3 de noviembre de 2019

S.L.B.: QUE LA TRANSICIÓN SEA CIVILIZADA Y "TENDREMOS QUE HAMACARNOS" - MEGACAUSA Y UNA DUDA: ¿INVESTIGAR PARA DETENER O DETENER PARA INVESTIGAR? - INFLACIÓN QUE NO ENCUENTRA SU PROPIO TECHO - NO HA SIDO UN CAPRICHO: LA JUBILACIÓN NO ES GANANCIA - ALFONSÍN A 36 AÑOS DE HABER RECUPERADO LA DEMOCRACIA - DESDE MOSCÚ, MADURO REFIRMÓ LOS OBJETIVOS APETECIDOS - UN PEDIDO DE BEATIFICACION Y DOS CASOS DE MARTIRIOS, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa emitido en dúplex por AM580 y la FM88,5 ambas de Radio Universidad de Córdoba. La edición n° 593 de “Síganme los buenos” corresponde al domingo 3/11/2019.

Una realidad incontrastable
TRANSICIÓN CIVILIZADA Y LA CERTEZA
QUE “TENDREMOS QUE HAMACARNOS”

   Todo indica que venimos recorriendo el  camino hacia una transición civilizada, cuando los agoreros del desastre y los ansiosos de revancha y de venganza no apartaban de su léxico la apelación al helicóptero, las promesas de barrotes y el caos ganando las calles. El Presidente electo desayunó a pocas horas de su triunfo con quien dejará el poder dentro de pocos días y acordaron el trabajo conjunto de comisiones dedicadas a diversos temas que hacen a la gobernabilidad.
   Es posible que hayan sido, en estos momentos críticos, más las coincidencias que los desacuerdos por una simple razón: a uno le conviene irse tranquilo y al otro tomar las riendas de una situación caliente y conflictiva, con muchos frentes que atender dentro y fuera del país.
   Le llamemos madurez cívica o desesperación o desorientación, como cada quien lo prefiera, pero no deja de ser un signo positivo. Y en honor a la coherencia, quiero reiterar algunos conceptos vertidos días atrás, a pocas horas de las elecciones más recientes. 
   No suele ser aconsejable opinar en caliente acerca de situaciones que bien pueden ser consideradas históricas, especialmente cuando los golpes de timón que se avizoran pueden llegar a ser traumáticos, si es que se imponen las políticas pregonadas en campaña para terminar con una conducción nacional orientada hacia la derecha del neoliberalismo.
   Fue sin dudas un nuevo triunfo de la democracia y el reiterado fracaso sin escarmiento que padecieron los encuestadores, más vendedores de humo y de quimeras que estudiosos de la realidad que puede aportarles elementos de juicio. La paz interior se me ocurre que está asegurada y tuvo su anticipo en el orden y la frescura cívica de los actos proselitistas de la corriente oficialista, sin desmanes ni insultos; sin expresiones violentas de diferencias internas, sin gente “del campo rentado” arriada por miles y sin muestras de autoritarismo por parte del poder. Es para pensar entonces que se tratará de una transición civilizada, con todas las garantías que supone nuestro sistema basado en las libertades sin condicionamientos.
   Pero aquellos apasionados a la hora de votar, los disconformes por haber sido víctimas del desempleo, los afectados por la usura de los créditos y de los servicios públicos y especialmente los beneficiarios de planes que en la mayoría de los casos sirvieron para destrozar la cultura y la dignidad del trabajo, que no se ilusionen de inmediato con aquello de comer por seis pesos diarios, que no se imaginen que tendremos menos pobres que en Alemania o que sin endeudarse podrán cambiar el auto, viajar con la familia a Disney o atesorar dólares porque volver a esa lejana y mentirosa bonanza puede llevar demasiado tiempo, esfuerzo y sacrificio porque nada fue, es ni será gratis a menos que se reinstale el populismo y los laburantes tengamos que pagar a los ociosos.
   Será imprescindible retomar políticas de crecimiento para terminar con subsidios y becas, no detener los avances logrados en materia de abastecimiento de energía, las obras ya encaminadas y consolidar el respeto por los dineros de organismos de previsión para que no vuelvan a ser parte de promociones tan vanas como demagógicas.
   El gobierno entrante tiene la obligación de no mentir y brindarle a la sociedad estadísticas reales y no dibujadas, porque conociendo la verdad del diagnóstico es que se puede ayudar en la terapia porque eso, por ejemplo, no es estigmatizar a la pobreza sino dignificarla en el valor real y alcanzable de sus necesidades.  
   La grandeza que supimos lucir tiempo atrás será recuperada cuando renazca la concordia, cuando volvamos al respeto por el adversario que no es enemigo sino un argentino que piensa distinto, cuando se valorice más la dignidad del trabajo que la ventaja del subsidio y del bolsón; cuando el empresariado entienda que también es parte  del sacrificio que se impone y no tan solo golosos partícipes de la angurria por la toma de utilidades.
   Volveremos a ser lo que alguna vez fuimos cuando la Justicia sea real e ideológicamente independiente del poder y no su oficina donde se tramitan y maquillan causas para que los privilegiados -y en esto el color político no debe importar- rindan cuentas ante la Ley y no se amparen en pretextos fútiles como viajes al exterior, sospechosas  enfermedades u otros pretextos que rozan lo infantil.
   Intensa será la tarea de los funcionarios entrantes para integrar equipos de trabajo que no incluyan a nefastos personajes, alentadores de revanchas y violencia que vienen buscando asegurar su impunidad momentáneamente gozada hasta que resultaba insostenible seguir apañándolos en sus tropelías.
   Vienen tiempos duros porque los argentinos no estaremos exentos de enfrentamientos más allá de lo dialéctico porque los loquitos sueltos no son pocos, los delirantes creen haber recuperado protagonismo y no escasean aquellos curiosos casos de “comunistas cristianos” que llegaron a proponer desvaríos y quimeras enmarcados en una oposición que por fortuna no los tomó en cuenta pese a la bendición vaticana.
   El país no se detendrá porque trae un buen envión de realizaciones y cambios en muchos aspectos, incluyendo la consideración de buena parte de la ciudadanía. Que arrastra rémoras es innegable y para los casos en que se debiera apelar a la Justicia, los tribunales de Comodoro Py -lo quiero suponer- están abiertos para todos… y todas aunque los fueros lleguen a tener un marcado protagonismo en lo jurídico institucional con el alto precio político que signifiquen.
   Recuerdo tiempo atrás cuando se aproximaban instancias duras, que coincidíamos en aquello de “habrá que hamacarse”.
   Somos tan inmensamente ricos que todavía nadie consiguió fundirnos pese al empeño puesto muchas veces en esa tarea. “Los pueblos viven sobre todo de esperanzas. Sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas las antiguas que perdieron su fuerza”, supo sentenciar Gustavo Le Bon.
   Si empezamos a recorrer un sendero hacia la grandeza del que no hay por qué apartarse, opto en lo personal por adherir al pensamiento aristotélico cuando proclama que la esperanza es el sueño del hombre despierto.



Megacausa del Registro
UNA  DUDA CRUCIAL: INVESTIGAR PARA
DETENER O DETENER PARA INVESTIGAR

   En una charla realizada hace un tiempo en la Universidad Nacional de Córdoba un abogado Máster en Derecho, destacó los permanentes cuestionamientos de legitimidad a la prisión preventiva, por su carácter de extrema violencia y grave afectación a los derechos de la persona.  
   El especialista destacó que uno de los principios limitadores de la prisión preventiva se refiere a la proporcionalidad, en virtud del cual una persona considerada inocente no puede  recibir igual o peor trato que una persona condenada. 
   Aclaró que la medida cautelar no debe igualar a la pena en cantidad ni en calidad y en tal sentido, explicó que una regla práctica sería que la prisión preventiva no excediera de un tercio de la pena mínima prevista para el delito sospechado. 
   El disertante quedó atónito cuando los familiares de presos en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba le comentaron que los imputados permanecen encarcelados por dos y tres años por sospecha de delitos que, de comprobarse en un juicio, tienen una pena mínima de seis meses.  Reflexionó sobre  lo terrible de una  administración de justicia que detiene sin pruebas, pues no investiga para detener, sino que detiene para investigar.
   En estas condiciones, no harían falta jueces, nada cambiaría si a la orden la diera alguien que trabaje de plomero, titiritero o astronauta, en la medida en que las personas sean encerradas sin un juicio previo, ignorando las garantías contenidas en nuestra Constitución.
   Lo que viene ocurriendo en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba enciende legítima polémica  acerca de la capacidad jurídica de quienes juzgan, o de la existencia de compromisos políticos o amiguismos y complicidades que enturbian la genuina administración de justicia. 

Alguien tiene que poner orden
LA INFLACIÓN INMANEJABLE E IMPRUDENTE
PARECE NO ENCONTRAR SU PROPIO TECHO
   Cuando los ríos se desmadran a veces en poco tiempo se consigue volver la corriente al cauce original, aquietando las aguas y reparando los daños causados aunque hubieran sido cuantiosos, incluyendo el saldo en consecuencias personales.
   Eso ocurre en las inundaciones cuando el nivel sobrepasa lo normal y vaya ironía, la inflación suele provocar los mismos desastres con una suba mínima que se viene acumulando en pocos años.
   Lo de las crecientes de ríos por lo general son producto de la Naturaleza, la descontrolada deforestación que altera el clima y las estadísticas de lluvias y otros factores que dejan de ser previsibles o confiables.
   Pero la inflación es generada por los hombres, por los malos gobiernos, por las políticas equivocadas, por las omisiones de adoptar medidas correctivas que afecten al mal empresariado o por la simple y humana angurria de vivir protegiendo los propios intereses comerciales sin importar el sufrimiento del prójimo.
   Y dentro de mi ignorancia en materia de análisis económicos pero dejándome llevar por el andar calles, recorrer negocios, comprar y comparar, es que puedo apreciar situaciones realmente dramáticas y a la vez como resultado de ajustes de precios que comienzan en un extremo sin que existan motivos tan valederos, y terminan dañando el bolsillo del consumidor.
   En cada uno de los peajes que recorre cualquier producto, cada uno se va salvando con un porciento que por lo general es tan elevado como injustificado, pero lo importante es quedar a cubierto por culpa de esa despreciable aplicación del “por las dudas”.
   Y eso es lo que nos viene matando, secando los bolsillos, llevándonos a la desesperanza, terminando con el ahorro, demandándonos cada día mayor esfuerzo, todo esto sumado a la bronca que provoca ver a los responsables del desastre que pasean orondos su riqueza, sobre todo en el exterior.
   La ambición y la codicia nos están matando, nos están vulnerando como sociedad y vienen destrozando al sentido solidario, porque el que se enriquece está por encima de todo, sojuzgando a la mayoría de la sociedad.
   La inflación, quiero entenderlo sin tecnicismos, es el resultado del descontrol no sé si del Estado -que somos todos- o de las autoridades que lo ven, lo estudian pero poco hacen para remediarlo.
   Mientras no surja alguien que pueda ponerle freno a esta barbaridad que día día nos lastima, seguiremos siendo enfermos por imprevisión y por la desdicha de seguir siendo gobernados por quienes no saben, no pueden o no les conviene vernos progresar.
   Es de ese caldo de cultivo, que nacen las larvas del totalitarismo.
  
Parecía de lógica elemental
POR FIN SE CONVENCIERON QUE
LA JUBILACIÓN NO ES GANANCIA
   Teniendo aquí compartiendo esta mesa del Estudio mayor de Radio Universidad a una genuina autoridad en materia de leyes previsionales con todas sus entrelíneas y subterfugios, como lo es mi amigo el abogado Héctor “Maco” Silvestro, oriundo de Saturnino María Laspiur en las entrañas de nuestra provincia, poco elegante quedaría que intentara explicar con fundamentos técnicos este asunto del descuento como impuesto a las ganancias que se hacía y se sigue haciendo en los haberes de los jubilados, pasando el mínimo establecido por ley.
   Seguramente será con este ilustre letrado que nos sacaremos buena parte de las dudas con relación a las últimas novedades registradas acerca de esta cuestión, los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, los vetos a la devolución de lo descontado y todo lo que tenga que ver con la buena noticia que hizo el milagro de hacer recuperar la alegría a buena parte de nuestros adultos mayores, quienes a la vez evocan con cariño la irreversible partida de muchos que no alcanzaron a recibir lo que ahora la Justicia les ha recuperado porque la parca fue más rápida que la burocracia.
   Quiero antes que nada, despojarme de todo aquello que sea la influencia de las últimas noticias conocidas, de los juicios emitidos por funcionarios, políticos, víctimas de la desidia o simples opinólogos que aseguran tener todos los elementos como parta juzgar situaciones que en verdad, no conocen más adentro que la epidermis.
   Quiero apelar a la lógica y como punto de partida, desarrollo y culminación de mi parecer, basándome en la certeza que como jubilados, cualquier argentino en condición de tal, estuvo prestándole al Estado para que administre, una suma mensual determinada que se llamaba y su llama aporte por más o menos 30 años.
   El contribuyente de esos dineros sostenía y supongo que aún lo sostenemos, que ese Estado debía administrarlos de tal manera para que al llegar al jubileo, no lo despacharan mensualmente con unos pocos pesos más cercanos a la miseria que a la garantía de una vida digna en los años postreros.
   Pero claro… esos fondos han sido siempre la tentación de muchos aplicados al ejercicio de la demagogia o a disponer de dineros ajenos para fines alejados de su destino original.
   Por eso se regalaron tantos miles y miles de beneficios a gente que nunca aportó un peso, rompiendo el equilibrio que exigía cuatro aportantes y medio para cada beneficiario de jubilaciones, para mantener la lozanía y la aplicabilidad del sistema solidario.
   Como eso no se respetó, las Cajas entraron en crisis y pasaron a depender del Estado Nacional que debía acudir en su auxilio.
   Y así estamos hoy, con ancianos que cobran la mitad de lo necesario para ser pobres o sea que son pobres doblemente, mientras sus dineros aportados fueron a parar a otras arcas que dispusieron políticamente de ellas.
   Y no me pidan ejemplos porque sobran.
   Prefiero que mi amigo Silvestro dictamine si he vivido arrastrando este error o que algo de seriedad y acierto tuvieron mis observaciones que concluyeron en la certeza que la jubilación no es ganancia.

Con muletas, seguimos caminando
NO TAN LEJANO AQUEL OCTUBRE DEL ‘83
CUANDO RECUPERAMOS LA DEMOCRACIA
   No quiero pecar de emotivo ni de sensiblero, pero alguien (es tarea de los dirigentes) debiera decirles a los jóvenes de ahora cuál era el escenario en el que le tocó actuar a Raúl Ricardo Alfonsín cuando enjuició a los genocidas, que todavía tenían poder económico y poderío bélico como para apoyar sus nostalgiosos y autoritarios caprichos.  
   Ahora en la lona es fácil mojarles las orejas y abrumarlos con justas y merecidas perpetuas. Pero no es para alardear de valentía, de coraje cívico ni de otros maquillajes con los que se cubren las dudas, los renuncios y las complicidades del pasado.    
   Un país que clama por paz no puede ser el terreno fértil para los guerreros de cartón ni los justicieros tardíos. Es necesaria la unión de todos, como lo alentaba Alfonsín, aunque le quemaran un ataúd con sus banderas, lo acusaran de claudicar en Semana Santa o de instaurar una economía que los aprovechados de siempre utilizaron en provecho propio.
   ¿Para qué abundar en mayores detalles si el mejor testigo es la Historia? 
   Por qué degradar su recuerdo si dejó el poder siendo más pobre que cuando lo asumió? 
   Por qué ofender la memoria hacia quien nos hiciera vibrar una argentinidad que creíamos perdida?
   Es por eso mi homenaje que de ninguna manera es partidista sino personal y cariñoso, a un hombre que años atrás nos gobernara sin franelear la Constitución, porque le bastó solo con el Preámbulo para hacernos rezar la oración cívica más conmovedora que pueda recordar.  
   ¿La extensa conversación que tuve con él?
   No tiene importancia dentro de la universal trascendencia de su figura. Simplemente y perdón por lo sintético de mi apreciación, fue electrizante. Como lo es ahora, evocar a ese Gran Muerto tantos años después.  
   Porque al seguir su vida, su lucha, su compromiso, su decencia, su modestia y su viaje a la eternidad, alcancé a comprender lo que es la inmortalidad de los héroes.

El viejo sueño de un extremo
MADURO DESDE  MOSCÚ REFIRMÓ OBJETIVOS
QUE VENIMOS VIENDO CRECER Y CONCRETAR
   En un mundo tan convulsionado como lo es el nuestro, pueden encontrarse mil hipótesis, supuestas causales, oscuras intenciones, voluntariosos análisis y un sinfín de explicaciones para las situaciones que se viven en países como el nuestro, Venezuela, Bolivia, Chile, Perú, Ecuador, Brasil y algunos otros, en la coincidencia de enfrentamientos con las fuerzas del orden y en la instalación de sangrientos enfrentamientos y objetivos vandálicos, donde con sólo prestar atención a los informes televisivos de cadenas informativas de todos los orígenes e ideologías, es fácil advertir la mano negra de organizaciones que se encargan de instaurar la violencia.
   Los motivos pueden ser variados, desde el aumento en la tarifa de algunos servicios públicos, en la supuesta persecución de activistas, en el rigor de las fuerzas de seguridad u otras causales que suenan más a pretextos que a situaciones dignas de análisis y atención.
   Lo de Chile asume enorme gravedad por la cantidad de víctimas fatales que han tenido las disputas, con un luctuoso saldo que dentro de lo que se conoce, supera a los 20 muertos.
   Entonces cuando miramos a nuestro alrededor y vemos ciertas similitudes, en forma casi automática trazamos una línea imaginaria que arrancaría desde Cuba, pasaría por Venezuela y de allí se ramificaría a otros territorios, pero era y sigue siendo complicado encontrar la punta del ovillo en esta expansión de la violencia, especialmente instaurada en naciones con gobiernos democráticos, frutos de la voluntad popular.
   A la explicación o al camino para llegar a ella, la brindó pocos días atrás el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, quien recorriendo Moscú, se encargó de grabar y difundir el siguiente mensaje:
(El mensaje del presidente venezolano Nicolás Maduro, grabado en la Plaza Roja de Moscú, puede ser ubicado en la columna correspondiente a los audios, situada en el costado superior derecho de este blog).

La historia y la memoria
PEDIDO DE BEATIFICACIÓN Y  DOS
MERECEDORAS DE SER MÁRTIRES
   Desde una organización sindical poderosa en nuestro país, se ha cursado una nota a un alto funcionario vaticano según tengo entendido, pidiendo que la fallecida segunda esposa de Juan Domingo Perón, doña María Eva Duarte, sea declarada beata por la Iglesia Católica.
   Con un Sumo Pontífice abiertamente declarado seguidor de la doctrina justicialista, es para pensar que el pedido puede llegar a cursar la serie de tantos y engorrosos trámites para llegar finalmente a la conclusión deseada, como ha sabido ocurrir con algunos argentinos y argentinas que resultaron poseer elementos que formaron parte de sus personalidades, muy tenidos en cuenta a la hora de alcanzar tan santos y trascendentes objetivos.
   Nadie puede discutir y menos hacerlo a la Historia, la relevancia de la figura de la Abanderada de los Humildes, Jefa Espiritual de la Nación y todo lo que logró por los desposeídos, sus “descamisados”, sin ocultar algunos detalles de una vida rumbosa plagada de riquezas, reconocimientos y agasajos de que resultara destinataria, hasta su virtual santificación en altares populares.
   Su sacrificio por los marginados llegó a verla trabajar días continuados sin descanso, siempre al lado de su enamorado general. Serán los estudios de la Iglesia Católica los que determinen si se la reconoce autora o artífice de algún milagro, como para empinarla en su eventual condición de beatitud. Evita murió a los 33 años de edad.
   Pero si fuéramos justos con la memoria y la historia, bueno sería que alguien se ocupara de mediar para la declaración de mártires a dos argentinas que fueron parte en su momento de nuestro propio devenir.
   Remedios Escalada tenía 15 años cuando se casó el 12 de noviembre de 1812 con el general José de San Martín. Remeditos dejó la opulencia de su familia, una de las más acaudaladas de Buenos Aires que incluso lo había cuestionado a San Martín por su condición de “plebeyo soldadote”.
   Se traslado cerca del Libertador en 1814 a Mendoza dentro de la mayor humildad y en 1816 nació Merceditas, la hija de ambos. Nadie encuentra explicación que San Martín, dice la historia, restituyera a Remedios a su familia en Buenos Aires, ya muy atacada de tuberculosis allá por 1819 y murió a los 24 años el 3 de agosto de 1823.
   El otro caso es más reciente: ella tenía 14 años cuando se transformó en la mimada y consentida de Juan Domingo Perón, destinataria de agasajos y obsequios.
   Dicen que aún vive, que años atrás se casó y tiene familia.

   Se llama Nelly Rivas, muchos nos acordamos de ella y en lo personal, estimo que también, en estos tiempos de las luchas de género,  merece por su inocencia vulnerada años atrás, ser considerada mártir.

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