22 de junio de 2015

Concejo Deli (be) rante------------------------

ANTE LA ACEPTACION MASIVA DEL
YOGA, HABRIA TEJIDO Y BORDADO
En el Concejo Deliberante, como no hay otra cosa
que hacer, iniciaron un ciclo de yoga que persigue
el propósito de desestresar a los empleados. Y los
ediles, según reaccione la gente, se plegarán o no.

   Técnicamente y Google mediante, Yoga es “Doctrina filosófica hindú de los adeptos al brahmanismo que se basa en las prácticas ascéticas, el éxtasis, la contemplación y la inmovilidad absoluta, para llegar al estado de perfección espiritual y al estado beatífico”. 
   También sentencia que “Si pensabas que el yoga es todo acerca de flexión y torsión del cuerpo en formas extrañas, es el momento de repensar. Yoga es mucho más. En palabras muy simples, darle atención al cuerpo, la mente y la respiración, eso es yoga. Esto significa que esta práctica milenaria incluye: posturas de yoga (asanas), técnicas de respiración (pranayama) y meditación. 
   A través de ellos el cuerpo, la mente y la respiración experimentan la unión en armonía, y ese momento es yoga. El Yoga trae la mente al momento presente, mejorando su claridad y su estado de alerta. Así, la mente se pacifica y puede lidiar con el estrés diario”.
   Una hora, una vez por semana, los empleados de la fábrica de ordenanzas para la ciudad podrán tener la disipación de esa exquisita práctica oriental porque seguramente el estrés los domina, los abruma y les agota la capacidad de trabajo y las defensas contra males tan perversos como la intoxicación de mates o el sobrepeso por exagerada y sostenida ingesta de criollitos, por lo general con abundantes componentes grasos o el temido hojaldre.
   El problema radica en la mala fama de muchos empleados -no todos- para quienes el puesto solo sirve a los efectos cobratorios mientras el cumplimiento de sus “obligaciones” se reduce a paseos por los shoppings, incursiones por los gimnasios, contemplaciones urbanas, discusiones políticas, análisis deportivos y asambleas para demandar mejores condiciones laborales.
   El Sr. Viceintendente en declaraciones radiales puso algo de oscuridad en el claro panorama. Dijo entre otras cosas que “no es malgastar la plata sino una inversión”, que la cuestión es voluntaria “y reduce el ausentismo” (¡!) y que “debe hacerse en horario laboral, bien temprano” y “no en horario de trabajo ni de sesiones”. Menos mal …
   Los cordobeses, de verdad, esperamos y merecemos otra cosa de la conducción comunal, más allá de las ideas alocadas y más emparentadas con el delirio y la mofa en la comunidad como lo es aportar situaciones que mueven más que a la censura, a calificar como frenéticos desvaríos a ciertas iniciativas que superan lo absurdo y risible para transformarse en patéticas.
   No se descalifica a la milenaria práctica del yoga ni a los profesionales que se estima están a cargo de cobrar por brindar su servicio.
   La única concentración que deben estimular en los empleados del cuerpo legislativo municipal, es la contracción al trabajo y el innegociable compromiso con los vecinos.
   Para eso están sus jefes, los ediles, que cobran suculentos sueldos, como para malgastar su tiempo en iniciativas inconducentes por lo ridículas.
   Mejor sería, si nos ponemos a ver las cosas con espíritu positivo, que se implementaran prácticas de bordado y tejido al crochet o con dos agujas, para masculinos y femeninas, incluyendo a los concejales que se quisieran plegar.
Gonio Ferrari

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