APARECE POR FIN UN BILLETE QUE NI
ALCANZA A VALER 5 DÓLARES Y LAS
HELADERAS SIGUEN SIN COLMARSE
Con
el alocado ritmo inflacionario al que ningún cerebro del poder alcanza siquiera
a retardar, hace su fulgurante aparición en el escenario de nuestra
desorientación el nuevo entretenimiento para los argentinos, que al menos por un
par de días será motivo de análisis, conversaciones formales, comparaciones, burlas
y chanzas en todos los ambientes no tan solo nacionales & populares.
Tomando como siempre el transporte que pasó de moda cargaron allí una novedad que ya es vieja, obsoleta y con etiqueta de “alimento vencido” porque se pensó que al menos disfrazaría el enrarecido ambiente, cuando lo único que aliviará será a los cajeros automáticos que padecerán menos su actualmente desatendido “síndrome de vaciamiento” que se venía dando diariamente.
En fin, con el consuelo de “algo es algo y peor es nada” lo tomemos como un beneficio de comodidad porque si tomamos conciencia a través de los números, llegaremos a la conclusión que no merecíamos tanta demora para que nos presenten ahora un billete que ni siquiera llega a valer 5 (cinco) dólares o menos de 4 (cuatro) euros que no alcanzan para ocupar medio estante de cualquier heladera que desde cuatro años atrás prometen que tendríamos colmada.
Por eso, bien vale la sugerencia de usarlos por un par de meses o hasta diciembre próximo y después retirarlos de circulación para agregarles otro cero. Eso nos saldrá más barato que una nueva emisión a menos que por intermedio de Aimée Boudou consigamos una imprenta que nos haga una cotización más conveniente.
G.F.
ALCANZA A VALER 5 DÓLARES Y LAS
HELADERAS SIGUEN SIN COLMARSE
Tomando como siempre el transporte que pasó de moda cargaron allí una novedad que ya es vieja, obsoleta y con etiqueta de “alimento vencido” porque se pensó que al menos disfrazaría el enrarecido ambiente, cuando lo único que aliviará será a los cajeros automáticos que padecerán menos su actualmente desatendido “síndrome de vaciamiento” que se venía dando diariamente.
En fin, con el consuelo de “algo es algo y peor es nada” lo tomemos como un beneficio de comodidad porque si tomamos conciencia a través de los números, llegaremos a la conclusión que no merecíamos tanta demora para que nos presenten ahora un billete que ni siquiera llega a valer 5 (cinco) dólares o menos de 4 (cuatro) euros que no alcanzan para ocupar medio estante de cualquier heladera que desde cuatro años atrás prometen que tendríamos colmada.
Por eso, bien vale la sugerencia de usarlos por un par de meses o hasta diciembre próximo y después retirarlos de circulación para agregarles otro cero. Eso nos saldrá más barato que una nueva emisión a menos que por intermedio de Aimée Boudou consigamos una imprenta que nos haga una cotización más conveniente.
G.F.
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