2 de noviembre de 2014

S.L.B. 02-11-14 - EPEC Y LAS RAMAS - LOS GAYS ÑOQUIS, LOS NIÑOS Y EL CANCER - TAXISTAS PEDIGÜEÑOS - ALFONSIN Y 31 AÑOS DE DEMOCRACIA - LA MEGACAUSA Y COMENTARIOS DEL PAPA - TASA VIAL, UN ABUSO - MAS HECHOS DELICTIVOS ESCONDIDOS - FRONTERA, ZONA LIBERADA, ETC.



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 02-11-14 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.


EPEC, LAS RAMAS Y EL RAMÓN



   Siempre que hay una desgracia no todo es tristeza porque el sufrimiento de muchos suele ser la satisfacción de los menos.
   Las casas que comercializan electrodomésticos ligaron de rebote la tortura anual de los cortes de energía y el restablecimiento del servicio, que suele ocasionar daños irreparables en los aparatos domésticos, que la propia EPEC, responsable de esos cortes, es remisa a reconocer y afrontar, porque nadie imagina el tramiterío al que deben someterse los afectados para gestionar la reposición de lo inutilizado.
   Y eso que estamos promediando la primavera …
   Con los primeros calorcitos, lógicamente saltaron los tapones de la EPEC y nos abrumaron con cortes sin preaviso, lo que generó un sinnúmero de problemas no tan solo en los hogares sino en los negocios, en el tránsito y en otros puntos de la actividad ciudadana.
  Y como diría Galtieri, scotch en mano: ¡que venga el veranito!
  En un encuentro casual con periodistas, el gobernador buscó desdramatizar la situación, apelando a su campechana costumbre de adaptar lo que conmueve o enoja, al humor de su particular cordobesismo que en campaña busca aporteñarse.
   Citó al Negro Alvarez y su archiconocido cuento “del ramón”.
   No hacía falta, doctor.
   A ese cuento ya lo conocemos.
   ¡Ah…! Y a los suyos también.

LOS GAYS ÑOQUIS, LOS NIÑOS Y EL CANCER



   Ha sido una patética y censurable demostración de desprecio.
   No es un acto de discriminación ni nada parecido, repudiar la condición de ñoquis de una pareja homo que desde tiempo atrás viene haciendo bandera con su condición sexual y tratando de inspirar lástima por ser ambos portadores del HIV.
   Los niños no pueden evitar el cáncer, pero los adultos saben cómo esquivarle al peor flagelo de estos últimos tiempos.
   Esa es la enorme, penosa, politizada y lamentable diferencia, cuando evaluamos de qué manera el Estado interviene -directa o indirectamente- en salvaguardar la calidad de vida de sus ciudadanos.
   Los chicos seguirán padeciendo la quimio y la sorpresa de verse pelados.
   Ellos, los "protegidos" por altos funcionarios y sostenidos por la segunda autoridad del país, no dejarán de hacer caritas, de frecuentar los programas de la televisión chismosa y de pretender justificar el evidente e impune robo que le hacen a las arcas nacionales ... y populares.
   Mientras los apadrinados por el poder juntan por lo menos 50 mil pesos mensuales, que es lo que reciben como sueldo, para la atención de los nenes con cáncer está vigente por parte del Hospital Garrahan una campaña de juntar tapitas de gaseosas.
   ¿Habrá algún legislador o legisladora nacional por Córdoba, que aunque solo caliente su banca en el Congreso, proyecte una humana solución a este drama?
 
TAXISTAS PEDIGÜEÑOS

   Es más o menos como si yo tuviera un kiosko donde cargo tarjetas para el transporte, cuyo poder concedente es de la Municipalidad, y pidiera que para fin de año me pagaran un bono de dos lucas.
   Los taxistas exigieron eso, aduciendo que como dicho servicio está regulado por la muni, les correspondía pese a que ni siquiera el gremio de Daniele reclamó ese beneficio.
   A la exigencia, que incluyó la consabida marcha con sus vehículos que provocó oootro de los acostumbrados caos urbanos a los que nos hemos acostumbrado, la planteaban los choferes y no los propietarios de los coches.
   Ridículo como Tarzán con medias o absurdo como un pejerrey con caspa.
   Si esos trabajadores del volante creen ser acreedores de esa suma, que se la reclamen a sus patrones, dueños de las unidades, que viven alternando pedidos de aumento, la baja de la cantidad de pasajeros, el llanto emergente y la espera que el incremento sea parte de la rutina ciudadana.
   Ellos, los que tienen uno, dos, tres o más autos, están en condiciones de pagar ese bono, porque como bien se sabe una chapa de taxi, escuche bien, se cotiza por lo menos a tres veces lo que cuesta el vehículo.
   Eso, nos hace suponer que se trata de un buen negocio.
   Porque si no lo fuera, tratarían de deshacerse de las chapas a cualquier precio y cambiarían de actividad.
   ¿Quiénes regulan el servicio a su antojo cuando llueve, cuando hace mucho calor o cuando castiga el frío?
   Lo hacen los dueños, según dicen para preservar el coche.
   Entonces, si los choferes quieren el bono, que escrachen a sus patrones y eviten crear en la ciudad más caos del que padecemos.
   Son los pasajeros los que los alimentan, tanto a dueños como a choferes de taxis.
   Hagan entonces lo posible, para conservarlos y mimarlos.

ALFONSIN Y 31 AÑOS DE DEMOCRACIA



   Mire… es casi lo mismo que dije el año pasado y por lo tanto es una confirmación de mis principios democráticos.
   No quiero ser emotivo ni sensiblero, pero  alguien debiera decirles a los jóvenes cuál era el escenario en el que le tocó actuar a Raúl Alfonsín cuando enjuició a los genocidas, que todavía tenían  poderío bélico y apoyatura financiera  como  para  apoyar  su nostálgicos y autoritarios caprichos.
   Ya en la lona cualquiera podía mojarles las orejas, descolgar sus retratos y abrumarlos en los tribunales de la democracia con justas y merecidas perpetuas.
   Pero no es para alardear de valentía, de coraje cívico ni de otros maquillajes con los que se cubren las dudas, pensar en los renuncios y las complicidades del pasado.
   Un país que clama por paz no puede ser el terreno fértil para los guerreros de cartón ni los justicieros tardíos.
   Es necesaria la unión de todos, como lo alentaba Alfonsín, aunque le quemaran un ataúd con sus banderas, lo acusaran de claudicar en Semana Santa, consentir la ley de punto final o instaurar una economía que los aprovechados de siempre utilizaron en provecho propio.
   ¿Para qué abundar en mayores detalles si el mejor testigo es la historia?
   ¿Por qué degradar su recuerdo si dejó el poder siendo más pobre que cuando lo asumió?
   ¿Por qué algunos ofenden su memoria hacia quien nos hiciera vibrar una argentinidad que creíamos perdida?
   Es por eso mi homenaje que de ninguna manera es partidista sino personal y cariñoso, a un hombre que 31 años atrás fuera un artífice en la recuperación de la democracia y que nos gobernara sin franelear la Constitución, porque le bastó solo con el Preámbulo para hacernos rezar la oración cívica más conmovedora que pueda recordar.
   Si hay algo que sintetice todo lo que hizo Alfonsín por la democracia, se lo digo en pocas palabras, que me cambiaron la vida.
   Hizo que perdiéramos el miedo a ser libres.
   Eso solo de por si, ya fue y sigue siendo una enormidad.
   Porque al seguir su vida, su lucha, su compromiso, su decencia, su modestia y su viaje a la eternidad, alcancé a valorar y comprender, por haber vivido esos años y no tocar de oído, lo que es la inmortalidad de los héroes.
   Y el respeto, sin banderías políticas, que tanto merecen los próceres.

LA MEGACAUSA: PALABRA PAPAL

  El Papa Francisco se reunió con una delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal dirigiéndoles un duro discurso en contra de la condena a perpetua, la pena de muerte, la tortura y la esclavitud.
   En el contexto del tema que nos ocupa cada domingo el Pontífice hizo referencia a la prisión preventiva, a la que calificó como otra forma contemporánea de penas ilícitas, ocultas tras un halo de legalidad, que en forma abusiva opera como adelantamiento de la pena, previa a la condena.
   Consideró que esta situación es particularmente grave en América Latina, donde el número de presos sin condena oscila entre el cincuenta y el setenta por ciento, contribuyendo a un mayor deterioro de las condiciones de encierro y creando un problema tanto o más grave: el de los presos sin juicio, condenados sin que se respete el debido proceso.
   El Papa reprobó duramente la corrupción, que es posible por la connivencia del poder y afirmó que el castigo penal es selectivo, como una red que atrapa sólo a peces pequeños, persiguiendo llamadas telefónicas a familiares desde el lugar de trabajo o el hurto de hojas de papel usadas en lugar de las grandes defraudaciones contra la administración pública.
   Francisco exhortó a los juristas a limitar y contener esta irracionalidad, subrayando que es una tarea difícil, en tiempos en que muchos jueces y operadores del sistema penal son coaccionados por algunos políticos inescrupulosos y sin embargo, quienes tienen tan altas responsabilidades están llamados a cumplir con su deber, puesto que no hacerlo pone en riesgo vidas humanas.
   Concluyó que el respeto a la dignidad humana debe ser el límite a cualquier arbitrariedad y exceso por parte de los agentes del Estado. 
   Abuso de prisión preventiva, condena sin respeto al debido proceso y persecución de llamadas telefónicas sin buscar a los grandes culpables es lo que ya se ha visto en la causa del Registro. 
   Ahora, como el Papa lo pide, entre nosotros y aquí en Córdoba es hora de limitar la irracionalidad, cumplir con el deber y respetar la dignidad humana para no poner más vidas en riesgo.

LA TASA VIAL, UN ABUSO  



   Realmente es para pensar dos cosas: estamos hasta las manos con la deuda provincial, o en el presupuesto alguien se olvidó de incluir los enormes costos de la necesaria, postergada e imprescindible obra pública.
   De lo contrario, no habría explicaciones primarias dentro de mi ignorancia en economía, para la aplicación de un sobreprecio a los combustibles que venimos padeciendo desde hace tiempo, como para solventar dos aspectos íntimamente ligados: la superación de ese atraso y las ansias presidencialistas de nuestro gobernador, que estamos pagando todos, nos guste o no el candidato.
   Esto se asemeja al mal entendido sentido de la caridad que aplican varios cultos religiosos, que es ayudar al prójimo en nombre de ellos, pero con dinero ajeno.
   Dirán que sería una queja mísera protestar por 40 centavos de más en cada litro de combustible, pero parece que eso tampoco alcanza, a la hora de evaluar la enorme cantidad de falencias en educación, en vivienda, en atención de la salud, en seguridad, en desarrollo vial, en actualización tecnológica del suministro eléctrico y en otros sensibles aspectos de la vida ciudadana.
   ¿Saben cuál es la bronca?
   Muy simple: que parece que el dinero de la provincia solo alcanza -y sobra- para el pago de la permanente campaña proselitista, la contratación de consultores y empresas consultoras y la publicidad no tradicional en los costosos espacios de la televisión porteña.
   Como será la pobreza provincial, que De la Sota les escamotea a los jubilados su actualización de haberes por seis meses y después los clava porque ni siquiera les reconoce intereses.
   Con esta especie de usura institucionalizada pero al revés, no está equivocada la Sra. Presidente cuando cuestiona la absurda aplicación de la tasa vial.
   Seguir cobrándola, no deja de ser un lastre al presidenciable cordobesismo.

ASALTO AL LAMONACA Y OTROS HECHOS

   El violento asalto a un asilo de ancianos ya ni siquiera nos ha sorprendido como sociedad, tal lo acaecido en el Hogar Padre Lamónaca de San Vicente.
   Como si ese hubiera sido un hecho aislado, que por el lugar donde ocurrió era imposible de ocultar, lo que para la mentalidad de la conducción policial y el enfoque político, equivale a marginarlo o no de las estadísticas delictivas.
   Sin embargo y para que la gente se vaya enterando, ni una palabra se dijo acerca de tres hechos puntuales que certifican, como si hiciera falta, que estamos viviendo en la más absoluta y peligrosa de las desprotecciones.
    El jueves pasado a mediodía hubo un asalto a mano armada en un bar ubicado en Castro Barros y Palestina, a dos cuadras de la comisaría novena, donde los ladrones aplicaron una inédita modalidad que los fruncidos estudiosos le llaman “modus operandi”: llegaron portando tarros de pintura y en su interior llevaban las armas de puño.
   El otro viernes a las 13, un violento tiroteo en Dean Funes al 800 con motivo de un hecho delictivo, y el domingo anterior, entre mediodía y las 4 de la tarde, rompieron las rejas y desvalijaron una vivienda en la avenida O’Higgins.
   Los ladrones tuvieron impunidad para llevarse todo en una camioneta por lo menos después de romper las ventanas del frente, y parece que en ningún momento pasó por allí una patrulla a la que algo le llamara la atención, mientras los ladrones tranquilamente cargaban televisores, computadoras, bolsas con ropas y otros efectos.
   Es brutal y tendencioso el negado crecimiento de la cantidad de hechos delictivos, cada vez más violentos.
   ¿Qué hace la policía, obviamente cumpliendo órdenes?
   Se concentra en las comisarías y es común ver frente a ellas a cinco, seis o más vehículos de la fuerza estacionados, cuando lo imperioso es patrullar para prevenir con la sola presencia.
   Es ridículo que ellos estén quietos, y los únicos que se muevan sean  los cacos, que están ganando por goleada.
   Y los que perdemos somos los cordobeses, entre rejas cada vez menos seguros, mientras los delincuentes andan sueltos, a sus anchas y libres.
   ¿Algún periodista de Buenos Aires, estará enterado de la realidad cordobesa en materia de inseguridad?
   Al verlos conversar con el presidenciable, parece que no.

FRONTERA, CON LA GENDARMERIA

   Lo que sucede en los límites del cordobesismo hacia el Este se venía vislumbrando desde tiempo atrás, ante el enorme crecimiento del narcotráfico por aquellas latitudes.
   Un juez federal hizo la punta al hablar de una zona liberada -como tantas que hay-  pidiendo la presencia de la Gendarmería Nacional en la localidad de Frontera, provincia de Santa Fe, separada de la parte cordobesa por una avenida.
   ¿Por qué esa enquistada costumbre de considerar con descalificativos a cualquier fuerza armada?
   Aunque la historia nos indique el dolor de la memoria por los negros años de la dictadura, es hora de mirar hacia adelante con generosidad, sin las mezquindades que a veces aportan el fanatismo, las  ideologías y los revanchistas.
   Si la policía no sabe, no puede o no quiere actuar, es un homenaje a la seguridad ciudadana buscar la manera de proteger a la gente e intentar controlar un comercio que crece por inacción oficial, o por un maligno y vomitivo juego de intereses.
   Dejemos que los gendarmes hagan lo suyo y si los corona el éxito, lo celebremos expandiendo el ejemplo sin dejar de lado la obligación cívica de exigir un castigo, para los responsables de haber llegado a este estado de cosas.
   Con el narcotráfico, el borrón y cuenta nueva no existen.

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