Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
-edición n° 580 del 4/8/19- difundido por dos de las emisoras dependientes de
Radio Universidad de Córdoba.
Vigencia de las encuestas
EN REALIDAD, UNA
ESPECIE DE PRONÓSTICOS
RELATIVOS Y
MUCHAS VECES INTERESADOS
Ya se venció el término que establece la ley
electoral para la divulgación de encuestas, pero de todas maneras y sin violar
esa disposición legal no hablaremos de los números manejados o no, pero sí del
valor relativo que tienen esos mecanismos que les llaman de consulta a la
sociedad.
Primero que nada, se me ocurre pensar a
título personal que el fracaso de muchas de esas encuestas en los últimos actos
eleccionarios celebrados en el país, afirman la sospecha que cada una
representa a cualquiera de los sectores en pugna, que se cotizan en cifras
millonarias y que a la postre todos caen en la certeza absoluta que la mejor
encuesta es la del lunes siguiente a cada comicio.
Es lógico para mucha gente pensar que si
alguien encarga una encuesta, lo hace para sentir la satisfacción de saberse
ganador de antemano y así ha ocurrido alguna vez que al traje de asumir lo
debieron guardar celosamente o lo hicieron desaparecer para no sufrir burlas de
sus relaciones o de extraños.
Ese vendría a ser el primer escalón en el
ascenso hacia las dudas que se plantean, suposición agravada en la cuestión
económica, porque nadie paga para que le digan que saldrá segundo, tercero o
que en definitiva, que no será el ganador.
Así hemos visto caer estrepitosamente muchos
niveles de añeja seriedad porque una cuestión es errarle por unas décimas y
pasa a ser papelón cuando la distancia de los pronósticos basados en esas
encuestas quedan ostensiblemente desvirtuados por la realidad.
Me comentaba un político días atrás, que en
Argentina el tema de las encuestas se había transformado en un compendio de
Quini 6, Loto, Brinco y alguna otra raspadita porque se consigna en cada una de
ellas una elevada participación de consultados que no es real y además peca de
parcializada por su escaso volumen, muy poco representativo y dudosamente
consultado.
El otro costado de las encuestas es sin
dudas su nivel de inducción en el electorado indeciso o en aquellos sufragantes
que alientan ese viejo anhelo de haber sido parte de un triunfo, aunque lo
hayan empujado a votar sin tomar en cuenta sus íntimas convicciones ideológicas
o sus simpatías por una corriente de pensamiento.
En suma, lo de las encuestas suele tomar
costados de seriedad cuando después de cada elección, se hacen las
comparaciones entre los pronósticos y los resultados finales, gesto que en
realidad no se ha destacado por su práctica real al menos en los últimos
tiempos.
La cuestión es tener memoria por una parte y
por la otra, la paciencia de atesorar todos los pronósticos de los
encuestadores y con los números finales en la mano, poder calificar la seriedad
de cada uno.
Porque en definitiva, no sería alocado
acudir a las brujas o a los adivinos, porque cualquiera de ellos y sumándole a
algunos encuestadores que hacen su negocio, no dejan de ser vendedores de humo.
Queda todavía una semana para que sepamos
quiénes son serios, quienes jugaron para uno u otro sector o quienes, una vez
más, demostrarán que a la condición de chanta no se la podrán sacar de encima.
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¿El hambre es instrumento político?
SITUACIÓN REAL EN EL
TESTIMONIO DIRECTO
DE UN VENEZOLANO QUE VINO A RADICARSE
Dejando de lado cualquier especulación de
las muchas que rodean a la situación de Venezuela, el hecho concreto es su
estado de crisis por la trascendencia que ha tomado no tan solo por versiones
de la prensa de aquel país, selectivamente silenciada, sino por la arrolladora
vigencia de dos elementos: las redes sociales y su expansión instantánea, y los
testimonios de quienes consiguieron dejar atrás su tierra para formar parte de
una numerosísima legión de desarraigados.
Si existe para la vida del ser humano algo
peor que la pérdida de la libertad u otras calamidades, eso del desarraigo; de
sacrificar sus raíces para emigrar a veces sin rumbos ni esperanzas, debe ser
uno de los más terribles castigos del Destino.
En la extensa conversación se abordaron
temas delicados como la falta de medicamentos especialmente oncológicos y
Yordan -tal el nombre de nuestro visitante- se explayó hasta comentar que su
esposa, precisamente, había suido una de las víctimas fatales de esas
carencias.
Aludió a las expresiones vertidas
recientemente por la Sra. Cristina Fernández de Kirchner, al sostener que en
materia de comida, Argentina estaba en la misma situación que en la Venezuela
de la actualidad, considerando que tales conceptos habían configurado una
imprudencia.
Otro de los temas puestos a consideración
fueron la existencia de paramilitares, la insignificancia de los sueldos, las
penurias para conseguir, aún teniendo dinero, elementos básicos para la
cotidiana subsistencia.
Ingeniero en sistemas y una especialización
en informática le permitieron venir a nuestro país dejando en Venezuela su
departamento, un automóvil, motocicleta, otros bienes y muchos afectos
familiares, mostrándose feliz y agradecido de haberse radicado aquí, entre
nosotros, con la esperanza de poder nacionalizarse. Padre de dos varones de 9 y
11 años confía en que habrá de adaptarse rápidamente a nuestro estilo de vida y
ya se encuentra trabajando en una importante industria cordobesa donde recibe
una correcta paga por sus servicios.
El audio de la conversación con Yordan se
puede encontrar en la columna derecha de este blog, parte superior, en la
sección correspondiente.
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Transición en la Municipalidad
LO IMPORTANTE ES QUE
SEA RESPETUOSA Y
NO SE DETENGAN LAS
OBRAS EN EJECUCIÓN
Por el momento no se
escuchan quejas serias en cuanto al desarrollo de la transición en la
Municipalidad de Córdoba entre el saliente Lord Layor, el joven Ramón Javier
Mestre y quien triunfara en las últimas elecciones para el cargo, el
sanfrancisqueño Martín Llaryora.
Algunas leves morriñas ocasionó el conocer
que en estos últimos tramos Mestre se ocupó de suscribir numerosos
nombramientos, asignación de horas extras y otros beneficios se supone que a
empleados de su extrema confianza, pero el chisporroteo no pasó por el momento
a mayores y rogamos que se disipe hasta que cabalmente se conozca y se revele
la trascendencia o no de esa acción postrera, si es que se albergan dudasen
cuanto a su legitimidad.
Pero lo importante para la sociedad
cordobesa, más que las peleítas por los nombramientos, es que no se paralicen
las obras y que se reactiven aquellos emprendimientos que por una u otra razón
sufrieron postergaciones o simplemente se los dejó de lado.
Es cierto que mucho se hizo en obras que no
se ven, no generan aplausos pero que eran imprescindibles como los desagues y
el sistema cloacal, la pavimentación de calles, el cuidado de plazas y paseos,
la reposición de luminarias, el agudo problema de la recolección de basura y la
limpieza de calles, pero en esos aspectos es mucho aún lo que resta por encarar
porque algunos sistemas ya colapsaron al igual que las redes de agua potable,
atendidas por Aguas Cordobesas, que vienen reventando con alarmante frecuencia.
La transición final del 10 de diciembre ya
demasiado próximo debiera ser el traspaso de la enorme responsabilidad de
atender los males de esta ciudad asombrosa, terminar con el caos urbano,
mejorar alguna vez el lamentable servicio de transporte público, no permitir
que falten materiales en los hospitales y dispensarios, ordenar la peatonal tan
invadida y seguir mejorando la traza urbana tan castigada por el crecimiento
alocado de la ciudad.
En consecuencia, si tanto el que se va como
el que viene quieren a Córdoba, en la madurez cívica y en el respeto por sus
pobladores debieran asumir el compromiso de concretar una transición que no sea
traumática, sino un merecido beneficio para quienes habitamos esta Córdoba
maravillosa.
Megacausa del Registro de la
Propiedad
PASAN LOS AÑOS Y ¿ES POSIBLE QUE
SE ABRA UN PROCESO DE REVISIÓN?
Repetidamente nos venimos ocupando en
este espacio de las irregularidades denunciadas en la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba, en especial, del abuso
sistemático de la prisión preventiva, que se consagró como regla para los
imputados, que en forma habitual primero cumplieron la pena y
después fueron juzgados.
Autoridades en la materia ya han
dicho que semejante situación expone gravemente al detenido, no sólo
por la violación de su garantía y carácter de inocente, sino también por la
presión que se impone sobre el Tribunal para declararlo culpable, debido a la
pena que ya cumplió.
Sería como si un cirujano primero lo
operara y después le hiciera el diagnóstico. El domingo pasado
conversamos con Daniel Cerdá, pionero en juicios, ya que
comentó que le realizaron 26 por los mismos hechos, en los que
habría acumulado una pena de 58 años, que por acuerdo, y seguramente
por sentido razonable, se llevó a 16.
Sin meternos en las idoneidades
judiciales, pero teniendo en cuenta la economía procesal tan necesaria, resulta
lógico pensar que podría haberse realizado un solo juicio, en el que
posiblemente se hubiera arribado a idénticas conclusiones.
Quisiera destacar algunos dichos que
ameritan reflexión: Cerdá mencionó que un imputado falleció escaso
tiempo después de ser detenido porque habría sido envenenado, dijo
que hay cosas que no se saben en profundidad y que el Poder Ejecutivo habría
estado a cargo de la organización de la causa.
Tales afirmaciones, de
comprobarse, enturbian tanto el panorama
que podrían invalidar el proceso. Sin dudas
que se debe investigar, y tal vez reorientar la brújula
judicial.
Se me ocurre que estamos a tiempo de sostener que pese a todo, la
Justicia existe aún sin la dependencia del poder.
Dirigencia sindical argentina
COINCIDENTE
VOCACIÓN DE ETERNIZARSE
Y ASPIRACIONES DE
BIENES Y DE RIQUEZAS
En honor a la verdad, no me consta que en
otras latitudes exista como aquí entre los argentinos, esa creciente modalidad
advertida en la dirigencia sindical, de buscar eternizarse en el poder,
utilizar su cargo gremial para acceder a cargos partidarios electivos e ir
acumulando, aunque no en todos los casos, fortunas enormes que pasan a ser
groseras por sus características y que configuran una afrenta para la comunidad
decente y honesta.
Si bien hay que recordar -y reconocer- que
el movimiento obrero de nuestro país pasó a ser la columna vertebral del
peronismo virtualmente desde mediados de la década del 40, fue el resultado
lógico y ansiado de todo lo que realizó Juan Domingo Perón en beneficio de la
por entonces postergada, explotada y sojuzgada clase trabajadora, cuando uno de
los postulados era combatir al capital, y ahora pasaron a ser parte de ese
sector.
Lo que molesta e indigna a la sociedad, es
la angurria en la que incurrieron algunos encumbrados gremialistas que
enrolados dentro de una determinada corriente ideológica, dejaron de lado
aquello de servir a sus bases para encaramarse en cargos públicos, incorporarse
a legislaturas y empeñarse en atesorar riquezas muy difíciles de justificar si
en realidad existieran controles que permitieran hacerlo.
No me pidan nombres porque los conocemos a
todos con pelos y señales, aunque se encaprichen en sostener que los bienes no
son tantos, que sus inversiones en el extranjero son chismes del periodismo
opositor y que los coches de alta gama en los que se desplazan son prestados o
los ganaron en una rifa.
Ofende a la inteligencia colectiva conocer
que no tan solo son adictos a los coches de grandes marcas, sino que al
quedarles chicas esas obscenas exhibiciones de poder, algunos se agrandaron comprando
embarcaciones, aviones y hasta helicópteros para poder desplazarse a sus anchas
y sin padecer las penurias del tránsito congestionado, a veces, por sus mismos
seguidores que reclaman apoyo a sus demandas.
Ni hablar de las residencias en las que
viven, en los viajes de placer que realizan por lo general acompañados, de su
poderío que trasladan a la actividad deportiva dirigencial y otros destinos que
les dan a enormes y ofensivas sumas de dinero.
Si al más humilde de los ediles en cualquier
pueblito de nuestra geografía se le exige una declaración de bienes al ingresar
al puesto público y con la debida actualización al momento de retirarse, es
irritante que la dirigencia sindical cuente con la impunidad de esconder todo
lo que tiene.
Y si estuviera en vigencia esa obligación,
que la verdad no me actualicé en ese aspecto, es llamativo que si se practica,
la ciudadanía no la conozca en detalle.
Por respeto a la gente y en cumplimiento de
aquello que se pregona en cuanto a la igualdad de todos ante la ley, es de
esperar que el próximo gobierno, sea de la vertiente que fuere, le regale a la
ciudadanía esa costumbre de obligar a la dirigencia sindical a revelar sus
bienes.
Tanto los que muestran, como los que ocultan
y de paso justificar hasta el último peso que ingrese a sus bolsillos. Ese
sería el mejor homenaje que el gobierno le pudiera hacer a la ciudadanía.
Y también, a esa dirigencia austera y
decente que supo honrar sus cargos con sacrificio y compromiso,
desinteresadamente y pensando hacia las bases más que hacia las alturas
sensuales, tentadoras y encandilantes del poder.
Se hicieron ver en la Rural
ALGUNOS VEGANOS Y SU
INTENCIÓN DE
IMPONER UN
CURIOSO ESTILO DE
VIDA
La verdad y a título personal, pensar que
alguien pueda creerse con derecho -más allá de mi médico de cabecera- de
obligarme a comer lo que le aconseja su militancia en tal sentido, me haría
pensar más allá del autoritarismo que supone una actitud de tal naturaleza y
ejecución, un ataque alocado a mi libertad de discernir.
Por eso me desorienta la reacción de ese
movimiento no sé si orientado desde algún sector político, frente a la
inminencia de elecciones o por otras motivaciones, que asaltó la pista de la
Sociedad Rural en un “acting” de la corriente vegana que repudia la matanza de
animales y alienta el consumo de otros alimentos tales como verduras,
hortalizas y no sé que otras menudencias.
Se zamparon a la pista portando carteles y
los gauchos no tardaron en reaccionar en legítima defensa, porque es su casa y
son respetuosos de las ancestrales costumbres, a menos que se predique
cortarles un bife de nalga a los terneros, sin la obligación de sacrificarlos o
amputarles las alas a los pollos dejándolos vivos.
Posiblemente algo de razón les asista cuando
luchan por cesar con el maltrato a los caballos en las domas o en festivales de
monta; en el estado a veces deplorable que padecen en los zoológicos o en los
casos de circos que ilegalmente hacen trabajar a cierto tipo de animales.
Hay carreros que por ignorancia o porque se
les ocurre nada más, se ensañan con pobres y debilitados jamelgos, sin
importarles que son los que les posibilitan hacer algunos pesos para subsistir
y sin embargo no los alimentan y así sucumben en medio de su desnutrición y en
plena calle.
Tampoco se advierte que se quejen por las
peleas de perros o por las riñas de gallos y tantas otras maneras que existen
de maltratar a cualquier bestia.
No la sacaron barata en su incursión por la
Rural y eso de pretender imponer ideologías en el ámbito que fuere, no fue
aceptado por la enorme mayoría de la opinión pública por la actitud prepotente,
premeditada y dirigida vaya uno a saber con qué propósitos extraños, por ese tufillo
a la cercanía de las elecciones, con tal de hacer quilombo porque sí.
Sirva entonces la ocasión para un desagravio
a la hermosura chispeante de una parrilla colmada de costillas, vacío, chorizos
de puro chancho, morcillas con cebolla de verdeo y nueces, muslos de pollo,
mollejitas crocantes y una jugosa tira de entraña.
Nuestras tradiciones no merecían la afrenta
de unos desubicados que pretenden que todos vivamos contentos comiendo yuyos.
Porque los yuyos, entre nosotros sea dicho,
sirven sólo para esconderse…
Transporte urbano
CON LA BRÚJULA
DESORIENTADA, SIGUE LA
DECADENCIA DE
UN SISTEMA FRACASADO
Es penoso advertir que otra vez las
expectativas de una sufrida población, le llamemos “bondidependiente”, han sido
superadas por la histórica angurria de las empresas que tienen a su cargo eso
que le llaman “servicio” del transporte urbano, una actividad tan onerosa para
los usuarios, como decadente en su calidad.
Se aplicó el aumento que pedían, centavo más
o centavo menos y las cosas en lugar de mejorar o de superarse los
incumplimientos ya acostumbrados, empeoraron en la mayoría de los corredores
justo ahora en el invierno, cuando no resulta cómodo ni saludable un plantón de
más de media hora en cualquier parada.
Porque los señores de la FETAP manejan las
frecuencias a su antojo y conveniencia, amparadas por la ausencia de controles
por parte del poder concedente que es la Municipalidad.
Ya se. No me lo digan. El tema es de los
subsidios y en ese terreno ¿qué culpa tiene el ciudadano de a pié de la pelea
que por esos mangos tienen la Muni, el gobierno de Juan y lo que estaría
debiendo Mauricio?
Pero ocurre lo de siempre, que el hilo se
corta en lo más delgado que es el vapuleado, ofendido y maltratado pasajero que
paga el boleto más caro del país para un servicio que dejó de ser lastimoso
para transformarse en lesivo y motivante de enfermedades y otros trastornos.
Es para rogar, en bien de los cordobeses que
como usuarios seguimos siendo rehenes de la angurria por momentos de la FETAP
y luego consecuente e indirectamente de
la dirigencia de la UTA, que una vez más el reclamo es por esa maldita carencia
de sensibilidad social, y más en tiempos de crisis.
Si los señores empresarios siguen diciendo
que pierden plata, hay que refregarles en la mente que es de tontos permitir
que eso ocurra, cuando lo que se impone es que cambien de rubro y que a sus
ganancias las inviertan en otra actividad que consideren más rentable.
Pero aquí, en Córdoba, la paciencia de la
gente ya se agotó y después no vengan a mariconear con que los rechazan.
Porque ampliamente merecido lo tienen.
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