Desgrabación de los comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido en dúplex
por AM580 Radio Universidad de Córdoba y FM 88.5 FM. En la edición del 10/12/17
estos fueron los temas abordados:
FISCALES CIEGOS, SORDOS Y MUDOS
Es sumamente doloroso
acostumbrarse a que la transgresión tenga vigencia por encima de la legalidad, porque
es cuando el ciudadano pone en duda algunos valores del sistema democrático.
Eso de la igualdad de derechos
suele recibir penosos cachetazos porque algunos son más iguales que otros y la
prepotencia reina para imponer sus caprichos avasallando a buena parte de la
sociedad que ya se hartó de esperar que la Justicia actúe en su salvaguarda.
Eso tan cierto que veinte
loquitos paralizan media ciudad es tan cierto como lamentable, porque lo vemos
casi a diario en las interrupciones que se hacen a la circulación vehicular y
peatonal, en nombre de demandas que pueden ser justas, pero equivocadas en su
planteo.
No es posible que invocando el derecho a la protesta constitucional se
vulneren los derechos del resto de la comunidad, que pierde parte de su sueldo
por presentismo, se ve impedida de llegar en horario a sus trabajos, a
consultas médicas, o a la escuela.
Es imperdonable que los
protestones de siempre, generalmente con el amparo que le brindan corporaciones
sindicales, perjudiquen a la enorme mayoría de la ciudadanía cordobesa.
Existen las leyes y las
ordenanzas que regulan la práctica de esas demandas, pero la Justicia parece no
verlas, escucharlas ni olerlas y es entonces que la policía que también
arrastra su culpa por el vistagordismo frente a hechos flagrantes, se niega a
proceder en la espera de una resolución judicial que nunca llega.
En definitiva, el perjudicado
de siempre es el pueblo que quiere trabajar pero los imbéciles y prepotentes no
lo dejan.
Y los fiscales con su apatía e
indiferencia, contribuyen a que el caos reine en la ciudad.
LA SALUD DE LA
REPÚBLICA
Ya adelantamos la postura de este espacio el
mismo jueves cuando comenzaron a desencadenarse hechos trascendentes en
cumplimiento de trámites judiciales con relación a resonantes causas en las que
estarían involucrados ciertos personajes estrechamente vinculados con el
gobierno kirchnerista que rigió hasta dos años atrás.
Y decíamos entonces que el
reciente aumento en el precio de los combustibles es munición gruesa contra el
bolsillo de la sociedad argentina porque es el desencadenante ineludible de
todos los demás incrementos en cualquier rubro sujeto a comercialización o
prestación y porque genera inflación, que es uno de los elementos que lleva a
la pobreza.
Hacer esto sin reactivar la
economía y con suma lentitud en la impostergable tarea de recuperar fuentes de
trabajo, que a la vez reinstauren la cultura del esfuerzo por encima de la dádiva
y la beca, es temerario porque estimula el desencanto y crea malestar social
que a veces explota al agotarse la paciencia, lo que a su vez abre el camino a
la represión con lo que se conformaría un panorama virtualmente ingobernable.
Van dos años con el nuevo
gobierno y emerger de entre las ruinas es demasiado lento y oneroso además de
enfrentar la obligación de buscar otros pretextos más allá de la herencia
recibida, que justifiquen tal desquicio como para calmar las agitadas aguas del
desencanto y la creciente protesta.
Si buena parte de la sociedad
argentina esperaba con ansias y dentro de la ley con todas sus garantías que
los responsables de la corrupción y el saqueo respondieran por tales conductas,
puede ser un argumento válido, aunque se lo mezcle con la liviandad de suponer
tal accionar como “cortina de humo” para atemperar los efectos de un duro
ajuste que se manifiesta día a día.
¿Qué no se consumó delito a
través del protocolo de impunidad con Irán?
Es probable técnicamente que
así sea, pero fue la consecuencia de un enorme costo en vidas humanas con el
atentado a la AMIA.
Frente a la comprensible y
humana alergia a los barrotes que casi patológicamente aterra a ciertos ex
funcionarios, será la Justicia con su accionar la que determine culpabilidades
o inocencias, razón por la cual a quienes tengan tranquilidad de conciencia
nada tiene que inquietarlos.
Que más de uno -y una- estén
“preparando el bolsito”, es lo que ocupa la imaginación transformada en anhelo
de mucha gente que sigue apegada a la recuperación de la decencia, a la
vigencia de la honestidad y al regreso a ese sacralizado respeto por la señora
de los ojos vendados, tan devaluada en su imagen por culpa de quienes la
politizaron -desde todas las corrientes- para incorporarla a su plataforma
ideológica con la emergente instauración del deleznable estilo de la obediencia
debida.
Esto que está sucediendo cerca
y durante un relajado fin de semana largo le aporta letra a todos, o mejor
dicho a cualquiera.
Como anécdota, hasta el propio
Leopoldo Moreau, ex radical, censuró ante los micrófonos y las cámaras la
actuación de la Justicia utilizando conceptos descalificadores, olvidando que
es poco serio hablar desde la traición.
La verdad, la condena o la
absolución están en las 500 páginas de los fundamentos de Claudio Bonadío para
tomar esta determinación que como iniciativa propia o cortina de humo, está
provocando encontradas reacciones en la comunidad y un desborde mediático
mundial.
Lo del pasado jueves -que ya
parece tan lejano- debe ser tomado
también como un severo llamado de atención no tan solo para quienes se fueron
dejando atrás el incendio, sino también para los que vinieron que no supieron
extinguirlo y crearon nuevos focos, algunos inmanejables.
Celebremos que exista la
Justicia y su presencia entre nosotros y rindamos culto a una contundente
definición de San Agustín: “Sin la Justicia, ¿qué son los reinos sino una
partida de salteadores?”.
La integridad republicana
quedará a salvo precisamente con la aplicación de la ley por lo que nos pasó,
nos pasa y nos seguirá pasando porque a la justicia no se le puede poner la
camiseta de ningún partido político, y el respeto por la independencia de los
poderes, alguna vez tiene que ser recuperada.
La Justicia está actuando con
todas las garantías que asegura la Constitución.
En tal sentido, la República
está firme y consolidada como tal.
Que sigan con sus delirios
aquellos trasnochados que aún no se resignan a la derrota ni a la pérdida del
poder y vociferan derrocamientos, puebladas y otras necedades.
Esos disparates tienen su razón
de ser, porque lo que más extrañan, sin dudas, es la impunidad que supieron
consagrar.
LA CIUDAD A OSCURAS,
EL HAMPA FELIZ
Los cordobeses bien sabemos por
percudidas y dolorosas experiencias, que las oscuridades son los mejores cómplices
de la delincuencia.
Por eso el vandalismo
callejero, que primero se ocupa de oscurecer antes de regalar el escenario al
delincuente.
Por eso el aprovechamiento de
la pachorrienta demora municipal en reponer las luminarias.
Por eso es que el trabajo
artesanal más requerido en los últimos tiempos es la fabricación, colocación y
el mantenimiento de rejas domiciliarias, con lo que se confirma que los
honestos estamos detrás de ellas y los hampones andan sueltos, para una
patética confirmación de esta penosa subversión de valores.
Algunos esfuerzos hace la
Municipalidad en lo que le atañe, ocupándose de restaurar alumbrado en sectores
críticos de la ciudad que ya no están delimitados, porque toda Córdoba se ha
transformado en una gigantesca zona roja.
Pero últimamente se suma otro
factor negativo: los cortes del servicio eléctrico no tan solo cuando caen
cuatro gotas o sopla el viento, sino en días de apacible y casi bucólica calma.
Ese elemento, le llamemos
sorpresa, beneficia a los amigos de lo ajeno que se hacen un picnic incluso en
barrios cerrados, en edificios con custodia o en cualquier vivienda del amplio
éjido urbano.
Pese a que la Policía desconoce
la realidad del crecimiento delictual, si el vecino contara con ese básico
elemento que es la iluminación, ya tendría parte de la batalla ganada.
Por lo menos, estaría en
condiciones de ejercer su legítima defensa en situación favorable, lo que ahora
lamentablemente está reservado solo a los ladrones.
LA MEGACAUSA Y SUS
NOVEDADES
Si las
palabras marcar, señalar, manchar, mancillar, infamar, son sinónimos de
estigmatizar, es inevitable referirse a esta acción cuando se repasan algunos
casos en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba.
Ya se
ha relatado la extrañeza de que la mayoría de los imputados sean personas
comunes, sin antecedentes penales, con vidas y trabajos estables y sean
acusados con frecuencia por ser conocidos, compañeros o familiares de
otro imputado.
Sin
embargo, la especial rigurosidad, rayana en la saña practicada para con ellos,
contrasta notoriamente con otras actitudes del fuero penal, como la reciente
noticia sobre un condenado por ser cabecilla de una organización del
narcotráfico, a quien se otorgó la libertad habiendo cumplido sólo la mitad de
la condena por el beneficio de haber estudiado en prisión, o el femicidio de
Tuclame, cuyo victimario estaba libre pese a poseer antecedentes de gravísimos
delitos.
En lo
económico, podemos recordar al conocido ex vocero del gobierno local,
múltiplemente denunciado por emitir cheques sin fondos, o a los altísimos
funcionarios acusados de adueñarse de inmuebles, o a los magistrados que
permitieron a un muerto desalojar a una anciana, sin que ninguno de ellos haya
sido tan sólo citado a declarar.
Aunque
los imputados en la causa del Registro en nada se parecen a los arriba
descriptos, cumplen condenas mucho más largas, incluso como prisión
preventiva, sin ninguna certeza de su culpabilidad, no gozan de beneficios, y
son rápidamente marcados, señalados, manchados y mancillados con una
persistencia que excede el reclamo social y la objetividad de la justicia.
Muchos
han muerto sin la justicia de un justo juicio, claramente estigmatizados y en
la ominosa oscuridad del ¿para qué?
OBRAS NECESARIAS EN
LA CIUDAD
Realmente provoca indignación en un vasto,
poblado y muy concurrido sector de la ciudad, vehicularmente hablando, por los
cortes, los desvíos, las incomodidades, las pérdidas de tiempo y otras
lindezas, motivadas por el pago de eso tan saludable que es el progreso.
En las horas de mayor
movimiento, las tardanzas se han multiplicado especialmente en la zona de la
avenida Nuñez a la altura de donde estaba la Comisaría 14, ahora uno de los
nudos viales más importantes de la ciudad.
El alocado crecimiento del parque
automotor hizo lo suyo y empujó a transformar en imprescindible terminar una
obra gigantesca que supo iniciar años atrás ese modelo de intendente municipal
que fuera el Dr. Rubén Martí.
Pero claro, todo eso lleva
tiempo… pero más que nada dinero, que no estaba en las arcas del Palacio 6 de
Julio, en alguna medida por la enorme incidencia salarial que se lleva más del
60 por ciento de la recaudación.
La competencia que se entablara
con la Nación por parte de la Provincia con sus reclamos y la Muni con sus
necesidades de equilibrar ambas cajas, hizo que desde la Casa Rosada se giraran
importantes partidas que fueron aplicadas a la iniciación y la terminación de
obras largamente postergadas no tan solo en esta capital mediterránea.
En definitiva, ganamos los
cordobeses por el mimo recibido que lógicamente no es gratuito, sino que suena
a pago del poder central por el comportamiento del electorado cordobés en el
último acto comicial y con miras al 2019.
En buena hora que ello ocurra, aunque
la Provincia viene jugando con marcado retraso, porque la deuda que mantiene con
su clase pasiva sigue en aumento, como aumenta también la indignación del
sector por los recortes en sus haberes y el descuento -ahora ilegal- del
impuesto a las ganancias.
Bien lo sabe el actual
gobernador y seguramente le molesta al anterior.
Así el panorama, bienvenidas
las obras en ejecución, y aprendamos a tolerar las demoras y los inconvenientes
porque lo que ahora nos enoja, indigna y malhumora, mañana servirá para gozar de
una ciudad muy cercana a la que nos merecemos.
DESDE EL CABILDO, EL
DOMINGO PRÓXIMO
La transmisión en vivo que
habíamos programado y anunciado para este domingo debió ser postergada por
razones operativas por una semana, es decir para el domingo próximo en el
horario habitual de 16,30 a 18,30 aunque las actividades en dicho recinto se
harán entre las 16 y las 19 con la presentación de artistas en vivo pero
manteniendo el estilo habitual de “Síganme los buenos” con los comentarios de
actualidad y opinión comprometida.
El cambio de fecha fue
profusamente comunicado durante esta última semana a través de las redes
sociales, con un formal pedido de disculpas.
Contaremos entonces con la
presencia y la actuación de algunos elencos que integran el plantel de la
Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba -un quinteto y un duo de
saxofón y piano- aparte de Marcos Palacios en violín y Javier Arce en el
teclado.
Y como siempre que hemos tenido
que contar con exponentes jóvenes de la música ciudadana, no podía faltar la
presencia de la bella y talentosa Lisette quien pese a sus 17 años ha
compartido escenarios con figuras de la talla de Raul Lavié (su padrino
artístico), Horacio Ferrer, Esteban Morgado y José Colángelo entre otros.
Precisamente con ella y durante
la emisión del programa de este domingo por Radio Universidad, Gonio Ferrari
mantuvo una charla informal, adelantando su presencia del domingo próximo en el
Cabildo de la ciudad para esta emisión de “Síganme los buenos” con motivo de la
finalización del año.
El audio de esa conversación
puede ser ubicado en la columna respectiva, en el costado derecho de este blog.
EL MÁS POSTERGADO DE
LOS SECTORES
Cuando a veces me toca comentar
la situación por la que atraviesan tantos jubilados del orden nacional, con sus
haberes por debajo de la mitad de la línea de pobreza, lo que es francamente
inhumano, de manera especial los extranjeros con quienes me toca conversar, es
como si lo tomaran como una mentira o una exageración.
No conciben que ese universal y
atávico respeto por la ancianidad sea vulnerado de manera tan brutal y sintomática,
sin que nada hagan los gobiernos por remediar esa dolorosa situación, mientras
despilfarran enormes partidas de dinero en cuestiones no tan prioritarias como la
atención a los pasivos.
Tendrán que reponerles, con los debidos controles para evitar las
avivadas y los negociados de siempre, de los medicamentos básicos para la
atención de la salud y los servicios emergentes de ambulancias, por ejemplo,
bastante devaluados en su calidad, sumado esto a las sillas de ruedas, los
pañales y otros elementos...
Esos detalles de las prestaciones
son fundamentales, porque el anciano no puede andar deambulando en demanda de
atención, porque es como si el Estado protector se burlara del sacrificio de
aquellos que dejaron más de la mitad de sus vidas en la fragua del trabajo, en
el compromiso del esfuerzo…
El de los jubilados nacionales,
hoy por hoy, debe ser el sector más descuidado y peor atendido del país, sobre
todo por el daño que se le asesta a un segmento etario desprotegido y condenado
virtualmente a la inanición en muchos casos.
Es hora que los señores
legisladores, potenciales herederos de jubilaciones de privilegio al igual que
los jueces y los políticos encumbrados, tomen conciencia, también a futuro, que
será la memoria la que los condene o los absuelva, por este abandono que están
perpetrando con los más viejos.
Ellos no merecen el maltrato,
porque también son como los que más, merecedores del respeto a sus derechos que
no todos supieron proteger.
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