Desgrabación de comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 30-11-14
emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
ANIBAL FERNÁNDEZ Y LA SERIEDAD
San Agustín solía decir: “Sin la justicia,
¿qué son los reinos sino una partida de salteadores?”
En tanto, Santo Tomás sentenciaba que “La
corrupción de la justicia tiene dos causas: la prepotencia del poderoso y la
astucia del sapiente. La astucia del sapiente que le demora los juicios
indefinidamente y, por supuesto, muchas veces la prepotencia del poderoso que
impone condiciones”.
Son tan curiosas y hasta maquiavélicas
algunas actitudes de los políticos que suele ser necesario acudir más que a las
leyes, a la imaginación en el afán por descubrir sus intereses, tramas e
intencionalidades que por lo general son poco santas.
Existen denuncias, presentación de
fundamentos, probanzas y otros detalles que hacen a la seriedad del planteo que
involucra en un caso particular a la máxima autoridad del país, aunque una de
sus principales espadas sostenga que en ningún país serio del mundo allanarían
una propiedad presidencial, y allá él con su concepción de la seriedad.
Aníbal Fernández incurre así en la
imprudencia de certificar una inocencia que técnicamente no le consta, con el
agravante de ubicar a su patrona en una posición de privilegio con relación al
declamado concepto que todos somos iguales ante la ley.
Pero si dejamos de lado esos movimientos
chicaneros tanto de un sector como del otro, nos debe quedar un terreno libre
de sospechas y suspicacias; de condenas y de absoluciones; de intrigas y de
manoseo mediático, para dejar el asunto en manos de una Justicia que para el
poder, en algunos casos es confiable y en otros, la peor de las defraudaciones
a la fe pública según sean sus dictámenes.
No es una injuria a la investidura de nadie
si de someterse a la Justicia
se trata, porque si se sostiene inocencia nada mejor que permitir consolidarla
a través de una justicia democrática alejada de ese fantasma de la dependencia
política que también según el caso se le endilga.
Descalificar a quienes administran justicia
bien puede ser tomado por algunos sectores antagónicos al poder central, como
algo cercano a una confesión de culpabilidad, y eso no le hace bien a la República, a la sociedad
ni a las instituciones.
La verdad es por lo general una victoria
sobre los tiempos de la falsedad y del embuste, porque si evocamos la sapiencia
de Sófocles, coincidiremos sin dudas ni vacilaciones con su pensamiento acerca
que “una mentira, nunca vive hasta hacerse vieja”.
AGUINALDO:
HISTORIA Y DECADENCIA
Dicen los entendidos que aguinaldo es una
palabra de origen español, deformación de la expresión latina “ac in anno” (en
este año) que se le dio el significado de "regalo que se otorga en Navidad
o en la fiesta de la Epifanía”.
La verdad sea dicha, el primer aguinaldo en Argentina se promulgó allá por 1924 ¡90 años atrás! en Jujuy.
El 19 de abril el Colegio Electoral consagró como gobernador de Jujuy a Benjamín Villafañe , con el apoyo de una coalición de radicales disidentes con Yrigoyen y un importante grupo de la tradicional dirigencia conservadora.
El 30 de setiembre del mismo año los diputados Jorge Villafañe y Arturo Palisa Mujica presentaron un proyecto de ley que disponía el pago del aguinaldo a todo el personal de la administración pública, quedando excluidos tanto el gobernador como el vicegobernador de la provincia.
Tras un breve debate el proyecto quedó aprobado por unanimidad y convertido en ley que acordaba medio mes de sueldo, imputando el pago a rentas generales, lo que motivó críticas de algunos diarios de la Capital Federal que consideraban que la medida tenía un claro sentido demagógico.
La verdad sea dicha, el primer aguinaldo en Argentina se promulgó allá por 1924 ¡90 años atrás! en Jujuy.
El 19 de abril el Colegio Electoral consagró como gobernador de Jujuy a Benjamín Villafañe , con el apoyo de una coalición de radicales disidentes con Yrigoyen y un importante grupo de la tradicional dirigencia conservadora.
El 30 de setiembre del mismo año los diputados Jorge Villafañe y Arturo Palisa Mujica presentaron un proyecto de ley que disponía el pago del aguinaldo a todo el personal de la administración pública, quedando excluidos tanto el gobernador como el vicegobernador de la provincia.
Tras un breve debate el proyecto quedó aprobado por unanimidad y convertido en ley que acordaba medio mes de sueldo, imputando el pago a rentas generales, lo que motivó críticas de algunos diarios de la Capital Federal que consideraban que la medida tenía un claro sentido demagógico.
Más de 20 años después, el 20 de diciembre
del ‘45 el secretario de Trabajo y Previsión de la Nación, Domingo Mercante,
anunciaba el dictado del decreto 33.302/45, por el que se otorgaba un aumento
de sueldo generalizado llamado Aguinaldo o sueldo anual complementario.
Esta normativa sin dudas estaba escrita por la voluntad del entonces coronel Juan Domingo Perón que, aunque había perdido desde el 9 de octubre de 1945 aparte de su libertad por ocho días, todos los cargos públicos que ocupaba (secretario de Trabajo, ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación), sus criterios eran escuchados con atención desde el más encumbrado nivel, debido al sesgo peronista que ostentaba el gobierno del entonces presidente de facto general Edelmiro Farell.
Esta normativa sin dudas estaba escrita por la voluntad del entonces coronel Juan Domingo Perón que, aunque había perdido desde el 9 de octubre de 1945 aparte de su libertad por ocho días, todos los cargos públicos que ocupaba (secretario de Trabajo, ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación), sus criterios eran escuchados con atención desde el más encumbrado nivel, debido al sesgo peronista que ostentaba el gobierno del entonces presidente de facto general Edelmiro Farell.
Tal es la historia de ese sueldo tan ansiado
por la masa laboral del país, que durante los gobiernos peronistas se fortalecía
con los masivos regalos de sidra y pan dulce y de juguetes, que se entregaban
en las oficinas del correo a lo largo y ancho del país.
Los tiempos y el peronismo han cambiado,
incorporando incluso el estilo camaleónico, para vestir precisamente de
peronismo a otras corrientes de pensamiento meramente populistas
A veces la crisis no respeta historias,
antecedentes, sacrificios ni luchas sindicales.
El aguinaldo ahora, a esta altura partido
por la mitad llega con muletas a nuestros bolsillos, después del artero ataque
de ese despojo que le llaman impuesto a las ganancias.
La verdad, sería conveniente que alguien
pensara en reclamarle al gobierno, para que vuelva a ponerse la camiseta de
Perón, ya que no es del todo correcta ni respetuosa la forma de usar sus
banderas.
Socialmente justa, económicamente libre y
políticamente soberana, es solo nostalgia e historia antigua.
“CHESPIRITO” NOS DEJÓ
Esa maravillosa escenografía que nos regalaba
la televisión mejicana en cada capítulo de El Chavo no era en verdad una
escenografía, sino el retrato de una realidad social que allá se vivía y que
por trabajar en el Distrito Federal, tuve el privilegio de tocar y sentir.
Era,
en pocas palabras, la versión azteca del conventillo.
Todo
esto, solo para decir que Chespirito Gomez Bolaños tuvo la grandeza de
mostrarlo con sinceridad, ternura e inocencia, no como reclamo por las
carencias sino como pintura de un paisaje urbano con sus arquetipos y modelos.
El
Chavo dejó su barril.
Nadie
pudo defenderlo de sus males ni de sus años.
Seguramente lo venía sospechando desde un principio.
Se
fue con toda su grandeza, su humildad, su mensaje sin agresiones ni golpes
bajos, como únicamente pueden hacerlo aquellos dotados de estatura espiritual.
Un
humor incontaminado de sexo, política, intrigas u otras porquerías le enseñó al
mundo que es posible hacerlo, incluso remando contra una inicial corriente mercantilista
regida por su majestad el negocio.
El
Chavo universal no fue ni es solo un personaje, sino la encarnación del
sufrimiento, la solidaridad, la inocencia y el mensaje de esperanza dentro de
todas sus carencias y su orfandad.
Deja
para los tiempos un legado enorme, como enorme fue su humana y famélica estampa
de anti héroe.
Quedamos
nosotros, los tantos millones y millones que todavía gozamos con sus
ocurrencias, sus travesuras, su candidez y muchas de sus frases que hace rato
ya son parte de la historia.
Es
por eso que nosotros lo seguimos, creyéndonos buenos.
Que
descanse en la paz que merece por todo lo que a lo mejor sin saberlo, nos supo
inspirar.
SUBSIDIO DE LA DISCORDIA
Sin
llegar a lo que sería una imperdonable discriminación,
se me ocurre que desde el poder nos llevan a
esa delgada cornisa entre la necesidad, la elección sexual y cierta inclinación al vicio.
¿Por qué no a los
rengos?
¿Por qué no a los
obesos mórbidos?
¿Por qué no a los
visualmente disminuidos?
¿Por qué no a los
hipoacúsicos?
¿Por qué no a los
enfermos terminales?
¿Por qué no a los
negros que les rechazan el curriculum?
Hay veces que la
vocación inclusiva invade terrenos cenagosos y en su afán por sumar masivas
adhesiones, levanta la polvareda de la indignación y la perplejidad en la
gente, que vive esperando otro tipo de medidas que realmente beneficien y no
que sirvan para ahondar distancias entre sectores de la comunidad.
Los jubilados
nacionales en un porcentaje superior a la mitad, están cobrando muy por debajo
no tan solo de la línea oficial de eso que es la pobreza aunque desde el poder
se niegue su existencia, sino de un mínimo y sacrificado sentido de la
dignidad, lo que en cualquier país serio (Aníbal Fernández dixit) se llama
exclusión social.
No se trata de llegar a
lo que sería una clara e imperdonable discriminación y se me ocurre que nos
llevan a transitar por esa delgada cornisa que abierta o veladamente, existe
entre la real necesidad, la elección sexual y cierta inclinación al vicio.
Es posible que la
instrumentación de ese beneficio, si es que finalmente se otorga, sea solución
para algunos independientemente de los efectos que provoque, pero siempre ha
ocurrido que jamás está ausente el componente demagógico en la aplicación de
cualquier tipo de subsidio.
La posición personal de
atacar ese proyecto, en este caso, no camina en contra de una medida que asoma
ya como elemento de marketing incluido en una campaña proselitista que
sutilmente -o no- se inició tiempo atrás.
Se busca si, la
justicia, la equidad y el sentido de las prioridades a la hora de mejorar la
situación de algún sector en particular, y son los postergados jubilados
nacionales quienes largamente merecen una reivindicación por sus angustias y
privaciones.
No es una cuestión de
fobias ni marginaciones.
Solo se trata de
respeto, de cariño y de agradecimiento a quienes tanto dieron de sí, y jamás
hicieron ninguna marcha por su ajado orgullo.
NOVEDADES EN LA MEGACAUSA
Ricardo Tozzi es oriundo de Marcos Juárez y
fue imputado en la megacausa y detenido
en abril del 2011 junto a otros
como Juan Carlos Fraga, Roque Finos y varios más.
Aparentemente se trata de un campo comprado
de buena fe con informes en regla del Registro, aunque lo irregular fue en
realidad, como en tantos casos, el abuso de la prisión preventiva.
Todos ellos estuvieron en prisión hasta
completar el máximo de tres años y salieron en libertad sin haber ido a juicio.
En el caso de Tozzi, por el fallo de la Corte fue liberado unos días antes de cumplir los
tres años.
Lo
que uno cuestiona es esta prisión innecesaria, ya que el Poder Judicial tiene
que investigar y llegar a las últimas consecuencias pero con las personas en
libertad.
El juicio iba a comenzar este
lunes pero lo han suspendido ante
una solicitud en tal sentido.
Tozzi ha presentado con Fraga varios
recursos ante la Corte
Suprema por las irregularidades de la prisión preventiva y de
la comisión especial para juzgar.
Debo aclarar, para que nos entendamos mejor,
que 36 meses son los dos tercios de 54 meses, que equivale a 4 años y medio, lo
que significa que estas personas ya han cumplido una condena de 4 años y medio
sin haber siquiera sido juzgados.
El Sr. Tozzi está en línea.
NOTA: el audio del reportaje
está en la pestaña respectiva de esta misma edición, al costado superior derecho
del blog.
¿”COUCHING” O SECTAS?
Por allí uno se entera de la existencia de
mecanismos destinados a la elevación de valores humanos en el seno de
organismos, de empresas o de cualquier otro tipo de asociación integrada por
personas; por individuos.
En un
tiempo no lejano eran considerados “los gurúes de la economía”, designación
algo exagerada a la luz de los magros resultados obtenidos en la mayoría de los
casos dentro de ese escabroso terreno.
Después pasaron a ser consultores, siempre apadrinados por la
desorientación de cierto nivel del empresariado que buscaba soluciones casi
mágicas a sus problemas, sobre todo en materia de comunicación y relación
humana entre la cúpula y sus mandos medios, y de estos hacia el personal raso.
Y
como en todos los órdenes de la vida, una vez masificado el negocio, surgieron
los imitadores que en muchos casos y para aportarle un toque “fashion”, se
inclinaron por aplicarse el término “couching” que traído a nuestro rico idioma
equivale a entrenador, con la acepción de acompañante.
Dicen
que el
couching ontológico es una disciplina profesional que tiene como fin acrecentar
la capacidad de logro de las personas y equipos de trabajo, y es el arte de
trabajar con los demás para que ellos obtengan resultados extraordinarios y
optimicen su desempeño.
Hasta allí vamos bien hasta que la viveza criolla masificó esa práctica,
que en muchos casos está llevada por gente no del todo capacitada, que
transforma eso que bien puede ser una buena intención, en un peligro.
¿Por qué puede ser un peligro?
Un estudioso de estas cuestiones, el siquiatra Ronen Falcón, a quien
apenas podamos lo tendremos en este espacio, sostiene que tiende a ser una
técnica de lavado de cerebro, cuando al individuo se lo vacía de contenidos y
de su forma de pensar para darle, precisamente, contenidos nuevos y nueva
metodología de pensar.
Y surge entonces el ejemplo de la rata en el laberinto que nunca va
hacia atrás, sino que encara a lo desconocido.
Resumiendo y de esto me hago cargo, que por la forma de reclutar para
integrar esos grupos con hábitos de secretos y misterios sin revelar, lo que
tiende a la incorporación de nuevos adeptos o adictos, pasa a ser una secta, un
circuito para recaudar, sin religión y sin política.
En salvaguarda de la salud mental, de la seriedad y como protección para
esos empresarios desorientados y estresados, que prefieren derivar sus
problemas a los chantas, alguien debiera regular una actividad como ésta, tan
permeable a la defraudación por culpa de los improvisados o portadores de
diplomas de fantasía.
De pícaros, los argentinos ya estamos hartos.
29 TESTIGOS DE LA HISTORIA
Hace poco tiempo quedó integrada en Córdoba la
asociación “29 testigos de la historia” conformada por los que fuimos testigos
presenciales y protagonistas, en mucha medida, no tan solo del Cordobazo sino
de todos los otros acontecimientos sociales cercanos a esa manifestación
popular.
El
propósito de la entidad es fundamentalmente preservar los archivos gráficos,
radiales y de imágenes tanto de cine como de televisión, registrados durante
aquellos episodios.
Oportunamente cuando el caudal documental lo imponga, se elaborará un
documental que reviva las históricas gestas, con testimonios de quienes participaron.
Y de
paso y ya que estamos, roguemos que esta intención sirva para poner en claro
algunas situaciones, que los infaltables tocadores de oído, que por entonces no
eran ni espermatozoides y ahora pretenden transformarse en fiscales, jueces,
defensores o verdugos del desempeño periodístico en aquellos difíciles años,
digamos hasta la recuperación de la democracia.
Es
para suponer también que “29 testigos de la historia” no tendrá colores
políticos ni permitirá la intromisión de ninguna corriente partidista que
ahora, que estamos a un paso del año electoral, busque posicionarse en propio
beneficio.
La
seriedad y grandeza del proyecto, así lo imponen.
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