Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición nº 824 del domingo 31 de marzo de 2024, emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
MÁS ALLÁ DE LA RELIGIÓN, QUE SEA UN
DÍA PARA CELEBRAR EL REENCUENTRO
Es por eso que al enfocarlo desde el mirador de la fé, es el reencuentro con la vida; es la resurrección de los valores y es, en suma, un anhelo de reconciliación universal que de manera esencial tanto necesitamos los argentinos.
Roguemos que al menos sirva para todos esos objetivos.
En el seno de la familia, que es la base de la sociedad, las rencillas y las diferencias terminan cuando prevalece el atávico y fraternal concepto de unión que la consolida; el amor, la tolerancia y el sentido solidario y se me hace que comparándola con la ciudad ocurre lo mismo, pero en escala mayor, porque la ciudad es la casa grande, de la gran familia, donde convivimos.
Ni que hablar entonces de la situación en la provincia y en el país, que nos demandan siempre mayor indulgencia, para combatir la propia y cerrada incomprensión que por lo general se ha enquistado en muchos de quienes nos gobiernan.
Que esta Pascua, fiesta religiosa para la mayoría, y sin distinción de creencias, sirva también a la hora de plantearnos la reconciliación nacional, en momentos críticos para los argentinos postergados y marginados, pese al maquillaje de frescura y lozanía que se busca imponer.
Porque para convivir en un espejismo, los que hemos llegado a cierta edad ya no soportamos la cosmética.
Y menos aún, como mágica solución a los problemas.
NUEVA EMBESTIDA PORTUARIA PRETENDE
QUEDARSE CON UN SÍMBOLO CORDOBÉS
Cuando se impone una actitud de agradecimiento por el sacrificio, se reemplaza por la ofensa del maltrato, en una actitud que ha pasado a formar parte de la cultura política de todos los gobiernos en los últimos tiempos.
En otras comunidades organizadas, el jubilado es atendido, considerado, mimado en virtud de los sacrificios de tantos años de trabajo. Y ellos perciben una paga mensual que les permite vivir con dignidad los últimos tramos de su existencia.
Aquí, simplemente se los transforma en descartables.
Hay algunas dolorosas excepciones, como los casos de aquellos que se acogieron a irritantes privilegios que aún perduran; a los figurones que por ocupar una banca legislativa se hicieron acreedores a sumas ridículas por lo elevadas, que fueron un golpe en el alma de los postergados, y en las arcas de
Y están esos otros jubilados, los que jamás aportaron un mísero peso y solo por compromisos partidistas, hoy reciben una injusta paga que le resta posibilidades a los otros, a los que fueron cautivos de este sistema inmoral y vicioso.
A veces, los viejitos esperan que las cosas cambien, sobre todo cuando llegan los tiempos comiciales, en que los políticos sacan a relucir su repertorio de sonrisas y de promesas.
Y otra vez, lamentablemente, terminan estafados, porque el propio sistema alienta la continuidad de un trato que esos viejitos no merecen, pero que vemos con pena que se ha incorporado a la cultura nacional.
Nuestra Caja de Jubilaciones provincial desde hace años viene siendo casi febrilmente deseada por el poder central, en cuya órbita perdura un curioso sistema del que resulta que los jubilados al ingresar a la condición de tales, pasan a engrosar las estadísticas de la carencia, la indiferencia y los olvidos, merced a una curiosa alquimia matemática que les asegura percibir un porcentaje que no es tal.
Hasta ahora, el cíclico y angurriento anhelo portuario ha sido rechazado en un sinfín de ocasiones, incluyendo una instancia judicial insuperable, pero aquellos que siempre miraron con envidia a la caja cordobesa vuelven a insistir aplicando el odioso mecanismo de la presión política, o el vulgar “si quieres que te demos, queremos que se rindan y entreguen esa Caja que tienen”.
Roguemos que al menos el poder de negociación del cordobesismo se mantenga en su justa y sostenida postura de negarse a entregar parte de su caudal, tanto en lo social como en lo electoral, para que los directos beneficiarios no sigan padeciendo una posible medida que les limite, como ocurre a nivel nacional, un beneficio ganado por sus aportes y durante tantos años de sacrificio, dejando de lado aquellos -les llamamos regalos- que favorecieron a gente que nunca aportó ni un mísero peso.
Es mucho lo que está en juego para el centralismo de los “pituquitos de Recoleta” que pretenden avasallar derechos provinciales consolidados como tales, posiblemente con la intención de suavizar todo lo brutal, aunque se lo califique como necesario, que es el ajuste indiscriminado que está afectando, de manera especial, a los más necesitados.
Los cordobeses, en realidad, estamos, sí, necesitados de coherencia, de sabiduría política, de honradez cívica y de probidad para gobernar, porque aquí la situación no se arregla con discursos, más promesas o “spots” televisivos producidos al fiado, por amigos del poder, que para colmo, nos toca pagar a todos nosotros…
UNA SOLA VACUNA, ANTES QUE MIL FLORES,
ES LA REALIDAD QUE DEBIÉRAMOS FESTEJAR
Ahora -ya casi los estoy escuchando- saldrán los inútiles aunque rentados enmendadores de omisiones aportando justificativos, de una “acción por omisión” tan indolente y repulsiva como lo es no alertar masivamente a la gente, y a la vez instrumentar medidas efectivas y no sólo declamatorias -que para ellos seguramente eran gastos- porque SUS números en las encuestas les quitaban el sueño y los llevaban a la pesadilla de tener que irse.
Parece que desde el poder no lo comprendieron, entusiasmados y embobados como estaban con SU campaña: la diferencia radica en que los colores y las flores enriquecen el espíritu, pero el insignificante mosquito mata, cuando desde ese omnímodo y a la vez indiferente poder lo ignoran.
Así como lo ignoraron y silenciosamente lo dejaron pasar de largo, ebrios de ansias por sumar votos…
Vendrán ahora las justificaciones propias y las acusaciones de culpabilidades que son siempre ajenas, por esa maldita costumbre de seguir creyendo que el “mea culpa” es sólo orinarse encima y que la autocrítica es privativa de maricones.
El cordobesismo ha perdido demasiado tiempo en reaccionar ignorando los frecuentes y variados “anuncios” que recibiera cuando era el momento de actuar y no de seguir empeñados en reventar las urnas, olvidando aquello que la gente también “revienta”, apelando a la memoria cuando la marginan de situaciones tan dramáticas como absolutamente evitables.
Es un millón de veces preferible ver que circulan las vacunas sin privilegios ni sobreprecios, antes que embobarnos con una flor, una plaza con juegos, las calles pintarrajeadas o la olímpica indiferencia frente a una realidad de sufrimientos, abandono y miedos que nos están carcomiendo la salud y el alma.
En su momento la maquinaria dispuesta para consagrar candidaturas e imponerlas en las urnas, entró a gastar sumas astronómicas de dinero, tan astronómicas como incontroladas e incontrolables, y esa actitud es la madre de las actuales consecuencias de desamparo, frente a un mal que desde el poder lo sabían poderoso y destructivo, pero optaron por intensificar su campaña y silenciar al dengue.
Y fue más fuerte en esos días críticos la angurria por alcanzar posiciones más encumbradas y luego aspirar al máximo sillón, en una alocada actitud algo parecida a un ataque de súbita y mentirosa grandeza política y moral.
Triunfaron en el número de votos, las cúpulas se desentendieron del avance del dengue, las acciones que se emprendieron eran más para las fotografías y la TV que para proteger a la gente, y ahora lamentamos los resultados -nosotros los lamentamos- porque si ese sentimiento fuera de ellos, dos son los caminos que tuvieron y aún están disponibles para enfrentar la realidad: activar en serio el paralizado aparato preventivo, dejarse de gastar en boludeces que solo sirven para intentar consolidar una imagen penosa del derrape, o perpetrar el sincericidio de reconocer la inutilidad de haber obrado tardía y ridículamente por omisión, y mandarse a mudar.
Parece mentira, pero deben reconocer desde el poder provincial que con todo el dinero endeudado, con todos los maquillajes disponibles, con todos los gastos al pedo que se hicieron en lugar de privilegiar la salud de la gente, a la batalla se las terminó ganando un mosquito.
¿Qué eso es una verguenza?
Pocos o casi nadie han dado la cara y así confesarnos la verdad de la peligrosa y agravada realidad que vivimos y el futuro que vemos venir oscuro y trágico.
Es más importante no estar aquí, trenzar en el puerto al precio que fuere con tal de quedarse.
Más allá que sea una verguenza imposible de negar, que tengan la dignidad y la hombría de enfrentarse al pueblo si es que tienen cojones para eso y pedirle disculpas por haber fracasado…
Señores dueños del poder: jamás olviden que la soberbia nunca es buena compañía a la hora de gobernar.
La irresponsabilidad al volante
BIEN SE SABE QUE PARA LAS VIOLACIONES DE
LA LEY NO EXISTEN APELLIDOS NI PROTEGIDOS
Uno de los más irritantes beneficios es el manto de silencio con el que ladinamente se los ampara - o se hacen amparar- como para restarle importancia a las consecuencias de cada imprudencia o exceso que se comete, tanto en la ciudad como en las concurridas rutas de nuestras serranías, sin dejar de lado las inauditas demoras en las pericias técnicas a través de una maniobra dilatoria, que con el paso del tiempo se modifican los resultados de los análisis y por ende, el cuadro general de una situación en la que se perdieron vidas, cuando lo importante es establecer, científicamente la responsabilidad de quienes estén involucrados.
Ejemplo que ya pasó a ser icónico, el del automóvil ajeno y dudosamente asignado a la tercera autoridad en el orden de mando provincial, que tuvo como penoso saldo la muerte no recuerdo si de una o de dos personas y lesiones gravísimas a una tercera víctima, de un accidente registrado, aunque usted no lo crea o lo ponga en duda, alrededor de un año atrás.
Si el homicida por culpa o imprudencia o lo que fuere hubiera sido un ignoto Juan Perez, por así simplificarlo seguramente las pericias no hubieran demorado tanto, como si fueran las que provocaron el hundimiento del Titanic.
Se hace un deber y una obligación que los mecanismos intervinientes como en estos lamentables sucesos, se agilicen por una parte y se desburocraticen para que no sigan creciendo las dudas de la gente acerca de su validez jurídica.
Sin embargo, es como si desde el poder se rogara que los meses sigan pasando, para que el manto de impunidad en vías de consagración no muestre la verdad de lo acaecido, que se supone es la cívica obligación de la Justicia.
NUESTRA JUSTICIA NECESITA EJEMPLOS DE
CORRECCIÓN, MÁS QUE DE TRANSGRESIÓN
Asumiendo que estas personas tienen en sus manos el más elemental de nuestros derechos, como lo es el de la libertad, pudiendo perderse con ella la vida misma, bueno es que alguien con absoluta seriedad y autoridad nos garantice a rajatabla su idoneidad sin dejar ni un mínimo punto amparado en las tinieblas que es donde se refugian las humanas miserias.
Si repasamos la causa del Registro nos encontramos con ciertas características distintivas, como la aplicación sistemática de la prisión preventiva sin juicio, la detención y encierro de personas sin pruebas y sólo por convicción del juez, sumados estos detalles a las condenas anticipadas, la designación de una comisión especial para juzgar y los juicios repetidos a los mismos imputados, habitualmente por lo mismo.
Y en la contracara, el trato diferencial y benévolo para los miembros del poder, la sordera ante los altos funcionarios señalados con precisión de sus identidades y cargos, la falta de investigación de máximos responsables, o el veloz archivo de ciertas actuaciones en Tribunales, como la denuncia realizada al Juez de la comisión de haber recibido dinero.
Parecería que con estos resultados no se aprueba ningún examen. ¿O quizás no existan tales exámenes? que es lo que nos preguntamos, porque hace pocos días el fiscal de la causa resultó multado en un control de alcoholemia de la Policía Caminera por superar el límite de alcohol en su organismo, puntualizando por si alguien lo ignorara, que ya suman décadas de la misma comisión a cargo de este prolongado como manoseado proceso.
Quizás haga falta actualizar valoraciones o ajustar parámetros, para honrar esta Pascua como “paso” a la verdadera Justicia, en este caso la Justicia de los hombres.
Porque también para este caso afortunadamente, también le llegará el turno, en su momento, a la Justicia divina.
PESE A LOS ANUNCIOS EN CONTRARIO,CADA
DÍA ES MÁS EVIDENTE EL TRIUNFO DEL HAMPA
La policía tiene alrededor de 22 mil efectivos, aparte de más de 12 o 15 mil que están de alguna manera raleados del servicio, pero sin embargo uno escucha a las autoridades y quieren meternos en la cabeza que aquí estamos más seguros que en el Vaticano, que la fuerza azul cumple con una tecnificada tarea de prevención, que se han comprado elementos para modernizar la lucha, pero los motochoros siguen operando a su placer, los arrebatadores se burlan de la autoridad, los negocios cierran más temprano o dejan de atender al anochecer o lo que es peor y marcadamente creciente, que se fortalece la intención de armarse en defensa propia -me refiero a la ciudadania- porque no encuentra una fuerza estatal que proteja su vida y sus bienes.
Antenoche en la zona que les apunté al principio de este comentario, se escucharon más de 20 disparos de armas de fuego porque supieron decir que se trataba de cohetes, pero esos fuegos de artificio no dejan las vainas servidas, como están cansados de juntar y ahora coleccionar los aterrados vecinos, que no pueden ni siquiera asomarse a sus ventanas y ni hablemos de intentar salir a la calle, porque allí sigue imperando la ley del gatillo y del plomo.
Tuvieron que llamar cerca de 30 pobladores de ese sector al número telefónico de emergencias, para que demoraran más de 10 minutos en hacer llegar allí un patrullero, lo que de nada sirvió porque los cacos no iban a molestarse en esperarlos…
Cada fin de semana ocurre lo mismo, y la policía no ignora ese detalle primario y elemental, como para esperar la semana siguiente con un operativo que aborte no tan solo esas reuniones clandestinas con la presencia incluso de menores, que se promocionan por las redes sociales y se concretan para el consumo excesivo de alcohol en todas sus formas, el porro y el raviol que están allí siempre a mano, sino para garantizar a los desesperados habitantes del sector, una vida digna bajo la protección de la autoridad.
Está visto y penosamente comprobado que toda la tecnología, el armamento, las comunicaciones, los autos ploteados y las luces que llevan en el techo, de poco sirven si no se instrumenta y se aplica, como lo venimos clamando desde hace tiempo, una política integral de seguridad.
Mientras el empecinamiento siga siendo comprar cosas y mostrarlas, la delincuencia seguirá creciendo alimentada por el capricho y la inoperancia, de quienes se nutren de nuestros impuestos para conseguir siempre magros resultados.
A la gente, así como vamos, no hará falta convocarla, porque ya se están decidiendo, en defensa propia, a obrar por su cuenta…
SERÁ SUPERADO SI LOS FUNCIONARIOS SE
ACOSTUMBRAN A USAR ÓMNIBUS Y TROLES
Debiera la Municipalidad que es el poder concedente, cerciorarse que en las instalaciones donde uno supone que se estructuran y manejan las frecuencias, hay gente que por lo menos esté, aunque se rasque por horas porque realmente, es una joda lo que le hacen a los miles de rehenes que tienen las empresas, la UTA y la Muni, porque siguen ofendiendo, estafando y agraviando malamente a quienes sostienen este perverso sistema digitado más con el tuges que con el cerebro.
La tarifa de 700 pesotes por viaje, que seguramente sufrirá un retoque en estos días, debiera ser una garantía de calidad del servicio en cuanto al cumplimiento de los horarios, la presentación de los coches y la manera de regular la prestación para que cada viaje, por acumulación de pasajeros, no se transforme en una virtual sesión de sauna móvil, con las desagradables consecuencias de apretujones y variedad de aromas, muchos inolvidables, acentuados por la temperatura y la humedad del ambiente.
Si aquí la costumbre fuera como en los países nórdicos, que desde el gobernador hasta el ordenanza se mueven en bicicleta o viajan en el servicio público de transporte estatal, y no lo hacen con los coches que les pagamos todos incluyendo los choferes, distinto sería el panorama, aunque ellos rueguen que eso no ocurra más que nada por una cuestión de pérdida de “status” en muchos casos y por el riesgo que implica ser conocidos y que la gente los encare en pleno viaje, porque en sus despachos tienen la mala costumbre de poner candados, cuando en las campañas prometen aplicar lo que le llaman “una política de puertas abiertas”.
En fin, a veces el cúmulo de problemas que el poder no resuelve ni le interesa resolver, nos llevan a pensar con desencanto, pero es “desde arriba” que tienen la obligación de comprender que estamos sujetos a los caprichos, las promesas y los olvidos de quienes, vaya ironía, pusimos nosotros en ese pedestal que es cada urna.
Poco a poco, estoy seguro, vamos aprendiendo a votar…
SI EL “BOTIN” ES EL BRONCE, SE IMPONE
BUSCAR POR EL LADO DE QUIEN COMPRA
Se pusieron de moda los afanes de cables aéreos de telefonía, medidores domiciliarios del agua corriente, placas de los cementerios, manijas de ataúdes y todo aquel objeto sujeto a la negociación con los reducidores que abundan y medio mundo los conoce.
Y esos despojos, que necesitan de una tarea complicada y lenta salvo el caso de las ruedas de auxilio, que las extraen en menos de un minuto, aparecieron los picaportes de las puertas, cocheras, ventanas, etcétera de buen bronce, el mejor cotizado por los cómplices y encubridores de los choros.
Y están en todas partes; en todos los barrios y en ese “producto” le llamemos así, se han concentrado la atención y los esfuerzos de quienes se acostumbraron, con la indiferencia estatal, a vivir sin laburar aunque para ellos, eso es un trabajo que asumen en tiempos de crisis.
Ni siquiera vale la pena denunciar si te afanan los picaportes de tu puerta de acceso, el buzón para las cartas, y todo aquello que sea dorado y brilloso y que se parezca al bronce, por lo que los reducidores pagan muy buena plata, algo así -espero no equivocarme- unos 5.000 pesos el kilo, lo que en buen romance vendrían a equivaler a un par de ravioles de mediana calidad o cinco porros.
Todos conocemos esa modalidad de robo y la policía no lo ignora, y es cuando uno se pregunta, con algo de indignación y con mucho de inocencia, si se sabe quiénes compran todo eso, ¿por qué no se actúa al respecto?
En la ciudad no son pocos los carteles donde se anuncia qué metales compran, a cuánto los pagan y dónde se desenvuelve esa actividad, con calle y número, y dejando a salvo la honestidad de quienes se dediquen legalmente a ese comercio ¿le costaría mucho a la policía escarbar por ese lado?
Llama la atención que servido el plato, listo para comerlo, algunos miren hacia otro lado como si no les interesaran los manjares.
Y eso, más que nada, es un acto de urbana hipocresía…
Me pareció muy liviano lo publicado sobre el fiscal Gavier. La inconducta de esa persona que ha hecho y sigue haciendo tanto daño a tantos inocentes merece una valoración más profunda. Se cree todopoderoso e impune!
ResponderBorrarSiguiendo el mismo modus operandi del fiscal deberían dictarle prisión preventiva, y hacerla durar los 3 años que permite la ley.
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