LOS PERIODISTAS EN LA DICTADURA
MILITAR Y REPORTAJE A MENÉNDEZ
MILITAR Y REPORTAJE A MENÉNDEZ
En estos últimos años la sociedad cordobesa
y con expectativas más allá del ámbito nacional, asistió al juzgamiento de
varios militares acusados por delitos aberrantes perpetrados durante la década
del ’70.
Naturalmente no estuvieron solos y como
siempre, contaron con la complicidad de civiles amigos, políticos variopintos y
miembros de otras fuerzas de seguridad.
Buena parte de la Iglesia colaboró con su
silencio y pocas fueron posteriormente las actitudes de cristiano
arrepentimiento.
Algunos sectores políticos mostraban
indiferencia.
Las empresas periodísticas en su enorme
mayoría y se suponía que por instinto de conservación, acataban sin chistar el
manual de estilo, la censura previa y los aprietes telefónicos que desde sus
áreas de “inteligencia” les imponían los militares.
Si hasta prohibieron una historieta: Lindor
Covas, un gaucho matrero, mujeriego y enemigo de la autoridad.
Le hicieron cambiar el nombre artístico al
Soldado Chamamé, risueño personaje correntino, porque se sentían ridiculizados
y ofendidos.
Olmedo no pudo encarnar más al “Capitán
Piluso”, porque desde la cúpula de las fuerzas armadas evaluaron que un militar
no podía andar armado con una gomera.
Los periodistas debíamos caminar entre las dos
veredas, apretados por ambas: nos tocaba ir a retirar los “partes de guerra”
que cotidianamente dejaban montoneros, erpianos y otros en los baños de algunos
bares o bajo el banco de cualquier plaza, como asimismo asistir por mandato
empresario que encarnaba la “obediencia debida” a las conferencias de prensa
que ofrecían autoridades del ejército o de otras fuerzas de seguridad. Desde
ambos bandos -aunque no lo dijeran- seguramente estábamos marcadamente sospechados
de trabajar “para los enemigos”.
Escribíamos a conciencia lo que veíamos,
pero después en muchos casos se publicaba otra cosa.
Y ante los dictadores, una moneda de cambio
que asegurara su impunidad y su prosperidad.
La tarea de investigar la actuación de los
medios periodísticos durante los oscuros tiempos del desprecio, aunque sepa que
es un sector poderoso, es una deuda pendiente que ahora, hoy, la Justicia tiene
con la sociedad.
Muchos de esos medios que claudicaron y
agacharon la cabeza sin pudor, ahora son leones lo mismo que los “descolgadores
de cuadros” que con gran sentido del oportunismo supieron en su momento aprovechar
el ocaso militar.
Claro.
Muchos exponentes de eso que ahora llaman
moderno periodismo y “periodismo militante” -direccionado hacia un solo objetivo
que curiosamente no es la objetividad sino una especie de selectiva amnesia-
pretenden hasta los tiempos actuales y tocando de oído, enseñarnos cómo se
vivían aquellos tiempos dentro de nuestra profesión y para colmo con cierta
desfachatez de juzgarnos con rigor, sin testimonios válidos y sin el pudor del
respeto.
Y en 1996, o sea 26 años atrás, no era fácil
entrevistar a Luciano Benjamín Menéndez aunque ahora los exponentes de un tardío
coraje sostienen que ellos lo hubieran hecho… pero no lo hicieron.
Y en un mismo programa titulado “Conmigo”
que durante más de una década aparecía semanalmente en el Canal CBA, hoy Canal
“C” de CableVisión, pude entrevistar a Ramón Verdú, colega periodista y
excelente fotógrafo varias veces laureado, quien durante la dictadura de Videla
& compañía estuvo en prisión casi dos años y aún ignora los motivos
supuestamente valederos que se habrían esgrimido para encarcelarlo. Y en el
mismo espacio logramos una entrevista con Menéndez a quien las cámaras de TV
nunca le resultaban simpáticas. El golpe y los métodos, los enfrentamientos,
todo lo de aquellos años bravos formaron parte del diálogo.
Ustedes los podrán encontrar unificados
formando parte del archivo de “Conmigo” en el costado derecho de nuestro blog
www.gonioferrari.org debidamente identificado, con casi una hora de duración.
Les transmito mi agradecimiento, por honrar
la historia.
Gonio
Ferrari
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