencia, asoman por la izquierda.
   Los intolerantes y autoritarios, esos que no toleran que alguien piense distinto, nunca se acaban y suelen ser la perdición de los pueblos.
   Los ejemplos son demasiado recientes.
   Y demasiado cercanos.





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