CLAUDIO FERRER DEJA UN
VALIOSO
EJEMPLO DE DIGNIDAD PROFESIONAL
No éramos íntimos pero sí cabales amigos
que compartíamos la sinceridad de volcarnos a una profesión maravillosa, en la
que no faltan los entrometidos por angurrias políticas que la desvirtúan.
Claudio, prototipo de los frontales,
divertidos, generosos, solidarios, ocurrentes y por sobre todo respetuosos de
la verdad, del buen criterio y del sagrado ejercicio de la libertad que no todos
llegaron a comprender, especialmente aquellos inclinados al autoritarismo y a las
mutaciones ideológicas que por lo general impiden el pleno ejercicio de leales
conductas.
Sufrió la marginación como víctima silente
del oprobioso congelamiento profesional,
que le fue minando la salud aunque le fortaleciera el espíritu que lo
sostenía en la prolongada crisis de sus últimos años.
Que descanse en paz, esa paz que los
mediocres e intolerantes le quitaron a un tipo que no se doblegó ante ellos y
solo pudo someterlo la muerte.
Es una suerte -en homenaje al Claudio
ausente- que a la hora de las hipocresías todos sepamos de quiénes hay que
cuidarse. “La censura ha sido la perdición de todos aquellos a quien quiso
servir”, una clara sentencia de Chateaubriand.
Mi abrazo al infinito. Nada peor que tener
que despedir a un amigo cuando uno no quiere despedirlo.
G.F.
Es una lástima que haya triunfado la inmoralidad y la intelectualidad de los mediocres. Así nos va
ResponderBorraruna pena Gonio, graias por recordarlo.
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