Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” del domingo 16 de julio de 2017 emitido por AM580
Radio Universidad de Córdoba en dúplex con la FM88.5
CAOS PRECOMICIAL CON FRENESÍ URBANO
Esa histórica prisa por hacer
ver que se trabaja en serio, ha llevado a los políticos y a sus asesores en
materia de campaña, a convencerlos que la gente piensa y obra como los jurados
de un match de box, que mejor se acuerdan de los últimos rounds a la hora de
entregar su tarjeta de puntaje.
Debe ser por eso que ganados
por el frenesí preelectoral, todo aquel funcionario que pretende revalidar
títulos se ha lanzado a la vorágine de hacer cosas ahora, cuando han tenido
tres o cuatro años para concretarlas y el apuro les sobreviene en muchos casos
cuando las encuestas, que varias veces han demostrado su poca puntería, les dan
una voz de alerta.
En el nivel nacional se ha puesto
mayor énfasis en nuevos intentos por terminar con la inflación, pero a veces
los empresarios que solo aplauden cuando los benefician, parece que no está en
sus intenciones sacrificar algo de sus utilidades porque siempre tuvieron la
costumbre de ir por todo, más algunas medidas de corte antipopular.
En cuando al tema inseguridad
se sigue en la tesitura de incorporar tecnología bélica de represión y no
inteligencia aplicada a la prevención, pero se nota más la policía en la calle
y ni qué hablar con la seguidilla de muertes de delincuentes en tiroteos luego
de la consumación o la tentativa de un delito.
Para muchos, eso suma a la hora de votar.
En el plano provincial el
panorama no es muy distinto en materia de hechos delictivos porque no han
cedido en las estadísticas y la policía sigue ocultando metódicamente muchos de
ellos, en la creencia que así desterrarán lo que le llaman sensación de
inseguridad, pero
que en definitiva sólo consigue que la ciudadanía baje los
brazos y se desproteja más de lo que está.
Municipalmente hablando, la campaña
preelectoral es más fuerte, en la percepción de la gente, que en los niveles
que acabo de apuntar, porque los problemas son más domésticos, de entrecasa y
comunes a la mayoría de los vecinos.
La ciudad es un caos por los
cortes de calles porque a las autoridades municipales se les ocurrió hacer todo
de golpe: ensanches, repavimentaciones, nuevas peatonales, trazados de avenidas
y otros emprendimientos, cuando lo que se impone es restablecer el orden con lo
que tenemos y después de eso buscar una mejoría en todos los servicios,
priorizando el transporte urbano que ya tiene categoría de desastre por la
falta de controles y la impunidad que acompaña a los empresarios del sector que
lo regulan a su antojo y conveniencia.
La campaña está en marcha y
suena ridículo advertir que pese al ritmo que le impusieron todos, tanto la
nación como la provincia y el municipio nos están entregando señales que son de
inequívoca paralización y deterioro.
Y esa percepción puede llegar a
ser más impactante que tener presentes todas las obras que se encaran como
consecuencia de un apuro político, que debieron concretarse en todos estos años
que los gobernantes hicieron la plancha.
A las prioridades hay que
respetarlas y para la gente, por lo que se advierte en su casi indiferencia
comicial, no para tomar en serio esta elección que sólo es un evitable
gastadero de plata.
DE LA SÚBITA NOTORIEDAD AL REPUDIO
Han quedado en la calle 182 choferes, entre los que se cuenta una decena
de delegados de la UTA, varias operadoras de trolebuses más inclinadas por la
música y el baile que por su obligación frente a la ley y algunos otros a los
que el gremio a nivel nacional les quitó apoyo.
No es una noticia que pueda
alegrar a nadie, porque solamente quien ha perdido su trabajo sabe el calvario
en que se transforma su vida, en un escenario de crisis ocupacional y sobre
todo cuando de los afectados dependen familias.
Sin embargo, es oportuno
recordar que los dirigentes sindicales tienen la obligación de conocer los
riesgos a los que se exponen cuando los caprichos o las malas influencias los
empujan a burlarse de la ley, y de los ciudadanos a los que tienen la
obligación de atender con sus prestaciones.
Cuando apareció en escena asumiendo
el papel de capo ese muchacho Marín, activista del Partido Obrero, con su
intransigencia y empecinamiento logró que el paro repudiado por la ciudadanía,
fuera declarado ilegal pero desoyó y no acató la intimación, hizo el papel de cuerudo,
arrastró a los más -llamémoslos combativos- y tuvo la dicha pasajera de gozar
de fama y notoriedad que alcanzó a todo el país y al exterior por lo inédito
del paro de 9 días en el transporte.
Las mieles de la nombradía poco
le duraron, la UTA lo dejó con el arco desguarnecido y le cayeron encima el
repudio de sus bases, los insultos de los miles y miles de laburantes de otras
actividades perjudicados con su irracionalidad, el telegrama de despido y su
ingreso al más triste de los olvidos.
Las bravatas posteriores
tuvieron la consistencia del telgopor y no son pocos los vecinos obligados a
caminar y caminar por su culpa, los que emparentan esos resultados con algo
parecido al escarmiento.
Esos son los laureles que se
lleva el viento.
Los laureles de plástico como
los de Marín suelen durar mucho tiempo, pero no sirven para nada.
DE VIDO AMENAZA CON HABLAR (¿O CANTAR?)
No le cayó simpático al bueno
de Julio de Vido la citación a declarar en uno de los procesos que aunque no lo
manifieste, seguramente le quitan el sueño y no tan solo el de dormir, sino el
de seguir consolidando una fortuna personal que también está bajo la lupa de la
Justicia.
El trámite se venía postergando,
pero como todo en la vida llega y más aún cuando se necesitan argumentos dignos
de participar en una campaña preelectoral, los tiempos de la espera se
consumieron y ahora, formalmente acusado, deberá acomodarse en el banquillo de
los sospechosos, en donde según dicen muchos delincuentes que lo frecuentaron,
se hace riesgoso y muy difícil mentir.
Más allá que De Vido es un
sospechoso serial para la mayoría de la gente, no deja de ser un ícono del
kirchnerismo residual, injustamente condenado con anticipación sin haberlo
dejado que se defienda y eso no es justo.
Vendría a ser una especie de
María Julia en versión masculina porque es de los primeros que está en lista de
espera para abordar los pasillos y las salas de Comodoro Py, allí donde se caen
las máscaras y frente a la señora de la balanza y los ojos vendados no es poco
lo que tiemblan los más valientes.
Pero cuando lo notificaron al
ex ministro que debía comparecer, su mejor argumento defensivo fue amenazar que
hablaría.
No especificó si lo haría a
favor o en contra, ni a qué sector podría llegar a afectar con sus comentarios,
argumentos o confesiones, pero dejó flotando en el ambiente una inquietud que
preocupó a quienes no son de lucir pulcritud de trayectoria y a otros que
sabiéndose limpios, calcularon los perjuicios que suele ocasionar el famoso
revoleo de medias cargadas con eso que usted piensa …
Un veterano policía ya retirado
solía comentarme que nunca le llevó el apunte a tantas fantasías echadas al
voleo, en las que se acusaba a los interrogadores de haber torturado a los
sospechosos para arrancarles confesiones auténticas u obligadas por el instinto
de supervivencia.
Que hubo casos, indudablemente
que si.
Pero también, supo deslizarme
con un gesto de picardía, aquellos casos en que había que apretarlos, para que
dejaran de hablar, de acusar y de aportar desconocidos pormenores y detalles
que ensuciaban a dilectos amigos y compañeros de ruta.
Para muchos, entonces, es
comprensible que muestren inquietud, porque nunca se conoce hasta qué punto es
de aguantar el ser humano, si de sobrevivir se trata …
GALERIA NORTE OTRA VEZ. ¿Y EL RESTO?
Un allanamiento que si está numerado debe ser el tai tantos en los
últimos tiempos, tuvo como escenario la Galería Norte en el centro de la
ciudad, que días atrás fuera sometida a un procedimiento similar en la búsqueda
de mercadería mal habida, de contrabando o reducida a los hampones, aunque las
lenguas viperinas sostienen que lo que en verdad se buscaba era un celular que
le robaran a un ministro del gabinete provincial, lo que no fue confirmado ni
desmentido.
Dejando de lado esa versión
que tanto puede ser cierta como antojadiza y alimentada por gente con exceso de
imaginación, la verdad es que ese centro de comercialización es un ícono si de
electrodomésticos, computadoras, celulares, cámaras fotográficas, relojes y
varios etcéteras todo trucho, entrado de contrabando o reducido por elementos
del hampa.
No son pocos los clientes que
acuden a muchos de esos locales sabiendo que conseguirán lo que buscan, a
precios más acomodados que en el mercado legal.
No se quiere de ninguna manera sostener que todos los comerciantes del
sector apuntado sean deshonestos, pero la realidad ha mostrado que la mayoría
es cultora de ese estilo castigado cuando se aplican las leyes.
Está muy bien terminar con ese
antro, que tanto perjudica en general, pero es cuando nos planteamos el
interrogante que al menos desde el poder nadie está en condiciones de
responder.
¿Para cuándo los operativos en
otros puntos de la ciudad?
Si la policía sabe que en la
Galería Norte se burlan de la ley, que hay evasión fiscal, que el contrabando
es lo normal, ¿puede ignorar, por ejemplo, donde se vende droga, quien la entra
al país, quiénes la fraccionan y la estiran, a cuánto se comercializa y quiénes
son y dónde viven los capos del narcotráfico?
La tarea de restablecer la
seguridad, de hacer vivible la ciudad, de volver al placer de recorrerla de
noche, de utilizar las ciclovías, de no ver a cada motociclista como asaltante,
debiera ser prioridad de las autoridades porque fundamentalmente hace a la
calidad de vida.
De lo contrario es para pensar
que vivimos rodeados de sospechosos, y entonces el resto de los decentes
pasamos a ser sospechosos también y eso es destructivo para cualquier sociedad.
Córdoba, sus cuevas del delito,
sus antros marginados de la ley, no son solo la Galería Norte sino toda Córdoba
que cae a la misma bolsa de las dudas, las sospechas y las acusaciones.
Alguna vez se hizo un mapa de
la delincuencia y no recuerdo si se lo hizo público, como para saber en dónde
estamos parados.
Pero la realidad es una sola, y
muestra que Córdoba, sin exageraciones, es una gigantesca zona roja donde los
vecinos deben estar entre rejas y los delincuentes gozan de todas las
libertades para seguir aterrorizándonos.
LA MEGACAUSA NO ENTRA EN FERIA
En una revista española se publicó
hace unos años una carta dirigida a un juez, pidiéndole que sumara su voz
frente al encarcelamiento de inocentes o prisión preventiva.
Su autor reivindicaba los principios
defendidos desde el siglo XIII, reflexionando que si el encierro se
mantiene por ser la culpabilidad o las pruebas evidentes, no había razón justa
para no celebrar el juicio en poco tiempo.
En la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba, los acusados fueron encerrados en prisión preventiva por
años, pese a no existir condiciones como delitos graves, ni ser personas
peligrosas, ni con fortuna para sobrellevar vidas clandestinas.
Los juicios demoran más años aún,
pese a existir una Cámara que está dedicada en exclusivo a la causa. Es
importante conocer algunos datos: cuando el Fiscal decide dictar prisión
preventiva contra un imputado, el abogado defensor tiene sólo tres días para
apelar esa decisión, es esto presentar un escrito al Juez superior,
exponiendo motivos y fundamentos a favor de su libertad.
Tres días o queda firme.
Pero una vez que el defensor presenta
ese descargo, ¿cuántos días tiene el juez para responder? No hay plazo
establecido y muchas veces pasan dos o tres meses hasta que lo hace.
Si este juez confirma la prisión,
pero el imputado sigue defendiendo su inocencia, acude a la Cámara de
Acusaciones. Su defensor tiene ahora 5 días para escribir, o queda firme.
¿Y la Cámara para contestar?
Habitualmente varios meses más.
Y si confirmado por la Cámara, el
imputado persiste, se dirige entonces al Tribunal Superior de Justicia y
en esta instancia el defensor tiene 15 días, y después, esperar...y
esperar...
Aunque un domingo de éstos vamos a
relatar un caso bien concreto, está clarísimo que no se puede decir, de ninguna
manera, que los procesos se demoran por las chicanas de los abogados.
SEMÁFORO VERDE PARA LA CAMPAÑA
El macrismo y sus asociados
locales buscan ensanchar la distancia lograda en Córdoba cuando sumaron un
importante caudal que aupó a Mauricio Macri hacia la Casa Rosada.
El ex referí no es mucho lo que
convence por la palidez de su actuación legislativa y el poco convincente tono
de su discurso, más apropiado a los momentos previos de un partido de fútbol
que a los electores de una provincia en crisis, endeudada y llena de problemas,
pese a los mimos políticos y financieros que le prodiga el poder central.
Y si es por evaluar contenidos
y auscultar intenciones, fue penoso escuchar los discursos tanto de Llaryora
como el de doña Vigo, porque más que encendidas palabras para inducir el voto a
favor de ambos, fueron descarnadas confesiones aunque no creo que esa haya sido
la intención de ninguno de los dos ni de sus jefes de campaña.
Es muy simple entenderlo: porque si mucho dijeron acerca de lo que
piensan hacer, la gente que no es tonta ni deja llevarse de sus narices a las
urnas, sin dudas se preguntó y aún se pregunta sin encontrar respuestas, por
qué a todo lo que prometen, no lo
concretaron a lo
largo de casi dos décadas de estar en el poder en la provincia
el mismo signo político.
Porque si ganan, prometen
ocuparse de los jubilados, de la desocupación, de la corrupción, del
narcotráfico, de la educación, de la salud pública, de la inseguridad y de
tantas otras falencias, están confesando públicamente un fracaso estrepitoso en
esas áreas, una más sensible que la otra.
No importa la bandera que ahora
enarbolen, porque los cordobeses hemos aprendido, dolorosamente, que los
infortunios y los desengaños son el resultado de todo lo que los gobernantes
durante tantos y tantos años, no quisieron o no supieron hacer.
Y la gente, por lo que se
conoce, ya está cansada de elegir a personeros de las decepciones y de los
naufragios.
MACRI Y CORDOBA; SCHIARETTI Y MACRI
Por allí me hacen acordar a
esas parejas o matrimonios formales que están separados, pero que de vez en
cuando se juntan por algún acontecimiento -grato o no- que puede ser una boda
de los hijos, una graduación universitaria, la comunión de los nietos, un logro
deportivo o lo que es feo pero ocurre, en algún velatorio.
Macri al Gringo porque si
Córdoba mejora en muchos aspectos con fondos de la Nación puede llegar a
contribuir electoralmente como cuando lo hizo para empujarlo a la Casa Rosada,
al ser la provincia donde la coalición obtuvo el mayor porcentaje de votantes.
Y Scharetti a Mauricio, el
timbrero, porque si se pelea irreconciliablemente dejará de cobrar lo que la
Nación todavía nos debe a los cordobeses desde aquellos tiempos en que el
kirchnerismo nos tuvo en penitencia y nos pasaba al cuarto con la coparticipación
y en otros rubros igualmente sensibles.
Resumiendo, es una especie de
amor forzado como suele ser en los casos de embarazos no deseados ni buscados,
pero concretados: armonía hasta el nacimiento y después veremos qué puede
suceder porque todos se pelearán por elegirle el nombre o ser padrinos.
El problema que por allí
sobrepasa al entendimiento de la gente que no analiza políticamente las situaciones,
es la enorme diferencia que existe entre ambos al plantearse sus respectivas
ideologías, con un Schiaretti que tiene en carpeta algunas sospechosas medidas
como adecuar las jubilaciones a la Nación.
Y por el lado del ex presidente
de Boca, esa escondida manera de proclamarse federal, amplio, equitativo y
generoso, pero tener los ojos siempre fijos en las corporaciones y en el alto
empresariado, por lo general en desmedro del grueso de la clase trabajadora.
Este no es un panorama negativo
que se pretenda mostrar, sino las posibilidades que surgen de una relación como
la que ellos tienen, donde son más las diferencias que las coincidencias.
Pero seguramente prevalecerá el
buen criterio, porque tanto para uno como para otro, si al otro le va bien,
también el éxito será propio.
Y en definitiva, ganaríamos
todos, como debe ser …
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