Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” n° 594 del domingo 10/11/19 emitido en dúplex por
AM580 y FM88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba.
Utilización política de la indigencia
LA “POBREZA CERO” PASÓ DE SER UNA
PROMESA A LA REALIDAD DEL FRACASO
Si los políticos -sin distinción de banderías- tuvieran la delicadeza y
el patriotismo de pensar antes de prometer todo lo que prometen en la intención
de captar adherentes que al final son votos,
la demagogia quedaría reservada a una minoría intelectualmente mediocre
porque no debe ser complicado eso de evaluar las posibilidades ciertas de
cumplir o de fracasar en tanto y en cuanto se obre con prudencia ajustada a la
realidad.
Es cierto que el gobierno anterior, especialista en dibujar
estadísticas, sostenía y divulgaba pobreza de un dígito, aparte de aquellas
folklóricas afirmaciones de comer por seis pesos o vivir mejor que en Alemania.
Pero no es mentira que con una simple recorrida por los puntos más
comprometidos de Argentina, cualquiera podía trazar un diagnostico certero con
relación a las carencias no tan solo alimentarias, sino en materia de
desocupación, atención de la salud, educación, falta de viviendas, trabajo en
negro y otros aspectos negativos que podían encender luces de alerta como para
moderar el funcionamiento del promesómetro al mínimo.
El gobierno de Macri asumió con buen apoyo de la sociedad pero cometió
el enorme error de caer en un gradualismo pernicioso, en lugar de tomar medidas
tan duras como necesarias para intentar al menos superar no tan solo la
herencia de inacción que recibiera, sino para preparar un plan de gestión
viable aunque doliera, porque los ajustes se fueron haciendo cotidianos y
tomados como arteras medidas contra los menos afortunados.
Se acabaron los subsidios a servicios públicos esenciales como
electricidad, gas, algo en el transporte y en otras áreas, para terminar con la
malsana costumbre del asistencialismo aunque no se dieron de baja los miles y
miles de planes destinados a los indigentes la mayoría de los cuales, al tener
servido el beneficio, claudicaron en el ejercicio de la cultura del trabajo, el
compromiso y el esfuerzo porque más que ayudas, las sumas que recibían los
beneficiarios eran una especie de becas al ocio.
Así y todo
el macrismo y sus adláteres mantuvieron una elevada proporción de esas ayudas,
las que se fueron actualizando periódicamente en muchos casos cediendo a
presiones lógicas alentadas por una inflación indomable, resultado de la
oprobiosa angurria de un sector de la productividad y del ambicioso empresariado.
Pero
tomando un tema tan crítico como lo es la pobreza, llegamos a la conclusión que
los populismos siempre se han inclinado por tener algo parecido a una fábrica
de pobres a los que asisten luego con ayudas económicas y en algunos casos con
trabajo en organismos del Estado, pero nunca tomando medidas que permitieran la
recuperación de la dañada industria y de otros sectores productivos del país.
Y uno de
los elementos básicos de la campaña que llevara a Mauricio Macri al poder fue
la promesa formal de llegar a la pobreza cero, marcando uno de los fracasos más
rotundos de su presidencia. Dejemos de lado los diarios obstáculos interpuestos
en su momento por una oposición despiadada a la hora de ayudar a empujar el
carro del progreso, como si la indigencia sólo se hubiera ensañado con los que
ya eran pobres desde una década atrás, olvidando el crecimiento de tal estado
crítico a partir del 2015 debido a la inacción o a la falta de diagnósticos y estadísticas
reales y no maquilladas.
De todas
maneras con el regreso de quienes tampoco supieron superar el problema sino que
lo vieron crecer pero lo escondieron, se abre a lo mejor una luz no tan sólo de
esperanzas sino de expectativas, siempre y cuando el nuevo poder entienda que a
los pobres hay que atenderlos hasta superar tal estado y no fabricarlos ni
regalarles planes para que después los vuelvan a votar.
Ese
lamentable círculo vicioso, por la salud institucional de la República, alguna
vez se tiene que terminar.
El sector más vulnerable
COMO SIEMPRE, LOS
JUBILADOS FUERON
MARGINADOS DE LAS MEJORAS A FUTURO
¿Cuál es como suele sostenerse popularmente, “el último orejón del
tarro”? Sin dudas al referirnos a la sociedad en su conjunto, se vienen
disputando ese rótulo dos exponentes de la vida cotidiana: los indigentes y los
jubilados y aunque no lo estén formalmente, todo aquel ciudadano que pueda ser
considerado adulto mayor.
Debe ser por eso que muchas acciones de gobierno suelen dirigirse hacia
la intención de procurarles ventajas que hagan más llevadera su existencia en
la etapa más comprometida.
Sin embargo llama la atención de qué manera -dejando de lado a Córdoba
porque su sistema jubilatorio es bueno pese a las medidas que se adoptan en su
contra- el Estado no toma en cuenta la vulnerabilidad natural de los más viejos,
a lo mejor en la peregrina creencia que al pasar los 70 años dejan de verse obligados
a votar.
Sin embargo en los últimos actos eleccionarios quedó demostrado lo
contrario; que no es tan así y los adultos mayores incrementaron
significativamente los índices de participación.
Ya son historia las elecciones PASO, primera vuelta y balotaje y llama
la atención a la vez que duele en el alma, lo poco que se han ocupado todas las
corrientes políticas de referirse al brutal atraso que tienen los pasivos
especialmente dependientes de la esfera nacional, con mensualidades que
escasamente llegan a cubrir la mitad de lo que marcan los índices oficiales de
pobreza.
Es para preguntarse si la cuestión pasa por el desprecio, la
indiferencia de aquellos que piensan ser eternamente jóvenes o la ceguera
social de ignorarlos creyendo que no son parte del poder de fuego para las
protestas por sus legítimas reivindicaciones.
Sea lo que fuere, el hecho que no existan elementos para pensar que
habrá atención especial para los jubilados, remite a las viejas deudas con
ellos, de cuando se especulaba con apelar las sentencias que los beneficiaban
esperando que antes creparan, o el veto a la ley que les asignaba a las cajas
la obligación de liquidar el 82 por ciento.
La grandeza institucional de muchas naciones -y no hace falta
puntualizar ejemplos porque son muchos- se cimentan en el respeto y la
consideración hacia sus mayores y las entidades gremiales manifiestan su apoyo
en las demandas, que las suman a las de los activos pero tiende a diluirse en
el más penoso de los olvidos aquí, salvo
muy pocas y honrosas excepciones.
¿Quiénes piden por ellos, aparte de sus marchas, sus pancartas y sus
necesidades mal atendidas en los pagos, en la salud y en otros rubros?
André Gide supo decir y lo sostengo, que cuando deje de indignarme,
habrá comenzado mi vejez.
Y los viejitos argentinos todavía atesoran y manifiestan su indignación,
pero pocos los escuchan.
Megacausa del Registro de la Propiedad
A VECES RESULTA FASCINANTE HURGAR
ENTRE LOS RECOVECOS DE LA HISTORIA
El libro “Aborígenes de Córdoba: Historia del Pueblo de la Toma”, que es
el actual barrio Alberdi, recorre en el ejercicio de la
memoria, tradiciones y comentarios acerca de los Comechingones, dueños
originarios de estas tierras antes de la llegada de los españoles.
Teniendo como fuentes bibliográficas el Archivo Histórico Provincial, el
Municipal, el Arzobispado de Córdoba, el Archivo de Catastro, el Archivo General
de la Nación y la Biblioteca de la Universidad Nacional de Córdoba, la
publicación describe la
apropiación ilegítima por parte de poderosos funcionarios de aquellas épocas,
de las tierras pertenecientes a los pobladores originarios.
Una “comisión especial” nombrada por el Poder Ejecutivo en 1885 las
expropió y remató arbitrariamente, en un proceso que fue catalogado por un
diario de aquellos tiempos como injustificable e inaudito despojo y que,
además, estuvo lleno de irregularidades, como pobladores
encarcelados, desconocimiento de la Constitución y un Poder
Judicial siempre a favor del gobierno.
Personas notables de entonces como Gregorio Gavier, Bodereau, Ramón
Cárcano, Antonio del Viso y Galíndez compraron lotes a propietarios
y también derechos de herencia de menores de edad. Estos terrenos luego se
revendían, sentando las bases de un formidable negocio inmobiliario.
Los registros se conservan intactos y cualquiera que lo desee o lo
arrincone la curiosidad, puede consultarlos en los archivos respectivos.
El parecido con la causa del Registro
de la Propiedad es más que notable ya que en los juicios se ha denunciado la
creación de leyes ilegítimas por parte del Poder Ejecutivo y, mientras una
comisión especial se ha encargado de encarcelar y juzgar sistemáticamente a
ciudadanos comunes que no han incrementado sus patrimonios, numerosas
referencias contra funcionarios o allegados al Poder ilegítimamente
enriquecidos, han sido desoídas y desvirtuadas.
Un panorama tan claro y contundente que en pasado o en presente,
claramente hay "verdades" que el Poder Judicial evita
encontrar.
Nadie consiguió mejorarlo
TRANSPORTE URBANO, UNA DE LAS
DEUDAS
DE MUCHOS INTENDENTES
El karma de la enorme mayoría de los intendentes que pasaron por el
Palacio 6 de Julio fue el funcionamiento o el desastre que significaron todos
los sistemas implementados como novedosos, en el transporte urbano de
pasajeros.
Con relativa suerte algunos consiguieron al menos estabilizar un
servicio mediocre, pero en los últimos tiempos el tema transporte urbano creció
a la categoría de drama porque su pésimo funcionamiento es un atentado a la
puntualidad, a la pérdida del pago por presentismo, al respeto que se debe a
los usuarios, a las pérdidas de días de escuela, de turnos médicos y de otras
obligaciones que dependen del traslado urbano.
No creo en lo personal, que existan antecedentes de ese curioso maridaje
empresario-sindical que permite que el poder concedente que es la
municipalidad, sea un convidado de piedra en el sistema que tiene miles de
rehenes, y solo se lo vea aparecer a la hora de subsidiar a las empresas y
sostener el precio del boleto más caro del país durante demasiados años, aunque
ahora Rosario nos supera por unos centavos y en la capital federal y en dos o
tres grandes ciudades argentinas, el costo del boleto es un poquito más de lo
que pagamos los cordobeses.
Aquí entre nosotros el dueño del servicio no es el usuario virtualmente
como se dice “reducido a servidumbre” sino aquel rentable concubinato entre los
empresarios de la FETAP y las malas e insaciables dirigencias de la UTA porque
aparte de otras prestaciones esenciales como la luz, el agua y el gas, el
transporte tiene cautivos a miles de personas, con lo que presionan siempre en
apoyo de sus caprichos que son demasiado frecuentes por la sencilla razón que
ellos nunca pierden.
Que se habla de negociados y maniobras poco santas entre los tres
protagonistas del asunto, es tan viejo como la espalda pero, ningún intendente,
tuvo la valentía de hurgar en la basura para aplicar los correctivos
necesarios, que no son otros que los que imponen las leyes, ordenanzas y
pliegos de concesiones.
No es posible que si es cierto que incorporaron cerca de mil coches, las
frecuencias sean tan maliciosamente impuestas y es notable la falta de
controles horarios por parte de la Municipalidad como si estuviera en la
tesitura de dejar hacer, para no jugar con los bigotes del león que de buenas a
primeras te sacuda con una asamblea de las tantas que son en realidad paros encubiertos.
¿Cuándo tendremos los cordobeses un transporte urbano de la calidad que
se presume pagando tan caro el boleto?
Veremos qué pasa, pero se me ocurre pensar con letra tanguera: “pasarán
más de mil años, muchos más…”
La vaca, la leche y los planes
CLARA
EXPLICACIÓN QUE RELACIONA A
LOS TRES FACTORES CON LA REALIDAD
Uno de los más tiernos recuerdos de mi lejana infancia, aún me maravilla
cuando en los últimos tramos de la escuela primaria nuestra maestra -que era
una señora o señorita y ahora pasó a ser “la seño”, confesora y cómplice de los
chicos- nos hacía sacar una hoja, preparar el tintero involcable, con lapicera
de plumilla en mano, teníamos que escribir lo que se llamaba “una composición”
con tema determinado.
Y era infaltable y virtualmente tradicional en cualquier escuela o mejor
dicho en todas, que uno de ellos fuera “la vaca” con todo aquello que nosotros,
bichos de ciudad, podíamos imaginar acerca de nuestra generosa proveedora de
leche, quesos, dulces y otros derivados.
Todavía tengo en la memoria la frescura de muchos conceptos que leyera
de mis compañeros, haciendo la sobria salvedad despojada de toda modestia, que
mis composiciones eran bien conceptuadas por las docentes de entonces.
La vaca y no podemos negarlo, es un exponente casi patriótico de la
realidad argentina más allá de los asadazos que inspira, especialmente en su
condición de ternero o ternera, en aquellos vasos de leche pura que solíamos
tomar como se decía “al pie de la vaca” en alguna visita al campo, en los
sabrosos quesos, cremas y en otras manufacturas (ufff casi olvido el dulce de
leche) que nos posibilita ese bicho leal que no sabe que tiene desde que nace,
ya firmada su sentencia de muerte.
Pero ahora el tema es otro, porque hurgando en los audios encontré una
persona -no me pidan nombre ni origen porque no fue posible ubicarlos- que
utiliza a la vaca para establecer analogías entre ella, los planes asistencialistas
del populismo, los beneficiarios y toda la trama que supone esta relación.
Pero como el movimiento se demuestra andando, nada mejor que escuchar
estos conceptos perfectamente adaptados a nuestra realidad cotidiana:
(La grabación del tema al que se hace
referencia “la vaca” puede ser encontrada en el sector de audios, ubicado en la
columna derecha de este blog, en su parte superior.)
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¿Hay relojes que retroceden?
C.G.T. VIEJA COLUMNA VERTEBRAL DEL
PERONISMO MOJÓ SU PROPIA PÓLVORA
Es bien sabido porque es parte
de la historia de los argentinos que el crecimiento del movimiento obrero
encarnado en sus organizaciones gremiales, pasó a constituirse como la columna
vertebral del peronismo. lo inquietante ahora es que el presidente electo ha
proclamado, palabra más o palabra menos, que la CGT será parte del gobierno,
descontando así de manera prematura y casi podría decir autoritaria, que toda
la masa trabajadora está regida por un sector político y sin respetar la
diversidad ideológica.
Además como si lo anterior no
bastara para asignarle un sesgo definido a la orientación de la central obrera,
en la reunión que mantuvieron con el Dr. Fernández los dirigentes otrora
combativos y desestabilizantes al reiterar paros de actividades con
características salvajes, que ahora amansados en su bravura prometieron que no
tomarán nuevas medidas de fuerza, ni solicitarán como siempre lo hicieron un
bono de fin de año que les permita sobrellevar la lucha contra la inflación
descontrolada, salvo Moyano que ahora quiere bono.
Es claro: lo dicen ellos pero
seguramente son las bases las que sufren y los devenidos en prósperos
empresarios con propiedades en el país y en el exterior, con inversiones, vida
rumbosa y alarde de riquezas, muy lejos de la situación que padece la mayoría
de los trabajadores argentinos desoídos en los últimos años.
Serán esas bases y nadie más
quienes orienten a sus conducciones y al respecto bueno sería que recordaran
una de las frases más impactantes de su líder, cuando sentenció que la lucha
sería con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes, en una
concepción amplia del respeto por las determinaciones de las bases.
Impensado sería sostener que
las centrales obreras hasta poco tiempo atrás divorciadas y siguiendo caminos
distintos, han hecho las pases subyugados por la posibilidad de recobrar el
poder disperso.
No quisiera tener, ni tan siquiera pensar y no me vengan con que se trata
de una posición gorilista sino de respeto por la historia y la memoria, que
podemos llegar a retroceder hacia aquellos tiempos del pensamiento idelógico
único, impuesto de tal manera desde las organizaciones gremiales que
conformaban la CGT cuya dirigencia consideraba que si el afiliado no adhería a
la doctrina justicialista, no era considerado trabajador.
Roguemos que la inteligencia y el respeto por el prójimo, hayan
desterrado definitivamente esa oscura posibilidad.
La demagogia y los milagros
¿SE DARÁ DENTRO DE UN MES LA MAGIA
DE VOLVER A VER LA HELADERA LLENA?
Dejando de lado los costados religiosos del asunto, la mayoría de la
gente salvo aquellos contenidos por el fervor hacia un culto, es para pensar
que los auténticos milagros no existen frente a una real posibilidad de
certeza. No es milagro curar a un canceroso porque a eso lo hace el avance de
la medicina o la resurrección de alguien a quien se creía muerto pero estaba en
estado catatónico hasta que se recuperó.
Puede que sean ejemplos burdos, pero sostendré a muerte una realidad con
la que nos toca convivir diariamente.
Parte de la campaña electoral de la que era oposición y que ocupará el
poder desde dentro de un mes, consolidó sus planes a futuro de gestión de
gobierno, en aquello de que con el cambio que representaba el regreso de un
sector del kirchnerismo -la Sra. en segundo plano porque el presidente, según
se dice no tiene fueros- los argentinos
volveríamos a tener llena la heladera, seguramente en contraposición a la poco
afortunada promesa macrista de llegar a la pobreza cero en su mandato.
Pero advertimos que no todas serán flores en el sendero desde ahora
hasta mediados del año próximo al menos, no tanto por los compromisos
contraídos con el exterior, porque los “K” también nos habían endeudado pero a
eso lo escondían bajo la alfombra de las estadísticas que dibujaba su Indec.
Frente a tamaña promesa de la heladera colmada, nadie vaya a pensar en milagros
de la noche a la mañana ni de macrismo a kirchnerismo, la Cámpora y compañía,
ni en magia porque el gas, la electricidad y todo lo demás no bajarán sus
precios y si las subsidian a esas prestaciones, tendrán que hacerlo con el
funcionamiento a pleno de la maquinita -esa de la que Boudou se quería
apropiar- que más que significar una solución o un parche, es el método más
simple e inevitable de seguir conviviendo con la inflación indómita, agresiva y
sostenida.
Las utopías cuando se descubre que son tales, provocan dolores,
frustraciones, desencuentros y sumisión a la desconfianza por su propio peso,
más vinculado con el macaneo que con las posibilidades de éxito.
Con parte de nuestro insaciable empresariado que no entiende razones en
cuanto a malestar social, pérdida de ventas u otros desastres medianamente
previsibles, poco es lo que podemos hacer porque es más fuerte aquella
propensión a la angurria y al enriquecimiento, que pensar en acciones
solidarias, sin perder plata, hacia su prójimo que es consumista por
naturaleza.
El día que se instaure eso que le llaman respeto por el cliente, los
ávidos entenderán las razones por las que durante tanto tiempo vivieron
llorando por la ausencia de compradores.
Dentro de un mes, a no dudarlo y pasarán varios meses más, que la
heladera hogareña mostrará su frialdad de siempre, con los anaqueles repletos o
no según haya sido la suerte o el sacrificio de cada uno de sus propietarios.
Porque la heladera donde congelamos las esperanzas, esa sí que estará
siempre llena, en tanto y en cuanto comprendamos que sólo con el reencuentro de
los argentinos, sin odios ni revanchas de las que estamos viendo -mal que nos
pese- algunos avisos de ejecución, podremos recuperar la felicidad que nos
arrebataran los últimos gobiernos.
Mientras tanto, conservemos al menos los cubitos, porque morirnos de sed
ya sería el colmo…
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