11 de agosto de 2019

S.L.B.: SENSACIONES, CONTRASENTIDOS Y SORDERAS EN LA MEGACAUSA DEL REGISTRO DE LA PROPIEDAD Y COMO REFLEXIÓN, ALGUNOS ANHELOS Y URGENCIAS ACERCA DEL PAÍS QUE NOS MERECEMOS LOS ARGENTINOS. SUPERADA LA HORA LÍMITE DE LA VEDA, UN "POR QUÉ VOTO" Y OTROS COMENTARIOS DE LA ACTUALIDAD -EN SU MOMENTO- CON LAS PRIMERAS CIFRAS DEL ESCRUTINIO.



Con las primeras cifras…
PASÓ LA VEDA Y ENTRARON A
JUGAR LAS ESPECULACIONES

   Sería una alocada imprudencia especular seriamente en base a números sin consolidar, aunque exista en la puja presidencial una tendencia de supremacía de la fórmula F&F por encima del oficialismo macrista, como tampoco servirían de prematuro consuelo algunas declaraciones de dirigentes que han calificado a estas PASO a nivel de “entrenamiento”.
   Pecaría asimismo de contrasentido aventurar que para octubre con toda certeza los votos de Lavagna por su propio peso irían a parar a la reelección de MM, porque frente a un electorado tan voluble como el argentino es complicado cualquier juego de pronósticos.
   Lo atinado en este caso es ser respetuosos de la lectura técnica que puedan hacer los analistas con los resultados finales, evaluando el comportamiento de los votantes distrito por distrito y sería más que insostenible suponer que Macri podría vencer porque en Córdoba tuvo mayoría, sin conocerse todavía las cifras de otros importantes centros de votación, como lo son Capital Federal y provincia de Buenos Aires, más lo que ocurra en Santa Fé y en Mendoza más el resto del país.
   Es preciso asimismo analizar la fortaleza o debilidad de las alianzas en el escenario de polarización que nos toca vivir, al abrirse ahora la etapa de las negociaciones, los nuevos acuerdos y los alejamientos, por tan dinámicas que son las relaciones políticas y las coincidencias ideológicas aparte de la comunión de objetivos.
   Un detalle que no es menor será la reacción de los mercados tanto interno como externo, que serán los que marquen niveles de aceptación o de rechazo de quienes realmente manejan la economía del país; es el termómetro que estimula o derrumba inversiones y niveles de confianza.
   La paciencia no es una virtud ni un elemento que distinga a los argentinos, razón por la cual habrá que entender y asumir que sabiendo esperar es como se dilucidarán todas las dudas, aunque esa misma paciencia desbordada por el exitismo, lleve a pensar que octubre casi no tendría importancia.
   Hay más de dos meses para fortalecer campañas, adoptar  medidas en beneficio de la gente y emprolijar muchos aspectos de las gestiones, tanto del oficialismo como de las administraciones provinciales y municipales que no comulguen con sus postulados.
   En resumen, es para tomar en cuenta algunas sentencias por encima de aquella que sostiene que los cementerios están llenos de apurados porque otra de ellas, menos macabra es de Kant: “La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte”.
   Desde el punto de vista personal me quedo con Balzac: “Todo poder humano se forma de paciencia y de tiempo”.
Gonio Ferrari
   
Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en la edición reducida de “Síganme los buenos” del 11/08/19 emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas de                                                     Radio Universidad de Córdoba.

Megacausa del Registro de la Propiedad
SENSACIONES, CONTRASENTIDOS Y SORDERAS

   Realmente es una curiosa sensación, porque ensordece el  pesado silencio que existe y es casi palpable, para responder a cualquier reclamo  por la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba. 
   Cuando se afinan los sentidos es que se perciben las mudas voces que continúan gritando irregularidades. Con los recursos de la lengua se puede definir la encarcelada libertad y la liberada condena utilizadas como irregular norma.  
   O también reconocer a  los inocentes culpables y a  los culpables inocentes, mezclados todos bajo la oscura luz de la descabellada razón.  Además,  escuchar  a los muertos vivos en sus denuncias  y a los  vivos  inertes en sus condenas.  
   Se pueden identificar claras antítesis como esa independencia bastante dependiente,  la imparcialidad demasiado parcial, la objetividad ampliamente subjetiva y  los finales continuamente inacabados.  
   Pero lo más grave es que tanta palabra no es novela,  ni cuento,  ni poesía, sino  pura y cruda realidad.
   Más exactamente, terrorífica realidad, que se constituye en  injusta justicia,  como  acostumbran  definirla quienes continúan  los reclamos.  


Un buen momento para reflexionar
ALGUNOS ANHELOS Y URGENCIAS ACERCA DEL
PAÍS  QUE  NOS MERECEMOS  LOS  ARGENTINOS

   Quiero un país, el país que soñaron sus grandes hombres y mujeres ahora bronce, modelos o ejemplos que muchos se esmeraron en desconocer.
   Quiero un país de convivencia y no de odios ni rencores.
   Quiero un país donde se recupere y se respete a quien piensa distinto porque no quiero una Argentina de rebaño sino una Patria donde la Democracia sea una práctica y no tan sólo una declamación.
   Quiero una Argentina federal en la que cada provincia sea un puerto y la Capital Federal no siga siendo el único lugar donde atiende Dios.
   Quiero en mi país una Iglesia que prioritariamente cumpla con su apostolado, que tenga su enfoque político pero sin prestarse a ser parte de ningún partidismo y menos invocando a Cristo.
   Anhelo que en mi Argentina los jubilados no sean una carga para el Estado, sino que el Estado dignifique a esa clase pasiva tan maltratada y postergada, víctima frecuente y pretendidamente oculta del saqueo a sus aportes que se destinan a objetivos demagógicos. Es una ofensa hacia quienes confiaron sus dineros a ese Estado amnésico durante buena parte de su vida, para después recibir sólo indiferencia y marginación.
   Quiero instituciones sanas y respetables gremios que defiendan y amparen a sus bases, y que los trabajadores dejen de endiosar a dirigentes ávidos de poder y de riquezas, que estén obligados a presentar declaración de bienes al asumir y demostrar y justificar la evolución de su patrimonio al dejar la conducción sindical.
   Quiero a mi país del diálogo y del disenso sin caprichos, presiones ni rehenes.
   Para mi país quiero una Justicia realmente independiente del poder político, sin ataduras partidistas y sin la vigencia de padrinazgos nocivos, e irritantes privilegios que le quiten o condicionen su obligado equilibrio y le hagan recuperar su imagen de impoluta que nunca debió estar en duda.
   Quiero un comercio y un empresariado honesto, sin mañas ni evasiones.
   Aspiro a un campo laborioso y sacrificado como siempre, que viva más pendiente de ser parte de la sociedad, que mire al mundo que reclama sus productos y no viva prisionero de los vaivenes del dólar.
   Aspiro a la recuperación de la educación integral, estatal o privada que se ocupe más de los alumnos y de su formación para el futuro, que de los sueldos que merecen los docentes históricamente postergados.
   Quiero fuerzas de seguridad cuyos integrantes desde el más encumbrado hasta el último efectivo puedan mostrar un curriculum impecable y no un prontuario enjuagado.
   Quiero fuerzas armadas profesionales, modernamente equipadas y sin participar en actividades que no sean las suyas, para que entre otras situaciones las fronteras terrestres, marítimas, fluviales y aéreas dejen de ser un consentido colador, corredores abiertos a la entrada y salida del narcotráfico, del contrabando y de corrientes de fundamentalistas de pensamiento.
   Sueño con que los científicos y técnicos formados en el país sean respetados, estimulados y protegidos en sus actividades, para asegurarnos que la alternativa de emigrar sea sólo un mal recuerdo o una superada opción ante tantos ejemplos en tal sentido.
   Quiero que la salud pública reciba del Estado todo el apoyo que necesita para reconciliarse con los requerimientos de la sociedad y terminar con el inhumano reinado de los angurrientos laboratorios multinacionales y su costumbre de necesitar cada día más enfermos.
   Quiero que volvamos a tener deportistas de nivel que nos representen en el mundo y no figuras de ahora o del pasado que más se destacan por los sainetes de su vida privada que por sus logros deportivos.
   Y me encantaría que el Estado apoyara más al deporte amateur sacrificado y comprometido, que sosteniendo a empresas que se llaman grandes clubes y hacen su negocio tanto con sus espectáculos y competencias, como con la compra y venta de gente a través de cuyas operaciones, sobre todo con el exterior, se perpetran tantos episodios de evasión.
   Que así como un delirante pidió una CONADEP para periodistas, desde el periodismo decente propiciemos rinoscopia para los actores.
   Quiero, en definitiva, un país del reencuentro donde la razón, la tolerancia y el respeto sean más fuertes que la impunidad.
   Me duele aunque no me sorprende la actitud de liberar a Milani y de meterle juicio a un periodista por investigar.
   Y que a la Democracia que supimos conseguir a precio de sangre, de luto y de dolor la consolidemos entre todos.
   Vale repetir entonces lo que clamé desde el comienzo: quiero un país de convivencia y no de odios, grietas ni rencores.
   Si a esto no lo entendemos, el fracaso y la desintegración están llamando a nuestra puerta…

Respetando la veda
PALABRAS PARA EL CIERRE
DE ESTA REDUCIDA EDICIÓN

   En la despedida hasta el próximo domingo, quiero hacerlo con una cita de Nizar Qabban que encontré en el muro de la querida amiga y colega Cristina Castello, quien durante un tiempo trabajó en Córdoba, luego de radicó en Francia y poco tiempo atrás volvió a brillar en Buenos Aires:“Busco a los hombres del fin del tiempo y no veo en la noche salvo a los miedosos cuyas almas sólo temen el poder de las ratas.
   Nos hemos acostumbrado a nuestra ofensa.
   ¿Qué queda del hombre
cuando se acostumbra a la insignificancia?”


¿Por qué voto? Lo confieso…
EL HECHO DE VOTAR NO ES TAN
SÓLO  UNA  OBLIGACIÓN  CÍVICA
 
   Para muchos, el día esperado.
   Para no pocos, un día cualquiera que ofrece la certeza de un buen asado, el reencuentro con los afectos y la espera de la noche, por mera curiosidad de conocer los resultados.
   Para otros, que no son pocos, el día de elecciones les importa tanto como ir al proctólogo, pagar viejas cuentas, visitar a la suegra, lavar el auto o limpiar la casa como tiempo atrás no lo hacía.
   El voto es obligatorio.
   No cumplir con este deber cívico constituye una transgresión que la ley castiga con multa y tiempo atrás, los que no votaban se encontraban con problemas a la hora de realizar trámites administrativos, bancarios o viajes al exterior.
   Eso ya pasó.
   En este país con alto grado de impunidad generalizado, ese tipo de castigo ya no existe.
   Sin embargo se hace necesario votar, aunque sea tapándose la nariz, porque entre otras cosas es una obligación que después nos da derecho al pataleo.
   Para cambiar las cosas, para aplaudir lo hecho, para repudiar las omisiones y los errores, es necesario participar desde adentro del sistema y no marginarse, pensando equivocadamente que negarse a votar es un acto de rebeldía.
   Y a la hora de hacerlo, se impone el uso racional de la memoria más que de las emociones, la rutina o la disciplina partidaria.
   Confieso ser un soldado implacable de esa memoria, a  la que debemos apelar en homenaje y salvaguarda de  nuestra propia dignidad y quiero aprovechar este acto que me otorga la democracia para ser parte del timón del destino y no la consecuencia lamentable de haber sido indiferente.
   Votar es ejercer el mágico derecho de cuestionar y de hacerles saber a los políticos que soy una persona; que soy un ciudadano libre y no un rehén de sus caprichos y devaneos, sean los “mandamases” del color que fueren.
   A través del voto anhelo que los políticos me reconozcan como partícipe de esto tan maravilloso que es la Democracia, esa misma democracia que es negocio para algunos que la toman como inversión.
   Voto para elegir con la honestidad de mis ideas y castigar con el rigor de mis frustraciones.
   Voto para que me respeten y me escuchen, exigir que atiendan mis problemas y no que me cierren las puertas una vez que se instalen en sus despachos.  
   A la hora de votar YO quiero ser YO y no lo que algunos dirigentes pretenden que sea: un autómata seducido por la publicidad, el bolsón o la promesa disfrazada de mentira.
   Voto por convicción, no sólo por obligación cívica.
   Y no perdono.
    Resumiendo, votar es lo mismo que desnudarse en un cuarto al que califican como oscuro, que está rodeado de reflectores tan potentes como el deber cívico, la conciencia y la memoria.
Gonio Ferrari



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su comentario será valorado