9 de junio de 2019

S.L.B.: EL CIERRE DE LAS ALIANZAS, UN BOLILLERO DE LOTERÍA - SE ESPERA EN LA MUNICIPALIDAD UNA TRANSICIÓN ORDENADA - PRECIOS: REBAJAR LOS ABUSOS O RESIGNARSE A NO VENDER - MEGACAUSA Y JUSTICIA VERDADERA - ¿ENCONTRARÁ MACRI COMPAÑERA DE FÓRMULA EN LA U.C.R. CORDOBESA? - PASÓ EL DÍA NUESTRO CON DISTINCIONES Y FESTEJOS MENOS EN EL GREMIO - "BONUS TRACK" EN EL BLOG: 29 TESTIGOS DE LA HISTORIA EN LA UNICAMERAL Y SINCERA CONFESIÓN DE PERIODISTA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas de Radio Universidad de Córdoba, el 9/6/19 más un “bonus track” de “29 Testigos de la Historia”.

Intensas negociaciones y especulaciones
A LAS PUERTAS DEL CIERRE DE ALIANZAS
ES COMO UN BOLILLERO  DE  LA  LOTERÍA

   Aunque parezca una exageración, la realidad nos muestra la maraña de intereses y de candidatos que están en conversaciones, trenzas, suposiciones y toda la trama de negociaciones posibles para presentarle a un electorado sumamente exigente, condicionado por la situación de crisis y bombardeado con toda la artillería de la demagogia.
   Antes que nada, la gente se pregunta cómo puede digerir el hecho que todos prometen soluciones virtualmente mágicas, incluyendo a los que teniendo en su momento el poder en sus manos no pudieron instrumentarlas pese a que formaron parte de las respectivas plataformas.
   En esta postura y para ser justos, debemos incluir tanto a los que se fueron como a los que ahora están, sin olvidar a los que, por ejemplo, nos dejaron más recientemente una herencia del default y la deuda enorme por los juicios perdidos en aquellas patriadas de recuperar empresas que el mismo peronismo tiempo atrás pero que son parte de la memoria colectiva, había privatizado.
   Nos estamos enterando aunque existían sospechas, que al Club de París, a fondos buitres y a otros acreedores les tuvimos que pagar 25 mil millones de dólares según dicen, por una curiosa negociación que en su momento manejara el joven Axel Kicillof ahora ungido como candidato a la gobernación de Buenos Aires.
   Mejor que decir es hacer, decía el viejo líder y agregaba que mejor que prometer es realizar y no estaba equivocado, aunque sus seguidores y los que se disfrazan ahora de peronistas utilizan como bandera que no alcanzan a izar en el mástil de la historia.
   Es así que se dan situaciones más que curiosas y en algunos casos rayanas en la fantasía, como esa intención de mezclar el agua con el aceite en un arco ideológico que tiene caminos de derecha a izquierda y no son pocos los que lo han recorrido sin siquiera ponerse colorados y no me pidan ejemplos porque el tiempo es muy valioso y no son momentos para desperdiciar nada.
   El tema es que todos van y vienen, a veces aparecen en fotos, visitan radio y televisión y se encierran en un mutismo más cercano con las novelas que con la necesidad que tiene la sociedad de contar con tiempo suficiente, como para evaluar conveniencias, fijar posiciones y elegir a conciencia.
   No queda mucho  tiempo y las alianzas que surgirán serán el fruto de concienzudos análisis, evaluación de posibilidades porque a nadie le gusta perder, a lo que se hace menester agregar las infaltables apetencias personales.
   Aunque en verdad y tomando en cuenta la forma en que se está moviendo la Justicia con una dinámica para muchos impensada tiempo atrás, ha incorporado un aditamento más que especial: la necesidad imperiosa y vital de contar con eso que llaman fueros, que puedan consagrarles la segura impunidad.
   En esta postura, son muchos los que de ella están pendientes.
  
En su tramo final
LA TRANSICIÓN  EN  LA  MUNICIPALIDAD
PARECE QUE SERÁ LIMPIA Y ORDENADA
   Queda casi exactamente medio año, seis meses si se prefiere o alrededor de 182 días para que se concrete el traspaso de la Municipalidad de Córdoba al justicialismo, después de varios años en los que el sillón mayor del palacio 6 de Julio estuviera ocupado por un intendente radical.
   No debe ser fácil la conducción de un organismo macrocéfalo, cargado de empleados, acuciado por la necesidad de tercerizar muchos servicios que inexplicablemente no asume la planta permanente y el permanente hostigamiento -hoy algo sosegado- de un gremio insaciable a la hora de los salarios y basado en la antipática certeza de presionar con un millón y medio de rehenes.
   Esto, sumado a que durante mucho tiempo hubo diferencias en lo partidista y operativo con el gobierno provincial, de otro signo, lleva a pensar que la transición podía llegar a ser traumática.
   Pero no hay que apresurarse porque entre políticos con cierta experiencia, paralela juventud y ganas de evitar papelones, es para suponer que el traspaso y sus prolegómenos y como así también las consecuencias, se desarrollarán con la madurez que es de exigir por parte de la ciudadanía.
   Cuentas claras, sin escondrijos ni ocultamientos serán los elementos necesarios para poder decir, con el paso del tiempo, que la transición se concretó con todas las garantías y la honestidad necesarias.
   Lo más importante, por eso de la repercusión en el bolsillo de los vecinos, que no quedan muertos por levantar ni deudas impagables y que se sincere, alguna vez, todo lo relativo con la planta de personal, siempre centro de las dudas lo mismo que el porcentaje presupuestario que se asigna al cumplimiento salarial.
   Lo del transporte pésimo, el servicio de recolección de basura y otros problemitas, se irán sincerando con el tiempo.

Hay utilidades que son impúdicas
UNA ENCRUCIJADA COMERCIAL: REBAJAR EN
LOS ABUSOS  O  RESIGNARSE  A  NO  VENDER
   Los anuncios fueron muchos, posiblemente demasiados, en el sentido que al estar el dólar controlado y las tasas sin aumentar pero con tendencia a la baja, los precios evolucionarían en consecuencia y las cosas en algunos aspectos bajarían sus precios al consumidor.
   Es probable que en algunos rubros eso haya sucedido como en el precio de las hélices para helicópteros, en el valor del nabo verde de las Bahamas o en el champú para perros callejeros, pero poco y nada en los productos de consumo masivo,  especialmente los vinculados con la alimentación.
   Y vuelvo a lo de siempre, que despierta bronca en el sector empresario al que pertenecen los supermercadistas, por considerarlos a ellos como innegables formadores de precios, lo que equivale a rotularlos como fabricantes de inflación.
   Nada ha bajado de valor en las góndolas, salvo las ofertas con los artículos próximos a vencerse o que no registraban altos índices de consumo.
   Otro de los rubros más frecuentados en estos últimos días ha sido el de los concesionarios de automóviles, que meses atrás y empujados por los buenos índices de demanda,  se transformaron en exquisitos vendedores que con soberbia planteaban exigencias pese a lo cual sus estadísticas de ventas seguían ascendiendo.
   Y ahora, que no le pueden vender autos ni a los taxistas que siempre por lo general renuevan su flota, han caído de su soberbia al punto de ofrecerte un auto con pocos mangos, el usado que les puedas entregar, mil cuotas, planes sin interés y todo eso poco menos que presentando el DNI, alguna factura de servicios para verificar tu domicilio y un certificado de buena conducta.
   ¡Cómo cambian las cosas! Especialmente cuando eso de los precios cuidados y el ahora 12 resucitado vienen planteando las mejores expectativas para los consumidores, que pese a todo el despliegue publicitario han dejado de lado el vidrio como parte de la dieta habitual.
   Aquí lo que se impone es el respeto por esos precios cuidados, pero más que eso, que el Estado protector articule los mecanismos de control para verificar que las medidas aplicadas tienen beneficio para la gente.
   De no ser así, sería una nueva muestra de charlatanería que como siempre perjudica a los que menos tienen y más aspiran frente a las promesas.
   La soberbia comercial, alguna vez, debe morir…

El drama de la prisión preventiva
LA MEGACAUSA Y LA VIEJA LUCHA POR
ALCANZAR  UNA  JUSTICIA  VERDADERA
   El término “bajo sospecha” suele  poner en tela de juicio algo que se esté afirmando.  En la causa  del Registro de la Propiedad de Córdoba, en la que bien sabemos que se juzgaron  supuestas maniobras fraudulentas millonarias en las que se desbarató la seguridad jurídica de la provincia, no deja de resonar el hecho de que no haya ningún alto funcionario ni miembro del poder político responsabilizado, habiéndose achacado la culpa empleados, trabajadores  y personas comunes sin fortuna.  
   También llaman a reflexión  la decisión sistemática de prisión preventiva para todos los imputados, considerada arbitraria y abusiva en instancias nacionales e internacionales;  la designación de una comisión especial y única a cargo de todos los casos;  las amnesias de los investigadores judiciales, que olvidan en el juicio lo que declararon frente al Fiscal.
   Son elementos para tener en cuenta  los testigos anónimos, a quienes nadie puede ver, escuchar, ni confrontar;  los compradores de buena fe, que lejos de  ser defendidos por la justicia, fueron encarcelados y sindicados como cómplices de la situación y los condenados por íntima convicción.
   Párrafo aparte para algo que sonaba insólito pero que varias veces se practicó: eso de los extorsionados a declararse culpables a cambio de libertad; y, por el contrario, los “disculpados” emparentados  con el Poder en cualquiera de sus tres dimensiones.  
   El diccionario define el término sospecha como creencias, conjeturas o dudas que se generan a partir de ciertos indicios o indefiniciones. En el proceso del Registro, más que indicios, existen hechos concretos de avasallamiento de garantías, convalidados por instancias superiores autorizadas en la materia, razón por la cual, poner en “tela de juicio” los verdaderos motivos que existen ocultos, no es más que un  estricto ejercicio de inteligencia promedio y  elemental sentido común.

Festival de sorpresas en puerta
¿MACRI ENCONTRARÁ  EN  CÓRDOBA A
UNA MUJER U.C.R. PARA SU FÓRMULA?

   Lanzaron el chisme que Mauricio Macri estaría buscando una cordobesa con militancia en la Unión Cívica Radical para proponerle acompañarlo en la fórmula que buscará la reelección por otros cuatro años.
   Y así fue que las chicas abarrotaron los salones de peinado, manicura y maquillaje para entrar a la galería de las eventuales postulantes y a lo mejor en algún momento se les ocurra apelar a los antecedentes políticos, a sus realizaciones y proyectos, al sentido de la militancia y a otros elementos que consolidarían sus aspiraciones.
   Pero el tema es que la palabra presidencial se expandió a otras latitudes y así en pocas horas podríamos elaborar una lista con elementos como Vidal, Stolbyzer, Lilita Carrió, Laurita Rodríguez  Machado e incluso a Natalia de la Sota tomando en cuenta la óptima relación existente entre el felino y su amigo mediterráneo Juan Schiaretti, que como sabemos profesaba devoción por su antecesor y en una de esas continuador de su obra, el malogrado José Manuel.
   Así las cosas, es todo un revoltijo difícil de acomodar porque no hay nadie que suelte prenda acerca de eventuales negociaciones que se estarían realizando no tanto con las féminas, sino con los partidos a los que pertenecen y deben lealtad, compromiso y fidelidad.
   El tiempo será el inevitable partícipe de lujo en esta búsqueda y en el hallazgo de la candidata, digamos, más digerible por la corriente nacional de Cambiemos, que como se ha venido advirtiendo, es super exigente.
   Pasados estos chisporroteos lógicos motivados por las ansiedades, se dilucidará si los actuales rumores que aseguran que Mauricio busca una ladera, están por encima de algunas legítimas aspiraciones de personas que como por arte de magia, las precandidatas procuran marginar.
   Porque María Eugenia Vidal ha venido demostrando poseer ovarios suficientes como para enfrentar entre otras cosas a la tradición peronista de La Matanza y ha demostrado con hechos que es posible transformar con obras y no con promesas, al difícil y clave sector geográfico que por lo general, suele definir las elecciones nacionales.
   Estoy hablando, nada más ni nada menos que de la provincia de Buenos Aires.
   Y les cuento, ya que estamos, que la capital federal, la ciudad de Buenos Aires, está hecha una maravilla. Una pinrturita…

Reflexiones en una profesión invadida
EL DIA DEL PERIODISTA TRANSCURRIÓ EN
UN  CLIMA DE FESTEJOS  Y  DISTINCIONES


   Este viernes pasado conmemoramos el Día del Periodista, instituido en recordación de un nuevo aniversario de la aparición de La Gazeta de Buenos Ayres, inspirada por Mariano Moreno, primera expresión criolla de acuñar ideas en libertad, con el nacimiento de la Patria.
La institución de esta fecha surgió en Córdoba durante el gobierno de Amadeo Sabattini, cuando en 1938 deliberó aquí el Primer Congreso Nacional de Periodistas, en cuyo seno nació la iniciativa.
Un periodista es el hilo conductor entre el suceso y su estado público. El periodista de raza no es fiscal, defensor, juez ni verdugo y solo muestra una realidad, a veces descarnada que no puede modificar.
   Es asimismo un inductor de la toma de conciencia y orientador de opiniones; es quien hurga e indaga; es quien parte de la crítica para ayudar a construir. 
   Pero no son todas delicias las que jalonan la vida del periodista, al menos de aquellos amantes de la libertad. Son las primeras víctimas de los autoritarios, de los dictadores y de aquellos que los someten a barrotes o a mordazas y muchas veces son destinatarios de presiones de conciencia. Son también víctimas, en los conflictos armados que los muestran actuando en el frente, junto al máximo peligro.
   Entre nosotros, la libertad de expresión no es ni ha sido la graciosa concesión de ningún gobierno, sino el respeto hacia el ejercicio de la tarea periodística al amparo de la Constitución, de las leyes y del sentido ético.
   Los periodistas de ley no necesitamos que nadie nos indique lo que debemos decir o nos impongan lo que debemos callar, porque tenemos pensamiento y criterio propios, siempre que por la pauta publicitaria o por conservar el puesto no vendamos nuestra honestidad.
   Los periodistas sabemos que mientras impere el respeto a los preceptos básicos, y el pensar distinto no nos transforme en enemigos, no habrá sombras que perturben la certeza absoluta de libertad.
   Una libertad que no necesita padrinos ni leyes que la regulen, la condicionen o la impongan, porque el único reaseguro de gozarla radica en el simple e innegociable respeto por la Constitución y todo lo demás es inútil y disociante pirotecnia.
   Bien sabemos los periodistas, que formamos parte de una profesión casi salvajemente invadida. Invadida por médicos, deportistas, curas, rabinos, vedettes, manosantas, dietistas, funcionarios, actores, actrices, travestis, pitonisas, empresarios, modelos, abogados, economistas, corredores de autos, políticos en decadencia o cocineros. Son ellos, los invasores, los que reivindican la vigencia discepoleana de la biblia junto al calefón. 
  Porque la base moral y profesional es el mejor reaseguro para edificar desde allí la honestidad de informar, de opinar, de criticar o de aplaudir. Solamente quienes la poseen se sienten libres y están en condiciones de transmitir esa convicción de libertad que se fortalece día a día, solo en la fragua del trabajo y no en las filas de los partidos políticos, o en ese patético engendro que han dado en llamar periodismo militante, de donde surge el falso profesionalismo solamente interesado y fogoneado para imponer autoritariamente su ideología y el discurso único, por encima del sano equilibrio y del saludable disenso.
   Renueva entonces su vigencia la cita del genial Goethe, cuando sostuvo que “Solo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día”. Quienes nos sentimos como periodistas, salvajemente libres, lo compartimos plenamente.

Confesión con 60 años de profesión
ES  MARAVILLOSO  ESTO DE VIVIR
APRENDIENDO A SER PERIODISTA

    Y bien vale la pena recurrir al archivo para reiterar una posición formal con respecto a lo que íntimamente siento como periodista. A toda persona que ejerce el periodismo pero tiene colgado en alguna pared el diploma que lo acredita como tal que le fuera entregado en una solemne ceremonia académica y social, le asiste el legítimo derecho al orgullo de haber plasmado una vocación o una meta vital.
   Pero estamos los otros, los que abrazamos si, una fuerte propensión a informar, a analizar, a dar a conocer lo oculto, encubierto o ignorado sin pensar en la notoriedad o en la fama propia ni con delirios de marquesinas ni tumultos callejeros por firmar autógrafos. Somos -y descaradamente lo confieso- los que sin estudiar estilos, poses, silencios o elegir ropa de última moda, el mejor peinado y más cinematográfico maquillaje, nos lanzamos a esta cotidiana aventura de sentirnos útiles a la sociedad.
   Muchos somos el resultado -o la consecuencia- de habernos iniciado en esta atrapante pasión a mediados del pasado siglo, cuando el periodismo no se estudiaba sino que se ejercía por vocación y compromiso.
   Somos -porque en verdad no somos pocos- los que hacemos periodismo procurando las reacciones hacia afuera, hacia la gente y no hacia adentro como parte de esas sórdidas batallas mediáticas internas que desgastan a la persona humana y pretenden transformarnos en objeto negociable.
   Venimos del tiempo en que el ejercicio de esta maravillosa actividad nació como una adicción; como un vicio porque escribíamos o hablábamos desde el alma, sin antes hacer pasar la opinión por los bolsillos, en una actitud más emparentada con lo romántico que con el compromiso laboral que era dentro de todo prolijamente respetado.
   No deja de ser una piadosa mentira eso de la vieja bohemia, de las cabareteras trasnochadas al fiado o las interminables y amanecidas cafeteadas, sino una verdad de aquellos tiempos en que el periodismo era casi hermano de la literatura y no una parte esencial del marketinero divismo actual.  
   Somos de los tiempos del archivo, de la memoria, de recorrer bibliotecas y de andar las calles en el diario sacrificio de informar; de aquellos ayeres de vigilias y de temores, a diferencia de algunas jóvenes generaciones más hijas de Google que del esfuerzo.
   De todas maneras y dejando al margen a ese engendro -pariente de la promoción ideológica- que le llamaron “periodismo militante” y es una ofensa a la honestidad de informar, tenemos la obligación de unirnos los académicos y los líricos a la hora de la celebración, por el simple hecho de coincidir en lo que hacemos.
   Los periodistas comprometidos -todos menos aquellos a los que prefiero ignorar- que hacemos lo nuestro como un mimo para el espíritu y un virtuoso desenfreno para la propia intimidad, sabemos que nunca se llega a la meta y la desaparecida colega Oriana Fallaci definía magistralmente esa actitud: “Yo quiero caminar, no quiero llegar. Llegar es morir”.
   Es por eso seguramente y no porque tenga vocación de eternidad que más allá del diploma, prefiera esforzarme cada día en ser un buen periodista.

“BONUS TRACK”

A Gustavo Tobi, Rebeca Bortoleto y Gonio Ferrari
DISTINCIONES A TRES  PERIODISTAS
EN  EL RECINTO DE  LA UNICAMERAL
   Y el miércoles último en el recinto de la Legislatura Provincial, la Unicameral homenajeó con su reconocimiento a tres periodistas locales: Gustavo Tobi de Canal 12, Rebeca Bortoletto de los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba y a quien les habla, periodista con programa independiente en esta querida  Radio Universidad AM580, blog propio y otros compromisos laborales en mi profesión.
   Recibimos bonitas plaquetas recordatorias, el cariño y reconocimiento de la mayoría de los legisladores y autoridades y del público que se acercó al recinto para compartir el beneplácito. En esa oportunidad aproveché para entregar a quien presidía la sesión, el joven Daniel Passerini, un manifiesto de “29 Testigos de la Historia” asociación civil integrada por los periodistas que realizamos en 1969 la cobertura del “Cordobazo” y que desde tiempo atrás bregamos por conseguir una preservación y respeto por la memoria.
   Quiero divulgar el texto entregado en mano al vicepresidente de la Unicameral, quien se comprometió a ocuparse del tema y aunque no fuera leída en el recinto, incorporarla a la versión taquigráfica de la sesión:Sostenía Goethe que solo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día y esa ha sido mi brújula en esta profesión, quizás la más invadida de todas. Me congratulan las presencias en este recinto aunque a decir verdad, son las ausencias las que también me enaltecen.
Ambas me confirman que profesionalmente debo sentirme pleno en cuanto al respeto y la práctica de mis libres convicciones periodísticas.
Y si me permiten, es correcto y oportuno que en su momento y por estar vigentes, como parte de la historia cordobesa, se hayan acordado de la barra de Talleres y de la importancia de los cuartetos que ya tienen su lugar de evocación.
Lo que les pido, ahora como veterano de esta ciudad y de esta provincia maravillosa, que no cometan el pecado cívico de olvidarse del Cordobazo que más que recordaciones y ofrendas, merece un museo aunque su auténtico espíritu no sirva como generador de conductas a la hora de votar.
   Desde el 2015 no tenemos noticias de la sugerencia que hiciéramos al cordobesismo para la creación de un Museo del Periodismo Argentino. Más o menos desde entonces, esperamos respuesta de la Lotería de Córdoba (de Córdoba del Cordobazo) a una solicitud de dedicarle un sorteo de los 55 -más o menos- que realiza anualmente, para su sostenimiento.
   La asociación civil “29 Testigos de la historia” que integramos quienes vivimos el Cordobazo tiende a morir. El Cordobazo no fue una expresión sectorial, sino una señal de hartazgo generalizado frente a las injusticias y los privilegios más allá de las banderías ideológicas.
   Esa gesta no merece ser parte de los olvidos y es un honor, como ciudadano y caminador de noticias, que nos hayan tenido presentes.
   Es justo asimismo un reconocimiento a todos aquellos colegas que partieron definitivamente pero nos dejaron la impronta de su compromiso profesional”.
En nuestro día

PERIODISTAS AUTOCONVOCADOS PARA CELEBRAR YA 
QUE  LA  “DESORGANIZACIÓN  GREMIAL”  NO  LO  HIZO

   Desde tiempo atrás y por estar judicializado y para no entorpecer la marcha del asunto en ese ámbito es que no entramos en detalles pese a que muchos trabajadores de prensa se vienen quejando por los dolorosos desmanejos de la obra social del Cispren, otrora orgullo dentro de las organizaciones prestacionales de servicios de salud. En consecuencia y formalmente, todos aquellos que supieron figurar en los padrones y según se comenta fueron expulsados por quejarse, se autoconvocaron en un salón céntrico donde cerca de un centenar compartió el almuerzo de camaradería que cada uno solventó de su bolsillo, ya que el gremio al menos en lo conocido, no organizó ninguna celebración. En la reunión fraternal se dio esa maravillosa conjunción de memoria, afectos, anécdotas de momentos gratos y de situaciones críticas que nos tocara compartir. El reencuentro, cálido y cariñoso, sirvió para demostrar que cuando se practica el respeto pese a las diferencias ideológicas o políticas que pudieran existir, prevalecen la memoria y la solidaridad. Fue un dulce recuerdo que estuvo por encima de las veleidades burocráticas de una conducción que se alejó vaya a saberse por qué motivos, de las auténticas bases que la sustentaban.



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