Desgrabación de los comentarios del periodista
Gonio Ferrari en su programa “Síganme los malos” que difunde AM580 Radio
Universidad Nacional de Córdoba. En la emisión del 3/12/17 estos fueron los
temas principales:
ARA “SAN JUAN”: EL
DOLOR, EL LUTO, EL
RESPETO Y LA
RESIGNACION VAN DE LA
MANO CON LA BÚSQUEDA Y
EL RESCATE
Por lo
general frente a situaciones críticas de difícil o costosa resolución, lo más
común es que los sectores involucrados busquen eludir sus responsabilidades y
se preocupen más por quitarse el molesto lazo o buscar eventuales culpables que
los sustraigan del oneroso compromiso de asumir sus propios deslices u
omisiones.
Eso
puede ser que esté sucediendo con relación a la situación emergente del
supuesto naufragio del ARA San Juan con sus 44 militares ocupantes, que ha sido
y continúa siendo tema principal de preocupaciones tanto dentro como fuera del
gobierno y con eventual provecho para una oposición que necesita errores ajenos
que en alguna medida disimulen los propios, tanto de ahora como de la década
que exageradamente calificaron como “ganada”.
Es de
suponerse que con relación a la búsqueda del submarino se cumplieron todos los
protocolos vigentes para esas contingencias, como por ejemplo el manejo de los
tiempos y los límites hasta que -con toda la pena y el dolor emergentes- no
queda otra coherente alternativa que resignarse a lo peor y marginar las
lógicas expectativas de encontrar a alguien con vida en la nave siniestrada,
seguramente en el fondo del mar a profundidad incierta.

Mientras tanto entraron a calentar motores las usinas de las
acusaciones, descalificaciones y manifestaciones de supina ignorancia en
materia de navegación, submarinismo y conocimientos afines, hasta que el
analfabetismo naval entró a frecuentar los ámbitos del idiotismo más cerrado
que en peligroso cóctel con la torpeza, la incultura y la hijaputez más
encomiable, pretendieron descerrajar culpas en la administración actual a nivel
nacional, abdicando de la historia reciente con todas sus omisiones y arrojaron
al voleo gravísimos cargos, a la vez que exigían pasos al costado, renuncias y
otras sandeces propias de los desquiciados.
Abrumado por algunos ayeres correntinos, Oscar Aguad a quien lo
injertaron en un ministerio complicado como lo es el de Defensa, recibió los
más sonoros cachetazos que se prolongaron a las inexperientes mejillas de doña
Graciela Vilatta, una especie de invitada a lucir una ropa que le quedaba
demasiado grande y a las órdenes de un funcionario que de “milico” tiene solo
el mote que vaya Dios a saber por qué, arrastra desde su juventud.

Es
cierto que la Doña, la que ahora cuenta con fueros, le había augurado 30 años
más de vida y navegación tras las costosas revisaciones y reparaciones de que
fuera objeto el ARA San Juan, antes de volver, como ella sabiamente lo dijera,
“al agua pato”.
Empecemos entonces por las raíces, por respeto a esas 44 vidas
encerradas en ese nicho de acero, baterías, lastres y tecnología pasada de moda
pero aún flotante y sumergible, pero no rescatable.
¿Quién
licitó aquel mantenimiento que se cobró y se anunció por 30 años?

Cuando
se conozcan las respuestas a estos interrogantes, podremos entonces encarar el
camino que nos llevará a los culpables del desastre, que por eso tan implacable
como los relojes y la experiencia han decretado la ausencia definitiva de 44
compatriotas que confiaron en sus autoridades.
Será el
mejor aunque inútil reconocimiento y homenaje al sacrificio de todos ellos, a
su patriotismo de cumplir órdenes y a la espera, al duelo y al luto de sus
familias.
Y a la
dolorosa y resignada admiración de todos nosotros.
Búsqueda o rescate, para el martirio son lo mismo.
Rescate
o búsqueda no son consuelo a la congoja.
Sean
eternos los marinos que la Patria no supo cuidar.
AMORES CLANDESTINOS Y
UNA TIJERA DE PODAR

Y más
allá de la terrible gravedad del caso, sirvió también para despertar la morbosa
imaginación de un humor que necesita de esos episodios para manifestarse en
todo su esplendor creativo.
Por qué
fue que se dieron las cosas, es un misterio que, como ya dije, está encerrado a
la intimidad de sus dos protagonistas.
La
estudiante de medicina que intervino para salvarle la vida al castrati no
conoce la verdad, como tampoco la conocen todos los policías, médicos,
enfermeros, choferes de ambulancias ni curiosos que se llegaron hasta el
departamento, algunos sacaron fotos atroces y las regaron impunemente urbi et
orbe.


Entonces, es cuando las cosas por el cruce de testimonios y la
evaluación de la gente que no es tonta, va dibujando la propia percepción de
cada uno con relación a lo que puede haber sucedido.
Y es
cuando naufragan algunos dichos o aseveraciones inclusive ventiladas por algún
abogado, porque carecen de sustento lógico y viajan rumbo a los imaginativos
predios de los novelistas.
Muchas
veces ciertos especímenes del Derecho acostumbrados a las marquesinas, los
flashes, las cámaras y los micrófonos caen a una especie de acostumbramiento a
la fama y a la credibilidad del prójimo, hasta que ese prójimo, con su propia
realidad, los lleva a la reflexión y al mea culpa.
Y en
muchos casos, al paso que le dicen que es al costado.
Aunque
solo sea para olvidar ese caso y esperar que surja otro nuevo.
LOS MAPUCHES Y SU INCLINACIÓN POR LA ANARQUÍA
Que son
argentinos, que son chilenos, que tienen su central en Londres, que su única
actividad es ejercer a ultranza su vocación anárquica, son los detalles que a
grandes rasgos identifican a los mapuches, esa curiosa corriente de pensamiento
aprovechada política e ideológicamente por ambos sectores fronterizos de la
grieta.
Sus
orígenes en este caso poco interesan porque la actualidad de esos supuestos
luchadores por sus tierras es tan dolorosa y agresiva, que en definitiva su
reclamo por territorios ancestrales se diluye en la maraña de sus
procedimientos bélicos, enraizados según comentan algunos entendidos, en sus
contactos con la que fuera guerrilla colombiana de las FARC que es donde
habrían tenido preparación militarizada.



Con el
paso del tiempo -y no tanto tiempo- los mapuches y sus delirios con ansias de
aproximación al chetaje de Puerto Madero se irán destiñendo, como
paulatinamente se viene descorriendo el velo que los ubica instalados en
Londres rodeados de bienestar y otras ventajosas circunstancias.

Solamente
el tiempo, como en todas las cosas, será el encargado de aportar la verdad
definitiva en una cuestión tan controvertida como sensible: los tiempos de la
ocupación extranjera quedaron atrás, y no es posible que un manojo de supuestos
iluminados ganados por el delirio, pretendan reinstaurar modelos de convivencia
que quedaron en los rincones más oscuros de los olvidos.
NUEVO
Y SOLAPADO AUMENTO DEL BOLETO URBANO
El
boleto del transporte urbano de pasajeros, según se conoce, está a 15 pesos y
monedas después del reciente aumento que sufriera, para seguir figurando como
el boleto más caro del país, con una prestación que en la enorme mayoría de los
casos es lamentable por lo pésima.
No se
sabe realmente qué es lo que ha ocurrido, pero en las últimas horas se ha
operado un incremento que en verdad, nadie me lo había comentado, hasta que
pudo ser comprobado.
El
boleto cuesta eso, más casi un 5 por ciento, porque la Dirección de Rentas les
cobra a los que cargan tarjetas de Red Bus ese porcentual para cada carga, que
lógicamente tiene que afrontar el pasajero.

Porque
no creo que el beneficio sea para el simple kioskero, o el bolichero de barrio
que ofrece ese servicio de cargar las tarjetas para posibilitar el viaje de los
vecinos: es tan exiguo el margen de ganancia que le otorga esa prestación, que
más de uno ha claudicado.
Alguien
tiene que explicar con sólidos argumentos y no con los versos de siempre qué
sucede con este aumento encubierto, que lleva el boleto a 16 pesos por unidad,
una especie de burla para los usuarios que en lugar de ver mejorada la
prestación, se encuentran con que otra vez, una vez más de las tantas que viene
padeciendo, le están metiendo impunemente las manos en sus bolsillos.
MEGACAUSA: LA OBLIGACIÓN
DE MENTIR PARA SALVARSE
“El primer día de este juicio, después que
se leyó el hecho de que me acusan, dije que me hacía cargo porque el Asesor me
dijo que tenía que mentir, porque si no, me iban a meter presa. Yo le
dije cómo fueron las cosas, y me dijo que no diga la verdad porque no me iban a
creer, me dijo que yo me tenía que hacer cargo de todo lo que habían leído en
la primera audiencia”.
Acabo
de leer este fragmento de declaración que pertenece a una imputada en la causa
de Registro de la Propiedad de Córdoba, mujer de 50 años que vive en el campo,
trabaja realizando tareas de limpieza, tiene estudios primarios y carece de
antecedentes penales.
El
Asesor al que se refiere, es el defensor que se asigna en Tribunales a quienes
no pueden pagar un abogado particular.
No
suele ser el caso de los ricos.
Esta
mujer fue condenada a un año y nueve meses de prisión condicional y, por
supuesto, contribuyó a engordar la lista de “los cientos de condenados”
que componen la pomposa “mafia del Registro”.
Si
navegamos un poco entre esos expedientes nos encontraremos con varios
casos similares, que denuncian presión para declararse culpables. Resulta
bastante controvertido para quien ejercite el más básico sentido
común, que el Poder Judicial nos ofrezca como “mafia” a gente sin nada,
mientras evita mirar a quienes ostentan el poder, los cargos y el dinero.
Casualmente una reciente nota del diario La Voz del Interior se refiere
a la inacción del Fuero Anticorrupción cordobés expresando que “Si se analiza
el derrotero de las dos fiscalías, habría que concluir que Córdoba es una
provincia libre de corrupción”.
Y
si no encontrar la corrupción ya es reprochable, culpar a cualquiera para
ocultarla es la más miserable de las acciones.
LOS PRECIOS DE LAS FIESTAS QUE SE VIENEN
Como si
fuera una novedad, es necesario advertir que en los próximos días, con toda
certeza y por una mera cuestión de estacionalidad, aumentarán los precios de
los juguetes, turrones, sidras, pan dulce, champán y todo aquello que algo
tenga que ver con las fiestas de fin de año que se aproximan demasiado
velozmente.
Si
hasta los digestivos vienen con aumento.

Al no
existir el control de precios, todo se maneja por la oferta y la demanda, que
en ciertos casos es un argumento inútil porque por encima de todas las
especulaciones está esa enraizada y fortalecida vocación argentina por consumir
y especialmente, por endeudarse con créditos o con tarjetas, que son muy
cómodas para comprar pero dolorosas a la hora de pagar.

También
algunas palabras para aquellos comerciantes acostumbrados a sobrecargar de
utilidades los precios que obtienen de sus mayoristas, porque la gente que ya
advirtió la maniobra, optó por la científica e irrebatible costumbre de no
comprar.
Al
menos, en los negocios donde el abuso se nota, sobre todo cuando dicen que
están liquidando y solo rebajan parte del aumento que les aplicaron a las
mercaderías unos días atrás.
De
vivos, todos lo sabemos, estamos hartos…
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