17 de marzo de 2024

S.L.B.: LOS AJUSTES SALVAJES Y EL LÍMITE DE LA PACIENCIA - EL TRANSPORTE URBANO VOLVIÓ A LA MEDIOCRIDAD - EN LA MEGACAUSA DEL REGISTRO CONVIVEN EL TRIGO Y LA CIZAÑA - LA I.T.V. INTIMIDA "AL VOLEO" A EXTRAÑOS – BANCOR "EL BANCO DE TODOS" DISCRIMINA A LOS MÁS DESVALIDOS - SERÁ IMPOSIBLE RECUPERAR SEGURIDAD APELANDO A PARCHES Y REMIENDOS –QUE EL PRESIDENTE MILEI SE OCUPE DE RESGUARDAR SU LOGRADO CAPITAL POLÍTICO - "BONUS": PARA PROTEGERNOS DEL DENGUE.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición nº 822 del domingo 17/03/24, emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

 
Algunos “ajustes” rozan lo salvaje
EL LÍMITE DE LA PACIENCIA ES  UN EXTREMO
QUE LOS LIBERTARIOS NO DEBEN VULNERAR
 

   No es necesaria mucha imaginación para traer a la mente la multiplicada imagen de miles de amas de casa recibiendo las facturas por servicios de luz, teléfono, gas y otras prestaciones, y ni qué hablar cuando esas papeletas llegan a manos del jefe del hogar, que es en definitiva a quien le toca en la mayoría de los casos afrontar tales pagos, sin mencionar siquiera los impuestos, gastos comunes en los casos de alquileres, colegio de los chicos, transporte escolar, la cuenta en la farmacia y el pago de lo gastado con dinero plástico a lo largo de un mes.
   Todo ese enjambre de compromisos con obligación de pago, dejando de lado lo que faltaría si en la casa hay servicio doméstico, alguna salida a comer fuera de casa, eventual función de cine, cigarrillos si son fumadores, transporte familiar o mantenimiento del coche con sus gastos fijos más el seguro, la patente y le agreguemos la visita quincenal o semanal de la doña a la peluquería del barrio, porque las del centro son demasiado costosas y algunos otros ítems que se me hubieran pasado por alto y sin contar la tenencia de alguna mascota así sea un perro, un gato o un sonoro canario.
   Puede que en el primer mes, en cada uno de esos hogares se hubieran rendido a la resignación con el simple trámite de accionar los mecanismos de la callada conformidad porque no queda otra alternativa, aunque la economía hogareña se empiece a derrumbar arrastrando siempre nefastas consecuencias. Pero esa resignación no alcanza, cuando los ajustes en muchos casos salvajes, no pueden ser cubiertos por las entradas que reciben los integrantes de la familia confirmando aquello tan viejo que los precios suben por el ascensor y los sueldos por la escalera.
   Poco es lo que se hace desde el poder en cuanto a su obligación protectora, porque es signataria de acuerdos con los que contrae abultadas deudas con potencias extranjeras, por lo general en moneda foránea que hacen virtualmente impagables esas financiaciones que nos hipotecan el futuro. Todos estos son válidos argumentos para reclamar a ese Estado protector que procure encontrar otros métodos de pago, que no signifiquen engrosar de manera tan demencial lo que ya debemos, tomando más y más deuda, por ese acostumbramiento a pedalear los plazos para que sean otros políticos los que afronten barbaridades en dólares, euros, dinares kuwaitíes, reales brasileños o la moneda que fuere.
    Que los de las cúpulas políticas se dejen de joder buscando supremacías sobre el resto y nos regresen a una industrialización que supinos tener; a una explotación agrícologanadera que fuera ejemplo universal y a reinsertarnos en el comercio internacional, para que no exportemos solamente jugadores de fútbol, de rugby, de básquetbol o de cualquier otra disciplina.
   Que las autoridades tengan presente algo que se les olvida apenas asumen y es el cumplimiento de todo lo que se promete en las campañas precomiciales, actitud que oficia de freno a la impaciencia y motiva a la población, que así asume un papel protagónico más que de lógica víctima de la charlatanería ideológica y política de todos los colores.
   Bueno sería que los dueños del poder, en cualquiera de sus manifestaciones ante la sociedad y en cualquier cargo que los ubique en posiciones dominantes, tuvieran presente una sentencia de Séneca que pone de relieve que ningún régimen político puede sustentarse indefinidamente en el simple ejercicio de la violencia.
   Y someter a la ciudadanía a reiterados e insensibles despojos disfrazados de “ajustes”, provenga de cualquier sector político que lo aplicara, no deja de ser un violento, autoritario, insensible y antidemocrático estilo de gobernar.
 
Se debilita uno de los argumentos
LUEGO DE LAS ELECCIONES EL TRANSPORTE
URBANO REGRESÓ A SU  VIEJA MEDIOCRIDAD  
   Cuando la limosna es grande… reza aquel vetusto dicho popular, hasta el santo desconfía, y para colmo no escarmienta de la cantidad de veces que nos prometieron el edén y nos llevaron al infierno de las injustas como inmerecidas carencias porque como me estoy refiriendo al transporte público de pasajeros, los cordobeses tenemos el penoso privilegio de pagar en tal servicio, el boleto más caro del país.
   Realmente si fuera una buena prestación, doy por seguro que hasta llegaríamos a la aceptación de su precio desbordante, lo que no es el caso que ahora nos ocupa y más que eso, nos preocupa…
   Antes de las elecciones, con un magistral manejo del calendario, de la billetera propia y de recursos estatales, la ciudad era un gigantesco obrador, realizaciones de norte a sur y de este a oeste, plazas colmadas de rejas, baldosas nuevas, juegos y entretenimientos, parquización más que onerosa y el transporte público… ¡Si…! el transporte público de pasajeros con unidades nuevas, confortables, con una tecnología cibernética llamativa, poca gente en las paradas porque las frecuencias daban gusto, y otros mil detalles que uno, ya viejo zorro en materia de estudiar los promesómetros precedentes, advertimos detalles que aportaron ciertas dudas que el tiempo inexorable sumado al resultado de las urnas, se encargarían de mostrarnos el real panorama urbano.
   Los bondis espaciaron sus frecuencias, estas se hicieron caprichosas porque demoraban el doble pero después a las paradas llegaban dos unidades juntas, una empresa se fue del escenario, los eternos trolebuses -incluídos los rusos, con su sauna propio- se distanciaron entre ellos y hasta me parece que eliminaron algunas líneas; las plazas dejaron de ser lavadas casi diariamente, las obras céntricas entraron a una especie de pausa y otras cuestiones realmente enojosas para el contribuyente, a quien no le perdonan omisiones ni atrasos en el pago de impuestos pese a la crisis que afecta a los bolsillos especialmente de la clase media.
   Resumiendo, porque es procedente destacar que el inexplicable estrechamiento y encarrilado de la 27 de Abril está quedando vistoso, pero es una traba para la circulación vehicular, las esperas en las paradas se han duplicado lo que provocará inconvenientes en la salud con la llegada del frio y la poca misericordia de la intemperie, el centro que sigue con su creciente caos en la circulación, me comentaron que se acabó el plástico para las licencias de conductores, el servicio de recolección de basura se muestra resentido en su cumplimiento al igual que el ahora inexistente barrido y limpieza de calles, al menos en Alta Córdoba; las vandalizadas luminarias callejeras demoran días y días para ser repuestas, lo que acrecienta la inseguridad y otros detalles, de los que seguramente están enterados en el Palacio 6 de Julio.
   Es por eso si no lo sabían, que le estamos dando una desinteresada manito al municipio de la ciudad que tanto amamos, un sentimiento que a veces tarda en posicionarse en el alma de la gente, de manera especial cuando se trata de extranjeros, no nativos, o tardíamente “injertados” entre nosotros.
   Para esos casos, el ferviente ruego de una pronta integración a este cordobesismo capitalino, que a diferencia del provincial, no necesita de partidas especiales ni de acumular deudas, para amar cada día más a esta ciudad emblemática, adorable y más que nada, acreedora y merecedora de respeto pero más aún, de cariño.
 
¿Será desesperación por recaudar?
COMO SEA, LA I.T.V. SE EMPEÑA EN APRETAR
INTIMIDANDO ALOCADAMENTE Y  “AL VOLEO”
 
  Años atrás, mejor dicho al poco tiempo de instaurarse la obligatoriedad de llevar autos, camiones, bondis y creo que hasta motos para una inspección técnica vehicular, nació un movimiento como de rebeldía para pagar las elevadas sumas que se aplicaban por tal “servicio”, cuando las fallas como por ejemplo la rotura de elásticos, los daños en cubiertas, sistemas de dirección, y otros percances se originaban por el pésimo estado de las calles y las carreteras.
   Por supuesto que de inmediato se impusieron escalas punitivas para quienes no lucieran, creo que cada dos años, una oblea en el parabrisas como comprobación de haber cumplido en término con tal requisito, aunque si le encontraban al vehículo fallas menores, se emplazaba por equis días a su propietario para que le realizara los services puntuales, y se volviera a presentar para darle cumplimiento a la exigencia de la revisión integral del vehículo y poder certificar su buen estado general.
   Cuando se hacían los controles callejeros, las grúas se cansaron de cargar autos y las camionetas de llevarse motos porque no cumplían con la exigencia de la revisión, lo que a los responsables del negocio le significaba una apreciable renta, hasta el punto que ninguna cerró en su condición de prestataria. Porque seguramente quedaba demostrado que era un buen negocio.
   Y seguramente lo sigue siendo, porque a la planta inicial tengo entendido que se agregaron dos más, mientras muchas calles seguían en pésimo estado provocando daños a los coches, pero ese detalle poco les importaba -salvo que se cayeran a un pozo- porque las recaudaciones de las concesionarias, tercerizadas por el cordobesismo, crecían a la par de las históricas inflaciones.
   Se advierte ahora que ese negocio tiene fisuras, que la crisis económica ha llegado con fuerza, que no están correctamente administradas o algún otro factor ha incidido en la renovada renuencia de los automovilistas a presentarse con el autito para hacerlo revisar, pagar una buena suma y salir con la oblea flamante que es una especie de pasaporte con visa urbana que permite circular por calles y caminos.
   La cuestión es que las administraciones de las ITV no tuvieron ahora otra alternativa -y espero estar errado- que lanzarse a la caza de quienes no tienen las cosas en orden y han disparado una artillería ofensiva pretendiendo cobrar acreencias, pero seguramente con la mira de su artillería algo chanfleada o algún travieso o traviesa le modificó el sistema de puntería.
   La cuestión es que han llegado intimaciones con nombres y apellidos, correctos, incluyendo el correo electrónico, a personas que no tienen auto y para colmo le citan una patente que cada injuriado destinatario jamás siquiera leyó de lejos.
   Para colmo en la misma comunicación agrega que “la información aquí contenida es confidencial y para uso del destinatario arriba indicado”. Agrega que “Si usted no es el destinatario se le notifica que está prohibida la revelación del contenido de este mensaje”, etcétera, etcétera… con la amenaza agregada de que “no se puede leer el resto, copiarlo o derivarlo a cualquier persona que no sea aquella a la que está dirigida. Hacerlo constituye un delito penal”.
   O sea que al ciudadano afectado por esa acción ajena, hasta le censuran su derecho a cuestionar…
   Realmente, llegar a mi edad para leer estas sandeces…
   Si la ITV está pasando por una crisis de recaudación, no es elegante actuar de esta manera…
 
Esconde “la pura verdad” a los viejos
SE AUTOTITULA ‘DE TODOS’ PERO DISCRIMINA
AL SECTOR MÁS DESVALIDO DE LA SOCIEDAD
 
   Por lo general las promociones publicitarias son para dejarse llevar por ofertas que suelen ser tentadoras, y es así como se obtienen óptimos resultados por parte de quienes las piensan, las escriben y luego pagan para que se difundan, razón por la cual es para pensar que nadie gastaría ni un centavo para que lo maltraten o le disminuyan su popularidad.
   En el caso de los bancos, todos dicen ser buenos, amplios de criterio, generosos a la hora de los préstamos, correctos si del otorgamiento y mantenimiento de tarjetas de crédito se trata, dueños de las mejores cajas de caudales que alquilan, dinámicos en el trato y con un aceitado equipo de promotores y especialistas en publicidad, rubro en el que disponen de generosas sumas de dinero o moneda extranjera siempre con la mira de prevalecer sobre el resto de las entidades del rubro.
   Cada banco tiene su eslogan, una especie de ADN personalísimo con el que no es necesario conocerlo a fondo porque con sólo mencionar esa característica, el nombre y su fama aparecen como por arte de magia.
   El caso de Bancor, que es la síntesis del nombre del Banco de la Provincia de Córdoba, es emblemático por su autodenominación de “Bancor, el banco de la gente”, que con frecuencia publica los éxitos logrados en su evolución, el número de adherentes y la variedad de operaciones que pueden concretarse por su intermedio.
   Sin embargo, y esto no es una denuncia ni mucho menos sino una apreciación personal, suele derrapar por ejemplo cuando se trata de la administración, supongo que es así, de tarjetas plásticas, donde las de “débito” funcionan a la perfección salvo cuando deben entregar un duplicado por pérdida, extravío o lo que fuere, trámite que demanda un mes.
   Otra rémora es la mezquindad con la que habilitan las tarjetas, sin tomar en cuenta las crecientes sumas que sus adheridos pagan por débito automático con lo que eliminan un buen porcentaje del riesgo de mora en el pago.
   Pero no es tan sólo ese detalle negativo lo que se hace necesario poner en claro, porque es un beneficio y una guía para sus usuarios: Bancor, el banco de la gente, maneja el pago de las jubilaciones y pensiones provinciales lo que significa un enorme caudal de efectivo que se destina a esa mensual obligación, que se hace dentro de un marco de prolija corrección.
   El problema es, por ejemplo, cuando un jubilado que cobra, por ejemplo, más de 700 mil pesos mensuales, pretende hacer actualizar el crédito disponible en función de los incrementos que viene recibiendo, en cada ajuste mensual.
   Pero no. No le aceptan, porque ese jubilado tiene la mala suerte de haber superado cierta edad, alrededor de 83 años, y es como si tuvieran miedo que dejara este mundo debiéndole dinero al “banco de la gente” y lo más doloroso de esa determinación, que bien puede ubicarse al filo de la discriminación, que en las promociones de esas operaciones -aumento del dinero disponible- u obtención de créditos, se somete al jubilado o ya viejo aunque no hubiera pasado a las filas de los pasivos, a un inadmisible e injurioso maltrato y marginación.
    Duele advertir que para manejarle su dinero en sus arcas, al autotitulado “banco de la gente” poco le inquieta la edad del titular de cada cuenta, mientras SU dinero pase y esté por horas o días en las bóvedas bancarias.
   Un acto de justicia sería rever esas limitaciones con algo de sensibilidad y el agradecimiento que BANCOR le debe a tantos jubilados que durante años y años confiaron en su generosidad de procederes.
   O por lo menos, que en las promociones públicas que hace el banco, mediáticamente y por las redes sociales, puntualicen las limitaciones por edad a las que deben resignarse.
 
Megacausa Registro de la Propiedad
PASA A SER UN CLÁSICO TRANSFORMAR UNA
EXCEPCIÓN EN ANSIADA Y BENÉVOLA REGLA
 
   Si la Justicia del próximo siglo se aventurara a revisar el accionar institucional pasado, es probable que se horrorice con la prisión preventiva sistemática de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y con la más elemental sensatez, determine que un compañero de trabajo no es un cómplice, que un contacto de teléfono no es un socio, que una secretaria no es una partícipe, ni quien le vendió un celular es otro delincuente. 
   Que una banda no se constituye por resolución judicial y que los delitos se prueban y no se decretan. La vieja y conocida parábola del trigo y la cizaña enseña que un buen cosechador debe aprender a diferenciar ambas plantas si desea no perder la cosecha ni envenenarse. 
   En la vida, los trabajadores responsables y honestos se mezclan con los que no lo son, y la Justicia Penal debe tener la habilidad de discernir entre culpables e inocentes.  Nuestro sistema penal condena los actos, no a los contactos.
   No son culpables los conocidos del que cometió el delito y sin embargo, en esta sonada causa, no se sabe si por falta de habilidad, por comodidad o por qué razón, la cadena de contactos de cualquier imputado es el frágil criterio con el que se cosechan trigo y cizaña juntos, rellenando una inmensa bolsa de condenas indiscriminadas. 
   Lo certero es que tal mezcla espanta la credibilidad y oculta a los beneficiados. Todo esto sirve para sostener alrededor de este caso que, sin una buena zaranda, honesta y sin compromisos políticos, amiguismos ni
obediencias debidas, jamás conoceremos la verdad, ni se
tendrá la tranquilidad de haber logrado genuina justicia.

No son tiempos para regalar nada…
EL  PRESIDENTE MILEI DEBIERA OCUPARSE DE
RESGUARDAR SU LOGRADO CAPITAL POLÍTICO
 
   Por allí y con alarmante frecuencia, muchos argentinos nos enfrentamos a dudas propias que nacen de otras dudas, pero ajenas, como por ejemplo qué sentido tiene para un presidente sacrificar su caudal de aceptación consolidado en las urnas, en luchas intestinas o no, que lo debilitan cuando su obligación es fortalecerse en todo sentido, contra viento y marea, dejando que la segunda línea adepta luche en otro terreno, que no sea el estrictamente  reservado a su jerarquía.
   Es como si el propio Javier Milei dudara de su elevada aceptación, que es un formidable caudal de sufragios como para imponer personalidad, dejar de lado todo lo espectacular y por momentos circense que se aprecia en su alrededor, y gobernar sin pérdidas de tiempo, porque luego de los diarios diagnósticos acerca de nuestra sufrida realidad, vemos que la situación demanda más acción que discursos o peleas inconducentes.
   Milei conformó su gabinete a su buen saber y entender y si hubo errores o equivocaciones, correrán por su cuenta y aplicará desde la cúspide en la que está instalado por mandato popular, los correctivos que demande el diferendo planteado, y está visto que a la hora de sugerir renuncias, ha dado pruebas de autoridad como para pensar que está obrando a conciencia, aunque sobre su personalidad abunden las descalificaciones acerca de su equilibrio mental.
   La oposición tiene la obligación de respetar el mandato comicial y dedicarse lógicamente a oponerse en aquellos temas que formen parte de sus desacuerdos.
   Pero por el carácter del libertario mayor, sería una imprudencia que se obrara con el apresuramiento y la maldad que inspiran las revanchas, porque para esa instancia están obligados a esperar cuatro años, o ser émulos de los tantos golpistas argentinos.
 
La nociva costumbre de los parches
NO RECUPERAREMOS LA SEGURIDAD PERDIDA
SI SE INSISTE CON LA POLÍTICA DEL REMIENDO
 
   Realmente desconcierta eso de sostener que con una flota de 70 coches, de los que actualmente sólo funcionan 10, y jóvenes apresuradamente instruidos para su función preventiva, algo se podrá ganar en cuanto a la seguridad que desde años atrás venimos perdiendo con escasas posibilidades de recuperación, a la luz de la diaria lectura y conocimiento de los triunfos de la delincuencia por sobre la legalidad.
   Aunque en realidad, lo más terrible de todo es el imparable avance del narcotráfico, como si sus mentores estuvieran festejando una victoria que nos ha sumido a los cordobeses en un infierno de temores, alimentados por los escasos resultados de eso que se anuncia como “lucha” cuando ni siquiera los chalecos que usan los pibes motorizados están enmarcados en la ley, al menos en la ley de la decencia.
   Y es para insistir por enésima ocasión, que nada cambiará mientras se siga apelando a la inútil mecánica de la improvisación, al impacto mediático de mayor y más moderno equipamiento, patrullajes que no se realizan y parches diseminados en los lugares donde inexplicablemente a nadie de la autoridad se le ocurre acercarse, aunque los vecinos saben y le comunican al 911 los lugares, las horas, los nombres y los autos de alta gama y poderosas motos, que intervienen en los operativos del despreciable reparto al menudeo de las sustancias prohibidas.
   Está dolorosamente comprobado y al respecto huelgan los antecedentes, que dentro de la fuerza azul nada cambiará, insistimos, mientras no se diseñe, se proyecte, se aprueba formalmente en la Unicameral si es que no están muy ocupados en otros temas y se controle su cumplimiento, de una ley integral de seguridad que se limite exclusivamente a lo represivo, sino que tenga una amplitud total como para asegurarse el éxito de su vigencia.
   Con más de 5.000 policías de dudosa confiabilidad separados de la fuerza azul por sospechas de incorrecto desempeño, se reduce su propia capacidad operativa, razón por la cual toma cada día mayor vigencia una sentencia indiscutible que consigna que si la policía no sabe, no puede o no la dejan limpiar la mugre de adentro, nada podrán hacer con la mugre de afuera, que no es poca…
 
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BONUS TRACK: Como consecuencia de una ligera indisposición que fuera controlada en pocos minutos, el periodista Gonio Ferrari debió interrumpir su tarea frente al micrófono, por cuya atendible razón no salió al aire un comentario referido a los casos de dengue que en los últimos tiempos están afectando a extensas regiones del país. Como el tema había sido anunciado al principio del espacio, el conductor estimó como una obligación profesional referirse a esa cuestión (comentario que fue escrito posteriormente) y ahora se incluye en este blog, pidiendo las disculpas del caso a la audiencia que domingo a domingo sigue este espacio.
         Producción de S.L.B.
 
Un caso de negligencia o descuido…
HACE TIEMPO QUE EL DENGUE ES AMENAZA Y
LA REACCIÓN ESTATAL  DEMORÓ  DEMASIADO
 
   La mayoría de los argentinos, con las experiencias positivas y de las otras cosechadas a lo largo de la brutal y fatídica pandemia, de la que tantos y tantas malas personas y funcionarios se aprovecharon, ya tendrían que estar duchos para enfrentar contingencias similares y más aún cuando lo que está en riesgo es la población a lo largo y lo ancho del país.
   Pasó o está atenuada pero con ganas de reaparecer el oscuro fantasma del COVID que dejó dolor y luto, que al final quedó demostrado que los casos fatales fueron muy superiores en números a la cifra que hubiéramos alcanzado si las tareas de prevención, vacunación y lucha contra el mal, se hubieran realizado correctamente y sin la intromisión de factores tan despreciables como los abusos, el amiguismo exacerbado, los compromisos ideológicos, eso que llamaron “la obediencia debida” y la angurria tanto de laboratorios como de ciertos estatales negociadores de insumos que hicieron su exitosa temporada de utilidades sin fijarse en el perjuicio que estaban ocasionando.
  Aunque el COVID no terminó de ser superado, apareció ahora el otro demonio cuyo portador es un minúsculo mosquito de origen egipcio, con pintitas blancas en sus frágiles alas y otras características que lo hacen identificable, a diferencia de otros de sus parientes que son inofensivos, más allá del ardor por un exceso de picaduras.
   Es un mal no contagioso de persona a persona, dicen los científicos, aunque es menester cuidarse en extremo por la gravedad de las consecuencias de su picadura que al principio sólo aporta malestar, alta temperatura, molestia en la parte craneana posterior, a la altura de los ojos y algunos otros síntomas. Lo malo es que en la actualidad la reacción frente a la aparición masiva del dengue fue demasiado lenta, posiblemente insuficiente en su etapa de prevención y despierta ahora, cuando se advierte con espanto el marcado crecimiento de los casos, incluyendo las fatalidades ocasionadas por el pequeño portador del mal.
   El tema actual no es encontrar responsables de las demoras, quienes obstaculizaron la disponibilidad de fondos o los utilizaron para coaccionar a ciertos niveles, o cualquier otro motivo que culminara en el enorme daño que se le está imponiendo a las víctimas de las tardanzas que nadie se anima a reconocer, y menos asumir su responsabilidad en tal sentido.
   Parece mentira que no hayamos aprendido a superar los errores fatales que se cometieron en la lucha contra el COVID, cuando ahora nos enteramos que las demoras para atender casos extremos en los hospitales crece al ritmo de la propia peste del mosquito, y un caso alucinante, como lo es la falta de vacunas, que son de elevado costo.
   Es para pensar entonces en los insalvables cargos de conciencia, que tendrían que estar atormentando a todos aquellos funcionarios y políticos que dilapidaron fortunas, para hacer prevalecer sus figuras, los caripelones sonrientes y poder mantener o alcanzar privilegios que realmente no merecen ni se han ganado.
   Las cifras astronómicas echadas al aire mediáticamente y por las redes sociales, son las que hubieran contribuido a protegernos de este nuevo mal que nos viene asolando ahora, cuando desde el poder no faltan los que se asombran por el elevado costo de los medicamentos preventivos, cuando ellos derrocharon sin pudor y sin medida, mofándose de la desgracia ajena que el buen raciocinio, si lo hubieran tenido, disponía destinar fondos para prevención cuando el mal venía asomando.
   Parece que todo seguirá siendo igual, con los avivados de siempre, con los ansiosos de trepar y dominar desde alguna cumbre, aunque el sufrimiento de sus compatriotas no haya servido para llamarlos a una realidad que todavía desconocemos acerca de sus consecuencias.
   En esos casos, si se comprueban, se me ocurre que configura, más que una traición a la Patria, una imperdonable burla a sus semejantes.

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