25 de diciembre de 2022

S.L.B.: A LOS GALOS NO LES GUSTA PERDER Y SE QUEJAN TARDÍAMENTE DESPUÉS DE SUFRIR INÉDITO BAILE – EL DESACATO ANUNCIADO POR EL SR. PRESIDENTE ¿ES CAPRICHO, ORDEN DESDE ABAJO O DESESPERACIÓN? – LA MEGACAUSA DEL REGISTRO, SIEMPRE AL DÍA – SAQUEOS QUE NO FUERON TANTO AUNQUE NO ES POSITIVO VENDER UNA TRANQUILIDAD INEXISTENTE – LLEGADA ESTA ÚLTIMA PARTE DEL AÑO, NADA MEJOR QUE FESTEJARLO CON SALUD Y AMOR - A LA FILOSOFÍA DE LA GRIETA NO LE FALTAN CULTORES, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 758 del domingo 25/12/2022, emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Allá tienen varios campitos para llorar
A LOS GALOS NO LES GUSTA PERDER Y AHORA
SE QUEJAN DESPUÉS DE SUFRIR INÉDITO BAILE
 
  Europa, pese a ser el segundo continente más pequeño de acuerdo con lo que recuerdo del secundario, tiene alrededor de 10 millones 180 mil kilómetros cuadrados de superficie y la superficie de Francia anda por los 644 mil kilómetros, también cuadrados, lo que supone pensar que ambos territorios son de una respetable amplitud.
   En la final mundial jugada en Qatar, el baile que le propinara nuestra selección a los penúltimos campeones mundiales, será memorable con el correr de los siglos, con exageración incluida, porque de vez en cuando les prestamos la pelota para que intentaran algo positivo y creativo en nombre de sus propios blasones y más que nada, por las despectivas declaraciones que regurgitaron su director técnico y algunos de los jugadores, seguros que su poderío anularía las pretensiones de nosotros, los sudacas.
   Tremendo error eso de festejar por anticipado la boda aunque ella haya jurado llegar impoluta, y él se hubiera empeñado en comprar los anillos y hacerle pagar la fiesta a sus padres, porque a veces las cosas se definen de tal manera, que en lugar de ser una generalizada fiesta deportiva, deviene en tragedia para los poderosos y en triunfo para los cultores, no de la humildad absoluta, pero sí del buen fútbol.
  Y pasaron las angustias, las 23 atenciones de urgencia que requirieron otros tantos afectados por pre infartos en un caracterizado centro de atención coronaria de nuestra ciudad, y los cardiólogos que hasta atendían consultas telefónicas de sus amigos que no querían alejarse del televisor, después que las cosas cambiaron en el segundo tiempo, se agravaron en el alargue y llegaron a la necesaria desfibrilación durante la lotería de los penales.
   Concluido el trámite sobrevino la lógica euforia, los abrazos mojados de lágrimas, algunas señas innecesarias propias de la guasedad de ciertos admirados personajes, deportivamente hablando, el delirio y los cantos en el vestuario y la parte seria de la ceremonia, incluyendo a un caballeroso Macrón felicitándonos, o el abrazo del emir dueño de casa al que ahora sostiene, y con derechos y antecedentes, que naufragó la condición de mufa, “yettatore” que le había sido asignada desde la tribuna nacional & popular.
   Ganamos con todas las de la ley, somos por tercera vez campeones mundiales y las celebraciones viajaron por esa magia de la tecnología actual, al delirio de más de 45 millones de argentinos que habían agotado en pocas horas sus existencias de ansiolíticos, alejamiento del televisor, encierros en el baño, pastillas para dormir al menos un par de horas la siesta ritual y despertarse frente a los hechos consumados, y otras actitudes propias de quienes han sido destinatarios de tantas y tantas frustraciones deportivas y de manera especial en el fútbol.
   Todos estos detalles, pese a tener mitos como Maradona (sólo en su condición de futbolista) y la avasallante personalidad de Messi en la integridad de su persona, un tipo con el privilegio de tener familia ejemplar, correcto comportamiento dentro y fuera de la cancha, nunca llorar frente a un guadañazo o un pisotón alevoso, pero con un piolín invisible atado a la pelota, porque la
lleva de la manera que se le antoja, pese a sus piernas cortas y su estatura que no llega a los estándares proclamados por quienes saben de fútbol.
   Debemos agregar a estos buenos antecedentes la sabiduría del otro Lio, en este caso Scaloni, amo y señor de la estrategia, los cambios certeros y oportunos y la hazaña de hacer un equipo de verdad que jugaba como tal, entre tantas estrellas abrumadas ahora por la fama, la notoriedad y el aumento de su cotización internacional.
   Lógicamente en Francia, el luto de la frustración que ya apuntamos y la bronca por haber tomado el champán antes del silbato final e irreversible.
   Hasta allí todo bien, salvo que cuando fueron tomando conciencia allá en la vieja Europa que los sudacas eran los verdaderos campeones, cundió la desesperación, escaló a la categoría de pánico y trepó luego, sin freno ni misericordia, al nivel de papelón internacional, lloro de los débiles, angustia de los que han sido superados y bailados, al protestar formalmente que uno o dos de los goles nuestros habían sido logrados estando en infracción sus mentores.
   Todo esto, para la antología de la estupidez y de la poca vergüenza y alejado de la grandeza y la hidalguía de reconocer, porque eso cabe, que hubo un equipo superior al de ellos y por eso la ansiada Copa ya está entre nosotros, más paseada que turista que toma un inapropiado taxi en la terminal o en el aeropuerto.
   No es mi intención burlarme de los galos porque respeto su grandeza, su cultura, su Edith Piaf, su Charles Aznavour, sus noches parisinas, el Folí Berger y todo lo demás, pero desde la escasa estatura deportiva que desde allá muchos nos asignan, es mi deber con mucho de placer, hacerles saber aunque lo sepan pero lo escondan, que ellos tienen campitos cercanos al medio millón de kilómetros cuadrados para ir a llorar.
   Pero que el fútbol, el verdadero deporte, se juega en la cancha y no en los ámbitos gubernamentales ni entre los dudosamente límpidos patriarcas de la Fifa.
   Darles bola a ellos, sería como dejarnos, ¿sabe qué y con perdón? Sería como dejarnos fifar…
 
¿Capricho, orden desde abajo o desacato?
SEA COMO  FUERE, NO  DEJA  DE  SER  OFENSIVO
PARA LA DECLAMADA MAJESTAD DE LA JUSTICIA
 

  Una de las informaciones más recientes consigna que algunos referentes políticos denunciaron penalmente al presidente Alberto Fernández por incumplir, en insólito desafío, el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que ordenó devolverle partidas coparticipables a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sumando a esta actitud que los diputados radicales presentarán un proyecto para iniciarle juicio político, proceso que difícilmente prospere tomando en cuenta la composición de bancas en el Congreso Nacional.
   El sector minoritario se sumó a las críticas en muchos casos apelando a duros términos y la conducción nacional opositora centralizó el mensaje a través de un comunicado, en el que se repudió la “explícita desobediencia” del jefe del Estado y alertó acerca que “el incumplimiento representa un conflicto institucional y de poderes sin precedentes en la historia de nuestro país”.
   No faltaron quienes rotularan con mucho de exageración a esa actitud, como golpe de Estado.
   El titular del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta la caratuló preguntándose acerca del fallo de la corte si era “cumplimiento imposible” o decisión de confrontar? agregando que “No es opcional acatar un fallo de la Justicia, es esencial para convivir en sociedad y en estado de derecho. Abandonar estos principios es la antesala a poner en juego la República y la democracia. Es hora de terminar con la impunidad y los privilegios en la Argentina”, plantearon desde la cúpula opositora.
   También el jefe de gobierno porteño, en conferencia de prensa y al referirse al inédito conflicto aseguró que “Esto no es contra la Ciudad, esto es quebrar el orden constitucional. El Presidente decidió atentar contra el Estado de derecho, contra la democracia”.
   A todo esto el Presidente Dr. Fernández adelantó que no acatará el fallo de la Corte que ordenó devolverle fondos a Ciudad de Buenos Aires y el referente del PRO  anotado ya en la carrera para llegar a la Casa Rosada en 2023, expresó además que recurrirá nuevamente a la Corte Suprema de Justicia para pedir que se cumpla el fallo y que denunciará a los organismos y a cada uno de los funcionarios responsables de “incumplirlo”.
   “Algo que me sorprende mucho es que algunos gobernadores estén acompañando al Presidente en este ataque a la Justicia porque los gobernadores saben del peligro institucional que esto supone. Son gobernadores que fueron votados para defender a sus provincias y hoy, en esto, están apoyando al gobierno nacional para que arbitrariamente pueda sacarle fondos a cualquier distrito autónomo”, agregó Rodríguez Larreta.
   Cabe recordar que el Presidente de la Nación se alzó contra la Corte tras una cumbre de urgencia que mantuvo con la mayoría de los mandatarios provinciales peronistas para analizar el plan de acción ante la orden de devolverle a la ciudad autónoma casi el 3 por ciento de la masa coparticipable, que en 2023 significará partidas adicionales por $ 180.000 millones.
   Es bueno recordar que el máximo tribunal de la Nación todavía no se pronunció acerca de la cuestión de fondo en aquella causa que iniciara la administración de Rodríguez Larreta, cuando la Casa Rosada le quitó, allá por el 2020, las partidas que le dio Mauricio Macri durante su presidencia para cubrir el traspaso de la policía.
   Las redes sociales son pródigas en comentarios, acusaciones e interpretaciones de algo que, realmente, está reservado a los expertos, pero bien vale rescatar algunos conceptos circulantes, como que, “la Constitución existe para ponerle límites a los gobiernos, y es imprescindible conocerla y defenderla.
¿Qué pasa si un gobierno se subleva contra la Constitución, y no la obedece?”.
   Ese es el interrogante más comprometido y seguramente la Corte podrá ponerlo en claro y más que nada hacerlo respetar.
   Todo lo demás, el resto deberá dilucidarse en el ámbito correspondiente, rogando que por encima de cualquier especulación de las tantas que nos rodean, sobresalga el respeto por nuestra Carta Magna y el resto que siga siendo parte de la acostumbrada pirotecnia que enmarca a cada situación crítica que vivimos los argentinos.
   En pocas palabras, una simple cuestión de respeto y acatamiento a nuestra Constitución Nacional.

Megacausa del Registro de la Propiedad
‘REVISAR’ Y SUS SINÓNIMOS PARECE QUE NO
FIGURAN EN EL DICCIONARIO DE LA JUSTICIA
 
   Según nuestro diccionario sumado al permanente berretín periodístico de frecuentarlo, la acción de revisar, significa ver con atención y cuidado, y/o someter algo a nuevo examen para corregirlo, enmendarlo o repararlo.
    Es bueno agregar, para un mejor entendimiento y comprensión, que son sinónimos de esta palabra los términos observar, inspeccionar, explorar, investigar, controlar, comprobar, reconocer, considerar y verificar, entre otros, esto es, un despliegue de acciones que muchas personas imputadas en la sonada y ya antigua pero siempre actual causa del Registro de la Propiedad de Córdoba están reclamando al Poder Judicial cordobés que se realicen.
   ¿Por qué?
   Simplemente porque existen demasiadas y puntuales cosas que llaman la atención, como la prisión de trabajadores comunes durante años, sin que pasaran previamente por juicio, incluso sin denuncia de víctimas, ni querellantes particulares, o conductas como la del juez que encerró a dos imputados escribiendo que no tenía pruebas, pero él estaba convencido, apoyado seguramente en eso de la íntima convicción.
   Además, porque queda fuera de las leyes que se nombrara una comisión especial para todos los casos, en lugar de jueces por sorteo y un detalle sobresaliente como lo es que no se respetara la doble instancia con otro fiscal al llegar a juicio.
   También, porque hace ruido el “vistagordismo” judicial (léase: nunca citados ni molestados) del que fueran beneficiarios los funcionarios y responsables de altos cargos, señalados y denunciados en muchos casos. Más aún, porque numerosas Organizaciones de Derechos, locales, nacionales e internacionales, como nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación y la Organización de las Naciones Unidas, dictaminaron la existencia de arbitrariedades en la causa.
   Por todo esto, pedir a la Justicia cordobesa que observe, inspeccione, explore, investigue, controle, compruebe, reconozca, considere y verifique lo actuado en la causa del Registro de la Propiedad no es delirio navideño ni nada que se le parezca, sino la urgente necesidad de enmendar y reparar la ceguera y el olvidado equilibrio que históricamente ha sabido lucir y aplicar la dama de la Justicia.
 
Tenemos un complicado panorama social
SAQUEOS QUE NO FUERON TANTO PERO TAMPOCO
ES POSITIVO VENDER  TRANQUILIDAD  INEXISTENTE
 
   Llevados por una costumbre meramente estadística y reflejo de las realidades que vivimos los argentinos y de manera puntual los cordobeses, bien sabemos que estos meses, o mejor dicho estos días de festividades obran como una especie de aliciente para las demandas de los menos afortunados, de los acostumbrados a vivir a expensas del prójimo, de los comerciantes inescrupulosos y en otros ámbitos, que estimulan las ansias de libertad de aquellos que pasan una temporada entre rejas, por lo que los motines carcelarios casi supieron tener fecha de inicio tiempo atrás.
   En el tema específico de las demandas de organizaciones que se dicen sociales, pero en muchos casos son apéndices tolerados por el poder, eso de amedrentar presencialmente en los grandes supermercados y en todo negocio dedicado a la venta de alimentos aunque también comercien electrónica, televisores, bicicletas, indumentaria y otros variados artículos, supo transformarse en elemento de presión para que “voluntariamente” y escrito entre comillas, se decidiera por parte de las grandes superficies y después en las otras, entregar mercadería con lo que al menos reducían los riesgos y los efectos de un saqueo.
   Por eso pocos días atrás, anteayer para ser más preciso, comenzó a rodar en la ciudad el rumor de saqueos en el centro, pero rápidamente desde el poder se encargaron de minimizar la situación quitándole trascendencia, pese a que la TV mostró corridas luego de una concentración de militantes de organizaciones llamémosle sociales, aunque sean netamente políticas con variada ideología ya conocida.
   La verdad es que la alarma cundió en los barrios donde las carencias son menores, al suponer que si de esa manera comenzaban en el centro, la policía no actuaría y serían ellos las víctimas de esos hechos que una vez que se desencadenan y se reiteran, no alcanzan las fuerzas del orden para controlar esas situaciones, especialmente porque desde el poder quieren evitar todo lo que sean enfrentamientos.
   Pero tampoco es bueno negar una realidad acuciante de la crisis en muchos aspectos que nos agobia, más allá de lo alimentario, habitacional, sanitario, educacional o lo que fuere, porque la situación tiende a un agravamiento que parecen ignorar los que mandan, porque ellos sí que están seguros de su vida y pertenencias.
   Vale entonces recomendar o mejor dicho recordarles a las autoridades, que la policía no es un organismo estático ni sus integrantes son estatuas o espantapájaros para ahuyentar buitres, sino una fuerza que necesita permanente movilización, reemplazando a la inutilidad de los controles vehiculares en lugares ampliamente previsibles.
   Patrullar la ciudad y custodiar especialmente a los grandes comercios, es algo fácil de encarar si es que son reales todos los vehículos que dicen agregar a la flota, la cantidad de personal operativo de la fuerza azul para una adecuada prevención y el presupuesto que los acompañe en materia de mantenimiento de patrulleros.
   Si no lo hacen, quedará al desnudo una verdad de la cual tanto se sospecha, que más que efectivos, pertrechos y presupuesto, es mucho lo que se gasta en promocionar una seguridad que cada día más se deteriora.
   Porque posiblemente, eso de los saqueos y su difusión, haya sido una advertencia que el poder tiene la obligación de escuchar y prevenir para que no se concrete.
 
¿Recuerdan a quien nos enseñaría a pensar?
A LA FILOSOFÍA NACIONAL & POPULAR ES DIFÍCIL
QUE  ENTRE  NOSOTROS  LE  FALTEN  CULTORES
 
   Ricardo Forster, filósofo universitario y militante kirchnerista de acendrada trascendencia, supo ser designado en un cargo virtualmente ministerial, para un cometido que postulaba algo así como la acción de un experto en enseñarnos a pensar y ya recordaré puntualmente cuál era el cargo.
   Hombre de la TV condujo espacios de entrevistas a notables del quehacer argentino, editó una numerosa cantidad de libros y es miembro del comité de dirección de la revista Pensamiento de los Confines y colaborador del diario Página/12 y en 2008 creó, junto a Nicolás Casullo, Horacio González, María Pia López y otros, el Espacio Carta Abierta.
   Bueno… los mecanismos de la memoria me están ayudando y recuerdo ahora que allá por el año 2014, calculo, fue designado por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner como titular de la nueva Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, dependiente del Ministerio de Cultura, cargo que mantuvo hasta diciembre del 2015 porque el organismo cuya conducción le confiaran, con una regular cantidad de empleados, fue disuelto por el gobierno de Mauricio Macri días después de asumir.
  Se lo cuestionó porque para muchos era advertir que se trataba de alguien que tenía el objetivo -peregrino si se quiere- de enseñarnos a pensar pero seguramente con una definida orientación. Lo que no era compartido en general por esa inveterada costumbre nuestra que es también un derecho, de pensar como se nos cante.
  Terminado el mundial de Qatar, evaluado de mil distintas maneras por el periodismo especializado y por el otro que suele ser mayoría, Forster celebró lo vivido en las calles porteñas “donde medios públicos trataron de ver una división” aunque el intelectual marcó una unidad y en ese marco no faltaron los debates sobre los sentidos sociales del recorrido, del paso o no por la Casa Rosada. Frente a las apuradas acusaciones de “desclasados” a los jugadores por parte de Nicolás Fiorentino en la TV Pública, el filósofo Ricardo Forster celebró que lo que había en la calle, incluyendo al equipo de fútbol, era unidad.
   "El fútbol es una metáfora de cómo vivimos y sentimos los argentinos", sostuvo el doctor en filosofía, afirmando que "Es parte de nuestra vida cultural, de nuestros sentimientos y de nuestra memoria. También de la infancia y de los vínculos que hemos construí
ido a lo largo del camino. Y cuando se trata de la selección, eso ya se multiplica, hay un algo que crece y se expande", expresó mediáticamente.
   Luego y a título de confesión que despertó algunos rechazos, dijo “Vimos rostros alegres que no veíamos hace tiempo en las calles de la Ciudad de Buenos Aires” y reconoció asimismo que hay un grupo que vio con desagrado lo ocurrido y sostuvo: “Hay gente que tiene a los medios concentrados como núcleo fundamental y a una parte, para nada menor, de la oposición política que se proclaman en contra de cualquier proyecto de ampliación de derechos, de democratización de la vida o que huela a pueblo”.
   “Ellos sienten que millones de personas en las calles pueden generar otra cosa, puede ser una energía para ir hacia lo que le hace falta a nuestra sociedad, que es precisamente distribuir el ingreso; le tienen miedo a las multitudes”, sentenció Forster y aseguró que “Le tienen miedo o rechazo a las multitudes también por una cuestión estética, para ellos el pueblo en la calle es algo de mal gusto, ven al populacho como un sujeto irracional, puramente afectivo, que no mide sus acciones. Se creen parte de una élite, y esconde muchas veces una cuestión racial" y calificó a la multitud en las calles que representan “algo de carnavalesco”.
   “La fiesta siempre le pareció, a las clases dominantes, algo oscuro, peligroso y que hay que controlar y, si es posible, impedir, bueno lo intentaron, no sé por qué no se prepararon las cosas como para que se pudiera transitar con el micro toda la avenida 9 de Julio”, cuestionó. “Se ha buscado reducir el recorrido del festejo porque a más recorrido, más barrios, más multitud, más pueblo, bueno evidentemente no tenían muchas ganas de eso”, concluyó.
  El palo para Rodriguez Larreta era evidente y dirigido científicamente y en el programa de TV "Desiguales" de la televisión oficialista, el periodista Nicolás Fiorentino tildó al plantel de jugadores de “desclasados” apoyando su concepto sintetizando “Perdón por lo que voy a decir, tal vez es el momento más incómodo, porque en este momento son ídolos nacionales y populares, pero la gran mayoría de los futbolistas profesionales son unos desclasados”, apoyándose en que todos militan en equipos extranjeros.
   Las cosas no terminaron allí: desde la otra vereda el periodista Jonatan Viale del diario La Nación twitteó: "En la TV Pública tratan a los jugadores de la Selección Argentina de 'desclasados' por no ir a la Casa Rosada. Sino puedo usarte, te destrozo. Esclavo o enemigo. Kirchnerismo en estado puro".
  Forster debiera, antes que nada, poner las cosas en su lugar porque incluso dentro de su tropa hay gente con pensamientos indeseados…
 
El tierno 2023 ya se viene asomando…
LLEGADA ESTA ÚLTIMA PARTE DEL AÑO NADA
MEJOR QUE FESTEJARLO CON SALUD Y AMOR
 
   Entramos a la última semana de este ajetreado y dinámico 2022, segundo año y algo más de parálisis en muchos aspectos de nuestras vidas, condicionadas por los encierros, barbijos, alejamientos y otras medidas necesarias en su momento para enfrentar el temible y letal enemigo que nos dejó, por culpas propias y sin olvidar las omisiones ajenas, más de 150 mil muertos en nuestro país, uno de los índices más elevados de acuerdo con estadísticas internacionales.
   No me digan que fue humanamente oneroso soportar estos 365 días, porque al adelgazar sus contenidos y las expectativas, es como si el tiempo hubiera aumentado su velocidad y en lugar de las 24 horas esos días hubieran tenido una merma importante, hasta el punto que nos parece que fue ayer, cuando escuchamos la primera vez aquello de aislarnos, de usar máscaras, de no salir de casa, de no reunirnos y lo peor de todo, que frente a lo inevitable de las ausencias sin retorno, ni siquiera teníamos el derecho a la despedida, ni a un último adiós porque todo quedaba encerrado en las ominosas bolsas negras, con vaya Dios a saber si sus contenidos eran los declarados.
   Poco a poco la normalidad fue avanzando, en algunos aspectos apresuradamente y con imprudencias que obligaron a restablecer algunos cepos, tan necesarios como rechazados o incomprendidos por buena parte de la sociedad, que veía en esas medidas la sombra de maniobras políticas o determinadas por otros intereses que no eran los de la sociedad, sino de la casta política, de todos los colores, que cada uno a su manera y estilo buscó aprovechar y la muestra está en el apresuramiento por imponer un tiempo de elecciones con dos años o más de anticipación.
   Esa determinación fue también dilatoria en las expectativas populares, una especie de distracción nacional y popular que nos alejara de las angustias, los lutos, los pesares y esa impuesta manera de extrañar a seres de los que ni siquiera habíamos podido despedirnos.
   En fin, evaluemos la realidad sin mirar hacia atrás respetando aquello que es imposible conducir un vehículo con los ojos concentrados en los espejos retrovisores, porque sería una garantía absoluta del desastre emergente.
   En consecuencia y poco a poco, es como si hubiéramos ido tomando conciencia de lo que llaman futuro, eso que Einstein definió de manera magistral sosteniendo que nunca pensaba en tal detalle porque llegaba muy rápido.
   Los argentinos, salvo algunas poco honrosas excepciones, entendimos que el único camino hacia la normalidad era transformarnos en celosos cultores de la paciencia, aunque no hayamos leído a Balzac y su afirmación que todo poder humano se forma de paciencia y de tiempo.
   Y aquí estamos, ya prontos a curtir la última semana de un año más, lo que es una expresión de optimismo frente a la postura negativa de los escépticos, que se inclinan por un año menos.
   Sigamos adelante con empeño, tolerancia y patriotismo, respetando y haciendo propia esa sentencia inapelable que el futuro no es un regalo, sino una conquista.
 

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