SE TERMINA LA
BUENAVENTURA, DE LA
NOCHE A “LA
MAÑANA”,DE QUIEN QUISO
GOBERNAR LA PROVINCIA
DE CÓRDOBA
Uno lo escuchaba y
era como Maradona que “se comía la cancha” aunque tuviera como oponente al mejor
de los marcadores y contara con un caudal de simpatizantes y seguidores que
-según lo anticipaba a los cuatro vientos- le aseguraban la victoria,
incluyendo los delirantes pronósticos de una “consultora” que ya lo ungía
triunfador y con el cetro en la mano.
Fracasó casi risueñamente cuando incorporó
el humor a su fórmula mostrando una patética imagen de improvisación en
desmedro de muchos políticos de raza que quedaron en el camino, mordiendo la
impotencia y la bronca de haber sucumbido no ante un “peso pesado” de sus
huestes, sino frente a un iluso y voluntarioso personaje que no midió la
realidad que le estaban vendiendo un tranvía en cuotas pero con seguro
descarrilamiento a fecha fija.
Derrapó queriendo manejar un diario y lo
chocó en la angurria de su propia ineptitud en el rubro, posiblemente por creer
que un medio periodístico exitoso es aquel que recibe más recursos, pero
dejando el tendal de trabajadores a los que había embriagado con promesas de
poder y de grandeza.
Años atrás, siendo legislador nacional, ya
se había rodeado de algunos especímenes excedentes de los movimientos armados
setentistas, en los que buscó asesoramiento y consejos, logrando orientación
política e ideológica para sus claras pretensiones de jugar en las ligas aún
mayores, porque la intendencia de la tercera ciudad cordobesa le tiraba de sisa
aportándole esa incómoda aunque dulce sensación de quedarle chica.
En honor a la verdad, no fue poca la obra
pública que encaró en su gestión con indudable beneficio para la población que
lo viera crecer, con lo que también hizo crecer su imagen (¿y su patrimonio?) que
más tarde tuvo un claro derrumbe electoral, allí donde las urnas no reciben
ninguna participación de las sumas “extras” que se logran a través de lo que se
muestra haber hecho.
Le venía esquivando el traste a la jeringa
hasta que alguien reflotó su relación con el bueno de De Vido, generoso a la
hora de santificar con partidas de dinero a quienes apoyaban el modelo nacional
& popular, le palmeaban la espalda y lo felicitaban por su honrada gestión,
sepultando en la ignominia del olvido a buena parte de su prontuario que ya
había superado al tamaño de la guía telefónica de Tokio y alrededores.
Un tal Alejandro Nieva, de la Auditoría
General de la Nación aseguró pocas horas atrás que “la corrupción en la obra
pública nacional iba de arriba hacia abajo”, señalando que hubo sobreprecios
cercanos al 150 por ciento, durante los años en que el Ente Intermunicipal Para
el Desarrollo Regional (Eninter) fuera administrado por Accastello, Martín Gil
o su exesposa y exintendenta de Villa María, la Sra. Nora Bedano.
“Desde
la Auditoría General de la Nación advertimos en numerosos informes sobre la
matriz de la realización de la obra pública que posibilitaba el pago de los
sobreprecios y la discrecionalidad que llevó a la corrupción que se está
viendo”, manifestó Nieva, quien le hizo una sugerencia a la expresidenta: “Yo
le recomendaría a Cristina Fernández que lea lo que tal vez no leyó o ignoró
durante todo este tiempo”, dijo el funcionario de la Auditoría General.
Las
sospechas se remontan al 2009 luego que un miembro del Tribunal de Cuentas
villamariense presentara una denuncia por los sobreprecios, que el Fiscal de
instrucción Gustavo Atienza arrumbó prolijamente en el archivo y los
intendentes afectados evitaban referirse a la cuestión especialmente ante la
Justicia, porque sabido era que así quedaban marginados de los planes a través
de los cuales recibían las partidas de dinero provenientes de la Nación.
Para citar solo aislados ejemplos, la cuadra
de pavimento cuyo costo el Eninder en 2010 fijó en 175.000 pesos su precio de
mercado era de 80.000 pesos; una rotonda de acceso entre Cruz del Eje y
Charbonier costó más de dos millones y sólo se construyó el 11 por ciento de la
obra y para refuerzo de infraestructura en el camino que une Alta Gracia con
Embalse se pagaron 49 millones de pesos y la obra aún no se inició.
Y el trasnochado amigo de los conventos y
devorador de scones, ex mano derecha de De Vido, Ing. José Lopez -experto en
lanzamiento de bolsos, próxima disciplina olímpica para la que ya Argentina
aseguró la medalla de oro- había anticipado esos cuantiosos fondos según los
últimos trascendidos. “Hicimos auditorías en todo
el país sobre el manejo de la obra pública durante el kirchnerismo y todos los
casos tienen la misma matriz. Había un sistema que no pudo ser ignorado ni
llevado adelante sin la decisión de las más altas autoridades del país; el
primero fue Néstor Kirchner”, manifestó Nieva.
El gobernador Schiaretti no fue muy simpático,
risueño ni generoso en su vaticinio con relación a la verdadera conducta y al
destino cercano de su “compañero” Eduardo Accastello, a quien también, como si
algo le faltara, se lo sindica como titular de jugosos “ahorros” sombríamente
depositados en dólares.
La sonrisa de los afiches quedó atrás.
Roguemos que la
impunidad también.
Gonio Ferrari
Es notable como ahora quienes defendían a capa y espada "las bondades del gobierno nacional y popular" ahora escondan la cabeza como el avestruz como es el caso de este Sr. Acastello, sin que ello signifique que quienes gobernaron la provincia estos últimos años hayan sido ejemplares en el manejo de los fondos de la obra pública.
ResponderBorrarLastimosamente, la provincia no tiene mucho con qué lucirse porque la rapiña entre nosotros también existió maquillada por un oneroso desborde publicitario y mediático que intentó atenuarla, sin resultado. Las ignominia que se sigue cometiendo contra los jubilados, pese a que la mensualidad es buena, es uno de los dolorosos ejemplos que no registra antecedentes por lo desalmada y perversa. Para los malos políticos, no les queda otra alternativa que la del avestruz. Y la aplican a la perfección en este maligno juego de la sucesión virtualmente indefinida por la alternancia en el poder, que les otorga una indemnidad que no merecen. Lo saludo y le auguro buena suerte.
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