14 de agosto de 2022

S.L.B.: EL SR. PRESIDENTE DICE QUE ESTAMOS CRECIENDO – HAY ESTRUENDOSOS SILENCIOS CEGETISTAS – EX ELLA BUSCA DEFENDERSE ATACANDO A LA JUSTICIA – MEGACAUSA DEL REGISTRO: ¿SE COMETEN “ERRORES TRIBUNALICIOS”? – NO PIENSO POR AHORA IRME DEL PAÍS: PREFIERO LUCHAR – AVANZA CÓRDOBA HACIA LA CARTELIZACIÓN DEL NARCOTRÁFICO – EL HORRENDO “MODELO MENGELE” ¿ENTRE NOSOTROS? – LA DE TALLERES, INÉDITA HAZAÑA QUE ENORGULLECE, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 14/08/22 emitido en dúplex por la AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba:

 
El presidente dice que estamos creciendo
RUBROS  DE  LOS  QUE  NO PODEMOS
SENTIRNOS FELICES NI ORGULLOSOS          

   El tema no es descalificar la seriedad de un mensaje presidencial oponiendo divergencias ideológicas o como fruto de posiciones antagónicas, sino que al considerar ciertos dichos los tomamos con liviandad por la propia liviandad que contienen, en lugar de clarificar un panorama confuso le aportaremos mayores dudas pese a la buena voluntad que pudiera existir de nuestra parte.
   Y eso es lo que precisamente sucede con la mayoría de las intervenciones mediáticas del Sr. Presidente de la Nación quien busca lucirse aportando cifras, estadísticas y porcentajes que realmente sorprenden porque mucho distan de la realidad cotidiana que vivimos los argentinos.
   Cuando al Dr. Fernández se le ocurre reiterar que “estamos creciendo y se nota” la verdad es que cuesta tomarlo con seriedad con solo evaluar nuestras propias experiencias, al advertir que cada día es  más oneroso hacer las compras, pagar los servicios esenciales o cumplir con la creciente presión tributaria que tan impíamente nos abruma y comprendo que el comentario, al evaluarlo, les puede provocar algo parecido a la gracia de prestar atención a un planteo tan elemental.
   Pero así son las cosas en la actualidad, con argentinos que crecen en número al ubicarse vergonzosamente por debajo de la línea de la pobreza, el incremento de la desnutrición infantil, el aumento de la deserción escolar, lo inalcanzable que es para muchos no hacerle faltar combustible ni mantenimiento al auto familiar y asimismo replantearse la frecuencia con la que concurrimos a restaurantes, al cine, a la cancha y a otras necesarias y hasta diría muchas de esas disipaciones que nos alejan del inevitable diván y la confesión de un estado mental que cada día más se aleja de la normalidad que necesitamos recuperar.
   Es cuando toma sentido esa afirmación presidencial que alude a un crecimiento generalizado porque si hilamos fino y evaluamos el panorama del que formamos parte, veremos con pena y angustia que los precios no dejan de aumentar, que aumenta la inflación hasta niveles impensados; que la inseguridad -que suele ser socialmente muy costosa- no alcanza un techo, que los servicios aunque sean esenciales no dejan de aumentar como si corrieran una carrera con los impuestos…
   Y el colegio de los chicos, y la ropa, las zapatillas, los medicamentos y las otras mínimas necesidades que al encaramarse en alturas inalcanzables, pagamos las consecuencias de la pérdida de una calidad de vida que merecemos gozar, aunque sea por el simple hecho de vivir en un país inmensa y potencialmente rico pero administrado por inútiles sin rumbo.
   Es cuando agachando la cabeza y reconociendo nuestra liviandad de análisis, pedimos disculpas al primer mandatario porque le asiste la razón: estamos creciendo en todos los aspectos ya apuntados, y eso que no tengo tiempo de ocuparme, por ejemplo, de la corrupción, de la desocupación y del narcotráfico…
 
Conducción cegetista y pólvora mojada
HAY SILENCIOS QUE SOBRESALEN
POR DEMASIADO  ESTRUENDOSOS                 
 
   Hay situaciones en que la memoria nos invade de recuerdos y vivencias irrepetibles, aunque cada una de ellas deja una aureola histórica por su trascendencia o por quienes las protagonizaron, y es así que al hablar de lucha sindical, pero la verdadera y no los amagues, las amenazas ni los ladridos, se nos presentan nombres como Ubaldini, Vandor, Tosco, Rucci, el Atilio López y tantos otros que se destacaron por su inteligencia puesta al servicio de los trabajadores y la combatividad necesaria para apuntalar los reclamos.
   La verdad, no me alcanza la memoria para recordar cuántas comisiones directivas, triunviratos u otras formas de conducción tuvieron el montón de CGT que se formaron, la mayoría de ellas con el rótulo de ser la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista, pero no faltaron los vivillos que con el tiempo arrebataron esas banderas, las aprovecharon y aún las aprovechan y expandieron la ideología cegetista desde la derecha que alentaba el “Potro” hasta la más recalcitrante de las izquierdas que finalmente recaló y se aposentó con su panzismo en Puerto Madero y sus adyacencias, incluyendo a ciertos clubes deportivos y uno que otro millonario emprendimiento.
   Los muchachos eran de cuidado, peleadores, de armas tomar y de utilizar ciertos mecanismos de presión política en apoyo de sus demandas, siempre con el respaldo justicialista aunque estuviera dividido o en vías de atomización y proscripción.
   Eran, ante el país, los peleadores por los derechos de los trabajadores, cíclicamente vulnerados por tiranías civiles o militares, y provocaban acciones con los consecuentes resultados, no siempre plagados de inocencia sino con signos de violencia que causaron demasiados daños en la sociedad argentina.
   Ellos protestaban, gritaban, mostraban sus armas y eran una especie de ejército de apoyo sindical a las protestas y reclamos, siempre y cuando no fueran a vulnerar la capa de protección de la que se armó el peronismo en los momentos críticos.
   Como ahora, que desde el poder sostienen ser peronistas de la primera hora, será de la última década llamada “ganada”, pero la verdad es que pese a los agudos problemas que padecen los trabajadores de norte a sur y de este a oeste del país, es como si a la que fuera combativa fuerza para lograr mejoras o al menos respeto, se le hubiera mojado la pólvora, les cortarían las mechas de sus estruendosos elementos o hubieran hecho un voto de no presiones bendecido por el Papa Francisco, pero la cuestión es que o se escondieron y no creo que por miedo, pero la mayoría de aquella dirigencia se tomó vacaciones y es por eso que con penosa frecuencia aparecen en las redes sociales sufriendo en las playas del imperio, esquiando en Europa, bebiendo sake en Japón o fotografiando canguros en Australia.
   Pero de aquí, desaparecieron o les extirparon las cuerdas vocales.
   Se les extraña esa acendrada y patriótica vocación por la lucha, pero seguramente el estresante cansancio de figurar y cobrar en conducciones gremiales por dos décadas y más, les agotó la paciencia, la combatividad y el intelecto…
   Vuelvan muchachos…
   Total, los argentinos en general son reconocidos cultores de la memoria corta…
 
Temas sensibles no deben mezclarse
ESO QUE “UN ATAQUE  ES LA MEJOR          
DEFENSA”, SOLO EN LOS DEPORTES
 
    “En rugby, la mejor defensa es un buen ataque”, sentenciaba por entonces allá por los ’70 el negro Manuel Peralta, implacable con el silbato así fuera una final o un exigente entrenamiento con la ovalada, sencillamente porque el “Negro” Peralta era un purista insobornable, y que para colmo, tenía razón.
   Pero en política, y a eso viene la comparación, las cosas son distintas por eso que algunos aunque no lo practiquen pero lo exigen, que le llaman “respeto” y han llegado a la íntima convicción que no hay otra mejor manera de pasar desde una maricona defensa al ataque más impiadoso, o al menos que los ubique en la consideración pública como seres más que pensantes, inteligentes y duchos en las batallas verbales.
   La doña Exella no pasa por los mejores momentos de su agitada historia política, jalonada más que por realizaciones, en la multitud de escalones que debe ir superando en sus lógicas ambiciones de supervivencia dentro de un complicado escenario, ese escenario donde día a día aparecen nuevos actores que van modificando los telones de fondo de una obra de terror, como lo es rendir cuentas a la sociedad cuando las pruebas aún no condenatorias se van amontonando para hacer crecer una angustia tan especial, como la que seguramente inspira el terror y peor aún, la alergia a los barrotes; a perder la libertad tan maravillosa y plenamente gozada al amparo de la propia y consagrada impunidad.
   Si bien no pierde legalidad eso de cuestionar formalmente a quienes acusan, existen otros elementos como para dar batalla que también están contemplados en el marco de la legalidad y uno de ellos, es sin dudas el sagrado derecho a la defensa, siempre y cuando no sea la propia conciencia la que intervenga con sus silenciosas alertas, que sólo escucha la persona cuestionada aunque muchas veces esos íntimos llamados de atención sean desoídos por la intervención de un factor al que denominan soberbia.
   Tomando en cuenta estas apreciaciones desapasionadas pero de fácil comprensión, es para pensar, aventurando determinaciones ajenas, que si se toman en cuenta, la Sra. no tendría por qué inquietarse si puede poner en claro ante la majestad de la Justicia, todo lo que le exija como explicaciones por sus procederes oportunamente cuestionados y si con sus argumentos -que dice poseer- desbaratar la severa acusación de haber delinquido en beneficio propio y del séquito al que se acusa de acompañarla, protegerla y encubrirla.
   Resumiendo, si es real y no tan sólo declamada la confianza en esa Justicia y asimismo es real el sagrado respeto por los códigos y las leyes, no se observa en el escandaloso panorama que se pretende instalar la cuestión, que existan impedimentos como para demostrar inocencia.
   Concepción Arenal supo comentar que “las convicciones firmes están en los extremos y en medio, la duda. El que no sabe nada y el que sabe mucho, afirman; el que sabe un poco, duda”.
   Lo importante para la historia, para nuestra historia, será conocer cuál es la íntima convicción de la Sra. Vicepresidenta, en esta etapa crucial de su vida con lo que podrá dilucidarse si tiene motivos o no para evitar esa incómoda ubicación en el banquillo de los acusados.
   Quienes la asisten optaron por defenderla atacando, como muchos hacen deportivamente, aunque esto no sea un juego ni nada que se le parezca sino cumplir con el rito de responderle a la sociedad argentina.
   Y aportamos, como antecedente cercano, la situación que vivió, padeció y ahora goza uno de sus antecesores en el mismo cargo, beneficiado por una Justicia que lo escuchó, lo juzgó, lo condenó y le otorgó luego esa especie de graciosa libertad.
 
La megacausa no pierde vigencia
¿NO EXISTEN LOS ERRORES EN LAS
‘EQUIVOCACIONES’ TRIBUNALICIAS?
 
   Como ejemplo del dictaminado actuar arbitrario del Poder Judicial cordobés en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, sirve el caso de dos imputados que fueron absueltos después de pasar casi tres años -y escúcheme bien- ¡tres años! en prisión preventiva.
   El Juez de Control, al momento de confirmar el encierro, había escrito, sin ninguna vergüenza, que no había pruebas contra ellos, ni firmas, ni escrituras de sus puños, ni tampoco testigos que los acusaran, esto es transcripción textual, pero, por su convicción quizás y aunque raye en lo ilegal, decidió mantener la prisión. 
   Sería esclarecedor preguntar a este juez qué resultado distinto a la absolución esperaba él de un juicio en estas condiciones.  ¿Se puede pensar entonces que habría un acuerdo de la comisión especial para condenar a todos de cualquier manera? 
   ¿Al antojo, humor o deleite de quién responde todo esto? 
   Cabe cuestionarse qué controles existen en la esfera judicial sobre este comportamiento de sus magistrados, si es que los hay. 
   Para las publicaciones gráficas existe la expresión “fe de erratas” que permite aclarar al autor de una noticia o información que haya sido incorrecta, como una especie de disculpa. ¿Existe alguna fe de erratas para el accionar del Poder Judicial?
   ¿Será que el Juez se disculpó con los imputados por este error, más bien horror, completamente evitable? 
   Bueno y necesario sería que existiera algún mecanismo que reparara, aunque fuera en parte, los daños ocasionados por el accionar judicial errado. Y si no está en la ley, debería surgirles como práctica espontánea, si no por profesionalismo o por ética, por elemental respeto a eso que llaman la dignidad humana. 
 
Alguien les está escamoteando el futuro
NO SOY DE ESOS TANTOS  QUE  AHORA
BUSCAN MANDARSE A MUDAR DEL PAÍS    

   No vayan a creer que es un acto de valentía cívica o de rebeldía frente a la inoperancia de un gobierno incapaz, cercado por problemas propios y ajenos, desorientado frente a una realidad autoprovocada y con personajes jaqueados por la Justicia, sino la convicción de no ceder a los embates de quienes abusando del poder nos escamotearon una grandeza merecida, un futuro elaborado con añejo sacrificio.
   Nos obligaron a que fuéramos partícipes y garantes de sus deudas; silenciosos cómplices y encubridores de una corrupción histórica, demandaban que los ovacionáramos desde nuestro encierro, mientras ellos vivían el jolgorio de sus privilegios, cagándose de risa protegidos por una selectiva impunidad que canallescamente consagraron.
   Nos obligaron también a digerir el verso de un futuro próspero que con nuestro sacrificio fue para ellos, ya empachados de prosperidad. Manejaron con el desprecio de la punta del pié a más de 40 millones de argentinos esperanzados y ya rechonchos de poder administrado con fanatismo, ofendieron a la Constitución, a las leyes y a la decencia ensanchando una grieta alimentada con soberbia e indemnidad.
   Y ahora, cuando se está corriendo el velo de la mentira lamentan que tantos argentinos quieran mandarse a mudar a cualquier destino donde encuentren decencia y no angurria; donde se premie y reconozca con calidad de vida el sacrificio y no se beque y sostenga la vagancia; donde puedan hacer planes para tener hijos y no hijos para tener planes.
   Aquello del preámbulo constitucional “…para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…” dio una voltereta para pasar de la inclusión a la marginación expulsiva que lleva a la partida sin destino al menos a un par de generaciones enfermas de inútiles esperas y mentirosas expectativas.
   Al poder se le agotaron los espejitos y las cuentas de colores, las promesas y el deslumbramiento de la más falsa y trucha de las demagogias. La opresiva y creciente desocupación es una peste generada por los desaciertos y derrapes de ese mismo poder al que poco le preocupan los índices negativos porque ellos ya aseguraron su porvenir, descendencia incluida.
   Son cientos los motivos para irse aunque el patriotismo íntimamente se empeñe en pretender transformarse en un freno a tantas ansias, por ser parte de ese futuro que tan ampliamente merecemos y debo confesar que asqueado por tantos hechos que nos empujaban hacia afuera, lejos, a donde nos recibieran, llegué a formar parte de ese ejército de la resignación para emigrar lejos o cerca, pero fuera de donde pocos se empeñan por gobernar para retenernos, ellos empupados y ebrios de riquezas inocultables, ofensivas, sumadas a oscuros privilegios.
   Pero tomé tardía conciencia, pese a mis años…
   Pensé y llegué a la penosa conclusión que los que mandan expulsan a los disconformes para que no les molesten, y ellos puedan enriquecerse más y sin riesgos, protestas ni acusaciones. Y fue por eso que decidí quedarme para honrar el sacrificio propio y el empeño enorme de tantos compatriotas que sin alternativas, debieron elegir nuevos rumbos de vida, humillados por la indiferencia que les malogró la fidelidad a sus raíces.
   Los invito fraternalmente a que nos quedemos; a que demos batalla, que no abandonemos la lucha ni arriemos las banderas de la decencia, del trabajo, del respeto hacia nuestro prójimo ni el compromiso de patriotismo que nos apegó a esta tierra generosa.
   Tenemos enormes ventajas porque somos muchos con tranquilidad de conciencia y con históricas agallas como para enfrentar a la adversidad y sus mentores, y salir airosos. Ahora si, por nosotros, por nuestras familias, por el futuro y por respeto republicano, nos quedemos y luchemos por lo que es nuestro desde el fondo de los siglos.
   Sobran las trincheras y estemos listos para ocuparlas más como argentinos que por vocación hacia el heroísmo y
que nuestro compromiso sea con un porvenir venturoso, porque después de tantos padecimientos, bien lo merecemos y razón le asiste a Sábato, quien supo comentar que los gestos de heroísmo demencial son los que nos rescatan de tanta iniquidad, porque no se puede vivir sin héroes, santos ni mártires.
   Después de todo, decidiremos sin condicionamientos, presiones ni coloridas y atractivas demagogias, nuestra innegociable libertad individual de actuar como mejor nos aconseje la conciencia y nos impongan las circunstancias.
   Porque hay una edad para irse, otra para volver y la más dura de todas, esa edad de quedarnos lejos para no volver jamás, que de sólo pensarlo, juro que suena espantoso.
 
Rosario también recorrió el mismo derrotero
¿CÓRDOBA  SIGUE EL CAMINO HACIA LA
“CARTELIZACIÓN” DEL NARCOTRÁFICO?    
 
   A veces son tan sorprendentes ciertas declaraciones de funcionarios con relación a temas candentes, preocupantes y abordados con cierta displicencia como lo es el crecimiento de la actividad del narcotráfico en Córdoba, que naturalmente nos lleva a pensar que no se opera todo lo que sería dable esperar para atacarlo, omisión que permite su no deseada expansión.
   El laberinto en el que se mueve esa temática, no deja de ser un estorbo condicionante del resultado que pueda tener la tibia lucha que existe para erradicarla de la preocupación ciudadana, desde el momento que en el poder sostienen que la situación está controlada y que nadie conseguirá instalarse formalmente aunque dentro de la ilegalidad, en los barrios cordobeses ubicados en zonas marginales o periféricas.
   Pecado de inocencia esta última apreciación, porque cualquiera de nosotros, los ciudadanos, tenemos conciencia que desde tiempo atrás existen esas localizaciones barriales donde los vecinos saben dónde, quienes y a cuánto se comercializan las sustancias prohibidas y en ciertos puntos de la zona Sur, cerca del Arco de Córdoba es escandalosa la actividad nocturna especialmente en los fines de semana, con profusión de vehículos de alta gama “haciendo las compras” o las motocicletas con los “delivery” atronando la noche con sus escapes.
   A la vista de tal panorama, suena como infantil creer en esa visión inocentona de restarle trascendencia a esas actividades crecientes, que creen hacer cambiar con los nocturnos vuelos de helicópteros que desvelan a los vecinos, alertan a los narcos y establece mínimos compases de espera en la actividad que vuelve a tomar fuerza cuando esos helicópteros regresan a sus bases y los dejan tranquilos ejerciendo su malsano comercio.
   Si no median acciones conjuntas, serias, intensivas, sin pausa y con algunos resultados más allá de los mínimos secuestros que se publicitan mediáticamente con amplitud, con relación al volumen que se comercia, eso de la “cartelización” de Córdoba será inevitable, con el agravante que el antecedente rosarino parece no haber servido para empujar a Córdoba a una acción que permita la neutralización de aquel despreciable cometido.
   Córdoba, bien viene repetirlo, es desde tiempo atrás una amplia zona roja en materia delictiva pero parece que esa vívida, peligrosa y degradante situación no ha llegado a los despachos de quienes mandan, que es de donde surgen las directivas para su neutralización.
   No es una fantasía ni producto del desconocimiento, pero cada vez nos vamos acercando más a repetir la penosa imagen rosarina.
   Pero al poder hay que entenderlo luego de evaluarlo: quienes lo ejercen están ocupados en otros menesteres, como lo es uno de ellos, el principal,  intensificar la campaña proselitista, en cumplimiento de esa constante de la casta dirigente: la eternidad  como dueños de la manija.
 
Hipótesis y rumores perniciosos
EL HORRENDO MODELO DE MENGELE PARECE
HABER TOMADO  CUERPO  ENTRE  NOSOTROS   
 
   Por suerte en las redes sociales podemos encontrar orientación para apuntalar ciertas sospechas que sin llegar a ser exageradas, bien pueden servir para encaminarnos en los casos de dudas, en situaciones que pueden estimarse con ciertos parecidos.
   Wikipedia consigna que “La experimentación nazi en seres humanos consistió en una serie de experimentos médicos llevados a cabo con una gran cantidad de prisioneros, por parte de la Alemania nazi en sus campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Los prisioneros, en su mayoría judíos de toda Europa, aunque también gitanos, prisioneros de guerra soviéticos y alemanes discapacitados, fueron coercionados a participar y nunca hubo un consentimiento informado. Por lo general, los experimentos resultaron en la muerte, desfiguración o discapacidad permanente, y por lo tanto son considerados como ejemplos de tortura médica. Uno de los más controvertidos fue Josef Mengele, quien condujo experimentos en Auschwitz”.​
   Estos y otros crímenes fueron juzgados en lo que se conoció como el Juicio de los doctores y el rechazo a los abusos perpetrados, llevó al desarrollo del Código de Núremberg sobre ética médica.
   Las últimas horas han sido pródigas en informar acerca de las sospechosas muertes de niños recién nacidos en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, alrededor de una decena de casos fatales con parecidas características, lo que se remonta al año pasado en el mismo centro asistencial.
  Informan los medios que “la responsable sería una enfermera con muy buenos antecedentes y un excelente currículum” lo que de ninguna manera devalúa las sospechas de participación de otras complicidades y sin que signifique aventurar juicios y menos condenas, bueno sería no perder de vista esa sempiterna manía de los laboratorios de todo el mundo por experimentar encubiertamente con seres humanos.
   Lo que se impone en estas circunstancias, por haber sido ya correctamente judicializada la cuestión, que tanto las autoridades del área provincial desde el ministerio respectivo hasta el sillón mayor del Panal, aparezcan con las imprescindibles explicaciones que orienten a la ciudadanía para evitar el crecimiento de las usinas de rumores.
   Naturalmente que los tiempos de la Justicia no son los mismos que manejan las ansiedades de la comunidad.
   Ha quedado demostrado en recientes instancias parecidas, que el silencio oficial es el peor -o el mejor- de los mecanismos para confundir a la gente
 
Más allá de la frustración deportiva…
LA DE TALLERES ALCANZÓ A SER UNA
INÉDITA HAZAÑA PLENA  DE  ORGULLO         
 
   Seguramente los simpatizantes y fanáticos del Club Atlético Talleres han asumido la realidad de su eliminación de un torneo de tamaña trascendencia  como lo es la Copa Libertadores de América, en un marco de orgullo pero con lógica insatisfacción al haber interrumpido su camino hacia las semifinales.
   Visto objetivamente el panorama actual, no es un logro menor haber llegado a esas instancias, porque es la primera vez que una escuadra cordobesa las alcanza, dándose incluso el placer de haber jugado en uno de los estadios más emblemáticos del planeta como lo es el Maracaná de Rio de Janeiro.
   No es un consuelo frente a la decepción, pero que al menos sirva de guía para seguir encarando el futuro con seriedad institucional y calidad deportiva, en una actividad donde es tan feroz la competencia.
   Talleres ha pasado a ser, de todas maneras y pese a los “pechos fríos”, un  cálido ejemplo de lo que es el resultado del trabajo a conciencia, con elevado sentido de compromiso hacia sus seguidores.
   Lo importante en la vida, es ir superando escalones y obstáculos y Talleres con su fibra y su impronta, lo ha conseguido no tan sólo para satisfacción de su hinchada, sino para el deporte cordobés.
   Y eso sólo, de por sí, ya es bastante…

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