Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
emitido en dúplex por AM580 Y 88.5 FM ambas de Radio Universidad de Córdoba.
NO PARA TODOS, PERO SE ADVIERTE
AQUELLO DE “SÁLVESE QUIEN PUEDA”
Es bueno a veces enterarnos del origen de algunos dichos que por lo
general se repiten en ciertas circunstancias de la vida pero pocos son quienes se
preocupan por conocer sus raíces.
La
frase "sálvese quien pueda" en líneas generales se utiliza cuando
alguien está tratando de salvarse individualmente y sin consideración por los
demás y según comentan los entendidos de nuestro idioma, se trata de un fragmento de un proverbio
medieval originado en Inglaterra que
viene de lejos, de allá por el siglo 16 y que palabra más o palabra menos
equivalía a suponer que, cada uno a lo suyo y que gane el mejor y ha sabido ser
utilizado en situaciones donde hay peligro, pero también convive la esperanza
de la salvación.
La idea se
puede aplicar a los delincuentes que tratan de escapar de la policía, después
de, por ejemplo, el robo a un banco ya que al invocar la idea, las personas que
huyen esperan que alguien más vaya a ser capturado y que va a sobrevivir, es
similar a la broma que una persona no tiene que escapar de un oso en el bosque
y que sólo tiene que dejar atrás a sus amigos.
Curiosa
mezcla de percepciones para insertarlas en la situación que se vive desde el
momento que fueron divulgados los textos de los cuadernos del horror, que si
bien no chorrean sangre, es para pensar que su trascendencia política e
histórica supera a lo escandalosamente policial.
Contribuye en
decisiva medida el atávico instinto de conservación y aunque en este caso no se
hable de peligro mortal e irreversible, la sola mención a una eventual pérdida
de la libertad es lo que motoriza todos los humanos mecanismos de la
resistencia.
Y si a esto
le sumamos la perspectiva de un buen y holgado pasar económico aunque las rejas
lo posterguen por un tiempo medianamente razonable y con buen alojamiento, las
expectativas de quienes empezaron por flaquear en sus convicciones de
encubrimiento hacia los amigos… o amigas, transforma en lógica la actitud de
quien delinque y desde el poder le muestran una puertita estrecha y costosa,
que lo puede llevar a la salvación.
Es más o
menos lo mismo que les ocurriera a muchos de los jóvenes románticos setentistas,
aquellos que ofendiendo a la Democracia pretendían hacerse del poder con las
armas, y llegaban a salvarse o viajar al exterior después de la delación a sus
amigos que era la moneda corriente para ganar una libertad física, pero supongo
que una pesada y vitalicia condena de la propia conciencia.
Ahora todos
quieren declarar, mostrarse arrepentidos, olvidarse de complicidades y alcanzar
la generosa protección que les regala esa curiosa permeabilidad de la Justicia,
que está en el marco de lo absolutamente legal, pero no deja de ser una mancha
al respeto por la ley, como si su aplicación tuviera el oneroso costo de
quebrar lealtades.
Es
importante, trascendente e histórico que lleguemos a la verdad de todo lo que
está sucediendo y venimos conociendo, de esa trama delictiva que tanto daño le
hizo al país y no tan sólo por esas malas prácticas de los últimos años, sino
en todas las maniobras en que incurrieron los corruptos para quienes no es
necesario identificar por su bandera política sino por su llana y simple
condición de delincuente, sea del partido que fuere y en cualquier gobierno
pasado o actual.
La aparición
en escena de personajes con alguna aureola de impolutos, se mezcló mediáticamente
con patéticos testimonios de curiosos seres que supieron tener en sus manos, no
tan solo la balanza con los platillos del bien y del mal, sino la propia vida
de muchos ciudadanos que dependían de su sentido común y del equilibrio que
declamaban, para terminar ahora con maricones lloriqueos que pretendieron lavar
su cobardía de plantarse frente a las presiones del poder que no respetaba su
independencia y actuar como hombres… si… como hombres de leyes.
Políticos,
funcionarios, empresarios ahora con ajados apellidos y una runfla de segundones
que tuvo la fortuna del enriquecimiento súbito, con lo que sus mandantes
compraban silencios, hacen cola para confesar ahora ante los fiscales lo malos
que fueron por imperio de circunstancias o por anteriores miedos a represalias,
desperdiciando las garantías que el sistema democrático les brindaba para
recorrer con arrepentimiento el camino de la legalidad y sin contaminarse con
la basura de la corrupción, la rapiña y el saqueo.
Es probable
que todo esto responda a una quirúrgica manera de ir ventilando la ilegalidad
poco a poco, sin apremio y por parte del poder vigente, como vacuna al
cortoplacismo argentino incluso a la hora de la memoria, porque desentrañando
todo esto que ahora nos sorprende, de una sola vez, en pocos días tendría que
diluirse y se desaprovecharía, entre otros beneficios, el enorme peso
preelectoral de las revelaciones.
En buena hora
que con la ayuda de la Justicia vayamos abrevando en la verdad sin maquillajes
y podamos tener la certeza legal de quiénes fueron los responsables de la
decadencia argentina, aunque ese resultado no sería completo por más que
obraran de por medio revelaciones, confesiones y comprobaciones técnicas que
culminaran con las condenas a prisión de los culpables.
Sólo sentiríamos
que la Patria está a salvo, que dejó la terapia intensiva y pasó a sala común,
cuando en forma paralela se instrumenten mecanismos que lleven a recuperar para
las arcas del país, las fabulosas sumas de dinero que los deshonestos
acumularon, atesoraron o enviaron al exterior.
Con ese
detalle que no es menor, estaríamos en condiciones de afirmar que la Justicia,
en todo su esplendor, tiene su razón de ser y de existir.
De lo
contrario, seguiríamos siendo candidatos al despojo masivo y a la consagrada
impunidad.
¿ENCONTRARÁN SOLUCIÓN AL TEMA DE
LA BASURA?
Distintos sectores de la ciudad, olvidados por el poder pero
puntualmente recordados a la hora del envío de cedulones de impuestos municipales
y no vaya a querer atrasarse en el pago, muestran el abandono absoluto del
sentido de la salubridad, invadidos por la mugre que se acumula debido al
deficiente aunque costoso servicio de recolección de residuos.
La verdad en lo personal ignoro
si siguen peleados con la Muni, si avanzó el mecanismo de la adjudicación, si
siguen discutiendo las condiciones o si estamos en eso que los optimistas a
ultranza le llaman “normalidad”.
Eso es lo de menos, porque lo trascendente
es la salud de la población rodeada por focos de pestes, olores que lejos están
de las fragancias delicadas, lo que se acentúa en los sectores donde las
cloacas se cansaron de ser prisioneras de viejas cañerías y optaron por ganar la
libertad, una libertad que a todos nos ofende hasta dañarnos la sensibilidad
del olfato que se resiste a la inoperancia municipal.
Como viene sucediendo hace
tiempo, los recolectores pasan los días que quieren, por donde quieren y a las
horas que se les antoja, como si “hicieran cáscara” por el peso sindical del
que se enorgullecen.
Ignoramos si alguien del poder
concedente ejerce controles en cuanto al cumplimiento de las prestaciones, pero
es fácil advertir que están sujetas al capricho de los empresarios que se
hicieron de las concesiones.
Por fortuna la mayoría de los
cordobeses y pese a la crisis está bien alimentada, como para acumular anticuerpos que le permitan
enfrentar esta situación lamentable.
Si la concesión sigue en el
ring de los desacuerdos, es hora que se termine la pelea, porque dudo que los
cordobeses tengamos la templanza de soportar uno o dos rounds más.
ESCUCHAR A LA VÍCTIMA
Es sabido que no todos los
delitos que se cometen en Córdoba toman el debido estado público, porque para
la inteligente como penosamente equivocada percepción de las autoridades, la
gente entraría en un pánico demasiado complicado de contrarrestar.
Entonces, lo mejor para ellos
es ocultar los hechos de robos, ataques, entraderas, salideras, arrebatos,
acción de motociclistas entrenados para atacar, despojos barriales y otros
delitos, pero bien se ocupan de informar cuando secuestra tres o cuatro elementos
robados o realizan algún exitoso procedimiento en el marco del incontrolable
narcotráfico.
Por eso, para despertar en la
autoridades su sentido del respeto por la realidad y por su compromiso con la
gente, hemos decidido habilitar un espacio en este programa, dedicado a que
todos aquellos ciudadanos que necesiten divulgar sus desencantos en materia de atención oficial a
sus reclamos, de negativas por atenderlos o de exageradas demoras en acudir
cuando convocan a la autoridad.
Tiempo atrás se llegó a decir
con énfasis, que la autoridad policial estaba en condiciones de acudir operativamente
en tres minutos a cualquier sitio de la ciudad desde donde fuera requerida, lo
que está muy lejos, demasiado lejos de lo que actualmente se vive.
Hoy tenemos un caso bastante
curioso, porque se trata de un empresario a quien ya lo han robado cerca de 50
veces en las instalaciones de su industria, de maneras insólitas.,
Lo mejor es que escuchemos al Sr. Ricardo Cuesta, instalado desde años
con su empresa industrial en Bulevar de los Rusos al 3.300 en la zona de Los
Boulevares.
El
audio completo de la conversación que mantuvieron el Sr. Cuesta y el periodista
Gonio Ferrari está incluido en la columna respectiva, ubicada en el costado
derecho de este blog.
LA MEGACAUSA CONTINÚA EN MOVIMIENTO
Es patrimonio del sentido común la asociación entre negocios
ilícitos, veloces patrimonios abultados y altos cargos en la función
pública y bien sabemos que sobran los ejemplos en donde se los quiera buscar.
En Córdoba se mediatizó como escandaloso proceso de
corrupción a la causa del Registro de la Propiedad, difundiéndose durante
años una ruidosa y detallada seguidilla de juicios y condenas a un gran número
de empleados y trabajadores comunes.
El Ministerio de Finanzas de la Provincia publicó en el año 2014 un
colorido esquema gráfico en el que acentuaba la actitud denunciante del
gobierno de turno y el proceso de
carácter inédito con numerosas condenas de prisión efectiva.
Más allá de pasar por alto el detalle, incuestionablemente inédito de la prisión preventiva
sistemática, que como antesala de la mayoría de las condenas, le
imprimió un giro de debatible legalidad a muchísimos casos, lo
verdaderamente destacable, y absolutamente preocupante, es la ausencia en esa
línea de razonamiento de funcionarios de altos cargos responsables
de la corrupción, de los que ejercían la máxima función pública en ese
momento.
Nada se dice al respecto, no se buscan los veloces
patrimonios abultados y la curiosidad investigativa mostrada en
otras circunstancias donde no se veían comprometidas las jerarquías en estas
esferas, desaparece como por encanto.
Un oportuno vacío en el que no se quiere saber, ni se quiere que se
sepa, lo que parecería que ya se sabe, y que más que un trabalenguas es una
lamentable demostración de dolorosa impunidad.
VARIOS A LA ESPERA DE LOS COLETAZOS
Las últimas revelaciones conocidas
con relación a turbios manejos que se habrían concretado en la realización de
obras públicas, es como si hubiera alertado todos los mecanismos de defensa de
cierto empresariado, precisamente vinculado con ese tipo de operaciones.
Bien sabemos que en ese rubro se
manejan cifras astronómicas no tan solo en pesos sino en billetes verdes, lo
que configura para los deshonestos una atracción más que suculenta
especialmente por tenerla virtualmente al alcance de la mano… y de sus ávidos
bolsillos.
Y eso a veces se mezcla con las
campañas políticas, en las que ciertos empresarios invierten para recoger los
frutos a futuro razón por la cual no ayudan -por así decirlo- a una sola corriente
política sino a dos o tres que pudieran obtener una cuota de poder.
Pero la angurria suele ser tan
marcada e incontrolable, que los malos políticos mezclan su billetera con la
del Estado y las componendas aparecen tan escandalosas que llevan naturalmente
al terreno de las sospechas.
¿Por qué? Simplemente porque
evaluando ciertos números que trascienden, se llega a la conclusión que algunas
obras han sido ejecutadas con llamativos sobreprecios y que teóricamente, las
diferencias serían generosamente repartidas.
Es por eso que sería saludable
para la decencia popular que se revisaran todas las obras públicas encaradas en
los últimos años, con verificaciones de las empresas contratantes aparte de
evaluar la calidad de los trabajos, que por lo general no llegan a satisfacer
las necesidades para las que fueron ejecutados o simplemente no era necesario
hacerlos realidad.
No son pocos los ejemplos a los
que se puede apelar y basta con citar el Camino del Cuadrado como ya lo señaláramos
tantas veces, las 200 y pico de escuelas, el centro cívico, el lujoso hotel
junto al Mar de Ansenuza, el inútil faro sin mar y otras realizaciones
abiertamente cuestionables.
Nadie del poder puede sentirse ofendido si
hipotéticamente se creara una comisión especial de estudio sin participación
política y eminentemente técnica y sin compromisos partidarios e ideológicos,
para llegar a la verdad absoluta en materia de transparencia y calidad.
Son los coletazos lógicos de la
honestidad que reclama la gente.
El que tenga la casa en orden, no debe
preocuparse que los vecinos curiosos lo vayan a visitar.
¿Será por eso que hay tantos
viajes, idas y venidas, cabildeos y otras acciones eventuales?
Aquí lo del tren bala fue más
para risa que para investigación…
Cuando vuelven a ganar la
opinión pública nombres como Electroingeniería, Odebrecht y Roggio y palabrejas
como fiscalización o control, a más de
uno se le erizan los pelos del cu…tis.
ABORTO: LA MEMORABLE SESIÓN EN EL SENADO
No fue tan sólo una jornada de
disputa ideológica, científica, política o religiosa sino la más bella
manifestación de lo que se llama el ejercicio y el goce de la Democracia.
No es para hablar de vencedores
ni de vencidos, porque el tema del aborto es tan amplio que seguramente no
pasará mucho tiempo hasta que nuevamente ocupe un lugar de relevancia en la
consideración de la comunidad, que demostró un elevado sentido de la participación
que es una de las más sobresalientes formas del compromiso.
Es cierto que hubo algunas
agresiones pero de ninguna manera pudieron nublar la diafanidad de un disenso
ejemplar dentro del recinto del Senado como en la calle con los cánticos, las
pancartas y los colores verde y celeste que pugnaban por prevalecer.
Dicen algunos que el resultado
de la votación tuvo algunas contradicciones por esa vieja costumbre que no
pocos aún alientan, de la disciplina partidaria, cuando en realidad todos los
legisladores -al menos en eso coincidieron- votaron por criterio propio y
auténtica e íntima convicción y no por obediencia debida.
No faltaron los que le restaron
trascendencia y lo adjudicaron a una maniobra oficial para distraer a la gente
de la crisis que estamos viviendo en lo económico y con una inflación que se
desmadra día a día, en mucho atribuible al empresariado ávido de utilidades que
reajusta precios cuando el dólar sube y le agregan el “por las dudas” pero que
nunca bajan cuando la moneda norteamericana baja su cotización.
En suma, un ejemplo de
civilidad que veníamos necesitando casi con desesperación, a lo que debemos
sumar el hecho del anuncio presidencial previo, que no pensaba vetar la ley
saliera como saliera.
En estos casos, hay que
reconocer la sana prescindencia del poder en una cuestión tan delicada, aunque
la Iglesia por su parte haya jugado un papel preponderante.
No para todos tal actitud fue
aceptada.
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