Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” n° 566 del 28/04/19 emitido en dúplex por AM580 y
88.5FM ambas de Radio Universidad de Córdoba.
Una campaña
que asoma con ser dura
LOS AGITADORES DE FANTASMAS
QUE NUNCA DEJAN
DE OPERAR
Una de las malsanas costumbres
argentinas, especialmente de los malos políticos y de aquellos que suponen
tener la certeza de la verdad absoluta, es la apelación a ciertos mecanismos
ilegales y poco afortunados a la hora de diseñar, estructurar y emprender una
campaña proselitista.
Es como si se buscara, más allá
de la leal confrontación cívica, destruir al adversario con mecanismos agoreros
por encima del debate de ideas, la instauración del miedo o apelación a otros
elementos que lejos están de un correcto y necesario ejercicio de la
democracia.
Aquello de “nosotros o el caos”
fue vastamente utilizado y en cada instancia recibió el desprecio de la
ciudadanía por la exageración del planteo, que mostraba a quienes lo usaban en
sus campañas como los virtuosos ángeles que acometían contra los demonios de la
vereda de enfrente.
Ahora esos mecanismos lucen más
sofisticados, existen las onerosas empresas de asesoramiento y diseño, los
gurúes de las encuestas que pese a sus papelones siguen en lo que muchos
ciudadanos consideran una decadente necesidad y no han cambiado, al menos la
mayoría de ellos, de ser inductores del voto con cálculos exitistas según sean
quienes pagan esas consultas a la comunidad.
Es lógico: no debe existir
nadie que pague para que lo consideren perdedor.
En los tiempos actuales, cuando
las redes sociales multiplican su actividad y cualquiera opina con absoluta
libertad aunque a veces con ofensas y falsas acusaciones, se advierte una
actitud como de casi permanente amenaza a quien piensa distinto y hay mil
maneras de hacerlo.
Desde el poder central se pide
paciencia que ya no alcanza aunque las razones sean atendibles luego de tantos
años de despilfarro, mientras que la actual oposición ofrece fórmulas
salvadoras, con el detalle de preguntarnos por qué no las aplicaron en algo más
de una década que gobernaron.
Desde el gobierno se insiste en
que están haciendo cosas, pero esa actitud se empequeñece frente a todo lo que
se necesita para que recuperemos una calidad de vida que al menos se acerque al
placer de la dignidad.
Desde la oposición y como
evidente parte de la campaña se apela a un libro que por lo leído y conocido
hasta ahora, porque devorar esas 600 páginas requiere algo más que tiempo, se
trata de algo que en lo personal puedo calificar como una especie de sincericidio
asistido.
Y la contra réplica es anunciar
como si ya fuera un hecho consumado, que el bueno de Mario Firmenich, el
montonero amnistiado por otro sector del peronismo, habría sido convocado para
incorporarse al equipo de campaña del kirchnerismo.
Se me hace que es hora de dejarse
de joder con esa pretensión de instaurar el conventillo en algo tan serio como
lo es el maravilloso ejercicio y goce de la democracia.
Porque suele suceder, y la
historia regala muchos ejemplos en tal sentido, que al agitar fantasmas, muchas
veces alcanzan a corporizarse.
Y eso, para la República, sería
pernicioso y es para imaginar que nadie lo desea.
Al menos, los argentinos de
bien…
Como están los
números, habrá más impuestos
EL ENDEUDAMIENTO DE LA PROVINCIA, UNA
CARGA PARA EL FUTURO
CORDOBESISMO
La verdad sea dicha, es mucho y
absolutamente necesario todo el empeño -en todo sentido- que viene poniendo
especialmente en este año electoral la provincia, con la cantidad de obras
dejadas para esta oportunidad de campaña, que se vienen inaugurando de a puchitos
y en muchos casos con tal apresuramiento que se descubre lo mal hechas que
están, por lo que es necesario apelar a nuevos gastos para hacerlas
utilizables.
Realmente valioso lo que está
vinculado con la obra pública y las enormes sumas de dinero que se invierten en
ella, posiblemente dejando de lado otras acuciantes prioridades como lo son la
seguridad, la salud pública, la educación o la atención a uno de los sectores
tan vulnerables como despojados, que son los jubilados, aunque sus
mensualidades comparadas con las de otras provincias y la Nación, lucen más
elevadas.
Todo eso, los caminos, los
puentes, el faro, el anillo de circunvalación, ese enorme rayador de queso que
es la casa de gobierno, el hotel de Ansenuza y otros emprendimientos, se han
encarado no con recursos genuinos de la provincia, sino con la toma de créditos
muchos de ellos en el exterior.
Y esa operatoria no es barata,
porque hemos caído a pedir comida en el reino del dólar, donde los que los
tienen comen caviar y dejan el chori y las deudas para nosotros.
Son créditos que muchos les
llaman blandos, pero lo mismo hay que pagarlos y es cuando uno, ciudadano de a
pié, advierte que tenemos la energía más cara del país, los impuestos más
elevados y decenas de otros rubros instrumentados para mejorar la recaudación
porque los compromisos que no se asumen significan un camino hacia el quebranto
de la provincia. Es así que veremos más medidas de ajuste impositivo y en otros
rubros, con tal de recaudar.
Es así también que la deuda
externa del cordobesismo llega a demasiados millones de la moneda verde que con
sus veleidades y crecimiento, no necesita aplicar intereses más allá de lo
blandos que dicen ser, porque automáticamente aunque paguemos, siempre estaremos
debiendo más en cada vencimiento, como si no hubiéramos pagado ni una cuota.
¿Se acuerdan de la 1050, cuando
uno compraba un autito pongamos por ejemplo un 128 y terminaba pagándolo más
que un Mercedes Benz? O se lo quedaba el banco otorgante o se lo repartían
entre los abogados demandantes.
Quiero para mi provincia todo
el progreso y el bienestar que nos merecemos, pero merecemos también saber
cuánto nos va a costar, porque estamos endeudados por al menos un par de
generaciones y debemos ser conscientes de los clavos que les dejamos a nuestra
descendencia.
Siempre que se buscan cifras
certeras de lo que estamos debiendo, nos contestan con evasivas, con el “después
veremos” o simplemente con aquellos silencios que en verdad retumban
especialmente en nuestros bolsillos.
La obra pública es el mejor
afiche para una campaña preelectoral, pero más se ganaría con el ejercicio de
la sinceridad y mucho más todavía, con dejar de endeudarnos en cifras que ellos,
quienes contraen esas deudas, incluso, jamás podrán pagar.
Ya que
rechazan hacerlo público…
PREGUNTAS AL AZAR PARA UN DEBATE
INEXISTENTE AL QUE MUCHOS LE HUYEN
Para quienes gustamos de la
sana política, del respeto por el adversario que no es un enemigo, de la toma
de posiciones ideológicas, del conocimiento de proyectos, anhelos y sueños de
los candidatos, tenemos a los debates como la mejor expresión de ejercer la
democracia dentro de las diferencias que pudieran existir, lógicamente así es,
entre los candidatos.
Lo malo es cuando ese placer de
la confrontación de ideas es superado no por el miedo, sino por la vigencia de
las encuestas que llevan a pensar a los que dicen ganar, que el debate no es
necesario sino perjudicial para su posicionamiento y no vaya a ser que ande por
allí alguna pregunta comprometedora que derrumbe el castillo de naipes que
vienen edificando.
Y por eso, como un amplio sector
del oficialismo provincial se niega a ese frente a frente ante la sociedad, se
me ocurre tanto para unos como para otros, en este caso la oposición, plantear
algunos interrogantes aunque tengo la certeza que no serán contestados, y el
intento quedará en eso: en la casi certeza de pensar que los políticos no
siempre tienen respuestas a todo lo que les pueda preguntar.
Al primer mandatario provincial
me encantaría preguntarle aunque me contestara con ese fingido tono campechano
estudiado para la campaña de Juan, por qué ahora promete arreglar todo el
despelote cordobés, cuando ha tenido una pila de años para hacerlo.
Y le explico: me estoy
refiriendo a la pobreza -y deje de culpar a otros- que ha crecido hasta niveles
de vergüenza. Que me comente por qué tanto ha crecido el narcotráfico imparable
y Córdoba que según decían era una provincia de paso, ahora se ha transformado
en punto de alto consumo y lo más grave, en centro no tan sólo de distribución
sino de cocina y elaboración de toda clase de sustancias prohibidas al amparo
de una incomprensible impunidad.
Por qué, si me puede contestar,
en la Policía de la Provincia y con alarmante y sugestiva frecuencia se
destapan ollas de marcada podredumbre con efectivos de todas las jerarquías
metidos en hechos delictuales con tal indemnidad, que hasta se afanan decenas
de armas cuyos destinos siempre se ignoran, aunque aparezcan después en hechos
sangrientos.
Que me explique si está a su
alcance, la selectiva pachorra de la Justicia, el deterioro permanente de las
escuelas, las faltas de vacunas y de insumos en los hospitales, la desatención
médica que ha provocado más de una muerte, la operatoria de la Apross que no es
una obra social sino una administradora de servicios, que regala los
medicamentos baratos y niega los de mayor valor.
Que me brinde un solo párrafo
de la quita disfrazada de legal, que se le hace a los jubilados merced a una
curiosa alquimia matemática que busca hacerles creer que cobran el 82 por ciento,
lo que es una enorme mentira.
Don Juan, hay mucho más para
preguntarle, pero prefiero que a las dudas las exprese la gente a la hora de
votar.
Y a la decaída y parcialmente adormilada
oposición quiero preguntarle por qué en lugar de consolidarse como tal,
hicieron prevalecer sus intereses personales aunque digan que fue por otras
diferencias, que regalaron una posibilidad de hacer un papel algo más decoroso que
mostrarse divididos, desnudando, penosamente, que ahora si son un partido… partido
por la mitad.
A la izquierda que no pierda de
vista algunos modelos similares que han fracasado en muchas partes del mundo y
no me hagan citar a países porque todos sabemos de quienes estoy hablando.
Y que son otro ejemplo de
desunión porque es complicado que le hagan creer a la gente que la izquierda
sufriente, combativa, visceral y comprometida con lo social, es la misma que se
consolida en Puerto Madero entre riquezas, ventajas e impunidades.
Para el remanente kirchnerista
de Córdoba, seguramente le basta con el dolor de advertir que les obligaron
“desde SU arriba” a replegar banderas y esconder sus estandartes, con el
atenuante que no todos acataron esa imposición sino que siguen tozuda y
empeñosamente peleando por lo que consideran justo.
A los vecinalistas, felicitarlos
por su crecimiento que por ahora no les alcanza pero es conmovedor ver cómo
batallan y a los otros partidos, reconocerles su espíritu de lucha, pese a que
contribuyen a pensar como el común de la gente que el atomizar fuerzas, solo
sirve para que el bipartidismo se fortalezca y no pierda vigencia.
De todas maneras, insisto en
que la falta de un debate, es una deuda que los que se negaron a ejercitarlo,
tienen con la sociedad, tanto de sus adversarios como de sus seguidores.
Subsisten
algunos privilegios
MEGACAUSA QUE NUNCA PIERDE
SU ACTUALIDAD PESE A LOS AÑOS
Publica un
medio local la noticia que una abogada estuvo presa una semana acusada de haber pedido dinero
a un cliente para pagarle al fiscal. Aunque desconozco en
profundidad los detalles de la situación y acuerdo con la necesidad de
combatir estos hechos, si los hubiera, la lectura me trajo a la memoria una
denuncia publicada por el mismo matutino en mayo de 2017 en la que un Fiscal
interviniente en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, acusaba a un
Juez de la misma causa de haber cobrado dinero o coima para liberar un preso.
Quizás un hecho de mayor gravedad por la investidura de acusado y
acusador, pero en este caso no hubo detención.
El escandalete
judicial prosiguió: el Juez echó en cara al Fiscal todas las veces que le había
dado la razón en la causa y el acusador solicitó su apartamiento, luego se
habló de pasar el caso al Fuero Penal Económico y al Fiscal
Anticorrupción, pero nada de eso sucedió.
Después de un
año de concentrado silencio la causa fue archivada por falta de pruebas sin más
explicación ni cuestionamiento. Nadie pretende ver magistrados o funcionarios
presos “por las dudas”, pero desde hace siete años preguntamos por
qué no tienen los ciudadanos el mismo trato y por qué las garantías que se
consideraron para el Juez se ignoraron para los cientos de imputados encerrados
durante años sin ningún juicio en la misma causa.
Esta semana
un miembro del Tribunal Superior de Justicia afirmó que se debe prevenir la corrupción y propiciar la responsabilidad
ética de los jueces para evitar la pérdida de la confianza pública.
Estamos más
que de acuerdo y respetar la igualdad, eliminando estos privilegios,
sería una excelente manera de comenzar.
Día del Animal, seres imprescindibles
MAÑANA ES EL DÍA PARA AGASAJAR A ESOS
FAMILIARES QUE SON NUESTRAS MASCOTAS
Mañana es el
Día del Animal.
Me parece
buen momento para un llamado a la reflexión de aquellos que los maltratan, no
tan solo a los carreros con sus pobres y atormentados caballos, sino a quienes
en el ámbito hogareño, toman a sus mascotas como blanco para desahogar sus
frustraciones personales o para una despiadada catarsis.
No olviden
que un animal es un ser vivo.
A este
homenaje, lo quiero hacer a nombre de tantos bichitos que andan allí por
nuestra vida haciéndola más grata como pueden ser el Boby, Capitán, Zocotroco o
Sultán si son perros; Caruso si es canario, Rayo Veloz si es tortuga, Chispa si
es yegua o Chiara, Bianca, Niki o Grisha en el caso de las gatas sean del
origen que fuere pero sobre todo al macho Fellini, mi pantera negra, ojos
amarillos, marca techo, ocho vidas ya gastadas de las nueve que tuvo al nacer,
que es una compañía invalorable, ejemplo de fidelidad y garantía de ronrroneo…
Aprendamos a
quererlos y sobre todo a respetarlos, porque son una compañía irreemplazable y
porque nos brindan su afecto, sólo a cambio de un poco de comida, algo de
agua, muchas caricias y tolerancia a su
condición de irracionales aunque algunos tengan instintivo criterio superior al
de muchos humanos.
Mañana
agasájelos con más comida, muchos cariños, enorme ternura y cuídelos del
invierno.
Parece
mentira, pero cuando uno recibe de ellos eso que para nosotros es amor, hasta
puedo jurar que se les nota en la cara, aunque no sonrrían pero te miran con un
enorme agradecimiento en sus ojitos…
Todavía no
hablan y alguien dijo que es para que el hombre no los haga trabajar…
Cuando 72 horas son una eternidad
INEXPLICABLE VENTAJA QUE EL PODER CENTRAL
LES REGALÓ A LOS
FORMADORES DE PRECIOS
Si en la enorme mayoría de los
comercios la remarcación ha vuelto a ser uno de los más alucinantes y sensuales
de los deportes para sus dueños, en estos últimos tiempos inflacionarios era de
práctica virtualmente semanal o un par de veces al mes.
Pero en estos recientes días,
anunciar que se establecerían precios máximos a una buena cantidad de productos,
fue una torpeza imperdonable por parte del gobierno nacional, que les otorgó a
los fabricantes de especulación y formadores de precios, una tremenda ventaja
de tres o cuatro días para que se solazaran con la maquinita infernal que
fabrica pobres y hambreados y hacen crecer la inflación, el descontento y la
desconfianza.
Es cuando en realidad se impone
cuidar los precios, evitar los abusos de siempre en cada etapa de la
comercialización y hacer un seguimiento acerca de los valores establecidos, lo
que es un compromiso y una tarea que el Estado tiene la obligación de
instrumentar y cumplir.
El ciudadano consumidor resulta
ser sostenedor de un sistema que por descuido de las autoridades históricamente
lo viene perjudicando. Ahora, roguemos que se apliquen reglas claras como para
ahuyentar de la sociedad esa sensación de que es más de lo mismo, de tantas
veces que se anunciaron medidas similares que a la postre, y evaluando los
resultados alcanzados, nunca sirvieron para nada.
Con más de 72 horas de ventaja
es demasiado tiempo para preparar un mullido colchón que a los malos
empresarios de todos los rubros sin distinción, les resulte más que cómodo para
reposar tranquilos sobre su ventajosa, maquinada e impune especulación.
Ante casos parecidos, años
atrás, Perón los metía presos y secuestraba la mercadería.
Y en algunos casos, si eran
extranjeros, se los deportaba.
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Acompañante de Juan en la fórmula
GRAVE
DENUNCIA ANTE SUPUESTAS IRREGULARIDADES
QUE
HABRÍA COMETIDO UN CANDIDATO DEL OFICIALISMO
En la sección de audios ubicada en la columna derecha de este blog,
tercero y último tramo, se puede encontrar la grabación de una situación
generada a raíz de una denuncia presentada por el abogado Marcelo Touriño, por
un caso de censura a un programa televisivo que desde dos décadas atrás se
difundía por el Canal C de cable, en la grilla de Cablevisión. El espacio fue
levantado según lo indican algunas circunstancias que rodean el caso, ante la
inminencia de hacer pública una grave denuncia que involucra al acompañante de
Juan Schiaretti en la fórmula para gobernador y vice del próximo 12 de mayo. La
situación habría sido prolijamente ocultada al conocimiento público.
“BONUS TRACK”
CON EL
ANTICIPO DE UN CUENTO
INCLUIDO EN EL
PRÓXIMO LIBRO DE GONIO FERRARI
Todo relato contiene una oculta moraleja
EL COLECCIONISTA DE
CELULARES
La vida placentera había sido
esquiva y mezquina con Ricardo porque precoz huérfano de padres, de abuelos, de
tíos y de otros afectos la calle fue el aula de su aprendizaje aunque las
carencias jamás lo habían apartado de la decencia y de cualquier trabajo
ocasional que se le presentara.
Gastaba el piso de la peatonal
cordobesa vendiendo baratijas, encendedores, almanaques con el dulce rostro de
Jesús, llaveros que mostraban la cara de Perón, el arco de Córdoba, el cucú de
Carlos Paz o los escudos de Talleres, de Belgrano, de Instituto o de Rácing en
los tiempos que todos ellos lucían sus glorias en las ligas mayores. En Semana
Santa vendía ramitos de espigas, la estampita de San Cayetano para el Día del
Trabajador y la Difunta Correa era imagen para todo el año.
Era en suma un rebuscavida pero
se aburría soberanamente con algo que se había transformado en rutina: vender
cualquier cosa con tal de subsistir en una jungla donde era una especie de bofe
caminante entre una multitud de leones, hienas y cocodrilos famélicos.
Envidiaba a las lechuzas que pueden girar su cabeza íntegramente.
Cambió de rubro y el éxito no
lo acompañó porque paseando perros un trolebús aplastó a un costoso pequinés,
acompañando turistas se perdió en barrio Güemes y como chofer de ómnibus no
cobró ni un peso porque desde que ingresó estuvieron un mes de paro. Tenía buen
lomo, intentó como “stripper” pero la primera noche fue despedido apenas se
quitó el último pedacito de tela que lo cubría cuando mostró su minúscula
intrascendencia.
Jamás se daba por vencido,
hasta que la tecnología acudió en su ayuda cuando estaba al borde de la
desesperación y barría o baldeaba las veredas de los bares a cambio del
desayuno o de un tostado de jamón y queso que acompañaba con un vaso de soda al
que le agregaba dos sobres de edulcorante e imaginaba que era una seven up.
Una parva de años atrás
aparecieron los teléfonos celulares con forma, tamaño y peso equivalentes a un
ladrillo y para colmo algunos modelos requerían de un bolso aparte para llevar
las baterías. Más que servir para comunicarse, eran un distintivo de status, la
chapa de pudiente, el carnet de carteludo … Lo usaban en general los médicos,
los abogados y los empresarios por moda y los periodistas y los policías por
necesidad.
Ricardo quería uno. Con
sacrificio y privaciones lo tuvo. Flamante y brilloso en su negrura. Caminaba
con el aparato en el oído haciendo como que hablaba, pero no hablaba con nadie.
Se lo alquilaba a sus conocidos vendedores ambulantes para llamadas “de
negocios” como pedir mercadería o hacer consultas. Era más caro que un teléfono
público pero tenía el valor agregado de la notoriedad. Ganó dinero y se fue
renovando con cada nuevo modelo que aparecía en el fulgurante mercado de la
telefonía celular.
Pero corroborando el aserto
incuestionable de que no todas son flores en la vida de los esforzados, el día
que compró un celular de última generación para seguir con sus negocios,
alguien que pasaba en moto por la esquina de San Martín y Santa Rosa se le acercó
tanto mientras cruzaba que el acompañante le arrebató el aparato que llevaba
junto a su oreja derecha, hizo un “willy” y rajó para perderse en el anonimato
del endemoniado tránsito cordobés.
Paralizado por la ingrata
sorpresa, de buenas a primeras se sintió el más desgraciado de los mortales
porque de un manotazo lo habían dejado en la calle, sin trabajo y sin sustento.
Hizo la denuncia por si el
aparato aparecía en algún allanamiento y su tío que era comisario le recomendó
a un amigo que vendía esos equipos, al que algunas veces tiempo atrás había
ayudado prestándole el teléfono y Ricardo fue beneficiario de un bonito celular
al fiado, que iría pagando con las utilidades que le produjera.
El nuevo era hermoso y llamaba
la atención por lo moderno y cuando lo vio su tío el policía, le sugirió que se
lo dejara un par de horas para acondicionarlo contra robo por si se repetía el
episodio que tanto dolor y daño le causara por andar abriendo la boca en el
centro en lugar de cuidarse de los arrebatadores.
Así lo hizo Ricardo y luego
salió orondo a la calle para seguir trabajando mientras en una de sus manos
lucía el flamante “chiche” de la tecnología más avanzada en telefonía portátil.
Su pariente le recomendó guardar en su memoria un número de tres dígitos, que
tendría que marcar desde otro aparato si alguien le robaba, como antes había
ocurrido, el que estaba utilizando. Total, se dijo, siempre tenía dos o tres a
mano, porque se había hecho adicto a los celulares.
Pasaron los días, con la
proximidad del fin de año se incrementaba la cantidad de gente por toda la
ciudad y especialmente en las zonas críticas de todas las peatonales. Pululaban
carteristas, mecheras, descuidistas y toda la variedad de amigos de lo ajeno
aprovechando la escasez de vigilancia policial.
Ricardo iba cruzando, confiado
en el semáforo, la concurrida esquina de avenida Colón y San Martín mientras
conversaba por teléfono con una querida amiga, hasta que un violento empujón lo
llamó a la realidad y la mano diestra que le quitaba el celular derribándolo al
pavimento mientras el ladrón corría de contramano en dirección a General Paz y
Colón mezclándose en la multitud.
Instantáneamente se sintió el
tipo más desafortunado, boludo e imbécil del mundo por haber sido presa tan
fácil.
Poco le duró ese estado de
sopor, autocrítica e incertidumbre.
Recordó los tres dígitos que le
recomendara su tío, el policía.
Echó mano a otro de sus
celulares y los marcó.
En una de las paredes laterales
del Correo quedaron pelos, salpicones de sangre, tres o cuatro dedos, una oreja
(la del otro lado) y lo que se salvó del cuerpo del caco después de la
explosión, que afectó levemente a algunos sorprendidos transeúntes.
Ricardo cayó en cuenta entonces
que a ese teléfono, el nuevo y flamante, no lo recuperaría jamás pero que
tampoco el ladrón podría reincidir y eso le aportó algo de merecida
satisfacción.
Su tío, ahora admirado, seguía
trabajando en la Brigada de Explosivos.
Gonio
Ferrari
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