Está
bien que los deudores crónicos padezcan la injuria del escrache
público de su inclusión en el fatídico Veraz, como un anticipado
castigo por su morosidad que sin embargo puede encontrar algún
justificativo que sería bueno dar a conocer, para saber realmente
cuánta gente adhiere a esa reprobable conducta omisiva.
¿Para
qué se pagan los impuestos? Por lo general, el ciudadano tributa
sabiendo que el destino de su dinero tiende a garantizar el eficiente
funcionamiento del Estado ya sea en materia de atención médica y
sanitaria, justicia, seguridad, educación y algunos otros rubros que
en su conjunto, hacen a una digna calidad de vida.
Pero
si el Estado viene demostrando su vocación abandónica en el
cumplimiento de sus obligaciones para las cuales el pueblo aporta
dinero -y no poco- no es necesario pensar en rebelión fiscal, sino
simplemente en la reacción de una sociedad harta de promesas,
falencias notables y desequilibrios disfrazados de acreencias con el
nivel nacional.
La
gente es remisa a pagar impuestos porque no advierte la presencia de
resultados por parte de quienes deben cumplir con sus obligaciones.
El
inédito endeudamiento de la provincia no es culpa de la gente,
porque quienes dilapidan sin medida, sentido de la oportunidad ni de
las prioridades, es el Estado provincial despilfarrador de partidas
que se asignan a gastos prescindibles.
Es
lógico que la Caja de Jubilaciones y Pensiones colapse, porque se
repartieron beneficios a mansalva sin el apoyo de los aportes
necesarios de acuerdo con las necesidades, por lo que ahora hay que
aguardar la voluntad política del poder central que tiene a Córdoba
como rehén de sus caprichos y del castigo por el no alineamiento K.
En
ese sentido las víctimas más afectadas son los propios jubilados,
que deben aguardar medio año para cobrar las actualizaciones de sus
mensualidades y percibir la indignidad de un dinero envilecido y ya
aniquilado por la inflación que la imbecilidad política se niega a
reconocer.
El
Sr. Gobernador hará públicas las nóminas de morosos de los
impuestos provinciales, aunque no tenga autoridad ética para hacerlo
por ser masivo, reiterado, contumaz e incorregible deudor de los
jubilados de la Caja cordobesa.
Ellos
si tienen el derecho de hacerlo aparecer en la tapa del Veraz.
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