Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 8-6-14 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
AYER, DIA DEL PERIODISTA
Ayer se conmemoró el Día del Periodista, establecido en recordación de un nuevo aniversario de la aparición de La Gazeta de Buenos Ayres, inspirada por Mariano Moreno, primera expresión criolla de acuñar ideas en libertad con el nacimiento de la Patria.
La institución de esta fecha surgió en
Córdoba durante el gobierno de Amadeo Sabattini, cuando en 1938 deliberó aquí
el Primer Congreso Nacional de Periodistas, de cuyo seno nació la iniciativa.
Un periodista es nada más que el hilo conductor entre el suceso y su estado público.
Un periodista es nada más que el hilo conductor entre el suceso y su estado público.
El periodista de raza no es defensor,
fiscal, juez ni verdugo y solo muestra una realidad, a veces descarnada, que no
puede modificar.
Es asimismo un inductor de la toma de conciencia y orientador de opiniones; es quien hurga e investiga; es quien parte de la crítica para ayudar a construir.
Es asimismo un inductor de la toma de conciencia y orientador de opiniones; es quien hurga e investiga; es quien parte de la crítica para ayudar a construir.
Pero no son todas delicias las que jalonan
la vida del periodista, al menos de aquellos que son amantes de la libertad.
Son las primeras víctimas de los autoritarios, de los dictadores y de quienes los someten a barrotes o a mordazas.
Son las primeras víctimas de los autoritarios, de los dictadores y de quienes los someten a barrotes o a mordazas.
Muchas veces son destinatarios de presiones
de conciencia y son tambien víctimas, en los conflictos armados que los
muestran actuando en el frente, junto al máximo peligro.
Entre nosotros, la libertad de expresión no es ni ha sido la graciosa concesión de ningún gobierno, sino el ejercicio de la tarea periodística al amparo de la Constitución, de las leyes y del sentido ético.
Los periodistas de ley no necesitamos que nadie nos indique lo que debemos decir o nos impongan lo que debemos callar, porque tenemos pensamiento y criterio propios, siempre que por la pauta publicitaria o por conservar el puesto no vendamos nuestra honestidad.
Los periodistas de Córdoba sabemos que mientras impere el respeto a los preceptos básicos, y el pensar distinto no nos transforme en enemigos, no habrá sombras que perturben la certeza absoluta de libertad.
Entre nosotros, la libertad de expresión no es ni ha sido la graciosa concesión de ningún gobierno, sino el ejercicio de la tarea periodística al amparo de la Constitución, de las leyes y del sentido ético.
Los periodistas de ley no necesitamos que nadie nos indique lo que debemos decir o nos impongan lo que debemos callar, porque tenemos pensamiento y criterio propios, siempre que por la pauta publicitaria o por conservar el puesto no vendamos nuestra honestidad.
Los periodistas de Córdoba sabemos que mientras impere el respeto a los preceptos básicos, y el pensar distinto no nos transforme en enemigos, no habrá sombras que perturben la certeza absoluta de libertad.
Una libertad que no necesita padrinos ni
leyes que la regulen, la condicionen o la impongan, porque el único reaseguro
de gozarla radica en el simple respeto por la Constitución.
Todo lo demás es inútil y disociante pirotecnia.
Bien sabemos los periodistas, que formamos parte de una profesión invadida.
Invadida por médicos, deportistas, curas, directores técnicos, rabinos, vedettes, manosantas, dietistas, funcionarios, pitonisas, empresarios, modelos, abogados, economistas, corredores de autos, políticos en decadencia o cocineros.
Son ellos, los invasores, los que reivindican la vigencia discepoleana de la biblia junto al calefón.
La base moral es el mejor reaseguro para edificar desde allí la honestidad de informar, de opinar, de criticar o de aplaudir.
Solamente quienes la poseen se sienten libres y están en condiciones de transmitir esa convicción de libertad que se fortalece día a día, solo en la fragua del trabajo y no en las filas de los partidos políticos de donde ha surgido ese nuevo engendro que han llamado periodismo militante, un falso e hipócrita periodismo solamente interesado en imponer autoritariamente su ideología y el discurso único, por encima del sano y saludable disenso y del debate cívicamente enriquecedor.
Renueva entonces su vigencia la cita del genial Goethe, cuando sostuvo que “solo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día”.
Ayer fue el Día del Periodista comprometido con la verdad y la realidad; sensato, sensible, respetuoso y sacrificado por una profesión que más se asemeja a un maravilloso vicio y que no se rinde a las tentaciones del poder, de las marquesinas o de la gloria.
Solo para ellos, por ellos y con ellos, ¡Salud!
Todo lo demás es inútil y disociante pirotecnia.
Bien sabemos los periodistas, que formamos parte de una profesión invadida.
Invadida por médicos, deportistas, curas, directores técnicos, rabinos, vedettes, manosantas, dietistas, funcionarios, pitonisas, empresarios, modelos, abogados, economistas, corredores de autos, políticos en decadencia o cocineros.
Son ellos, los invasores, los que reivindican la vigencia discepoleana de la biblia junto al calefón.
La base moral es el mejor reaseguro para edificar desde allí la honestidad de informar, de opinar, de criticar o de aplaudir.
Solamente quienes la poseen se sienten libres y están en condiciones de transmitir esa convicción de libertad que se fortalece día a día, solo en la fragua del trabajo y no en las filas de los partidos políticos de donde ha surgido ese nuevo engendro que han llamado periodismo militante, un falso e hipócrita periodismo solamente interesado en imponer autoritariamente su ideología y el discurso único, por encima del sano y saludable disenso y del debate cívicamente enriquecedor.
Renueva entonces su vigencia la cita del genial Goethe, cuando sostuvo que “solo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día”.
Ayer fue el Día del Periodista comprometido con la verdad y la realidad; sensato, sensible, respetuoso y sacrificado por una profesión que más se asemeja a un maravilloso vicio y que no se rinde a las tentaciones del poder, de las marquesinas o de la gloria.
Solo para ellos, por ellos y con ellos, ¡Salud!
LA CORDOBA POSTERGADA
Un informe periodístico reciente indica los
niveles de pobreza e indigencia que con toda su crudeza imperan en el noroeste
provincial, de manera más notoria en el departamento Pocho.
Naturalmente no es la única región
postergada en la geografía cordobesa porque en la mismísima capital aún
subsisten las miserias y el abandono, tanto en materia económica como en
prestación de servicios esenciales.
Se pueden hacer miles de estudios, sesudos
análisis, costosas evaluaciones por parte de consultoras, como asimismo
anunciar pomposamente -como siempre se hizo- las soluciones a corto plazo que
esos sectores reclaman.
Sin embargo y dejando de lado todo lo que
pudiera asociarse con el escepticismo, es para suponer que las cosas seguirán
como siempre, o que cada situación tenderá a un lógico agravamiento.
Mientras los índices demográficos señalen
que hay pocos votos, el interés de los políticos es decreciente.
Solo cuando obren con grandeza dejando la
inveterada costumbre de cosechar votantes, dejarán de tener su oscura vigencia
el abandono y la indiferencia.
En el perdido noroeste cordobés ruegan que
ese milagro no demore tanto.
CHAPAS DE TAXIS
Pensar que al menos hasta unos días atrás,
una chapa de taxi se cotizaba a 450 mil pesos, el equivalente a tres autos y
medio, al valor de las unidades que pueden ser afectadas a ese servicio.
Dicen que esas chapas no son transferibles,
pero siempre existe un atajo que permite burlar lo legal para concretar el
negocio.
Ahora la tarifa vuelve a aumentar, los
coches amarillos se amontonarán en las paradas y pasearán por las calles en la
búsqueda de pasajeros.
Hay una situación que no se entiende del
todo: ¿por qué piden aumentos si el negocio es tan rentable, como para que una
patente cueste casi medio millón de pesos?
El negocio es siempre para los patrones;
para los dueños de los vehículos, porque los choferes son los que merecen ganar
dignamente por su trabajo.
El dueño se capitaliza en forma casi
automática por las utilidades que le aporta el coche, por lo general tiene
empleados en negro y aunque algún día sale empatado, siempre conserva el
capital del auto.
Y la chapa, que se cotiza alocadamente.
Si ahora se permite el ingreso de más coches
al sistema, el valor de la chapa caerá estrepitosamente, lo mismo que si se
unifica el servicio con los remisses.
Seguramente es por eso que protestan a cada
rato.
A nadie le gusta que le quiten el caramelo
de la boca.
MEGACAUSA
Y FUNDAMENTOS
Las absoluciones declaradas en el último
juicio de la megacausa revalidaron la vigencia de uno de los principios
básicos que rige el proceso penal, por el cual toda persona se reputa
inocente hasta tanto una sentencia firme declare su culpabilidad, incumbiendo
a la parte acusadora la demostración de la responsabilidad del imputado y
no a éste la de su inocencia.
Esto está consagrado en nuestra
Constitución, y en todos los tratados internacionales que nos amparan y en tanto no
se arrimen a la causa los elementos que lo destruyan, no se puede modificar ese
estado de inocencia.
Esto trae aparejado que la falta de pruebas
ha de dar lugar, necesariamente, a una sentencia de corte absolutorio.
Un reconocido penalista destaca que la
sentencia de condena sólo puede estar fundada en la certeza y
que esta certeza debe construirse sobre pruebas contundentes y no con
elementos de escaso o nulo valor probatorio y múltiples interpretaciones.
Señala otro que cuando la convicción no se
apoya en una base sólida, no debe satisfacer al hombre prudente y
concienzudo, ni suministrarle una regla de conducta; menos aún debe bastar al
juez, cuya decisión recae sobre la culpabilidad de un acusado, pudiendo su
error perjudicar los derechos más sagrados de los ciudadanos.
También explica que cuando no hay certeza,
sino tan sólo probabilidad, no puede tomársela por base de una
condena, porque siempre queda lugar a la duda y la conciencia no puede
quedar satisfecha.
Así la prudencia y la correcta valoración de
los elementos probatorios será un presupuesto necesario e ineludible a fin
de evitar la conculcación de los derechos más elementales de los seres
humanos.
Es por este motivo que nuestra Constitución
prohíbe los juicios por comisiones
especiales o por los mismos jueces, quienes al tener una idea preconcebida de
los hechos, pueden estar afectados en su imparcialidad y objetividad,
impidiendo que se cumpla lo ya expuesto y dando lugar a condenas masivas y por
las dudas.
En la causa del Registro estos mandatos
constitucionales no se han cumplido y muchos condenados continúan peleando por
su inocencia y reclamando justicia.
Por eso está plenamente vigente su
interrogante del domingo pasado: ¿Será
que existen otros casos como los absueltos?
La única garantía de Justicia es el
cumplimiento estricto de la ley y sin ella todo se convierte en capricho,
arbitrariedad, dictadura, inquisición o como quiera llamarse, pero nunca y en
ningún idioma será justicia.
¿HACIA EL
PENSAMIENTO UNICO?
El pensamiento y su íntima relación con la libertad, supone el libre albedrío espiritual que lleva a la toma de posiciones en todos los aspectos de la vida. Pensar suele ser la mejor manera de ver pasar el tiempo o detenerlo; de evocar a través de ese ejercicio de la mente y los sentimientos y lograr una casi presencia con la sola remembranza de una imagen fugaz.
Bacon decía que quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota y quien no osa pensar es un cobarde.
Por eso es para pensar -y entender- que todo aquel que pretenda inducir, modificar o condicionar el pensamiento ajeno es un tirano manipulador.
Todos los racionales pensamos, bien o mal,
pero lo hacemos nosotros, bajo nuestra responsabilidad que por lo general se
fortalece con el paso de los años.
Los ejemplos de totalitarismo a lo largo de la historia dejaron marcas indelebles en la Humanidad: el nazismo en un extremo y el comunismo en el otro armaron esquemas autoritarios hacia el pensamiento único, pretendiendo alentar generaciones robóticas sin otra idea de la realidad que no fuera la implantación del discurso elaborado desde el mezquino y egoísta enfoque de su ideología.
Ni siquiera al amparo de una pretendida educación o formación intelectual como pretexto, la democracia tolera imposiciones que vulneren la libre y soberana determinación de los ciudadanos en ningún aspecto.
El filósofo Ricardo Forster, creador y referente de la agrupación de intelectuales “K” Carta Abierta, fue designado secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, que depende del Ministerio de Cultura, a cargo de la cantante Teresa Parodi.
Un organismo innecesario, inoportuno y seguramente con envidiable presupuesto, que los argentinos no necesitamos porque entre otras cosas, pretendemos conservar la libertad del pensamiento propio, que desde algunos sectores del gobierno se pretende alterar y violentar con el disfraz del diálogo, el debate y el disenso, tres elementos fundamentales de la sociedad que están ausentes en la ensoberbecida y muchas veces intolerante militancia.
Habida cuenta de la sincera objetividad actual, imprescindible sería la creación de un Ministerio de la Pobreza y la Indigencia, otro de la Reactivación Industrial, otro de la Piedad por los Adultos Mayores, otro de la Seguridad Ciudadana y algún organismo que se ocupe de la Lucha contra la Corrupción Interna.
Los ejemplos de totalitarismo a lo largo de la historia dejaron marcas indelebles en la Humanidad: el nazismo en un extremo y el comunismo en el otro armaron esquemas autoritarios hacia el pensamiento único, pretendiendo alentar generaciones robóticas sin otra idea de la realidad que no fuera la implantación del discurso elaborado desde el mezquino y egoísta enfoque de su ideología.
Ni siquiera al amparo de una pretendida educación o formación intelectual como pretexto, la democracia tolera imposiciones que vulneren la libre y soberana determinación de los ciudadanos en ningún aspecto.
El filósofo Ricardo Forster, creador y referente de la agrupación de intelectuales “K” Carta Abierta, fue designado secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, que depende del Ministerio de Cultura, a cargo de la cantante Teresa Parodi.
Un organismo innecesario, inoportuno y seguramente con envidiable presupuesto, que los argentinos no necesitamos porque entre otras cosas, pretendemos conservar la libertad del pensamiento propio, que desde algunos sectores del gobierno se pretende alterar y violentar con el disfraz del diálogo, el debate y el disenso, tres elementos fundamentales de la sociedad que están ausentes en la ensoberbecida y muchas veces intolerante militancia.
Habida cuenta de la sincera objetividad actual, imprescindible sería la creación de un Ministerio de la Pobreza y la Indigencia, otro de la Reactivación Industrial, otro de la Piedad por los Adultos Mayores, otro de la Seguridad Ciudadana y algún organismo que se ocupe de la Lucha contra la Corrupción Interna.
Y con sentido prioritario el Ministerio de
Resguardo Fronterizo que frene aunque sea en parte el creciente ingreso de
drogas a nuestro país, que si no es la madre de todas las desgracias, al menos
es la tía.
Antes que “coordinación estratégica del pensamiento nacional” que suena más a tentativa de masivo adoctrinamiento, los argentinos necesitamos el restablecimiento del respeto en todas las direcciones, de abajo hacia arriba pero también de arriba hacia abajo para que nos consideren como quieren ser considerados.
No nos extrañe que después de este engendro casi ministerial, se pretenda designar a Luis D’Elía como titular de un necesario Ministerio de la Tolerancia.
Antes que “coordinación estratégica del pensamiento nacional” que suena más a tentativa de masivo adoctrinamiento, los argentinos necesitamos el restablecimiento del respeto en todas las direcciones, de abajo hacia arriba pero también de arriba hacia abajo para que nos consideren como quieren ser considerados.
No nos extrañe que después de este engendro casi ministerial, se pretenda designar a Luis D’Elía como titular de un necesario Ministerio de la Tolerancia.
¿POR QUÉ LAS CHICANAS?
Antes el caso era para abogados, penalistas y analistas de la jurisprudencia. Casi de improviso, se transformó en cuestión digna de sociólogos y luego el tema pasó para la evaluación de los siquiatras.
Con el correr de las horas, la situación del
joven y rockero vicepresidente devino en algo parecido a la desesperación,
porque después de anunciar que pediría un adelantamiento de su presentación por
la causa Ciccone Calcográfica, todo indica que el pánico llevó ahora a sus
abogados a objetar ante el juez federal Ariel Lijo el llamado a declarar,
sosteniendo que la acusación no tiene una descripción precisa de los hechos y
pidiendo de paso la nulidad de la indagatoria prevista para el 15 de julio
y se hará mañana sin televisación.
Quien ejerce la segunda autoridad del país
se había mostrado tranquilo, sosteniendo que no apelaría ninguna cuestión para
evitar ese trámite.
La gente común, el ciudadano, se plantea la situación como si le ocurriera a cualquier persona segura de su decencia, honestidad y correctos procederes.
Es oportuno para el caso citar a Santo Tomás: "La corrupción de la justicia tiene dos causas: la prepotencia del poderoso y la astucia del sapiente. La astucia del sapiente que le demora los juicios indefinidamente y, por supuesto, muchas veces, la prepotencia del poderoso que impone condiciones".
Si Boudou es inocente como lo sostiene y es su derecho, tiene ahora la ocasión de demostrarlo, sin necesidad de haber apelado a la descalificación del juez buscando su apartamiento, lo que supone el pase de la causa a otro magistrado.
¿Es que Amado está "nerviosho"?
La gente común, el ciudadano, se plantea la situación como si le ocurriera a cualquier persona segura de su decencia, honestidad y correctos procederes.
Es oportuno para el caso citar a Santo Tomás: "La corrupción de la justicia tiene dos causas: la prepotencia del poderoso y la astucia del sapiente. La astucia del sapiente que le demora los juicios indefinidamente y, por supuesto, muchas veces, la prepotencia del poderoso que impone condiciones".
Si Boudou es inocente como lo sostiene y es su derecho, tiene ahora la ocasión de demostrarlo, sin necesidad de haber apelado a la descalificación del juez buscando su apartamiento, lo que supone el pase de la causa a otro magistrado.
¿Es que Amado está "nerviosho"?
ENFERMIZO
TRIUNFALISMO
La verdad, fue una biava tremenda,
incuestionable y sin ninguna misericordia, ni siquiera en nombre del sentido
humanitario que debiera tener un deporte rudo y agresivo de por sí, como lo es
el boxeo.
Nuestro promocionado representante Sergio
Martínez, apodado “Maravilla” quien había prometido llenarle la cara de dedos
al super tatuado portorriqueño Miguel Cotto, ya en la primera vuelta había
visitado la lona tres veces, cuando su rival ni siquiera transpiraba.
En la cara y en el cuerpo tampoco le
quedaban lugares para más moretones, uno de sus ojos estaba a media asta y la
expresión de sorpresa, desorientación e impotencia había transformado en penosa
y ausente la que fuera su original mirada desafiante.
Que se lo bancó, no hay que discutirlo, como
tampoco el corazón que puso “Maravilla”, pese a recibir sopapos que capítulo
tras capítulo iban alejándolo de la milagrosa posibilidad de un remoto nocaut
hijo de la casualidad, o de un infarto masivo que podía llegar a sufrir el
boricua, por el esfuerzo de colocar certeramente tantas trompadas.
Resumiendo, aunque no fuera con palos, fue
una paliza memorable.
La decisión de no salir de su rincón en el
noveno asalto fue acertada, para evitar que siguiera padeciendo un inútil
castigo.
Los memoriosos recordamos aquella pelea,
también en Nueva York cuando antes de la campana inicial José María Gatica
dedicaba por anticipado el triunfo al General Perón.
Dos minutos después, “El Mono” Gatica dormía
el sueño de un fulminante nocaut que le propinara Ike Williams.
Lo que no se entendió anoche y aún no la
entiendo, es la actitud de ese preclaro y egregio periodista, relator,
comentarista, justificador económico y analista político uruguayo becado en
nuestro país, de apellido Morales.
Sobre todo porque minutos previos a la pelea
detalló la estrategia supuestamente ganadora que adoptaría nuestro compatriota,
a quien definió, palabra más palabra menos, como un luchador que en el 2001
estaba en la miseria, que luchó y batalló hasta llegar a este nivel
consagratorio y que podía ser considerado como un ejemplo paralelo con la
recuperación nacional de la última década.
Cuarenta minutos después, el clásico
triunfalismo argentino caía magullado y con el cuerpo lleno de dedos, como
resultado de una mediática y exagerada glorificación, que ni siquiera permitió
que la maravilla nacional colgara los guantes con algo de dignidad.
Y cuando regrese, Martínez será carne de
olvido y el país seguirá siendo el mismo.
Y por algún tiempo, Víctor Hugo Morales
también.
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