12 de mayo de 2019

S.L.B.: HOY EN CÓRDOBA LA DEMOCRACIA ESTÁ DE FIESTA - PRUDENTE PASO AL COSTADO DE LOS EMPLEADOS DE LA E.P.E.C. - ¿FUERON INGLESES LOS INVENTORES DEL FÚTBOL? - BUENO PARA LA MEGACAUSA DEL REGISTRO, LA "REGISTROLOGÍA" - CON MILES DE EJEMPLARES VENDIDOS, LA SRA. "K" PRESENTÓ SU LIBRO "SINCERAMENTE", ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” difundido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas de Radio Universidad de Córdoba, el 12/05/19

Maravilloso ejercicio de la libertad
LA DEMOCRACIA DE FIESTA AL EXPRESARSE NUEVAMENTE
   ¿Por qué será que tan íntimamente se siente ese bichito que revolotea aquí dentro del alma, que muchos le llamamos libertad?. Entiendo que la respuesta es simple, especialmente para tantos argentinos, dentro de los que me incluyo, que nos tocó padecer a dictadores disfrazados de próceres, a improvisados e improvisadas a quienes les hicieron creer que eran inteligentes y a hombres de armas muchos de los cuales optaron por el negro camino del desprecio a la condición humana y demostraron con su inoperancia y fracaso, que la guerra no es un juego.
   Eso de sentirnos libres es un síntoma de frescura, de mieles diarias, de hacer lo que uno quiere mientras se respete la ley, que es el único límite y condicionante de la libertad porque violentar esos códigos de la convivencia civilizada es perder esa inigualable condición de sentirnos libres.
   Cuánta razón le asistía a Mariano Moreno cuando sostenía que la libertad de los pueblos no consiste en palabras ni debe existir en los papeles solamente. Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad.
   Los argentinos pasamos demasiados años sumidos en las tinieblas que impusieran, precisamente, los enemigos de la libertad y nos costó demasiada sangre fraterna recuperarla, pese a lo cual más de una vez dejamos de lado el peligro del escarmiento y los iluminados que nunca faltan reincidieron en su cometido de vulnerar a las instituciones, asaltando el poder y ofendiendo a la ciudadanía con su percudida demagogia sostenida por distintas formas de violencia.
   Y tampoco faltaron las situaciones en que en nombre de la democracia prevalecieron las componendas y los pactos, para llevarnos a la inseguridad de una vida institucional llena de parches y remiendos de lo que tanto nos costó salir magullados, descreídos, ofendidos y humillados.
   Por eso bien vale festejar este día luminoso de urnas, corrillos, pronósticos, festejos que se organizan, fracasos que se intuyen y todo el movimiento ciudadano que genera el simple hecho de gozar la libertad de poder elegir, aunque los que nunca faltan se aprovecharan de muchos factores -entre otros el desconocimiento de la manera de sufragar- para conseguir beneficios tan espurios  como gratuitos, al abusar del asistencialismo preelectoral, maniobra de las que pocos partidos políticos saldrían indemnes si ejercitamos con algo de esfuerzo y vergüenza propia, eso que le llamamos memoria.
   Hoy los cordobeses volvimos a votar y en verdad hubiera sido más saludable hacerlo sin que mediaran, como mediaron, situaciones que debió resolver la Justicia bajo la sospecha de muchos sectores de la población, que consideraron el ejercicio de algo así como la obediencia debida, vulnerando aquello que suele sonar utópico, de la independencia de los poderes.
   De todas maneras, rescatemos el espíritu del acontecimiento cívico, por el sólo hecho de habernos podido expresar a través del sufragio, lo que sería un ejercicio de patriotismo si lo que surgiera de las urnas sirviera como cicatrizante prenda de unión frente a los desencuentros muchas veces enardecidos de pasiones.
   Nos sintamos patrióticamente felices: hoy los cordobeses hemos cantado otra vez el himno de la libertad.
  
Escaso sentido de la oportunidad
LUZ Y FUERZA OPTÓ POR LA INTELIGENCIA
DE POSTERGAR  UNA  MEDIDA ANTIPÁTICA
   Lógico estupor causó en la ciudadanía el anuncio oficial del gremio que contiene a los trabajadores de nuestra decaída Empresa Provincial de Energía de Córdoba, al anticipar una medida de fuerza que abarcaría desde el viernes pasado hasta la medianoche de este domingo, en protesta por los acuerdos a los que arribaran en su momento las filiales de Villa María y de Rio Cuarto.
   Es entendible que a nadie le resulta simpático que le poden el salario, que le quiten privilegios aunque hayan sido consagrados por la costumbre o que les modifique aunque fuera en mínima parte el convenio colectivo de trabajo.
   En ese sentido es para pensar en la justicia de la protesta, aunque incluya la enorme presión de la falta de energía en un día de elecciones provinciales porque nunca se sabe cuáles pueden ser los daños colaterales de los paros.
   Y por otra parte la sociedad cordobesa, que paga la energía eléctrica más cara del país, viene siendo humillada por cortes sorpresivos, salidas de sistema seguramente por la obsolescencia del material y los daños consecuentes especialmente en el comercio y en la industria.
   En este sentido hay que tomar en cuenta los perjuicios al ciudadano común que pierde ante cada corte, que reza que al normalizarse la prestación un golpe de energía no le queme hasta el magiclick y todo lo que pierde cuando la heladera y el freezer dejaron de ser efectivos.
   Es cuando también se incrementa el drama de la inseguridad, frente a una delincuencia y un narcotráfico incontrolables que se benefician con las tinieblas.
   Pero todo indica que prevaleció el buen criterio y la dirigencia lucifuercista, que sin dudas anunció el paro presionando así al poder para que respondiera la demanda en horas, resolvió hacer un paréntesis sin dejar de lado la amenaza de una paralización de tareas.
   Realmente no sé si será para aplaudirlos, pero es bueno que alguna vez se piense en el respeto que se le debe al usuario, que es un obligado rehén de los caprichos sindicales y de cualquier otra demanda que se les ocurriera plantear.


¿Ingleses o guaraníes?
LA FINAL DE UNA COPA ENTRE
LOS INVENTORES DEL FÚTBOL
LO QUE AHORA ESTÁ EN DUDA
  
   Los entendidos o al menos un buen número de ellos, sostiene que los inventores del fútbol fueron los ingleses y cuando se habla del más bonito de los deportes, el más comercial y el de enorme convocatoria tanto de aficionados a practicarlo como de espectadores, se da por sentada la paternidad británica.
   Ocurre que pocos meses atrás en un pueblo de nuestra hermana provincia de Misiones se presentó el documental “Los guaraníes inventaron el fútbol”, con la presencia de su realizador, Marcos Ybáñez y de la historiadora Margarita Miró y ella fue la encargada de entrevistar al antropólogo Bartomeu Meliá para la producción del trabajo  audiovisual, para lo cual Ybañez señaló que “es la primera película de investigación audiovisual sobre el fútbol y el aporte de los indígenas guaraníes al deporte mundial”.
   Y para mayor sorpresa subrayó que “Se trata de la historia del juego del Manga Ñembosarái, el juego de la pelota con los pies o balompié, que en su evolución y reglamentación daría orígen al fútbol, tal cual como se la conoce hoy. Este juego precolombino, es registrado y documentado por sacerdotes jesuitas en las reducciones desde 1639. Dos siglos después este juego es conocido y reglamentado en Inglaterra”, aseguró el realizador paraguayo.
   El asunto es que en la actualidad no es mucho lo que interesa en cuanto a establecer la verdad acerca de quién fue el cerebro a quien se le ocurrió “inventar” lo que alcanzaría con el tiempo, a ser síntesis de emociones, fanatismos, montañas de dinero, motivo de guerra alguna vez y padre de muchas manifestaciones de la sociedad moderna.
   Y poco interesa porque vaya ironía, si no fueron los ingleses los que realmente inventaron el fútbol, se dieron el gusto de llegar a las finales de la Copa Europea con dos equipos de la misma nacionalidad: ambos son ingleses.
   Y lo peor, que en el camino y en encuentros para el infarto y el abuso de la coramina y el consumo de ansiolíticos, quedaron dos exponentes casi supremos de esta disciplina, que en sus planteles cuentan con figuras notabilísimas como es el caso de nuestro Leonel Messi, quien dejó dudas acerca de que si estuvo realmente en la cancha al jugarse la semifinal en la que su equipo fue humillado con un indiscutible cuatro a cero.
   Ahora con seguridad absoluta, el campeón será inglés, aunque eso de volverse loco por el caprichoso rodar de un cuero inflado, se hubiera originado en el reino británico o entre los guaraníes tan cercanos.
   Alguna vez se definirá científicamente la paternidad del más popular de los deportes.

La Megacausa sigue su curso
BUENA OPCIÓN SERÍA ORGANIZAR
UNA  ESPECIE DE REGISTROLOGÍA
   Pese a tantos años de conversar y reflexionar  sobre  la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, persisten sobrados puntos sin clara explicación. Aventuramos alguna vez que de sumar a la palabra Registro, el término logos,  que significa   conocer algo, podría organizarse una especie de Registrología, como ciencia que pudiera dar razón de aquello que no se entiende, no se aclara, no se desentraña, no se busca y no responde al común sentido en esta causa del Registro.
   Podrían ser temas centrales en esta ciencia el fenómeno  de la prisión preventiva convertida en regla, que posibilitó que el 70 por ciento de los condenados cumplieran pena antes de ser juzgados.
   También los magistrados convertidos en comisión especial, que con afán encerraron a ordenanzas, secretarias, empleados comunes, amas de casa,  profesores y trabajadores de sueldo diario y con agilidad esquivaron a encumbrados denunciados relacionados con el poder en cualquiera de sus tres versiones. 
   Podría también esclarecerse la pomposa referencia a tres mil inmuebles afectados de los que poco se sabe. ¿Quiénes serán sus dueños o a dónde estarán? Casi no existen querellantes particulares en la causa y al grueso de los condenados nada les quitaron.
   ¿Existirá alguna relación con los patrimonios de funcionarios de la época? Sin duda que tendrá trabajo quien se dedique a esta ciencia.
   En la Biblioteca de Derechos Humanos de la Universidad de Minnesota la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba puede leerse como un ejemplo de vulneración de derechos, algo que también marcaron distintas ONG nacionales.
   Incorporar la propuesta podría servir, al menos, para evitar la continuidad que ahora tienen los papelones que se perpetran.

Un libro. Pasado, presente, el “contrato social” y Baradell 
CON MILES DE EJEMPLARES  DE  SU OBRA
VENDIDOS, LA SRA. DE  KIRCHNER  LANZÓ
SU VIRTUAL CANDIDATURA PRESIDENCIAL
   Con el predio mayor de la Sociedad Rural, cuna y sostén de la más rancia oligarquía terrateniente argentina y especialmente de la rica pampa húmeda, odiada por los populismos y repudiada desde las izquierdas, con algunas limitaciones para el ingreso, la Sra. Cristina Fernández viuda de Kirchner presentó su obra literaria “Sinceramente”, lo que significó un virtual lanzamiento a su campaña proselitista para algún cargo de relevancia en el cercano futuro nacional.
   Leído a los apurones y por párrafos, se advierte en ese vuelo de pájaro la enorme carga de escondidos rencores, algunas frustraciones, marcadas intenciones de regreso, enunciación de algunos logros alcanzados -lo que es cierto y parte de la historia- y otros componentes que una detenida lectura seguramente puede aportar.
   El marco fue imponente, con decenas de ómnibus en las afueras a donde se habían trasladado a los militantes de su corriente, en las filas de adelante muchos de los funcionarios que están libres y varios de los integrantes de la farándula que acompañaron, en ciertos casos interesadamente, sus presentaciones en público, que no fueron tantas.
   El periodismo fue espulgado para permitir su limitado ingreso y no lo pasó tan bien la colega de TN, integrante de Grupo Clarín, quien sufrió empellones, amenazas, algunos salivazos y otros improperios que en verdad, era lógico que sucedieran en tal escenario.
   Y a la hora de evaluar someramente los efectos colaterales de la presentación y algunos otros detalles que la rodearon, se recogió la sensación, escuchando su discurso de presentación, cuando hace alusión a “un contrato social”, suena equivalente a más o menos como alquilar una casa y cuando llegas a ocuparla, te das cuenta que el inquilino anterior se afanó la cocina, el calefón, el microondas, el timbre y la máquina de cortar el pasto.
   Porque tomó con liviandad aquello de la convocatoria a un acuerdo que garantizara la gobernabilidad y más tarde se definió con rechazar esa postura que sin embargo, llevó a coincidir a varios de sus ex socios.
   Y quedó la sensación que cuando lo denuncias todo aquello que has notado ya no tienes porque se lo afanaron, te contesta no tener nada que ver con eso pese a haber dejado sus huellas digitales por todas partes y que el camino para quedar bien con los vecinos puede llegar a ser la conciliación, el borrón y la cuenta nueva.
   En ese caso como en  cualquier otra situación similar, lo mejor es dejar las cosas en manos de la Justicia.
   Como están ahora, ¿vió?  
   Y si algo faltaba para sumarle hechos anecdóticos a esta producción literaria de la Sra. Cristina, no podía faltar la intervención de Roberto Baradell, el curioso personaje que lidera al gremio docente de la provincia de Buenos Aires. Como para quedar bien con su madrina, adelantó que podría llegar a pedir que “Sinceramente” fuera de lectura y enseñanza obligatoria en las escuelas de esa jurisdicción.
   Al enterarme, se me cruzó por la mente un relámpago de memoria, al evocar que a mediados del siglo pasado un libro que escribiera el periodista español, valenciano para mayores datos Manuel Enrique Penella da Silva, tuvo un resonante éxito en nuestro país y entonces, sí, fue texto obligatorio en las escuelas.
   El trabajo literario se llamaba “La razón de mi vida”, llevaba la firma de la Sra. María Eva Duarte de Perón, cariñosa y fervientemente llamada Evita y por entonces es para intuir que a nadie se le cruzara por la cabeza que tantos años después, alguien hiciera suya esa, la razón de su vida.

   Vale aclararlo para espantar suspicacias y malos entendidos: esto no es gorilismo, sino el respeto por la historia y el sano ejercicio de la memoria.

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