¡Por
fin llegó el 9E!
Los
marinos de nuestra fragata insignia aguardaron pacientemente la
llegada de la Sra. Presidenta de todos … y todas durante más de
tres o cuatro días, y al estilo de una Penélope oceánica,
avanzaron y retrocedieron hasta que el circo marplatense estuviera
armado.
Había
que maquillar un acto proselitista y de hondo contenido político
¿partidista? con una gesta histórica, como mañosamente presentaron
un triunfo diplomático que en verdad fue un papelón internacional
por habernos embargado una nave militar en resguardo del cobro de una
deuda.
Porque
la verdad, cuando uno se endeuda, es lo de menos la identidad de
quien pretende cobrar, así sea el peor de los usureros universales
ya que al comprometerse al pago, cualquiera sabía que se trataba de
famélicos buitres.
Pero
como Dios es argentino, le metieron para adelante y la bola de nieve
de los intereses fue creciendo hasta transformarse en un monstruo de
utópica recuperación para los acreedores.
Y
como son buitres, no se hubieran contentado con embargar carteras de
Luis Vuitón, trajes de Chanel, zapatos de Luigi Tamango o alhajas y
relojes de Chrystie porque no alcanzaban a cubrir ni una mínima
parte de lo adeudado.
Se
la agarraron entonces con la Fragata Libertad porque se les escapó
el Tango 01, que ahora está reducido a un paria de cabotaje sin
pasaporte para salir del país, salvo que sea sin escalas a Caracas,
La Habana, La Paz o a cualquier otro país amigo, de los pocos que
quedan.
Por
unos mangos de “viáticos”, la coca y el chori llenaron varios
micros que trasladaron la corte de automatizados aplaudidores hasta
el puerto marplatense, que fue prolijamente dragado, adecentado,
peinado y todo lo que estuviera quieto pintado, para mostrarle al
mundo, mas o menos como a fines de los ’70 que éramos “derechos
y humanos”, que habíamos recuperado la dignidad ofendida y
mancillada.
El
puñado de caceroleros fue solo una anécdota, porque se asemejó a
la tocada de traste del mosquito a la elefante.
Y
los marinos que durante más de dos meses estuvieron privados de
libertad y de otros mundanos, imprescindibles y humanos placeres,
debieron resignarse a formar parte de un show que no tenían previsto
ni en las peores y más afiebradas pesadillas de sus noches de
abstinencia.
Como
diría un relator mediático oficialista, no faltó nadie salvo los
que no fueron.
Entre
ellos la oposición externa e interna, aunque de todas maneras la
externa muestra una imagen virtual, coloreada de ausencia.
Por
ahora la fragata seguirá llamándose Libertad, quedando relegada esa
retrógrada costumbre de saturar de homenajes a ilustres muertos.
La
reclutada multitud se dejaba llevar por la iniciativa de los
punteros, que iban imponiendo alternativamente los estribillos
ajustados a las cambiantes circunstancias del acto y al discurso de
Ella, la Capitana.
Una
de las consignas que se coreaba era “¡Néstor no se murió, Nestor
no se murió…!” que terminaba -nadie sabe por qué- rimando con
“parió”.
Los
más exaltados masticaban sus vinchas alegóricas, D’Elía vestía
orondo una camisa de color rojo furioso y doña Hebe abandonó su
cloacorragia y siguió fiel al pañuelo blanco, el mismo que protegió
a su entenado Schoklender y que otras madres lucen con la altivez, el
orgullo y el compromiso de la transparencia.
Realmente
hacia adentro del oficialismo, el acto fue exitoso y nadie preguntó
sobre su costo tanto financiero como político, porque fue una
actitud que si bien exaltó la recuperación de la nave y la
preservación incólume de nuestra dignidad nacional, nada se dijo de
la deuda imperdonable que seguirá creciendo.
Una
de las frases más festejada y aplaudida que Ella pronunciara, fue
“Hoy más que nunca, Patria si, colonia no”.
Una
pinturita de imaginación y creatividad.
Solo
falta que los argentinos … y las argentinas, podamos digerir que
eso es una sentencia, aunque para escaparle a los acreedores del
mundo y la certeza de un embargo a un avión -el Tango 01 que no es
militar- la Señora haya alquilado una aeronave de super lujo -como
lo merece dado su rango- para un periplo en el exterior, por casi 900
mil dólares … a una empresa de nuestros “colonizadores”, los
británicos …
La
coherencia también se ha tomado vacaciones.
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