4 de septiembre de 2022

S.L.B.: LA VIOLENCIA INSUPERABLE YA ES PARTE DE LA HABITUALIDAD ARGENTINA – LA CIUDAD CAÓTICA E IMPACTADA POR LAS OBRAS – EN LA ESCALADA DELICTUAL, LO DEL PODER ES INEXPLICABLE – LA MEGACAUSA Y UNA INCURSIÓN EN LOS MEDICAMENTOS – LOS PRECIOS SE RIEN DE LAS PENURIAS DEL CONSUMIDOR – “CORDOBESISMO” IMPACTADO POR IMPREVISTOS – EL ATENTADO CONTRA EX-ELLA, EN EL ÁMBITO DE LA JUSTICIA, CON DUDAS INCLUIDAS, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 742 del 4/9/22, difundida en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Peligrosa inestabilidad emocional
UNA INSUPERABLE VIOLENCIA YA FORMA
PARTE DE LA VIDA  DE LOS  ARGENTINOS
 
   Por lo general cuando las amenazas pasan  a formar parte de la habitualidad de alguna corriente de pensamiento, bien vale suponer con mucho de certeza  que se han perdido los límites de la prudencia y la práctica del respeto hacia quienes piensan distinto al discurso y el mensaje del poder nacional y popular, y no deja de ser un peligroso antecedente porque también configura un ataque contra postulados básicos de la democracia que tanta sangre y dolor nos costara reconquistar.
   La provocativa intimidación lanzada desde un sector de la corriente gobernante advierte burdamente del quilombo que se armará si la tocan a
Cristina, refiriéndose sin dudas a la actuación de la Justicia que está cumpliendo con su deber republicano de juzgar casos de corrupción que habrían perpetrado prominentes personajes, y que la fiscalía interviniente acusa a la actual vicepresidente de la Nación de liderar una pandilla, asociación ilícita o algo parecido, que habría perpetrado numerosos actos de corrupción en beneficio propio para consolidar su enriquecimiento.
   Y si en forma virtualmente paralela el Sr. Presidente de la Nación culpa a los medios, a periodistas y a la oposición de fogonear la causa de la que derivarían condenas de comprobarse las autorías asignadas, nos encontramos frente a un sombrío panorama cercano a la ruptura violenta de la endeble paz social por el hecho que la intimidación se refuerza desde la mismísima cúpula del poder, en abierta guerra por ahora declamatoria adhiriendo a ese barato concepto del quilombo que se armará si la tocan a Cristina.
   Por suerte el Dr. Fernández es especialista y docente en Derecho Penal, lo que nos hace suponer que es consciente que al alimentar la incipiente hoguera con nafta o combustibles parecidos pero con la forma de abierta provocación, advertencia o ultimátum, es como si encabezara una movida que pretende imponerle a la Justicia y su majestad una salida que, como si hiciera falta reforzarla, consagre la impunidad de quienes han delinquido.
  ¿Esa es la manera de buscar la paz y la concordia?
  ¿Es el nuevo estilo de llevar adelante una causa hasta lograr su esclarecimiento y la identificación de quienes hubieran delinquido? Y entrando en los predios de las fantasías, ¿llegará el momento de recuperar todo lo malhabido y destinarlo a paliar las angustias y carencias de ese maldito 50 y pico por ciento de pobreza, en un país tan rico como el nuestro?
   Estamos viendo repetirse la historia de los últimos tiempos, al advertir que a la hora de repartir eventuales responsabilidades y culpas, estas son siempre ajenas en una nueva aunque reiterada versión de la autocrítica ausente y hoy, como si fuera novedad, al pecado de angurria se lo encajan al periodismo y a la oposición en una actitud tan injusta como cobarde, de sacarse el lazo de verdad que se ciñe cobre tantos y tantos pescuezos.
 
Es ridículo a la hora de las inevitables y dolorosas comparaciones, ver esa imagen deplorable de las carencias y por otra parte el despliegue alevoso e impune de tanta riqueza acumulada sin haber dejado en ella ni una puta gota de sudor o de sacrificio.
  No es esa la mejor manera de propiciar los reencuentros, oponiendo a la luz de la realidad tanta pobreza acumulada frente a la descarada ostentación de quienes sirviéndose del poder político, sindical e incluso hasta deportivo, han amasado fortunas difícilmente justificables sin apelar a los atajos de la notoriedad, la indemnidad, el acomodo y la alergia a todo lo que se parezca a justicia.
   Es cuando el pensamiento lógico de la gente nos lleva a discernir que esas actitudes soberbias, altaneras y arrogantes se muestran como escudo frente a la imperiosa necesidad y urgencia, en este caso real, de poner las cosas en su lugar, reivindicar a quienes lo merecen y obrar ni siquiera con piedad, con todos aquellos personajes a quienes les cabe la histórica responsabilidad de habernos llevado al caos económico, a la desocupación emergente y eso tan impúdico e inmerecido que configuran la pobreza y la indigencia precisamente a nosotros que hace menos de un siglo éramos potencia.
   Provocar de esa manera desde el poder, agitando fantasmas de quiebre institucional, de reacciones de la gente frente a lo que pueda decidir esa señora que no siempre tiene los ojos vendados y la balanza en su poder, no es otra cosa que un burdo atentado contra la democracia y la libertad que aún no están consolidadas porque si lo estuvieran, eso que se le llama dignidad hubiera aparecido en la mente y en el alma de todos los ladrones que con la protección de sus corazas demagógicas, nos arrastraron a esta postración que ahora padecemos.
   No necesitamos matones que  nos amedrenten.
   No necesitamos figurones que desde su opulencia nos vendan imágenes solidarias que lejos están de ser sinceras.
   No necesitamos patoteros rentados que amaguen con la maldad y la violencia descontrolada que supieron exhibir en aquellos tiempos no tan remotos que fueran caratulados como imberbes y estúpidos.
   Necesitamos gobernantes probos, sensibles, honestos y comprometidos con una realidad y no negadores de angustias ajenas, irreflexivos y autoritarios, acostumbrados a liberarse de las culpas propias para endosárselas a quienes, lamentablemente, son -y somos- sus previsibles víctimas.
   Resumiendo, necesitamos más patriotas que milagreros.
 
¿Ciudad concentrada?
IMPACTANTES OBRAS AUNQUE EL CAOS
URBANO  PARECE NO TENER  SOLUCIÓN
 
   Realmente resulta molesto vivir en una ciudad que, aunque todo sea una cuestión de buena voluntad de sus autoridades, haya que convivir en un estado de obra permanente lo que lógicamente condiciona la vida corriente de sus habitantes, siempre sujetos a limitaciones a veces enojosas y negativas en disímiles aspectos como lo son la economía, los desplazamientos y el conservar la calma frente a lo impredecible.
   Las pérdidas de tiempo se suman a los problemas habituales que tiene una gran ciudad como lo es la nuestra, subliminalmente sujeta a manejos impulsados por una buena dosis de demagogia, basada en algo así como que hay que descartar lo que antes se hizo aunque estuviera bien hecho, para hacer algo nuevo con sello propio total a los gastos no los asume el poder, sino la gente a través de su creciente contribución impositiva.
   Sería una pavada cívica remar contra la corriente en materia de progreso, pero es demasiado oneroso el costo que estamos pagando en distintos aspectos que hacen a mejoras que se vienen realizando en esta Córdoba sorprendente: los cierres de calles cuando se necesitan más arterias si tomamos en cuenta el constante crecimiento del parque automotor, las limitadas playas de estacionamiento y las mayores exigencias de transporte público; las limitaciones en ciertas arterias ahora severamente afectadas en su actividad comercial y otras medidas tomadas, por lo que se advierte, acciones encaradas con el evidente e inocultable propósito de posicionarse en la consideración de la gente, por apetencias electoralistas.
   No es que se cuestione dicha actitud, asumida y practicada por todos los colores políticos sin excepción, pero llega un momento que el ciudadano privilegia su tranquilidad y su libertad para desplazarse, por encima de los beneficios que con el tiempo puede llegar a recibir y gozar, porque es cierto que algunos criterios urbanísticos hablan de hermosear las ciudades, embellecerlas con parques, jardines, colores, murales y otros adornos visuales para atenuar la creciente vigencia y frialdad del cemento.     
   Porque para el cordobés corriente es más útil y trascendente contar con servicios esenciales que le faciliten la vida, no que se la compliquen con las súbitas modificaciones de costumbres, recorridos y otras rutinas ciudadanas que le suman estrés al habitual de padecer inmovilidad de transporte, oscuridades peligrosas, caprichoso cumplimiento del cuidado de la higiene urbana y otros aspectos corrientes de la vida en sociedad.
   No se trata de quejarse porque en verdad se están haciendo cosas, más allá del respeto por las prioridades que, lo quiero insistir, no figuran dentro de los esquemas de gobierno en los últimos y recientes años, porque si el objetivo es crecer, que no lo hagamos alocada y onerosamente, e impongamos orden, antes que sumar obstáculos.
 
Imparable escalada delictual
EL INEXPLICABLE EMPEÑO DEL PODER EN
DEFENDER LO  QUE SABEN INDEFENDIBLE
 
   Tengo la sensación muy cercana a la plena certeza que muchos pueden llegar a pensar que el tema de la inseguridad que nos obsesiona, es fruto de un capricho o simplemente oponernos porque sí a una situación que es incontrolable y lo tomamos cada día como tema recurrente, como si no existieran otros dramas que nos agobien.
   Y es entonces que obligadamente debemos caer en la reiteración de conceptos que por lo general chocan con esa perniciosa costumbre oficial de negar una realidad, disfrazarla o asumirla íntimamente pero bien escondida debajo de la alfombra a donde van a parar todas las frustraciones que no tienen solución, pero es necesario acallar el clamor ciudadano que las multiplica y más aún en estos anticipados y apresurados tiempos de campaña proselitista.
   La situación de creciente e inmanejable inseguridad tiene su techo, que al revés de la construcción de un muro cualquiera, está la capa aislante en la parte superior en lugar de estar donde debe ser, que es cerca de los cimientos. Obviamente que a la hora de descomprimir tanto clamor ciudadano se aportan respuestas que muchas veces ofenden la inteligencia de la gente, como es una de ellas y la más frecuente, sostener que disminuye la cantidad de hechos delictivos, que existen patrullajes preventivos permanentes o que el crecimiento del narcotráfico y de la impunidad del hampa son sólo sensaciones.
   La verdad, uno se cansa cuando advierte que los gastos crecen, las deudas se agigantan y la situación de la inseguridad sigue su curso estadístico hacia arriba, aunque desde el poder se lo niegue y lo voy a sintetizar en dos cuestiones, como para no abusar de la indignación que crea el conocimiento de situaciones francamente evitables, pero prolijamente escondidas en cuanto a su divulgación.
   Me encantaría que la Sra. Jefa de Policía, quien por obediencia debida sin dudas debe cumplir con el libreto de justificaciones que le imponen, divulgara las estadísticas reales, no las dibujadas, porque la televisión nos sorprende cada día con dos, tres o más casos de robos en comercios o accionar de manadas salteadoras pero para la autoridad, muchos de esos casos son inventados o son el fruto de mañosas ediciones de imágenes.
   Y que esta señora ponga en claro cuántos han sido los casos de asaltos documentados fílmicamente, en los que se identificó a los cacos, se los buscó y se los detuvo y se los puso a disposición de la Justicia.
   Porque resulta que todo lo que se gasta, las decenas de patrulleros que se agregan y los efectivos que se incorporan a la fuerza azul, no alcanzan para protegernos y si eso es verdad, quiere decir que están escupiendo para arriba porque así queda demostrado el crecimiento y la impunidad incontrolables de la delincuencia.
   Un solo caso como ejemplo, que al final no he podido encasillarlo en la tristeza que provoca nuestra propia desprotección, o para felicitar a los ladrones por su oportunismo y creatividad: pocos días atrás, dos o tres, cerca de mediodía, ¿sabe qué se afanaron…?
   ¿Usted ha visto el simpático espectáculo que representa en plena 27 de Abril, al costado de la Catedral, a 20 metros de la Plaza San Martín y a poco más de 100 metros de una dependencia policial de la calle Independencia, que un restaurante de marcada concurrencia turística, coloca dos grandes parrillas donde humean nuestras mejores carnes?
   Mire… algo de vergüenza me invade decirlo, pero a la vista pública, y en uno de los puntos de la ciudad donde se dice que existe celosa vigilancia, de allí se afanaron un costillar entero, listo para ser consumido.
   Ese sí hubiera sido buen motivo para que, sin ánimo de castigar con la ley a sus autores, nuestro silencioso ministro de Inseguridad -porque es lo que sobra- debiera enviarles a los ladrones una cumplida felicitación…
 
Registro de la Propiedad
SUGERENCIA  MEDICAMENTOSA DEDICADA A
LA PROTECCIÓN DE TANTOS INVOLUCRADOS
 
   Quizás como respuesta a la particular manera de percibir la verdad de la justicia cordobesa en la causa del Registro de la Propiedad, hace ya un tiempo, familiares de imputados en ese tema protagonizaron frente a Tribunales una obra de teatro en la que un médico le recetaba a esta justicia, comprimidos de Constitucionex Forte para curar sus patologías. 
   El imaginativo remedio cuenta con varios componentes, incluyendo: libertad, para evitar el abuso de prisión preventiva; racionalidad, para evitar la imputación indiscriminada a compañeros, vecinos y conocidos como nuevos sospechosos; legalidad, para evitar actuar fuera de los mandatos constitucionales; igualdad, para evitar privilegios hacia los conocidos o amigos del poder político y judicial; sinceridad, para evitar el pomposo marketing mediático; imparcialidad, para evitar la creación de una única comisión especial juzgadora; objetividad, para evitar la íntima convicción como fundamento de sentencias absurdas; independencia, para evitar la impunidad de los poderosos y honestidad, para evitar inmortalizar la causa.  
    La verdad sea dicha, suena como urgente e indispensable la necesidad de esta fórmula para conseguir la sana justicia que se requiere en la causa, aunque constituye un desafío a la más avezada imaginación, descubrir cómo administrar a la Justicia esta mágica pildorita.
   Tal vez y sólo a título de sugerencia, una exhaustiva revisión de cada accionar por organismos de expertos independientes pueda ser una manera de lograrlo. Y por qué no soñar para un futuro con el desarrollo de una vacuna que inmunice a los funcionarios contra cualquier intento de influencias, amiguismos, parcialidad o conveniencias.  
 
Alocado descontrol
LOS  PRECIOS PARECEN  REÍRSE  DE LAS
PENURIAS DEL CASTIGADO CONSUMIDOR
 
   Es una sensación personal lo que me acompaña a la hora de evaluar la situación o simplemente ante el cansancio de ver los fracasos, me ha borrado de la memoria todo lo relacionado con tantos anuncios que se hicieron casi diariamente acerca de los controles de precios que severamente se implantarían para asegurarle a la gente -creo que ese era el principal objetivo- una cierta previsibilidad o algo parecido al respeto por la economía familiar.
   Como era absolutamente previsible para cualquiera de nosotros, menos para el gobierno que se empecina en utopías, los precios y quienes los imponen se matan de risa y poco importan las angustias que generan las carencias, especialmente a la hora de referirnos a los alimentos.
   Por supuesto que todo aumenta, desde el kilo de azúcar hasta el precio exorbitante de los autoplanes, pasando por toda la gama imaginable de gastos que una familia realiza para sobrevivir, un empeño que ha llegado a significar un verdadero sacrificio para terminar derrapando en las deudas o en las privaciones.
   Y el tema no se reduce a culpar por incapacidad al gobierno, porque más de lo malo que hizo al respecto de los precios, es imposible continuar en ese capricho de pensar que esos controles existen, que las ofertas prometidas se respetan y que los comerciantes han sido como se dice “puestos en caja” para que no se alteren los postulados impartidos desde el poder, para un cometido que desde antes de implementarlo ya se sabía o en el mejor de los casos, se intuía que tenía destino de fracaso.
   Y eso que el sector comercial tiene las de ganar, porque no se le ocurra a nadie discutirme la manera en que han crecido las ventas en negro, que no todos te dan la factura, que pocos la exigimos pero que los vivillos de siempre en poco han cambiado su manera de comerciar.
   Es brutal el ritmo de crecimiento que tienen los artículos de primera necesidad alimentaria, a lo que debemos agregar, entre otros, a los medicamentos, los servicios que mejor no hablemos de lo que se viene en tal rubro, incluyendo eso de los subsidios…
   El tema es que la víctima principal es el consumidor porque en las otras etapas de la intermediación, siempre existen maneras de esquivarle a las obligaciones tributarias.
   Se me ocurre que es allí donde el Estado, en su indelegable condición de protector, tiene que afinar la puntería…
 
Temas pendientes
“CORDOBESISMO” IMPACTADO FRENTE A  
PROBLEMAS  QUE  NO  TIENEN SOLUCIÓN
 
   Debe ser bastante complicado evaluar, desde un poder provincial embarcado con llamativa anticipación en la campaña proselitista, con miras al recambio de autoridades en ese ámbito y en la Municipalidad capitalina y en otras del interior, las posibilidades que le asisten a su espada mayor quien no puede repetir candidatura dentro del “cordobesismo”, pero sí postularse, por ejemplo, a la Presidencia de la Nación o a integrar esa fórmula con algún ignoto -por ahora- aspirante al sillón mayor de la Casa Rosada.
   Sostengo apoyado en la realidad que nos rodea y al amparo de la buena memoria que por lo general luce el electorado en los momentos de definir su voto, que cuando las campañas previas son tan meticulosamente articuladas y ejecutadas como la que vemos los cordobeses con su enorme despliegue y costo, nadie puede darse el lujo de asumir interferencias nocivas que modifiquen el esquema de actuación que seguramente ya tienen estructurado desde el Justicialismo y sus aliados, para cuando llegue el momento de asumir.
   Pero el problema, como en cualquier caso corriente de navegación terrestre, marítima o aérea, suelen ser los nubarrones agoreros de tormentas y vientos huracanados que a las molestias que ocasionan, le suman su efecto negativo en la percepción que la sociedad tiene tanto de las propuestas como de los antecedentes, conductas y valores de los postulantes.
   Por eso, seguramente son preocupantes algunos aspectos no muy beneficiosos para el Contador Schiaretti y su vocación por ascender, seguramente, en la escala de preferencias a lo mejor intentando lo que todo político argentino legítimamente ambiciona, que es mudarse temporariamente a morar al menos por cuatro años en la Residencia de Olivos.
   Veamos entonces las sombras oscuras por sobre las sanas intenciones, y es probable que se me escapen algunas, diluidas por el viento de los tiempos que pasan: el aún inconcluso e irresuelto caso del adolescente Blas Correas marcó un mojón con la trascendencia de un molesto forúnculo; la aparición de repetidos casos de deshonestidad funcional y “gatillo fácil” descubiertos en efectivos de la policía provincial, más allá de la jerarquía de agentes o suboficiales, imagino que siguen siendo una rémora en las pretensiones del PJ y por lo que se advierte, dentro de lo que se conoce y dejando de lado lo que se oculta.
   Y cuando desde algunos sectores optimistas de la corriente gobernante en Córdoba se tomaba con algo de mentiroso alivio, que los conflictos tendían a diluirse, aparecieron dos situaciones que pueden llegar a ser determinantes de muchas decisiones, especialmente por el lado de quienes aún y pese a sentirse abrumados por la apresurada campaña todavía no han hecho uso de sus íntimas preferencias a la hora de ejercer el sacrosanto, democrático y patriótico derecho de votar.
   Un casi mocoso de 19 años embaucó, apoyado por los infaltables mercaderes de influencias y chapas de cartón que al mojarse pierden su textura, virtualmente a todo un gobierno y se metió impune y salvajemente en un tembladeral de ignorancia donde el precio que se paga es la vida; donde una aspirina mal aconsejada es para un drama consecuente; donde un consejo infundado lleva a la desgracia…
   A sabiendas lo disfrazaron de médico y lo dejaron obrar como tal en plena pandemia, y los mentores de ese acto criminal mantuvieron silencio que fue ascendiendo de jerarquía hasta llegar a la conducción que ya jaqueada, tuvo que reaccionar demasiado tarde…
   Esa situación que tomó trascendencia internacional fue un duro golpe que la fatalidad de las complicidades y los silencios se asociaron en perjuicio de un proyecto preelectoral encarado, sinceramente, con honestidad ideológica aunque con mucho de inocencia acerca de que la mala gente existe. Y la demora en abordar el caso y llevarlo al ámbito de la justicia agravó una situación que jamás debió suceder.
   Para colmo y en la parte final del rigor pandémico cuando un grado de prolijidad estaba siendo consolidado en la provincia, ocurre el penoso caso criminal de los recién nacidos sanos, pero que fueron muriendo en cuestión de horas, sin explicaciones en su momento, con imposición de silencio a las madres desesperadas aconsejándoles la inconveniencia de la autopsia y otras actitudes francamente repudiables…
    Aquí el tema no se solucionó con la renuncia de un  ministro a lo mejor víctima de su propia candidez, o en un exceso de su confianza en quienes no la merecían porque son muchas las vidas que se perdieron, cuando eso ahora se supone que era evitable…
   Todo esto, aunque desde el poder se lo pueda tomar con la liviandad que sería juzgar una desmemoria de la gente, son cargas demasiado pesadas para quienes intentan en el escenario de un país desquiciado por la corrupción, maltratada e irresueltas la inflación, la desocupación y otros fracasos, encaminarse hacia objetivos tan ansiados como nobles políticamente hablando.
   Se impone en consecuencia, más allá de una profunda acción de la Justicia en los temas pendientes, una toma de conciencia por parte de las autoridades, que los ocultamientos en algún momento fracasan y eso lleva también al infortunio de cualquier ambición de poder.
   Por eso a veces, debiera imponerse el criterio que tiempo atrás sostenía Lord Chésterfield, quien no era fabricante de cigarrillos sino un prominente pensador universal: “El que obra apresuradamente, parece mostrar que lo que tiene entre manos es demasiado grande para él”.  
 
Atentado contra la Sra. Cristina
EL TEMA ES TAN DELICADO QUE PREFIERO
SEA LA JUSTICIA QUIEN APORTE CLARIDAD
 
   Pocas veces en la historia argentina se han dado casos de atentados contra figuras prominentes de la política, pero especialmente perpetrados contra la autoridad máxima de la República y por eso del respeto hacia la majestad de la Justicia que es el ámbito a donde van las grandes causas, quiero limitarme a consideraciones personales basadas en lo que se conoce y ha trascendido del suceso acaecido días atrás en el centro porteño.
   Mi intención es que individualmente se evalúen todos estos detalles como para que se adopten las posturas de interpretación personal e individual de ese penoso suceso.
  Ningún custodio tuvo lo que se llama una actitud profesional y si no, recordemos cuando atentaron contra un ex presidente de los EE.UU. en plena calle. Ninguno de los guardaespaldas atinó derribarla al piso y cubrirla con su cuerpo y el de sus compañeros, como es la rutina.
   La señora en instantes se preocupó coquetamente por su peinado, se agachó para recoger un ejemplar de su libro “Sinceramente” y momentos después continuó firmando autógrafos.
   El portador del arma que no estaba en condiciones, les llamemos operativas para funcionar fie neutralizado pero no esposado.
   Se tardó demasiado en cercar el escenario del suceso y al observar detenidas las imágenes, el brasilero responsable del ataque, no tenía su dedo en la cola del disparador, al que comúnmente se le llama “gatillo”.
   El mismo sujeto, que en reportajes callejeros de días atrás manifestó su desacuerdo con el otorgamiento de planea sociales y se declaró partidario de trabajar, ya tenía un par o más de apariciones por el canal de noticias porteño de fama amarillista.
   Cuando lo introducen al móvil policial, se nota que tampoco entonces estuviera esposado, no existía separación interna entre él y el policía sino que lo acompañaba, me pareció ver, un camarógrafo que a lo mejor era también policía.
   Alrededor de la medianoche el Sr. Presidente de la Nación en un breve discurso y tras repudiar el atentado, anunció que el día siguiente sería declarado feriado nacional, facilitando así la organización de una concentración en repudio al atentado y en apoyo de la Sra. Cristina, y los mal pensados suponen que en ese acto inició su campaña proselitista con miras a las elecciones del 2023.
   Y me van a tener que dispensar por no evaluar más técnicamente esta situación, porque la verdad y no lo tomen a mal, no soy un periodista habituado a la promoción de espectáculos.

  

 

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