Desgrabación de los comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Siganme los buenos” del 18/06/17 que
emite AM580 Radio Universidad de Córdoba
HOY, DÍA DEL PADRE
No hagamos de la paternidad una mera cuestión de números, pero si optamos por eso, la historia aporta un caso emblemático: un fornido granjero ruso, Igor Vassilet, le produjo a su esposa -además era la única mujer que habitaba por esas lejanías allá por 1816- nada menos que 27 embarazos así detallados: 16 fueron de mellizos, 7 de trillizos y 4 de cuatrillizos, para llegar a una descendencia de 69 hijos.
¡Lo que cobraría en planes si hubiera sido argentino!

José Luis, un respetado vecino de Las Violetas, en 30 años de matrimonio con la misma mujer, tuvo un solo hijo.
Prefiero hablar como hijo y que sean mis hijos los que hablen de mí.
Mi Viejo era un luchador, laburadicto, guarda de tranvía, boletero en el hipódromo, empleado contable en Casa Vives y se murió a los 42 años, siendo administrador del actual Hospital Córdoba que por entonces se llamaba Eva Perón.
Era sobre todo buena persona, peronista de los de antes, de Perón; respetuoso, decente y de muy buen humor y la verdad, no pude gozarlo tantos años como hubiera querido.
Prefiero extrañarlo y atesorar en el recuerdo al tipo vital, risueño, enérgico, ejemplar en el trabajo, buscando siempre alguna ocupación extra como si el día tuviera 30 horas y olvidarme lo deplorable que es ver a un ser amado transformado en motivo de nostalgia.

Era al advertir su lucha, su compromiso, su esfuerzo, que la mejor herencia que me dejó fue la cultura del trabajo, la responsabilidad y la honestidad.
Si ahora lo tiene cerca a su Papá, abrácelo, béselo, apriételo, despéinelo si todavía no es pelado y dígale solamente esa breve, deslumbrante y seductora palabrita: Papá …
Y aunque no le regale nada, no se imagina lo mágico, mágico de verdad, que es escucharla.
Es cierto.
Cualquier día puede ser el Día del Padre.
Pero le cambio el almanaque entero por ese instante único y sorprendente, cuando tu hijo, tu hija, por primera vez te dice papá.
TRANSPORTE URBANO, HERIDAS Y CICATRICES
El problema del transporte urbano
de pasajeros de Córdoba no ha terminado, sino que se inicia -una vez más- la
rueda interminable de nuevas luchas, porque si el gremio se normaliza, termina la
intervención y asume una nueva conducción, ésta tendrá que hacerse fuerte.
¿Y de qué manera?
No pretendo ser agorero pero la
historia y la memoria nos viene enseñando que desde que los jefes de la UTA
cayeron en cuenta que tenían a su disposición miles de rehenes, todo les
resultaría más simple si de buscar nuevas conquistas se trataba.
Después de conseguidas, había
que seguir con la misma tónica y así surgieron los caprichos, la guerra interna
por el poder y las intromisiones en la vida empresaria, porque reclamaban por
falencias que solo incumben a los responsables de las empresas.
Y los dueños, angurrientos, son
otro tema: no se les pasó por alto eso de los rehenes, y cuando ellos negaban los aumentos al personal, se
generaba un nuevo paro, la municipalidad le temía y le tiene terror al malestar
social, y al conceder nuevo precio al boleto, estaba consolidando esa perniciosa
sociedad empresario-sindical que tanto daño nos viene haciendo.
¿Quedó gente en la calle? Es el
riesgo de las medidas que son declaradas ilegales.
En lo cuantitativo, mucho
mayor, muchísimo mayor, fue el daño que se le hizo a la fuerza laboral
cordobesa dejándola nueve días sin movilidad con todas las otras emergentes.
Y mucho tendrán que hacer los
directivos sindicales para restablecer la concordia entre choferes y pasajeros,
en un escenario donde se quebró el respeto de la manera más violenta:
impidiendo que tantos miles fueran a trabajar.
Y para otro de los sectores en
pugna, la pregunta es si los empresarios pueden o no sentirse contentos y
satisfechos con las resultantes y las consecuencias de este conflicto salvaje,
desmedido, agresivo y despreciativo hacia la enorme mayoría de los trabajadores
cordobeses vulnerados en su derecho de asistir a sus obligaciones, por causa de
dirigentes angurrientos, gobierno en posición de descanso y justicia meramente
contemplativa.
Es probable que los empresarios
hayan ahorrado en combustible, neumáticos, en fin, en todos los insumos que
hacen al servicio que prestan, pero tendrán que pagar la injusticia de horas no
trabajadas, de días incumplidos y en una de esas, reincorporar a quienes al
amparo de la ley fueron cesanteados.
Habrán pensado en su momento que
el panorama les sonreía porque se libraban de algunos molestos elementos que
les hacían la vida imposible, pero es para dudar que esa contenteza les haya
durado.
Ahora tendrán que hacer
nuevamente los números -minuta que le llaman- y ver el costo del paro, replantear
la relación con sus dependientes en nombre de la ley y entender, alguna vez,
que en los negocios también está el riesgo de perder.
Sobre todo, cuando durante tantos
años se cansaron de embolsar con el boleto más caro del país y un servicio que
en la mayoría de los casos, calificarlo como malo sería un acto de generosidad
popular.
PROTESTAS
REGLAMENTADAS
Estamos cansados de escuchar
discursos y proclamas donde las dirigencias no tan solo gremiales sino de otros
colectivos se hartan de utilizar términos como lucha, reivindicación, dignidad,
firmeza y sacrificio, como armas para lograr conquistas.
Es claro que si en las
pancartas y los estandartes utilizaran palabras como autoritarismo, daño ambiental,
agresión acústica, prepotencia, ilegalidad y otras lindezas, los seguidores de
sus líderes lo pensarían más detenidamente o intentarían hacerles modificar
todos esos matices para la lucha civilizada.
La ciudadanía no tiene por qué
padecer la ignominia del abandono por parte de los responsables de servicios
públicos esenciales y es por eso que el espíritu de lo legislado en materia de
paros, asambleas y otras medidas de fuerza, tiende a restabelcer el respeto que
se debe a la población.
No es posible que a
consecuencia de los movimientos de protesta, por más lícitas que sean las
razones que las motorizan, tengan que exhibir un estilo contrario a la convivencia.
Los cortes de calles y puentes,
la interrupción del servicio eléctrico, la falta de transporte y las
limitaciones incluso en atención médica, son situaciones que no deben repetirse
porque hacer lo contrario nos llevaría de nuevo a las cavernas o al imperio
salvaje del más fuerte.
Lo de oponer
inconstitucionalidad a lo legislado en Córdoba es probable que en algunos
aspectos mínimos exista una limitación a derechos consagrados, pero es más
importante el derecho general a vivir con dignidad, el argumento más valioso
para que alguna vez, los ciudadanos que nada tienen que ver con los conflictos
sindicales, dejen de ser los más perjudicados.
Y a esto, la dirigencia bien
que lo conoce …
LINCHAMIENTO DE UN NIÑO
No es necesario aportar
detalles acerca de ese penoso episodio ocurrido en pleno centro de Córdoba,
cuando un par de chicos le arrebató el celular a una mujer y huyeron algunos
metros, hasta que los transeúntes apresaron a uno y el cómplice huyó.
Algunos dicen que lo golpearon,
que lo lastimaron y otros testigos afirman que solo lo retuvieron pese a su
denodada resistencia, esperando la llegada de la autoridad, que tardó, aunque
usted no lo crea, alrededor de 15 minutos en llegar a la esquina-símbolo que es
Colón y General Paz.

La actuación de la gente, si
hubo quienes lo golpearon, es entendible aunque no justificable en un momento
crítico, que el chico pasó a ser un símbolo de la delincuencia que impunemente
nos tiene a maltraer.
Para otros, fue también un
símbolo pero de aquella temida justicia por mano propia, que no entiende de
razones ni de atenuantes, si es que esos elementos existen frente a la
flagrancia del despojo.
¿Algún argumento en defensa de
estos pichones de cacos?
Que habría que ver sus
antecedentes -que los tienen y no son pocos- además del entorno familiar y el
estímulo que para ellos significa sentirse seguros por la falta de policía.
Sea como fuere, nada mejor que
esperar lo que digan los jueces.
Ya veremos en estos días, que
en centro de la ciudad, sobre todo en las peatonales, está plagado de policías.
Como siempre, mientras dure el
estrépito mediático…
LA MEGACAUSA Y LA INCOHERENCIA
En un
programa televisivo de esta semana se entrevistó al Fiscal Gavier, a cargo de
la Fiscalía de Delitos Complejos, por un caso particular en el que se habría
solicitado su apartamiento por haberse nombrado como abogado defensor a un
pariente suyo.
Manifestó el
magistrado que esto produce dilaciones en la justicia, ya que el nuevo
funcionario deberá empezar de cero, mientras que él ya conoce la causa.
Y con este
criterio, “de ya conocer”, ese mismo fiscal se hizo cargo de la causa del
Registro de la Propiedad, solicitando en su momento prisión preventiva para
cualquier imputado o sospechoso.
Los
encarcelamientos fueron seriales, invirtiendo el orden establecido y
transformando en regla lo que debe ser excepción. Hubo absueltos, inocentes,
que pasaron tres años presos, y trabajadores comunes condenados por negocios
millonarios, mientras que ningún -escuche bien- ningún funcionario fue
responsabilizado de nada.
Algunas de
estas causas sí fueron leídas por otros organismos, nacionales e internacionales
que, empezando de cero, determinaron la irregularidad de lo actuado. La Real
Academia Española define el término “parcialidad” como designio anticipado en
contra de alguien que da como resultado la falta de neutralidad o insegura
rectitud en el modo de juzgar o de proceder.
Esta
parcialidad, impide la justicia. Nuestra Constitución y todos los tratados
han previsto mecanismos para contrarrestarla, como el sorteo de jueces y
la prohibición de las comisiones especiales.
Estas
“comisiones” a cargo de causas que “ya conocen” tienen grandes riesgos de
parcialidad y en el caso del Registro de la Propiedad de Córdoba, hace un
mes el mismísimo juez lo admitió.
¿Cuántas
injusticias se habrán cometido por esto?
Más que temer
o evitar, la doble lectura, arrancando de cero debiera ser una exigencia de la
justicia.
LOS GASODUCTOS Y LAS
COIMAS
Es un terreno escabroso,
complicado y peligroso de caminar, pero se vienen agrandando las dudas acerca
de las coimas que se habrían pagado para la concreción de los gasoductos en
Córdoba.
Los agraciados por la
generosidad de la empresa adjudicataria habrían recibido unos 36 millones de
dólares, cifra atractiva y no despreciable si el riesgo es solo el de abrir
puertas y conseguir entrevistas y posteriores contactos con el poder.
Pero como el asunto ya pasó de
estar en pañales para tener batitas, es cuando la Justicia debe apresurar su
pachorriento reloj y ponerse a tono con la curiosidad de la gente y la
tranquilidad de los funcionarios, si es que nada tienen que ver con estas
maniobras.
Como el tema está a punto de
cumplir una década de antigüedad, no son pocos los que ahora especulan con el
cariño que muchos de esos funcionarios sienten por Brasil, sus paisajes, sus
mujeres, sus playas y la fortaleza de las empresas que tienen a ese país como
base.
No es por buscar fantasmas ni
tampoco intentar caminar a ciegas por una cornisa, pero algunos apuntan a la
frecuencia de viajes hacia aquel país y otros, con memoria pero a la vez con juramento
de silencio y discreción, me supieron comentar algo de un avión que se había
querido comprar con un evidente sobreprecio en la intervención federal a una
provincia, que es la que contaría con un record de pistas clandestinas para las
operaciones de los narcos.
Si estas dos cuestiones -la de
los gasoductos y el avión- en algo se conectan, seguramente será por una simple
e inocente casualidad.
Octubre está cerca, y nadie
quiere perder votos…
CONVOCATORIA PARA EL
MIÉRCOLES 21
Siempre hemos
sostenido que la radio aparte de entretenimiento, vehículo de cultura y de
noticias, asume el papel de servicio a la comunidad por alcance y masificación.
Este espacio
no es la excepción -que a veces suele ser más notoria que la regla- por
habernos establecido objetivos claros, entre los que están la crítica al poder
cuando es necesaria y la protección a los sectores más vulnerables de nuestra
sociedad.
Y entre ellos
están los más veteranos; los jubilados tantas veces marginados e injuriados
luego de haber sido utilizados hasta transformarlos en descartables y víctimas
de abandonos y de olvidos, contradiciendo aquella visión de la sabiduría
encarnada en la edad cuando más avanza.
El compromiso
es mayor cuando tenemos en nuestro poder algunos elementos que se aplican a
procurarles una mejor calidad de vida; una mayor dignidad en esos años que
debieran ser de un dorado jubileo que la mayoría no consigue alcanzar pese a la
entrega. la dedicación, el esfuerzo y los aportes monetarios de tantos años.
Por eso, el
miércoles próximo, puntualmente a las 5 de la tarde junto al Dr. Héctor
Silvestro, reiteraremos un encuentro con adultos mayores y con todos quienes
necesiten orientación acerca de los trámites necesarios para encarar cualquier
gestión en el campo de las jubilaciones y pensiones y los esperamos en el Hotel
Avenida, de Bedoya 278 barrio Cofico, ómnibus 6, 30, 32, 35, 36, 42, 53, 66 y
trolebús “A”, el miércoles 21 del corriente mes a las 17, ocasión en la que
también tendremos la presencia de la Sra. Natalia Perez Lujan, asesora en
servicios médicos.
Como la
capacidad del local es limitada, se aconseja a las personas interesadas en
asistir, hacer la reserva de lugar por mail a siganmelosbuenos580@gmail.com o
llamando al teléfono 471-2130.
DÍA DE LA BANDERA
Para nada se equivoca el
pensador Jaime Barylko al sostener que “El abanderado tiene sentido si se
integra a todos los elementos simbólicos. Hoy, las fiestas patrias son para
lavar el auto”.
Los argentinos en materia de
amor a nuestros símbolos no somos lo que se dice un ejemplo, porque enarbolamos
la bandera si la recibimos de regalo, no cantamos el himno sino que hacemos
playback y ponernos una escarapela para muchos insensibles es como si les
violaran el corazón.
¡Cuántos argentinos harían un
papelón si les pidiéramos, simplemente, que hicieran tan solo una somera
descripción de nuestro Escudo Nacional! No es un ataque de nacionalismo, sino
pintar una realidad, que por lo general tratamos de pasar por alto cuando somos
mayores, porque al hacer memoria
advertimos cuán pocos se ocuparon de que sintiéramos en el alma los colores
celeste y blanco.
Los intentos de la escuela no
siempre se ajustan a una normativa, o no alcanzan.
Es en el hogar donde se deben
fortalecer los lazos entre la persona y la Patria en lo cotidiano para no
llegar a este ahora, que se considera más a la bandera de un partido político o
de un equipo de fútbol, que a la enseña nacional.
Nuestra bandera merece respeto
y reverencia y la mejor manera de respetarla es ser fieles a los
principios, preceptos, derechos y también
obligaciones que encierra en sus pliegues ese sagrado trozo de tela.
Cambiar los días en que se
escribió nuestra historia es un insulto a la memoria, como suele suceder, según
caigan las fiestas cívicas, con nuestro castigado almanaque.
La Patria es posiblemente como
la familia: solo sentimos su valor cuando la perdemos.
Si a veces, duele ver esa
indiferencia, que es la hermana menor de esa otra tortura a la que muchos le
llaman olvido.
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