8 de octubre de 2023

S.L.B.: PUEDE QUE EN 15 DÍAS EL PAÍS SEA DISTINTO – EL ESPANTO DE LA GUERRA NOS VUELVE A GOLPEAR – LA PREVISIÓN Y SUS INTERPRETACIONES – REINA EN EL AMBIENTE UNA CIERTA INDIFERENCIA - ¡TELÉFONO PARA LA SEÑORA DE LOS OJOS VENDADOS! – PIPA DE LA PAZ EN EL PALACIO 6 DE JULIO – NUESTRO CICLOTÍMICO TRANSPORTE URBANO DE PASAJEROS, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 799 del 8/10/23 emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Como si el caos económico no existiera
ESTAMOS A DOS SEMANAS DE LO QUE PUEDE SER
UN GIRO TRASCENDENTAL EN  NUESTRA HISTORIA
 
   Debo confesar que a mi modesto entender, eso de llevar a la práctica y al conocimiento masivo de la ciudadanía ese engendro al que exageradamente se calificó como “debates”, no deja de ser una falta de respeto a la inteligencia colectiva, porque fue una poco sutil manera de disfrazar a una tediosa ronda de monólogos de los candidatos, con menos onda que el Mar Muerto.
   Uno tiene entendido que el debate es otra cosa y si optamos por el modelo civilizado y respetuoso, sería una confrontación de ideas y pareceres en procura de buscar un punto de equilibrio, que contemple y respete esa obligación de no ofender al contrincante y beneficiar a la gente.
   Porque el debate verdadero es discusión, controversia, réplica y polémica sin abandonar el carril de consideración que se debe al adversario, lo que fue reemplazado por una mera y percudida enunciación de principios, intenciones, promesas y toda la batería de adjetivos que puede caber en el uso y la práctica de la más burda de las demagogias.
   Porque tal temperamento no es aislado, ya que lo vemos y apreciamos en la diaria, cuando como si fuéramos un país que navega en la abundancia y la generosidad y sus gobernantes abrieran las arcas de sus riquezas -de ellos y de la ciudadanía- para ofrendarlas al pueblo, a este pueblo cuyo más del 40 por ciento es pobre, a la niñez castigada por la orfandad de oportunidades, mientras la oscuridad avanza en el horizonte nacional & popular sin que desde el poder se ocupen de superarla para recuperar la dignidad de vivir sin sobresaltos, o aunque fuera con menos angustias.
   Es probable que en el poco tiempo que resta para el día de las urnas, tengamos algunas muestras más de esos mal llamados “debates” sin controversias ni altercados, como si se tratara de intrascendentes y ajadas conversaciones entre alumnos de la secundaria, o entre vecinos que no se llevan del todo bien, porque a decir verdad lo grave no es que cotidianamente apreciemos que existe menos respeto, sino que llegamos a la triste e irrebatible conclusión, que la realidad nos muestra que cada día hay menos cosas respetables.
   Es obligación que debe partir desde el poder como ejemplo, que el intercambio de ideas, conclusiones, ansias, proyectos y sueños no es una confrontación guerrera, sino una manera civilizada de sumar en beneficio del pueblo y suavizar los críticos momentos que para los argentinos, han pasado a ser inmerecida parte de lo cotidiano.
   Seamos conscientes que estamos a dos semanas de lo que puede ser un giro trascendental en nuestra historia, pero observamos con alarma cívica, que la mayoría se comporta como si el caos económico no existiera y nuestra vida diaria estuviera rodeada de paz y bienestar.
  Y bien sabemos que nuestra realidad es muy distinta…
 
¿Resultado del relajamiento fronterizo?
OTRA VEZ GOLPEA A LA HUMANIDAD EL  ESPANTO
DE UNA NUEVA GUERRA CON SEVERAS SECUELAS
 
   Desde los albores universales incluyendo la remota Edad de Piedra, mucho es todo lo que se ha dicho de las guerras, a partir de los enfoques épicos pasando luego por angurrias territoriales o envidias por riquezas ajenas, o para sentar preponderancia política o ideológica, sin excluir a las religiones, entre dos o más sistemas de gobierno de antagónicas posiciones.
   Y es que se cuentan por millones y millones las víctimas fatales de tales enfrentamientos que se iniciaron con armas rudimentarias, hasta los tiempos actuales que vemos con espanto que se viene imponiendo la aplicación de una avanzada tecnología bélica que más útil sería si se destinara, por ejemplo, al progreso de la medicina o para cualquier otro destino que elevara la calidad de vida de nosotros, los terrícolas.
   La primera gran guerra sirvió, quiero imaginarlo con algo de inocencia, para mejorar tanto los armamentos como las tácticas de combate, la experimentación con elementos destructivos y la calidad en cuanto a la preparación de los combatientes, todo lo cual parece que no alcanzó para la modernización integral, porque ya en la Segunda Guerra Mundial, cuando llegamos a su criminal y desproporcionado epílogo con la utilización de armamento nuclear, allí caímos en cuenta que la guerra era también estimulada por otras apetencias y objetivos, para lo cual se aliaron unos con otros para enfrentar a otros con unos distintos asociados, hasta que la Humanidad estuvo golpeando las puertas de su masivo holocausto.
   La actualidad, el hoy, nuestro convulsionado presente nos vuelve a castigar el alma con la palabra “guerra” geográficamente lejana, pero igual de impactante y destructiva y no es cuestión de ponernos a analizar las razones o motivos que ahora la identifican, porque su destructiva y oscura vigencia nos castiga a todos por igual, coincidamos o no con cualquier justificación o causa que la motivara y porque es la propia Humanidad la que siempre termina perdiendo tanto en vidas como en territorios.
   Esos eternos y crecientes odios vuelven a enfrentarse cuando el artero golpe de la sorpresa, vulneró lo que hacia el mundo mostraba una realidad de paz pendiente de un hilo, y con las heridas que venían superando a los olvidos porque todo indica que nunca cicatrizaron.
   El fanatismo y los vetustos enconos volvieron a unirse para una nueva y sangrienta instancia de desprecio por la vida; de ceguera hacia el sufrimiento tanto ajeno como propio; de la estupidez de matarse en aras de ancestrales e imperdonables utopías que nos llevan a nosotros, aquí en el otro extremo del mundo, a eximirnos de culpas por eso de las lejanías, y a sufrir intensamente por lo atávico de sabernos parte de este universo convulsionado por la condición de enemigos, que adquieren muchos sin saber siquiera por qué luchan.
   Se seguirán matando y destruyendo en un amplio escenario bélico, que incluso nos tuvo en un momento como parte y víctima, cuando la ignominia nos asignó una especie de maldita sociedad con un terrorismo ajeno a nuestra vocación por la paz y la concordia. Esas heridas aún están abiertas y sangrantes de indignación tan inútil como incomprensible.
   Vendrán los necesarios tiempos de las acusaciones y las culpas; las gestiones de las grandes potencias ubicándose en una vereda y en la opuesta, pero nada podrá exhibir la humana grandeza de contribuir a la recuperación de la paz porque es casi imposible -y lo estamos viendo- superar los viejos odios, las diferencias religiosas y todos los factores negativos que separan y distancian a los pueblos, ni tampoco terminar con el inhumano crecimiento de la industria bélica que crece y se alimenta con cada conflicto armado más allá de sus motivaciones y pretextos.
   Debe ser por eso que integro ese sector que por encima de los odios, de las diferencias, de la sangre, de las injusticias y de la imbecilidad de matarse, estamos los que pese a todo incluyendo los derechos y la historia, somos amantes de la paz pero no de la paz obtenida con armamento y destrucción porque eso no es otra cosa que una tregua.
  ¿Qué fue lo que encendió esta reciente llama de violencia y desprecio por la vida? Pensemos en los viejos rencores y el demencial crecimiento del fanatismo y la intolerancia adhiriendo al pensamiento de Concepción Arenal quien condensó su condena al sostener que el odio, que es uno de los elementos esenciales de la guerra, es una de sus más persistentes consecuencias y “Quien elogia la guerra -supo decir Erasmo- no le ha visto la cara” a lo que es preciso agregar una cruda sentencia de John Kennedy: “El hombre ha de fijar un final para la guerra; si no, la guerra fijará un final para el hombre”.
   Debo confesar que tuve la desgracia humana y el privilegio profesional de verla; de tocarla de cerca, de sentir lo implacable del destino; de la destrucción sin misericordia ni sentido; de ver morir; del suplicio de los heridos, del terror de los vivos y del olor de los muertos…
   Será por eso que ahora, ya de viejo, soy un orgulloso y fanático militante de la paz…
 
Patriótico estilo anti adversidades…
ACERCA DE  LA PREVISIÓN ES  MUCHO LO QUE SE
HA PONTIFICADO CON EL CORRER DE LOS SIGLOS
   
   Es para tener en cuenta e incorporarlo como sentimiento propio y por una simple cuestión de filosofía doméstica, aquel viejo dicho  popular que reza “hombre prevenido vale por dos”, conducta que ha evitado más de un desencuentro, porque a pocos días de un hecho trascendental en la vida de los argentinos, por encima de los enfoques técnicos, interesados, personales o simples declaraciones políticas o sentencias periodísticas y mediáticas, se me ocurre que es aconsejable acudir a modelos notables de la historia cuando se refieren a la previsión.
   Shakespeare (Shecspir así pronunciado en criollo y sin acento extranjero
) sostenía que “La previsión se ve chasqueada muchas veces en aquello de que más se prometía, y a menudo alcanza la victoria en medio de las más tibias esperanzas y en el colmo de la desesperación”.
   Un enfoque distinto y edulcorado era el de Moliere: “Aborrezco a esos espíritus pusilánimes que, excediéndose en la previsión de las consecuencias de las cosas, no se atreven a emprender nada”.
   Finalmente y casi como síntesis de la situación que vivimos, varias décadas atrás, Rousseau pontificaba que “una previsión muy necesaria es saber que no se puede prever todo”.
   Más de un político actual debiera abrevar en estas vertientes rebosantes de sabiduría…
 
Panorama con más dudas que fervores
UNA VISIBLE Y CASI  LLAMATIVA  INDIFERENCIA 
SE  HA INSTALADO EN LAS CRUCIALES EXPECTATIVAS
 
   Suele a veces ser saludable eso de retroceder en los tiempos y cruzarnos con otras fechas que fueron emblemáticas en la vida de los argentinos, como lo eran los días de elecciones en que el fervor colmaba las calles, las expectativas eran el ropaje común de todas las corrientes de pensamiento, y el entusiasmo por ir a votar era tan contagioso que superaba a las tormentas, los calores, las distancias y que los porcentajes solían alcanzar cifras ahora sorprendentes, para nuestra actualidad de especulaciones, ausencias, premios y castigos.
   Eran una costumbre algunos actos de violencia menor, con enfrentamientos entre militantes adversarios que pugnaban en todas las ciudades y pueblos por lugares para sus pintadas y pegatinas, con abusos y excesos a veces, estilo ahora superado por los avances tecnológicos y la vigencia y el desmedido crecimiento de las redes sociales, por donde transita la vida universal porque ya no existen las diferencias ni las distancias.
   ¿Recuerdan por ejemplo, aquello mitines callejeros del radicalismo, cuando en medio del discurso del principal candidato, pasaban raudamente en un auto y desde allí les gritaban ¡viva Perón!?
   O a la inversa, al igual que las bataholas que se armaban al enfrentarse con armas como brochas, engrudo y pintura, militantes de distintas opiniones…
   Todo eso ha pasado a ser parte de la historia, cuando el ejercicio de la política partidaria tenía mucho de sacrificio, entrega y romanticismo, todo eso ahora reemplazado por la intromisión de aquellos sentimientos en el campo rentado, donde todo tiene su precio, incluyendo el hecho y la costumbre de la comprometida militancia.
   Impera ahora en el ambiente ciudadano otro enfoque de la situación en estos vertiginosos tiempos en que si no aparece en la televisión, la radio no los menciona y están ausentes de los medios gráficos, pasan a integrar una especie política con destino de panteón cívico, al que han sido condenados por omisión de la trascendencia que necesitan.
   Aquellos palcos montados en las esquinas, los camiones con caja que servían de escenario, el costoso y por lo general casero cotillón preelectoral, las bombas de estruendo y los estandartes son parte de los recuerdos y de las necesarias evocaciones siempre útiles a la hora de establecer diferencias.
   Ahora de todas maneras entre la gente mayor, sin dudas anida aquella sana nostalgia de las campañas preelectorales, donde se debatían ideas y de vez en cuando se intercambiaban garrotazos, patoteadas y uno que otro balazo, es la verdad…
   Y después se encontraban en el mismo calabozo de alguna comisaría compartiendo el infortunio del encierro que para muchos era una especie de condecoración partidaria.
   Una verdad que ahora nos sorprende, porque al mitin de otrora lo tenemos ahora cómodamente sentados frente al plasma, con los auriculares posados en las orejas y el corazón político, como siempre lo ha sido y sin que ahora haya cambiado, latiendo en la vereda del infarto…
   A la situación actual, si la llamáramos “indiferencia” sería una injusticia, porque sólo han cambiado los tiempos.
   Y las ideas, está comprobado, superan a los siglos…
 
Eterna y vigente Megacausa del Registro
DAMA DE LA JUSTICIA, OBLIGADA A RETOMAR
EQUILIBRIO Y RECUPERARSE DE LA CEGUERA
 
   Ver con atención y cuidado, someter algo a nuevo examen para corregirlo, enmendarlo o repararlo y actualizar o poner al día, son distintas acepciones con las que nuestro diccionario define al término revisar.
   Son también y es bueno saberlo que sus sinónimos son los vocablos observar, inspeccionar, explorar, investigar, controlar, comprobar, reconocer, considerar y verificar, entre otros. Y es en función del controvertido y cuestionado rol de la Provincia como querellante en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, que muchos reclaman este despliegue de acciones en esa instancia.     
   Y también porque existen cosas que llaman la atención, como la prisión de trabajadores comunes durante años, sin que pasaran previamente por juicio, incluso sin denuncia de víctimas, ni querellantes particulares, incluyendo el caso del juez que encerró a imputados escribiendo que no tenía pruebas, pero él estaba convencido.
   Porque queda fuera de las leyes que se nombrara una comisión especial para todos los casos, en lugar de jueces por sorteo y que no se respetara la doble instancia con otro fiscal al llegar a juicio. Asimismo porque hace ruido el “vistagordismo” judicial (léase: nunca citados ni molestados) para con los funcionarios y responsables de altos cargos, señalados y denunciados en muchos casos.  
   ¿Por qué más? Porque numerosas Organizaciones de Derechos, locales, nacionales e internacionales, como nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación y la Organización de las Naciones Unidas, dictaminaron la existencia de arbitrariedades en la causa. Por todo esto pedir a la Justicia cordobesa que observe, inspeccione, explore, investigue, controle, compruebe, reconozca, considere y verifique lo actuado en la causa no es ningún delirio, sino la urgente necesidad de enmendar y reparar la ceguera y el perdido u olvidado equilibro de la dama de la Justicia.
 
Ánimos opuestos en una relativa calma
GREMIO Y GOBIERNO MUNICIPALES ENCENDIERON
LA PIPA DE LA PAZ QUE ROGAMOS NO SE APAGUE
 
   Se me ocurre que los resultados de la realidad son los mismos, pero que el camino seguido para alcanzarla y superarla, ha sido distinto al que la mayoría de la gente supone que se recorrió para llegar a un entendimiento de paz entre el gremio municipal y el actual intendente, con relación a las demandas y las acostumbradas e impunes amenazas de violencia que partieran desde la conducción sindical.
   Es cierto que la felicidad es parte de lo cotidiano para los empleados municipales, bendecidos por una especie comparativa de abundancia salarial, con relación al resto de los trabajadores estatales y como ejemplo citemos a los docentes provinciales, repetidos destinatarios de promesas que no siempre se concretan, por lo que deben acudir a la paralización de tareas cuando el poder debiera prever tales carencias antes de iniciar cada ciclo lectivo, que es cuando se plantean los reclamos que siempre son justos, como merecidas resultan las conquistas que se logran.
   La cuestión, o mejor dicho la diferencia de las armas gremiales que se esgrimen a la hora de las demandas son distintas, como distintos son, lógicamente, los mecanismos de presión aplicados por las cúpulas sindicales.
   En las escuelas el ausentismo no suele ser total y las familias se las arreglan como pueden para cuidar a sus niños que no asisten a clases, mientras la mayoría de los padres cumplen con sus obligaciones laborales y hasta allí llega el daño, si lo podemos considerar como tal que se aplica a los ciudadanos.
   El caso de los municipales es parecido al de los trabajadores del transporte, porque en ambos casos la cantidad de rehenes con que cuentan en apoyo de sus demandas y caprichos es enormemente superior, aparte que afectan derechos básicos de centenares de trabajadores de otros rubros, que pierden los adicionales por puntualidad, presentismo y otras conquistas.
   Habrá que ver ahora, en el marco referencial de las inminentes elecciones, si los resultados suponen la adopción de otras medidas que contemplen de alguna manera la defensa y la protección de los derechos del usuario, forzado contribuyente impositivo, reciba o no los servicios por los cuales religiosamente debe pagar y es multado cuando se retrasa, pero nunca se les descuenta dinero por aquellos beneficios que deja de gozar porque no hay quien los cumpla.
   Aparte, el estilo de cada reclamo, porque los docentes nunca han apelado a la instigación al daño y al burdo quilombo, como si no existiera otro camino civilizado sin apelar a la falta de respeto hacia el contribuyente, que es quien sostiene lo que a veces es una perversa manifestación de violencia e incitación al desborde.
   Cuando la Justicia cumpla con su obligación protectora de la ley, con relación a los exabruptos que se perpetran en perjuicio de la sociedad, es que habremos llegado al placer de ver que las instituciones cumplen con la gente, apelando a una de las armas más nobles que se utilizan en estos conflictos, que es el respeto por las leyes y su aplicación.
   Gremio y municipio están fumando la pipa de la paz y es un ferviente deseo ciudadano, que no se apague el tabaco ni se chamusque ningún bigote.
   La gente llega un momento que se cansa de bravatas…
 
Servicio descontrolado: ¿una sensación?
NUESTRO CICLOTÍMICO TRANSPORTE URBANO SE
CUMPLE SIN EL RESPETO  POR LAS  FRECUENCIAS
 
   Sería una necedad imperdonable sostener que el transporte urbano de esta ciudad sorprendente que es Córdoba, padece aún los males que lo llevaran a ser mal catalogado en tiempos pasados, porque la calidad de la flota permite asegurar que las prestaciones gozan de un acrisolado prestigio, salvo claro está, lo relativo a las frecuencias en los recorridos y otras alternativas que lo hacen lujoso pero tardío.
   Con la simple condición de pasajeros frecuentes, podemos llegar a juzgar como demasiado extendidos los tiempos de las esperas en líneas que sirven más que nada al sector norte de la ciudad, a donde circulan en esa geografía cuatro o cinco líneas de ómnibus y una de trolebuses.
   Las esperas en las paradas de esas líneas, sean 30, 32, 35 o 36 y los troles A y A1 suelen prolongarse hasta pisar el límite de la media hora, y es posible que los que manejan los horarios piensen equivocadamente que luego, poniendo en la calle todas juntas a dos o tres unidades, el problema queda superado, pero no es así.
   Dirán que los inspectores son los encargados de regular las frecuencias y se supone que lo hacen, pero hace tiempo que no tengo la suerte de encontrarme en viaje y que suba a la unidad un inspector, porque a veces su función se limita a saludar al chofer en alguna parada. El boleto que se paga, pisando los 200 pesos debiera ser más que garantía de efectividad y cumplimiento de los servicios, pero no es así y alguien en las puntas de línea debiera velar por las necesidades y la comodidad de los usuarios, a la postre obligados sostenedores de un sistema que no es tan bueno como se lo proclama.
   Para colmo, los taxis están demasiado caros y los tacheros se enojan por la operatoria de los Uber, que son una alternativa de cumplimiento y valores accesibles, que debiera legislarse acerca de su funcionamiento, como otro de los mecanismos que a través de la competencia, contribuye a mejorar lo que no es tan perfecto como se sostiene que es.
 *****************************************************************************
                Gonio agradece: Final de la edición nº 799 de SLB y no
                lo olvide:  pase  lo  que  pase y cueste  lo  que cueste,
                jamás deje  de ser feliz.   Como  siempre, agradezco  a
                Mariela Kusik, a Conrado Vicens, a Sabri  Bustos, a  la
                polifuncional Cele Pereyra y a Oji en la posproducción.
                Siga en la 580 con la programación deportiva  prevista
                y luego Lalo Wainberg y Lita Sued con ‘La voz de la paz’.  
                Gestión (modestamente): Gonio Ferrari ¡y equipazo!

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su comentario será valorado