Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en
su programa ”Síganme los buenos” nº 741 del 28/08/22 emitido en dúplex por la
AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
NO PASA POR SU MEJOR MOMENTO LA IMAGEN DE
UN PRESIDENTE ERRÁTICO EN SUS DECISIONES
Nos toca actualmente a los argentinos lidiar con el toro embravecido de un futuro incierto, aunque desde algunos sectores, incluso del oficialismo gobernante, se esmeren por mostrar un panorama de esperanzas que lamentablemente vemos diluirse por una realidad que no deja de agobiarnos.
El escenario económico con su enorme variabilidad, escaso sustento práctico y resultados tan dispares como parciales que no son alentadores empujan a tomar con sorpresa y como burla, el mensaje oficial que pregona crecimiento cuando lo que tenemos es postración.
Esa intención de vendernos bonanza empuja al desencanto de la Sociedad abrumada por presiones pocas veces soportadas, lo que inevitablemente nos traslada hacia atrás en los tiempos, a ciertos años no tan lejanos en que la desintegración nacional era el fantasma que no era necesario agitar, porque se adelantaba a los desastres como si viniera vislumbrando los fracasos de la conducción, tan ciclotímica como en los peores tiempos de inestabilidades en todos los campos, desde la política, pasando por la economía desquiciada y terminando con las habituales consecuencias de carencias, mayor endeudamiento, ahogos, imposiciones complicadas de asumir y el desencanto de penar, ridículamente, en un país potencialmente rico pero conducido con la mente puesta en deudas tanto viejas como nuevas que nos imponen y condicionan de manera salvaje.
Vivimos momentos de incertidumbres producidas por el contagio que genera la actitud presidencial que desnuda un estado de debilidad, emergente de una desorientación generada por la inestabilidad funcional de quienes dicen acompañarlo, aunque no son aislados los casos en que aparecen conceptos y también medidas que se contradicen con expresiones presidenciales de no hace mucho tiempo, que pregonaban las antítesis de lo que ahora se busca imponer.
Y como el país no viene atravesando tiempos de prosperidad aunque se busque que creamos lo contrario, es para tomar como sentencia aquello que la miseria produce entre otros males, una apatía que parece preferir los dolores al trabajo de buscarles remedio; y un abandono que la caracterizan siempre y en todas partes.
El Sr. Presidente de la Nación es dueño y señor de su propio laberinto, aunque de ninguna manera es obligación cívica acompañarlo en la ciclópea tarea de encontrarle una salida, porque es como si con sus actitudes cercanas a la soberbia, transmitiera el equivocado mensaje de no necesitar la ayuda de nadie.
Podemos estar horas, días y meses debatiendo ideas, conceptos y eventuales soluciones, pero si lo hacemos en un escenario de mutuos e irreversibles caprichos emergentes de fracasos, experiencias negativas y empecinamientos, caeremos en cuenta de aquello que Bertrand Russel definiera como que lo deplorable de todo esto, es que los tontos estén tan seguros y los sabios tan llenos de dudas.
Supe leer una frase cuya autoría no recuerdo, que me enseñó que la vida es una escalera por la que vamos subiendo y el desaliento, es el escalón que falla.
No merecemos, ni siquiera siendo rigurosos a la hora de la autocrítica, asumir culpas que son ajenas, al amparo de las cuales no son pocos los que buscan salvar sus errores y sus carencias cívicas.
Porque cada uno de nosotros con uso de razón, sinceramente, es responsable de su propio laberinto.
LOS VOTOS DE SILENCIO COMPARTIDOS SON
PARTE NEFASTA DE CIERTAS COMPLICIDADES
El tiempo y la ciencia se encargaron luego de poner las cosas en su lugar y creo recordar que la explicación eran ciertos gases de huesos de animales muertos, que al tomar contacto con el ambiente, se encendían y provocaban esos efectos que el gauchaje atribuía a factores extraños.
Es probable que no les encontremos coincidencias a dos situaciones planteadas en el nivel gubernamental del cordobesismo, aunque sus efectos en la población sí se asemejaron a “luces malas” con sus lógicas emergentes de angustias, incertidumbres, desasosiego social, indignación e impotencia.
La cúpula del gobierno provincial mientras tanto, aunque no lo declare ni se le ocurra reconocerlo, hace meses está en plena campaña proselitista para posicionar a futuro a sus principales espadas, y ese cometido le genera una abultada deuda en cuanto al despliegue publicitario, que desde el poder disfrazan como parte de su obligación de hacer conocer la obra de gobierno.
Es cuantiosa la partida destinada a ese cometido y muchas veces desproporcionada con relación al costo real de las obras que se publicitan,
especialmente porque desde algunos sectores de la conducción se afirma la creencia que tal despliegue mediático, de paso, compra silencios o paga por aplausos.
Pero no siempre las cosas salen bien e intentaré asociar dos o tres situaciones planteadas que significaron, para la realidad actual, otros estrepitosos fracasos y vamos por partes: en materia de seguridad -o mejor dicho de inseguridad porque es lo que nos domina- se hicieron cambios, inversiones cuantiosas, promesas y toda la parafernalia de la demagogia para acallar o debilitar los elevados niveles de protesta social frente a la creciente impunidad del hampa, pero los resultados han sido penosos con el agravante del crecimiento de casos de corrupción policial, gatillo fácil y otros factores negativos.
Hubo alejamientos en los niveles medios pero nada cambió y la tendencia negativa siguió su curva ascendente, sumado esto al pesado silencio que distinguió a quienes debieran dar la cara ante la sociedad. En una palabra, una especie de voto a la consagración y fortalecimiento del mutismo
En materia de salud pública, duele hablar de insensibilidad frente a temas que agregan profunda preocupación popular, y que se resuelven con la mala praxis de la sordina en el mensaje, el sigilo informativo, el escondrijo de la verdad, sin chistar o sin decir ni mus, por más de cuatro meses …¡cuatro meses, ¿escuchó?! de muertes evitables en un establecimiento asistencial de la provincia, hasta que explotó el escándalo
Y desde el poder, seguramente piensan y especulan que con el alejamiento del ministro del área todo se soluciona o al menos se acalla la justificada reacción de la gente, que ahora la lleva a desconfiar de todo lo que hace el cordobesismo diciendo que es para bien de todos…
Y por aquello de que “en boca de mentiroso lo cierto se hace dudoso”, ¿cuánto nos costará a los cordobeses remontar íntimamente imágenes deterioradas a sabiendas que no merecían el respeto popular?
Todo lo que ahora se haga es tardío por lo imperdonable de los motivos, al igual que otro de los detalles de los que el tiempo dará su veredicto, cuando el error no tenga remedio. Es el desbande provocado por los urbanistas, a lo mejor con la sana intención de modernizarnos pero que en realidad nos achicaron la ciudad, estrecharon sus calles, fundieron a decenas de comerciantes, eliminaron estacionamientos, cambiaron trazas y pintaron a mansalva.
Y todo eso es parte de una colosal deuda contraída que no pagarán quienes la contrajeron, sino nosotros, los contribuyentes que veremos de qué manera los tributos tendrán que ensañarse para cumplir con los compromisos.
La verdad, tomar todo esto como parte de una apresurada como anticipada campaña, es algo que la historia les hará explicar a quienes pensaron más en quedarse o progresar, que en consolidar lo que tenemos y respetar al contribuyente que ya está hastiado de pagar y no poder gozar los resultados.
Muchas veces, silenciar detalles de las omisiones perpetradas o no precisar una manera civilizada de cumplir con las deudas sin exprimir al ciudadano, suena más a complicidades políticas en apoyo de aspiraciones compartidas.
Y a nuestra realidad, poco le aporta de positivo…
EL ABSURDO DE “MIRAR SIN VER” A LA
HORA DE DICTAR PRISIÓN PREVENTIVA
La palabra se remonta a la mitología donde Veritas era la diosa de la verdad para los romanos y Alétheia para los griegos, esta última encargada de quitar los velos y hacer evidente o desnudar lo que está oculto. Aunque podríamos recorrer un listado de situaciones que a lo largo y ancho de la historia ningún culto rindió a la verdad, es de destacar que en la causa del Registro asistimos a un verdadero show: investigadores que aportan testimonios de personas anónimas que no pueden ser citadas a la sala de audiencias, testigos de la acusación que sufren amnesia absoluta ante la mirada del Juez, negocios millonarios atribuidos a personas que trabajan diariamente para poder sobrevivir, complicidades y amistades endilgadas a personas que no se conocen y hasta el colmo, de hijos asignados a personas que no pudieron tenerlos.
Y así podríamos continuar con una larga lista de discrepancias entre el discurso judicial y la realidad de los hechos, o también calificarla falta de verdad judicial, según la definición. 1Más aún, consta en un expediente la frase textual de un juez diciendo que “es verdad” que nadie ha visto a los imputados organizando la estratagema, pero igual decide el encierro en prisión preventiva.
¿Qué concepto de verdad tendrá ese Juez? Será que no lee el diccionario o que silencia o silencian sus sentidos para quitar los velos y encontrar lo que está oculto? Si nuestro Poder Judicial no puede lograrlo, habría que invocar a estas diosas para llegar a la verdad.
EL RESPETO POR LOS TIEMPOS DE LA JUSTICIA ES
LO QUE GARANTIZA LA SERIEDAD DE LOS FALLOS
La prolijidad del Dr. Luciani en su extensa alocución dejó frases y conceptos que son nada más que acusaciones, todo lo cual deberá cumplir un proceso determinado y para aquellos que piensan, sostengan o crean que la doña ya está condenada, están pecando de apresuramiento que es una de las ramas de las injusticias que los argentinos no merecemos, sino que las cosas se esclarezcan, que no queden dudas acerca de culpabilidades o absoluciones y que sea la verdad la que reine en este ámbito tan conflictivo y discutido como lo es la administración de justicia más aún en un tema tan complicado que en su momento generó una grieta que con el tiempo y las audiencias se ha venido
profundizando.
Pasiones, fanatismos, prisas, demoras, chicanas, son términos que en los días venideros veremos incorporarse al debate tanto cerrado como abierto a la gente, porque como en el tema del fútbol así como tenemos alrededor de 40 millones de directores técnicos dueños de la fórmula ganadora de un mundial, también sobran los que se creen expertos en la administración de la balanza que es donde se coloca lo bueno y lo malo de cada juicio.
Pero entendamos que los tiempos de la Justicia son unos, en muchos casos fatales y en otros casos, a lo mejor esos mismos tiempos son adornados con una elasticidad poco seria y lo mejor entonces es refrescar conceptos para que cada quien los evalúe y se trace una íntima versión de considerarse juez.
“Hay que investigar asimismo la complicidad de las empresas involucradas en las maniobras dolosas” resaltando que “la víctima de estos delitos es el Estado, o sea todos nosotros” y entre todo lo que acusó el joven Dr. Luciani figuraron conceptos tales como que “decomisar lo malhabido y distribuirlo entre los más desposeídos es para elevar la calidad de vida de la gente” después de haber sostenido con marcado énfasis que el único que absuelve o condena es el Poder Judicial y no la historia.
Sostuvo Luciani al evaluar el daño ocasionado por la corrupción de la que se acusa a los encartados, que los pobres fueron los más perjudicados y devolverles esos bienes a ellos será también justicia y respeto por los derechos humanos, al refirmar como si hubiera sido necesario, que los marginados son las primeras víctimas de la corrupción.
Otro de los párrafos que llamó la atención fue cuando el Fiscal sostuvo que habrá un antes y un después en las contrataciones públicas y que la corrupción -término que utilizó en decenas de ocasiones- extermina la integridad y consolida la pobreza y expresó, palabra más o palabra menos, que a un juicio de estas características la sociedad lo espera desde hace alrededor de 40 años.
Así como en su momento aquel “Nunca más” de Sábato a una dictadura militar, Luciani sintetizó este juicio calificándolo como “Esto es corrupción o Justicia”.
Puedo asegurar que tenemos un largo tiempo para pensarlo…
La noche sabatina en Recoleta
RECOMENDAR UN DESCANSO REPARADOR, PARTE DE LA
VOCACIÓN DE EX ELLA POR EVITAR ENFRENTAMIENTOS
Doña Cristina apareció en la esquina de su departamento minutos después de las 22 y luego de un discurso sencillo y de tono casi conciliador pidió a los militantes que se desconcentren, luego de una jornada agitada. “Vayamos a descansar un poco que ha sido un largo día”, les expresó.
Durante su improvisada alocución pidió a los dirigentes de la oposición que “dejen de competir para ver quién odia más a los peronistas y no repitan experiencias de las cuales después todos tenemos que lamentarnos; ha habido demasiada sangre en la Argentina”, dijo ella aprovechando para confesarse peronista.
Realmente sorprendió el tono de sus palabras, como expresando sentimientos que muchos creían ya alejados de la personalidad de la actual Vicepresidente de la Nación quien aprovechó para marcar un contraste en las manifestaciones en su favor y las que la cuestionan.
“Se juntaban a cantar, no a insultar ni a desearle la muerte a nadie, resaltó en alusión a la actitud de sus simpatizantes dejando de lado aquellos dolorosos episodios acaecidos en Plaza de Mayo, estableciendo anoche comparaciones colmn quienes, dijo, ”quieren exterminar al peronismo”.
La Sra. Cristina volvió a referirse a la Justicia como “partido judicial” y, sin mencionarlo, aludió a la conclusión del alegato del Fiscal Diego Luciani, destacando que hubo manifestaciones de apoyo “desde el martes, cuando el partido judicial pidió doce años de condena, uno por cada año de los mejores 12 que tuvo el pueblo argentino. Sin embargo “en el único lugar en el que el día martes hubo escenas de violencia fue en la puerta de mi casa”, sostuvo.
Tras remarcar que cada vez que en el mismo lugar se juntan personas a expresarle rechazos “con odio”, pidió a los dirigentes de la oposición que moderen sus posicionamientos. “Los hemos visto colgar horcas, pero los violentos somos nosotros” señaló seguramente en un cuadro o episodio amnésico.
El diputado nacional por el Frente de Todos, Máximo Kirchner, su hijo, vivió un incómodo momento también anoche en medio de los incidentes que se registraron en las inmediaciones del edificio donde vive su madre, con el legislador forcejeando con efectivos de la Policía de la ciudad de Buenos Aireas mientras gritaba que quería ver a su mamá.
Para la anécdota, los efectivos no querían dejar pasar al diputado e incluso se pudo escuchar a una persona burlándose de la situación y diciéndole a Máximo Kirchner que no iba a pasar junto con una serie de insultos.
EL PELIGRO DE UN QUIEBRE INSTITUCIONAL POCO
AYUDA A LA INTENCIÓN DE NORMALIZAR EL PAÍS
En ese aspecto, aquello de la independencia de los poderes debiera ser sagrado -en una palabra bien sabemos que lo es- para cualquier ciudadano pero ese respeto debiera ser absolutamente firme, estricto, inviolable e innegociable cuando se trata de funcionarios encumbrados que suelen caer en la torpeza, el autoritarismo y la imprudencia de pasar por encima esos conceptos y acomodarlos a su gusto, placer y conveniencia.
Hay ejemplos demasiado cercanos que nos hacen doler aquí, en el corazón de la Constitución Nacional, porque no hay excusa que justifique que desde la cúpula se apele con peligrosa asiduidad, a entrometerse en ese espacio que separa a los poderes, como pretendiendo influenciar, mostrar chapa como se dice, haciendo admoniciones, recomendaciones o advertencias inconducentes.
La Sra. ex Presidente y ahora la Vicepresidente en ejercicio, no puede hablar de “partido judicial” descalificando malamente a un poder independiente ni calificar de “disparate” al alegato de un Fiscal de la Nación que la incrimina en delitos de corrupción.
Tampoco suena elegante que el Ser. Presidente de la Nación, profesor de derecho penal en una universidad nacional con vasta experiencia en esa actividad y obligado a conocer hasta los más arcanos rincones de las leyes y de nuestra Carta Magna, abuse de su autoridad haciendo referencia a causas que se ventilan en los organismos y niveles correspondientes.
Tampoco es aceptable que el Dr. Fernández desconozca un dictamen técnico en la causa Nisman, donde se sostiene que el malogrado Fiscal no se suicidó sino que fue asesinado, lo que consta en el fallo de un juez, el Dr. Julian Ercolini aunque el dueño temporal del despacho mayor de la Casa Rosada no lo tenga en cuenta.
Resumiendo, vivimos tiempos de dudas y desencuentros, pero aceptar que algunos de ellos nazcan donde debiera ser un templo del respeto por la ley, poco bien habla de la pureza de nuestras autoridades o al menos de su conocimiento de la ley,
El peligro del quiebre institucional suele originarse cuando el principio de la independencia de los poderes, es impunemente vulnerado.
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