Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 5/6/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
ESTAR SEGUNDOS YA ES GANAR
Anualmente la consultora IBOPE realiza
mediciones de audiencia en las radioemisoras cordobesas, tanto de AM como de
FM. El estudio se fracciona en algunas variantes y una de ellas es por
segmentos horarios en días determinados durante los meses de abril y mayo.
Nuestro espacio
"Síganme los buenos" se difunde un sólo día -los domingos de 16,30 a
18,30- por ésta AM580 Radio Universidad de Córdoba. La conducción está a cargo
del periodista (sin título) que les habla y lo secunda en la locución Carola
Maldonado y el abogado Héctor "Maco" Silvestro asesora a los oyentes
en cuestiones previsionales.
La operación
en la consola de sonidos y puesta en el aire está a cargo de los jóvenes
operadores Juan Meis y Ezequiel Torres con la valiosa colaboración de los
técnicos en planta transmisora. El
espacio, ya con más de 400 emisiones, está conformado por música clásica de
todos los géneros y opinión comprometida, sin mordazas, condicionamientos ni
censuras o elección de mensajes.
Es creciente y
llamativa la participación de los oyentes a través de distintos mecanismos de
comunicación, lo que ha hecho crecer su audiencia en forma permanente, hasta el
punto de colocarse muy cerca de la líder que es Cadena 3.
No es simple
pelearle, entre otras cosas, al fútbol.
El agradecimiento especial, es el reconocimiento a la gente por su participación inclaudicable y el acompañamiento a un particular estilo de periodismo.
El agradecimiento especial, es el reconocimiento a la gente por su participación inclaudicable y el acompañamiento a un particular estilo de periodismo.
Es por eso que en este caso, un segundo puesto como el alcanzado en terreno tan competitivo, es un estímulo invalorable para continuar creciendo con la reiterada gratitud a la gente, verdadera artífice de lo que han logrado "Síganme los buenos" y su equipo.
Este domingo,
como cada domingo desde hace casi una década, estamos junto a ustedes, los
oyentes, que por ahora y vaya paradoja, son los únicos que nos acompañan en la
celebración.
Sin los
laureles, pero con una enorme satisfacción.
Hay veces que
salir segundo tiene la magia del triunfo.,, aunque genere puntuales, imperdonables
e inéditas envidias, indiferencias y resentimientos profesionales a los que uno,
con los años, se viene acostumbrando.
¡Salud!
NUESTRO CICLOTÍMICO TRANSPORTE
Por ahora, todo indica que el tan anunciado y
repudiado aumento en el precio del boleto para el transporte urbano de
pasajeros, está alojado en el freezer y es como si el tema se hubiera borrado
de las preocupaciones de los cordobeses.
Puede que los empresarios hayan tomado
conciencia de la realidad o que el tirón -seamos indulgentes- y digamos que de
orejas a la conducción local de la UTA, surtió el efecto de calmar demandas
exageradas y la repetición de caprichos que en verdad eran recíprocos pases de
facturas entre los sectores internos, en pugna por la conducción sindical.
Y los pasajeros, como siempre, rehenes gratuitos de unos y de otros.
Y los pasajeros, como siempre, rehenes gratuitos de unos y de otros.
Así
y todo las prestaciones no se han normalizado, las esperas se han hecho más
extendidas, las frecuencias no se respetan, los controles estatales no existen
y el servicio ha decaído en su calidad, en una maniobra urdida para disminuir
los costos operativos.
No deben ser pocas las unidades que han
salido de circulación no por fallas mecánicas o falta de repuestos, sino que se
trata de una de las habituales jugadas de los empresarios para ahorrar en
combustible y en otros insumos, al amparo de la impunidad que les obsequia la
ausencia de vigilancia estatal sobre el cumplimiento del servicio.
Si los controlaran y se aplicaran las merecidas sanciones por incumplimiento, a los “marajás” de la FETAP les resultaría más barato cumplir que pagar las penalizaciones, aunque estas por lo general son parte de las negociaciones que se hacen en las tratativas de nuevos incrementos de tarifas.
Pero la verdad sea dicha, en la actualidad y en este tiempo de espera del nuevo boletazo, la calidad del transporte urbano ha disminuido notablemente en algunos sectores.
Si los controlaran y se aplicaran las merecidas sanciones por incumplimiento, a los “marajás” de la FETAP les resultaría más barato cumplir que pagar las penalizaciones, aunque estas por lo general son parte de las negociaciones que se hacen en las tratativas de nuevos incrementos de tarifas.
Pero la verdad sea dicha, en la actualidad y en este tiempo de espera del nuevo boletazo, la calidad del transporte urbano ha disminuido notablemente en algunos sectores.
Eso parece importar poco, porque los únicos
perjudicados son los usuarios, obligados sostenedores de este sistema pervers
¿Y LAS
VACUNAS ANTIGRIPALES?
Días
atrás comentábamos los problemas que se reiteraban con la carencia de vacunas
antigripales en los centros de vacunación habilitados por el gobierno.
Lo
único visible de esas vacunas era en consabido cartelito en la puerta, donde se
anuncia “No hay vacunas hasta nuevo aviso” pero los funcionarios seguían con su
mediática costumbre de sostener lo contrario.
Es
cierto que el invierno se anticipó al menos 20 días, pero es notable y dolorosa
la imprevisión gubernamental, más preocupada en hacerle un puente al lago San
Roque o construir un hotel innecesario, que en velar por la salud de una
población amenazada por la peste que viene haciendo estragos aunque se sostenga
que está controlada.
Los
grupos de riesgo, en ambos extremos de la vida, son los que resultan más
perjudicados por la indefensión de la que son las más previsibles víctimas,
libradas a su suerte en una especie de abandónica e insensible burocracia.
Desde el poder se trabajó a destiempo, cuando la amenaza ya era más que
eso para transformarse en una preocupación también desatendida en su momento,
porque si se hubiera obrado con criterio y respetando las prioridades, no
estaríamos ahora lamentando las evitables víctimas fatales.
La
gripe sigue azotando y la preocupación estatal parece estar en otra sintonía
más cercana a la pavada, que a las reales necesidades de la población.
Alguna vez los legisladores, que seguramente están todos vacunados,
asumirán su responsabilidad de atender las necesidades y las demandas de
quienes, vaya ironía, los ubicaron en ese sitial de privilegio donde no le
pueden escapar a la peste de la indiferencia.
Por
lo menos, un humilde pedido de informes para tener certeza de la situación y
sospechas reales acerca de la propiedad de las culpas.
En
estas cuestiones, la inocencia no existe.
DESPEDIDA
DE PAPEL
Vivimos tan sujetos a las costumbres y los ritos, que es como si cambiar
algo nos alterara el pulso de la vida o el escenario donde nos desenvolvemos
cotidianamente, apegados a rutinas y hábitos que a veces es necesario
abandonar, o al menos actualizar.
¿Ha
visto, por ejemplo, que alguien lea La Voz del Interior en el trole o aunque
fuera sentado en un ómnibus?
Es
probable que lo lea, desprolijamente doblado y robándole la esencia original de
las columnas alineadas, lo que permite una lectura sin el peligro de perderse
en una noticia sin salida porque no encuentra la continuación en la misma
página.
Las
cosas han cambiado, aunque La Voz allá por el año 29 del siglo pasado apeló al
tamaño reducido y después al poco tiempo debió regresar al formato “sábana”,
bastante más grande que el utilizado hasta ayer sábado.
Únicamente en grandes ocasiones La Voz apeló a un tamaño distinto,
digamos tipo sábana de una sola plaza, en grandes acontecimientos que
demandaban ediciones extras, sorpresivas y muy buscadas por los lectores apenas
se apagaba la estridencia de la sirena que desde la primera cuadra de Avenida
Colón alertaba que algo inusual había sucedido en el mundo.
Golpes de estado ¿se acuerda que solían ocurrir?, asesinato de Kennedy,
muerte del Papa o terremotos, sacaban de su molde a La Voz y transformaban al
diario en una caja de sorpresas con su inefable y casi adictivo olorcito a la
tinta fresca.
No
nos asombrará ahora que podamos leer “de ojito” el diario de nuestro vecino de
asiento en el trole o dentro de un ómnibus.
Como
tampoco, ver que no ha perdido su vigencia como suplente del tenue y cariñoso
papel enrollado antaño en 74 metros, en las casas humildes o ahorrativas, o
como envoltura de media docena de huevos, o hecho bollos como relleno de bolsos
y carteras en los negocios del ramo o para tapar el asado en la parrilla.
Pero
una de sus mejores utilidades, cuando el diario pasó a ser viejo al mediodía
después de los noticieros de la televisión o los informativos radiales, es su
condición única para limpiar con toda prolijidad, vidrios de ventanas.
Bienvenido el nuevo cuerpo de La Voz, aunque la utilidad secundaria de
su material nos siga acompañando desde hace tanto tiempo y con cualquier
formato, lo mismo que cuando asumió ser el dueño indiscutible de esa magia
eterna que tiene el papel impreso.
MEGACAUSA
ACTIVA
Aunque sin
pompa en los diarios, la “comisión especial” del Poder Judicial de Córdoba
continúa los juicios de la causa del Registro de la Propiedad sin ningún esbozo
de vergüenza por reciclar una y otra vez a los mismos imputados con la
finalidad de mantenerla viva.
Podríamos
imaginar una especie de archivo secreto en donde se mantiene en estado latente
a cientos de acusados, a quienes se permite apenas un intento de vida
entre juicio y juicio, conservándolos siempre al alcance para poder alimentar el
proyecto.
De esta manera
la rueda de acusaciones, debates, prisiones y condenas, en conmutativo
orden, permanece girando eternamente y estas circunstancias es inevitable
evocar el famoso best-seller “Coma”, donde seres humanos eran mantenidos
en estado de vida vegetativa a fin de poder quedarse con sus órganos.
No se les
ocurra creer que la comparación es menor, cuando semejante proceder pretende, y
lo ha logrado en varias ocasiones, adueñarse de la voluntad, la
determinación, la inocencia y la vida misma de las personas.
La sucesión de
procesos brinda algunas ventajas al Poder Judicial, como por ejemplo que un
imputado que ya fue juzgado se presente al nuevo juicio como portador de
antecedentes penales, antecedentes fabricados tramposamente por el
desgajo de las causas, o que, con la excusa de unificar las acusaciones,
se extorsione a las personas para dejar firme una sentencia anterior
renunciando a cualquier reclamo.
Nadie se
explica por qué los hechos no son juzgados en un único proceso y
sometidos a un análisis único. Es evidente que, como en la novela, hay una gran
verdad por descubrir.
SALUD Y
MEDICINA COMERCIAL
Una de las grandes preocupaciones de la
sociedad moderna es la deshumanización de la tarea médica, superada por el
mercantilismo y la notable incidencia de los laboratorios internacionales -y
nacionales- en dicha actividad.
Sin
siquiera mencionar el juramento hipocrático como referencia para la crítica, a
nadie escapa que el ingreso de la mutualización al mercado de la salud, fue en
principio una enorme ventaja en cuanto a contar con la certeza de atención,
para todo aquel que por su trabajo estaba adherido a ese sistema.
Ahora tanto han cambiado las cosas, que suele ser preferible acudir al
hospital público,
antes que soportar los maltratos y las demoras en que incurre
el sistema privado de atención, rebasado por el número de afiliados y sin
incrementos en el plantel de prestadores.
Las
consultas no duran más de 15 minutos cuando es mutualizado incluso pagando un
plus ilegal, y para conseguir turno se dan casos de dos meses de espera.
Un
caso testigo, de los muchos que han llegado a mi mesa de trabajo, consigna a
una señora afiliada a Dentis, creo que subsidiaria de Met o del Sanatorio
Allende, que después de reclamar por la curación imprescindible de un diente,
claudicó en su intento tras casi dos meses de trámites por conseguir un turno.
La
medicina privada, ahora abarrotada y sin respuestas a la explosiva demanda, ha
multiplicado vaya a saberse por cuánto los tiempos de espera, incluyendo las
guardias.
Ya
pasó el tiempo del médico amigo del paciente, desde que el paciente se
transformó en cliente.
Quedan para la historia los médicos sacrificados en serio, que no son
pocos y todos los conocemos, sin horarios, sin regalos de laboratorios, que
siguen abrazando su compromiso con la gente y con la humanidad, en una actitud
de humildes servidores del prójimo.
Las
semillas que plantaron dos de los tantos próceres que tiene la medicina, como
los doctores Maradona y Favaloro, no siempre cayeron en el fértil terreno de la
solidaridad.
PASADO MAÑANA, DIA DEL PERIODISTA
Pasado
mañana celebramos el Día del Periodista, establecido en recordación de un nuevo
aniversario de la aparición de La Gazeta de Buenos Ayres, inspirada por Mariano
Moreno, primera expresión criolla de acuñar ideas en libertad con el nacimiento
de la Patria.
La institución de esta fecha surgió en
Córdoba durante el gobierno de Amadeo Sabattini, cuando en 1938 deliberó aquí
el Primer Congreso Nacional de Periodistas, de cuyo seno nació la iniciativa.
Un periodista es nada más que el
hilo conductor entre el suceso y su
estado público.
El periodista de raza no es
defensor, fiscal, juez ni verdugo y solo muestra una realidad, a veces
descarnada, que no puede modificar.
No son todas delicias las que
jalonan la vida del periodista, al menos de aquellos que son amantes de la
libertad.
Son las primeras víctimas de los autoritarios, de los dictadores y de quienes los someten a barrotes o a mordazas.
Son las primeras víctimas de los autoritarios, de los dictadores y de quienes los someten a barrotes o a mordazas.
Suelen ser destinatarios de
presiones de conciencia y también
víctimas, en los conflictos armados que los muestran actuando en el frente,
junto al máximo peligro.
Entre nosotros, la libertad de expresión no es ni ha sido la graciosa concesión de ningún gobierno, sino el ejercicio de la tarea periodística al amparo de la Constitución, de las leyes y del sentido ético.
Entre nosotros, la libertad de expresión no es ni ha sido la graciosa concesión de ningún gobierno, sino el ejercicio de la tarea periodística al amparo de la Constitución, de las leyes y del sentido ético.
Los periodistas de ley no
necesitamos que nadie nos indique lo que debemos decir o nos impongan lo que
debemos callar, porque tenemos pensamiento y criterio propios, siempre que por
la pauta publicitaria o por conservar el puesto no vendamos nuestra honestidad.
Los periodistas de Córdoba
sabemos que mientras impere el respeto a los preceptos básicos, y el pensar
distinto no nos transforme en enemigos, no habrá sombras que perturben la
certeza absoluta de libertad.
Una libertad que no necesita
padrinos ni leyes que la regulen, la condicionen o la impongan, porque el único
reaseguro de gozarla radica en el simple respeto por la Constitución.
Todo lo demás es inútil y disociante
pirotecnia.
Bien sabemos los periodistas, que formamos
parte de una profesión invadida.
Invadida por médicos, deportistas, curas,
directores técnicos, rabinos, actores, actrices, vedettes, manosantas,
dietistas, funcionarios, pitonisas, empresarios, modelos, abogados, economistas,
corredores de autos, políticos en decadencia o cocineros.
Son ellos, los invasores, los que
reivindican la vigencia discepoleana de la biblia junto al calefón.
Solamente quienes poseen base moral se sienten
libres y están en condiciones de transmitir esa convicción de libertad que se
fortalece día a día, solo en la fragua del trabajo y no en las filas de los
partidos políticos de donde surgió escasos años atrás ese engendro que le
llamaron periodismo militante, un falso e hipócrita periodismo solamente
interesado en imponer autoritariamente su ideología y el discurso único, por
encima del sano y saludable disenso y del debate cívicamente enriquecedor.
Renueva entonces su vigencia la cita del
genial Goethe, cuando sostuvo que “solo es digno de libertad aquel que sabe
conquistarla cada día”.
Ya llega el Día del Periodista comprometido
con la verdad y la realidad; sensato, sensible, respetuoso y sacrificado por
una profesión que más se asemeja a un maravilloso vicio y que no se rinde a las
tentaciones del poder, de las marquesinas o de la gloria.
Solo para ellos, por ellos y con
ellos, otra vez ¡Salud!
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