Desgrabación de comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” emitido el domingo 14 de julio de 2013 por AM580
Radio Universidad de Córdoba.
AHORA FALO ME ATIENDE
El hecho de ser protestón, nada conformista, criticón y sospechado de
mala onda, me ha traído -debo confesarlo- algunos contratiempos a lo largo de
mis 55 años de actividad ininterrumpida en el periodismo.
Pero a esta altura de la vida es difícil que cambie, por dos razones
atendibles: una, que sería ilógico porque equivaldría a disfrazarme y eso no me
parece correcto; y la otra, porque no pienso cambiar.
Cuando este muchacho Falo era funcionario y yo tenía calificados
espacios en la televisión de Buenos Aires me atendía, hasta que volví a estas
tierras cordobesas y mi importancia mediática, naturalmente cambió.
El también cambió, porque teniendo el mismo teléfono dejó de atenderme,
hacía responder a su secretario y le importaban tres pitos los problemas que
este periodista quisiera plantearle.
La persona importante era él.
Por eso me extraña que ahora, cuando uno se hace eco de la opinión
abrumadoramente mayoritaria de la sociedad que lo considera una persona
incorrecta, teniendo mi teléfono cuyo número nunca cambió, me envía mensajes
explicativos de su situación, que no es un delincuente, que pagó sus deudas,
que quedó en la ruina, que jamás emitió cheques sin fondos, que nunca lo hizo
sobre cuentas cerradas, que no es mala leche, en fin, que un poco más motoriza
una corriente ciudadana para que le pida disculpas.
Que su situación es muy distinta a la de Laciar, que el fiscal se
apresuró a encarcelar al boxeador y otras consideraciones jurídicas y
personales.
La verdad, respeto su posición y nada haría por censurarla, pero muchos
funcionarios, incluyendo a Falo, me enseñaron con sus conductas que ellos y los
periodistas manejamos tiempos distintos.
Ellos hablan cuando se les antoja y lo creen conveniente, con los
periodistas que eligen, y no cuando la opinión pública en general se los
reclama por sus actitudes.
Entonces, como les decía, por mi parte también elijo: converso
únicamente con los funcionarios que me interesan, cuando a la gente, por mi
intermedio, le interesa escucharlos.
Hoy, escuchar a Marcelo Falo quien dice que me estima, y
lo digo con absoluto respeto, no me interesa.
MORENO, EL
JEFE MILITAR, ETC.
Convengamos en que el super funcionario
Guillermo Moreno no está pasando por un momento brillante de su gestión, más
allá de haber puesto freno al delirio de importaciones que tanto daño le hizo a
la economía del país y enriqueció a unos pocos vivillos.
La inflación que él no reconoce se escapó,
tenemos menos vacas, la merluza huyó aguas arriba, en diez años hay un 50 por
ciento más de inquilinos, el dólar que había pronosticado a 6 pesos pasó de los
10 y la actual cosecha de trigo es la peor de nuestra historia, de la historia
del granero del mundo.
El nuevo jefe del Ejército está emparentado
con un ex sargento condenado por el crimen de un estudiante ocurrido allá por
1976.
¿Es que la única acción de quienes se oponen
al modelo es hurgar en la historia, es encontrar la aguja en el pajar, es
descubrir la mosca en la leche?
Es difícil explicar el porqué de acciones
tan negativas, si no es por alterar la sostenida marcha del país.
Es cierto que supone una imprudencia negar
el valor de la historia, como es necio apelar a ciertos mecanismos que la
alteren o la sumerjan en las borrajas del olvido.
Pero si es por historia, llama la atención
que hayan sido pocos los que recordaran que ayer, 13 de julio, se cumplieron 40
años de la obligada renuncia del Tio Cámpora, cuando Perón ni López Rega
miraban con buenos ojos que la izquierda peronista permaneciera más tiempo en
el gobierno nacional.
Y ese día de 1973, que también es parte de
la historia, nacía el terrorismo de estado después que matan a Rucci, echan a
los montoneros de la Plaza
de Mayo, muere Perón, asume su esposa Isabel y el bueno de Lopez Rega, ex cabo
de la Federal,
da a luz a la triple A.
Y para el sangriento proceso que se inicia
en marzo del 76, aún faltaban más de dos años.
JAIME, EL PROFUGO
Hasta un niño puede pensar que si alguien
nada tiene que ocultar, no hay razones para negarse a enfrentar a la Justicia.
Jaime, devenido en concheto de Puerto
Madero, fue el artífice de muchos proyectos con los que no fuimos pocos los
argentinos que nos entusiasmamos, porque eran ni más ni menos que portentosos
saltos al futuro.
Pero claro, no tuvimos en cuenta que muchas
veces la angurria por el dinero fácil, sumada a ese maligno estilo de vender
caras las influencias, derrumbó lo que muchos miraban con la simpatía de la
esperanza; con la posibilidad del crecimiento; con la certeza de ver suplantado
el bolsón y el subsidio, por genuina demanda de mano de abra.
Jaime si vale el término, está inencontrable
en Córdoba donde se lo busca, pero alguien le avisó que lo buscarían aquí, que
ni siquiera tuvo tiempo de apagar la luz de su valioso y coqueto departamento
de barrio General Paz.
Dice su abogado que se presentará mañana o
el martes, siempre y cuando, quiero suponerlo, le garanticen que no irá entre
rejas.
¿Alguien más que él, puede tener la
intención de tomarse el palo fuera del país?
Que le sigan dando tiempo, que lo sigan
persiguiendo de a pié mientras él va en jet.
Vuelvo a la apreciación propia de un niño:
si nada tiene que ocultar, ¿qué le impide comparecer ante la Justicia?
A menos que exista eso que le llaman
complicidades y pactos de silencio.
Para no perjudicar a nadie, ¿vió?... y menos
en campaña.
LAS OBRAS EN LA COSTANERA
Como cordobés, poco me interesa reconocer y
adjudicar la autoría de buenas obras a quien fuera su autor y ejecutor, ya sea
la provincia, la municipalidad, el esfuerzo privado o Mongo.
Lo importante; lo trascendente, útil y
provechoso para la gente, es que las cosas se hagan.
Por eso suele ser bueno tener elecciones con
mayor frecuencia, o estar en una provincia cuyo gobernador quiere ser
presidente y necesita trascender, o tener un intendente que quiera ser
gobernador.
En este juego de la política, la utilización
de las obras como elemento propagandístico es una costumbre más vieja que la
espalda y los cordobeses nos hemos acostumbrado a los mandatos del marketing.
Lo negativo, es que a veces la difusión
mediática de las realizaciones, a dinero contante y sonante, suele ser más
onerosa que las obras en sí.
Es para aplaudir la belleza de nuestro
Suquía, por lo menos gozable hasta ver qué pasa en la primera creciente.
O hasta saber, por ejemplo, si el Carnaval
delasotista fue más oneroso en su realización o en su promoción.
Cada vez que vemos que faltan vacunas,
seguridad, aulas dignas, electricidad, trabajo o asistencia social, tenemos la
maldita costumbre de pensar en lo mismo.
No hay caso: los cordobeses somos incorregibles.
PUBLICIDAD ENGAÑOSA
La hagamos corta: si se promociona un
espectáculo cuya entrada cuesta 250 pesos y uno quiere dos localidades, va a la
ventanilla con 500 pesos.
Más elemental imposible, pero la realidad a
veces suele derrotar a la matemática, al menos en el Orfeo, por ejemplo, porque
una entrada, digamos de 250 pesos cuesta en realidad como 290 más o menos.
¿La explicación? Bueno… la explicación no es
tal porque aporta mayor confusión y deja espacio libre para que entre la
bronca.
Te
cobran un exceso, que te facturan aparte, por un curioso rubro de algo así como
costo de venta, como si no te estuvieran vendiendo en la ventanilla y te lo
hicieran en la Pampa
de Achala o en los salones de un lujoso hotel donde te convidan con masitas y
gaseosas.
Que a eso lo hagan en la disquería Eden vaya
y pase si es que lo hacen, porque ellos no son los dueños del Orfeo.
Pero seguir haciéndolo en el lugar donde se
presenta el espectáculo anunciado, a la gente le importa tres pitos si la venta
está concesionada a terceros, que puede ser la explicación que veo venir.
Tampoco sé si eso se llama técnicamente una
estafa o una defraudación.
De lo que sí estoy seguro, que es al menos
una publicidad engañosa.
E incurrir en eso, don Tati, está penado por
la ley.
¿UN “SAPO” DE LANATA?
Por allí, cuando a veces vemos que existen
ciertas ansias desmedidas por denunciar, es como si se nos encendiera en el
cerebro una lucecita de alarma.
¿Es cierto todo lo que Lanata denuncia con
un enorme y costoso trabajo de producción?
Uno, que por experiencia directa conoce
ciertas mañas de los productores de la televisión porteña, y esto no es
chauvinismo, puede sostener que son maestros a la hora de los inventos con tal
de impactar.
Mauro Viale exigía que los entrevistados
lloraran o insultaran y si no era así, la nota no servía.
Por eso no me llamó la atención ni fue
sorpresa, cuando salió al aire el testimonio de una persona desdiciendo todo lo
que afirmara ante el creador de Página 12, a la vez que sostenía haber sido apremiado
y amenazado por uno de los productores del espacio.
La verdad y mirado epidérmicamente, tengo la
impresión que cuando un programa sale a la pantalla con un alto voltaje desde
el principio, tiene la obligación de sostenerlo.
Y si no lo consigue; si va adelgazando solo
en algo la fuerza de sus contenidos, se apela a cualquier maniobra para
sostenerse en la cúpula del rating.
Si eso fue un “sapo” de Lanata, no nos
asombremos si más adelante, lo supera en audiencia el fútbol para todos, con un
partido de la liga comercial.
MAS SOBRE LA MEGACAUSA
La temática sobre
prisión preventiva y privación de la libertad ha sido noticia
importante esta semana con el caso de la enfermera María Inés Palacios,
liberada días atrás, y la detención de Falucho Laciar al intentar cobrar un
cheque denunciado como robado.
Varios medios periodísticos se pronunciaron
en contra de la arbitrariedad de estas situaciones y en defensa del principio
de inocencia.
Entre los fundamentos del fallo que liberó a
la enfermera, dice que no había fundamentos suficientes para sostener la
prisión preventiva, y que hacían falta más pruebas, ya que con las recolectadas
hasta el momento no podía sostenerse la acusación, agregando que la prisión
preventiva es un recurso extremo que puede implicar un mal
irreparable.
¿Qué podemos decir entonces de la
megacausa del Registro en la que todos los detenidos ya han superado los dos
años de prisión preventiva?
Existen casos en los que el Juez reconoce
que no existen pruebas y que no sabe como participaron, pero permanecerán
presos a menos que puedan demostrar que
no lo hicieron en contraposición a lo que establece la ley que dice
claramente que es el Estado quién debe
probar la culpabilidad.
Dicen organismos especializados que según
los datos oficiales, el promedio de duración de la prisión preventiva es
de once meses.
¿No es llamativo entonces que en la
megacausa todos los imputados cumplan hasta tres años de prisión preventiva?
¿Quién se hace cargo de los daños irreparables que ya han
sufrido estas personas y sus familias, que han cumplido una condena sin pasar por
ningún juicio?
Puede que el problema esté en la falta de
control judicial y vale recordar que los jueces tienen la facultad de
"decir" (interpretar) lo que la ley "dice" y por esto
muchas veces toman decisiones "arbitrarias".
No
existen mecanismos de control serios sobre el accionar de los magistrados
ya que el Jury implica prácticamente que se juzguen a ellos mismos.
Al no
existir mecanismos de control serios, lo que sí existe es la impunidad.
Sería entonces necesario insistir en
la creación de verdaderos mecanismos de control del accionar de los jueces, que
deberían tener representatividad popular.
No sirve cambiar la justicia para que a los
jueces los elija yo en lugar de otro, lo necesario es reformar la ley de Jury,
para que el accionar de los magistrados pueda ser controlado, y para que finalmente
puedan responder por sus actos como cualquier otro ciudadano.
Mientras tanto y hasta entonces, todos estamos en libertad
condicional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será valorado