Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 30/07/17, emitido en dúplex por AM580 Radio Universidad y 88.5 FM,
ambas de Córdoba, Argentina.
EL MIEDO COLECTIVO, GRAN TRIUNFADOR
A veces cuando las pasiones desbordan a la
razón es que solemos caer en exageraciones perniciosas, como por ejemplo
considerar que fue una maniobra deleznable haber asegurado
dentro del marco
legal, la permanencia en su banca de un personaje reiteradamente cuestionado
que si es por pintarlo, basta con saber que carga sobre sus espaldas y su
conciencia la tragedia de Once, otras cuatro causas en las que está procesado,
treinta en etapa de investigación sobre un total de ciento cincuenta denuncias
judiciales, la compra de trenes chatarra a Portugal y España, más la acusación
por un supuesto enriquecimiento ilícito. Sin
embargo lo prudente es aquietar las broncas, prescindir de los odios, ahuyentar
revanchas, serenar los ánimos y pensar que lo ocurrido en el Congreso Nacional
no fue otra cosa que una alternativa más, en este maravilloso juego que es
vivir plenamente la democracia, aunque a veces duela y ofenda de manera
especial a quienes pueden mostrar la pulcra imagen de la honestidad.
Porque
si de hacer números se trata, seamos tan amplios en todo aspecto, como una
forma de rendir culto a su incuestionable e insobornable exactitud: dejando
aparte el mecanismo -absolutamente legal- de los dos tercios, las cifras
muestran con axiomática claridad que fue un triunfo de las minorías si nos
atenemos a la representatividad de cada legislador.
¿De
quién fue la victoria? Muy simple: fue el triunfo del miedo alimentado por ese
atávico pánico a perder la libertad, un temor que les quita el sueño a muchos
de quienes consagraron la indemnidad de un diputado que ahora, al
amparo de sus
fueros, está demostrando lo necesario que ese escudo de acogimiento y “velado
perdón” no tan solo lo tuviera como único beneficiario, sino como abanderado de
una causa que hace flamear, ante la atónita y ofendida mayoría de los
argentinos, el estandarte de la impunidad.
Al leer
la nómina de quienes le regalaron ese paraguas momentáneo que de ninguna manera
lo cubrirá eternamente, no causa ninguna sorpresa encontrarse con personajes de
recientes historias de rapiñas y saqueos y otros de viejas luchas en las que se
enrolaron como “románticos combatientes” cuando en realidad eran tan asesinos
como los genocidas de uniforme, cuya única ventaja fue que lo hacían desde el
Estado.
Toda perpetuidad es dudosa porque nadie
llegó a certificarla, pero en la gente suelen quedar heridas que duelen y
cicatrices que llevan al ejercicio de la memoria que como bien sabemos es el
lápiz de la historia. Con el paso del tiempo que no necesariamente debe ser
prolongado y a la hora de optar por ser artífices de nuestros destinos,
evocaremos ese día en que al amparo de la democracia por la que
tantos
argentinos dejaron sus vidas, menos de un centenar de legisladores levantaron
sus brazos, no en representación de la honestidad republicana, sino muchos de
ellos en nombre de sus propios recelos y su alergia hacia la Justicia y los
barrotes.
Y si algo faltaba para certificar tal
afirmación de impunidad consagrada, baste con recordar palabras textuales del
titular del bloque kirchnerista, don Héctor Recalde quien sentenció y lo voy a
leer para no equivocarme: "Vamos a estar todos juntos para defender la
impunidad en la medida que se cumpla con la institucionalidad
que no se está cumpliendo". Resta dilucidar si se trató de un acto fallido
en el que reivindicó la unidad política e ideológica para defender,
precisamente, la impunidad.
La verdad histórica dirá dentro
de un tiempo que los nostalgiosos “K” apoyados por la aburguesada izquierda
paqueta de Puerto Madero, le salvaron la ropa y el sable a uno de sus mejores
escuderos.
LAS SABANAS Y LOS DESCUIDOS
Uno de
los últimos descubrimientos en materia de desprotección y descuido de la salud
pública en Córdoba estuvo relacionado con el hallazgo de ropa de cama de los
hospitales, contaminada con agentes indeseados que provocan severas patologías.
En la reacción,
que por lo general suele ser acompañada por el agregado de sentirse ofendido,
el poder del cordobesismo primero le restó importancia y luego frente al cúmulo
de probanzas dijo que terminaría con esas anormalidades, individualizaría y
sancionaría a los responsables.
Todo
eso está en veremos porque los caminos de la burocracia en todos los aspectos
son bastante engorrosos y llevan su tiempo, más aún cuando vivimos tiempos
precomiciales.
Que
hagan lo que quieran, que lo hagan como quieran, que pongan bajo sumario a los
que quieran o que pasadas las elecciones se olviden como quieran.
Y por
favor, procuren que situaciones de este tipo, absolutamente evitables, no se
repitan más, porque está en juego nada menos que la salud de quienes tienen que
pasar por internaciones en establecimientos asistenciales dependientes de la
Provincia.
Con el
tema de la demora inexplicable de 8 horas para atender emergencias a los
afiliados de la Apross no pasó nada, porque al parecer siguen esperando que por
esa falencia se muera más gente.
Roguemos que con las sábanas contaminadas, el poder privilegie la salud
de la gente por encima de sus ansias de eternizarse en sus despachos.
MESTRE VS. DANIELE, UN NUEVO ROUND
Por
allí a los cordobeses se nos antoja pensar que la eterna pelea entre Mestre
junior y el casi emérito Ruben Daniele es una escenografía montada para que los
cordobeses no caigamos a los abismos del aburrimiento.
Esto
dicho porque la verdad, a quienes somos contribuyentes con caros impuestos y
tasas, nos importa tres pitos, en general, quién lleve las riendas del agresivo
sindicato municipal, sino cómo sea el comportamiento de los empleados que la
ciudad sostiene para los servicios por los que tanto paga mensualmente.
Daniele
o Mongo, Mestre o Mongo son lo de menos, cuando debemos vivir en una ciudad que
desborda en obras un par de meses antes de cada elección y fuera de esos
períodos de trabajos febriles padece la mugre, el caos, el pésimo transporte y
otras calamidades que por ser ya parte de lo cotidiano, es como si fueran
esencia de todas nuestras resignaciones. Que se jubile Daniele es lo de menos,
al igual que no tiene ninguna trascendencia social que el intendente tenga o no
razón de jubilarlo, intentar hacerlo o equivocarse en un trámite que
posiblemente no le corresponda.
Por ver
lo secundario, por llevarle el apunte a lo intrascendente, dejamos que la
ciudad siga en penumbras, que los parques sean la imagen del abandono, que a
los residuos los retiren cuando se les antoje a Cotrequito y al de la otra
empresa, o que la atención al público en las dependencias comunales sea
salteada, sorpresiva y calamitosa en muchos aspectos.
Que
Daniele y Mestre se sigan peleando, que ambos apelen a bravatas, amenazas
recíprocas y actitudes casi infantiles, que solo contribuyen a que mucha gente
empiece a pensar mal de la democracia.
Porque si todo sigue así en
este marco, están alimentando a los nostálgicos del autoritarismo.
EN VIVO, BETO BELTRÁN
Continuando con nuestra modalidad de colaborar -sin pauta publicitaria
de por medio- con
los partidos políticos menos afortunados en el reparto de
dinero para sus campañas dedicadas a la difusión de inquietudes y proyectos, en
esta edición de “Síganme los buenos” tuvimos la visita de Alberto “Beto”
Beltrán, candidato a diputado nacional por el partido “Primero la gente”, pero
más que nada colega periodista de añejas aunque todavía no herrumbradas luchas.
En la conversación con Gonio Ferrari se abarcaron diversos aspectos tanto de la
plataforma política, la realidad nacional, la actualidad provincial y otros
temas de interés ciudadano, como de las expectativas que alientan, los sueños y
los planes que tienen en carpeta, para el caso de acceder a la banca en el
Congreso Nacional. Por una cuestión de tiempos no incluimos en este blog la
desgrabación de la entrevista, pero el audio completo se puede encontrar en la
columna respectiva a la derecha de la página.
MEGACAUSA Y ALGO MÁS
Si repasamos irregularidades en la causa del Registro de la Propiedad de
Córdoba denunciadas por muchos familiares, debemos mencionar la decisión
sistemática de prisión preventiva para todos los imputados, (que fue
considerada arbitraria y abusiva en instancias nacionales e
internacionales), la designación de una comisión especial a cargo de los
casos, las amnesias de los investigadores judiciales, que olvidan en el
juicio lo que declararon frente al Fiscal, los testigos anónimos, a quienes
nadie puede ver, escuchar, ni confrontar y aunque la lista sigue,
quisiera detenerme en el tema de la buena fe.
Bien se sabe y es preciso reconocerlo que existe un grupo pequeño de
imputados que verdaderamente consumaron las estafas, y que se han
declarado ser los autores.
En ese camino, muchas personas fueron engañadas por estos mismos
responsables. Y a la vez víctimas de ellos, que no tuvieron ninguna
intención de cometer delito. Aunque cueste creerlo, esas personas, lejos de
ser defendidas por la justicia, fueron encarceladas y condenadas como
cómplices de la situación, pese a que en muchos casos, los propios
estafadores admitieron haberlas engañado.
Una verdadera locura y sin embargo, no ocurre lo mismo cuando los
magistrados se equivocan.
Con idéntica firmeza con que se condena a quien firmó de buena fe se
disculpa al magistrado, porque errar es humano.
Los jueces son humanos y los imputados no sabemos qué son.
Sin tomar partido, es claro que la justicia debiera medir con la
misma vara, lo que equivaldría a absolver a los estafados o encarcelar a los
magistrados.
Recomendó el Quijote a Sancho Panza: “Si acaso doblares la vara de
la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia”.
En este caso debió decir, “no sea con el peso de la familia judicial”.
Y pasando a otra cuestión, tras ocuparnos desde
hace tiempo de este espinoso asunto por maniobras en el Registro de la
Propiedad de Córdoba y sus alternativas tribunalicias como lo venimos haciendo
desde al menos cinco años, como si éste se tratara de un segmento periodístico
dedicado a los temas judiciales, queremos abordar una delicada cuestión que por
sus matices, puede considerarse como casi inédita, aunque casos similares hayan
ocurrido en otras jurisdicciones.
Para
ello ahora nos acompaña el abogado Marcelo Durieux,
patrocinante de una mujer casi septuagenaria,
quien vive en una casa, por así llamarla a una tapera, enclavada en un
apetecible terreno, rodeado de bonitas residencias, cercano a uno de los
shoppings más cotizados de nuestra ciudad.
Sobre
esta señora estaría pesando ya una orden de lanzamiento, o sea de desalojo
junto a sus escasas pertenencias.
Nota:
El audio completo de la entrevista se encuentra en el sitio respectivo, en la
columna derecha de este blog.
SIGUEN DESPOJANDO A LOS JUBILADOS
Los
especialistas en encuestas y sondeos de opinión deben estar agobiados por
tantos índices que andan rondando y que les resultan útiles para elaborar sus
pronósticos que en los últimos tiempos sorprendieron por lo errados e hicieron
perder, en la sociedad, ese apego a lo que anticipaban los gurúes.
Ahora
cada ciudadano -y es una actitud creciente- es artífice de sus propios
pronósticos, apelando solamente a los comentarios de sus semejantes, a las
actitudes de los gobernantes y a otros elementos que consideran apropiados,
como por ejemplo las expresiones mediáticas y las declaraciones políticas.
Tiempo
atrás al sector de los jubilados casi no se lo tenía en cuenta, en la
equivocación que la mayoría ya no asistía a votar y que por lo tanto era una
masa inerte que nada aportaba a favor ni en contra.
Los
tiempos han cambiado y ahora el segmento de los adultos mayores, jubilados, retirados,
pasivos o como se le quiera llamar, ha recobrado un protagonismo que jamás
debió resignar, porque son parte de la realidad cotidiana.
Ahora, cuando se aprecia la cantidad de
jubilados que votan, al poder se le ha despertado, luego de la alarma, una
especie de sentimiento de protección que en la mayoría de los casos es tan
falso como billete de siete pesos.
¡Cuánto amor por los viejos!
Tras
esquilmarlos mensualmente con descuentos improcedentes, ahora dicen que se los
van a devolver, lógicamente después de las elecciones y en cuotas, con toda
seguridad…
A los
más postergados en los números de sus jubilaciones y pensiones les regalaron un
mínimo de 10 mil pesos, muy por debajo del límite que los considera indigentes
y acordarse de los héroes de Malvinas es otra medida rescatada de la
desmemoria.
Hay que
tener cuidado con los espejismos, votar a conciencia como elección o como
castigo, pero no dejar de hacerlo, en muchos casos en legítima defensa.
Sobre
todo, en defensa de esas maniobras que disfrazadas de legalidad, no fueron otra
cosa que una alquimia matemática para llegar al milagro de proclamar la
vigencia de un 82 por ciento que escasamente llega al 60.
La
única manera de llegar a la verdad y a la recuperación de lo escamoteado, es
que dejen de estar quienes con angurria política y vocación de eternidad
cometieron semejantes atropellos.
HORIZONTE, LAS VILLAS Y LOS CELOS
Es probable que el tema vivienda sea el que más
preocupa a los gobernantes en serio y aporta el mayor nivel de incertidumbre en
la sociedad, sobre todo en quienes no cuentan con el ansiado techo propio.
Es por
eso que en cualquier campaña proselitista, uno de los aspectos más atendidos es
el de los planes tendientes a superar ese déficit que es creciente y quita el
sueño a gobernantes y gobernados.
La
aparición tiempo atrás de una cooperativa que paso a paso y silenciosamente fue
ocupando una importante parte de la demanda en este sentido, fue como una brisa
de aire fresco dentro de un incierto panorama, donde los bancos ofrecían
créditos a todo aquel que demostraba que no lo necesitaba.
Exigían
tantos requisitos y avales, que si los tenías, era porque no necesitabas el
préstamo.
Con el
solidario sistema cooperativo era distinto, porque sin estridencias mayores
pero con hechos concretos, las viviendas se iban entregando y los barrios
crecían al mismo ritmo.
Eso,
sin dudas, no le cayó simpático al poder, no porque le restaban protagonismo
sino porque demostraban que era posible tener la casa sin arrodillarse ni comprometerse
financieramente por toda la eternidad.
Los
planes modelados por el gobierno, en muchos casos dieron como resultado
viviendas casi precarias, levantadas con material de dudosa calidad y relativa
duración.
Las
casas por cooperativa recibieron algunas quejas, pero nunca tantas como las
otras, y fueron atendidas responsablemente.
En los
últimos días el gobierno de la Provincia contribuyó a elevar el nivel edilicio
de las villas con un aporte de 30,000 pesos para que tuvieran baño, aunque en
verdad honestamente desconozco si los requisitos son muy exigentes tanto para
la obtención y la devolución de esa suma.
Pero
como la cooperativa manejada por un hombre que alguna vez incursionó tibiamente
por la política, seguía demostrando sus bondades y ventajas, en tiempos
preelectorales el imperativo era cruzarle algunos palos en la rueda de su
marcha.
Y allí
fueron los sabuesos de la conducción cordobesista a imponer su autoridad
pretendiendo cobrar sumas de las que estaban eximidos los cooperativistas por
el mismo gobierno, pero que no se habían enterado entre ellos.
Un
papelón se puede decir, pero si lo pensamos con enfoque farandulero, no es otra
cosa que una escena de celos.
Sin
embargo, queda demostrado que pese a las trabas, hacer acción social no es sólo
privilegio de los que gobiernan y buscan quedarse, sino de los que trabajan por
la gente y merecen seguir adelante.
EL IMPUESTO AL FUEGO O LOS VOTOS A 10 PESOS
En un
arranque de generosidad rayano en el desprendimiento, el gobierno de la
provincia de Córdoba resolvió dejar de cobrar con la factura de la electricidad
más cara del país, algo así como 10 pesos que le imponían a la población para destinar
al combate del fuego por incendios, creo que equipando a los cuarteles de
bomberos.
En poblaciones
del interior, en varios barrios de la ciudad, en el centro y en los countryes se hicieron celebraciones a
las que asistieron miles de vecinos agradecidos por la medida.
Corrieron ríos de burbujas, hubo fiestas de disfraces, emotivos
discursos de agradecimiento, juramentos de fidelidad comicial y hasta
cumplimiento de promesas tales como caminar a contramano algún sábado de noche
por la Rafael Núñez.
Resta
saber ahora, una vez que pase la algarabía ciudadana, si el poder se digna
publicar avisos de una página al menos -de esos que usa en la campaña y pagamos
todos- del detalle de lo recaudado durante el tiempo de vigencia de ese
“aporte” escamoteado y lo más importante del caso: el destino cierto de esos
dineros, que no son pocos, salvo que hayan servido para solventar en parte la
onerosa erogación anual de esa bonificación a la eficiencia que los directivos
de la EPEC deficitaria no merecen.
Pero de
última, los amantes del humor cordobés que es una marca universal más que
nacional, especulaban en lo complicados que les estaba yendo en las encuestas,
que al valor del voto lo bajaron a 10 mangos.
Si la
revista Hortensia viviera…
La
verdad, para la historia.
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