20 de octubre de 2019

S.L.B.: FESTEJEMOS HOY A QUIEN TODO LO PERDONA: LA MAMÁ - ¿DOMESTICAR AL PERIODISMO CON UNA "CONADEP" PARA ELLOS? - PROTOCOLOS Y CONSTITUCIÓN EN LA MEGACAUSA DEL REGISTRO - FRACASO DEL GRADUALISMO MACRISTA - LA MEMORIA NECESARIA PARA UNA HISTORIA RECIENTE – CLARA NAUM OTRA VEZ EN CÓRDOBA - "BONUS TRACK": LA LEALTAD, ALCANCES E INTERPRETACIONES, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa difundido por AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba. Esta fue la emisión n° 591 de “Síganme los buenos”.

Día de la Madre, la tengamos o no…
HOY  FESTEJEMOS A QUIEN  TODO  LO
MERECE Y QUIEN TODO NOS PERDONA        
   Es ella, la única, el ser que todo nos perdona aunque a veces nos haya hecho tronar el escarmiento en el patíbulo de su chancleta, la pena capital del tirón de orejas o ahora los deje sin televisor, les secuestre el celular y los aleje de la play por un par de días.
   La que imparte su justicia alejada de los códigos pero que lo hace desde el corazón sabiendo que en su rigurosa o permisiva aplicación de la ley no existen el dos por uno, las apelaciones del llanto, los arrepentimientos poco sinceros o el lloriqueo que busca enternecer.
   Es la que nos regala el mágico prodigio de la vida, nos quita los miedos, espanta las brumas y las sombras, comprende lo incomprensible y ahuyenta nuestras penas.
   Nada interesa si es casada o soltera, viuda o divorciada.
   Sus méritos como esposa, concubina o como le quieran llamar poco importan, porque esa mujer, por encima de cualquier vetusto o almidonado rótulo convencional, es Mamá.
   ¿Por qué será que teniendo desde el alma tanto para decir de ella las palabras nunca alcanzan?
   ¿Por qué será que sentimientos como el cariño, la admiración, el respeto, la lucha, la ternura o el amparo sirvan para sintetizarla?
   ¿Por qué una caricia, una lágrima, una mirada, un gesto cómplice o un recuerdo basten para que tengamos la certeza milagrosa de su presencia?
   Sabemos, y ella también lo sabe, que a la hora de estar junto a nosotros no existen los enojos, las barreras ni las lejanías.
   Y si abrumados por la angustia, buscamos un motivo que nos devuelva la alegría de vivir, más que a nosotros, en nosotros la encontramos a ella, así la tengamos o no.  
   Ese es el insondable, laberíntico y misterioso sortilegio de su amor, porque con ella tal sentimiento está mucho, muchísimo más allá de lo terrenal; de lo humanamente explicable. Y podemos conocerla o no -eso es lo de menos en muchos casos- pero estoy convencido que aquellos que no la conocen, lo mismo, al extrañarla, regresan a su cálido vientre, respiran por ella y miran por sus ojos.
   Vale recordar entonces unos hermosos versos de Isidoro Blastein.
   “Adiós Mamá.
   Hasta pronto.
   Trázame un sendero con tu voz
   y una estela luminosa con tu gesto,
   resérvame una gruta de ternura
   y guárdame un lugar en tu regazo.
   Yo llegaré hasta ti de cuando en cuando
   a conversar contigo sentado en las estrellas.”
   Vieja, ¡salud…!

En el terreno de los delirios
ESA PEREGRINA INTENCIÓN DE
“DOMESTICAR” AL PERIODISMO
   Los censores desde el fondo de la historia buscaron siempre acomodar el mensaje masivo de los voceros a su capricho y antojo, llegando a casos extremos de asesinar a quienes no aceptaban las imposiciones de divulgar lo que ellos o sus mandantes imponían.
   Pasaron largos años y siglos para que después de tantos intentos por imponer el mensaje único con éxito variado, surgiera cerca de nosotros un fantoche, exponente de humor escatológico, misógino y degradante, que en un desborde de imaginación y chupamedismo sugirió la creación de un organismo que neutralizara opiniones adversas al gobierno kirchnerista.
   Dady Brieva, el mal payaso en cuestión, pretendió quedar bien con quienes durante tanto tiempo pagaron con dinero de la gente, elevadas sumas para que se presentara en distintos escenarios con su humor barato, pendenciero y más conflictuado que la relación que mantenía hipócritamente con los otros dos integrantes de su terceto, otrora exitoso y convocante.
   Pero lo que buscaba este mamarracho disfrazado de gracioso, jocoso y burlesco, era que el Estado tomara a su cargo el control de la opinión que se vierte a través de los medios de comunicación, algo así como la implantación de un sistema de censura previa, que sólo podía ser divulgada si no contenía críticas al sistema o a sus personeros, calificar buscando los antecedentes de los periodistas.
   Por fortuna el extravagante personaje llegó tarde con su iniciativa porque apenas asomó como rumor, se levantaron las voces que con base en lo más sagrado de la democracia que es la libertad de pensamiento y de opinar, lo ubicó en el lugar de los despreciables caricatos, clown de cabotaje, saltimbanqui de los escenarios.
   Que agradezca este ridículo lametrastes de quienes ahora procuran retomar el poder por medios legítimos como lo son los votos, que a ningún periodista se le haya ocurrido en contrapartida, sugerir la creación de un sistema que, en salvaguarda de la salud nacional y popular, implantara la obligatoriedad de la rinoscopia anual para todos los integrantes de nuestra variopinta y veleidosa farándula.
   La verdad, creo que los periodistas saldríamos gananciosos…
   O ellos nos ganarían por varios nariguetazos de ventaja.

Megacausa del Registro de la Propiedad
PROTOCOLOS Y CONSTITUCIÓN, ALEJADOS
DE  SU  CORRECTA Y JURÍDICA APLICACIÓN
 
   La palabra protocolo puede definirse como un conjunto de reglas o normativas que nos dicen cómo actuar en ciertos procedimientos, aplicándose en distintas ciencias. En la salud, por ejemplo,  los protocolos permiten  tomar decisiones basadas en evidencia científica o  en “pruebas”, con la finalidad de evitar errores.
   En la naturaleza es conveniente seguir los protocolos, porque la verdad de la evidencia no se puede negociar sin arriesgarse a que nos pase factura.  Se me ocurrió extender la palabra a la Justicia  y a la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, pensando que seguramente un protocolo, también basado en la evidencia y los estudios de años, es  la Constitución Nacional cuando  establece que cualquiera que resulte sospechado o acusado de un delito debe ser juzgado para que pueda defenderse y no encarcelado sin juicio previo, por las dudas.
   También como protocolo  dispone que no deben existir comisiones especiales de jueces que tengan opiniones preestablecidas  sobre el tema y  que no se puede juzgar dos veces a la misma persona por el mismo hecho, todo para evitar equivocarse.
   No está claro por qué ningún elemento de este protocolo Constitución fue respetado en la causa del Registro,  invirtiéndose, por el contrario,  cada una de las recomendaciones,  por lo cual,  se encarceló a los imputados sin juicio,  una comisión especial se encargó de juzgarlos, y muchos  juicios se repitieron  más de una vez.
   En las acciones de los hombres los protocolos pueden ignorarse, la evidencia taparse y la verdad negociarse,  lo que  no significa que en algún momento, más tarde o más temprano, la Justicia pueda despertar  para pasar factura.

Llegó demasiado tarde
EL FRACASO DEL GRADUALISMO ES LO QUE
CASI  NOS CONDENA A LA DESINTEGRACIÓN
   Cuando casi cuatro años atrás Mauricio Macri accedió a la Presidencia de la Nación por el voto popular, lo hizo con suficiente apoyo y espalda política como para encarar la reconstrucción de un país asolado por la corrupción, los negociados y la rapiña y el aislamiento internacional.
   Y a grandes rasgos era inevitable un ajuste que sincerara la economía, que no escondiera realidades y aunque significara un duro golpe al bolsillo de los argentinos, era la única manera de comenzar a detener la demolición, luego vendría la remoción de escombros y en la parte final, la ansiada reconstrucción de un país asolado por los conflictos, las diferencias y los odios.
   Aquel pretendido equipo de gobierno calificado como el mejor en medio siglo resultó ser inoperante o timorato de aplicar los correctivos necesarios y naufragó en sus dilatados intentos por imponer un gradualismo inútil e improcedente porque el estado de gravedad institucional requería terapia de choque y no suaves paliativos.
   Forbes, la prestigiosa revista estadounidense, dedicó una columna sobre cuáles son los problemas económicos que azotan al país, comentando que la victoria de los Fernández en las PASO “virtualmente les garantiza a Alberto y a Cristina Kirchner ocupar la Casa Rosada luego de octubre” y explica que no fue una sorpresa porque hace más de un año que viene advirtiendo que el gradualismo, “un mantra para Mauricio Macri” es la fórmula para un desastre político. Los otros dos factores que llevaron al Presidente a este final fueron el peso argentino y el pedido de ayuda al Fondo Monetario Internacional. Dice que Argentina vio a muchos políticos ser arrastrados por el gradualismo.
   Y el columnista, de apellido Hanke, agrega que “las prescripciones del FMI resultaron ser la medicina equivocada. Para estabilizar el tipo de cambio de una moneda devaluada, ordena subir las tasas de interés. Con estas tasas la economía colapsa y con ella, la moneda que el FMI trata de estabilizar”.
   Luego cita a Roberto Barro, profesor de Harvard, para insistir sobre las consecuencias que tiene para un país acudir al Fondo: un mayor préstamo de ese organismo reduce el crecimiento de la economía, no trae inversiones y la participación en sus programas baja el nivel del estado de derecho y la democracia”.
   En el final el artículo se refiere a cómo reaccionaron los argentinos luego de los resultados del domingo de las PASO: “Están comprando dólares lo más rápido que pueden. Y completa con su solución para empezar a encauzar el rumbo: el peso debería ser reemplazado por el dólar y el gobierno argentino debería hacer lo que todos sus ciudadanos hacen en tiempos de crisis: dolarizarse. Es tiempo de que las élites en la Argentina se despierten y enfrenten la realidad”.
   Resumiendo, ese capricho de sostener un gradualismo que a nada bueno condujo, nos valió el deterioro de todo aquello que se pretendía poner en orden aunque las soluciones que anuncia y propone actualmente una oposición que quiere volver a gobernar, no tienen la seriedad que imponen las críticas instancias que vivimos los argentinos, porque si ellos tuvieron el poder en sus manos durante tantos años y nos llevaron a una situación de permanente emergencia en lo económico, es para volver a preguntarnos por qué, teniendo las mágicas soluciones que ahora pregonan, no las aplicaron en su momento cuando transitábamos por el tobogán hasta la casi desintegración.
   La presión permanente de la dirigencia sindical abiertamente comprometida con el justicialismo y conductores millonarios para legiones de trabajadores pobres, consiguieron debilitar aún más a un gobierno que no supo reaccionar frente a los paros salvajes, el asalto a las cajas de las organizaciones gremiales y la implantación de un estado de conflicto casi permanente.
   No se aprovechó todo lo que estatuyen las leyes para esos casos y al ceder terreno, provocaron el agrande de aquellos acostumbrados a la prepotencia y en muchos casos al vandalismo y al daño a bienes y propiedades que son de la comunidad.
   No se atacó a la pobreza creciente, que estaba muy por encima de aquella peregrina declaración que aseguraba que estábamos mejor que en Alemania, porque la manipulación de cifras estadísticas se había hecho parte del deporte nacional y popular.
   Es cierto que hubo un saludable retorno a la sinceridad a la hora de radiografiar la realidad del país, pero ese gesto no alcanzó para modificar conductas ni tendencias, sino que fue más el reconocimiento de la propia equivocación y el mal aprovechamiento del apoyo mayoritario de la gente, esa gente que aún ansía la recuperación del país, la cicatrización de las heridas y el reencuentro de los argentinos.
   No se obró al principio con la diligencia que imponían las graves circunstancias, y ahora sería aventuroso hacerlo, cuando la moneda echada a volar, aún está en el aire.

Aunque no siempre es bueno mirar hacia atrás
LA  MEMORIA  SUELE APLICARSE  PARA  EVITAR
AQUELLOS TROPEZONES CON LA MISMA PIEDRA
   Se dice que no es conveniente conducir un vehículo con la mirada fija en el espejo retrovisor, o sea mirando hacia atrás, aunque a veces en homenaje a la historia suele ser saludable mirar hacia el pasado en un intento de no repetir situaciones negativas o adversas.
   Por eso, cuando rescatamos de los recuerdos ciertas situaciones, lo hacemos aportando todo eso al archivo de la memoria, que como bien se sabe es el lápiz de la Historia.
   Es así que recordamos los 200 muertos de Cromañón, el medio centenar de víctimas evitables en el accidente del ferrocarril en Estación Once, los 180 muertos en las inundaciones de Lujan y La Plata, o los 12 muertos por los saqueos en Tucumán, sin pretender establecer una competencia de casos fatales.
   Se cerraron las importaciones, nos quedamos sin insumos, medicamentos, prótesis y nos quitaron los subsidios al gas, la electricidad y otros servicios y nadie se quejó. Se construyeron y pagaron rutas que llegaban al pie de montañas y no había túnel, se entregaron terrenos en Neuquen a los chinos según dijeron para una base científico militar.
   El costo de vida, la pobreza, la mortalidad infantil, la inflación y otros indicadores eran dibujos elaborados impunemente por el Indec y la inseguridad pasó a ser sólo una sensación impuesta por los malditos medios hegemónicos.
   Creció el narcotráfico, las fronteras argentinas eran un colador y se alzaban voces de protesta cuando a alguien se le ocurría reaccionar en defensa propia. La Sra. Kirchner vetó el 82 por ciento para los jubilados que seguían postergados, cientos de muertos siguieron cobrando jubilaciones y pensiones, calificaron a Milagro Sala como militante social al momento de defenderla mientras ella y su familia acumulaban riquezas.
   Hubo un fiscal que iba a presentar al día siguiente una denuncia contra un importante personaje del gobierno nacional, pero no llegó a concretarla porque de acuerdo con los dictámenes científicos, lo suicidaron.
   Le compramos por 6 millones de dólares a España una ristra de vagones ferroviarios que nunca sirvieron, el fútbol para todos nos salió más de seis mil millones de pesos entre 2009 y 2015, Hebe de Bonafini se asoció con un parricida para los sueños compartidos que terminaron en pesadilla, la agrupación Vatayón Militante es acompañada un par de veces por presos condenados a perpetua.
   En Fadea llenaron de militantes y no fabricaron ni un puto tornillo pese a la tecnología que anunciaron había sido dotada la planta, que en su tiempo fuera orgullo e inicio de la industrialización de Córdoba de la mano del brigadier Juan Ignacio San Martín.
   Todavía estamos pagando la nacionalización de YPF que nos iba a salir gratis, hay un exvicepresidente que vivía en una duna y truchó los papeles de un auto e intentó vender una imprenta del Estado, recordemos que los fondos de Santa Cruz nunca volvieron y que la ahorrativa Florencia tenía cerca de cinco palos verdes en su caja de caudales.
   En fin, contra aquellos que consideren a este comentario como un acto de gorilismo, que tengan la grandeza al menos de respetar la historia y ya que estamos, también a la memoria de la que tanto se habla.   Y entendamos que si tropezamos con la misma piedra otra vez, será por nuestra propia y exclusiva responsabilidad.
   Y allí aprenderemos entonces, cuando lleguen las consecuencias, que no siempre es malo ni riesgoso mirar hacia atrás.

Nobleza, fidelidad, honradez, rectitud, etc.
HOMENAJE AL  DÍA DE LA LEALTAD, QUE NO ES
PROPIEDAD DE NINGUNA CORRIENTE  POLÍTICA
   Las imágenes de aquel octubre del ‘45 nos traen otra vez a la memoria el fervor de la gente y los pies inflamados por la caminata, metidos allí en el agua de las fuentes de Plaza de Mayo sacudida por el grito que nacía desde el fondo de cada pecho. Es allí que con aquella remembranza nos invade una nostálgica y apartidaria admiración.
   Admiración por la convicción; por la lucha inicial contra una oligarquía terrateniente, latifundista, soberbia, ricachona, negrera y de nariz parada, casta que con frecuencia viajaba a Europa llevando su propia vaca en el barco para asegurarse la provisión de leche.
   Aquellos agobiados trabajadores de rostros y cuerpos cansados por la explotación, bolsillos exhaustos, esperanzas en vías de extinción y derechos impunemente vulnerados sin pudor y sin medida fueron los factores motivantes que marcaron el rumbo hacia la redención, cercana al milagro. Ellos y nadie más merecen quedar en la historia como legítimos forjadores de la lealtad: lealtad a sus principios, lealtad a su lucha, lealtad a su propio sacrificio; lealtad al valor inconmensurable de su compromiso con un ideal.
   Los argentinos a veces cometemos la imprudencia de alterar y devaluar básicos conceptos y algunos delirantes todavía pretenden convencernos que ciertos personajes, estén o no con nosotros, son más importantes que las instituciones o que la Patria misma. Ese deporte nacional de endiosar casi al voleo ha llevado a la desilusión de muchos, habituados a fabricar patéticos dioses de cartón, charlatanes iluminados con alma mentirosa y demagógica.
   A la lealtad -como muchos creen- no la inventaron Perón ni sus acólitos simpatizantes, aunque en la historia de los argentinos si recorremos esos intrincados laberintos de la memoria, es posible que no alcancemos a encontrar otro ejemplo comparable a la comunión de pensamiento que unía al viejo líder con los seguidores de sus postulados.
   La lealtad debe inclinarse hacia la honorabilidad de principios, hacia la ética, hacia la honestidad, hacia la sana y beneficiosa cultura de la productividad y la creación; del esfuerzo y de una actitud constructiva hacia la sociedad. Cuando lo que se impone es la generación de trabajo digno, no es positivo ni socialmente viable ser leales al bolsón, a la beca inmerecida, al subsidio politizado ni a ninguna expresión de dádiva o asistencialismo que son las credenciales con que se identifica el populismo y la senda más breve para llegar a la destrucción de la noble cultura del sacrificio.
   Lealtad es el inclaudicable y honrado cumplimiento de las leyes, la fidelidad a la verdad y el ejercicio del honor y de la hombría de bien. Lo contrario es politiquería no siempre barata y es el reinado de la pobreza disfrazada de abundancia porque la historia, nuestra historia de siempre nos enseña y a veces con secuelas de dolor, que los espejismos nos vienen saliendo demasiado caros. La lealtad a principios básicos de convivencia, es la mejor garantía que tenemos para recuperar todos los valores que se han ido perdiendo por los caminos de nuestra propia historia de desencuentros.
   La lealtad no es invento de nadie, ni es himno o estandarte de ningún político.

   La lealtad es simplemente una honesta manera de pensar y de vivir.

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