Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” del 16-11-14 difundido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
¿SOLIDARIDAD O DISCRIMINACION?
Bien
conocemos que muchos sectores de la sociedad argentina son acérrimos cultores
del gataflorismo y en tal sentido se manifiestan en contra cuando reciben,
después de haberse quejado por no recibir.
Pero cuando las circunstancias imponen el despliegue solidario del Estado sin miramientos de las posiciones económicas de los ciudadanos necesitados, lo aplicable es el equilibrio más cuando hay víctimas de la imprevisión y del descontrol, que precisamente está obligado a ejercer ese mismo Estado.
No importa si los vecinos de Alta Córdoba afectados son pudientes o carenciados, porque “ligaron de arriba” una penosa situación que no buscaron ni de la que fueron responsables.
Que lo entiendan las autoridades: fueron castigados por la desgracia e incorporados, en un fatídico instante, al reinado de la intemperie sin ninguna misericordia.
Tuvo que pasar una semana para que Su Majestad la Justicia indagara al propietario del predio y a uno de sus asesores, cuando era dable imaginar que eso ocurriría en las horas inmediatas al estallido, para preservar las pruebas.
La Municipalidad instaló una carpa con personal para receptar inquietudes, o sea una especie de confesionario destinado al ejercicio de la catarsis y anunció que pagaría los vidrios de las viviendas afectadas.
La provincia con su gobernador lanzado de lleno a la campaña proselitista difundió anuncios marquetineros, movilizó algunos funcionarios y puso en movimiento su máquina de prometer como siempre se hizo y ya no es novedad.
Todo bien, “lenteja” pero caminando, hasta que alguna mente brillante tuvo la genialidad de instrumentar el otorgamiento de créditos para los afectados, con lo que repararían sus viviendas y repondrían electrodomésticos, ropas, muebles y enseres perdidos.
Gozarían de plazos extendidos y bajos intereses, pero con un curioso detalle ¡¡¡ tendrían que pagarlos !!! lo que en pocas palabras equivalía a regalarles una nueva deuda sumada al drama existencial, despertando una lógica y previsible reacción negativa.
El último capítulo de esta sesuda trama en que se mezclan indiferencias, miserias políticas y carencia de sentido solidario, los cráneos tuvieron la despreciable ocurrencia de ofrecer ¡5.000 pesos! como subsidio a quienes no estuvieran en condiciones de afrontar el pago de los créditos anteriormente anunciados.
Es preferible no hablar de discriminación, porque si desde el Estado se alimentan diferencias entre ricos y pobres o pudientes y necesitados, es otorgar ventajas a los blancos sobre los negros, a los flacos sobre los gordos, a los de Talleres por encima de los de Belgrano o a los radicales en desmedro de los peronistas o todas sus viceversas.
Ahorremos tiempo: el Estado imprevisor, amante del relajamiento de los controles, debe pagar el precio de su ineficiencia, así como en otros casos e injustamente paga eficiencias inexistentes.
Y debe hacerlo rápido, ya y totalmente, desafectando partidas presupuestarias de efectos inservibles para la gente, asignándolas al maravilloso ejercicio de la solidaridad, bajo el mandato bíblico que dice “El hermano que ayuda al hermano construye casi una fuerte ciudad”.
Pero cuando las circunstancias imponen el despliegue solidario del Estado sin miramientos de las posiciones económicas de los ciudadanos necesitados, lo aplicable es el equilibrio más cuando hay víctimas de la imprevisión y del descontrol, que precisamente está obligado a ejercer ese mismo Estado.
No importa si los vecinos de Alta Córdoba afectados son pudientes o carenciados, porque “ligaron de arriba” una penosa situación que no buscaron ni de la que fueron responsables.
Que lo entiendan las autoridades: fueron castigados por la desgracia e incorporados, en un fatídico instante, al reinado de la intemperie sin ninguna misericordia.
Tuvo que pasar una semana para que Su Majestad la Justicia indagara al propietario del predio y a uno de sus asesores, cuando era dable imaginar que eso ocurriría en las horas inmediatas al estallido, para preservar las pruebas.
La Municipalidad instaló una carpa con personal para receptar inquietudes, o sea una especie de confesionario destinado al ejercicio de la catarsis y anunció que pagaría los vidrios de las viviendas afectadas.
La provincia con su gobernador lanzado de lleno a la campaña proselitista difundió anuncios marquetineros, movilizó algunos funcionarios y puso en movimiento su máquina de prometer como siempre se hizo y ya no es novedad.
Todo bien, “lenteja” pero caminando, hasta que alguna mente brillante tuvo la genialidad de instrumentar el otorgamiento de créditos para los afectados, con lo que repararían sus viviendas y repondrían electrodomésticos, ropas, muebles y enseres perdidos.
Gozarían de plazos extendidos y bajos intereses, pero con un curioso detalle ¡¡¡ tendrían que pagarlos !!! lo que en pocas palabras equivalía a regalarles una nueva deuda sumada al drama existencial, despertando una lógica y previsible reacción negativa.
El último capítulo de esta sesuda trama en que se mezclan indiferencias, miserias políticas y carencia de sentido solidario, los cráneos tuvieron la despreciable ocurrencia de ofrecer ¡5.000 pesos! como subsidio a quienes no estuvieran en condiciones de afrontar el pago de los créditos anteriormente anunciados.
Es preferible no hablar de discriminación, porque si desde el Estado se alimentan diferencias entre ricos y pobres o pudientes y necesitados, es otorgar ventajas a los blancos sobre los negros, a los flacos sobre los gordos, a los de Talleres por encima de los de Belgrano o a los radicales en desmedro de los peronistas o todas sus viceversas.
Ahorremos tiempo: el Estado imprevisor, amante del relajamiento de los controles, debe pagar el precio de su ineficiencia, así como en otros casos e injustamente paga eficiencias inexistentes.
Y debe hacerlo rápido, ya y totalmente, desafectando partidas presupuestarias de efectos inservibles para la gente, asignándolas al maravilloso ejercicio de la solidaridad, bajo el mandato bíblico que dice “El hermano que ayuda al hermano construye casi una fuerte ciudad”.
Con Sergio Raponi, el
dueño de la empresa entre rejas, cuyo predio no estaba habilitado por la Municipalidad, no se
devuelve la vida de María Angélica Cueto, víctima fatal de la imprevisión, del
descontrol y de la angurria empresaria, si es que no encuentran otros motivos
por los cuales estaban allí almacenados ciertos productos.
Los cordobeses necesitamos con desesperación y angustia recuperar la seguridad integral, pese a las omisiones y todo lo malo que hacen los políticos ineptos.
La tragedia de Alta Córdoba no duró sólo un instante.
Recién comienza y es una obligación cívica y más que nada humana, atenderla y repararla.
Los cordobeses necesitamos con desesperación y angustia recuperar la seguridad integral, pese a las omisiones y todo lo malo que hacen los políticos ineptos.
La tragedia de Alta Córdoba no duró sólo un instante.
Recién comienza y es una obligación cívica y más que nada humana, atenderla y repararla.
SUSANA
GIMENEZ ESCONDIÓ SOLO UNO
Indican como ejemplos a Sergio Schoklender con una Ferrari descapotable; otra Ferrari similar de Jorge “Acero” Cali, cultor del kick boxing e íntimo amigo de Guillermo Moreno, actualmente becado en Italia, y a la vez dueño de la empresa Sport Enterteinment Group S.A.; tres coches más, un BMW, un Mercedes Benz y un jeep Cherokee, propiedad de Vanina Oneto, ex “leona” del hockey sobre césped y de su esposo; una flota de colectivos de Ecotrans S.A. (Grupo Plaza de los hermanos Cirigliano) y otros vehículos por un total cercano a los 7.500.
Una ridiculez que todos estuvieran radicados
en un predio de 17 x 25
metros, propiedad del municipio neuquino de San Patricio
del Chañar, cuyo intendente generosamente certificaba la validez de las inscripciones,
lujito que solo pueden permitirse algunos argentinos que cultivan aceitadas relaciones con el poder.
Es probable que la Ferrari que era propiedad de ese ejemplo de persona que es Sergio Schoklender, haya sido utilizada para sus habituales inspecciones a las viviendas del plan “Sueños compartidos” que el parricida devenido en empresario, administraba por orden de doña Hebe de Bonafini, mentora y titular de Madres de Plaza de Mayo.
Y también, todo en el plano de lo probable, que ese muchacho haya concurrido a dar clases en la otrora financieramente endeudada y quebrada Universidad de las Madres, ahora estatizada, con deudas incluidas, que pagaremos todos los argentinos … y argentinas.
Un escandalete que sin dudas será eclipsado por la trascendencia de la situación íntima y personal de nuestro rockero vicepresidente que cambió su nombre y ha desaparecido misteriosamente de escena: ya no es Amado.
lujito que solo pueden permitirse algunos argentinos que cultivan aceitadas relaciones con el poder.
Es probable que la Ferrari que era propiedad de ese ejemplo de persona que es Sergio Schoklender, haya sido utilizada para sus habituales inspecciones a las viviendas del plan “Sueños compartidos” que el parricida devenido en empresario, administraba por orden de doña Hebe de Bonafini, mentora y titular de Madres de Plaza de Mayo.
Y también, todo en el plano de lo probable, que ese muchacho haya concurrido a dar clases en la otrora financieramente endeudada y quebrada Universidad de las Madres, ahora estatizada, con deudas incluidas, que pagaremos todos los argentinos … y argentinas.
Un escandalete que sin dudas será eclipsado por la trascendencia de la situación íntima y personal de nuestro rockero vicepresidente que cambió su nombre y ha desaparecido misteriosamente de escena: ya no es Amado.
Pensar que tiempo atrás
todos los medios se ensañaron cuando a la rutilante Susana Giménez le
descubrieron un Mercedes Benz que su marido de turno había escondido, tapado
prolijamente por una parva en uno de sus campos.
A ese caso, lo multipliquemos ahora al menos
por 7.500.
Sigamos así.
No estamos mal, pero seguimos peor …
EL
LIBRO DE ANGELOZ
No se trata de plantear,
como algunos lo hicieron, una objeción por la edad del autor, sino por la falta
de elegancia y de consideración por los códigos no escritos que rigen vidas,
obras e historia de los hombres públicos.
Que Angeloz haya reconocido su error del
tercer mandato como gobernador, es una confesión que ya ocupa un lugarcito en
la memoria de los cordobeses, y especialmente de sus opositores internos que en
su momento estuvieron en contra de aquella decisión que demandó, incluso, una
reforma de la Constitución
Provincial.
No he leído el libro ni tengo apuro por hacerlo,así
que me guío por comentarios mediáticos que al coincidir en forma casi unánime, me
clarifican el panorama como para opinar.
A lo que Angeloz ni nadie tiene el derecho,
es de juzgar a los muertos, porque es caer a la injusticia de condenarlos sin
que puedan ejercer su defensa y nos deja la duda, entonces, de silencios y
secretos compartidos y ahora rotos fuera de tiempo.
No quiero ubicarme en posición de fiscal
sobre las memorias ni los recuerdos de nadie, pero no escuché si Angeloz
descorre el velo, por ejemplo, de su fraternal amistad con ese gris personaje
de la época, Luis Medina Allende, ex comando civil en el ’55 y su principal
operador político en varias ocasiones, aunque lo niegue en el extracto que hoy
publica La Voz
del Interior.
Cuando se habla mal de los muertos con
quienes se han compartido éxitos, fracasos y crisis, es derrapar en la más
penosa de las irrespetuosidades, dejando en la gente la duda si la amistad de
entonces no era otra cosa que un calculado ejercicio de la hipocresía, o de la
momentánea conveniencia.
Las autobiografías, las memorias autorizadas
o el simple anecdotario, suelen ser, más que trozos de cualquier historia personal,
veladas demandas de indulgencia.
Pero es preferible pedir perdón en vida
tanto de uno, como de quienes marcaron a fuego tu existencia.
LOS
AEROREMISSES
Habría que ver, en el caso que un argentino
carenciado necesite ser trasladado para su salvación de un mal, a Europa,
Estados Unidos o Australia, si el Estado nacional se hace cargo del viaje
alquilando un avión.
O que un marginado del norte demanda una
atención especializada no tan lejos sino en Buenos Aires, para ver si el
dispendioso ministro habilita los fondos necesarios.
La verdad, habría que preguntar para qué
sirve o servirá este viaje oficial y privadísimo a Australia, más allá que para
mostrar la hilacha nacional del desprecio por el respeto, y la gracia de
aparecer en la protocolar foto conjunta
haciendo gracias con las manos.
En el exterior necesitamos recuperar una
imagen que para nada nos favorece, y no ponernos en evidencia como
subdesarrollados, secos y llenos de deudas pero pícaros y distendidos.
Realmente, haber gastado lo que se malgastó,
habiendo vuelos comerciales que hacen el mismo trayecto por cinco mil dólares
viajando en clase turista, como el presidente uruguayo, es un síntoma
inequívoco que la fiesta continúa, aunque crezca la inflación, los sueldos
pierdan su poder adquisitivo, la desocupación se incremente y las reservas
caigan para bajar el blue.
Cuatro aviones, cuatro vuelos, para menos de
diez personas, todo a un costo sideral que el país no está en condiciones de
afrontar, más que un desatino es una lamentable demostración de soberbia.
Es el típico aquí mando yo y gasto lo que
quiero, como alguna vez supiera decir Galtieri.
Total para pagar caprichos y exageraciones
están los impuestos, el único instrumento nacional y popular que cuenta con millones
y millones de rehenes.
Aparte de toda esta puesta en escena con la
presencia de Kicillof en Australia, ¿alguien se refirió, allá y hasta ahora, al
tema de los fondos buitre?
Esa es solo una cortina de humo íntimamente
argentina.
MÁS
SOBRE LA MEGACAUSA
La prisión preventiva, o
detención de una persona que aún no ha sido juzgada y que debe gozar de su
derecho fundamental de libertad, es una medida de carácter absolutamente
excepcional que puede utilizarse sólo para evitar la fuga del sospechoso o el
entorpecimiento del proceso penal, siempre y cuando existan firmes indicios de
su culpabilidad.
Opinar sobre la correcta aplicación de la
medida en casos particulares es difícil si no se conocen en profundidad los
detalles de la causa y sin embargo, en el caso del Registro, existen datos
objetivos que generan cuestionamientos.
Primero, el
número de personas detenidas porque si la Real Academia
Española define el término excepcional como “algo que ocurre rara vez” y en
esta causa la prisión preventiva se aplicó en más del 60% de los imputados,
¿eso es excepcional?
Segundo, la finalidad, dado que si sólo sirve
para evitar la fuga o el entorpecimiento de la investigación en personas
con indicios de culpabilidad y los imputados fueron detenidos años después,
cuando les había sobrado el tiempo para huír, y bajo la excusa de
investigarlos para encontrar pruebas, ¿esa es la verdad?
Tercero la duración, porque si el tiempo no
debe ser mayor a dos años para no convertirse en una condena y muchos
llegaron a cumplir tres años en prisión sin haber llegado aún hoy a juicio, o
sea, sin saber si son culpables o inocentes, ¿eso es razonable?
Si además, amparándonos en la igualdad ante
la ley, comparamos con situaciones como la de Ricardo Jaime quien no fue
detenido pese a que sí había huido, o la de Marcelo Falo quien tampoco lo fue,
pese a que las pruebas sí eran concretas y claras, no escapa al más mínimo
sentido común que en esta causa, la prisión preventiva fue desviada de su
verdadera función, y lo que todavía no sabemos es por qué.
La verdad, esta megacausa sigue sumando
misterios.
POLITICA
Y FARÁNDULA
Tanto se han acercado la política y la
farándula, que ahora es un tema que se toma con naturalidad, lejos de los
escándalos que años atrás provocaban situaciones con tales características.
Lejos quedaron las calificaciones de
sainete, tramoya o conventillo porque la realidad y el paso de los años se han
encargado de otorgarle naturalidad a esa relación que antes era prolijamente
ocultada, entre miembros de la dirigencia
política y pulposas exponentes del varieté.
La mediatización globalizada tiene esa
característica de acercar posiciones que antes aparecían como antagónicas,
cuando era pecado mortal mezclar las actividades de ellos con las bambalinas,
las pestañas postizas, las siliconas o el conchero de ellas.
El candidato y la vedette, si se aman y han
jurado estar unidos hasta que la muerte los separe, aparte de ser una
incitación al crimen según Fontanarrosa, bien puede ser tomado como un
compromiso a cumplir por ambas partes y
nadie tiene derecho a ser agorero.
Tampoco es elegante apelar a las
estadísticas, porque los amores pasajeros ganan por goleada así la situación de
pareja sea con papeles, apalomamiento, vacaciones en el Caribe o departamento
compartido en Puerto Madero.
El crecimiento y la consolidación del
gaterío y la lujuria, son una consecuencia indirecta del éxito de la
tinellización de la tevé, y está visto que no hay político que se resista al
imán promocional que significan unos minutos de fama en la pantalla chica,
horario central, de uno de los programas más vistos.
Las parejas que han surgido de esa usina
mediática, si existe amor de por medio, en nada se diferencian de las otras que
nacen en un baile, en las redes sociales, en la calle, en la cola del
supermercado o de una reunión de amigos.
La única diferencia es que a veces se
transforman en cuestiones de Estado, un Estado que no está para circos.
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