LO QUE FALTABA: LA
PROVINCIA HACE
CAJA CON UN DESCUENTO
ILEGAL QUE
APLICA AL 70 % DE LAS
JUBILACIONES
Es para pensar, cada día con
mayor fundamento, que los gobiernos demagógicos que se mantienen con la cosecha
de votos lograda merced al marketing, necesitan un financiamiento permanente
que aleje las fundadas sospechas de estar colectando dineros de empresas o
particulares, los que después se benefician con obras u otras ventajas que
reciben por haber prestado su “colaboración”.
Y como en tal sentido alguien
“levantó la perdiz” y tienen que rendir detalladas cuentas, lo que nunca hacen,
esa situación lleva a pensar inexorablemente que el equipo gobernante debió
echar mano a la ilegalidad para proveerse de fondos, y nada menor entonces que
injuriar al sector más desprotegido de la sociedad, que son los pasivos.
Si el equipo autor de la
alquimia matemática de rapiñar a los jubilados en nombre de una ley
trasnochada, recibió como premio el manejo de un ministerio como el de Economía
y Hacienda, es por algo y ese algo es la facilidad e impunidad con que manejan
tanto los números como los escondrijos, vulnerando los derechos de los pasivos
cayendo en un error que les puede resultar fatal: especulan con su escaso “poder
de fuego” y de protesta aunque olvidan que los jubilados y sus familias también
votan.
El descuento del impuesto a las
ganancias a los jubilados es inconstitucional y así lo dice la ley, para
aquellos que no tributan por bienes personales pero la Caja de Jubilaciones de
Córdoba lo desconoce aduciendo que solo es agente de retención, que no existen
precisiones y descargando las culpas sobre la AFIP por descontar desde $ 27.941
en lugar de hacer lo correcto, que es sobre $ 38.369.
¿Qué puede pasar?
A la luz de las experiencias y
los padecimientos de los más viejos -o menos jóvenes pero aún pensantes- es
altamente probable que el gobierno de la provincia aproveche esta situación
para agregar un impacto de campaña: reconocer la falencia y anunciar antes de
octubre que son las elecciones, “un acto de justicia” para con los jubilados,
actualizando las cifras y prometiendo devolver lo malhabido, con lo que
sumarían votos a un caudal devaluado por los desaciertos, el endeudamiento, los
alevosos gastos en publicidad oficial y todas las falencias en seguridad,
educación, salud, justicia y acción social.
Tomándolo con liviandad, es
para recordar con nostalgioso dolor los oscuros tiempos de las hiperinflaciones,
cuando se hacían depósitos de fin de semana para ganar unos pocos pesos que se
cobraban el lunes.
El “cordobesismo” atrasó el
reloj y los almanaques, porque está operando a plazos con el dinero de los
jubilados, intentando cubrir los huecos de su despilfarro.
Esos huecos, llegado el
momento, se verán en las urnas.
Gonio
Ferrari
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