Debido a problemas técnicos ajenos a la
posproducción de SLB sólo se registraron algunas desgrabaciones del programa que conduce el
periodista Gonio Ferrari y difunden en dúplex AM580 y la FM 88.5 ambas de Radio
Universidad de Córdoba.
MARCHA FEDERAL: ¿UN LLAMADO DE
ATENCIÓN AL PODER?
La realización de la reciente
Marcha Federal de la que participaron activistas de todo el arco político e
ideológico, trajo a la memoria aunque vista desde la otra vereda, aquellas
manifestaciones que bautizaron como “cacerolazos” cuando las señoras “bian”
salían a castigar sus costosas ollas Essen o golpeaban las sartenes
antiadherentes que habían dejado de usar sus empleadas domésticas. Esas concentraciones como repudio a las
medidas del gobierno “K” que consideraban injustas. Aquellos tiempos eran de
considerar “destituyentes” a tales actitudes que eran prolijamente descalificadas
por la prensa sostenida por el modelo nacional & popular.
Ahora fue más
o menos igual, pero instrumentada de otra manera, con activa participación de
entidades sindicales, gremios adictos, ex funcionarios nostálgicos de poder y
uno que otro procesado o habituado a recorrer los pasillos y las salas de
Comodoro Py, con la utilización de cientos de ómnibus fletados para trasladar a
la nutrida concurrencia.
Sería necedad
absoluta negar la trascendencia de la convocatoria con miles y miles de
asistentes portadores de pancartas y consignas de censura a la gestión nacional
actual y muchas de ellas con la exigencia a las conducciones gremiales de
decretar en el acto un paro nacional de actividades con movilizaciones en todo
el país, para fecha a determinar, pero que sería un día viernes.
O sea, el
regreso a los “paros materos”, modalidad adoptada para instaurar un largo fin
de semana de ocio disfrazado de paro activo que obviamente era acatado por la
enorme mayoría de los gremios, práctica que se aplicaba años atrás.
Lo gastado en
la movilización hasta Plaza de Mayo (que es de todos y no tiene banderas
políticas ni ideológicas) puede considerarse de importancia dadas las cifras
solventadas por los organizadores porque venían desde distintos puntos del país
y había que alimentarlos y atenderlos a todos… y a todas en su peregrinaje a la
gran capital.
Era y es entonces
para plantearse la duda en una sola pregunta: ¿para qué la marcha?
¿Se trató de
un mensaje nada subliminal hacia el poder, para anoticiarlo de las angustias,
necesidades y frustraciones de muchos sectores de la sociedad argentina?
¿Era para que
se enteraran en la cúpula nacional que existe un creciente descontento que cada
día resulta más complicado de disimular?
Realmente
sorprende el infantilismo político, dado que desde el presidente Macri hasta el
último de sus funcionarios, tiene la obligación de conocer y renovar
diariamente el mapa de las carencias y exigencias de la gente, sin necesidad
que crucen el país de norte a sur y de este a oeste para pregonarlo.
Cuando las
señoras salían a cacerolear se les llamaba destituyentes, gorilas y golpistas,
porque en realidad ejercían un derecho a expresarse pero a nadie le gusta que
le refrieguen sus errores en la cara.
Ahora que son
oposición, temen que les quepan esos rótulos contrarios a la democracia y al
respeto por las instituciones.
En pocas
palabras, la Marcha Federal fue un derecho desaprovechado, porque se limitó a
divulgar una situación de la que todos, más que testigos, somos víctimas de una
o de otra manera.
Pero la dirigencia
sindical nacional no quiere que la gente deje de protestar, porque ellos se
quedarían sin argumentos.
Esa es la
mayor preocupación de los sindicalistas, que en su enorme mayoría han devenido
en prósperos empresarios.
Y
naturalmente, piensan como tales, ajustándose al costo-berneficio.
Y después
dicen que sostienen a los trabajadores…
USURPACIONES Y DESALOJO DE TERRENOS
En honor a la
verdad y al equilibrio que debe existir a la hora de evaluar situaciones, lo
sucedido -y que sigue sucediendo- con relación a los terrenos ilegalmente
ocupados a pocos kilómetros de esta capital, en dirección al Norte, muestran
con nitidez dos posturas diametralmente opuestas: la de los propietarios
legítimos de los predios y las familias que los usurparon años atrás.
Es más que
seguro que una mirada epidérmica sobre la cuestión indique que cada uno de esos
dos sectores tiene derechos, con la diferencia que unos son legales y los
otros, marginados de la ley.
No es
cuestión de considerar insensibles a quienes sostengan la trascendencia del
respeto a la ley y a la cosa ajena, porque es el Estado protector quien tiene
que aportar las soluciones a las demandas sociales y la salida no es ocupar
terrenos o viviendas ajenas, ni cortar rutas o calles quemando barricadas y
exigiendo “vivienda digna” cuando cualquier ciudadano tiene el derecho de
abrigar tales aspiraciones.
La cuestión
de la localidad General Paz no es distinta a los tantos hechos similares
ocurridos en la capital y en otras latitudes de la provincia y del país y
evaluando detenidamente, llegaremos a la penosa conclusión que puede ser una de
las resultantes del populismo que con su festival de subsidios asestó un duro
golpe a la cultura del trabajo.
La justicia
por sobre todas las especulaciones e intereses, actuó para dirimir un tema del
que años atrás debiera haberse ocupado el Estado provincial y sus equipos de
asistencia social, para evitar estas situaciones que encierran el peligro
cierto de expandirse por contagio de necesidades.
La policía,
las topadoras y todos los que actuaron en el desalojo incluyendo a los
bomberos, cumplían órdenes de una Justicia demasiado lenta parta resolver
conflictos y de un gobierno provincial más ensimismado en hacer ver las obras
que hace y que proyecta, aunque por el apuro de concretarlas los cordobeses
tengamos que pagar demasiado caro cada uno de esos apresuramientos.
La nueva
Terminal y el Camino del Cuadrado, son dos ejemplos como para no olvidar.
LA MEGACAUSA Y EL FUERO ANTICORRUPCIÓN
Aunque los debates
continúan, nada se atina a decidir en nuestra Provincia con relación
a lo que rodea al cuestionado Fuero Anticorrupción. Esta semana un abogado
penalista rescató en un matutino local la historia de ese organismo
que, según expresó, fue creado por José Manuel de la Sota en un momento de
tensa relación entre el Tribunal Superior de Justicia y el Poder Ejecutivo,
permitiendo distraer los cuestionamientos referentes a la supresión
de la Cámara de Acusación de ese momento y a la disolución del Consejo de la
Magistratura allá por los años 2002-2003.
El Fuero fue dotado de
una Fiscalía, un Juzgado y una Cámara, que pese al nivel de corrupción de
nuestro país, nada tenían para juzgar. Continúa relatando el informe
periodístico que, hecho esto, en el año 2005 se reinstaló la Cámara
de Acusación pero integrada “por nuevos miembros”.
No puede dejar de hacer
ruido, ensordecedor, el paralelismo de fechas con la causa del Registro de la
Propiedad, a la que también se le asignó una comisión especial para juzgar los
casos con la salvedad que mientras los empleados del Registro eran imputados
hasta por el hecho de ser empleados, ninguna denuncia
contra altos funcionarios del gobierno fue investigada.
También, mientras se
encarcelaba por años a estos imputados sin ningún juicio, quienes estaban a
cargo del poder y las decisiones ni siquiera fueron molestados para declarar y
mientras se condenaba en pomposos juicios a estos trabajadores presos, ningún
poderoso fue imputado pese a ser acusado.
No sólo una distracción
sino un entretenido espectáculo que permitió desaparecer a los verdaderos
culpables.
EL VETO AL QUE TODOS APELARON
VARIAS VECES
Una cuestión tal delicada como lo es la
controversia surgida por el anuncio presidencial de vetar la ley de retrotraer
precios de servicios a noviembre último si resultaba aprobada por el Congreso,
obliga a documentarnos acerca de las estadísticas que existen con relación a la
aplicación de ese recurso previsto en la Constitución Nacional.
De
acuerdo con su artículo 80, el Presidente de la Nación tiene la potestad de
objetar parcial o totalmente el proyecto sancionado por el Poder Legislativo.
Una vez vetada una ley, el mandatario tiene un plazo de diez días hábiles
después de sancionada para hacer uso de esta herramienta.
Desde el
regreso de la democracia en 1983 el veto presidencial fue utilizado en 388
ocasiones. El ránking de objeciones es encabezado por Carlos Saúl I de Anillaco
quien durante la década que estuvo en la Casa Rosada, el riojano utilizó esta
herramienta 195 veces sobre un total de 1.548 leyes sancionadas.
Al segundo
puesto lo ocupa Raúl Alfonsín quien
durante su estadía en Balcarce 50 llegó a vetar 49 leyes sobre la sanción de
645 normas y otro radical, Fernando
De la Rúa, vetó unas 46 normas sobre un total de 325 leyes
sancionadas durante su paso por la primera magistratura del país. Detrás de
“Chupete” quedó su sucesor, el peronista Eduardo Duhalde, quien en su corta estadía en la Rosada usó el
veto presidencial en 37 ocasiones.
Por último, el matrimonio Kirchner se colocó en lo
más bajo del ránking teniendo en cuenta sus doce años en el poder. En cuatro
años como inquilino de la Casa Rosada y en la Residencia de Olivos, Néstor Kirchner vetó 38 leyes
sobre un total de 600 normas sancionadas entre 2003 y 2007.
En tanto, Cristina Fernández Whilen de Kirchner utilizó
el veto en sólo 21 oportunidades sobre la base de 909 leyes sancionadas en sus
ocho años como presidente.
Por lo
pronto, en poco más de dos años y medio el presidente Mauricio Macri vetó siete leyes sancionadas por el Congreso y se posiciona como el mandatario que
menos ha utilizado esta herramienta constitucional.
En consecuencia no
deben ser muchos argentinos los que tienen cabal conciencia de la utilización
del veto presidencial, pero que si alguna duda les queda sobre sus efectos, que
se molesten en averiguar -si son jubilados- el daño que sufrieron y sufren los
pasivos desde el momento que la Sra. Kirchner vetó la ley que obligaba al pago
del 82 por ciento móvil.
Después que tengan
ese dato, estarán en condiciones de juzgar todo lo demás.
JUSTICIA POR LA MUESTRA EN HOMENAJE AL “NEGRO”
FONTANARROSA PERO ENORME DOLOR POR LA FORMA
EN QUE EL GOBIERNO SE OLVIDARA DEL
“CORDOBAZO”
Bien sabemos que los políticos
ávidos y sedientos de poder y más apegados al culto de los olvidos que al
respeto por la memoria y la historia, suelen tener actitudes casi infantiles
por lo burdas y reprobables, que pueden ser consideradas travesuras de bisoños
u ofensas al pasado y al presente que se esconde en los ayeres.
Eso de la fragilidad a la hora
de las evocaciones suele ser el mecanismo que mejor fortalece a las amnesias y
de manera especial, cuando de por medio existen generosas promesas que forman
parte de la acostumbrada demagogia que a la hora de las frustraciones, para
muchos se toma con indiferencia pero esa actitud no es positiva cuando está de por
medio la memoria colectiva de la ciudadanía.
De aquellas coberturas
periodísticas durante los años de plomo cuando la ilegalidad de los cuartelazos
había pasado a ser una forma de gobierno, somos pocos los sobrevivientes en
esta Córdoba que supo centralizar la protesta nacional, probablemente alentada
por las convulsiones que ocurrían en Francia, en Grecia y en otros puntos de la
geografía universal,
La riesgosa tarea de ver,
fotografiar, filmar y trasladar luego al consumo de la población esas situaciones
críticas en el afán de documentar la realidad, tuvo en un grupo de periodistas,
fotógrafos y camarógrafos su punto cúlmine el 29 de mayo de 1969 con lo que la
historia bautizó “Cordobazo”, expresión de resistencia a un régimen
autoritario, militarizado y proclive a cercenar derechos de las clases menos
afortunadas.
Pocos años atrás se nos dio por
nuclearnos tomando el número 29 (en homenaje al día) y por ser tal el número de
colegas sobrevivientes de aquellas jornadas de violencia y reivindicación, para
llegar a integrarnos como “29 Testigos de la Historia”.
Nunca pusimos en discusión la
paternidad de la gesta porque cada sector involucrado lo hizo por su cuenta,
sobre todo por aquello que las victorias tienen muchos padres y las derrotas son
huérfanas. Expresión de la espontaneidad popular por una parte y organización
gremial y estudiantil por otra, más la participación de sectores políticos
especialmente de izquierda.
Quisimos aportar nuestras
impresiones y experiencias para contribuir a la fidelidad del relato, pero
parece mentira que en Córdoba, mencionada universalmente por aquellos fastos
heroicos, al menos de parte de sus autoridades prevaleció la mezquindad
ideológica afianzada en sus propias dudas actuales mostrando algo parecido al
temor por las revelaciones que iban apareciendo al tomarse las cosas, los
detalles y los hechos sin interferencias de bisoños historiadores, “tocadores
de oído” y una casta periodística más apegada a Google que al estudio, la
consulta de archivos o las declaraciones desapasionadas de sus principales
protagonistas, que en definitiva fuimos los hombres de prensa con nuestra
mirada abarcativa de los acontecimientos.
Como entidad sin fines de lucro
pero sí de reivindicar el respeto hacia la historia, se nos brindó cierto apoyo
como un pequeño subsidio (por única vez) para el funcionamiento, el préstamo de
un local para reuniones y nos tocó participar en encuentros a distintos niveles
en escuelas y otros centros comunitarios.
Hasta hicimos una muestra de
elementos profesionales relacionados con la cobertura de aquellos tiempos en
que la tecnología era más artesanal que científicamente desarrollada y con sus
lógicas limitaciones que se suavizaban con el fervor y el compromiso de quienes
nos tocaba cubrir los sucesos.
En la conmemoración número 49°
deL 29 de mayo último no faltaron los “cara de cemento” -políticos en
decadencia y aprovechados sindicalistas- que quisieron vender un protagonismo
que no tuvieron.
Últimamente algunos hombres de
prensa de aquellos años fuimos convocados desde el poder legislativo provincial
para conversar -decir “disertar” nos pareció exagerado- con motivo de un nuevo aniversario del nefasto cuartelazo
del 24 de marzo, apenas hicimos notar que el rigor de la historia y el respeto
por la memoria nos indicaba que el terrorismo de estado nació allá por 1973
durante un gobierno constitucional y peronista y no en 1976, aquel proyecto de
tenernos como testigos se diluyó en una endeble disculpa burocrática que no
convenció a nadie.
Un par de años atrás ¡dos años!
la Sra. Alejandra Vigo activó su promesómetro preelectoral, derivó el tema a la
Agencia Córdoba Cultura y nunca más se supo.
El 17 de abril de este año ¡46 días atrás! “29 Testigos de la Historia”
cumplió con el trámite burocrático de solicitar una audiencia a la Dra. Nora
Bedano, titular de esa agencia, sin que desde el organismo estatal, al menos
por respeto a la historia, se dignaran a contestar aunque fuera por educación,
ni una mísera línea.
Nos olvidaron y nos escondieron.
Nos usaron
junto al
Cordobazo y luego fuimos destinados al rincón donde moran las
intrascendencias.
Pero no podrán, aunque se
empeñen, borrar de nuestras memorias aquellos complicados años en que la
mayoría de los políticos actuales eran jovencitos con aspiraciones de poder.
Porque será la misma historia
la que con el tiempo inexorable, innegociable e inclaudicable con la verdad,
demuestre que de aquellos años y de los actuales, más que testigos, fuimos
protagonistas.
Y entonces para los delirantes
ya no quedarán espacios para deformar la realidad ni plantarse en sus pechos
-como ahora- condecoraciones inmerecidas.
Al margen, hace un par de días
se inauguró una bella muestra de homenaje, merecido por cierto, al desaparecido
ilustrador, historietista y escritor Roberto Alfredo Fontanarrosa, quien en sus
comienzos firmaba sus trabajos como “RAF” por sus iniciales, el “Negro” rosarino,
principal concurrente al bar “El Cairo” de aquella ciudad donde ocupaba la mesa
de los galanes.
Brillante idea del Gobierno de
Córdoba a través de su secretaría de Cultura en un recinto casi mágico en
Leopoldo Lugones 401 al dedicar tal reconocimiento a Fontanarrosa, surgido de
la revista “Hortensia”, un ícono nacional de Córdoba al mundo.
Pero el olvido a los 29 testigos
de la historia, es una herida profunda que nos duele aquí, en el corazón de la
memoria.
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BONUS TRACK
Por nuestra parte y como expresión de admiración,
cariño y recuerdo a esa buena persona que fue el “Negro” Fontanarrosa, en la
edición de este domingo 3/6/18 del blog que representa al programa radial
“Síganme los buenos”, insertamos un reportaje realizado al desaparecido artista
gráfico y escritor 12 años atrás. Parece mentira, pero cuando se habló de
corrupción, de políticos y de otros temas que aún son parte de nuestras diarias
preocupaciones, es como si el reportaje se hubiera realizado ayer. El creador
de Inodoro Pereyra, del Mendieta, de la Eulogia, del chancho Nabucodonosor, de
las loras, de Boogui el aceitoso y de otros personajes entrañables, se despachó
con absoluta sinceridad sobre la TV, los medios, la política, Tinelli y otros
temas que no han perdido vigencia pese al paso de los años. En el costado
superior izquierdo de este blog, encontrarán el reportaje que le hiciera Gonio
Ferrari a Roberto Fontanarrosa en su programa “Conmigo” que se difundía por
Canal 10, allá por el 2.006.
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