26 de febrero de 2017

S.L.B.: SIN MARGEN PARA ERRORES - POLICÍA: LIMPIARON EL PISO PERO FALTA EL TECHO - CICLO LECTIVO DE COMIENZO INCIERTO - ¿AÚN VIVE "RAPOZA"? - LA MEGACAUSA Y MÁS SOBRE LAS FIANZAS - SINDICALISMO PERONISTA EN PIE DE GUERRA - SE VIENE EL DIA DE LA MUJER - AQUELLOS VIEJOS CARNAVALES, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 28/02/17 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

NO QUEDA MARGEN PARA MÁS ERRORES
   Los argentinos no vivimos momentos de euforia en lo económico, en lo laboral, en cuanto a la Justicia, acerca de la seguridad y en muchos otros aspectos donde la crisis más allá de sus motivaciones heredadas, persisten con el paso del tiempo y es como si los gobernantes estuvieran más preocupados en escarbar el pasado reciente, que en prepararnos para el futuro que nos merecemos.
   No me vengan ahora con la teoría de los apresuramientos, porque si de políticos avezados se trata, son los mejores manejadores de los tiempos como para pretender excusarse con argumento tan endeble y poco creíble.
   Está bien que se investigue a fondo el tiempo que supera a una década para poder remover los escombros e intentar edificar el nuevo país, pero a veces las demoras son tantas, que solo se entienden por las consecuencias de los errores que se están cometiendo en nombre de una gestión ciclotímica en muchos aspectos.
   Pareciera que lo más saliente en los equipos de gobierno es la desorientación, porque si hurgamos en la historia, pocas veces se han visto errores tan gruesos que solo contribuyen a ahondar los problemas, e instalar en la sociedad una sensación de impotencia y desubicación que ha comenzado a deteriorar la imagen de cambio propuesta en la campaña electoral.
   Es cierto que los argentinos por naturaleza e imposición de circunstancias somos ansiosos e impacientes, y aunque se comprenda que los milagros no existen, tampoco las demoras merecen adquirir la condición de eternas, porque es el camino que lleva al fracaso.
   Se reconocen esos errores, pero con eso no basta, porque la sociedad merece más soluciones que explicaciones o autocríticas que al final resultan inútiles y tardías.
   En lo económico que es uno de los pilares para sostener o no a un gobierno, los errores se acumulan y las consecuencias son tan inmediatas, que es lógico advertir un desencanto que se transforma en desconfianza.
   Por más que la incidencia de lo heredado es absolutamente cierta aunque desde las filas del anterior gobierno se la pretenda negar, no es bueno vulnerar los límites de la tolerancia y la paciencia del pueblo.
   Y menos aún en un año con elecciones parciales, que pueden llegar a modificar el tambaleante panorama de nuestra realidad.
   Si Macri armó para gobernar, como dijo, un equipo de lujo, es hora que lo haga salir a la cancha.

POLICIA: LIMPIARON EL PISO. FALTA EL TECHO

   Vinculaciones con el narcotráfico, secuestros extorsivos, delitos con automotores y contrabando, robo de una increíble cantidad de armas en la mismísima Jefatura, efectivos formando parte de bandas de salteadores, comprobación del “alquiler” de pistolas para la consumación de atracos, desidia operativa que derivara en la liberación de zonas determinadas, graves episodios de violencia doméstica y familiar de muchos efectivos, faltantes de dinero depositado en algunas dependencias, evitables casos de gatillo fácil y otras anomalías han venido jalonando los últimos tiempos para agregar páginas oscuras en los capítulos negros de nuestra policía provincial.
   Los hechos más recientes han demostrado un alarmante grado de descomposición interna, que hizo descender la poca estima que ya venía inspirando en la sociedad cordobesa una institución que dejó de ser profesional para transformarse en un organismo político y partidista al servicio del gobierno de turno, que tuvo la creciente y perniciosa costumbre de centrar su cometido convirtiendo a la policía en bolsa de trabajo para amigos, compañeros y correligionarios y pago de favores a sectores de cada militancia.
   Demasiados son los interrogantes que nadie se ocupó de disipar en cuanto a los mecanismos para la incorporación de efectivos, muchos de los cuales lo hicieron -es vox populi- pese a los dudosos antecedentes y otros detalles que “adornaban” sus respectivos prontuarios.
   Los apresurados períodos de instrucción, bajo la presión de una sociedad sumida en el desamparo, fueron demasiado breves e incompletos pero lo mismo les pusieron uniformes, los armaron y los sacaron a la calle sin que los guiara ninguna política integral de seguridad, sujetos a improvisaciones que terminaban en papelones, revelaciones no deseadas o en episodios irreparables.
   ¿Cuántas ceremonias, formaciones, desfiles y presentaciones se hicieron para mostrar más móviles, mejores armas, equipos de comunicaciones y lo último en avanzada tecnología?. Fueron varias y de nada sirvieron porque el hampa había conseguido dos objetivos: crecer al amparo de la impunidad que se le obsequiaba e infiltrarse en la fuerza, sin que nadie hiciera nada por evitarlo o corregirlo, a la luz de todos los casos de corrupción que se iban ventilando.
   El poder político se emborrachó de soberbia limitándose al abuso del marketing porque siempre, antes de cualquier elección, se cansó de asegurar que las cosas cambiarían, que la inseguridad sería un mal recuerdo; que habían invertido millones de pesos para lograr ese objetivo y toda la sarta de intenciones a concretar de inmediato, como cocinando de a poco un enorme pastel de repetida demagogia que creían que nos hacían comer.
   Últimamente, agravada la situación interna donde la mugre era notoria, se intentó algo de limpieza, en la que obviamente cayeron algunos pocos mandos medios y otros de intrascendentes jerarquías.
   ¿Y los responsables por omisión, de haber permitido que tamaña descomposición se hiciera incontrolable?. No tan solo dentro de la policía sino en el ministerio de Gobierno, en el de Seguridad, en la Unicameral y en algunos otros organismos, donde quienes dejaron de hacer lo que debían o lo hicieron mal, siguen como si los hubieran condecorado.
   Puede que por ser reconocidos y encumbrados punteros políticos tengan asegurados sus cargos, sus despachos y todo lo que eso significa, porque es difícil reconocer fracasos tan estrepitosos, cuando son consecuencia de la falta de planificación que lleva a esa práctica del remiendo que estamos padeciendo por improvisación operativa y ceguera o insolvencia gubernamental.
De todos los que permitieron la podredumbre, ¿nadie se fue o alguien se va?
   De nada vale entonces y es una tremenda injusticia que los tiempos les harán pagar a los funcionarios inútiles, el vano sacrificio de tantos hombres y mujeres de azul que abrazaron con lealtad y coraje el compromiso de velar honestamente por las vidas y los bienes de la sociedad. Una sociedad que espera que sus dirigentes abandonen el estilo de la improvisación y trabajen en serio, para devolvernos a los cordobeses el placer de sentirnos protegidos.  
   Y que a la policía la volvamos a considerar nuestro amparo y no la portadora de tantas y tantas sospechas.
   Para que eso comience a sentirse, más de uno tanto de la Institución como del Gobierno tendría que reconocer su naufragio, hacer sus valijas, pedir disculpas y mandarse a mudar.

PERÍODO LECTIVO, EL ESCENARIO DE SIEMPRE 

   Ya es un clásico de cualquier calendario argentino, que siempre el ciclo lectivo para las escuelas primarias y secundarias amenaza con no iniciarse, por conflictos que plantean los gremios de la actividad.
   Es por los sueldos, por el estado a veces calamitoso de los edificios escolares, por deudas cuyo pago se acordó y no se cumplió o por cualquier otro pretexto.
   La cuestión es que nunca se sabe cuándo comienzan las clases cada año, y después vienen los apresuramientos y los pases de facturas por el incumplimiento de los días que se calcularon y no se cumplieron y a veces con déficits enormes, como el caso más reciente de la Provincia de Santa Cruz.
   Ahora es el tope a las actualizaciones salariales, porque el gobierno sostiene su postura de limitarlos al 18 por ciento, basado en un optimista pronóstico de inflación anual que la realidad viene mostrando como inalcanzable.
   Quienes son los culpables de que ello ocurra, no es el caso de evaluar ahora, porque es preferible poner el acento en el deterioro de la formación de una generación entera de argentinos.
   Los gremios, debemos reconocerlo y si no lo hacemos es por ceguera o por fanatismo, son la columna vertebral de un movimiento político que viene conduciendo al país, con breves intervalos, desde mediados del siglo pasado.
   Y así estamos, no tanto por los errores que se cometen ahora, sino por todos aquellos que se cometieron al amparo de cierta impunidad que inexplicablemente otorgaban los votos, con la reiteración de sus preferencias.
   Los maestros que merecen toda la consideración y admiración de la sociedad, han tenido que pintarse la cara más a menudo para enfrentar caprichos y falencias originadas en el gobierno comprometido con una adversa realidad económica.
   Lo peor de todo, es que al medio están los niños y adolescentes, dependientes de una enseñanza con tantos baches que deviene en complicada y a veces absolutamente incompleta.
   La grandeza de ambas partes en pugna sería que apelaran al diálogo permanente, antes que a esa maldita costumbre de  quebrar la lanza inoportunamente, a pocas horas de la anunciada iniciación del año lectivo.
   Si cada uno hiciera prevalecer los intereses de la Patria por encima de sus posturas personales en nombre dela política y del sindicalismo, encontraríamos un camino de respetuoso debate para superar una situación que resulta inadmisible, si es que pensamos con proyección de futuro.
   Un futuro que se construye estudiando, enseñando y aprendiendo y no trenzándose en luchas que perjudican al conjunto de la sociedad.

RAPOZA ¿VIVE?

   Cualquier cordobés, cultor o no de la noche, conoce la existencia de “Rapoza” en la esquina de Miguel de Mojica y el camino que conduce al Aeropuerto Taravella, en el barrio Marqués de Sobremonte.
   Fue cabaret según me comentan, lugar de stripers de los cuatro sexos y de acuerdo con el testimonio de algunos memoriosos poco amigos de la joda, sitio para la práctica de ciertas costumbres que muchos califican como reprobables, a la hora de consumos prohibidos por la ley.
   Fue objeto de varios allanamientos y otras tantas clausuras, hasta el punto que no son pocos los que preguntados, no dudan en afirmar que Rapoza es parte de la historia, con recuerdos dulces unos y unas y desastrosos para otros y otras.
   Y a decir verdad, en los cenáculos y mentideros de la política mediterránea, nombrar a Rapoza era ser parte de su íntima clientela en gran medida conformada por profesionales de la ley, políticos de todos los colores, funcionarios y encumbrados dirigentes del empresariado cordobés y de las conducciones sindicales.
   Este no es un ataque de puritanismo ni nada parecido, porque debo reconocer que si a mi
 final tengo ganado algún terrenito extraterráqueo, no es precisamente el cielo en el que muchos creen y tampoco el infierno, sino unas buenas vacaciones en el purgatorio, allí donde te dan de comer a mansalva y después cierran con candados las puertas de los baños.

   La cuestión es que últimamente y con la ignorancia acerca de que si Rapoza está funcionando legalmente, sigue cerrado o subrepticiamente viola su clausura, es posible ver la enorme cantidad de gente que concurre noche a noche, hasta el punto que la madrugada y hasta media mañana, salen de allí señoritas en deplorable estado de equilibrio acompañadas por caballeros en idéntidas condiciones, que peligrosamente abordan sus lujosos coches para ingresar a las calles y caminos por donde circula gente privada de libaciones.
   Si es una previa, un after chupi o lo que fuera, vaya Dios a saber cuál es la realidad.
   El tema es que intenté alguna explicación que me sacara de mis dudas apelando a Espectáculos Públicos de la Municipalidad, pero el Director está siempre ocupado y para conversar con él hay que cumplir una serie de requisitos y pasos burocráticos a los que no estamos acostumbrados.
   Bueno sería poner en claro esa situación, porque no son pocos los vecinos calientes con los despelotes que a veces se arman de madrugada y parece algo así como una zona liberada para la joda sin control, especialmente porque se advierte la presencia de menores,
   A lo mejor es un salón para fiestas infantiles, primeras comuniones, bautismos o acontecimientos parecidos, y nos estamos escandalizando frente a tanta inocencia.
   Sin embargo, me susurraron al oído que adentro no hay castillos inflables ni peloteros.

LA MEGACAUSA DEL REGISTRO

   La causa del Registro de la Propiedad de Córdoba continúa en las noticias, ahora por la polémica desatada con el tema de las fianzas depositadas por algunos imputados y que no se sabe a ciencia cierta  dónde están.
    Esta semana el Colegio de Abogados de Córdoba elevó un reclamo a la Fiscalía General y al Tribunal Superior de Justicia para que se inicie una investigación en lo  que considera  “un tema tan grave que afecta la credibilidad de todo el sistema de administración de justicia”.
   El presidente del Colegio añadió que no es posible que desde los medios se ponga en duda el destino de las fianzas y desde la Justicia el tema no sea aclarado, agregando que se ha iniciado una acción judicial en tal sentido.
    Como sea, parece una realidad que el hecho existe y que, quienes tienen que dar explicaciones por estar involucrados, no están imputados ni preventivamente presos, como debe ser, cuando se respetan la Constitución y sus garantías.
   Pero no quiero dejar pasar el detalle que los mismos que gozan de esas garantías no dudaron en encarcelar sistemáticamente a tantos otros como sospechosos en la causa, aunque sólo fuera por ser vecinos.
   La Ley justa es igual para todos…y ya que no se igualó en la libertad, quizás se deba igualar a estos funcionarios en la cárcel, por lo menos, como ellos mismos escribieron, hasta que se complete la investigación. 

SINDICALISMO PERONISTA EN PIE DE GUERRA

   Desde los albores del viejo peronismo devenido luego en justicialismo, se sabe que el movimiento obrero es la columna vertebral de ese histórico movimiento argentino donde conviven, a veces en no muy buena relación, las derechas originarias y las izquierdas incorporadas.
   Y ahora, atomizado por la enorme cantidad de corrientes que lo conforman, el Justicialismo como fuerza política y en los hechos, está cediendo su arena de combate precisamente al movimiento sindical que no son sólo los gordos de la conducción sino los estamentos intermedios, mucho más aguerridos y exigentes que los políticos de raza, desperdigados en decenas de siglas y denominaciones.
   En la realidad, es mucho más oposición el sindicalismo en su conjunto que un peronismo atomizado que dice buscar la unidad pero parece no hacerlo con la convicción necesaria como para lograrlo,
   La oposición, en suma, son las tres CGT y no el agonizante kirchnerismo que nunca se preparó para la derrota, razón por la cual primero tendría que terminar de irse antes de intentar un regreso sin gloria.
   Pocas veces un paro nacional de actividades se decidió con tanta anticipación, con lo que se intuye que se hizo de esa manera para ahondar la amenaza que supone la paralización del país, y ganar el tiempo suficiente para encarar una eventual negociación con el gobierno que diluya la concreción del paro.
   No son tiempos, porque los argentinos conocemos demasiado cuáles son las consecuencias de paralizar un país, como cuando el inducido capricho y la obediencia debida de Ubaldini lo llevaron a concretar 12 o 13 paros contra la administración alfonsinista, que en nada modificaron el panorama nacional.
   La dirigencia es una cosa y la base es otra cosa.
   Algo raro sucede en el país si tenemos un proletariado cercano a la inanición como se pregona, y una dirigencia gremial millonaria, nadando en la abundancia de sus propios negociados, muchos de sus exponentes convertidos en prósperos inversores y empresarios.
   Todo paro en los últimos tiempos ha tenido un fondo netamente ideológico, pese a los esfuerzos de la dirigencia por disfrazar de populismo sus demandas.
   Además hacer un paro el día 6, lunes, no sería nada incoherente, salvo que anuncian extenderlo al día siguiente en que ¡oh casualidad! la doña que pretende volver debe responder en Tribunales ante la Justicia, en una de las tantas causas en las que está involucrada.
   Y después, dicen que es un movimiento de los trabajadores …

UN SOLO DÍA ES CASI UNA INJURIA
   Según como lo miremos, es más o menos como el día de la madre, del padre, del niño, del amigo o del arquero, como si tuviéramos esa obligación consumista de regalar algo y por ende, dejar para la indiferencia los otros 364 restantes días del año. 
   Es ya demasiado vetusto establecer una fecha que marque el techo especial de un afecto, porque dedicándole un solo día del calendario, ya las estamos discriminando. 
   Lo mismo que el percudido argumento de que todos los días son el día de la madre, del padre, del amigo, del niño, de la Patria … el verso de siempre.
   Vivimos en un mundo alocado cuyo consumismo exacerbado impone conductas que en la mayoría de los casos aceptamos, sabiendo que se trata de una ridícula y evitable exigencia del mercado.
   Hay un día de la mujer y ¿por qué no un día del hombre?
   Festejamos un día del niño y no hay un día del adolescente.
   Hablamos del día del arquero y no hay un día del wing.
   Adoptamos un hallowen y no inventamos un día del ángel.
   ¿Por qué no hay un día de la soltera, otro de la solterona, uno de la casada, otro de la viuda, uno de la separada, otro de la divorciada, uno de la concubina, otro de la arrimada?
   Ya tenemos encima el Día de la Mujer.
   Como el mejor homenaje a la igualdad por la que ellas tanto luchan, se lo han ganado para que sea un día como cualquiera.
   Como todos …
   Pero bien merece y vale abrazarla, hacerle crujir dulcemente los huesitos, despeinarla, plantarle un beso, y decirle que es lo más maravilloso que existe en el Universo… 
   Y así más que un saludo, será cada día y no tan solo el 8 de marzo, un encantador, mágico y merecido acto de justicia.

AQUEL VIEJO CARNAVAL 

   Mucho ha cambiado, menos en el almanaque, aquella vieja diferencia entre el pomo lanzaperfumes que era de plomo, y la nieve loca y otros artilugios del cotillón carnavalero con profusión de pelucas, trajes ridículos, maquillajes y máscaras sorprendentes.
   Antes se festejaba en los barrios a baldazos limpios y nadie se enojaba, incluso a la gente que bañaban cuando estaban en la fila esperando el tranvía o los ómnibus verdes que les llamábamos loros.
   Los corsos de San Vicente eran una esperada tradición que se repetía cada año con mayor éxito en esa “república”, a donde la curiosidad llevaba a que visitaran esa fiesta desde distintos lugares del país y también muchos extranjeros.
  Los palcos ubicados en la principal avenida sanvicentina costaban lo suyo y estaban reservados a los pudientes o ahorrativos, quienes tenían un lugar de privilegio para seguir el desfile incesante de disfrazados, incipientes carrozas, murgas y grupos de indios que habían gastado fortunas que le quitaban a su comida, muchos de ellos, para lucir las mejores plumas y espejitos.
   La modernidad, poco a poco, fue enterrando al carnaval hasta el punto que casi dejó de figurar en los almanaques, cuando antes era una semana entera de festejos que se prolongaban después de cada muerte anual de Momo.
   Los pomos de agua perfumada murieron como también languidecieron las serpentinas y el papel picado, los antifaces dejaron de ser necesarios y los disfraces fueron perdiendo vigencia.
   Ahora desde hace unos pocos años, es como si se intentara reverdecer aquellas viejas glorias, para las que los vecinos se preparaban con la misma anticipación que históricamente lo vienen haciendo los cariocas en Brasil.
   Si no fuera porque ahora la burocracia y la seguridad exigen contar con un permiso para disfrazarse, veríamos las calles invadidas por nostalgiosos que no pierden la memoria, y todavía lagrimean cuando les recuerdan que alguna vez, recibieron un baldazo de agua de algún desconocido.
   Y nadie se enojaba.
   Ahora, terminarían a los tiros …


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