Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
del 19/08/18 difundido en dúplex por AM580 y la FM 88,5 ambas de Radio
Universidad de Córdoba.
FOTOCOPIAS: CON ADEPTOS Y NEGADORES
SON LA CONMOCIÓN DE LOS ÚLTIMOS AÑOS
Realmente es tanto lo que se dice, se rumorea, se comenta, se miente y
se especula con el tema que más atrae la atención de la gente que son los
famosos cuadernos prolijamente fotocopiados, que son tales el barullo y la
incertidumbre, que cuesta ponerse en analista de una cuestión que está en manos
de la Justicia que es el mejor destino que pudo haber tenido.
Pero no hay caso: los argentinos somos únicos en el arte de pelearnos
apasionadamente o no, por temas que a veces nos dividen irreconciliablemente, y
así nos vá…
Es ridículo descalificar la validez de la documentación entregada por un
chofer de remisses que según doña Carlotto escribe demasiado bien, es prolijo
en su vocabulario y meticuloso a la hora de memorizar situaciones, lo que no
coincide con su evaluación del nivel intelectual de un trabajador del volante.
Por eso se ganó una denuncia ante el INADI en su contra, por
considerarse que se trata de un acto discriminatorio.
Todos esos argumentos descabellados, a la luz de lo que revelan con
quirúrgica precisión los escritos de Centeno, se derrumban por su propio peso
político y su contundencia testimonial y si de evaluar se trata, es para no
imaginar lo que hubiera ocurrido si los que salían a la luz eran los originales.
El estadio de River estaría ya desbordado de presos, mientras hacían
preparar las instalaciones de algún gran recinto cordobés para albergar a
quienes muy posiblemente llegarán a ser moradores temporarios hasta que la
justicia resuelva estas enojosas situaciones que tanto afectaron a la gente en
particular y a la imagen del país en el exterior, aunque como no hay mal que
por bien no venga, sirve para fortalecer la idea que se está procurando poner
las cosas en orden.
Pero hay un doble y perverso juego en todo esto que salpica a las dos
veredas, porque desde una por donde transita la minoría nostálgica y aún no
resignada a la derrota, se ningunean los elementos probatorios de la rapiña y
de la coima, desde la otra se busca utilizar la situación como para aminorar las
sospechas que rondan en los procederes de actuales funcionarios.
Por todo esto y con el debido respeto, a la hora de citar autores de
sesudos análisis de las situaciones, me quiero permitir refrescar la actualidad
con algunas definiciones, por supuesto partidariamente interesadas, con
relación a lo que se viene ventilando con diarios progresos y actualizaciones en
función de las declaraciones y confesiones de ex funcionarios y empresarios,
que apegados al “sálvese quien pueda” procuran vacunarse y se me hace que
tardíamente, contra su alergia a los barrotes.
El diputado nacional Mario Negri, cordobés, titular de la bancada del
PRO, expresó -y lo quiero leer textualmente, por las dudas- que “Cuando se
entienda que el saqueo al estado perpetrado durante el kirchnerismo es una de
las principales causas del déficit fiscal, de la inflación y de la pobreza que
hoy sufren muchísimos argentinos, habremos dado un gran paso para empezar a
construir el país que nos merecemos”.
Indirectamente vuelve a apelar al percudido tema de la herencia, pero me
encantaría escuchar una explicación más convincente que se aleje de esa
apreciación realmente objetiva porque forma parte de nuestra historia reciente
debidamente documentada, aunque sea en fotocopias que algún valor deben poseer
por lo temidas.
Y en cuanto al escándalo de cabotaje, alejado del tema nacional pero
formando parte de nuestra agobiante realidad cordobesa, apelo ahora a
manifestaciones de un joven político, enrolado en el juvenil partido “Primero
la gente” o un nombre parecido. El joven abogado y principal dirigente de esa
corriente, Sebastián García Díaz luego de preguntarse si en Córdoba necesitamos
elementos parecidos a esos cuadernos, se contestaba, lo que también quiero
leer: “Si Jaime fue secretario
de De la Sota encargado de hacer las escuelas con Electroingenieria. Y ahora
Jaime y la empresa están presos y comprometidos con la cadena de corrupción. Si
Odebrecht confesó haber dado coimas por toda América Latina e hizo las obras en
Córdoba... Si el titular de Kolektor salió filmado ofreciendo miles a un
periodista. Si hay un hotel que salió el triple en Anzenuza. Si la central de
Pilar es cuestionable. Y la estatización de Caminos de las sierras. Y la redes
que en su momento monto la Olga para corromper a la Apross. Si el juego en la
provincia tiene olor raro. Y faltan 1.500 armas en la sede policial. Si un
narcotraficante decidió alquilar el campo de un familiar de De la Sota en Río
Cuarto para aterrizar allí las avionetas. Si Acastello hizo lo que hizo en
Villa María... Si Hak renuncia envuelto en un escándalo por familiares metidos
en el narcotráfico y la noche... Si Miro o Britos... Si hasta en las compras
del Paicor hay feo olor. Podríamos seguir con municipalidades e intendentes
corruptos. Y empresarios que nunca han podido explicar cómo dieron semejante
salto en tan poco tiempo. ¿Cuándo llega el "efecto dominó a Córdoba?”,
hasta allí lo de García Díaz.
Tiempo
al tiempo, porque los tiempos jurídicos no son los mismos que alimentan las
ansiedades populares, que es el primer paso hacia el camino que lleva a la
verdad y eso es lo que hay que esperar, sin premuras ni presiones respetando
los relojes, precisamente, de quienes juzgan.
Es probable, dadas las circunstancias y lo
último que nos llega desde el Vaticano, que el Santo Padre por eso de las
simpatías y posibles acuerdos, les otorgue a sus declarados y promocionados
amigos -de él y de lo ajeno- una indulgencia plenaria en un rapto de religiosa
y cristiana generosidad.
Pero la justicia de los hombres es otra cosa
y gracias a Dios -o a quien sea- que es así.
LA POLICIA Y SU IRRESUELTA INSEGURIDAD INTERNA
Cuando parecía que los vientos desfavorables
podían atenuarse en la tormenta interna que castiga a la Policía de nuestra
provincia, a uno de sus recientes designados para cuidarnos, se le ocurrió nada
menos que asaltar un sex-shop no queremos imaginar si para llevarse dinero o mercadería.
Un mal síntoma que se agrega al imparable
crecimiento de la actividad delictiva, lo que se intenta aminorar en su
gravedad escondiendo hechos delictivos especialmente en los informes a los medios
periodísticos, y vaya como ejemplo el curioso e inédito caso de una industria
de los Boulevares donde les robaron buena parte del techo, en casi medio
centenar de ocasiones, sin que nada se haya hecho para remediar el daño o al
menos para impedir su curiosa reiteración.
Ya estamos hartos y nadie crea que se trata
de falta de temas para abordar, porque siempre ha sido parte de nuestro
compromiso procurar que el poder salga de su letargo y alguna vez instrumente
una auténtica y genuina política integral de seguridad, porque de poco sirven
las compras por valores astronómicos y sin concurso de precios que se hacen en
armamentos, comunicaciones, vehículos y otros rubros porque no se advierten los
progresos que pudieran alcanzarse con esa modernización.
Hace pocos días presentaron a un millar y
medio de nuevos efectivos que seguramente deambularán por las calles para
hacerse ver, no ellos sino la fuerza azul, en una actitud preventiva que no
existe porque los índices delictuales se han escapado ominosamente hacia
arriba.
Dicen que el padre y la madre de esta
situación incontrolable es el narcotráfico que goza de una de las más
históricas e inexplicables impunidades, porque los procedimientos que desde el
poder les llaman exitosos representan una mínima parte de las sustancias
prohibidas que ingresan, se estiran y se comercializan en Córdoba.
Entonces, si seguimos a expensas de los
deli9ncuentes, de alguna manera el poder tiene que cambiar de rumbo o mejor
dicho tomar el camino correcto que asegure la protección de la vida y de los
bienes de los cordobeses.
Y vale repetirlo una y otra vez: la inacción
estatal ha conseguido subvertir los valores de manera tal que los decentes
debemos estar entre rejas mientras los delincuentes están libres.
Ya se, no lo ignoro: mucha culpa puede tener
el costado garantista de algunas leyes que protegen más al delincuente que al
decente, pero para eso están los legisladores en cuanto a la actualización de
los instrumentos legales adaptados a la modernidad y las circunstancias.
Y en cuanto a la policía y la llamativa cantidad
de hechos delictivos en los que están involucrados muchos de sus efectivos, la
frase ya gastada: mientras no limpie la mugre de adentro, es imposible que se
ocupe de la mugre de afuera.
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OTRA VICTIMA DEL HAMPA CUENTA SU DRAMA
El
pasado domingo inauguramos un espacio dentro de este programa, destinado a los
cordobeses que hayan sido víctimas de la delincuencia y poco escuchados a la
hora de requerir la presencia policial. El primer caso que hicimos público fue
el de un industrial cuyo establecimiento fabril, ubicado en Los Boulevares, fue
despojado casi medio centenar de veces de parte de su techo, en hechos que bien
pueden ser considerados insólitos. Jamás tuvo una respuesta efectiva y
constante de la autoridad, salvo esa curiosa preocupación inicial que se diluye
con el paso de tres o cuatro días, cuando la vigilancia por el sector afectado
se relaja y luego desaparece. Este domingo presentamos el caso de una mujer de
Alta Córdoba que necesita encontrar la buena voluntad de un vecino que la
acompañe en el momento de barrer la vereda o sacar la basura porque ya fue
agredida varias veces con propósito de robo, siempre por hombres que la
amenazaron con armas de fuego. La conversación de esa ciudadana con el
periodista Gonio Ferrari, se puede buscar en la columna derecha, parte superior
de este blog.
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MEGACAUSA, CODICIA Y VERGUENZA
Una noticia reciente
asocia la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba con la codicia y la
vergüenza. Es claro que resulta muy lógica esa relación cuando se trata de
investigar bienes mal habidos. Entonces me puse a reflexionar sobre las
condiciones de muchos de los imputados y condenados en esa causa, trabajadores
que no contaban con ningún tipo de fortuna ni antes, ni durante, ni después de
todo el proceso. Y también reflexioné sobre los muchos personajes del
gobierno actual cuyos abultados patrimonios son “vox populi” y que, oh
casualidad, se desempeñaron como funcionarios con altos cargos en aquella época
y que, extrema casualidad, fueron nombrados, señalados y acusados en los
juicios. En mi crítico razonamiento todas estas coincidencias se ajustaban como
un molde a la definición de la mencionada codicia. Entonces, por lógica, busqué
los juicios realizados a funcionarios o responsables de altos cargos, y nada.
Nada, ni juicio, ni imputación, ni siquiera sospecha. Pese a que la relación
parecía tan clara. Repasé otra vez las definiciones y sin dudarlo la de codicia
se sigue correspondiendo más con los ricos poderosos que con los pobres
condenados. Y con respecto a la vergüenza, entendida como pérdida de dignidad
por actos que merecen ser reprobados, es la que identifica claramente a
aquellos que actuando como ciegos, sordos y mudos, evitan investigar o difundir
la verdad.
LEJOS, EN EL TIEMPO, TAMBIÉN FUI NIÑO…
Por allí en la evocada bruma de
la calle de tierra en el viejo Pasaje Italia entre Augusto López y creo que se
llamaba Saravia, andarán paseando el Pichón Rotlhisberger, el Queco Gomez, el
Vitrola Leguizamon, el Negro Puerta, el Pelado Contreras, el Chiquito Cuadrado,
los Rojas, el Araña Galíndez y otros candidatos a personajes que escribieron su
propia historia por aquellos tiempos en que el carnaval seco no existía,
poníamos tapitas de coca con clorato de potasio y azufre en las vías del
tranvía 7 espantando a mótormans y pasajeros, jugábamos a las bolitas en la
calle y corríamos -si, corríamos- por las tapias del vecino para refugiarnos en
la maraña del aguaribay de mi casa desde donde espíabamos a las chicas Ribotta
por una parte o desprendíamos racimos de la cercana parra.
Ese vendría a ser el ADN de mi
condición de niño mezcla de lector de todo, hasta de la guía telefónica de
entonces de cuatro dígitos, con el vándalo que era terror de amigos y vecinos
por la contundencia de sus bromas y su precoz facilidad para fabricar
explosivos.
Hoy la niñez que está celebrando
su día impuesto seguramente por cuestiones comerciales, debe agradecernos a
nosotros que por necesidad y urgencia, reclamábamos los progresos que ahora
gozan ellos, los pequeños y nosotros estamos ya demasiado creciditos como para
deleitarnos, por ejemplo, con la play -salvo algunas poco honrosas y obesas
excepciones- y algún tecnológico reemplazo del barrilete que hacíamos con
cañas, papel de seda, hilo común de envolver, engrudo y trapos viejos.
Todavía me resuenan en los
recuerdos los bramadores de los medio mundo y las estrellas que veíamos alejar
hacia las nubes hasta casi perderse de vista y mientras la canilla de hilo
tuviera resto.
Jugábamos a las bolitas o a las
figuritas en la calle de tierra y casi aplaudíamos si en algún momento llegaba
a pasar un auto, la jardinera del lechero o el ciruja “7 sacos” que ni siquiera
nos insultaba, lo mismo que el aquel flaco que se creía auto, y en la cintura,
costado derecho, llevaba un pedazo de palo de escoba que era el cambio de
marcha.
Bahh… Solo recuerdos que vamos
atesorando allí, en ese rinconcito del alma donde reposan las nostalgias, que
de vez en cuando evocamos sólo para tener el placer de sentirnos vivos y de
haber vivido todos aquellos tiempos.
Porque, para que se sepa, algo
intelectualizado para mi pendeja y tímida condición y vándalo por naturaleza,
también fui niño y por eso estoy seguro que a un día como el de hoy, merezco
festejarlo.
Con todo el cariño interior y mi
incondicional respeto por la historia y por los tiempos que pasaron…
No puedo decir que ahora sean
peores o mejores.
De lo que sí estoy seguro, que
esos tiempos eran nuestros.
¿OTRO
“BOLETAZO” EN EL TRANSPORTE URBANO?
Todo indica que un equipo técnico de la Universidad Católica elaboró un
estudio de costos acerca del transporte urbano de pasajeros de Córdoba, arribando
al poco feliz resultado que el boleto debía costar, actualizado, alrededor de
24 pesos.
Obviamente los insaciables de
la FETAP que manejan las prestaciones, las frecuencias y todo el servicio a su
antojo y conveniencia, saltaban de contentos y de acuerdo con chismeríos,
habrían hecho una presentación formal ante la Municipalidad para reclamar en
base a ese estudio, el reajuste de la tarifa.
Realmente es para pensar en un
acto más que de insensibilidad social, de angurria porque si es como lloriquean
que las empresas les dan pérdida, que renuncien a las concesiones y pongan un
frigorífico, un cabaret, una cadena de mercerías o casas de tolerancia.
Es inadmisible la porquería de
servicio que ahora están prestando, con demoras inimaginables de hasta 50
minutos o más, entre una y otra unidad de algunas líneas.
Es tal el desmanejo que a veces
llegan dos bondis de la misma línea, juntos a la parada y eso es inexplicable,
incluso tomando en cuenta el caos del tránsito en la ciudad.
No vaya a ser que el poder
concedente que es la Muni tome en serio esa demanda que no deja de ser otro de
los habituales caprichos empresarios, o que negocien con ese techo para
terminar ajustando el boleto a 20 o 22 pesos, total la gente se vino preparando
para garpar 24…
Una maniobra de esas
características no contaría con la simpatía de los usuarios, obligados rehenes
de las presiones a las que deben acostumbrarse, pese a ser los sostenedores de
uno de los sistemas de transporte más perversos de los que tengamos memoria.
Si los de la FETAP dicen que
pierden plata, que se vayan y serán despedidos con todos los olores.
Dije bien: olores…
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