LA JUSTICIA DE LA MANO DEL AJUSTE ES
UNA SÍNTESIS DE LA REALIDAD NACIONAL
El reciente aumento en el
precio de los combustibles es munición gruesa contra el bolsillo de la sociedad
argentina porque es el desencadenante ineludible de todos los demás incrementos
en cualquier rubro sujeto a comercialización o prestación y porque genera
inflación, que es uno de los elementos que lleva a la pobreza.

Van dos años con el nuevo
gobierno y emerger de entre las ruinas es demasiado lento y oneroso además de
enfrentar la obligación de buscar otros pretextos más allá de la herencia
recibida, que justifiquen tal desquicio como para calmar las agitadas aguas del
desencanto y la creciente protesta.
Si buena parte de la sociedad
argentina esperaba con ansias y dentro de la ley con todas sus garantías que
los responsables de la corrupción y el saqueo respondieran por tales conductas,
puede ser un argumento válido, aunque se lo mezcle con la liviandad de suponer
tal accionar como “cortina de humo” para atemperar los efectos de un duro
ajuste que se manifiesta día a día.
Es probable técnicamente que así
sea, pero fue la consecuencia de un enorme costo en vidas humanas con el
atentado a la AMIA.
Frente a la comprensible y
humana alergia a los barrotes que casi patológicamente aterra a ciertos ex
funcionarios, será la Justicia con su accionar la que determine culpabilidades
o inocencias, razón por la cual a quienes tengan tranquilidad de conciencia
nada tiene que inquietarlos.
Que más de uno -y una- estén
“preparando el bolsito”, es lo que ocupa la imaginación transformada en anhelo
de mucha gente que sigue apegada a la recuperación de la decencia, a la
vigencia de la honestidad y al regreso a ese sacralizado respeto por la señora
de los ojos vendados, tan devaluada en su imagen por culpa de quienes la
politizaron -desde todas las corrientes- para incorporarla a su plataforma
ideológica con la emergente instauración del deleznable estilo de la obediencia
debida.

Como anécdota, hasta el propio
Leopoldo Moreau, ex radical, censuró ante los micrófonos y las cámaras la
actuación de la Justicia utilizando
conceptos descalificadores, olvidando que es poco serio hablar desde la
traición.
La verdad, la condena o la
absolución están en las 600 páginas de los fundamentos de Claudio Bonadío para
tomar esta determinación que como iniciativa propia o cortina de humo, está
provocando encontradas reacciones en la comunidad y un desborde mediático
mundial.
Lo de esta mañana debe ser tomado también como un severo
llamado de atención no tan solo para quienes se fueron dejando atrás el
incendio, sino también para los que vinieron que no supieron extinguirlo y
crearon nuevos focos, algunos inmanejables.
Celebremos que exista la
Justicia y su presencia entre nosotros y rindamos culto a una contundente
definición de San Agustín: “Sin la Justicia, ¿qué son los reinos sino una
partida de salteadores?”.
Gonio Ferrari
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