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18 de octubre de 2020

S.L.B.: BIEN VALE PLANTARLE A LA MAMÁ UN BESO ASÍ DE GRANDE - ¿MONITOREO O ESPIONAJE AL PERIODISMO? - LA MEGACAUSA: MADRES ATROPELLADAS - LEWIN Y SU NODIO, QUE SE OCUPEN DE "DADY" BRIEVA - COMERCIO COLAPSADO Y PRIVILEGIOS INADMISIBLES - EL PERONISMO, SU CELEBRACIÓN Y LA LEALTAD, ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido el domingo 18/10/20 en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Igual que cualquier otro día…
AUNQUE  SEA  UNA  FECHA COMERCIAL,  BIEN  VALE
PLANTARLE HOY A LA MAMÁ UN BESO MÁS GRANDE
     
                                                         
   Debo reconocer, por coherencia en mi manera de pensar con la forma de actuar, que es virtualmente improcedente limitar a un día el reconocimiento eterno y permanente que merecen las mamás pero así son las reglas del juego y del consumo, lo que no impide que en materia de homenajes, lo
concentremos, si, en un día al año.
   ¿Por qué será que teniendo tanto para decir de ella las palabras nunca alcanzan? ¿Por qué será que el cariño, la admiración, la ternura, el respeto, la lucha, el refugio o el amparo sirvan para sintetizarla? ¿Por qué una caricia, una lágrima, una mirada o un recuerdo basten para que tengamos la certeza casi absoluta y milagrosa de su presencia?
   Ella sabe porque así lo siente, que el sacrificio y la entrega son parte vital de su atávica vocación protectora.
   Sabemos y ella también lo sabe, que a la hora de estar junto a nosotros no
existen los enojos, las barreras ni las distancias. Estuvimos muy dentro de su mundo nutriéndonos de su generosidad y de sus ansias por tenernos; por vernos nacer.
   Es la que nos regala el mágico prodigio de la vida, nos quita los miedos, espanta las sombras, comprende lo incomprensible, ahuyenta nuestras penas y es el ser que todo nos perdona aunque mereciéramos que la chancleta hiciera tronar el escarmiento.
   Nada interesa si es casada o soltera, viuda o divorciada.
   Sus méritos como esposa, concubina, arrimada o como le quieran llamar poco importan porque esa mujer, por encima de cualquier vetusto rótulo convencional, es Mamá. Y si abrumados por la angustia buscamos un motivo que nos devuelva la alegría de vivir, más que a nosotros en nosotros la encontramos a ella, así la tengamos o no.  
   Ese es el insondable sortilegio de su amor, porque con ella tal sentimiento
está más allá de lo terrenal; de lo explicable porque asimismo podemos conocerla o no, pero estoy convencido que aquellos que no la conocen, lo mismo respiran por ella y miran por sus ojos.   
   Y quiero evocarla, memoria de por medio, recordando el final de un bello escrito de Isidoro Blastein.
   “Adiós Mamá. Hasta pronto. Trázame un sendero con tu voz y una estela luminosa con tu gesto, resérvame una gruta de ternura y guárdame un lugar en tu regazo. Yo llegaré hasta ti de cuando en cuando a conversar contigo sentado en las estrellas.”
   Ahora, ya, si la tiene cerca, ahóguele la respiración con un besazo y abrácela
hasta que le crujan sus huesitos… Y si no la tiene, nada mejor que compartir con ella, a la cósmica distancia, el húmedo recuerdo de alguna diablura inolvidable.
   Porque siempre está y estará allí peleando por nosotros, cuidándonos, guiándonos, llevándonos de su mano.
   Siempre cerca. En la dicha y en la desgracia; en la risa y en el llanto, presente.
   Siempre nuestra y nosotros de ella, aunque no la veamos volver.
   Siempre… siempre…
 
Para quienes piensan “monitorearnos”
“QUIEN NO QUIERE PENSAR ES UN FANÁTICO; QUIEN
NO  PUEDE PENSAR, ES UN IDIOTA Y QUIEN  NO  OSA
PENSAR ES UN COBARDE”. (SENTENCIA  DE  BACON)
   
   Existen algunos antecedentes inmediatos con relación a ese metejón que siempre anidó en el alma del peronismo: controlar a los medios de difusión y “disciplinar” el pensamiento de los periodistas.   No son para olvidar las presiones y patoteadas más recientes, cuando las hordas moyanistas impedían la salida de los camiones para la distribución de un diario porteño de alcance nacional y los condicionamientos a colegas a través del manejo discrecional de la pauta publicitaria oficial que pagamos todos los argentinos -o todes si se prefiere- pensemos como se nos ocurra pensar.
    Los autoritarios como lo fueron Stalin, Hitler, Mao, Fidel, Chávez, Videla,
Stroessner, Maduro y un extenso etcétera hicieron de las suyas en ese “arte” de la censura a todo pensamiento que no coincidiera con los postulados oficialistas por cuya razón no fueron pocos los colegas perseguidos, secuestrados y maltratados “por portación de ideas”.
   Un intento data de junio de 2014 cuando Doña Cristina entonces Presidente decretó la creación de la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional poniendo a su frente al filósofo, ensayista, político, presentador de TV y columnista de Página/12 don Ricardo Forster por entonces de 56 años de edad quien lucía como antecedente extra ser cofundador y líder de “Carta abierta”.
   La historia no tendrá mucho para recordar de su actuación porque duró hasta el 10 de diciembre del año siguiente al asumir Macri, cuando Forster aún no había conseguido un fabricante de sellos que concentrara en tan breve espacio la pomposidad de su cargo.
   Y ahora en un reencuentro con el pasado el actual Presidente nominó a la titular de la Defensoría del Público, Miriam Lewin para que tomara a su cargo la conducción de NODIO, nuevo observatorio para registrar, analizar y prevenir el caudal de informaciones y contenidos maliciosos y falsos en los medios de comunicación, para garantizar a la ciudadanía la protección contra noticias tendenciosas.
   El organismo, que contará sin dudas con una importante planta de personal y presupuesto millonario y con desdén por eso del “achicamiento del Estado”, trabajará en la detección, verificación, identificación y desarticulación de las estrategias argumentativas de noticias maliciosas, la identificación de sus operaciones de difusión y los sistemas de alertas", entre otras acciones, "con el objetivo de proteger a la ciudadanía comunicacional" según indicó la nueva funcionaria.
  Llegó tarde para intervenir, entre otras cosas, en el ocultamiento de 3500 muertos y su posterior blanqueo, dejando la duda en el sentido que se estima que ese tipo de maniobra pudiera haberse reiterado más de una vez.
   La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) puso el grito en el cielo remarcando su preocupación por la creación de un organismo que  impondrá prácticas de vigilancia desde el Estado lo que “conlleva un riesgo cierto de que estos sean utilizados como método sutil de disciplinamiento” y que tales actitudes cuando provienen de entes oficiales “que perfectamente pueden utilizar estos mecanismos como actos de censura indirecta”.
   Ni más ni menos.
   Así como lo del talentoso Ricardo Forster pasó virtualmente inadvertido como gestión, bien vale el cuestionamiento que se hace al engendro burocrático que llevará el espionaje liso y llano a un nivel de supuesta legalidad, que -opinión personal y posiblemente pasible de ser calificada como reduccionista y primaria- instauraría una curiosa y folklórica instancia de chismerío de conventillo.
   No hubo escarmiento ni toma de conciencia por lo de Milani ni por otros episodios vinculados con el fisgoneo que llevaron a la práctica tanto el kirchnerismo como algunos adláteres de Mauricio Macri, pese a que en este caso se buscó el piadoso acto de cubrirlo con el blindaje que imponía la
inteligencia previa a un encuentro internacional de primeros mandatarios.
    Aunque hilando fino se me ocurre sentir que desde el poder buscan, como el domador hace con el caballo indómito y cerril, de auscultarle las cosquillas (una especie de censura previa) para clavarle allí “las lloronas” y amansarlo a fuerza de tortura y de dolor.
   La verdad, debiera acelerarse la puesta en marcha y operatividad de ese mentado observatorio que evaluará los dichos periodísticos en radio, televisión y en las redes sociales en función de espionaje abierto para calificar la procedencia o no de los conceptos que se pudieran vertir, lo que sonó más a censura que a control que de todas maneras es innecesario y a la vez violatorio de preceptos constitucionales.
   Una pena, realmente, que ese organismo cuya conducción fue confiada a una señora, periodista de profesión, que no mucho tiempo atrás perpetró la hazaña de sepultar en vida a una artista a quien al ventilarle ciertas intimidades, le asestó un duro golpe a la privacidad con derivaciones oprobiosas y que ahora el poder, la colocó en la vereda opuesta como una especie de moralizadora de una profesión que no necesita apuntadores, manuales de estilo ni que nos metan en la cabeza esa vocación por el libreto que practican varios comunicadores inclinados más a la militancia política e ideológica que a la profesión ejercida sin mordazas.
      ¿Es necesario que el Estado -nosotros- pague toda una estructura exagerada para que se intente enseñarnos a pensar como ellos quieren?
   Suena ridículo porque el resultado puede ser el silencio, que suele estallar más estruendosamente que un alarido.

Megacausa del Registro
VARIAS REFERENCIAS DE MADRES QUE
SUFRIERON  ATROPELLOS  JUDICIALES
   A propósito de este día especial me vinieron a la mente los casos de tantas mujeres/madres en las que hizo blanco el abuso sistemático de prisión preventiva utilizado en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba.
   Entre ellas -bien lo recuerdo- una señora con diagnóstico de Parkinson, con un hijo padeciendo severa enfermedad y alta dependencia de sus maternales e imprescindibles cuidados. ¿Cuál sería la necesidad de encerrarla por las dudas? Y si es por casos, hay más: Una empleada jubilada por cáncer de mama, con indicación de control médico permanente y otra más, por si hiciera falta, con cáncer avanzado, que fue juzgada después de años de encierro mientras realizaba las sesiones de quimioterapia.
   ¿A dónde escaparía con semejantes drogas colgadas?  A otra se le negó la prisión domiciliaria solicitada para ayudar a su hija adolescente a salir de la adicción en que había caído. Varias murieron mientras estaban presas.
  Reitero que hablo de prisión sin juicio.  
   Y con acusación de delitos leves. 
   A una abogada defensora le allanaron su estudio jurídico durante el juicio, secuestrándole una caja con las pruebas, en una acción tan ilegal como antiética. Hace un ruido ensordecedor tanto atropello. Muchas veces se ha recomendado al Estado argentino la utilización de medidas alternativas a la prisión preventiva.
   ¿Ninguna podría haberse aplicado a las imputadas enfermas o mayores, o incluso a tantos otros, con arraigo, sin fortuna y sin antecedentes penales?  
   Con tanta irracionalidad no resulta nada delirante pensar que alguna intencionalidad y/o beneficio acurruca el mediatizado espectáculo de cientos de presos.
 
Y si el clown cumple su fantasía?
LA  SRA. LEWIN  Y  SU  NODIO  DEBIERAN
OCUPARSE DEL CÓMICO “DADY” BRIEVA
 
   “Todo delito que no se convierte en escándalo no existe para la sociedad” supo sostener Heine con toda razón y ese es el temor, que desde un sector del poder se busque minimizar, esconder y pasar al olvido la barbaridad que públicamente cometió “Dady” Brieva, clown de un trío otrora mentado, aunque ahora el gracioso sostuvo públicamente ser “un soldado” de la actual vicepresidente de la Nación.
   Refiriéndose sin dudas a la caravana o acto de protesta llevado a cabo por un sector opositor al gobierno nacional, realizado en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires, la más ancha del mundo, dijo graciosamente “unas ganas de agarrar un camión y jugar al bowling por la 9 de Julio, no te das una idea…” refiriéndose al escenario de esa manifestación popular dando rienda suelta a su atropelladora fantasía.
   Y si queda alguna duda de lo que dijo porque a veces aclaran que no dijo lo que dijo o dijeron que no lo había dicho, nada mejor que escucharlo…
   El audio que se anuncia puede ser escuchado en el sector correspondiente, ubicado en la parte superior de la columna derecha de este blog  
Bahhh… A lo mejor es una exageración calificarlo como “popular” porque un ministro del gabinete nacional dijo que los asistentes no eran gente… que no eran parte del pueblo en una abierta actitud más que despreciativa abiertamente discriminatoria, antisocial y elemento para el ensanchamiento de esa grieta que no muchos están interesados en superar, y que seguramente hubiera pasado a integrar el catálogo de las “bolufrases” del acervo argentino.
    Fríamente evaluado sería tomarlo como que viene de un fantoche y especialmente si se nos ocurre coincidir con una genialidad de Solzhenitsyn: “Ya se sabe. Cuando la carne está podrida de nada sirve sazonarla. Es para vomitar”.
   En las últimas horas el caricato salió al cruce de las críticas que se levantaron desde todos los sectores incluyendo a una parte del oficialismo y consideró que quienes cuestionaban su amenazante exabrupto carecían por completo de sentido del humor, ante lo que se me ocurre una cita en este caso de Chamfort: “Hay personas que siempre quieren ir delante de todos, elevarse a cualquier costo por encima de los demás. Con tal de figurar en lugar preeminente todo lo darán por bueno: la plataforma de un charlatán, el escenario de un teatro, un trono, un patíbulo les servirán igualmente si desde allí atraen las miradas de la gente”.
   Pero esas miradas lejos del adorno de la aprobación fueron de indignación, bronca e impotencia por la amenaza que representaban o la incitación al delito o la instigación a cometer alguna de esas barbaridades, que el terrorismo internacional perpetró en la rambla de Barcelona donde tres locos “jugaron al bowling” según la calificación del impresentable bufón nacional & popular con un saldo de al menos 14 víctimas fatales.
   No es una evaluación exagerada porque también las raíces del atentado a la revista francesa Charlie Hebdo con saldo de 12 muertos fueron similares y hay tantos loquitos sueltos que sólo faltaría que alguno de ellos buscara obrar por incitación.
   El mamarracho tendrá propiedades en Miami, campos en Argentina, departamentos en Puerto Madero y en Punta del Este, automóviles de alta gama y una bien pertrechada cuenta bancaria aquí y en el exterior, pero la verdad, no deja de ser un pobre tipo a quien, para colmo, los yankys le cancelaron por las dudas la visa que lucía en su pasaporte.
   Tomando en cuenta lo carteludo que “Dady” Brieva se considera, no es para augurar el éxito a cualquier repudio o sanción que le pudiera corresponder a través de la pachorrienta Justicia.
   Aunque no es para tenerle lástima y por las relaciones y la impunidad que viene cosechando, es para tenerle miedo.
 
Alto porcentaje del comercio, colapsado
MATAN  A  BARES, CONFITERIAS, ETC, COMO
SI CARAVANAS POLÍTICAS, EL FÚTBOL Y LAS
PLAZAS  COLMADAS NO FUERAN DE RIESGO
 
   Por allí no terminan de entenderse algunas determinaciones que adopta el poder según declaman desde allí, para salvaguardar la salud pública en estas duras épocas de pandemia, zozobra y amenazas que es cuando se ponen a prueba temple, buena voluntad y acción.
   A la luz de la realidad que nos toca vivir ha quedado demostrado que el severo encierro no ha sido la mejor opción, porque como simple espectador de lo cotidiano entristecen las secuelas, las alteraciones de carácter, la agresividad manifiesta, la intolerancia y lo más preocupante, la desesperanza generalizada. Vale reiterar que las cosas se hicieron al revés por impericia o ignorancia, porque en lugar de comenzar por los sectores más vulnerables  -geríatricos y barrios marginales- se optó por enclaustrar al resto.
   El mal calculado aislamiento obligatorio fue derrumbando día a día las expectativas del COE en cuanto a la llegada del pico de los contagios y de las muertes, tras lo cual se calculaba que llegaba el amesetamiento y desde allí las cifras comenzarían a declinar, pero nada de eso ocurrió.
   Hay más contagios, cada vez es más comprometido el número de camas disponibles y el agotamiento del excelente material humano que viene luchando a brazo partido es fácil de advertir.
   Y frente a este panorama que muchos consideran desolador, sorprenden algunas medidas, más vinculadas con el capricho que con el error, porque partiendo de una lógica elemental no es posible que se flexibilicen los deportes de conjunto, que se practique el vistagordismo en cualquiera de las plazas de la ciudad y del interior y que la autoridad opte por una escandalosa ceguera, como ocurrió en estas últimas horas frente al desplazamiento de decenas de ómnibus que desde los cuatro puntos cardinales se movilizaron hacia la ciudad de Buenos Aires para asistir a un acto político.
   No es para entrar al análisis menudo de justificarlo por la necesidad de dinero,
en los casos en que se entregaba a cada manifestante unos pesos para asegurarse nutrida adhesión, llamémosle popular, a la convocatoria moyanista.
   El atentado perpetrado contra la salud pública, que con seguridad será minimizado por la conducción panzista, merece no ya la sanción porque el mal del potencial contagio ya ha sido perpetrado, pero se impone evitar la repetición de situaciones parecidas.
   A la Iglesia Católica le impusieron cepos que no se aplicaron a otros cultos, hasta que la autoridad eclesial cordobesa se plantó frente al cordobesismo que olímpicamente se había lavado las manos dejando la decisión en manos de la Nación, en una medida que ofende al federalismo y refirma el voto de silencio imperante en el más alto nivel, de cero contacto con medios periodísticos, salvo
aquellos comprometidos mediante la jugosa publicidad oficial.
   Mientras tanto, vemos con pena e indignación la sucesión interminable de cierres, ominosa imagen de fracaso comercial por causas extrañas y por el escaso apoyo del poder a los empresarios doblegados por la crisis, porque si las limitaciones son para todos, es injusta la presencia de sectores privilegiados.
   Para qué cuernos quiero ver fútbol si me impiden visitar a mi familia, si no puedo darme el placer de un café o de compartir una mesa de truco.
   Es hora de actuar con coherencia y espíritu de igualdad porque en esta lucha, para padecerla, estamos todos juntos y así debemos estar a la hora de pelear por nuestra supervivencia.
   De lo contrario, nos demos ya por perdidos…
                                                           
Lejano 17 de octubre del ‘45
CELEBRÓ AYER EL PERONISMO AUTÉNTICO Y
ORIGINAL EL  DÍA DE  LA LEALTAD A SU LIDER
 

   Las imágenes de aquel octubre del ‘45 nos traen otra vez a la memoria el fervor de la gente por su líder, los pies inflamados por la caminata metidos allí en el agua de las fuentes de la Plaza de Mayo y el grito de rebeldía que nacía desde el fondo de cada pecho.
   Es allí que con la memoria nos invade una nostálgica y apartidaria admiración y digo admiración por la convicción; por la lucha inicial contra una oligarquía
terrateniente poderosa, soberbia, negrera y de nariz parada, casta que con frecuencia viajaba a Europa llevando su propia vaca en el barco para asegurarse la provisión de leche.
   Aquellos agobiados trabajadores de rostros y cuerpos cansados por la explotación, bolsillos exhaustos, esperanzas en vías de extinción y derechos impunemente vulnerados fueron los que marcaron el rumbo hacia la redención por entonces cercana al milagro.
   Ellos y nadie más merecen quedar en la historia como legítimos forjadores de la lealtad: lealtad a sus principios, lealtad a su lucha, lealtad a su propio sacrificio; lealtad al valor inconmensurable de su compromiso con un ideal.
   Los argentinos a veces cometemos la imprudencia de alterar y devaluar básicos conceptos, y algunos delirantes todavía quieren hacernos creer que
ciertos personajes, estén o no con nosotros, son más importantes que las instituciones de la República o que la Patria misma.
Ese generoso deporte nacional de endiosar ha llevado a la desilusión de muchos, habituados a fabricar patéticas deidades de cartón, charlatanes iluminados con alma mentirosa y demagógica. La lealtad debe inclinarse hacia la honorabilidad de principios, hacia la ética, hacia la honestidad, hacia la sana y productiva cultura de la productividad y la creación; del sacrificio y de una actitud constructiva hacia la sociedad. Cuando lo que se impone es la generación de trabajo, no ha sido, no es positivo ni beneficia al país volver a ser leales al bolsón, a la beca indigna, al subsidio politizado ni a ninguna expresión de dádiva consolidando al populismo por encima del esfuerzo.
   Lealtad es el inclaudicable y honrado cumplimiento de las leyes, la fidelidad a l
a verdad, el respeto por el prójimo y el ejercicio del honor y de la hombría de bien y lo contrario es politiquería no siempre barata porque la historia de siempre, nos viene enseñando y a veces con secuelas de dolor, que los espejismos nos han salido demasiado caros.
 
   La lealtad a principios básicos de convivencia es la mejor garantía que tenemos para recuperar todos los valores que se han ido perdiendo o dilapidando por los caminos del tiempo. La lealtad no es un invento de nadie, ni es el himno o la bandera de ningún político. 
   A la lealtad -como muchos creen- no la inventó Perón, pero en la historia de los argentinos su nombre y la evocación caminan en paralelo al fervor que inspiraba. Y si recorremos los pasillos de la memoria, es posible que no alcancemos a encontrar otro ejemplo comparable a la comunión de pensamiento que unía al viejo líder con los seguidores de sus postulados, pese
a las ramificaciones posteriores de su doctrina en el amplio espectro de las ideologías.
   La lealtad es nobleza, honradez, franqueza y rectitud, atributos que no siempre se respetan en su práctica cuando los autoritarios se encapsulan en sus caprichos y egoísmos olvidando injustamente a quienes los llevaron a encumbrarse.
   Porque la lealtad es también generosidad y desprendimiento.
   La lealtad, en suma, es simplemente una patriótica y saludable manera de sentir, de obrar y de vivir más allá de la política, con la mirada y el esfuerzo puestos en el venturoso futuro que después de tanto penar nos merecemos los argentinos.

31 de mayo de 2020

S.L.B.: PARA AMAR Y RESPETAR LA VIDA, NO VIOLAR LA "SETENTENA" - UTA, AOITA Y SUOEM, TRES CONFLICTOS EN LOS QUE NO SE AVIZORAN SOLUCIONES - EL TÉRMINO "PROTOCOLO" ESTÁ PRESENTE EN LA MEGACAUSA DEL REGISTRO - EVOCACIÓN CASI SILENCIOSA DEL CORDOBAZO Y UN OLVIDO IMPERDONABLE - LA INSEGURIDAD COMPLICADA EN TIEMPOS DE PANDEMIA - NO HAY QUE APRESURARSE CON EL RETORNO A LAS AULAS - DADY BRIEVA, TITIRITERO DE SI MISMO, ETC.


Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” que emitieron en dúplex AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba y este material corresponde a la edición n° 623 del 31/05/20,

Hay que amar y respetar la vida
LA “SETENTENA” NECESARIA QUE MUCHOS SE
EMPEÑAN EN VIOLAR: SUICIDAS POTENCIALES
   Por allí uno entra en la dudas y se empieza a preguntar, con fundamentos que diariamente se van consolidando, si la desgracia nos desperdiga como sociedad o nos une en eso de compartir sin diferencias eso del instinto de conservación, porque estamos en esta dura y prolongada lucha por la supervivencia.
   A veces se esgrime como fundamento aquello de la supervivencia del más apto, cuando en realidad ahora se impone pelear por tal objetivo con una base de respeto, solidaridad y acatamiento de los dictados que parten de aquellos que están científicamente capacitados para guiarnos, más allá de los contenidos y las miserias que muchos políticos atesoran como parte de su personalidad y modelo de gestión.
   Guiarnos hacia la recuperación de la normalidad es tarea de inteligentes y sensibles funcionarios, mientras que aprovecharse de contingencias tan tenebrosas solo cabe en la mentalidad de los mezquinos, de esos que solo se miran hacia adentro, desoyen al exterior y se aprovechan de su vulnerabilidad.
   Es cierto que ya estamos transitando por esta “setentena” en mucha medida llevados por el poder central que con mal disimulada angustia viene observando que las cosas, al menos en sus latitudes, no se están dando como lo señalaban los pronósticos más optimistas, un optimismo que muchos confunden con la demagogia, y alguna razón les asiste.
   Las estadísticas, si es que buscamos darles la trascendencia que muchos les niegan, colocan a los porteños y bonaerenses en una posición poco esperanzadora de terminar de una buena vez con los encierros, habida cuenta de la curva que sigue siendo ascendente en los sectores marginales, donde diariamente se vienen descubriendo brotes de contagio que en los primeros dos meses permanecieron ocultos o fueron malignamente escondidos.
   Por otra parte una especie de absurda rebeldía llevó a violar el aislamiento en base a caprichos o impaciencias que científicamente tuvieron su temida consecuencia de expansión del mal, cuando se pensaba en un ingreso a las etapas de recuperación de la libertad de desplazamiento y de ejercicio de ciertas actividades como el paseo, el deporte, la asistencia a espectáculos artísticos y otras distracciones.
   Ahora resulta que con sugestiva tardanza, se descubre que en las villas marginales, algunas cercanas y otras alejadas del puerto, la gente convivió y aún convive con el espanto del contagio y los números así lo están revelando: esa es la consecuencia de los infradotados con vocación de indemnidad que en su delirio no advierten el daño que le hacen a la sociedad.
   En Córdoba tuvimos que retroceder por otras razones que aparecen ahora alejadas del fundamento científico y se incorporan a maniobras políticas, en cuyas sombras se legalizaron medidas que afectan a buena parte de la sociedad cordobesa en el ámbito laboral, porque milagrosamente en 48 horas pasamos a un estado ideal como de incontaminación, reforzándose esa impresión que la vacuna “Unicameral Compósitum” había resultado exitosa.
   Ahora, en La Matanza, predio de luchas y batallas políticas por el predominio territorial, se está esperando lo peor, habiéndose informado que el pico del coronavirus aún no ha llegado y ensombrece las expectativas.
   Roguemos que la situación pueda ser controlada, siempre y cuando la población de los sectores más afectados comprenda y aunque sea a través del miedo, que esto no es joda; que es la antesala de un final que nadie quiere ni merece padecer.
   Entonces y para terminar esta especie de declaración de principios y preocupaciones, vale consignar conceptos de un cordobés, poeta radicado en Oliva, quien sostiene, en su visión crítica de las medidas que se toman para controlar el mal, preguntándose  “¿Abren las cárceles y liberan a los presos para evitar contagios y cierran las villasmiseria para evitar los contagios?”
    Y además, navegando por su geografía más cercana vuelve a preguntarse “¿Por qué si junto dos amigos me imputan, pero Roberto Urquía puede juntar 200 camioneros en su aceitera durante tres días y nadie le dice nada?
   Realmente, sería como para que la autoridad, si de algo sirve en este caso, tendría que tomar medidas.
   Y es entonces que bien vale aconsejar una acción primaria pero absolutamente imprescindible para estos días cruciales: respetar a la autoridad porque es la única manera de coincidir en esta lucha, siempre y cuando no advirtamos tan a la vista, maniobras como las que hemos padecido entre nosotros.
   A los cordobeses nos llega el momento de luchar por la supervivencia y al poder, una lucha que se instalará pretendiendo superar al valor de la vida: la necesidad de afrontar las consecuencias de su desmedido endeudamiento y de evitar la quiebra comercial, industrial y laboral que puede llegar a ser la peor de las consecuencias.
   Porque sería la no deseada antesala del quiebre de la paz social y de nuestra tranquilidad.

UTA, AOITA Y SUOEM
TRES  CONFLICTOS -QUE EN PLENA PANDEMIA-
SON UNA DOLOROSA AFRENTA A LA SOCIEDAD
   Muchas veces nos asaltan las dudas acerca de estar viviendo o soñando, ciertas situaciones o alternativas que nos rodean y esto del conflicto gremial ya transformado en virus vendría a ser uno de esos casos porque por mayor buena voluntad que le pongamos como espectadores o víctimas de esta situación, no se avizora una solución en lo inmediato.
   Estamos paralizados como provincia y más allá de las imposiciones necesarias por la lucha contra el coronavirus está lo otro: eso de sentirnos inmovilizados por la falta de transporte lo que se suma a las limitaciones de circulación por calles y rutas para aquellos que no están incluidos en las excepciones al decreto presidencial de cuarentena y sus derivaciones.
   Entre nosotros la dirigencia de UTA y de AOITA, que tienen que ver con el transporte de pasajeros una en el ámbito local y la otra en el territorio provincial, decretaron un paro por tiempo indeterminado que si bien no deja de ser un reclamo auténticamente avalado por la realidad de no cobrar sus haberes, contiene el saldo negativo de su afrenta a la sociedad especialmente a los de menores recursos, que no cuentan con dinero para movilizarse a través de otros servicios.
   Parte de la responsabilidad es la intransigencia patronal, que de paso se beneficia porque no sacan a la calle los coches, con lo que ahorran considerables sumas de todas las utilidades a las que se acostumbraron por vivir de los subsidios estatales y de la aplicación de las tarifas más elevadas del país.
   Y el poder, que en el caso de Córdoba pudo ser aprovechado para impedir entre otras los desplazamientos de gente que pretendía participar de piquetes o de manifestaciones de protesta, es como si no interviniera en los conflictos porque sólo se limitó, en la parte Cordoba capital, a declarar que no aportarán más subsidios porque la Nación no les envía los fondos necesarios.
   Tal actitud puede ser tomada como coacción en muchos aspectos, pero ese detalle debiera quedar marginado frente a las necesidades populares, tratando de rescatar aunque sea en parte el perdido sentido de la solidaridad entre trabajadores.
   Y el caso de los municipales ya roza en lo inaudito, porque restrinjen servicios que malamente suelen prestar en razón de las disminuciones salariales que les fueron aplicadas, la eliminación de un caudal innecesario de horas extras y de esa histórica jugada de la extensión de jornada, cuando muchos servicios deben ser tercerizados por el absurdo argumento de la falta de personal.
   Y los cortes en las jubilaciones, es otro de los ríspidos temas ya resueltos por el gobierno cordobés a través de una cerrada componenda legislativa que evidentemente lesionó eso de la declamada independencia de los poderes
   Pero busquemos las explicaciones que busquemos, los conflictos están allí y pocos se mueven en procura de superarlos.
  Lo pésimo y de consecuencias impensadas en cuanto al crecimiento del malestar social que ya se advierte, es una actitud casi meramente contemplativa de las autoridades, aplastadas por la realidad de una pandemia que se agrava ante la falta de servicios esenciales, esos que alguna vez fueron garantizados acerca de su cumplimento en medida mínima.
   Mínima es ahora la preocupación oficial por superar estos tres dramas.

Megacausa del Registro de la Propiedad
EL MENEADO TÉRMINO “PROTOCOLO” QUE
TAMPOCO  ESTÁ  AUSENTE  EN  ESTE CASO

   El término “protocolo”, hace referencia a un conjunto de normas o pautas ordenadas que deben seguirse para cumplir con una determinada acción.
   En pandémicos tiempos de tanta manipulación de esta palabra, y en referencia a  la causa del Registro de la Propiedad,  podría decirse que en la Justicia cordobesa también existe un “protocolo” por el cual los fiscales tienen un plazo de cuatro meses para completar una  investigación a partir de la detención o declaración del imputado, que existe un mecanismo de sorteo para elegir jueces y que esos magistrados tienen también plazos razonables para resolver las causas.
   También es de “protocolo” que un juez no puede repetirse juzgando a la misma persona por lo mismo y que para decidir condena debe existir prueba objetiva.   
   Un vigente conjunto de normas ordenadas llamadas Constitución de la Nación constituyen un extenso “protocolo” que explica con claridad cómo debe manejarse la libertad de los ciudadanos y cómo proceder ante las diferencias de poder.
   No hace falta repetir que en la causa mencionada las investigaciones y juicios eternos, la comisión especialmente designada para juzgar, las condenas por íntima convicción, las prisiones preventivas sistemáticas y la impunidad de los poderosos ignoraron todos los protocolos, pese a que en el Poder Judicial todos esos “protocolos” se llaman Leyes.
   Y así es la cosa, aunque no lo crean…

¿Conflicto de “paternidad”?
El “CORDOBAZO” EVOCADO CASI EN SILENCIO
CAMINA  A  TRANSFORMARSE  EN  UN  OLVIDO
   Parece mentira que hayan pasado 51 años de aquel cercano 29 de mayo del 69, cuando Córdoba ocupó primerísimos planos en la consideración mundial, una vez que las imágenes y los vívidos relatos alcanzaron las más remotas latitudes. En pocas horas la ciudad fue ocupada por los manifestantes, que desbordaron a una policía solo entrenada para reprimir tumultos deportivos o manifestaciones poco numerosas.
   La gente, poco a poco, se fue plegando a la protesta, mientras en Buenos Aires se discutía la conveniencia o no de sacar el Ejército a la calle.
   El miedo fue mayor que la prudencia y el primer contingente militar que venía del Camino a La Calera desembarcó en el Pasaje Aguaducho, a metros del acceso al Hospital de Clínicas, en uno de los sectores transformado en foco principal de la revuelta popular, a las 5 en punto de la tarde.
   Quinientos soldaditos imberbes, con el miedo pintado en el rostro, se colocaron rodilla a tierra y apuntaron sus vetustos Mauser 1909 hacia arriba, para producir la más espantosa y atronadora de las amenazas.
   Habían llegado ellos, para restaurar el orden que no podían implantar apelando a la ley y la Constitución.
   Más tarde se conoció la existencia de víctimas fatales entre los manifestantes que eran obreros y estudiantes, decenas de heridos y cientos de detenidos. La ciudad pasó a ser una síntesis del caos, lo que se acrecentó en el atardecer y en la noche, en sectores claves de la ciudad como lo eran el Barrio Clínicas y la zona industrial, lo que duró un par de días.
   No me lo contaron. Me tocó vivirlo demasiado de cerca, cuando trabajaba en La Voz y los practicantes de Medicina hasta nos disfrazaron de médicos en el Hospital de Clínicas, para que estuviéramos en el centro de la escena, cuando usábamos casco para trabajar y la verdad sea dicha, miedos y angustias para regalar.
   El pueblo se había rebelado, porque aquella vez se llegó espontáneamente al límite de la paciencia.
   Para que los gobernantes lo sepan: la paciencia tiene un límite y 51 años atrás la imprudencia política lo superó. Y en ciertos aspectos y situaciones no estamos muy lejos, o demasiado cerca de alcanzarlo.
   Siempre hay tiempo, y urnas en su momento, para corregir el rumbo.
   Y un párrafo aparte para aquella sana intención que supimos alentar los y las periodistas, fotógrafos, camarógrafos y movileros radiales a quienes nos tocara la tarea de cubrir en la calle aquellos acontecimientos, cuando poco tiempo atrás llegamos a pensar que el gobierno apoyaría a esa institución a la que le dimos vida bautizándola como “29 testigos de la historia” que éramos los sobrevivientes de aquel mayo del ‘69.
   Nos hartaron a promesas, nos usaron más de una vez como estandarte y al final demostraron su desmemoria, o su memoria parcial e interesada cuando en tiempos preelectorales se acercaron con un apoyo hipócrita y de corto plazo.
   Nos prometieron audiencias, apoyo, consideración y toda la batería de versos que se recitan en un escenario dolorosamente demagógico como lo son las campañas proselitistas.
   Y al final, la nada.
   La nada porque “29 Testigos de la Historia”, asociación civil sin fines de lucro pero con intenciones de preservar para los tiempos la memoria colectiva de aquellas jornadas memorables, se consumió falta de apoyo, de atención y de interés en su sola intención de resguardar sin componentes ideológicos y menos aún partidistas, uno de los hechos populares más relevantes que recuerda esta Córdoba a veces sorprendente y contestataria y otras, demasiado indiferente.
   Pero sin que el concepto siguiente signifique menoscabo alguno, pero lo manifiesto a título personal y con mucho de vergüenza, que esta Córdoba tendrá para quienes con las décadas escriban su historia, la penosa certeza de saber que con el apoyo de su gobierno tiene un museo del cuarteto y se olvidaron de la gesta de la que aún y pese a todo, estamos orgullosos quienes más que testigos, fuimos protagonistas.
   A eso, y en nombre de los que ya no están pero aquella vez estuvieron y muy cerca, es imposible que alguien nos lo robe.


Inseguridad imparable
TIEMPOS MÁS COMPLICADOS AÚN PORQUE LA
ATENCIÓN  ESTÁ  CENTRADA EN LA ANGUSTIA
   Vivimos tiempos demasiado complicados por el acoso de un mal implacable, mortal y silencioso que nos viene condicionando en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.
   Es innegable que las fuerzas policiales en mucho contribuyen al intento de tener más o menos controlados los desplazamientos de la gente, de manera especial cuando la impaciencia frente al encierro condiciona actitudes y conductas, por lo que hay que entender las reacciones de muchos que sin ser claustrofóbicos están experimentando por primera vez esta impuesta falta de libertad al menos de movimientos callejeros.
   Lo malo es que ante los requerimientos de la fuerza policial en tal sentido es lógico aunque desde el poder se lo niegue, que se produzcan carencias que se suman a las ya conocidas, en materia de garantizar la seguridad tanto de la vida como de los bienes de la ciudadanía.
   No me quieran convencer que los índices delictuales han disminuido, porque a diario vemos y sentimos que no es así, porque la impunidad se agravó ante los lógicos requerimientos de efectivos para esos dudosos resultados del control de tránsito en los puentes porque lo mismo, pese a las obligaciones imperantes, el centro suele ofrecer un panorama no de normalidad absoluta por el masivo cierre comercial, pero sí en cuanto al movimiento de la gente que no se sabe para qué lo frecuenta, salvo para sumarse a las filas que suele distinguir a las cercanías de los bancos. 
   Y  el drama de la inseguridad se acrecienta en los barrios más alejados del centro, donde el malestar social ya es una lógica preocupación gubernamental, por eso del recipiente hirviente muy cercano a la ebullición. Y quiero repetir conceptos que manifestara tiempo atrás pero que no han perdido vigencia:
   “En los últimos años se ha incorporado con una fuerza atroz y millonaria el elemento droga, hasta el punto que hay sectores de la ciudad donde sólo ingresan lo que los narcos consideran “cobanis amigos”. El descarado comercio de sustancias prohibidas en las narices policiales no es sólo un agravio y un ultraje a la inteligencia de los vecinos, sino que representa el triunfo de la indemnidad por encima de la ley y de quienes están para hacerla respetar. 
   Lo penoso es que muchos buenos policías, honestos y sacrificados servidores, arriesgan sus vidas en esta lucha desigual”.
   Ese es el otro gran problema, porque una de las consecuencias de todo este ambiente enrarecido son dobles: la disminución de la venta de droga al menudeo y la falta de dinero emergente de la desocupación, para solventar el vicio y tal suele ser un cóctel explosivo que si no se ataca, las consecuencias pueden ser terribles.
   Se me ocurre que hay que rediseñar el tema de los controles en los puentes y en otros lugares sin asignar exceso de efectivos que no deben dejar esa trascendente gestión preventiva de andar y andar, de recorrer la ciudad hasta en sus más íntimos rincones, porque se estima que para eso está esa cantidad de 22.000 policías equipados con material de última generación y toda la tecnología de acuerdo con lo que se informa desde el poder.
   Es lo correcto e imprescindible que nos cuiden en cuanto a las limitaciones para circular, pero que ese cometido no anule ni limite al resto de las necesidades que los cordobeses tenemos acerca de nuestra seguridad.
   No hacerlo, sería una falta de impredecibles consecuencias.

El retorno a las aulas
LA NORMALIZACIÓN LLEGARÁ EN SU MOMENTO
CUANDO  LAS  CIRCUNSTANCIAS  LO PERMITAN
   Una de las mayores dudas que late en los corazones cordobeses y por múltiples razones, es conocer con alguna certeza cuándo se volverá a la normalidad en el dictado de clases en las escuelas, dejando de lado el costado social que representa no haber interrumpido la asistencia alimentaria.
   Es entendible la preocupación de la gente de manera especial en aquellos hogares donde el hacinamiento es la forma de vida, por eso de la contención de los niños que no es como muchos piensan, que basta con un televisor o con los jueguitos que ofrecen los celulares, porque no todos tienen acceso a ellos, sino que llega un momento -si no es que ya estamos inmersos allí-  que el aburrimiento supera a la tecnología.
   La cuestión es simple, porque ese momento llegará cuando la ciencia así lo dictamine y el caso no depende de los vaivenes políticos ni de las implicancias ideológicas, porque lo que se intenta y se está consiguiendo merced a esto que ya es “setentena” la preservación de un par de generaciones o algo más, que forjarán nuestro futuro.
   Hay tiempo para apelar después a la recuperación de lo perdido, de las clases postergadas, de volver a estimular el interés de los alumnos por aprender, por socializar, por encaminarse a sentirse útiles a la sociedad y todo lo demás es pirotecnia, tan inútil como nociva.
   Las clases no se normalizarán mientras existan los riesgos de contagio, más en una actividad donde las cercanías humanas son irreemplazables; los afectos, las caricias, el descubrimiento del prójimo en su esencia, todo eso es la niñez que antecede a la preadolescencia y luego a la juventud.
   No me parece correcto ni conveniente pretender ganarle a los relojes y menos aún a un desastre que permanece con su ominosa amenaza de no perdonarnos el error del descuido o de la indiferencia.
   Las autoridades del área respectiva toman en cuenta los dictámenes de los especialistas para poder elaborar el proceso de la regularización que se supone no será automática, de un día para el otro, como reabrir un negocio, o una industria, que dependen de otros factores conexos: las clases volverán a su normalidad cuando existan las garantías suficientes como para asegurar la salud integral de los pequeños, de los jóvenes y sin marginar la enorme importancia de cuidar a los docentes y todos aquellos trabajadores de esa loable actividad.
   Intentar otras salidas para conformar apremios y superar lógicas y apremiantes angustias, sería volver hacia atrás, donde esperan los rebrotes con su certeza letal.
   Y nuestros niños, los jóvenes y los docentes, no lo merecen…

Dady Brieva
 “LA IMBECILIDAD ES UNA ROCA INEXPUNGNABLE.
TODO LO QUE  CHOCA  CON ELLA SE DESPEDAZA”
   La cita es tan real como contundente y su autor, Flaubert, algo conocía de la vida como para dejarla a  manera de testimonio en los tiempos y que de alguna forma concilia con aquella definición de Bioy Casares cuando sostuvo que “el mundo atribuye sus infortunios a las conspiraciones y maquinaciones de los grandes malvados. Entiendo que subestiman a la estupidez”.
   ¡Brillante, maestro…!
   Ni que hubiera conocido o escuchado a este jocoso comediante, más clown que gracioso, una curiosa especie de titiritero de sí mismo, que al parecer con menos conocimientos geográficos que Ginés González García, le propone a nuestro presidente de la Nación, el Dr. Alberto Fernández, que cuanto antes debemos transformarnos en Venezuela como para consolidar nuestro futuro.
   Conviene en este caso e intentando brevedad para dedicarme a un asunto que tiene solamente trascendencia en el campo de la insanía intelectual y política, pintar algún rasgo aislado en la personalidad de Dady Brieva, confeso marihuanero y consumidor de todas esas sustancias hermanadas lo que no lo descalifica en el campo de la sociedad, porque cada uno es dueño de darse los nariguetazos que quiera, mientras no comercie sustancias prohibidas por la ley.
    En la entrevista, que le hiciera una publicación gráfica autodenominada "revista de la cultura cannábica", este personaje se reconoció como un consumidor social de marihuana y sostuvo que el cannabis "es la droga que más une, sin dudas" y dio sus motivos para pensar así. "El faso genera otra formalidad social… Si querés está todo bien y si no querés también", sostuvo al respecto, y agregó: "La marihuana no es como otras sustancias, no es vergonzante, te podés mirar al espejo, es otra historia, aunque yo ya no curto tanto" y frescamente dijo que si su hijo cultivara sus propias plantas, se pondría de su lado.
   No se guardó nada cuando le preguntaron acerca de sus experiencias con otras drogas y terminó comentando
"De joven he probado todo lo que se imaginen. Menos inyectarme, he hecho de todo”.
   Veamos entonces si vale o no la pena rebatir algunos de sus conceptos más recientes, cuando desde esa mente ardida puede tener algún sentido su pedido a la máxima autoridad de la República, de que cuanto antes y sin perder tiempo, tenemos que ser como Venezuela, dejando a salvo el respeto que merece su gente que viene soportando la tiranía de tantas iniquidades que se abaten sobre ella.
   Supongo que nadie, en su sano juicio, puede querer que cinco millones o mayor cantidad de argentinos emigren sin rumbo, con tal de no quedarse; que la inflación actual y oficialmente divulgada de un dígito y medio pase a ser de seis dígitos o más; que tengamos que apelar a diarios viejos en el rollo del baño, a carecer de medicamentos y de servicios esenciales y lo peor, lo más horrible de todo, tener limitada nuestra libertad y al futuro -a nuestro futuro que ansiamos venturoso- lo manejen delirantes enquistados en el poder y apoyados por consentidas y financiadas bandas armadas que socaven una Democracia que tanta sangre nos tocó derramar para recuperarla.
   Esta, la actual, no es hora de delirantes que si tienen en la mira ese modelo, es para proponer una colecta pública destinada a solventarles los pasajes.
   De ida y de vuelta, porque al final, los argentinos somos demasiado caritativos… y también olvidadizos.