Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en
su programa “Síganme los buenos” del 28/02/17 emitido por AM580 Radio
Universidad de Córdoba.
NO QUEDA
MARGEN PARA MÁS ERRORES
Los argentinos no vivimos momentos de
euforia en lo económico, en lo laboral, en cuanto a la Justicia, acerca de la
seguridad y en muchos otros aspectos donde la crisis más allá de sus motivaciones
heredadas, persisten con el paso del tiempo y es como si los gobernantes estuvieran
más preocupados en escarbar el pasado reciente, que en prepararnos para el
futuro que nos merecemos.
No me vengan ahora con la teoría de los
apresuramientos, porque si de políticos avezados se trata, son los mejores
manejadores de los tiempos como para pretender excusarse con argumento tan
endeble y poco creíble.
Está bien que se investigue a fondo el
tiempo que supera a una década para poder remover los escombros e intentar
edificar el nuevo país, pero a veces las demoras son tantas, que solo se
entienden por las consecuencias de los errores que se están cometiendo en
nombre de una gestión ciclotímica en muchos aspectos.
Pareciera que lo más saliente en los equipos
de gobierno es la desorientación, porque si hurgamos en la historia, pocas
veces se han visto errores tan gruesos que solo contribuyen a ahondar los problemas,
e instalar en la sociedad una sensación de impotencia y desubicación que ha
comenzado a deteriorar la imagen de cambio propuesta en la campaña electoral.
Es cierto que los argentinos por naturaleza
e imposición de circunstancias somos ansiosos e impacientes, y aunque se comprenda
que los milagros no existen, tampoco las demoras merecen adquirir la condición
de eternas, porque es el camino que lleva al fracaso.
Se reconocen esos errores, pero con eso no
basta, porque la sociedad merece más soluciones que explicaciones o
autocríticas que al final resultan inútiles y tardías.
En lo económico que es uno de los pilares
para sostener o no a un gobierno, los errores se acumulan y las consecuencias
son tan inmediatas, que es lógico advertir un desencanto que se transforma en
desconfianza.
Por más que la incidencia de lo heredado es
absolutamente cierta aunque desde las filas del anterior gobierno se la
pretenda negar, no es bueno vulnerar los límites de la tolerancia y la
paciencia del pueblo.
Y menos aún en un año con elecciones
parciales, que pueden llegar a modificar el tambaleante panorama de nuestra
realidad.
Si Macri armó para gobernar, como dijo, un
equipo de lujo, es hora que lo haga salir a la cancha.
POLICIA:
LIMPIARON EL PISO. FALTA EL TECHO
Vinculaciones
con el narcotráfico, secuestros extorsivos, delitos con automotores y
contrabando, robo de una increíble cantidad de armas en la mismísima Jefatura,
efectivos formando parte de bandas de salteadores, comprobación del “alquiler”
de pistolas para la consumación de atracos, desidia operativa que derivara en
la liberación de zonas determinadas, graves episodios de violencia doméstica y
familiar de muchos efectivos, faltantes de dinero depositado en algunas
dependencias, evitables casos de gatillo fácil y otras anomalías han venido
jalonando los últimos tiempos para agregar páginas oscuras en los capítulos
negros de nuestra policía provincial.
Los hechos
más recientes han demostrado un alarmante grado de descomposición interna, que
hizo descender la poca estima que ya venía inspirando en la sociedad cordobesa
una institución que dejó de ser profesional para transformarse en un organismo
político y partidista al servicio del gobierno de turno, que tuvo la creciente
y perniciosa costumbre de centrar su cometido convirtiendo a la policía en
bolsa de trabajo para amigos, compañeros y correligionarios y pago de favores a
sectores de cada militancia.
Demasiados son los interrogantes que nadie se
ocupó de disipar en cuanto a los mecanismos para la incorporación de efectivos,
muchos de los cuales lo hicieron -es vox
populi- pese a los dudosos antecedentes y otros detalles que “adornaban”
sus respectivos prontuarios.
Los
apresurados períodos de instrucción, bajo la presión de una sociedad sumida en
el desamparo, fueron demasiado breves e incompletos pero lo mismo les pusieron
uniformes, los armaron y los sacaron a la calle sin que los guiara ninguna política
integral de seguridad, sujetos a improvisaciones que terminaban en papelones,
revelaciones no deseadas o en episodios irreparables.
¿Cuántas
ceremonias, formaciones, desfiles y presentaciones se hicieron para mostrar más
móviles, mejores armas, equipos de comunicaciones y lo último en avanzada
tecnología?. Fueron varias y de nada sirvieron porque el hampa había conseguido
dos objetivos: crecer al amparo de la impunidad que se le obsequiaba e
infiltrarse en la fuerza, sin que nadie hiciera nada por evitarlo o corregirlo,
a la luz de todos los casos de corrupción que se iban ventilando.
El poder
político se emborrachó de soberbia limitándose al abuso del marketing porque
siempre, antes de cualquier elección, se cansó de asegurar que las cosas cambiarían,
que la inseguridad sería un mal recuerdo; que habían invertido millones de
pesos para lograr ese objetivo y toda la sarta de intenciones a concretar de
inmediato, como cocinando de a poco un enorme pastel de repetida demagogia que
creían que nos hacían comer.
Últimamente,
agravada la situación interna donde la mugre era notoria, se intentó algo de
limpieza, en la que obviamente cayeron algunos pocos mandos medios y otros de
intrascendentes jerarquías.
¿Y los
responsables por omisión, de haber permitido que tamaña descomposición se
hiciera incontrolable?. No tan solo dentro de la policía sino en el ministerio
de Gobierno, en el de Seguridad, en la Unicameral y en algunos otros
organismos, donde quienes dejaron de hacer lo que debían o lo hicieron mal,
siguen como si los hubieran condecorado.
Puede que por
ser reconocidos y encumbrados punteros políticos tengan asegurados sus cargos,
sus despachos y todo lo que eso significa, porque es difícil reconocer fracasos
tan estrepitosos, cuando son consecuencia de la falta de planificación que
lleva a esa práctica del remiendo que estamos padeciendo por improvisación
operativa y ceguera o insolvencia gubernamental.
De todos los que permitieron la podredumbre, ¿nadie se
fue o alguien se va?
De nada vale
entonces y es una tremenda injusticia que los tiempos les harán pagar a los
funcionarios inútiles, el vano sacrificio de tantos hombres y mujeres de azul
que abrazaron con lealtad y coraje el compromiso de velar honestamente por las
vidas y los bienes de la sociedad. Una sociedad que espera que sus dirigentes
abandonen el estilo de la improvisación y trabajen en serio, para devolvernos a
los cordobeses el placer de sentirnos protegidos.
Y que a la
policía la volvamos a considerar nuestro amparo y no la portadora de tantas y
tantas sospechas.
Para que eso
comience a sentirse, más de uno tanto de la Institución como del Gobierno
tendría que reconocer su naufragio, hacer sus valijas, pedir disculpas y
mandarse a mudar.
PERÍODO
LECTIVO, EL ESCENARIO DE SIEMPRE
Ya es un clásico de cualquier calendario
argentino, que siempre el ciclo lectivo para las escuelas primarias y secundarias
amenaza con no iniciarse, por conflictos que plantean los gremios de la
actividad.
Es por los sueldos, por el estado a veces
calamitoso de los edificios escolares, por deudas cuyo pago se acordó y no se
cumplió o por cualquier otro pretexto.
La cuestión es que nunca se sabe cuándo
comienzan las clases cada año, y después vienen los apresuramientos y los pases
de facturas por el incumplimiento de los días que se calcularon y no se
cumplieron y a veces con déficits enormes, como el caso más reciente de la
Provincia de Santa Cruz.
Ahora es el tope a las actualizaciones
salariales, porque el gobierno sostiene su postura de limitarlos al 18 por
ciento, basado en un optimista pronóstico de inflación anual que la realidad viene
mostrando como inalcanzable.
Quienes son los culpables de que ello
ocurra, no es el caso de evaluar ahora, porque es preferible poner el acento en
el deterioro de la formación de una generación entera de argentinos.
Los gremios, debemos reconocerlo y si no lo
hacemos es por ceguera o por fanatismo, son la columna vertebral de un
movimiento político que viene conduciendo al país, con breves intervalos, desde
mediados del siglo pasado.
Y así estamos, no tanto por los errores que
se cometen ahora, sino por todos aquellos que se cometieron al amparo de cierta
impunidad que inexplicablemente otorgaban los votos, con la reiteración de sus
preferencias.
Los maestros que merecen toda la
consideración y admiración de la sociedad, han tenido que pintarse la cara más
a menudo para enfrentar caprichos y falencias originadas en el gobierno
comprometido con una adversa realidad económica.
Lo peor de todo, es que al medio están los niños
y adolescentes, dependientes de una enseñanza con tantos baches que deviene en
complicada y a veces absolutamente incompleta.
La grandeza de ambas partes en pugna sería
que apelaran al diálogo permanente, antes que a esa maldita costumbre de quebrar la lanza inoportunamente, a pocas
horas de la anunciada iniciación del año lectivo.
Si cada uno hiciera prevalecer los intereses
de la Patria por encima de sus posturas personales en nombre dela política y
del sindicalismo, encontraríamos un camino de respetuoso debate para superar
una situación que resulta inadmisible, si es que pensamos con proyección de
futuro.
Un futuro que se construye estudiando,
enseñando y aprendiendo y no trenzándose en luchas que perjudican al conjunto
de la sociedad.
RAPOZA
¿VIVE?
Cualquier cordobés, cultor o no de la noche,
conoce la existencia de “Rapoza” en la esquina de Miguel de Mojica y el camino
que conduce al Aeropuerto Taravella, en el barrio Marqués de Sobremonte.
Fue cabaret según me comentan, lugar de
stripers de los cuatro sexos y de acuerdo con el testimonio de algunos
memoriosos poco amigos de la joda, sitio para la práctica de ciertas costumbres
que muchos califican como reprobables, a la hora de consumos prohibidos por la
ley.
Fue objeto de varios allanamientos y otras
tantas clausuras, hasta el punto que no son pocos los que preguntados, no dudan
en afirmar que Rapoza es parte de la historia, con recuerdos dulces unos y unas
y desastrosos para otros y otras.
Y a
decir verdad, en los cenáculos y mentideros de la política mediterránea, nombrar
a Rapoza era ser parte de su íntima clientela en gran medida conformada por
profesionales de la ley, políticos de todos los colores, funcionarios y
encumbrados dirigentes del empresariado cordobés y de las conducciones
sindicales.
Este no es un ataque de puritanismo ni nada
parecido, porque debo reconocer que si a mi
final tengo ganado algún terrenito
extraterráqueo, no es precisamente el cielo en el que muchos creen y tampoco el
infierno, sino unas buenas vacaciones en el purgatorio, allí donde te dan de
comer a mansalva y después cierran con candados las puertas de los baños.
La cuestión es que últimamente y con la
ignorancia acerca de que si Rapoza está funcionando legalmente, sigue cerrado o
subrepticiamente viola su clausura, es posible ver la enorme cantidad de gente
que concurre noche a noche, hasta el punto que la madrugada y hasta media
mañana, salen de allí señoritas en deplorable estado de equilibrio acompañadas
por caballeros en idéntidas condiciones, que peligrosamente abordan sus lujosos
coches para ingresar a las calles y caminos por donde circula gente privada de
libaciones.
Si es una previa, un after chupi o lo que
fuera, vaya Dios a saber cuál es la realidad.
El tema es que intenté alguna explicación
que me sacara de mis dudas apelando a Espectáculos Públicos de la
Municipalidad, pero el Director está siempre ocupado y para conversar con él
hay que cumplir una serie de requisitos y pasos burocráticos a los que no
estamos acostumbrados.
Bueno sería poner en claro esa situación,
porque no son pocos los vecinos calientes con los despelotes que a veces se
arman de madrugada y parece algo así como una zona liberada para la joda sin
control, especialmente porque se advierte la presencia de menores,
A lo mejor es un salón para fiestas
infantiles, primeras comuniones, bautismos o acontecimientos parecidos, y nos
estamos escandalizando frente a tanta inocencia.
Sin embargo, me susurraron al oído que
adentro no hay castillos inflables ni peloteros.
LA
MEGACAUSA DEL REGISTRO
La causa del Registro de
la Propiedad de Córdoba continúa en las noticias, ahora por la polémica
desatada con el tema de las fianzas depositadas por algunos imputados y que no
se sabe a ciencia cierta dónde están.
Esta semana el Colegio
de Abogados de Córdoba elevó un reclamo a la Fiscalía General y al Tribunal
Superior de Justicia para que se inicie una investigación en lo que
considera “un tema tan grave que afecta
la credibilidad de todo el sistema de administración de justicia”.
El presidente del Colegio
añadió que no es posible que desde los medios se ponga en duda el destino de
las fianzas y desde la Justicia el tema no sea aclarado, agregando que se ha
iniciado una acción judicial en tal sentido.
Como sea, parece una
realidad que el hecho existe y que, quienes tienen que dar explicaciones por
estar involucrados, no están imputados ni preventivamente presos, como debe
ser, cuando se respetan la Constitución y sus garantías.
Pero no quiero dejar
pasar el detalle que los mismos que gozan de esas garantías no dudaron en
encarcelar sistemáticamente a tantos otros como sospechosos en la causa,
aunque sólo fuera por ser vecinos.
La Ley justa es igual
para todos…y ya que no se igualó en la libertad, quizás se deba igualar a estos
funcionarios en la cárcel, por lo menos, como ellos mismos escribieron, hasta
que se complete la investigación.
SINDICALISMO
PERONISTA EN PIE DE GUERRA
Desde los albores del viejo peronismo
devenido luego en justicialismo, se sabe que el movimiento obrero es la columna
vertebral de ese histórico movimiento argentino donde conviven, a veces en no
muy buena relación, las derechas originarias y las izquierdas incorporadas.
Y ahora, atomizado por la enorme cantidad de
corrientes que lo conforman, el Justicialismo como fuerza política y en los
hechos, está cediendo su arena de combate precisamente al movimiento sindical
que no son sólo los gordos de la conducción sino los estamentos intermedios,
mucho más aguerridos y exigentes que los políticos de raza, desperdigados en
decenas de siglas y denominaciones.
En la realidad, es mucho más oposición el
sindicalismo en su conjunto que un peronismo atomizado que dice buscar la
unidad pero parece no hacerlo con la convicción necesaria como para lograrlo,
La oposición, en suma, son las tres CGT y no
el agonizante kirchnerismo que nunca se preparó para la derrota, razón por la
cual primero tendría que terminar de irse antes de intentar un regreso sin
gloria.
Pocas veces un paro nacional de actividades
se decidió con tanta anticipación, con lo que se intuye que se hizo de esa
manera para ahondar la amenaza que supone la paralización del país, y ganar el
tiempo suficiente para encarar una eventual negociación con el gobierno que
diluya la concreción del paro.
No son tiempos, porque los argentinos
conocemos demasiado cuáles son las consecuencias de paralizar un país, como cuando
el inducido capricho y la obediencia debida de Ubaldini lo llevaron a concretar
12 o 13 paros contra la administración alfonsinista, que en nada modificaron el
panorama nacional.
La dirigencia es una cosa y la base es otra
cosa.
Algo raro sucede en el país si tenemos un
proletariado cercano a la inanición como se pregona, y una dirigencia gremial
millonaria, nadando en la abundancia de sus propios negociados, muchos de sus
exponentes convertidos en prósperos inversores y empresarios.
Todo paro en los últimos tiempos ha tenido
un fondo netamente ideológico, pese a los esfuerzos de la dirigencia por
disfrazar de populismo sus demandas.
Además hacer un paro el día 6, lunes, no
sería nada incoherente, salvo que anuncian extenderlo al día siguiente en que
¡oh casualidad! la doña que pretende volver debe responder en Tribunales ante
la Justicia, en una de las tantas causas en las que está involucrada.
Y después, dicen que es un movimiento de los
trabajadores …
UN SOLO
DÍA ES CASI UNA INJURIA
Según como lo miremos, es más o menos
como el día de la madre, del padre, del niño, del amigo o del arquero, como si
tuviéramos esa obligación consumista de regalar algo y por ende, dejar para la
indiferencia los otros 364 restantes días del año.
Es ya demasiado vetusto establecer una fecha
que marque el techo especial de un afecto, porque dedicándole un solo día del
calendario, ya las estamos discriminando.
Lo mismo que el percudido argumento de que
todos los días son el día de la madre, del padre, del amigo, del niño, de la Patria … el verso de
siempre.
Vivimos
en un mundo alocado cuyo consumismo exacerbado impone conductas que en la
mayoría de los casos aceptamos, sabiendo que se trata de una ridícula y evitable
exigencia del mercado.
Hay un día de la mujer y ¿por qué no un día
del hombre?
Festejamos un día del niño y no hay un día del adolescente.
Hablamos del día del arquero y no hay un día del wing.
Adoptamos un hallowen y no inventamos un día del ángel.
¿Por qué no hay un día de la soltera, otro de la solterona, uno de la casada, otro de la viuda, uno de la separada, otro de la divorciada, uno de la concubina, otro de la arrimada?
Ya tenemos encima el Día de la Mujer.
Festejamos un día del niño y no hay un día del adolescente.
Hablamos del día del arquero y no hay un día del wing.
Adoptamos un hallowen y no inventamos un día del ángel.
¿Por qué no hay un día de la soltera, otro de la solterona, uno de la casada, otro de la viuda, uno de la separada, otro de la divorciada, uno de la concubina, otro de la arrimada?
Ya tenemos encima el Día de la Mujer.
Como el mejor homenaje a la igualdad por la
que ellas tanto luchan, se lo han ganado para que sea un día como cualquiera.
Como todos …
Como todos …
Pero bien merece y vale abrazarla, hacerle
crujir dulcemente los huesitos, despeinarla, plantarle un beso, y decirle que
es lo más maravilloso que existe en el Universo…
Y así más que un saludo, será cada día y no
tan solo el 8 de marzo, un encantador, mágico y merecido acto de justicia.
AQUEL
VIEJO CARNAVAL
Mucho ha cambiado, menos en el almanaque,
aquella vieja diferencia entre el pomo lanzaperfumes que era de plomo, y la
nieve loca y otros artilugios del cotillón carnavalero con profusión de
pelucas, trajes ridículos, maquillajes y máscaras sorprendentes.
Antes se festejaba en los barrios a baldazos
limpios y nadie se enojaba, incluso a la gente que bañaban cuando estaban en la
fila esperando el tranvía o los ómnibus verdes que les llamábamos loros.
Los corsos de San Vicente eran una esperada
tradición que se repetía cada año con mayor éxito en esa “república”, a donde
la curiosidad llevaba a que visitaran esa fiesta desde distintos lugares del
país y también muchos extranjeros.
Los palcos ubicados en la principal avenida
sanvicentina costaban lo suyo y estaban reservados a los pudientes o
ahorrativos, quienes tenían un lugar de privilegio para seguir el desfile
incesante de disfrazados, incipientes carrozas, murgas y grupos de indios que
habían gastado fortunas que le quitaban a su comida, muchos de ellos, para
lucir las mejores plumas y espejitos.
La modernidad, poco a poco, fue enterrando
al carnaval hasta el punto que casi dejó de figurar en los almanaques, cuando
antes era una semana entera de festejos que se prolongaban después de cada
muerte anual de Momo.
Los pomos de agua perfumada murieron como
también languidecieron las serpentinas y el papel picado, los antifaces dejaron
de ser necesarios y los disfraces fueron perdiendo vigencia.
Ahora desde hace unos pocos años, es como si
se intentara reverdecer aquellas viejas glorias, para las que los vecinos se
preparaban con la misma anticipación que históricamente lo vienen haciendo los
cariocas en Brasil.
Si no fuera porque ahora la burocracia y la
seguridad exigen contar con un permiso para disfrazarse, veríamos las calles
invadidas por nostalgiosos que no pierden la memoria, y todavía lagrimean
cuando les recuerdan que alguna vez, recibieron un baldazo de agua de algún
desconocido.
Y nadie se enojaba.
Ahora, terminarían a los tiros …
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