22 de diciembre de 2013

SLB-221213-OTRA VEZ SIN LUZ, CAMINERA CHOLULA, PREPOTENCIA SOBRE RUEDAS, MEGACAUSA, AGUAS TURBIAS, LARGAS VACACIONES, ESPIRITU DE NAVIDAD, MIEDO A MAS SAQUEOS, etc



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del domingo 22-12-13 por AM580 Radio Universidad de Córdoba

 OTRA VEZ SIN LUZ

 

   Otra vez los cortes de energía eléctrica dentro del programa que la EPEC está obligada a cumplir, aunque niegue que lo hace por necesidad e imprevisión, ya que se quedó en los tiempos con relación a la actualización de su vetusta e insuficiente tecnología, por llamarla de alguna manera.
   Esta penosa expresión empresaria de la más decadente "eficiencia" viene injuriando a los cordobeses en verano por los acondicionadores y en invierno por las estufas, aunque los gobernantes se hayan apegado al percudido verso de que nunca más tendríamos penurias a la hora de los mayores consumos.
   La culpa no es de ellos, los patrones de los voltios, que se endeudan para que estemos peor, sino nuestra por comprar artefactos y tener la osadía de usarlos, aunque la peor adquisición de los cordobeses haya sido creer, también otra vez, en las promesas de utópicas soluciones, como todas las que se hacen para juntar votos. 
   Nos vienen amagando con la central Pilar desde que me acuerdo y tardó menos en construirse el Taj Mahal, que la reparación, creo que de una puta turbina, que es lo que nos condena a la penuria de tirar la comida, sacrificar medicamentos, no poder bañarnos u optar por hacernos fuertes en la planta baja porque los ascensores a pedales todavía no han sido inventados.
   No es por ser apocalíptico, gruñón ni malondeado, pero el verano recién comienza y todavía falta mucho para llegar a los verdaderos picos de consumo o al menos de demanda.
   Y mientras seguiremos penando, protestando, intentando que nos atiendan los teléfonos, escuchando las mentirosas explicaciones de lo inexplicable, y en definitiva siendo víctimas de grises personajes que desde la conducción de nuestra empresa eléctrica, se siguen dando el lujo de tomarnos por imbéciles.
   Y lo hacen con absoluto profesionalismo, concientes que pese al sufrimiento de la gente que nada les importa, ellos ya están gastando a cuenta de lo que cobrarán como premio a la eficiencia.
   No pido que intervenga el Ersep porque es solo un sello aprobador de tonteras, pero sí me extraña que ningún político opositor haya tenido la idea, por ejemplo, de presentarse ante la Justicia y pedir que desde allí se ampare a los ciudadanos, a quienes se les está despojando de su derecho de conservar una merecida calidad de vida.
   Y eso, por si lo ignoran los políticos indiferentes por distracción, también está considerado como un derecho humano.


CAMINERA CHOLULA

    
Si tenés un foquito apagado, te bajan la caña; si no encendiste las luces bajas, te olvidaste de ponerte el cinturón de seguridad o desde 300 metros de distancia te acusan de haber pisado la línea amarilla, la Policía Recaudera que quiso ser Caminera te mete un multón y te despojan sin misericordia, por eso de la obediencia debida.
   Por allí de vez en cuando aparece un caso que detienen a algún automovilista por intentar ponerse con el famoso “¿y a esto cómo lo arreglamos?” y es cuando los jefes se hinchan de orgullo, seguramente porque en su inocencia no saben que los coimeros no extienden recibo.
   Estas apreciaciones no son caprichosas, sino que están basadas, dejando de lado la enorme necesidad de un organismo con las características de sus gemelos en otras latitudes, en una realidad tan insobornable como lo son las estadísticas.
   Hablo  en este caso de números serios y no los dibujados por las autoridades y acomodados a su conveniencia, razón que nos lleva a pensar que el Indec no tiene exclusividad en esos menesteres.
   Si fuera tan buena la Policía Caminera en sus políticas de prevención, hay dos situaciones que no se darían: primero, que las rutas no se cobrarían tantas vidas si existiera una presencia móvil y dinámica y segundo, que no andarían como ahora haciendo cáscara por la cantidad enorme de actas que se labran, sobre todo a escasos metros de las estaciones de peaje o en puestos fijos que más que disuasorios, son estáticas trampas para incautos.
   El cholulaje de algunos integrantes de esa policía es solo un hecho aislado e intrascendente, salvo por la notoriedad que adquirió al ser divulgado por las redes sociales y porque un carnoso personaje como Wanda Nara no anda todos los días revoleándole la baliza luminosa a cualquiera.
   Sancionaron a esos policías por divertirse sin castigar a nadie, pero las autoridades miran hacia otro lado cuando se divulgan las espeluznantes cifras de muertos en nuestras rutas, que no serían tantos si se cumpliera con el objetivo de prevenir por encima de la vocación recaudadora.
   Porque lo de la divertida botinera quedó registrado para la posteridad, pero de las infracciones inventadas, es difícil obtener pruebas.

PREPOTENCIA SOBRE RUEDAS

   Por algo que pudieron solucionar sin traumáticas medidas dejaron de trabajar, abandonaron a los pasajeros que les sostienen sus caprichos, desoyeron la conciliación obligatoria y endurecieron su posición hasta que lograron lo que demandaban.
   Esa es la simple enunciación de un penoso episodio en la vida de los cordobeses que por su condición de rehenes, deben soportar los desplantes y la prepotencia de uno de los tantos gremios que han hecho de la violencia, la patota y la agresión, una conducta que nadie castiga, porque la reiteran cada vez que se les ocurre.
   La gente de AOITA castigó a sus usuarios, porque el desamparo de esas víctimas fue el factor que determinó el triunfo de un movimiento mafioso, que al decir de algunos entendidos y estudiosos del tema, contó con cierto apoyo de algún sector empresario del ramo, porque al aumentarles los sueldos abren la puerta para la actualización de tarifas que alimente su histórica angurria.
   Dejar a la deriva a miles de pasajeros fue una ignominia desmedida; un abuso de poder; una actitud delictiva por sus consecuencias en los más desposeídos.
   No es la primera vez que lo sugiero, pero así como se estila el control de alcoholemia en las calles y en las rutas, no sería del todo desatinado practicarlo también, después de ciertas asambleas.

LA MEGACAUSA

   El derecho a la libertad personal es un derecho humano fundamental cuyo corolario es  la protección contra la detención arbitraria o ilegal y las normas internacionales no sólo disponen que el arresto y la detención no deben ser arbitrarios, sino también que deben llevarse a cabo de acuerdo con lo establecido por la ley.
   Un arresto o detención legal puede, no obstante, ser arbitrario con arreglo a las normas internacionales.
   Las personas que están en espera de juicio acusadas de una infracción penal no deben, por regla general, permanecer bajo custodia y  de acuerdo con el derecho a la libertad y a la presunción de inocencia, se presupone que no permanecerán detenidas aún durante el juicio.
   El Comité de Derechos Humanos afirmó que la prisión preventiva debe ser excepcional y lo más breve posible.
   Estos conceptos han sido extraídos del Manual de Juicios Justos de Amnistía Internacional.
   La semana pasada leímos la conclusión del Dictámen del Grupo de Trabajo sobre detenciones arbitrarias de las Naciones Unidas que determina que la totalidad de privación de la libertad  sufrida por Guillermo Lucas, detenido desde hace dos años y medio en la causa del Registro, es arbitraria y recomienda al Estado Argentino disponer su inmediata libertad.
   Anteayer y mientras se sustancia aún el juicio a Petrone, comenzó apresuradamente pese a carecer de días hábiles para continuarlo, el juicio contra el abogado Lucas y otros cinco imputados que permanecen en prisión preventiva, pese al derecho y los dictámenes.
   El derecho a un Juicio Justo,  implica el cumplimiento de numerosas garantías que sería muy extenso desarrollar, pero que tiene como principio fundamental el estricto respeto a la presunción de inocencia, y la exigencia de un tribunal independiente e imparcial que no debe tener ideas preconcebidas ni  promover  los intereses de una de las partes, lo que implica  no haber participado anteriormente en el mismo proceso.
  Como los imputados continúan en prisión preventiva, la inocencia se secuestró, la culpabilidad  se presume, los jueces se repiten y las garantías de un juicio justo parecen estar muy lejos.
  La próxima audiencia ha sido citada para el viernes próximo a las 9 en el mismo lugar, misma Cámara, misma hora, y en el caso del Dr. Buteler, mismo abogado, que están citados también los del juicio a Petrone, lo que demuestra también que la ubicuidad sin límites no es una utopía.
   Este viernes tuve ocasión de presenciar por un rato nomás, la audiencia que se desarrolló en la sala de la Cámara décima con relación a esta megacausa y aparte de los aspectos técnico jurídicos y como distensión de final de año, hubo lugar en mi caso para tomar algunos coloridos apuntes.
   Por ejemplo la puerta abierta que impedía escuchar, la caprichosa ubicación de la cámara de TV a diferencia de lo que se aprecia en otras causas, el fervor del representante de la querella provincial en mascar chicle mientras no deja de jugar con el celular, y una inoportuna orden de silencio para los que conversaban -no gritaban- en el pasillo, fuera de la sala.
   A veces los Sres. Jueces asumen papeles de estrellato, una especie de síndrome de marquesina, y buscan curiosas maneras de ser tenidos en cuenta, como por ejemplo adjudicarse actitudes de censores, cuando dejó de ser un miedo que los argentinos estamos procurando sepultar desde hace 30 años.
   Alguien debiera decirles, a esos vívidos exponentes del almidonado autoritarismo jurídico, que también para esas actitudes está vigente el nunca más.

LAS AGUAS BAJAN TURBIAS

   Cuando hace demasiado calor, el termómetro impiadoso marca más de 35 grados y la heladera pasó a retiro, es que intentamos la panacea del agua y al abrir la canilla nos encontramos con la porquería líquida que los avezados voceros y disculpadores de Algas Cordobesas, se empeñan en darle la categoría de agua potable.
   Un líquido turbio, inestable y suavemente hediondo es lo que nos proveen para consumo.
   Y como no es bueno alimentar el estrés ni la úlcera estando tan cerca de las fiestas, lo mejor es plantear el tema y saber si es una ocurrencia particular, estoy demasiado sensibilizado o a lo mejor, al igual que la inseguridad y la inflación, lo de la luz cortada y el agua despreciable, sean solo otras de las sensaciones a las que por obligación o imposición nos estamos acostumbrando.
   No quiero de ninguna manera enfrentar a quienes desde la ciencia, sostienen que el agua, esa que nos llega por la red domiciliaria, reúne las básicas condiciones necesarias para ser potable.
   A lo mejor la pinta es lo de menos, la turbiedad un aditivo, el olor es un exótico perfume y su gusto nos aproxima a lo desagradable que es un vómito, pero nos obligan a levantar nuestras copas, vasos, tazas, jarro de lata o lo que sea, y beberla sin apretarnos la nariz.
   A través del marketing publicitario e institucional, buscan cristalinizar un producto que está más aproximado al barro.
   Habría que ver si los directivos de Algas Cordobesas la beben en sus casas, y si se animarían a tomarse un trago, tan solo uno, de eso que le llaman agua y que llega por estos días a los hogares cordobeses.

LARGAS VACACIONES

   Está visto que la mejor vacuna contra las reuniones masivas con eventuales protestas urbanas, no es prohibirlas sino darles vacaciones a sus protagonistas.
   Por eso se apuraron a terminar el ciclo lectivo y ahora adelantaron el receso general, porque desde el poder consideran que los empleados públicos difícilmente abandonen su casa, dejen las ojotas y la pelopincho y vayan a una concentración donde correrán el riesgo que los muelan a palos, los muerdan los perros o los incomoden con los gases lacrimógenos.
   Se vienen tiempos complicados para la administración delasotista, desorientada en su conducción y con los ánimos por el piso, suponemos que por haber naufragado la vocación presidencialista de su conductor.
   Sin embargo la inestabilidad de la situación no ha servido, por lo visto, para moderar esa especie de vocación autoritaria, que tardíamente expresada sostiene ahora que no se piensa ceder ante presiones, olvidando que frente a la policía sublevada, los lienzos de la autoridad quedaron en el piso, y desde el más alto nivel contribuyeron al inédito desamparo al que fueron condenados los queridos cordobeses.
   Los compromisos asumidos en materia salarial van a ser honrados, seguramente, en los dos primeros meses del año que viene empujando, pero una vez ejecutada buena parte del presupuesto originariamente previsto, que no esperen la ayuda nacional porque ahora, oh sorpresa, nos enteramos que en realidad les estamos debiendo un paquete de plata que el bueno de Capitanich negoció refinanciar.
   Son los lujos que puede darse la Nación, porque ellos con Ciccone o sin Ciccone, tienen la maquinita.
   Y si nosotros los queridos cordobeses no encontramos otra manera de sostenernos, habrá que apelar al previsible recurso de los bonos, que no será novedoso porque desde hace meses viene asomándose en el horizonte de nuestros bolsillos.
   Mientras tanto, queridos empleados públicos, gocen las vacaciones, rásquense hasta lastimarse los huesos y acumulen buenas ondas para la hora del regreso.
   Roguemos que la situación, para entonces, me demuestre que estuve equivocado, lo que me generaría un enorme placer.

MIEDO A MAS SAQUEOS

   Nunca se sabe, porque siempre hay una mano traviesa o anónimos instigadores, de dónde provienen los rumores agoreros acerca de la reiteración de saqueos a comercios, y otros actos de vandalismo.
   Si nos llevamos por esos huérfanos anuncios, anteayer y ayer hubieran sido días negros para los argentinos desde que se echaron a rodar terribles predicciones, continuidad de los violentos episodios vividos recientemente.
   Es cierto que la libertad de pensar está vigente, pero alguien debiera actuar para neutralizar esa especie de corriente alarmista que se hace fuerte desde las sombras de las redes sociales, que siembra pánico e inquietud y es una perversa manera de conducir al caos, más aún en una población sensibilizada.
   Las fuerzas de seguridad estuvieron al apresto y parte de la ciudadanía entró en una especie de tensa vigilia, al aguardo de acontecimientos que por fortuna no se dieron, por más que en algunos sectores merodearon personajes de dudosa calaña y oscuros prontuarios.
   Lo malo del asunto es que los arteros, que han hecho de la maldad y la sorpresa su deporte favorito, van a seguir al acecho esperando el momento oportuno para reiterar sus atropellos y lo más probable es que no los empuje la protesta ni los alimente una diferencia política, sino el más peligroso de todos los motivadores que es la impunidad.
   Todos tenemos que estar atentos en la defensa de lo que el sacrificio y la fragua del trabajo nos hizo alcanzar, y no es justo que unos pocos loquitos, cebados en eso de apropiarse de lo ajeno, nos roben también una tranquilidad que merecemos.
   Esto lo digo no para que estemos armados, sino para que no cerremos el paraguas, pensando que la tormenta ya pasó.
                 

NOCHEBUENA Y NAVIDAD 



   Es muy cierto: uno no está solo cuando nadie viene a visitarlo, sino cuando uno no tiene nadie a quien visitar.  
   Porque es el día que celebran incluso algunas personas, su comprensible y humana soberbia de creerse inmunes ante la soledad, porque no están solas.
   Es a veces el día de la desunión familiar, porque suelen aparecer viejas y apolilladas disputas, que cobran actualidad cuando todos están juntos, o se pelean por la presencia de unos u otros, o se congratulan por ciertas ausencias.
   Para muchos, no deja de ser una fecha destinada a la práctica de la hipocresía, por eso de sonreir frente a quien no queremos, o de desearle buenaventura a quien no la merece.
   Estos vendrían a ser algunos aspectos negativos de la reunión del 24 de diciembre, pero por fortuna existen otros costados maravillosamente positivos, que la transforman en una fiesta inolvidable.
   En no pocos casos, aparece como una oportunidad de estrechar lazos entre familias que no se conocen, consolidando nuevas relaciones.
   Lo importante es estar con quien uno quiere estar, sin presiones, imposiciones o sugerencias, elaborando cada solitario su propia felicidad.
   No tan solo en el seno de la familia, formalmente constituida o no como tal, se encuentra la paz por la que se brinda en Nochebuena.
   Compartir con los que poco o nada tienen, ese poco o esa nada en cuanto a lo material, pero emborrachándose de cariño, sinceridad, agradecimiento y comprensión.
   El espíritu de la Navidad es eso: no tan solo disfrazarnos de buenos, sino de practicar la bondad, de perdonar, de hacer autocrítica y pedir indulgencia al reconocer nuestros errores.
   Nadie es tan inflexible como para obcecarse en el castigo porque humanos al fin, siempre cualquiera de nosotros es merecedor de alguna penitencia.
   Olvidar esto, es como encerrarse en la utopía de creernos perfectos, dueños de la verdad, impunes ante el prójimo y encubridores de nuestros errores.
   No tan solo los demás se equivocan.
   Nosotros también, aunque a veces busquemos negarlo.
   La grandeza está en imitar a Jesús, con el nombre que le quieran poner, porque fue capaz de perdonar incluso a quienes lo mataron.
   Es la hora del abrazo.
   Es el momento de la unión.
   No cometamos el error de dilapidar esta oportunidad.


  

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