Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 23/12/18 emitido en dúplex por AM580 y la 88.55FM ambas de Radio
Universidad de Córdoba.
Realidad
nacional
UN ESCENARIO DE RECESION,
DESOCUPACIÓN Y SINCERIDAD
No es como para dejarlo pasar, eso del
récord en el riesgo país que ha llegado a niveles impensados y es uno de los
factores que nos condiciona a mantener o resignar la confianza que había
comenzado a generarse en los mercados internacionales, como para tener fundadas
esperanzas de una superación de la crisis, pero el endeudamiento crece y crece,
sin freno ni pudor.
Pueden esgrimirse como explicaciones que
convencen sólo a quienes las divulgan, que ahora la sinceridad ha superado a
las fantasías que vivíamos años atrás, durante la deplorable vigencia de los
dibujos del Indec, porque los indicadores son externos.
Lo que sí debemos tomar en cuenta es la
realidad interior acerca de la desocupación, que no es tan alarmante ni mortal
como desde algunos sectores se la pretende mostrar, con la salvedad que ahora
los beneficiarios de planes y otros tipos de subsidios no forman parte de las
estadísticas como fuerza productiva, como durante el kirchnerato se practicaba.
Hay recuperaciones sectoriales como agravamientos
en algunas actividades laborales, pero los índices no son para el suicidio pero
sí para la preocupación.
Pero mientras los bancos y la actividad
financiera sean los únicos beneficiarios incluso de la crisis, se hará cada vez
más complicado superarla porque el sector de los malos empresarios reclama
créditos blandos y en lugar de modernizarse y afectar inversiones a la
producción, al amparo de un dólar conveniente compran campos o envían el dinero
al exterior.
Probablemente sin tecnicismos ni teorías
economicistas, esa es al menos la percepción generalizada entre la gente, que
no obstante y vaya dicotomía, se lanzó a una especie de fiebre desenfrenada por
comprar y a esa certeza la vivimos simplemente caminando -o intentando hacerlo-
por las zonas comerciales de la ciudad asombrado por el ejercicio de esa
vocación argentina que es endeudarnos.
Es probable que ahora compartamos un clima
que bien podemos llamarlo de sinceridad frente a la situación con el
reconocimiento de los problemas, pero eso no alcanza para mejorar nuestro
complicado presente y ni siquiera suman, esas esporádicas confesiones de haber
cometido errores por la simple razón que se reincide en ellos.
La firmeza es necesaria como también lo es
la toma de conciencia de la crisis por parte de todos los sectores, pero es
lamentable que desde aquellos segmentos atomizados y remanentes de la política
que supieron de la sensualidad del poder, se empeñan en ejercer y solventar
mecanismos de presión, a veces violentos e ilegales, en un malsano intento de
empujar a la ingobernabilidad.
Son aquellos que ahora insultan y exigen,
pero que a lo largo de demasiados años fueron incapaces de adoptar medidas que
nos aseguren calidad de vida, progreso, respeto recíproco y confianza en el futuro.
En el alto puntaje del riesgo país, los
nostálgicos no resignados a la pérdida de sus privilegios y aún
con recursos como para movilizar como se les antoje, tienen buena parte de la
responsabilidad.
Y también de las culpas.
Mientras
los adversarios caminaban…
MESTRE SALIÓ DE PUNTO MUERTO,
PUSO PRIMERA Y PICÓ EN
PUNTA
No siempre es garantía de victoria picar
primero porque se han dado casos de despistes, impericia conductiva, reventones
de neumáticos, distracciones o motores precozmente fundidos que impiden llegar
a la meta apetecida.
Eso al menos en las competencias deportivas,
pero no es alocado transferir tales situaciones al devenir político o mejor dicho,
para este caso, eleccionario.
El joven intendente es parte de una disputa
interna en la que parece que sobraran los candidatos a mejorar su performance,
en el humano intento de crecer en la consideración de la gente y lograr los votos
que les permitan no tan solo terminar dignamente la carrera sino al menos estar
en el podio donde los únicos importantes son los que encabezan los números y
levantan el apetecido trofeo.
Esa rara mezcla, porque dudo que pueda ser
tomada seriamente como una alianza porque hay más diferencias que cercanías, es
lo que mantiene un elevado nivel de incertidumbre tanto en cuáles pueden ser
los resultados finales, como la actual preocupación por las encuestas o la
integración de las listas, donde el siempre eterno “operativo codazos” no ha
perdido su vigencia.
Ramoncito picó en punta y maneja con más
habilidad que presupuesto las obras que se ven tales como La Cañada, la
recuperación parcial del alumbrado público y los desagues que no se ven, pero
derrapa con el transporte, el caos urbano, la basura reinando aún en distintos
sectores, la anarquía de los malos taxis y remisses, los carreros invasivos por
necesidad y otros detalles que hacen a la calidad de vida al menos de los
mediterráneos.
La provincia no es la Muni no tan sólo por
geografía sino por la diversidad de problemas, cuyas soluciones se vienen
postergando pese al paso de los años y de la demagogia y la desidia de sus
gobernantes.
Y en lo urbano y capitalino si no fuera por
la ayuda tanto provincial como nacional, con una recaudación tributaria que
destina alrededor del 60 por ciento para salarios en muchos puestos que por
falencias deben ser tercerizados estableciéndose el doble gasto, el Palacio 6
de Julio con un leve empujoncito hacia abajo casi tendría que enarbolar la
bandera de remate.
Será dura la pelea por encabezar la boleta
de gobernador y vice y los apresurados de siempre han lanzado al voleo algunas
duplas inverosímiles, como también tratando de encumbrar para la ciudad a un
foráneo que se incorporaría al cordobesismo.
Se barajan tantos apellidos y en más de un
caso se piensa que su simple portación es garantía de éxito, frente a un electorado
que tiempo atrás y por fortuna, desterró el vidrio de su diaria alimentación.
Tampoco hay que olvidar que por eso del
instinto de conservación -en algunos casos de la libertad- nadie está dispuesto
a dejar el lugar alcanzado
El mayo que en los almanaques aparecía
lejano, para muchos está demasiado cerca…
Vacaciones
para barras bravas
¿ES JUSTO Y ACONSEJABLE QUE
LA
LA VIOLENCIA TENGA QUE ESPERAR?
En su momento, la prudencia que aconsejaba
un estudio de la realidad estuvo ausente y fue que se consumó un papelón que
debió asumir el cordobesismo, más o menos parecido al infortunado
apresuramiento de premiar a un supuesto y joven inventor que había creado una
máquina parlante para servir café, lo que tuvo gracioso epílogo.
Nuestro inefable y acotado congreso
provincial que es la Unicameral tiempo atrás y en una lucida ceremonia, supo
distinguir a un sector de la barra de un prominente representante del
cordobesismo en el torneo superior del fútbol nacional.
Todos contentos, lo festejaron y después
ocurrió que algunos prontuarios no estaban lo suficientemente limpios como para
recibir congratulaciones ni condecoraciones, y menos en nombre de la ciudadanía
o de la deportividad.
Marcha atrás y a mezclar de nuevo el naipe,
con el resultado, si la memoria no me traiciona, de haber dejado sin efecto la
que fuera pomposa distinción y a la vez cómico papelón.
Esto viene a cuento de la decisión de posponer,
o sea patear hacia adelante, la consideración legislativa del tema de las
barras bravas en un postrero intento por terminar con la prepotencia, la
inseguridad y los delitos que se originan en el impune accionar de los malos
dirigentes.
Dirigentes que no están solos ni
abandonados, sino que en su momento contaron con el apoyo del poder político de
varios sectores, el que también se servía de los violentos y agresivos para
encaramarse en la conducción de algunos clubes, casi sin excepciones.
Por ahora el problema está en el freezer y es
para imaginar el cúmulo de negociaciones que se estarán llevando a cabo para
prescindir de esa sana norma legal que duerme el sueño veraniego, o atemperar
sus efectos.
Si los británicos apoyados sólo en la ley consiguieron
domesticar a los “hooligans”, significa que tal cometido no es utópico.
Y si en una de esas se logra legislar,
faltaría únicamente que alguien invente la licuadora con marcha atrás para
reconstruír la fruta si el jugo no te gusta.
No es un delirio, porque no sería la primera
vez que ocurre o pregúntenle al inventor de la máquina parlante de café,
distinguido como ilustre por un engañado José Manuel.
Culpabilidad
casi obligatoria
LA MEGACAUSA FRENTE A UN AUSPICIOSO
INGREDIENTE: LA LEY DEL
ARREPENTIDO
Fue aprobada en
Córdoba la “Ley del arrepentido”, que consiste en realizar un acuerdo entre el
imputado, que reconoce un delito, y quien lo investiga antes de que la causa
sea elevada a juicio. El imputado en cuestión debe aportar nombres y
datos útiles, que deben ser veraces, so pena de ir a prisión,
comprometiéndose además a devolver los bienes mal adquiridos.
Los
testimonios que voy a leer pertenecen a un empleado sin cargo jerárquico,
y a una trabajadora rural de la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba, pero hay varios similares:
Uno decía que “a los nueve meses de estar detenido, me dijeron que
tenía que levantar la mano y hacerme cargo de los hechos, y no lo hice, porque
quiero buscar justicia, hace tres años que estoy preso..”
Otro: “el primer día de este juicio, después que se leyó el
hecho de que me acusan, dije que me hacía cargo porque el Asesor me
dijo que tenía que mentir porque si no, me iban a meter presa…”
Los
familiares de esta causa denunciaron repetidamente que la prisión
preventiva sistemática fue usada como herramienta extorsiva para forzar
declaraciones de culpabilidad que permitieran obtener un récord de
condenas.
Y es
real que en otros juicios se puede leer un escueto: "estoy de acuerdo con
la acusación, acepto los hechos. No contesto preguntas". Y nada nuevo se
aporta.
Pero
no todo fue así: los primeros acusados, haciendo una detallada
descripción, acusaron a altísimos y poderosos funcionarios del
poder.
¿Y
sabe qué?
Nada
pasó. No hay “presos gordos” en esta causa.
Basta
tener sólo una porción de neurona para comprender el discrecional manejo que de
la confesión se ha hecho en esta causa.
Bienvenida
esta ley, si obligará a quienes les corresponda, encontrar a los verdaderos
culpables.
Tiempos
de dañina pirotecnia
TORTURA PARA LAS MASCOTAS
QUE NO SIENTEN PERO SUFREN
Para tener una mascota y por experiencia
puedo decirlo, hay que estar dispuesto a brindarle comida, agua, mucho cariño y
bienestar, sin agresiones ni privaciones, porque hacer lo contrario no deja de
ser un penoso acto de esclavitud hacia un ser que si bien no es pensante, sabe
lo que son el dolor y el abandono.
Es en síntesis, una humana expresión de
respeto hacia seres que en muchos casos y en ciertos aspectos no son tan
inferiores con relación a nosotros.
Y el comentario tiene que ver con esta parte
del calendario, que indica el acceso a los días de la más elevada agresión
acústica del año, que son las fiestas de
fines de diciembre.
La crueldad que para perros, gatos y otros
seres significan los atronadores juguetes de la pirotecnia es incomprensible
dentro de una sociedad que se dice sensible, madura y respetuosa del prójimo
aunque se los considere bestias.
Es cierto que con los años y la
concientización acerca de esta cuestión ha disminuido sensiblemente el uso de
los explosivos como expresión de alegría o de descontento, en las
manifestaciones de reclamo o en los piquetes móviles.
Pero no es completo el panorama de la toma
de conciencia, cuando quedan aún muchos comerciantes que desoyendo a la lógica
y a la ley, siguen mercando ruidos por angurria en una parte, pero por
descontrol en la mayoría de los casos.
No faltan los que me dicen, posiblemente con
buenas intenciones y con algo de desconcierto, que un gato, un perro o un
conejo son nada más que animales.
Pero alguna vez debieran entender que esos
animales así de irracionales como son, no están inmunizados contra el
sufrimiento.
Y no es justo, por el amor y la compañía que
brindan, condenarlos a padecer.
30% más no es poco
LOS ABUSOS DE LA EPEC
SUPERAN A
LA INFLACIÓN
No es alocada ni improcedente la queja
generalizada de los usuarios acerca de los abusos, verdaderas exacciones, que
nuestra deficitaria y tecnológicamente decaída EPEC asesta con alarmante
frecuencia, precisamente, a los obligados cordobeses por su condición de
rehenes ante el monopolio caprichoso e insaciable.
Defensa del Consumidor es un organismo que,
obviamente, se ocupa de resguardar a los clientes frente a los abusos del
comercio privado y en el mismo sentido, es que uno se imagina es el cometido
del ERSEP, sello y apéndice del cordobesismo, especialista en vistagordismo
cuando se trata de ajustar los tornillos de una empresa curiosamente
deficitaria y en virtual bancarrota, que tiene sueldos de lujo y premios
insólitos a su dirigencia, reconociendo una inexistente eficiencia.
Lo peor de todo este panorama, es que los
números y la realidad han certificado de manera tan contundente como dolorosa e
indignante, que en el último año la EPEC ha perpetrado la vergüenza de aumentar
alocadamente el costo de la mala energía que nos vende, en un 30 por ciento por
encima de la inflación.
Tal acción, que configura una enormidad si
la consideramos desde el prisma de la sensibilidad social, es permanentemente
justificada por las autoridades provinciales, que de acuerdo con lo que se
padece, tiene a la EPEC como importante fuente de recursos, al ser recaudadora
compulsiva que hace respetar sus derechos de comerciar, pero no de cumplir con
los servicios por los que tanto cobra.
Igual que con el tema de las jubilaciones,
de cuyas arcas también el cordobesismo hace caja, la recaudación de la EPEC se
acerca a lo escandaloso con relación a la calidad de lo que distribuye.
Una lucesita de esperanza se encendió en
Villa María, donde parece que algo de sentido solidario prevalece en su
dirigencia lucifuercista.
Puede que, a contrario de la luz mala que
aquí padecemos, nos llegue para iluminar a los enceguecidos por la angurria.
Incursiones por predios ajenos
UN ANGELITO EN LA COCINA Y EL ARTE DE
PREPARAR VITEL TONÉ Y AVES RELLENAS
Si bien la manera de
elaborar estos sabrosos platos debe ser consultada en la columna de audios
ubicada en el costado derecho de este blog, le facilitamos la tarea consignando
a continuación qué insumos se necesitan para gozar de ellos, de acuerdo con lo
recomendado por nuestro chef Angelito. Para el vitel toné se necesitan y yemas
de huevo cocidas, 250 ml de cualquier aceite (menos de auto) 4 filetes de
anchoas despinadas, 10 aceitunas negras descarozadas, 5 alcaparras enteras
(para el final) al igual que 50 gramos de nueces molidas y 250 gramos de crema
de leche aparte de sal y pimienta a gusto.
En cambio para rellenar
pollo, pavo o pato se necesitan 100 gr. de panceta, 100 gr. de semillas de lino
remojadas en coñac o previamente tostadas, 100 gr. de hojas de rúcula, 50 gr. de
tomates secos, 50 gr. de pimientos, 50 gr. de puré de zapallo, 100 gr. de miga
de pan fresco y 100 gr. de trozos de cualquier queso duro.
Para pechito de cerdo arrollado pedir 2
kilos y medio haciendo marcar las costillas sin cortarlas; 350 gramos de
panceta ahumada, 300 gramos de cebolla en juliana o puerro, 100 gramos de ajo
fileteado, 150 gramos de ciruelas pasas, sal a gusto, 10 gramos de comino, ají
molido a gusto, 2 metros de hilo para cocina y 2 metros de papel de aluminio.
Hora de
la familia y de otros afectos
FRENTE A NOCHEBUENA Y NAVIDAD
LLEGA EL TIEMPO DE LOS ABRAZOS
Es absolutamente cierto aquello que no
estamos solos cuando nadie viene a visitarnos, sino cuando no tenemos nadie a
quien visitar.
Es el día en
el que no pocas personas sacan a relucir su comprensible y humana soberbia de
creerse vacunados contra la soledad, por la simple razón que no están solas.
Suele ser la
Nochebuena como cualquier otra reunión entre parientes que se aman, se
necesitan o se toleran, el momento de la desunión familiar, cuando a veces
aparecen viejas y apolilladas disputas políticas, deportivas o de otra índole
que cobran imprudente actualidad de grieta ensanchada cuando todos están
juntos, o se pelean por la presencia de unos u otros, o se congratulan
íntimamente o no por ciertas ausencias.
Y no deja de
ser según como se la tome, una fecha destinada a la práctica de la hipocresía
por eso de sonreir frente a quien no queremos, o de desearle buenaventura a
quien tenemos la íntima certeza que no la merece.
Ya se viene
la Nochebuena y pegadita, la Navidad.
Rige para
ambos días el imperio de los digestivos, las hepatalginas y analgésicos,
mientras que en el almuerzo navideño se desarrolla un festival de lagañas, frente a la variada mesa
de los “saldos y retazos” o del fashion “requecho party”, aunque por fortuna
existen ciertos costados maravillosamente positivos, que transforman a la
Navidad en una fiesta inolvidable.
En no pocos
casos se la toma como una oportunidad de estrenar lazos entre familias que no
se conocen, o apropiada para consolidar nuevas relaciones.
Las evocaciones
de los mayores, las correrías, el bullicio y las diabluras de los chicos, la
anticipada e ineludible siesta del abuelo o el tío por lo general solterón y
pasado de copas, a quien no le dejan recitar a Gagliardi o recrear sus propios
y percudidos cuentos verdes.
El espíritu
de la Navidad es un compendiado sinónimo de unión, cariño y fraternidad por
encima de cualquier otra mezquina interpretación y olvidarlo es cometer la
torpeza de encerrarnos en la utopía de creernos perfectos, dueños de la verdad
absoluta, impunes ante el prójimo y encubridores de nuestras muchas y
recónditas equivocaciones.
No tan solo
los demás lucen la exclusividad de cometer errores.
La grandeza
sería el ideal de imitar a Jesús con el nombre que le quieran poner: Alah,
Jehová, Buda, Visnú, Brahma o como se le antoje de acuerdo con las propias
creencias, porque tuvo la enorme generosidad de perdonar incluso a quienes lo
mataron.
Llegará
entonces la hora del abrazo apretado y fraternal en el grato momento de la
fusión de afectos que archivan allá, en los olvidos, a los humanos
desencuentros y las miserias subyacentes.
Absurdo y
retrógrado sería si cometiéramos el error de malversar esta oportunidad.
Por eso y siendo inclusivo solo por ahora, mil
felicidades para todes.
Junto al colega Pablo Colazo
DOMINGUERA INCURSIÓN EN
“EL MITRE CLUB” POR AM810
En su condición de periodista independiente,
Gonio Ferrari viene participando, en las mañanas domingueras por la frecuencia
de AM810 en el espacio que conduce el colega Pablo Colazo. En “El Mitre Club”
de este día 23 de diciembre, los temas abordados fueron las barras bravas y la
demora en legislar para terminar con la violencia que han instaurado, una
referencia a la prisión preventiva dictada contra la expresidenta y parte de su
familia y la celebración tanto de Nochebuena como de la Navidad. A continuacion,
las desgrabaciones de los referidos comentarios:
Barras bravas
UNA POSTERGACIÓN QUE
BENEFICIA A LA VIOLENCIA
Ese vetusto deporte argentino que es como se dice patear los problemas
para después o huir hacia adelante, tuvo una de sus más recientes expresiones
en el Congreso, cuando se postergó el tratamiento de un instrumento legal que
pondría en vereda a ese fenómeno que son las barras bravas del fútbol y su
rosario de oscuras consecuencias.
Esa brasa que los legisladores
tuvieron en sus manos y la manera utilizada para intentar salir indemnes de las
quemaduras, pinta la dimensión de un drama que se intenta soslayar en lugar de
encauzar las cosas hacia el terreno de la legalidad y su respeto a la hora de
la puesta en vigencia.
La explicación es clara: esa
connivencia entre el poder político y los dueños y señores de turbios negocios
que van desde la reventa de entradas pasando por el alquiler de aplausos a
encumbrados -o no- referentes partidarios, llega hasta el narcotráfico y sus secuelas
con la enorme gravedad que ello representa.
Pero es como si se tomara, al
menos en los niveles de las conducciones tanto deportivas y partidarias
absolutamente identificadas, como un mal necesario por lo enraizado de su
práctica que tiene a la impunidad como característica saliente en ambos
sectores de la vida ciudadana.
No alcanzan el congelamiento de
la postergación ni el amianto de la indiferencia para evitar el daño
institucional que se asesta, instaurando en la gente una fea sensación de desamparo
y vulnerabilidad frente a una peligrosa situación que en los países organizados
se superó nada más que con lo que aquí se esquiva, que es el imperio de la ley.
Porque si entre nosotros se
llegó a dictar la prisión preventiva a encumbrados jerarcas incluyendo a una ex
presidente de la Nación y su familia, es para suponer con elevado fundamento
que no es por falta de espalda política de los legisladores que los violentos
siguen bendiciendo su indemnidad, sino que prevalece esa maldita costumbre de
mirar hacia otro lado cuando una situación salpica a las conducciones.
Valerse de la prepotencia
desmedida para escalar posiciones es tan repudiable como suponer la
consagración de la patota por encima de la ley y de la convivencia.
Así como la ley es rigurosa en
su intento por llegar a la verdad de nuestro pasado reciente, también debieran
imponerse sus conceptos y su alcance para terminar de una buena vez y para
siempre con esas lacras que disfrazadas de vehemencia y fanatismo deportivo,
siguen injuriando a nuestra sociedad bajo el protector paraguas que le regalan,
como si fuera un acuerdo, entre los malos dirigentes deportivos y aquellos que
desde la política, los usan en su carrera hacia el poder.
Y como bien sabemos, los hay de
todos los colores.
De todos, sin excepciones…
A UN PASO
DE LA NOCHEBUENA,
ANSIADA VÍSPERA DE LA NAVIDAD
Más allá del mentado espíritu
navideño, del trineo con el importado y sudoroso Papá Noel, del pesebre con el
Niño Dios, del arbolito adornado y luminoso y los abusos gastronómicos que
hacen trabajar horas extras a los jugos gástricos, luego empachados de
uvasales, alikales o similares, alguna vez debiéramos rescatar lo espiritual de
la fecha y no limitarnos a tomarla (bien
digo, a tomarla) como la jornada de máximo endeudamiento con tarjetas o al
fiado o de chamuscarnos los dedos con un apresurado petardo.
Lo tomemos -término abusado
para mañana y pasado- como una ocasión de abrazos, reencuentros, lagrimones y
perdones.
Lo tomemos -seguimos tomando-
como punto de partida para un necesario adiós a los odios, a los enconos, a las
ofensas que muchas veces en nombre de la convicción o del fanatismo se
mantienen durante meses y meses, aunque por dentro el arrepentimiento se
revuelva en su timidez por aparecer y hacerse escuchar.
Cerremos las grietas, miremos
hacia adelante y tengamos la grandeza de absolver al adversario quien al obrar
con generosidad navideña, podrá otorgarnos su indulgencia y su corazón abierto
hacia donde siempre quisimos mirar y la desconfianza recíproca lo impidió.
No es verdad sino una religiosa
mentira que todos somos hermanos porque si así fuera no existirían las guerras.
No es verdad que en las guerras
no existan vencedores ni vencidos.
Lo cierto es que en la sociedad
tenemos la obligación, si no de ser, al menos de comportarnos como buenos
hermanos, como amigos que no necesitan franelearse ni abrazarse a cada rato
para demostrar que lo son.
Tomemos esta noche -seguro que
lo haremos- como una liturgia de paz entre los hombres y entre los pueblos;
entre peronchos y radichetas, entre bosteros y millonarios, entre kirchneristas
y macristas, entre gordos y flacos, entre rubios y morochos, entre tallarines y
piratas, entre machistas y feministas, entre gays y heteros, entre Ford y
Chevrolet, entre civiles y militares, en fin, entre todos los seres de buena
voluntad que se allanen a la recuperación de la concordia, del respeto y de la
necesaria tolerancia.
Y ya que tomaremos, brindemos
entonces por esos valores esenciales, sin olvidar a quienes ya no están y les
hubiera fascinado participar de un brindis así.
Por todos ustedes y por mí,
¡Salud!
¡¡Ahhh!! Y antes de olvidarme,
¿Vieron que no es imprescindible usar la palabra “amor”?
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