Desgrabación de los comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº
801 del domingo 22/10/2023, emitida por la AM580 Radio Universidad Nacional de
Córdoba.
BUENA OCASIÓN PARA ESTAR AL DÍA CON ESA
MARAVILLA DE LA DEMOCRACIA QUE ES VOTAR
La
Organización de las Naciones Unidas exhorta a los países a garantizar el derecho
al voto de todos, primordial para mantener una democracia justa y equitativa
porque cuando votas, ayudas a determinar cómo se organiza la sociedad y se
distribuyen los recursos.
Entre otros conceptos y apreciaciones, se sabe que votar es primordial
porque presiona a la democracia de un país para que funcione de una manera
justa y equitativa, porque uno de los principales objetivos del sistema
democrático es garantizar que todos cuenten con la oportunidad de elegir un
candidato y votar por políticas que representen y beneficien a sus comunidades.
John
Lewis, activista fallecido recientemente, defensor de los derechos civiles y
miembro del Congreso Nacional de Representantes de Georgia sostuvo que “El voto
es preciado. Es la herramienta sin violencia más poderosa que tenemos en una
sociedad democrática y debemos usarla” y en otro ámbito social como lo es el
espectáculo, la cantautora Taylor Swift, estrella de country-pop sostiene que
“No es suficiente solo querer un cambio... Debes ir y hacer el cambio a través
del voto".
Abraham Lincoln, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica entre
1861 y 1865 supo sostener enfáticamente que
"Todos debemos votar como si nuestras vidas y el mundo dependieran
de ello, porque dependen. La única manera de tener certeza sobre el futuro es
crearlo nosotros mismos".
La
verdad y para evitar que algún delirante llegue a pensar que rompemos el
obligado silencio en materia política de este día tan especial y a esta hora,
opté por escudriñar los dichos de personalidades más cercanas, aunque en
escenarios distintos a los aludidos anteriormente y cabe entonces recordar al
colega Mariano Grondona cuando sostenía que “La nación existe en la medida que
sus habitantes no quieran perderse por nada del mundo la aventura de vivirla;
de serla”.
Y
fue precisamente en estos más recientes tiempos, que nació y se fortaleció el
respeto por la gente mayor, que se venía deteriorando al mostrar entre otros
aspectos negativos, las fisuras que aparecieron, por ejemplo, en el campo de
las jubilaciones y en el consecuente y
discrecional manejo de los fondos acumulados para cumplir con el pago de eso
que se llama jubileo, pero que aprovecharon los avivados de siempre, para
destinarlos a otros menesteres con rótulos populistas.
Tal
segmento etario de los argentinos no merece maltratos ni olvidos, porque
bastaría coincidir con Norberto Bobbio
quien sostenía que “En las sociedades tradicionales estáticas que evolucionan lentamente, el
viejo encierra en sí el patrimonio cultural de la comunidad, de forma eminente
con respecto a todos los demás miembros de ella. El viejo se convierte
crecientemente en quien no sabe con respecto a los jóvenes que saben, y saben,
entre otras cosas, porque tienen más facilidades para el aprendizaje”.
En
cuanto a eso del respeto por los años, la Biblia, esa que suele estar junto al
calefón de la memoria aconseja “No desdeñes la palabra de los viejos, que ellos
también aprendieron de sus padres; ellos te enseñarán la prudencia y a
responder en momento oportuno” y quiero
terminar con esta exposición de citas ajenas para no asumir ninguna culpa de la
autoría de ninguna de ellas, con la sabiduría de Alejandro Casona, absolutamente
aplicable a ciertas desvalorizaciones que se divulgaran, en necia e inoportuna ofensa a los mayores: ”Se
empieza a ser viejo cuando uno se decide a no expresar en público más ideas que
las que son gratas a quien le escucha”.
Todavía queda tiempo para los indecisos, no por a quienes van a elegir,
sino frente a la duda o no de ejercer ese maravilloso derecho a expresarse, con
la salvaje libertad que encierra el simple hecho de votar.
LOS PRECIOS ACENTUARON SU DEMENCIA Y LES
SIGUEN AGREGANDO EL FATAL “POR LAS DUDAS”
Quienes piensen que la mayor preocupación de los argentinos en estos
últimos días está centrada en la consulta popular de hoy, está equivocado de
medio a medio, porque aparte de significar un acto que puede cambiar para bien
o no nuestro destino, hay otras inquietudes existentes que más que quitarnos el
sueño, nos quita buena parte de lo que podemos tener en los bolsillos.
No
es complicado saber y advertir que me estoy refiriendo a la escalada alucinante
en los precios de todo lo que esté a la venta, aparte de los servicios que por
ahora reposan, pero no nos extrañe que en pocas horas nos maltraten anunciando
nuevas tarifas en el transporte, aumentos en la provisión de electricidad y eso
que le llaman “ajustes” impositivos, pero que el poder necesita
impostergablemente para aportar muletas a sus traumatizadas reservas y
mantenerse en pie al menos hasta el 10 de diciembre.
Es
una locura lo que vienen haciendo algunos definidos sectores de la
comercialización en estos más recientes días, cuando la moneda nacional &
popular que es el “blue” se descontroló y trepó a niveles jamás alcanzados,
empujado por las dudas, las incertidumbres y las maniobras especulativas que
saltaban a la escena.
Productos
básicos como el pan, otros comestibles, los medicamentos, los combustibles
sumados a todo lo que sirve para la alimentación, alcanzaron cifras más
cercanas a la ridiculez que al desborde y esa consecuencia tiene como explicación,
simple por lo reiterada, en la penosa vigencia del “por las dudas” en las etapas
más cercanas al consumidor.
Que
aumenten las pilchas, los cigarrillos, los precios de las entradas a los
espectáculos, las entradas a la cancha, los autos y motos de alta gama, los
yates y los veleros; el champán y los vinos añejos, son detalles del consumo
absolutamente prescindibles para bolsillos en estado crítico y no peligra la
subsistencia de nadie, la obligada certeza de postergar o descartar el acceso a
ellos.
Lo
peor de todo es que si sobrevinieran dudosos tiempos de bonanza, sería inédito
y emparentado con los sueños más locos, que todos esos productos volvieran a
precios anteriores a los que ayer se aplicaban, porque ese “por las dudas” al
menos cubrió del quebranto a parte de la cadena de comercialización en general.
Este
no es un llamado a la implantación de controles, porque todos los sistemas
aplicados en los últimos tiempos mostraron un indisimulable fracaso, con el
consiguiente perjuicio patrimonial para la mayoría de los argentinos.
Los
precios de todo, en estos tiempos, son más impredecibles que nunca, porque
impredecibles son las medidas que por lo general se aplican para controlarlos.
Tan
ridícula situación es lamentable que se viva en un país tan inmensamente rico
como lo es el nuestro…
Desórden,
caos urbano y mugre ya no reposan
COMO YA PASÓ LA
FIESTA, EL MAQUILLAJE DE LA
CIUDAD ASUMIÓ SU
CATEGORÍA DE INNECESARIO
¿Se
tratará de una aviesa impresión personal o es un reflejo de la realidad? ¿Me
parece haberlo certificado, o es simplemente resultado de algo que se
consideraba previsible? ¿Estarán recargando otra vez las armas, manoteando otra
vez las chequeras para el rubro “gastos exagerados”, o simple e inocentemente
recreando inéditos argumentos demagógicos para salir con todo en un nuevo
período?. O en el menos peor de los casos, ¿se trata de un espejismo
mediterráneo?
Me
estoy refiriendo a la atención de la ciudad, nuestra bella y amada Córdoba,
donde se advierte con solo caminar por el centro y por los barrios, que toda
aquella enjundia y sacrificada entrega municipal por maquillar a “doña docta”,
llegó a su fin cuando se conocieron los números finales de la consulta popular
anterior a la de hoy, de la que surgieron las nuevas autoridades, del mismo
palo, a cargo del palacio 6 de Julio y todas sus dependencias.
Dos
días feriados y la mugre se vuelve a imponer con todo el peligro y el olor que
la caracterizan; los perros callejeros se hacen un picnic permanente
destrozando bolsas, ensuciando calles y veredas, mientras el servicio encargado
de neutralizar esas situaciones pareciera que sigue de fiesta -dolorosa fiesta
o asamblea como se prefiera llamarla- alejada de su obligación de dedicarse a
la pulcritud de una ciudad que la necesita, por su imagen y más que nada por su
salud.
Aquellas cuadrillas que barrían, limpiaban y pintaban ¿dejaron de
operar? ¿Se les terminaron los costosos insumos? ¿Queda como emblema lo que se
hizo en la 27 de Abril como gran obra, que empequeñece tanto al centro como a
la circulación vehicular cuando sigue creciendo el parque automotor y tal
emprendimiento perjudica a esa que era una importante área comercial?
También el transporte urbano de pasajeros merece un párrafo, porque las
frecuencias se espaciaron, los controles en tal sentido no existen, las esperas
se prolongan y se ha notado una costumbre curiosa: el bondi o el trole demoran
hasta media hora, y después pasan dos juntos, lo que es una demostración de
anarquía en el manejo de un servicio tan esencial.
Me
dirán que en otras prestaciones la Municipalidad está haciendo buena letra y es
cierto, absolutamente cierto aunque no destacable, porque el vecino paga sus
impuestos para que las cosas se hagan bien y no para que sus mentores reciban
aplausos, porque los aplausos no existen o van a las urnas.
Y
del caos en el centro y en ciertos barrios a las horas pico, lo mejor es no
acordarse…
El
maquillaje a la ciudad, tan oneroso como alejado de las reales prioridades, ya
dio los apetecidos resultados.
Ha
llegado el momento en que la dama, nuestra bella Córdoba, aparezca con la cara
lavada sin provocar espanto ni rechazos especialmente ahora, que empiezan a
tocar timbre las visitas…
Como
si el hampa volviera de sus vacaciones
¿FUE ESPEJISMO
CIUDADANO ESE BREVE TIEMPO
QUE NOS PARECIÓ QUE
EL PODER NOS CUIDABA?
¿Será parte de la realidad -me pregunto- o es que a lo mejor los
delincuentes están de vacaciones? No todos, seguramente porque son demasiados,
pero parece que algunos descansan porque los hechos delictivos es como si
tendieran a no existir entre nosotros, pese a lo cual la violencia no decrece
como tampoco se debilita esa exitosa expansión del narcotráfico, fortalecida
por el llamativo grado de impunidad que ampara a esa actividad tan dañina y
despreciable.
Han
crecido lamentablemente las estadísticas en cuanto a los accidentes fatales o
de gravísimas consecuencias tanto urbanos como carreteros y bueno sería
conocer, dentro de lo posible, cuáles son las causas de tal situación, al igual
que la reaparición de los incendios de campos de cuya responsabilidad se apunta
a la intencionalidad de algunos malos ciudadanos, por encima de accidentes o de
otras causas fortuitas aunque evitables mediante la prudencia.
Sin
embargo y aunque no se conozcan estadísticas creíbles y tengamos que manejarnos
por el aislado conocimiento directo, por la colaboración de vecinos o afectados
o por otros carriles, no deja de preocuparnos el grado de violencia demostrado
por sus autores, especialmente cuando hablamos del uso de armas de fuego,
porque es como si la venta fuera libre como algunos pretenden y anuncian
instrumentarla dentro de las leyes, o se hubiera vuelto a esa vieja costumbre
de alquilarlas entre tantos elementos del hampa que gozan de llamativa
libertad.
Y
todo este panorama que dentro de todo no aparece tan sombrío como es lo
corriente entre los cordobeses, está alimentado sin dudas por las facilidades
con las que ahora cuentan los mercaderes de sustancias prohibidas, o por
cuestiones de reserva policial o judicial no se les da trascendencia a
eventuales procedimientos e investigaciones que se estarían concretando.
No
deja de ser una fresca y ansiada circunstancia eso de ver que el número de
delitos estuviera como casi estancado, lo que revela dos aspectos para tener en
cuenta en cuanto a la lucha contra los marginados de la ley: que los métodos
ahora aplicados están teniendo positivos resultados, o que crece el número de
hechos que existen, pero que por causas desconocidas no se denuncian.
Y
bueno sería que desde el poder se ocuparan de desentrañar las razones por las
cuales, en muchos casos, las víctimas de delitos prefieren el silencio antes
que acudir a los organismos que están para protegernos o que actúan aplicando
todo el peso de la ley a los delincuentes.
POCO HA VARIADO UN PANORAMA SOMBRÍO QUE
SIGUE MOSTRANDO LAS FISURAS DE SIEMPRE
El principio de igualdad ante la ley,
consagrado en el artículo 16 de nuestra Constitución, establece que todos los
seres humanos son iguales sin privilegios de sangre, nacimiento, fueros
personales ni títulos de nobleza. En la causa Registro de la Propiedad de
Córdoba poco se ha cumplido este mandato dado que mientras empleados inferiores
de la Repartición fueron imputados y encarcelados por estar en la agenda o en
la sábana telefónica de otro imputado, denuncias concretas contra altos
funcionarios fueron desoídas o archivadas.
Resulta poco comprensible escuchar que se
atribuya a personas comunes, sin enriquecimiento ni fortuna, daño a la fe
pública, mientras quienes ocuparan altos cargos, y en consecuencia fueran
responsables en el momento de los hechos, sólo cambien de función o de destino,
sin investigación alguna y libres de sospecha.
Poco coincide este accionar judicial con la
supuesta desactivación de delitos de guante blanco, relacionados por definición
con prominentes autoridades públicas de alto status social y económico, y no
con el grueso de trabajadores imputados.
Será por esto que una encuesta realizada a
los ciudadanos cordobeses hace pocos años reveló que más de un 85 por ciento
cuestionaba la eficiencia, los favoritismos, la lentitud y la falta de garantías
de la Justicia, a la que veían sometida al poder político y sin compromiso para
investigar la corrupción.
Aunque la pomposa cobertura mediática de la
causa no ha ahondado en estos planteos esta manifiesta y palpable desigualdad,
con privilegios de fueros, nos ubica lejos de la Justicia.
LOS INFALTABLES AGOREROS NO CLAUDICAN AL
PENSAR QUE SE AVECINA OTRA OLA DE AJUSTES
Me
juego la cabeza que una de las principales y más molesta de las preocupaciones
de los argentinos en este día de elecciones, más que los números que alcancen
los candidatos, es saber -porque seguramente todos los que triunfen lo harán-
en qué medida afectarán los bolsillos de la gente instrumentando "ajustes”
que vendría a ser el nombre poético y florido con el que se pretende suavizar
el ardor que provoca la bronca y la impotencia, con la aplicación de los
vocablos “aumento” o “incremento” en materia de contribuciones impositivas y
otras obligaciones similares.
Es
sabido que a la miseria sólo se la supera con buen dinero y es el caso que
estamos padeciendo los argentinos, con nuestras reservas dilapidadas y
reducidas a borra sin valor, aparte de los elevadísimos compromisos contraídos
en moneda extranjera tanto para el corto como para los medianos y largos plazos
de cumplimiento.
Por
esa certeza en cuanto a que los milagros no existen al menos en el ámbito de
las finanzas, los argentinos viviremos sobre ascuas por lo menos durante tres o
cuatro meses a partir de ahora, porque un plazo será si hay segunda vuelta
electoral y otro distinto, si mañana digamos a mediodía la sentencia de las
urnas ya está escrita, firmada, sellada y ardorosamente festejada desde la
Cordilleras de los Andes al Rio de la Plata y desde La Quiaca hasta Usuhaia.
Mirando desapasionadamente hacia el futuro y en materia de deudas tanto
internas como lo que le debemos al mundo exterior, que no es poco, se me ocurre
que habremos de ingresar a consolidar un estado de peligro nacional, por la
caída de nuestra endeble economía, aunque se trate de un país rico mal
administrado, y poco respetado a la hora de evaluar nuestra imagen ante el
exterior.
Vivimos
en peligro y no es cuestión de adherir tempranamente a la contundencia de José
Hernández, quien sostenía que “menos los peligros teme quien más veces los
venció”.
Debemos
reconocer aunque nos duela que es innegable recalcar que vivimos en peligro;
uno es el enfoque gauchesco y otro el de Maquiavelo: “Cuando se prevén los peligros -y éste es el
privilegio de los prudentes- pronto se conjuran; pero si, desconociéndolos, se
les deja crecer de modo que nadie los advierta, son irremediables”.
Ya
es una costumbre muy arraigada entre nosotros superar contingencias adversas y
no es mentira sostener que lo hemos hecho, en más de una apremiante ocasión con
una buena cosecha, entre otras alternativas superadoras de una crisis.
Lo
volveremos a conseguir, gobierne quien nos gobierne, siempre y cuando volvamos
a pensar con la solidez de un mandato ciudadano, que solo podremos superar los
escollos con el sacrificio del trabajo, el compromiso de la honestidad y por
encima de cualquier otro atributo, con estricto, inrrenunciable e innegociable
respeto por la ley.
CON VERSOS DE JORGE LUIS BORGES
versos de Jorge Luis Borges y un fragmento
de su poema que titulara El Instante:
“Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno”.
**************************************************************************
Final de la edición nº 801 de SLB y nunca lo olvide:
pase lo
que pase y cueste
lo que cueste, jamás
deje de ser feliz. Como siempre agradezco la voz de
Mariela Kusik, a la redactora Sabrina Bustos, a la
polifuncional Celeste Pereyra hoy operadora y a Oji
en la posproducción. Siga firme en la AM580 con la
programación, y el ya clásico operativo elecciones
de los SRT. Y tenga presente hoy a la hora de optar,
que ésta es periodísticamente la mejor alternativa.
Gestión (modestamente): ¡GonioFerrari y equipazo!
Hasta el próximo domingo y nuestro cariñoso
agradecimiento por habernos acompañado.
deje de ser feliz. Como siempre agradezco la voz de
Mariela Kusik, a la redactora Sabrina Bustos, a la
polifuncional Celeste Pereyra hoy operadora y a Oji
en la posproducción. Siga firme en la AM580 con la
programación, y el ya clásico operativo elecciones
de los SRT. Y tenga presente hoy a la hora de optar,
que ésta es periodísticamente la mejor alternativa.
Gestión (modestamente): ¡GonioFerrari y equipazo!
Hasta el próximo domingo y nuestro cariñoso
agradecimiento por habernos acompañado.
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