Desgrabación de los comentarios del periodista
Gonio Ferrari en su programa difundido por AM580 y la FM88.5 ambas de Radio
Universidad de Córdoba. Esta fue la emisión n° 591 de “Síganme los buenos”.
Día de
la Madre, la tengamos o no…
HOY FESTEJEMOS A
QUIEN TODO LO
MERECE Y QUIEN TODO NOS PERDONA
Es ella, la única, el
ser que todo nos perdona aunque a veces nos haya hecho tronar el escarmiento en
el patíbulo de su chancleta, la pena capital del tirón de orejas o ahora los
deje sin televisor, les secuestre el celular y los aleje de la play por un par
de días.
La que imparte su
justicia alejada de los códigos pero que lo hace desde el corazón sabiendo que
en su rigurosa o permisiva aplicación de la ley no existen el dos por uno, las
apelaciones del llanto, los arrepentimientos poco sinceros o el lloriqueo que
busca enternecer.
Es la que nos regala el
mágico prodigio de la vida, nos quita los miedos, espanta las brumas y las
sombras, comprende lo incomprensible y ahuyenta nuestras penas.
Nada interesa si es
casada o soltera, viuda o divorciada.

¿Por qué será que
teniendo desde el alma tanto para decir de ella las palabras nunca alcanzan?
¿Por qué será que
sentimientos como el cariño, la admiración, el respeto, la lucha, la ternura o
el amparo sirvan para sintetizarla?
¿Por qué una caricia,
una lágrima, una mirada, un gesto cómplice o un recuerdo basten para que tengamos
la certeza milagrosa de su presencia?

Y si abrumados por la
angustia, buscamos un motivo que nos devuelva la alegría de vivir, más que a
nosotros, en nosotros la encontramos a ella, así la tengamos o no.
Ese es el insondable,
laberíntico y misterioso sortilegio de su amor, porque con ella tal sentimiento
está mucho, muchísimo más allá de lo terrenal; de lo humanamente explicable. Y
podemos conocerla o no -eso es lo de menos en muchos casos- pero estoy
convencido que aquellos que no la conocen, lo mismo, al extrañarla, regresan a
su cálido vientre, respiran por ella y miran por sus ojos.
Vale recordar entonces
unos hermosos versos de Isidoro Blastein.
“Adiós Mamá.
Hasta pronto.
Trázame un sendero con tu voz
y una estela luminosa con tu gesto,
resérvame una gruta de ternura
y guárdame un lugar en tu regazo.
Yo llegaré hasta ti de cuando en cuando
a conversar contigo sentado en las
estrellas.”
Vieja, ¡salud…!
En
el terreno de los delirios
ESA PEREGRINA
INTENCIÓN DE
“DOMESTICAR” AL
PERIODISMO
Los censores desde el fondo de la historia
buscaron siempre acomodar el mensaje masivo de los voceros a su capricho y
antojo, llegando a casos extremos de asesinar a quienes no aceptaban las
imposiciones de divulgar lo que ellos o sus mandantes imponían.
Pasaron largos años y siglos para que
después de tantos intentos por imponer el mensaje único con éxito variado, surgiera
cerca de nosotros un fantoche, exponente de humor escatológico, misógino y
degradante, que en un desborde de imaginación y chupamedismo sugirió la
creación de un organismo que neutralizara opiniones adversas al gobierno
kirchnerista.


Por fortuna el extravagante personaje llegó
tarde con su iniciativa porque apenas asomó como rumor, se levantaron las voces
que con base en lo más sagrado de la democracia que es la libertad de
pensamiento y de opinar, lo ubicó en el lugar de los despreciables caricatos,
clown de cabotaje, saltimbanqui de los escenarios.

La verdad, creo que los periodistas
saldríamos gananciosos…
O ellos nos ganarían por varios nariguetazos
de ventaja.
Megacausa
del Registro de la Propiedad
PROTOCOLOS Y
CONSTITUCIÓN, ALEJADOS
DE SU
CORRECTA Y JURÍDICA APLICACIÓN
La palabra protocolo
puede definirse como un conjunto de reglas o normativas que nos dicen cómo
actuar en ciertos procedimientos, aplicándose en distintas ciencias. En la
salud, por ejemplo, los protocolos permiten tomar decisiones
basadas en evidencia científica o en “pruebas”, con la finalidad de
evitar errores.
En la naturaleza es
conveniente seguir los protocolos, porque la verdad de la evidencia no se puede
negociar sin arriesgarse a que nos pase factura. Se me ocurrió
extender la palabra a la Justicia y a la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba, pensando que seguramente un protocolo, también basado en
la evidencia y los estudios de años, es la Constitución Nacional
cuando establece que cualquiera que resulte sospechado o acusado de
un delito debe ser juzgado para que pueda defenderse y no encarcelado sin
juicio previo, por las dudas.
También como
protocolo dispone que no deben existir comisiones especiales de
jueces que tengan opiniones preestablecidas sobre el tema
y que no se puede juzgar dos veces a la misma persona por el mismo
hecho, todo para evitar equivocarse.
No está claro por
qué ningún elemento de este protocolo Constitución fue respetado en la causa
del Registro, invirtiéndose, por el contrario, cada una
de las recomendaciones, por lo cual, se encarceló a los
imputados sin juicio, una comisión especial se encargó de juzgarlos,
y muchos juicios se repitieron más de una vez.
En las acciones de
los hombres los protocolos pueden ignorarse, la evidencia taparse y la verdad
negociarse, lo que no significa que en algún momento, más
tarde o más temprano, la Justicia pueda despertar para pasar factura.
Llegó
demasiado tarde
EL FRACASO DEL
GRADUALISMO ES LO QUE
CASI NOS CONDENA A LA DESINTEGRACIÓN
Cuando casi cuatro años atrás Mauricio Macri
accedió a la Presidencia de la Nación por el voto popular, lo hizo con
suficiente apoyo y espalda política como para encarar la reconstrucción de un
país asolado por la corrupción, los negociados y la rapiña y el aislamiento
internacional.
Y a
grandes rasgos era inevitable un ajuste que sincerara la economía, que no
escondiera realidades y aunque significara un duro golpe al bolsillo de los
argentinos, era la única manera de comenzar a detener la demolición, luego
vendría la remoción de escombros y en la parte final, la ansiada reconstrucción
de un país asolado por los conflictos, las diferencias y los odios.

Forbes, la prestigiosa revista
estadounidense, dedicó una columna sobre cuáles son los problemas económicos
que azotan al país, comentando que la victoria de los Fernández en las PASO
“virtualmente les garantiza a Alberto y a Cristina Kirchner ocupar la Casa
Rosada luego de octubre” y explica que no fue una sorpresa porque hace más de
un año que viene advirtiendo que el gradualismo, “un mantra para Mauricio Macri”
es la fórmula para un desastre político. Los otros dos factores que llevaron al
Presidente a este final fueron el peso argentino y el pedido de ayuda al Fondo
Monetario Internacional. Dice que Argentina vio a muchos políticos ser
arrastrados por el gradualismo.
Y el columnista, de apellido Hanke, agrega
que “las prescripciones del FMI resultaron ser la medicina equivocada. Para
estabilizar el tipo de cambio de una moneda devaluada, ordena subir las tasas
de interés. Con estas tasas la economía colapsa y con ella, la moneda que el
FMI trata de estabilizar”.

En el final el artículo se refiere a cómo
reaccionaron los argentinos luego de los resultados del domingo de las PASO:
“Están comprando dólares lo más rápido que pueden. Y completa con su solución
para empezar a encauzar el rumbo: el peso debería ser reemplazado por el dólar
y el gobierno argentino debería hacer lo que todos sus ciudadanos hacen en
tiempos de crisis: dolarizarse. Es tiempo de que las élites en la Argentina se
despierten y enfrenten la realidad”.
Resumiendo, ese capricho de sostener un
gradualismo que a nada bueno condujo, nos valió el deterioro de todo aquello
que se pretendía poner en orden aunque las soluciones que anuncia y propone
actualmente una oposición que quiere volver a gobernar, no tienen la seriedad
que imponen las críticas instancias que vivimos los argentinos, porque si ellos
tuvieron el poder en sus manos durante tantos años y nos llevaron a una
situación de permanente emergencia en lo económico, es para volver a
preguntarnos por qué, teniendo las mágicas soluciones que ahora pregonan, no
las aplicaron en su momento cuando transitábamos por el tobogán hasta la casi
desintegración.


No se atacó a la pobreza creciente, que
estaba muy por encima de aquella peregrina declaración que aseguraba que
estábamos mejor que en Alemania, porque la manipulación de cifras estadísticas
se había hecho parte del deporte nacional y popular.
Es cierto que hubo un saludable retorno a la
sinceridad a la hora de radiografiar la realidad del país, pero ese gesto no
alcanzó para modificar conductas ni tendencias, sino que fue más el
reconocimiento de la propia equivocación y el mal aprovechamiento del apoyo
mayoritario de la gente, esa gente que aún ansía la recuperación del país, la
cicatrización de las heridas y el reencuentro de los argentinos.
No se obró al principio con la diligencia que
imponían las graves circunstancias, y ahora sería aventuroso hacerlo, cuando la
moneda echada a volar, aún está en el aire.
Aunque
no siempre es bueno mirar hacia atrás
LA MEMORIA
SUELE APLICARSE PARA EVITAR
AQUELLOS TROPEZONES
CON LA MISMA PIEDRA
Se dice que no es conveniente conducir un
vehículo con la mirada fija en el espejo retrovisor, o sea mirando hacia atrás,
aunque a veces en homenaje a la historia suele ser saludable mirar hacia el
pasado en un intento de no repetir situaciones negativas o adversas.
Por eso, cuando rescatamos de los recuerdos
ciertas situaciones, lo hacemos aportando todo eso al archivo de la memoria,
que como bien se sabe es el lápiz de la Historia.



El costo de vida, la pobreza, la mortalidad
infantil, la inflación y otros indicadores eran dibujos elaborados impunemente
por el Indec y la inseguridad pasó a ser sólo una sensación impuesta por los
malditos medios hegemónicos.
Creció el narcotráfico, las fronteras argentinas
eran un colador y se alzaban voces de protesta cuando a alguien se le ocurría
reaccionar en defensa propia. La Sra. Kirchner vetó el 82 por ciento para los
jubilados que seguían postergados, cientos de muertos siguieron cobrando
jubilaciones y pensiones, calificaron a Milagro Sala como militante social al
momento de defenderla mientras ella y su familia acumulaban riquezas.


En Fadea llenaron de militantes y no
fabricaron ni un puto tornillo pese a la tecnología que anunciaron había sido
dotada la planta, que en su tiempo fuera orgullo e inicio de la
industrialización de Córdoba de la mano del brigadier Juan Ignacio San Martín.

En fin, contra aquellos que consideren a este
comentario como un acto de gorilismo, que tengan la grandeza al menos de
respetar la historia y ya que estamos, también a la memoria de la que tanto se
habla. Y entendamos que si tropezamos
con la misma piedra otra vez, será por nuestra propia y exclusiva
responsabilidad.
Y allí aprenderemos entonces, cuando lleguen
las consecuencias, que no siempre es malo ni riesgoso mirar hacia atrás.
Nobleza,
fidelidad, honradez, rectitud, etc.
HOMENAJE AL DÍA DE LA LEALTAD, QUE NO ES
PROPIEDAD DE NINGUNA
CORRIENTE POLÍTICA
Las imágenes de aquel octubre del ‘45 nos
traen otra vez a la memoria el fervor de la gente y los pies inflamados por la
caminata, metidos allí en el agua de las fuentes de Plaza de Mayo sacudida por
el grito que nacía desde el fondo de cada pecho. Es allí que con aquella
remembranza nos invade una nostálgica y apartidaria admiración.
Admiración por la convicción; por la lucha
inicial contra una oligarquía terrateniente, latifundista, soberbia, ricachona,
negrera y de nariz parada, casta que con frecuencia viajaba a Europa llevando
su propia vaca en el barco para asegurarse la provisión de leche.

Los argentinos a veces cometemos la
imprudencia de alterar y devaluar básicos conceptos y algunos delirantes
todavía pretenden convencernos que ciertos personajes, estén o no con nosotros,
son más importantes que las instituciones o que la Patria misma. Ese deporte nacional
de endiosar casi al voleo ha llevado a la desilusión de muchos, habituados a
fabricar patéticos dioses de cartón, charlatanes iluminados con alma mentirosa
y demagógica.
A la lealtad -como muchos creen- no la
inventaron Perón ni sus acólitos simpatizantes, aunque en la historia de los
argentinos si recorremos esos intrincados laberintos de la memoria, es posible que
no alcancemos a encontrar otro ejemplo comparable a la comunión de pensamiento
que unía al viejo líder con los seguidores de sus postulados.

Lealtad es el inclaudicable y honrado
cumplimiento de las leyes, la fidelidad a la verdad y el ejercicio del honor y
de la hombría de bien. Lo
contrario es politiquería no siempre barata y es el reinado de la pobreza
disfrazada de abundancia porque la historia, nuestra historia de siempre nos
enseña y a veces con secuelas de dolor, que los espejismos nos vienen saliendo
demasiado caros. La
lealtad a principios básicos de convivencia, es la mejor garantía que tenemos
para recuperar todos los valores que se han ido perdiendo por los caminos de
nuestra propia historia de desencuentros.
La lealtad no es invento de nadie, ni es
himno o estandarte de ningún político.
La lealtad es simplemente una honesta manera
de pensar y de vivir.
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