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14 de abril de 2024

S.L.B.: NADIE SE ASOMBRE ANTE LAS MEDIDAS QUE TOMA EL PODER NACIONAL YA ANUNCIADAS EN CAMPAÑA – “ESQUIMALES” CEGETISTAS DECRETARON PARO, MOLESTOS PORQUE LES TOCAN LA BILLETERA - ESA DELEZNABLE TORTURA CARCELARIA - ¿TARDÍO COLAPSO SUFRE EL TRANSPORTE URBANO DE PASAJEROS? - SISTEMA DE VIVIENDAS PREFABRICADAS RECIBE MIL RECLAMOS – CARMONA CERCA DE NUEVA CONDENA A PERPETUA –TARDIA REACCIÓN OFICIAL ANTE EL DENGUE, Y AHORA REMIENDOS - FRASE DE CORNEILLE COMO DESPEDIDA.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 826 emitido el domingo 14/04/24 por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Lo que sorprende son las dispares reacciones
NADIE SE ASOMBRE PORQUE TODO LO QUE HACE
EL GOBIERNO NACIONAL, HABÍA SIDO ANUNCIADO
 
   La verdad sea dicha y ajustada a la realidad, que la única sorpresa en los días que lleva de mandato el Dr. Milei, es su anunciada separación de quien fuera su más reciente pareja, la actriz Fátima Florez, porque todo el resto de medidas que adoptara desde su asunción, había sido prolijamente anticipado en la campaña proselitista, y no vengan ahora a sorprenderse porque todos sabíamos al detalle con quién nos tocaría aplaudir o repudiar de alguna manera.
   El tema de la previsibilidad ha sido abordado por grandes pensadores y en el caso de Moliere, supo sostener su rechazo, decía, a esos espíritus pusilánimes que excediéndose en la previsión de las consecuencias de las cosas, no se atreven a emprender nada y de esos ejemplos tenemos para hacer dulce, aunque Shakespeare afirmaba que la precisión se vé chasqueada muchas veces en aquello de que más se prometía, y a menudo alcanza la victoria en medio de las más tibias esperanzas, y en el colmo de la desesperación.
   Pocos han sido los que se plegaron a que gobernar es pactar; pactar no es ceder y que uno de los hábitos más peligrosos de los hombres políticos mediocres -no recuerdo a quién se lo escuché decir- es prometer lo que saben que no pueden cumplir, estilo al que lamentablemente los argentinos estamos cansados de digerir, como para acostumbrarnos que esa actitud puede estar en la boca y en la mente de más de uno y así nos vá…
   Por allí subsisten serias y fundadas dudas acerca de la prolijidad o su carencia, con respecto a la sobrepoblación de ñoquis beneficiarios del empleo público, hasta el punto que en muchos organismos estatales ni siquiera alcanzaban las sillas para la rentada práctica de la holganza, y esa situación se está corrigiendo lentamente por las reacciones despertadas en los gremios que contienen a esos becarios, injustos beneficiarios del pago por rascarse durante varias horas por día mientras el fantasma de la desocupación que anda entre nosotros desde hace tiempo, agobia a los verdaderos necesitados por la demanda laboral que por falta de contactos políticos o por la debilidad o carencia de militancia, no entran a ese círculo poco virtuoso del asistencialismo.
   Todo el resto de las medidas, la contención de la inflación, el ajuste en los servicios, la dureza de medidas tan drásticas que era necesario adoptar, eran parte de los anuncios, que no todo el pueblo acogió porque desde el poder se cansaron de sembrar dudas por una parte y de cantar victoria antes de tener los laureles en sus cabezas.
   Que por favor alguien con criterio me diga qué otro camino quedaba, no me refiero al gobierno, sino a todos nosotros, para superar tantos años de demagogia, ocultamientos, rapiñas y otras lindezas que nos condicionan el futuro vaya Dios a saber por cuánto tiempo más de sacrificios, que la gente viene asumiendo a costa de un inmerecido sufimiento porque son los malos políticos los responsables de los desastres y no el pueblo, sempiterna víctima de los abusos que se perpetran desde el poder, aprovechando esa maldita impunidad que ellos saben conquistar hacia adentro.
   El gataflorismo argentino en su renovada expresión, no se define si vamos o no a ser sostenedores de un nuevo sacrificio, siempre y cuando veamos que los capitostes también se ajustan, que las leyes son para que todos las cumplamos, que los castigos alcancen también a quienes las violan y que la Justicia, realmente, demuestra cabalmente su independencia dentro de los poderes.
   De no ser de tal manera, otra vez nos esperan las hambrientas fauces del fracaso, porque cometimos otra vez también el error de subestimar la gravedad de una realidad que nos viene carcomiendo el alma y los bolsillos no desde ahora, sino desde varias décadas atrás.
   Años en los que muchos crecieron patrimonialmente de manera vergonzosa, cuando los discursiadores desde las tribunas tanto políticas como sindicales se desgañitaban en promesas, cuya bondad fue aprovechada en beneficio propio para que entre todos la paguemos.
   Lo que llamaban justicia social, no pasó de ser un pedorro ejemplo de lo que nunca más merecemos padecer ni soportar.
   Que la situación ahora es insostenible, nadie puede discutirlo, pero cuando el cáncer está localizado y busca entrañas donde meterse, solo queda la alternativa de la cirugía mayor, dolorosa y sin anestesia.
   Como ahora la estamos sufriendo…
 
Paro general: ¿necesidad o desesperación?
ESQUIMALES CEGETISTAS ESTÁN  ACOSADOS POR
FANTASMAS QUE LES VIENEN QUITANDO EL SUEÑO
 

   ¿Por qué será que no es por falta de argumentos, sino por sentido práctico y respeto histórico, eso de apelar a sentencias de personajes notables, a la hora de plantear situaciones que nos tocan de cerca?
   Posiblemente también sea por comodidad, pero más que nada es por la íntima admiración que algunos tenemos al evaluar dichos ajenos, por lo certeros y en muchos casos por haber superado a los tiempos.
   Acerca del trabajo un tal Aristóteles, conocido de años, estaba seguro que se quiere más aquello que se ha conseguido con mucho sacrificio y cansancio; José Hernández en la boca del Martín Fierro pontificó que “Debe trabajar el hombre para ganarse el pan; pues la miseria en su afán, de perseguir de mil modos, llama a las puertas de todos, y entra en la del haragán”.
   Shakespeare era menos agresivo asegurando que “si todo el año fuese de alegre vacación, divertirse sería el más enojoso de los trabajos” y a cada uno tendríamos que darle la razón a la luz de ciertas actitudes encaradas y asumidas como costumbre, de muchos dirigentes sindicales, y su concepto práctico acerca de eso que le llaman trabajo cuando no pocos de los que ahora creen tener palabra bíblica, seguramente no han transpirado nunca, como los esquimales, pero hablan de esa digna actividad como si fueran expertos, cuando en realidad luego de haber dedicado años y años a ser conductores de masas laborales, dejaron su condición de integrantes de esa sacrificada cofradía para erigirse, seguramente por su alto sentido del ahorro, en prósperos y enriquecidos empresarios.
   Son ellos los popes de la central obrera nacional que supo ser la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista de la que el viejo líder, Juan Domingo Perón -que si alguien lo olvidó era General de la Nación- tuvo la genialidad de asociarla políticamente para integrar una fuerza virtualmente indestructible pese al paso de los años.
   Y es ella, la C.G.T. nacional la que determina cuándo hay que trabajar y cuándo bajar los brazos en dirección a la holganza como protesta como apoyo a cualquiera de sus demandas.
   Firme opositora a cualquier corriente de pensamiento que no tuviera raigambre peronista, le hizo complicada la vida institucional a toda expresión política que no fuera peronista y como más cercano de los ejemplos, a Raúl Alfonsín le perpetraron más de una docena de paros generales que afectaron seriamente la economía del país, aunque a ellos los beneficiara en muchos aspectos.
   Lo extraño es que, también recientemente, al bueno de Alberto Fernández no le concretaron ni una sola protesta paralizante a lo largo de su gestión, pese a los agudos problemas que surgieran, cuyas consecuencias todavía estamos pagando y aún nos restan muchas cuotas pendientes que afrontar.
   Pero el caso más sorprendente es la vivencia actual, de haber decretado dos paros generales contra un gobierno -porque la verdad es esa, contra un gobierno- que lleva cuatro meses en la máxima magistratura nacional, en momentos que está acomodando los melones para equilibrar un carro ahora-manejado con mil improlijidades y más sospechas.
   La dirigencia gremial nacional tiene todas las libertades para decretar esa y otras medidas más severas -si es que las hay- al amparo de la ley, pero esa ley no menciona qué conducta se debe asumir en la población cuando en su nombre se cometen exageraciones que a la postre obtienen resultados más desastrosos.
   Está en la gente; en el pueblo ya cansado de manoseos desde arriba y desde abajo, quien debe decidir a conciencia el temperamento a seguir cuando pretenden arriarlo como a ganado que sabe que camina en dirección al matadero, y hacer suyo uno de los pensamientos más lúcidos, como aquellas palabras de un santo de la paz y el sacrificio como lo fuera el Mahatma Gandhi, cuando dejó para los tiempos esa certeza que “Dios ha creado al hombre para que gane su sustento trabajando. Ha dicho que aquel que come sin trabajar es un ladrón”.
   Cualquier pensante trabajador argentino está exceptuado de sentirse afectado por esas palabras, salvo aquellos que sostienen y practican la ley del menor esfuerzo, y llevan al sacrificio a genuinos y sacrificados laburantes, usándolos en provecho propio, lo que más que más que nada, es una injusticia que alguna vez debe tener un final.
   El paro anunciado para estos días, suena más a desesperación que a necesidad, porque las conducciones sindicales, si no simpatizan con alguien, es con aquellos que osan tocarles la chequera.
   De su cuerpo y su mente, es la parte más sensible.
 
Ningún forúnculo es eternamente vigente
LAS TORTURAS CARCELARIAS DESNUDARON UNA PODREDUMBRE QUE  SE  HACÍA  DIFÍCIL  OCULTAR
 
   En un tema tan delicado lo que sumado a tantos trascendidos que se hicieran rodar desde tiempo atrás con relación a ciertas anormalidades en las cárceles, lo aconsejable es aguardar las determinaciones que en tal sentido adopte la Justicia, ámbito de donde siempre debieron salir las informaciones acerca de casos marginados de la ley, como el libre comercio de sustancias prohibidas desde alcohol hasta medicamentos específicos, drogas, teléfonos celulares y otros artículos, cuyo ingreso y venta dentro de los penales, les significa a sus autores y encubridores unas respetables sumas de dinero.
   El tema de las lesiones que sufriera uno de los internos recién ingresado, seguido de muerte, a una cárcel cordobesa, parece haberse erigido en la gota que faltaba para rebalsar el vaso de la tolerancia, si es que esa tolerancia alguna vez fue preocupación de las autoridades tanto internas como externas de esos establecimientos de encierro, porque desde tiempo atrás las otras actividades, que le llamaban “terapia ocupacional” habían disminuido y algunas se supone desaparecieron como la imprenta, la herrería, la panadería tengo entendido y algunas otras actividades.
   Que muera un interno en las rencillas que suelen generarse entre ellos ha dejado de ser noticia, no así este reciente caso en que un recién ingresado, sin antecedentes pero severamente golpeado por sus captores, es encerrado y muere a consecuencia de las lesiones y heridas que resultaron del trato deshumanizado de quienes lo apresaron y condujeron hasta la cárcel.
   Están detenidos los más severamente sospechados y es de esperar que el esclarecimiento de ese crimen evitable, sirva como inicio de investigaciones serias y profundas, caiga quien caiga, acerca de otros delitos que allí se perpetran y están amparados por una sospechosa impunidad.
 
Coches nuevos, pero las fallas de siempre
EL TRANSPORTE URBANO DESPUÉS DE LAS URNAS
MUESTRA  SU VERDADERO ROSTRO DE CARENCIAS
 
   Considero oportuno con relación al tema recordar una definición de George Bernanos, novelista y ensayista francés desaparecido a mediados del siglo pasado, quien se aventuró a comentar que “La iglesia es como una compañía de transportes que, desde hace dos mil años traslada a los hombres desde la Tierra al cielo. En dos mil años ha tenido que contar con muchos descarrilamientos, con una infinidad de horas de retraso. Pero hay que decir que gracias a sus santos, la compañía no ha quebrado”.
   Como definición, impecable, aunque vale aclarar, si es que actualizamos esos sabios conceptos, que los santos somos todos los que mediante el pago del boleto más caro del país, sostenemos este sistema que hace agua en muchos aspectos de su ciclotímica prestación.
   Porque si apelamos a la memoria no por su antiguedad sino por una cercanía en los tiempos, todavía resuenan en nuestros oídos aquellas promesas y afirmaciones en el sentido que el tema transporte urbano estaba superado por la calidad que tendría el servicio, con nuevas unidades, actualizados recorridos, frecuencias controladas y otros detalles que posicionaban al transporte cordobés casi como el mejor del mundo.
   Pero el romance con los usuarios duró mientras nos acosaban con la onerosa publicidad precomicial que al final de cuentas no la pagan los partidos políticos sino algunos especiales “sponsor’s” del empresariado privado y más que nadie nosotros, los pasajeros sostenedores de un sistema que en sus prestaciones está a un paso de ser calificado como perverso.
   Perverso porque en ese caso están unidos el capital y el trabajo que son los empresarios de la actividad y el gremio, ambos asociados en una especie de contubernio, que cuenta con la enorme ventaja de millares de rehenes a la hora de servir como elemento de presión, si de actualizar la tarifa se trata, con la mirada ausente o lejana del poder concedente que es la Municipalidad de Córdoba, la que so pretexto de preservar la paz social accede a cada capricho que le plantean las otras dos patas del trípode.
   Pasaron las elecciones y todo volvió a la penosa normalidad anterior, con las frecuencias descontroladas y sujetas vaya Dios a saber a las demandas y las ventajas de quién o de quienes.
   No todas han sido flores en este quehacer porque una de las empresas derrapó, y se vio obligada a volver a sus orígenes, creo que la provincia de Entre Rios, dejando de regalo un número importante de empleados que debieron ser, según me comentaron, incorporados a la planta de personal municipal del cordobesismo.
   Y así estamos, padeciendo la tortura de esperas que en casos supera la media hora y eso en tiempos de temperaturas soportables, lo que se agravará con la llegada del termómetro marcando cinco grados o menos, que si bien matan a los malditos mosquitos multiplicadores del dengue, enferman a los pasajeros expuestos al frío del invierno inminente.
   Pero no caigamos a la desesperación, porque dentro de un tiempo, cuando estemos cercanos a una nueva elección, se desempolvarán las mañas cubiertas por el manto  de la desmemoria y se reiterarán las angustias que ahora siguen padeciendo los usuarios del transporte urbano cordobés.
   Haría falta que otra vez, al menos nos endulzaran los oídos con aquellos anuncios del subterráneo, de los tranvías aéreos, del tren bala y de otros delirios similares, como si fuéramos miles de imbéciles que seguimos a la espera de milagros, los mismos milagros que estamos ya cansados de escucharlos como componentes de un futuro venturoso.
 
Pasó a ser eterna la Megacausa del registro
EL TÉRMINO ‘ARBITRARIO’ ES UNA ESPECIE DE
PALABRA QUE PROVOCA  MARCADO  ESCOZOR
 
   En una de nuestras habituales visitas al diccionario, nos encontramos con que la palabra “arbitrario”, recurrentemente utilizada para reclamar irregularidades en la causa Registro de la Propiedad de Córdoba, significa algo sujeto a la libre voluntad o al capricho, antes que a la ley o a la razón. Si desmenuzamos esta definición podemos encontrar que un capricho es una determinación que se toma inspirada por un antojo, por humor, o por deleite en lo extravagante y original.
   Y en un simple e imaginativo juego de reemplazar palabras, y teniendo en cuenta el calificativo de arbitrario asignado al accionar judicial en la causa desde calificados Organismos tanto nacionales como internacionales, se podría hablar entonces de un accionar caprichoso. Entonces, la prisión preventiva sistemática, la comisión única para juzgar, la indiferencia a mandatos constitucionales y/o la causa eterna, ¿responden a un capricho? ¿Se ajustan al antojo, humor, o extravagante deleite de alguien?
   Resulta complicado aplicar semejantes calificativos a un Poder Judicial y retomo como ejemplo el caso de dos imputados que fueron absueltos después de pasar casi tres años en prisión preventiva. El Juez de Control, al momento de confirmar el encierro, había escrito, sin ninguna vergüenza, que no había pruebas contra ellos, ni firmas, ni escrituras de sus puños, ni tampoco testigos que los acusaran, esto es transcripción textual, pero, aunque raye en lo ilegal, decidió mantener la prisión. ¿Por su convicción quizás? ¿Debido al antojo, humor o deleite de alguien?
   Manteniendo la intención de no alarmar, y reiterando la necesidad urgente de controles, en un sistema de decisiones caprichosas, todos los ciudadanos estamos en peligro.
 
No es correcto ensañarse contra el sistema
LAS VIVIENDAS PREFABRICADAS SUFREN INJUSTO
ATAQUE CULPA DE  QUIENES BURLAN A LA GENTE
 
   Una actividad comercial de las tantas que se movilizan entre nosotros, es la venta de viviendas prefabricadas que incluyen el aporte de materiales, su rápida construcción y la entrega a quienes ansiosamente aguardan el techo propio, en muchos casos desde prolongado tiempo atrás, lo que supone para los fabricantes, un valioso aporte a las necesidades de vivienda que viven acosando al poder.
   Sin embargo y debe ser seguramente por un exceso de demanda, que en nombre de esas carencias se cometen tantas estafas y otro tipo de defraudaciones en perjuicio de los ilusionados, lo que asimismo afecta a las empresas decentes que afortunadamente son mayoría, cumplidoras de plazos y calidad de materiales, sin perpetrar abusos a quienes los eligieron, lo que configura una injusticia digna de ser reparada.
   En tal sentido es como si los charlatanes gozaran de cierta impunidad, porque los casos que trascienden son una mínima parte de las maniobras dolosas que existen en esa actividad, como ya lo apunté hace un momento.
   Es por eso calculo que para la semana próxima, tendremos aquí con nosotros una asesoría le llamemos jurídico-técnica a cargo de una abogada asociada al estudio del Dr. Carlos Hairabedián, para que por intermedio de esa profesional, quienes se sientan afectados puedan orientarse hacia los trámites tendientes a recuperar lo invertido y al cumplimiento de lo oportunamente pactado.
   Esperamos que tal servicio les venga bien a quienes no los escuchan en otros medios y para que los desalmados estafadores cesen con sus maniobras repudiables.
   Los otros, los cumplidores, merecen ser un ejemplo para el resto.
 
¿Un encierro a perpetuidad por tercera vez?
ROBERTO CARMONA AL BORDE DE AFRONTAR UN
NUEVO JUICIO, AUNQUE YA  HA  SIDO CONDENADO
 
   Si existe en la condición personalísima un estado superador a todos los demás pasando por la riqueza, la salud, el amor, las convicciones y otros más, está el gozar esa plenitud serena, inviolable y contagiosa que le llaman libertad, el estado ideal del ser humano sin distinción de credos, ideologías, opulencias o lo que fuere.
   Debe ser por eso y por conocer al personaje no tanto como homicida sino como ser humano al fin, que siempre me extrañó y no alcanzo a comprender actitudes y tendencias como las de Roberto José Carmona, quien se encamina por voluntad propia y por acción de la ley, a un nuevo juicio que casi seguramente le deparará una tercera condena a prisión perpetua, por el tercer crimen absurdo e inútil -como cualquier crimen- que perpetrara en su última huida de sus cancerberos que lo venían vigilando desde el Chaco y no se avivaron -o sí, ya se sabrá- que le dejaban el campo libre, para que volviera a burlar la condena que le aplicaran los hombres, porque la de Dios o como se llame el Altísimo, ya la tiene escrita.
   A mediados del próximo mes, tengo entendido, Carmona deberá responder por la muerte de un joven taxista, quien tuvo la pésima suerte de cruzarse en su camino cuando el peligroso criminal pretendía alejarse de donde se creía que lo tenían encerrado.
   No recuerdo que en la historia negra de Córdoba haya sucedido una sucesión parecida de homicidios perpetrada por una sola persona, ni que alguien acumulara tres perpetuas, con lo que se asegura en nombre de la justicia, que jamás será libre.
   Y esa debe ser, en vida, la peor de las condenas.
 
El tiempo perdido ahora se mide en víctimas
TRAS EL EXPLOSIVO CRECIMIENTO DEL DENGUE
NO PODÍA TARDAR LA HORA DE LOS REMIENDOS
 
   Parece no haberse internalizado en el seno del cordobesismo gobernante, asumir responsabilidades o culpas -también así se les puede llamar- a los problemas que afectan a la población frente a las demoras incurridas, no tanto en el ataque al casi insignificante mosquito, sino a la prevención de un mal hartamente previsto, por privilegiar la dedicación a la campaña proselitista y no tan sólo por sus exagerados costos que pagaremos, sino por las nefastas consecuencias de tan cuestionable omisión.
   Ahora les agarró el apuro por enmendar una situación que en materia de número, determinó que miles de apestados desfilen por centros asistenciales soportando demoras inmerecidas, eso por una parte, y la mayoritaria imposibilidad de afrontar el costo de cada vacuna, que para una familia tipo le representaría un dineral que no está al alcance de cualquiera, sino de los potentados que pueden darse esos lujos, como el lujo que se dieron quienes nos endeudaron para abrirle las puertas a los “ajustes” en impuestos y servicios que estamos padeciendo.
   Es cierto que el gobierno nacional es el responsable de la aplicación de tantos aumentos, pero si en el nivel provincial se hubiera actuado con respeto a las prioridades, era y sigue siendo más importante la salud de la población que la obra pública ,porque los caminos, los puentes  la pintura en las calles, los canteros con flores o esa irrefrenable vocación de verse a cada rato en la TV local y en las pantallas  nacionales, supera a eso que se llama un bien fundamental para la población, que es la salud.
   En tal sentido, vemos con pena que ha llegado la hora de los remiendos, que vaya casualidad, también se aplican con intensa participación televisiva…
   Por la misma vía, ¿tendremos algún día un informe serio, científico y veraz, de cuántos contagiados y víctimas fatales, ha causado el postergado dengue en Córdoba?

 

La trascendente necesidad social de trabajo
UNA  IRREPROCHABLE FRASE DE CORNEILLE AL
MOMENTO DE AGITAR PAÑUELOS DE DESPEDIDA


 



             

16 de julio de 2023

S.L.B.: A LA INSEGURIDAD SE LA DERROTA MÁS CON COHERENCIA Y PROFESIONALISMO – LA ECONOMÍA LUCE ARTIFICIAL COLOR “BLUE” EN UN ESCENARIO DE GALOPANTE INFLACIÓN – LA INSOSLAYABLE OBLIGACIÓN CÍVICA DE VOTAR – LA MEGACAUSA Y EL TEATRO – DEBEMOS RECUPERAR EL RESPETO POR NUESTRO IDIOMA – LAS MALAS PRÁCTICAS EN CAMPAÑAS PRECOMICIALES – DESPEDIDA CON SARMIENTO, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista  Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 786 del domingo 16/7/23 difundida por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
No basta con un oneroso presupuesto
A  LA INSEGURIDAD NO SE  LA  DERROTA  SÓLO  CON
ARMAS SINO CON COHERENCIA Y PROFESIONALISMO
 
    Para Córdoba, al menos para nosotros, la cuestión de la inseguridad se ha metido tanto en nuestra piel, en nuestra habitualidad pasando a formar parte del escenario natural de la vida, que hemos caído a un pozo parecido al que alberga las resignaciones y los destinos porque vemos con espanto que el poder camina de tropezón en tropezón, y las señales que le aporta la realidad a cada instante y en cualquier punto de la ciudad o del territorio provincial, no sirven de nada, salvo para llevarnos al camino de un espantoso padecimiento que no tiene remedio.
   Por eso no es mera casualidad la apelación a la demagogia tanto de los que dicen que gestionan pero viven de fracaso en fracaso, como de aquellos que han ubicado en el lugar privilegiado de sus plataformas, el abordaje de esa cuestión que desde al menos un par de décadas atrás o algo más, ninguno de los colores políticos consiguió resultados aunque fueran menores, en la lucha contra el hampa y el narcotráfico, cuyos referentes de esas ilegalidades se movieron a sus anchas y en ciertos casos ni siquiera molestados, porque al amparo de una curiosa y extraña impunidad se adueñaron de la ciudad y de todas las poblaciones, donde la excepción al contagio es tan pequeña como enorme es el desarrollo y el fortalecimiento de la ilegalidad.
   Y como si una vez más nos vendieran los mismos espejitos y cuentas de colores, pero con tecnología de avanzada y a elevado costo y en actitud de colocar parches y remiendos, pretenden que caigamos también por enésima ocasión en creer que los resultados serán óptimos como ellos los pintan desde su triunfalismo mentiroso y exagerado, que disimule sus improvisaciones, en lugar de optar de una buena vez por la seriedad de la aplicación formal de una auténtica política integral de seguridad, su implantación y control, que contemple desde su base la profesionalización de los cuadros policiales, para que el ingreso y la permanencia en la fuerza azul deje de ser bolsa de trabajo para la militancia del poder político de turno.
   No es posible que de tanto en tanto vayan apareciendo casos de efectivos, cuyos antecedentes no condicen con las exigencias de la responsabilidad de imponer la ley, como tampoco es saludable que la sociedad cordobesa siga esperando saber qué pasó, tomándolo como caso aislado, con las decenas de armas que desaparecieron de la mismísima Jefatura unos años atrás, algunas de ellas secuestradas en hechos delictivos posteriores, con lo que la conexión entre la policía y la delincuencia quedó penosamente demostrada.
   De poco sirven los cambios de nombres y los relevos y reemplazos que si los llevamos al ámbito hogareño, no pasaban del clásico “chas chas cola”, un tironcito de orejas o de un liviano laxante lo que pomposamente se anunciaba como “purga” en la institución.
   Los gastos desenfrenados continúan, las compras directas siguen en su esplendor, mientras la ciudadanía aun no toma conciencia que toda esa parafernalia de dudoso éxito como vemos, pasa a formar parte de la sideral deuda que sigue acumulando la provincia y que deberemos pagar todos, a través de los mecanismos impositivos, a menos que se nos ocurra emitir moneda propia y fabricar también nuestra propia inflación o la inevitable cesación de pago.
   La delincuencia no afloja, los casos se multiplican, aparecen nuevas formas de despojos, el ingreso a la violación de las leyes es cada día más precoz, las cárceles están colmadas y el componente droga ya pasó a formar parte de la generalidad, dejando a salvo sin caer en la trampa, de hacer sinónimos entre pobreza y delincuencia.
   No apreciaremos soluciones en lo inmediato, pues mientras el poder no sepulte esa malsana costumbre de los remiendos y las improvisaciones, nada lograremos como mejora superadora de nuestras angustias, si no se asume con seriedad y no sólo como ahora en tiempos de campaña proselitista, esa imperiosa obligación de instaurar una auténtica política integral de seguridad, que se inicie con una profesionalización seria de todos los cuadros, sin amiguismos ni presiones políticas.
   De lo contrario, es como si viviéramos en el horno y me encantaría saber que al menos un cordobés dijera que eso no es verdad.
 
El drama, barrera para el crecimiento
EN LA ECONOMÍA SE LUCE EL ESQUIVO COLOR BLUE
DENTRO DEL ESCENARIO DE INFLACIÓN GALOPANTE
 
   En la etapa de la vida que los recuerdos nos llegan como la más dulce, que fue la pre adolescencia, debo confesar que antes de aquellos años inolvidables me fascinaban los ojos dorados de las mujeres aunque años después me encandilaban los ojos azules y con el correr de los años esas preferencias que se alternaban volvieron a ocupar mis pensamientos y anhelos.
   Más o menos lo mismo puede que me hubiera sucedido con el dinero en su forma física de papel, porque el metálico dorado de las monedas era visualmente atractivo pero el valor monetario residía en el papel y al igual que miles, millones de mortales de esta Argentina sorprendente, nos rendimos ante el azul, vaya ironía, de los billetes verdes.
   Al igual que en la Venezuela actual es posible que te pasees por el centro haciendo trámites bancarios, llevando tus devaluados billetes nacionales y populares en una carretilla, mientras que los potentados de verdad frecuentan las cuevas donde el valor real del dinero tiene imaginario color azul, pero en realidad es verde como siempre lo han sido los dólares, ante los que rendimos la pleitesía de los ansiosos, por hacer alguna diferencia especulando con lo  bien o lo mal que nos vaya en las lacrimógenas gestiones que realizan quienes manejan nuestra economía, ante los universales usureros del Fondo Monetario Internacional que está allá lejos en la distancia, pero desde aquellas lejanías del Tío Sam manejan los hilos financieros de nosotros y de otros países a los que coincidieron al enrolarlos entre las naciones pobres pese a sus potenciales y desaprovechadas riquezas.
   Resumiendo, entre nosotros sabemos que el sufrimiento y la ganancia es siempre de ellos, porque les conviene nuestra ya histórica morosidad que les asegura nuestra callada dependencia, aunque algunos piquetes puteen contra yankilandia, quemen su bandera y juren que no pagarán lo que deben, aunque después pagan eso más la brutalidad que significa ser hijos putativos de la usura a la que nos estamos refiriendo en nuestra penosa, callada y silenciosa condición de vasallos y sometidos a la miseria que provoca el hecho de tanto deberles y tan pijoteramente pagarles.
   Todo esto que les comento es una madeja llena de nudos que siempre está al borde de cortarse y hacer que caigamos al abismo del “defol” que algunas veces debimos visitar, y tanto nos costó asomar la cabeza para que nos reventaran a patadones la frente y después ellos mismos nos vendieran las vendas y los antibióticos, para que de nuevo reiteráramos nuestra histórica vocación de deudores, súbditos y sometidos.
   Y todo este palabrerío que tanto me costó hilvanar, para encontrarle una causal valedera a ese fenómeno apestoso que se llama inflación, que entre nosotros es saber que padecemos cáncer pero tratamos de disimularlo diciendo hacia adentro que es un resfrío.
   Y así seguimos pedaleando en un vano intento de disfrazar la realidad mintiéndonos los números, en un pecaminoso onanismo del que somos íntimamente conscientes, pero nos averguenza reconocerlo.
   Todos los políticos debieran asumir su cuota de irresponsabilidad por haber sido instrumentos, unos más y otros menos, que determinaron nuestra inopia que en buen romance es indigencia, pobreza y escasez que atacó primero a las clases más postergadas y luego anidó en la clase media, empujándola hacia abajo.
   El mejor juez para estas situaciones tan destructivas ha sido siempre el tiempo, que se transforma en historia que alimenta a la memoria, y en estos casos, nada mejor que evocar situaciones apoyados por la infalibilidad de los números: mientras gobernó Néstor el dólar azul que es el corriente y marginal a casi todos sus efectos creció un 320 por ciento, de un peso a $ 3 mangos y 20 centavos; con ExElla de aquellos $ 3,20 a $ 17, un 466 por ciento; con el vapuleado “domador de reposeras” de 17 pesos a $ 48 o sea un 182,35 % y en lo que va del pulcro Dr. Fernández y sin actualizar al día de hoy que anda coqueteando cercano a los 525 pesos, cifra que partió desde los $ 48, nada más que llegando a un 935 y pico por ciento.
   Estos números son, en definitiva, los que alimentan a la inflación que se encarga de castigarnos, aunque las culpas nazcan en el seno del poder por su fracaso en la conducción.
   Confieso sin avergonzarme que no terminé el secundario por culpa de las matemáticas porque la situación familiar me obligó a trabajar y entonces, pero estos números no son míos, sino de lo que nos enseña la tecnología cibernética, tan obsequiosa hacia la desesperante realidad.
   Una realidad que desde el llano sólo podemos modificar a través del voto, porque en el poder todo indica que esos objetivos no son los que consideran preocupantes.
   Si lo fueran, viviríamos en el paraíso.
 
Abstenerse es un acto de indiferencia
LA INSOSLAYABLE  OBLIGACIÓN DE VOTAR ES COMO
UN COMPROMISO CÍVICO NECESARIO DE ENALTECER
 
   Una marcada inquietud surgida de los números difundidos de las últimas elecciones en distintos puntos del país, no deja de ser una señal de alarma por la caída de los porcentajes de votantes con relación a similares acontecimientos anteriores.
   Las causas son un tema para que lo estudien y esclarezcan los sicólogos por una parte y la conciencia de los políticos por otra, a la que deben íntimamente consultar previo reconocimiento de las falencias propias y con sentido de honesta autocrítica, para encontrar una explicación a esa decrepitud del fervor de otros tiempos, a los que se solía definir como fiestas cívicas y los más optimistas las calificaban como el camino hacia el reencuentro de los argentinos.
   El hecho de votar, en lo personal, tiene el transparente significado de participar de nuestro común destino como República; en la integración individual a la masa popular, en la conformación de intervenir individualmente en la tarea de reconstrucción que también nosotros, aparte del poder, nos estamos debiendo.   
   Tengamos presente que al no participar, se adelgaza paralelamente nuestro derecho a cuestionar los resultados, por negarnos a ser una parte de ellos y si lo miramos desapasionadamente, no deja de ser un acto de cobardía cívica, imperdonable más aún en estos tiempos de crisis que tanto nos afecta.  
   Así como Jaime Barylco estima que las fiestas patrias para muchos sólo sirven para lavar el auto, tengamos la grandeza de participar en las históricas decisiones del pueblo y no limitarnos a esperar que otros sean quienes decidan por nosotros.
   Desde todos los sectores del amplio y variado arco ideológico han puesto en funcionamiento sus promesómetros, en un festival parecido al reino de la demagogia, porque todos aseguran bondades que siendo gobierno no las supieron instrumentar y allí debe estar el claro sentido de la participación a la hora de optar.
   No hacerlo, vendría a ser una especie de autocondena al silencio, precisamente en tiempos que el silencio es demostración de debilidad interior, cuando tenemos la posibilidad que la democracia nos regala, para pensar a través de las urnas.
   No hacerlo y sin que se trate de una ofensa, equivale a encriptar nuestro pensamiento y vulnerar una oportunidad de hacernos escuchar.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
EXPRESIÓN “TEATRAL” QUE DESNUDA ALGUNAS
CURIOSAS  MANERAS DE ADMINISTRAR JUSTICIA

   En una obra de teatro protagonizada en las puertas del Palacio de Justicia de la capital cordobesa un Juez vestido de larga túnica negra pregunta a un Fiscal: ¿De qué se acusa a este hombre? A viva voz el Fiscal responde que el acusado ha falsificado documentos en perjuicio de la Provincia. 
   El Juez pregunta entonces: ¿Cuáles son las pruebas? Contrariado, el Fiscal responde que en realidad no tiene pruebas, pero que eso es debido a la gran habilidad del delincuente para ocultarlas. El Juez insiste: ¿Y cómo sabe que es un delincuente si no tiene pruebas, hay alguien que lo acuse? El Fiscal visiblemente fastidiado replica: ¿Pero no le ve la cara? Por supuesto que hay testigos, pero no se quisieron identificar.
   En ese momento el abogado defensor del acusado levanta su mano para pedir al Juez que cite a declarar a esos supuestos testigos, a fin de confrontarlos como marca la ley, pero recibe como contundente respuesta: ¡Eso es Imposible, si nadie sabe quiénes son!
El Fiscal agrega: Su personalidad indica que es culpable, y aunque no tenemos pruebas, hay grandes indicios: habló por teléfono con sus compañeros de trabajo y además tiene sus números en la agenda del celular.
   Entonces el Juez concluye: Eso es gravísimo, no quedan dudas, es culpable como ha dicho el Fiscal, ¡que permanezca en prisión preventiva hasta que lo condenemos en el juicio!
   Los guardias se llevan al hombre y concluye la obra. 
   Cualquier parecido de esta puesta en escena con la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, bien vale asegurar que no es pura coincidencia.
 
El respeto por nuestro riquísimo idioma
DESNATURALIZAR SU ESENCIA ES SÍNTOMA DE SERES
PORTADORES DE UNA CURIOSA E INFANTIL LIVIANDAD
 
   Nuestro idioma, según sostienen los entendidos, es el más rico en cuanto a cantidad de vocablos, lo que de por sí hace más fluida y detallada la conversación, al igual que su escritura por la enorme cantidad de sinónimos de cada término -apreciación personal- que hace a la lengua española como la más amplia y permite hacer de un relato, por ejemplo, un cuadro pintado al óleo, un dibujo a lápiz y quiero también incluir a la narración de los detalles de una una fotografía.
   Todo este preámbulo para sostener con firmeza la inutilidad o mi rechazo liso y llano a eso que dieron en llamar “lenguaje inclusivo” institucionalizado en algunos ámbitos, que altera la comprensión tanto de lo escrito como de lo manifestado de manera oral.
   Muchas personalidades se han opuesto a ese remedo de integración idiomática asexuada, neutra, que muchas veces es como si la frase o la oración no terminaran, con la contundencia que tienen las manifestaciones en nuestro idioma normal.
   Por eso me tomé el atrevimiento de elegir ejemplos que pusieran claridad en la disputa generada, especialmente cuando la aplicación de esa novedad traída de los pelos, pretende instalarse en la educación primaria.
   Al respecto, una educadora dio en el clavo a mi entender, que puede ser considerado como un poquito por encima de lo elemental, pero escúchelo, analice, y después seguramente tendrá mucho en qué pensar.
   No se escandalice, ni se lo pierda…
  El atractivo audio al que se hace referencia puede ser ubicado buscándolo en el sitio respectivo, parte superior de la columna a la derecha de este blog.
 
No son nuevas y siempre existieron…
MALAS  PRÁCTICAS EN  CAMPAÑAS  PRECOMICIALES
O EL PELIGROSO AGOTAMIENTO DE LA INTELIGENCIA
 

   De ningún modo vayan a pensar que dudo de la honestidad de nadie, pero tampoco es para ser callado cómplice o silente encubridor de ciertas travesuras, que de manera creciente se vienen perpetrando aquí muy cerca de nosotros, en las vísperas de cualquier acto comicial en que esté en juego el acceso a cierto poder.
   Es tradición por ejemplo hablar mal del adversario, desnudarle algunos secretos, fabricarle otros o embarrarlo al vincularlo con nuevas o vetustas causas judiciales, pero lo importante es ese metejón por enlodar, por ubicar al que piensa y promete distinto, como sea en la convicción que cada una de esas maniobras tendrá propio beneficio y ajeno desprestigio, porque cualquiera de los dos resultados es la ganancia o la pérdida en votos y está visto que ciertos objetivos se alcanzan en honor a la cantidad dejando de lado la calidad.
   Lejos en los tiempos quedaron los nocturnos y aporreados encuentros de militantes adversarios en las noches de pegatinas de carteles, porque ahora tal acción los políticos en su mayoría la tercerizan y bien remunerada, con lo que mucho de la magia ideológicamente combativa y especialmente su simpática apelación a la pintura y al engrudo pasó a la historia reemplazada por el laburo ajeno, el pago en las redes sociales, la alevosa publicidad oficial de la que abusaron todos los colores pero nunca tan escandalosa como en este presente, que para colmo pagamos todos porque después hay que recaudar impuestos, en lugar de escudriñar qué gastos se realizan con fondos partidarios.
   El debate ya pasó de moda porque como están las cosas, debieran hacerlo en un ring reemplazando a los estudios de TV con un agregado: se preguntarán en este caso por una mirada a la igualdad de géneros, cuando la modernidad nos muestra que también ellas en muchos cuadriláteros del mundo, también se cagan a trompadas en nombre del boxeo y en ofensa a la tersa femineidad.
   Mezclar al contrincante con la droga no es nuevo sino que viene acentuado como maniobra, llamémosla desacreditatoria de honestidad, o vincular a familiares en delitos aunque sean leves porque lo importante es romper esa coraza de decencia que todo candidato se ve obligado a calzarse, algunos de ellos a sabiendas que esa coraza sea medio trucha.
   Sin embargo pispeando las declaraciones juradas así al voleo, que vendrían a ser el confesionario sacro donde van todos a parar, viéndose obligados a decir la verdad jurando por Dios aunque sean ateos, es cuando en estos tiempos donde todos nos conocemos, llegamos a sorprendernos y terminamos echándole la culpa a las amnesias, las equivocaciones, los errores conscientes o la criolla avivada por lo pícaros que son.
   Es sorprendente, en estos tiempos, que los autos incluyendo a los de alta gama sean tan baratos, que las propiedades inmuebles estén con valores de casi liquidación incluyendo en los barrios cerrados, que los terrenos por su precio declarado sean accesibles para todos y que los sueldos pelados, sin el agregado de los viáticos, pasajes, desarraigos y otras ventajas, virtualmente hayan desaparecido o estén prolijamente escondidos.
  Todo este panorama, que obviamente genera incógnitas y lleva a las preguntas en un encuentro público mano a mano, estimo que son los motivos para que haya naufragado esa maravillosa costumbre de ver a dos o más candidatos echándose culpas y esquivando cascotazos, pero de frente y sin distancias.
   No hay caso.
   Hasta en la política y más en las previas de elecciones, estamos viviendo la muerte de una mística que nos fortalecía como ciudadanos, ávidos de llegar a la verdad a través de quienes tienen la obligación de decir la verdad y atajar los trompadones como sea, incluyendo los golpes bajos, sea hombre, mujer, o de sexo intermedio.
   Pido disculpas por hacer mi catarsis evocando tiempos idos que por lo que se advierte, no volverán jamás…
   Se me ocurre que todo esto es la previsible fotografía que documenta la muerte de la inteligencia, apuñalada por la espalda por parte de la angurria de poder.


El sanjuanino Domingo F. Sarmiento
DESPEDIDA CON LÍMPIDOS CONCEPTOS DE UNO DE NUESTROS PRÓCERES  ALOJADOS EN  LA HISTORIA
 
   Ejemplo de asistencia perfecta, pasión sin ausencias, lejos de preocuparse por ser agradable o simpático, febril escritor, educador vocacional y fanático de la enseñanza y un hacedor de Patria con la espada, la pluma y la palabra, nacido en San Juan el 15 de febrero de 1811, integrante luego de las fuerzas unitarias contra los federales y perseguido por Facundo Quiroga se exilia en Chile.
    Funda escuelas y edita diarios. Es un escritor empedernido, merodea en Montevideo, participa luego en la batalla de Caseros en la que Juan Manuel de Rosas sufre la derrota, trabaja en las reformas a nuestra Constitución Nacional, lo designan gobernador de San Juan  a lo que después renuncia, viaja como embajador a Nueva York, sufre la muerte de su hijo Dominguito en la batalla de Curupaytí, en 1868 asume la Presidencia de la Nación hasta que en 1874 le traspasa el cargo a Nicolás Avellaneda, luego Roca lo designa superintendente general de  escuelas, en 1888 se embarca a Paraguay donde pocos meses después, el 11 de septiembre de ese año muere de un ataque cardíaco.
  Su herencia política y educativa es de un valor incalculable y se me ocurrió, en homenaje a la síntesis, rescatar de su agitada vida, una sentencia que resume su condición de prócer cuando sostuvo “Las convulsiones políticas traen también la experiencia y la luz, y es ley de la humanidad que los intereses nuevos, las ideas fecundas, el progreso, triunfen al fin de las tradiciones envejecidas, de los hábitos ignorantes y de las preocupaciones estacionarias”.
   Todo un legado conceptual para no desperdiciar.
 
Gonio agradece: Final de la edición 786 de SLB y no
lo olvide:  pase  lo  que  pase y cueste  lo  que cueste,
jamás deje  de ser feliz.   Como  siempre, agradezco a
Mariela Kusik, a Conrado  Vicens, a Sabri Bustos, a  la
polifuncional Cele Pereyra y a Oji en la posproducción.
Siga en la 580, llega “La voz de la paz” con Lita y Lalo.
Gestión, modestamente:  Gonio Ferrari… ¡y equipazo!
Hasta el próximo domingo y muchas gracias…