Con las
primeras cifras…
PASÓ LA VEDA Y ENTRARON A
JUGAR LAS ESPECULACIONES
Sería una alocada imprudencia especular seriamente en base a números sin
consolidar, aunque exista en la puja presidencial una tendencia de supremacía
de la fórmula F&F por encima del oficialismo macrista, como tampoco
servirían de prematuro consuelo algunas declaraciones de dirigentes que han
calificado a estas PASO a nivel de “entrenamiento”.
Pecaría asimismo de
contrasentido aventurar que para octubre con toda certeza los votos de Lavagna
por su propio peso irían a parar a la reelección de MM, porque frente a un
electorado tan voluble como el argentino es complicado cualquier juego de
pronósticos.
Lo atinado en este caso es ser
respetuosos de la lectura técnica que puedan hacer los analistas con los
resultados finales, evaluando el comportamiento de los votantes distrito por
distrito y sería más que insostenible suponer que Macri podría vencer porque en
Córdoba tuvo mayoría, sin conocerse todavía las cifras de otros importantes
centros de votación, como lo son Capital Federal y provincia de Buenos Aires,
más lo que ocurra en Santa Fé y en Mendoza más el resto del país.
Es preciso asimismo analizar la
fortaleza o debilidad de las alianzas en el escenario de polarización que nos
toca vivir, al abrirse ahora la etapa de las negociaciones, los nuevos acuerdos
y los alejamientos, por tan dinámicas que son las relaciones políticas y las
coincidencias ideológicas aparte de la comunión de objetivos.
Un detalle que no es menor será
la reacción de los mercados tanto interno como externo, que serán los que
marquen niveles de aceptación o de rechazo de quienes realmente manejan la
economía del país; es el termómetro que estimula o derrumba inversiones y
niveles de confianza.
La paciencia no es una virtud
ni un elemento que distinga a los argentinos, razón por la cual habrá que
entender y asumir que sabiendo esperar es como se dilucidarán todas las dudas,
aunque esa misma paciencia desbordada por el exitismo, lleve a pensar que
octubre casi no tendría importancia.
Hay más de dos meses para
fortalecer campañas, adoptar medidas en
beneficio de la gente y emprolijar muchos aspectos de las gestiones, tanto del
oficialismo como de las administraciones provinciales y municipales que no
comulguen con sus postulados.
En resumen, es para tomar en
cuenta algunas sentencias por encima de aquella que sostiene que los
cementerios están llenos de apurados porque otra de ellas, menos macabra es de
Kant: “La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad
del fuerte”.
Desde el punto de vista
personal me quedo con Balzac: “Todo poder humano se forma de paciencia y de tiempo”.
Gonio Ferrari
Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en la edición reducida de “Síganme los buenos” del 11/08/19 emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba.
Megacausa del Registro de la Propiedad
SENSACIONES,
CONTRASENTIDOS Y SORDERAS
Realmente es una curiosa sensación, porque
ensordece el pesado silencio que existe y es casi palpable, para
responder a cualquier reclamo por la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba.
Cuando se afinan los sentidos es que se
perciben las mudas voces que continúan gritando irregularidades. Con los
recursos de la lengua se puede definir la encarcelada libertad y la
liberada condena utilizadas como irregular norma.
O también reconocer a los
inocentes culpables y a los culpables inocentes, mezclados todos
bajo la oscura luz de la descabellada
razón. Además, escuchar a los muertos vivos en
sus denuncias y a los vivos inertes en sus
condenas.
Se pueden identificar claras antítesis como
esa independencia bastante dependiente, la imparcialidad demasiado
parcial, la objetividad ampliamente subjetiva y los finales
continuamente inacabados.
Pero lo más grave es que tanta palabra
no es novela, ni cuento, ni poesía, sino pura
y cruda realidad.
Más exactamente, terrorífica realidad, que
se constituye en injusta
justicia, como acostumbran definirla quienes
continúan los reclamos.
Un buen momento para reflexionar
ALGUNOS ANHELOS Y
URGENCIAS ACERCA DEL
PAÍS QUE NOS
MERECEMOS LOS ARGENTINOS
Quiero un país, el país que
soñaron sus grandes hombres y mujeres ahora bronce, modelos o ejemplos que
muchos se esmeraron en desconocer.
Quiero un país de convivencia y
no de odios ni rencores.
Quiero un país donde se recupere
y se respete a quien piensa distinto porque no quiero una Argentina de rebaño
sino una Patria donde la Democracia sea una práctica y no tan sólo una
declamación.
Quiero una Argentina federal en
la que cada provincia sea un puerto y la Capital Federal no siga siendo el
único lugar donde atiende Dios.
Quiero en mi país una Iglesia
que prioritariamente cumpla con su apostolado, que tenga su enfoque político
pero sin prestarse a ser parte de ningún partidismo y menos invocando a Cristo.
Anhelo que en mi Argentina los
jubilados no sean una carga para el Estado, sino que el Estado dignifique a esa
clase pasiva tan maltratada y postergada, víctima frecuente y pretendidamente
oculta del saqueo a sus aportes que se destinan a objetivos demagógicos. Es una
ofensa hacia quienes confiaron sus dineros a ese Estado amnésico durante buena
parte de su vida, para después recibir sólo indiferencia y marginación.
Quiero instituciones sanas y
respetables gremios que defiendan y amparen a sus bases, y que los trabajadores
dejen de endiosar a dirigentes ávidos de poder y de riquezas, que estén
obligados a presentar declaración de bienes al asumir y demostrar y justificar
la evolución de su patrimonio al dejar la conducción sindical.
Quiero a mi país del diálogo y
del disenso sin caprichos, presiones ni rehenes.
Para mi país quiero una
Justicia realmente independiente del poder político, sin ataduras partidistas y
sin la vigencia de padrinazgos nocivos, e irritantes privilegios que le quiten
o condicionen su obligado equilibrio y le hagan recuperar su imagen de impoluta
que nunca debió estar en duda.
Quiero un comercio y un
empresariado honesto, sin mañas ni evasiones.
Aspiro a un campo laborioso y
sacrificado como siempre, que viva más pendiente de ser parte de la sociedad,
que mire al mundo que reclama sus productos y no viva prisionero de los vaivenes
del dólar.
Aspiro a la recuperación de la
educación integral, estatal o privada que se ocupe más de los alumnos y de su
formación para el futuro, que de los sueldos que merecen los docentes
históricamente postergados.
Quiero fuerzas de seguridad
cuyos integrantes desde el más encumbrado hasta el último efectivo puedan
mostrar un curriculum impecable y no un prontuario enjuagado.
Quiero fuerzas armadas
profesionales, modernamente equipadas y sin participar en actividades que no
sean las suyas, para que entre otras situaciones las fronteras terrestres,
marítimas, fluviales y aéreas dejen de ser un consentido colador, corredores
abiertos a la entrada y salida del narcotráfico, del contrabando y de
corrientes de fundamentalistas de pensamiento.
Sueño con que los científicos y
técnicos formados en el país sean respetados, estimulados y protegidos en sus
actividades, para asegurarnos que la alternativa de emigrar sea sólo un mal
recuerdo o una superada opción ante tantos ejemplos en tal sentido.
Quiero que la salud pública
reciba del Estado todo el apoyo que necesita para reconciliarse con los
requerimientos de la sociedad y terminar con el inhumano reinado de los
angurrientos laboratorios multinacionales y su costumbre de necesitar cada día más
enfermos.
Quiero que volvamos a tener
deportistas de nivel que nos representen en el mundo y no figuras de ahora o del
pasado que más se destacan por los sainetes de su vida privada que por sus
logros deportivos.
Y me encantaría que el Estado
apoyara más al deporte amateur sacrificado y comprometido, que sosteniendo a
empresas que se llaman grandes clubes y hacen su negocio tanto con sus
espectáculos y competencias, como con la compra y venta de gente a través de
cuyas operaciones, sobre todo con el exterior, se perpetran tantos episodios de
evasión.
Que así como un delirante pidió
una CONADEP para periodistas, desde el periodismo decente propiciemos
rinoscopia para los actores.
Quiero, en definitiva, un país
del reencuentro donde la razón, la tolerancia y el respeto sean más fuertes que
la impunidad.
Me duele aunque no me sorprende
la actitud de liberar a Milani y de meterle juicio a un periodista por
investigar.
Y que a la Democracia que
supimos conseguir a precio de sangre, de luto y de dolor la consolidemos entre
todos.
Vale repetir entonces lo que
clamé desde el comienzo: quiero un país de convivencia y no de odios, grietas
ni rencores.
Si a esto no lo entendemos, el
fracaso y la desintegración están llamando a nuestra puerta…
Respetando la veda
PALABRAS PARA EL
CIERRE
DE ESTA REDUCIDA
EDICIÓN
En la despedida hasta
el próximo domingo, quiero hacerlo con una cita de Nizar Qabban que encontré en
el muro de la querida amiga y colega Cristina Castello, quien durante un tiempo
trabajó en Córdoba, luego de radicó en Francia y poco tiempo atrás volvió a
brillar en Buenos Aires:“Busco a los hombres del fin del tiempo y no veo en la
noche salvo a los miedosos cuyas almas sólo temen el poder de las ratas.
Nos hemos acostumbrado a nuestra ofensa.
¿Qué queda del hombre cuando se acostumbra a la insignificancia?”
Nos hemos acostumbrado a nuestra ofensa.
¿Qué queda del hombre cuando se acostumbra a la insignificancia?”
¿Por qué voto? Lo confieso…
EL HECHO DE
VOTAR NO ES TAN
SÓLO UNA
OBLIGACIÓN CÍVICA
Para muchos, el día esperado.
Para no pocos, un día cualquiera que ofrece
la certeza de un buen asado, el reencuentro con los afectos y la espera de la
noche, por mera curiosidad de conocer los resultados.
Para otros, que no son pocos, el día de
elecciones les importa tanto como ir al proctólogo, pagar viejas cuentas,
visitar a la suegra, lavar el auto o limpiar la casa como tiempo atrás no lo
hacía.
El voto es obligatorio.
No cumplir con este deber cívico constituye
una transgresión que la ley castiga con multa y tiempo atrás, los que no votaban
se encontraban con problemas a la hora de realizar trámites administrativos,
bancarios o viajes al exterior.
Eso ya pasó.
En este país con alto grado de impunidad
generalizado, ese tipo de castigo ya no existe.
Sin embargo se hace necesario votar, aunque
sea tapándose la nariz, porque entre otras cosas es una obligación que después
nos da derecho al pataleo.
Para cambiar las cosas, para aplaudir lo
hecho, para repudiar las omisiones y los errores, es necesario participar desde
adentro del sistema y no marginarse, pensando equivocadamente que negarse a
votar es un acto de rebeldía.
Y a la hora de hacerlo, se impone el uso
racional de la memoria más que de las emociones, la rutina o la disciplina
partidaria.
Confieso ser un soldado implacable de esa
memoria, a la que debemos apelar en
homenaje y salvaguarda de nuestra propia
dignidad y quiero aprovechar este acto que me otorga la democracia para ser
parte del timón del destino y no la consecuencia lamentable de haber sido
indiferente.
Votar es ejercer el mágico derecho de
cuestionar y de hacerles saber a los políticos que soy una persona; que soy un
ciudadano libre y no un rehén de sus caprichos y devaneos, sean los
“mandamases” del color que fueren.
A través del voto anhelo que los políticos
me reconozcan como partícipe de esto tan maravilloso que es la Democracia, esa
misma democracia que es negocio para algunos que la toman como inversión.
Voto para elegir con la honestidad de mis
ideas y castigar con el rigor de mis frustraciones.
Voto para que me respeten y me escuchen, exigir
que atiendan mis problemas y no que me cierren las puertas una vez que se
instalen en sus despachos.
A la hora de votar YO quiero ser YO y no lo
que algunos dirigentes pretenden que sea: un autómata seducido por la
publicidad, el bolsón o la promesa disfrazada de mentira.
Voto por convicción, no sólo por obligación
cívica.
Y no perdono.
Resumiendo,
votar es lo mismo que desnudarse en un cuarto al que califican como oscuro, que
está rodeado de reflectores tan potentes como el deber cívico, la conciencia y
la memoria.
Gonio Ferrari
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