Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
que emitieron en dúplex la AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad de
Córdoba, edición n° 571 del 2 de junio de 2019.
Concejales
legalmente “puenteados”
EN EL TEMA DEL BOLETO URBANO LO QUE
MOLESTA ES EL AUMENTO POR DECRETO
Lo que desde no mucho tiempo
atrás se veía venir, llegó con el peso que para la sociedad tienen las malas
noticias, aunque la instrumentación del aumento en el precio del boleto urbano
sea una de las facultades que los ediles, tengo entendido, le otorgaron a
nuestro joven intendente.
Eso de pasar por alto, al más
puro estilo de las maniobras de “puenteo” al tratamiento del asunto por el
Concejo Deliberante, cuyo funcionamiento es sumamente oneroso como para tenerlo
de adorno, tiene un tufillo cercano al autoritarismo, porque la sociedad no
merece que se decrete paralelamente la muerte del debate, o al menos su
internación en terapia intensiva.
La perversa manera con que los
empresarios del transporte presionan degradando la ya escasa calidad del servicio,
debiera ser tenida en cuenta no ahora, que ya es demasiado tarde como para
pretender volver atrás en plena autopsia, sino para operar a partir de
diciembre con un sistema rígido de controles que permitan detectar y sancionar
los inclumplimientos de las prestaciones, lo que ahora es una práctica
constante sin que al poder concedente se les muevan las agujas de una reacción
que pocas veces demostró tener.
Es una injusticia que quienes
dependen del transporte urbano para movilizarse, deban padecer demoras
multiplicadas con el paso de los días, faltas absolutas de ómnibus en ciertos
recorridos especialmente domingos y feriados, la pésima calidad de muchas
ómnibus, la mugre de los coches y el caprichoso manejo del servicio en general,
en el que se quitan unidades para hacer más rentable el negocio.
Ahora aumentó el precio del
boleto por un atraso tarifario, y en este conocido juego de siempre falta
todavía la reacción de le dirigencia de la UTA, siempre prendida a cualquier
ajuste y más aún cuando vuelve a contar con ciertos elementos que en su momento
fueran separados por imperdonables inconductas.
¿Se acuerdan de aquel paro por
diez días?
Atención entonces para los que
vienen: estudiar una a una las concesiones, controlar de alguna manera el curioso
caso de usuarios ofendidos y humillados, y un empresariado que sólo conoce de
embolsar dinero con el menor esfuerzo.
Alguna vez el ciudadano debe
beneficiarse con calidad de transporte al pagar el boleto más caro del país,
para una prestación que calificarla de lamentable, es un acto de generosidad.
Se necesitan
brújulas
LOS POLÍTICOS QUE SE POSTULAN, EN UNA
RARA MARAÑA DE TRENZAS Y
DESBANDES
En homenaje al alto respeto que
tengo por los gatos, de cuatro patitas por supuesto, es que quiero abstenerme
de utilizar el percudido concepto de “bolsa de gatos” para referirme a la
ansiosa e interesada casta política que a los codazos, declaraciones,
denuncias, descalificaciones, propuestas, demagogia y otras artes, viene
peleando para llegar al poder en las próximas elecciones nacionales en las que
el actual presidente renovará su mandato o tendrá que irse a manejar sus
negocios, cuidar nietos o intentar recuperar la presidencia de Boca Juniors.
Eso de coquetear con unos, desairar
a otros, enojarse y acusarse y después aparecer poco menos que a los piquitos,
demuestra la endeblez de principios que distingue a muchos de los personajes de
nuestra más alta política.
La consigna de la actual
oposición, lógicamente, es desgastar al oficialismo de mil maneras, con la
histórica complicidad de la mala dirigencia gremial que busca abrocharse en
todo aquello que le venga bien a su vocación expansionista en cuanto a riqueza
personal.
Todos incluyendo a un
grupúsculo izquierdoso, dicen ser peronistas luciendo una chapa que puede
venirles de perlas para pelear lugares, sin tomar en cuenta que en el amplio y
variado arco ideológico del justicialismo conviven desde la derecha original
que alentara el desaparecido “Potro” por su formación militar, hasta la extrema
izquierda que en alguna medida le resultara funcional hasta que terminó
echándolos de la Plaza de Mayo acusándolos de imberbes y estúpidos.
En consecuencia, es complicado
que se lleguen a poner de acuerdo como para pelear juntos en el mismo equipo,
por aquello de las facturas que se suelen pasar tanto en el éxito como en la
derrota, de lo que la historia tiene varios capítulos escritos aunque muchos, a
la memoria en tal sentido, la califiquen de “gorilismo”.
Y en el oficialismo, ese que tiene
la sartén por el mango pero que le quema las manos por un problema de
desorientación funcional, está viviendo algo así como un divorcio parcial
sujeto al arrepentimiento, con una fuerza que fuera nacional, con proyección
más amplia durante la presidencia de Alfonsín y después debilitada para
transformarse en alternativa provincial.
Una decadencia que no se
detuvo, porque la ebriedad a la que lleva el poder los hizo pelearse, disminuyó
en número, se debilitó en propuestas y más recientemente en los años
aprovechando errores y saqueos ajenos volvió a tomar fuerza, cuando en algunos
distritos se había reducido a elencos estables.
Así también en el radicalismo,
primo hermano del PRO, se produjo la desbandada por discrepancias en la
gestión, por desconocimiento del terreno y equivocaciones en “Cambiemos”, por
blandura en la judicialización de delitos y por otras diferencias marcadas y ya
conocidas.
La cuestión es que muchos
políticos de primer nivel no saben para dónde agarrar, como si las brújulas de
sus conocimientos hubieran perdido las agujas. Es hora que las alianzas,
acuerdos, apoyos, tratos y todo lo que sea llegar a coincidencias como para
encarar las candidaturas tanto en una como en otra vereda, sirvan para
beneficiar a la gente, ya cansada de esperar y de confiar en ellos.
Porque una nueva defraudación
al sentir del pueblo que merece lo mejor, puede ser una herida mortal para la
República.
Y los argentinos no merecemos
un desenlace que le agregue sal, arena y
nuevas pestes a las heridas y al sufrimiento, ese sufrimiento al que nos
condenaron los que quieren seguir vendiendo humo.
El humo no tan solo del pucho,
es nocivo para la salud.
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Un tema más
que interesante
CONVERSAMOS CON CLARA LEÓN-NAUM, AUTORA
DE UN INTERESANTE TRABAJO SOBRE EL PERDÓN
Visitó el estudio mayor de
AM580 Radio Universidad de Córdoba la escritora Clara León-Naum, nacida en Córdoba pero radicada desde hace un par
de décadas en los Estados Unidos de Norteamérica. Desde allí ha visitado
numerosos países de nuestro continente y de Europa paseando su experiencia por
distintos ámbitos como el Congreso de Inteligencia Emocional y Liderazgo Coach
de la Universidad Siglo XXI, charlas en Buenos Aires y en otras importantes
ciudades. Autora del libro de reciente aparición “El perdón como camino a la liberación
y felicidad”, conversó con el periodista Gonio Ferrari en animada charla,
acerca del tema central de su obra literaria que ya se puede buscar en todas
las librerías del país, en una entrega de Ediciones del Boulevard. El audio de
la entrevista está incluido en la columna respectiva, costado superior derecho
de este blog.
La megacausa
del Registro de la Propiedad
NUEVAS ACCIONES MUESTRAN LA PÉSIMA
APLICACIÓN DE LA
PRISIÓN PREVENTIVA
Un cruce de
notas entre el Colegio de Abogados de Córdoba y la Asociación de Magistrados de
la Provincia tuvo como eje del debate a la prisión sin juicio. A raíz de la
detención de una abogada, tiempo atrás, por un supuesto cobro de dinero, el
Colegio solicitó que se extremaran los recaudos en la aplicación de las medidas
de coerción como la prisión preventiva, en cumplimiento de principios
constitucionales y de los tratados internacionales.
Como réplica,
la Asociación emitió un comunicado respaldando la actuación de sus
funcionarios, expresando que había sido realizada con
sujeción a la Constitución y a las Leyes, agregando que dicho pedido
podría afectar la independencia o la igualdad en el trato.
Si bien la
presentación fue en el marco de resguardar a los abogados penalistas en el
ejercicio de su profesión, el reclamo por la prisión
preventiva es recurrente en Córdoba y se acomoda como anillo al dedo a lo
acontecido en la causa del Registro de la Propiedad, donde fue usada como
regla, no como excepción, encarcelándose al 70 por ciento de los imputados
durante años sin ningún tipo de juicio.
Incluso hubo
quienes testimoniaron que se les ofreció la libertad a cambio de declararse
culpable, lo que no deja de ser una repudiable y verdadera
locura.
Parece de
sentido común decir que la Constitución Nacional es una sola y si
bien desde el “Poder Judicial” existe la potestad de “interpretarla”, tal
atributo no debe convertirse en “poder” y “hacer”
arbitrarios. Si se excede el límite, se corre el riesgo que el mensaje sea:
“hacés lo que yo digo o te meto preso”, una bravuconada que nos coloca muy
cerca de la tiranía y de un injustificado autoritarismo y demasiado lejos
del Estado de Derecho que el Poder Judicial debe
mantener.
¿Para qué sirvió el paro?
EL PAÍS PERDIÓ MILLONES, EL ACATAMIENTO NO
FUE TOTAL Y LA
DIRIGENCIA NO ESCARMIENTA
Siempre que se encara alguna
acción en la vida, suele hacerse una intima previsión en el análisis de
costo-beneficio así sea en la apertura de un kiosko o en la formación de una
gran empresa de cualquier actividad.
Ese no parece ser el norte de
la dirigencia nacional de los trabajadores, esa que fuera columna vertebral del
Movimiento Nacional Justicialista en la que se encaramaron tantos personajes
algunos valiosos como otros detestables ejecutores de obstáculos para la
gestión de cualquier gobernante, en el marco de la democracia, que no comulgara
con sus intereses política e ideológicamente personales y monetarios.
Uno de los más claros ejemplos
de la historia reciente de los argentinos fue la cantidad de paros generales
que en número de 12 o más, ordenara quien fuera líder cegetista durante el
alfonsinismo, ese muchacho condenado a campera perpetua llamado Saúl Ubaldini.
Sería necio negar el respeto
por el derecho a la protesta, pero ese derecho de ninguna manera puede ser
meramente contemplativo con el daño emergente, que en el último caso de esta
semana pasada le significara al país una pérdida de 40 mil millones de pesos,
suma que de sólo enunciarla hace erizar los pelitos de la nuca a cualquiera.
Dejemos de lado los daños
colaterales que se producen ya con alarmante frecuencia como los ataques a
negocios, a medios de transporte, a la red vial, a la educación, a la salud pública,
a la justicia, a los ferrocarriles por citar sólo algunas consecuencias
evitables.
Tampoco es mentira que a veces
el juego de presiones, sobre todo la de no producir, despierta en algunas
patronales la conciencia de embolsar un poquito menos y ajustar los salarios un
poquito más o mejorar las condiciones de trabajo.
Surge entonces la inevitable
pregunta: ¿Para qué sirvió este paro? Si es desde el punto de vista partidista,
la oposición cree haberse fortalecido mientras que desde el poder se sostiene
que la gente, ya harta de paros porque quiere trabajar, repudia este tipo de
medida, cuando existen otras menos cruentas y salvajes como para apoyar
legítimas demandas.
Me viene a la cabeza un
cuentito que me contara un amigo, judío de herencia y de nacimiento: me decía
que en los ómnibus de Londres hay cartelitos que dicen “no converse con el
conductor ni lo distraiga hablándole de buenos wiskyes, de excelentes cigarros
o de cricket”.
Y que en los transportes de
París, el cartel dice “No distraiga al chófer hablándole de mujeres, de vinos
exquisitos, de burbujas ni de las bellas parisinas”.
Y con una graciosa sonrisa me
preguntó ¿sabe qué dicen los cartelitos en los ómnibus de Israel? Muy simple.
Dicen “¿Qué gana hablando con el conductor?
Más o menos lo mismo: ¿qué
ganamos con este paro?
Cada vez hay
menos testigos…
EL “CORDOBAZO” CAMINANDO HACIA UN OLVIDO
QUE EL VALOR DE AQUELLA GESTA NO MERECE
Parece mentira que haya pasado
medio siglo de aquella gesta de 1969 que como eco e imitación de las protestas
que ocurrían en Francia, en Grecia y en otras latitudes, llegaban a nuestra
ciudad y las hacían propias esa vocación contestataria de los trabajadores, los
estudiantes y la población oprimida por una dictadura militar encabezada por un
personaje que pretendía ser rey.
Como si hubiera rebobinado raudamente
los tiempos, me viene a la evocación, mirando desde uno de los balcones de la
vieja redacción de La Voz del Interior, en la avenida Colón, a las 11 en punto
-hora anunciada para el comienzo del paro y la movilización- un piquete que con un trozo de poste sacado
vaya Dios a saber de dónde, destrozaban las puerta principal de Thompson y
Williams, coqueta casa de ropa para hombres exigentes en la esquina de Olmos y
San Martín.
Con el acelerado correr de los
minutos nos fuimos enterando de la cantidad de trabajadores que venían desde Kaiser,
desde la Fiat y desde otras industrias en dirección al centro, los jóvenes que
ya manifestaban en las calles y la ocupación virtual del Barrio Clínicas.
La policía desbordada, los
periodistas, fotógrafos y camarógrafos que trabajábamos con cascos, tratábamos
de recorrer la ciudad intentando sortear cientos de barricadas que se armaban
en todas las esquinas, con fuegos que alimentaban los vecinos aportando
papeles, maderas y otros elementos combustibles.
A las 5 de la tarde cuando el
caos era enorme y generalizado, entró el ejército por calle Santa Rosa
desembarcando decenas de soldados a la altura del Aguaducho, para hacer desde
allí la descarga al aire -por ser la inicial- de fusiles más tremenda que pueda
recordar.
Ya circulaban las noticias de
la existencia de algunos muertos y gran cantidad de heridos que junto a mi
compañero de ala, el desaparecido fotógrafo Pedro Cabezón Carranza, excelente
profesional, podíamos constatar en el Hospital Clínicas ayudados por los
estudiantes de medicina que nos disfrazaron de médicos.
La noche de francotiradores fue
terrible, las calles eran gigantescos depósitos de autos incendiados, de postes
derribados sobre el cemento, de los restos de bombas molotov, del humo de los
incendios.
Con los días sobrevino la calma
y la ciudad lentamente se fue recuperando.
Todo esto es parte de la
historia, que ahora los más jóvenes pretenden enseñarnos cómo acontecieron las
cosas.
Por eso es trascendente la subsistencia
de la Asociación Civil 29 Testigos de la Historia, sobrevivientes mediáticos de
aquellos días de furia y de sangre.
Pero todo indica que son
mayores otros intereses que alentar la marcha de quienes sin ningún interés más
que el ser vivos testimonios por nuestra posición también como protagonistas,
que venimos peleando para vencer cierta indiferencia de aquellos que ya en el
poder, creen que con actos y recordaciones van a mantener viva la historia.
Es un deber y más que nada una
obligación, desarrollar la memoria con relatos y elementos de aquellos tiempos.
Dejando de lado esa posibilidad,
los 29 testigos de la historia seremos solamente un recuerdo entre nosotros.
La estabilidad
del dólar y los precios
UN SECTOR DEL EMPRESARIADO SIGUE CON SU
COSTUMBRE DE ATAR TODO AL BILLETE VERDE
Debo dejar en claro que mis
conocimientos acerca de economía no van más allá que los de un simple ciudadano
con estudios no terminados, pero intuitivo por eso de los años y acostumbrado a
elaborar sus propios diagnósticos basados en la realidad que le toca -que me
toca- vivir.
Y esa realidad me muestra que
luego de las tormentas que ocasionara el valor del dólar, su trepada diaria, su
nivel superando en un momento los 52 pesos y el maldito juego de todas las
especulaciones, parece que una cierta quietud ayudada por la inyección de
verdes que se hiciera a nuestras reservas, permite que la cotización de la
moneda norteamericana se mantenga en términos controlables y con tendencia a la
baja.
Eso ha movido, según me
comentaron, la comercialización de la soja y ayudó la determinación china de
comprarnos enormes volúmenes de porcinos y otras novedades del ámbito que al
menos no son tan desalentadoras.
Entonces empiezan a darme vuelta a la hora de los análisis caseros, por
qué razón los precios aumentan de manera tan desmesurada, cuando en esos
productos en ninguna de las etapas de su fabricación ni comercialización,
interviene el dólar.
Eso ocurre, me lo imagino y pido
disculpas porque seguramente me equivoco pero así lo siento, por la angurria de
ciertas etapas que recorre cualquier producto desde su base hasta el
consumidor.
Y se me ocurrió hacer
simplemente una comparación que tomé como modelo por la accesibilidad de los
datos, a mano en cualquier sistema vía internet: en febrero de 2016 el billete verde
se cotizaba a 14,59 por unidad y el precio del papel se cotizaba a equis valor
y con el dólar actual, digamos 46 pesos, lo que es una diferencia del 215 por
ciento con 2016, y actualmente ese mismo papel tiene un precio que supera en
ajuste al 250 por ciento y en ciertos casos al 285 por ciento.
En insumos informáticos,
haciendo idéntica comparación, los aumentos son del 330 por ciento para productos
no dolarizados.
¿Quiénes son entonces los
formadores de precios?
Los supermercadistas se ponen
furiosos cuando a ellos los califican como tales pero hay que ver y bien vale
repetir lo que sostuviera pocos días atrás, la enorme diferencia entre el
productor y el precio final al consumidor.
Entonces, si existiera un
control real y minucioso en las distintas etapas de la comercialización, se
terminarían los abusos de sea quien fuere, que nos tienen postrados,
especialmente por la inacción de quienes de alguna manera debieran velar por
los intereses de la gente.
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