14 de julio de 2019

S.L.B.: EL MAL SINDICALISMO ARGENTINO PELIGROSAMENTE CERCA DE LA MAFIA - UNA NUEVA AFRENTA A LOS USUARIOS DEL TRANSPORTE URBANO - LA MEGACAUSA Y SU APORTE A LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA - EL "IDILIO POLÍTICO" QUE ASOMA COMO BENEFICIO - "FANTASMAS" EN LA VIEJA PENITENCIARÍA - DISPAR RELACIÓN ENTRE POLÍTICOS EN CAMPAÑA Y PERIODISTAS - NUESTRO ARCHIVO INDISCRETO CON MAURICIO MACRI, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del domingo 17/07/19 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Demasiada prepotencia y riquezas ocultas
EL  SINDICALISMO QUE SUPIMOS CONSEGUIR
ESTÁ  MÁS  CERCA DE LA MAFIA QUE DE LOS
CLÁSICOS ORGANISMOS DE TRABAJADORES

   Desde aquellos no tan lontanos tiempos del peronismo en sus raíces antes de la mitad del siglo pasado, la efervescencia del sector de los trabajadores encontró histórica contención y escalera hacia el éxito y el poder político, en el paulatino protagonismo que el naciente justicialismo le fue aportando al movimiento obrero.
   No es necesario recordar aquello tan pasado ahora de moda que sacralizaba eso de combatir al capital, una de las estrofas más salientes de la marcha partidaria que eternizara, entre otros, el vocalista tanguero Hugo del Carril y que ahora muchos han optado por olvidar.
   Algo debe tener o mejor señalemos que mucho en realidad, la sensualidad de eso: del poder que está más allá de la notoriedad para formar parte esencial de las apetencias que llevan al bienestar que proporciona el dinero, muy por encima de la fama que para algunos y no pocos, es puro cuento.
   Es necesario en este punto poner en claro, cuando entramos a ver el alto protagonismo de muchos dirigentes sindicales en la vida político-partidista, que de ninguna manera se trata de cuestionar la legitimidad ni la oportunidad de muchas acciones llevadas a cabo en procura o en defensa de conquistas para la masa trabajadora, sino de poner en evidencia como si fuera necesario, que buena parte del movimiento sindical argentino ha entrado a una peligrosa etapa de prepotencia, autoritarismo y violencia.
   Y por eso de encumbrar a los más carteludos o sea aquellos que agreden como mecanismo de imponer posturas, es que los llamados o autotitulados “combativos” son los que con mayor celeridad ascienden hasta ocupar cargos electivos en provincias y a nivel nacional y algunos, con posiciones en el exterior.
   Pero lo que molesta realmente a la mayoría de la sociedad, es el llamativo enriquecimiento patrimonial de muchos dirigentes sindicales, esos que pregonan contra el hambre ajeno, contra las injusticias patronales y contra la insensibilidad del Estado, pero viven en lujosas mansiones, devinieron en prósperos empresarios con inversiones incluso en el exterior y dinero de sobra para bancar todas las acciones que encaran para perpetuarse en las cumbres alcanzadas.
   Vemos ahora que el poder que se le otorgara a la dirigencia sindical fue excesivo, por encima de las necesidades históricas, hasta el punto de transformarla en la columna vertebral de un movimiento político, de amplia ideología desde la derecha extrema de su nacimiento hasta sus versiones izquierdosas que supimos padecer.
   Ahora, cuando se busca encasillarlos dentro de la lógica de las instituciones, es que sienten vulnerados los que creen ser sus derechos, que en realidad fueron rapiñas alcanzadas con la violencia, el apriete y la obligada complicidad de quienes, laboralmente postrados, los siguen sosteniendo por necesidad más que por íntima convicción.
   Y para no pecar de sabihondo sino de confesar mi inclinación por los grandes pensadores, viene al caso citar algunos dichos que pueden ser considerados irrefutables en este tema del exceso de poder.
   Lord Acton decía que el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente y Voltaire sostenía que la pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.
   El sindicalismo argentino recobrará el respeto de la gente no cuando sus capitostes hagan algún tardío voto de pobreza, sino cuando apliquen metodologías leales y legales en su permanente lucha por defender derechos de los trabajadores.
   Y cuando demuestren que más allá de sus apetencias políticas y personales, para lo cual se comprometen ideológicamente más con la angurria que con las ideas y los principios, recuperen la humildad que supieron lucir muchos pioneros de la actividad sindical a los que no hay para qué nombrarlos por el riesgo de olvidar a alguno, sino para que por ser conocidos, se transformen en ejemplos.
   Lyn Yutang que algo dominaba de estas cuestiones, fue terminante cuando concluyó afirmando que el máximo del poder es la iniciación de la decadencia.
   Para que muchos paracaidistas y oportunistas del sindicalismo, lo tengan siempre presente.
   ¡Ahh! Y antes de olvidarme, Bacon supo decir que no hay cosa que haga más daño a una nación, como el que la gente astuta pase por inteligente.
   Y no se dirigía a ningún sector en particular…

Se acentúa una ¿curiosa complicidad?
NUEVA AFRENTA  A  LOS  CORDOBESES EN OTRA
MANIFESTACIÓN DE CAPRICHOS  GREMIALES QUE
BENEFICIA A LA ANGURRIA DE LOS EMPRESARIOS
   No siempre se aciertan los pronósticos, por lo general cuando se trata de situaciones en las que intervienen tantos intereses, especialmente económicos y cuando median ciertas vinculaciones con el poder político, que a veces resulta más atinado intentar adivinar la quiniela que una actitud humana.
   No es la primera vez que aventuramos desde este espacio una seguidilla de acciones en materia de transporte urbano de pasajeros en esta capital cordobesa, en la que intervienen tres factores: el sector empresario personificado en la Fetap, el segmento laboral representado por la UTA y el poder concedente que es la Municipalidad de Córdoba.
   El objetivo de los usuarios es siempre el mismo: todo lo concerniente con la tarifa del boleto y sus caprichosas actualizaciones que significan siempre un golpe bajo al bolsillo, y no es un error sostener que aquí se paga el boleto más caro del país, para una prestación que día a día se ha venido deteriorando.
   El ciclo es permanente y en este orden: la dirigencia gremial aduce deterioro salarial, pérdida de otros beneficios y cualquier otro argumento, para reclamar incremento de sueldos, a lo que como es costumbre la Federación de Empresarios del Transporte Automotor se niega con lo que se allana el camino hacia un paro del transporte, y más de uno ha tenido características de salvaje como ese reciente que duró 10 días.
   La Muni dice que no habrá aumento, el ministerio de trabajo de la provincia mira al vacío, la gente trabajadora pierde los suplementos por presentismo y puntualidad y otras conquistas, se decreta el aumento y cuando reanudan los servicios, la gente putea a los choferes, mientras su dirigencia, con la acostumbrada hipocresía y sin ponerse colorado por una verguenza inexistente, pide disculpas al resto mayoritario de los laburantes afectados.
   Y así la rueda gira y gira en una película que hemos visto y padecido demasiadas veces como para seguir tolerando el conocimiento del deplorable final de siempre: el que siempre se jode es el pasajero que vaya ironía sostiene a este perverso sistema como rehén necesario -y siempre lo hemos sostenido- para que persista y se reitere el pacto sindical-empresario.
   Llegará el día en que las cosas se estabilicen y adecenten, que los empresarios pierdan su angurria o mueran por ella y que los dirigentes sindicales se nutran alguna vez con una mínima porción de sensibilidad social no tan solo hacia la comunidad porque eso les interesa medio corno, pero al menos con sus iguales trabajadores de otras actividades que dependen del transporte para cumplir con sus obligaciones.
   Ni que hablar de los estudiantes, de los que necesitan atención médica fuera de su casa, de los que necesitan movilizarse por cualquier otro motivo.
   Los empresarios lloran por los subsidios pero no explican por qué, las empresas que no los reciben, pueden subsistir y más aún crecer sin llegar a la alevosía del precio del boleto que ahora pretenden establecer con las presiones de siempre y apelando a los pasajeros, desamparados rehenes también de siempre.
   No es simple entender que los caprichos o la desmedida ambición, asesten golpes tan arteros y repetidos contra los que menos tienen.

Schiaretti – Macri, firmes en lo suyo
UN “IDILIO  POLÍTICO”  QUE  ASOMA COMO
BENEFICIOSO PARA SUS PROTAGONISTAS
   Esos que pensaban que era virtualmente imposible abrazarse en la misma fórmula un peronista con cualquier personaje de otra corriente de pensamiento, han quedado descolocados o al menos desactualizados con relación a la realidad que se vive.
   Porque hasta Jorge Luis Borges se equivocó cuando sostuvo con ironía la mentira que para él significaba aquello de que la política es el arte de lo posible, corrigiendo el concepto para proclamar que en realidad la política es el arte de lo imposible, si es que nos ajustamos a los tiempos que estamos viviendo.
   ¿Macri junto a un peronista? ¿Un peronista junto a Macri?
   Dejando de lado todas las especulaciones y las sesudas evaluaciones ideológicas, el juntar a la derecha con algo más allá de sus límites sonaba utópico parece que al menos en Argentina es un preconcepto que va quedando relegado para la historia.
   ¿Será que hay que pensar entonces en una saludable madurez por parte de los principales exponentes de la política argentina?
   Por eso dejando de lado la situación de la dupla Macri-Pichetto, debemos centrarnos en algo que  al análisis de los observadores era aún menos posible, como unir en objetivos comunes a nuestro gobernador, coinventor del cordobesismo, con la figura del actual presidente y postulante a repetir su mandato.
   Es que Córdoba no la pasó nada bien en los años del kirchnerato, cuando según algunos memoriosos recibía una simbólica coparticipación de un peso mensual, se agigantaba a niveles increíbles la deuda del puerto con Córdoba y si eso fue cierto, da para inscribirlo como un récord no de las miserias de la política, sino de tan irrisoria suma para la segunda provincia del país, no encolumnada con las subcorrientes que mandaban en la Nación y con necesidades que no podía satisfacer como consecuencia, en materia de obra pública y otros rubros trascendentes.
   Pero allí están los dos, felices de necesitarse mutuamente, solidarios en distintos aspectos, respetándose aún en las propias diferencias que supieron distanciarlos ideológicamente, aunque los entendidos descartan eso del futuro de Juan como eventual aspirante a la Presidencia.
   ¿Es bueno, regular o malo este, llamémosle “idilio” político?
   El tiempo lo calificará por sus resultados, pero a la luz de la reinstauración del respeto y de las miras comunes hacia la grandeza, bien podemos sostener -puedo, en lo personal- rogar y convencerme que es plausible y necesario.


La Megacausa del Registro y más sorpresas
TOMÁNDOLA COMO MODELO, SUPONE DURA
TAREA PARA LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
   Prosiguiendo con los nuevos conceptos que en el futuro pudieren ser acuñados por  la Real Academia Española y/o enciclopedias afines para definir, describir o caracterizar la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, con probabilidad encontraríamos los siguientes: La prisión preventiva, constitucionalmente excepcional, como  sinónimo de “todos presos”.
   El principio de inocencia hasta la realización de un juicio justo, como sinónimo de “culpables hasta que demuestren lo contrario”.
   La garantía de libertad durante el proceso, como sinónimo de  “llegar esposados desde Bouwer a cada audiencia”. El riesgo procesal de no tener arraigo o trabajo, como sinónimo de “encarcelar trabajadores con familia y sin antecedentes”. El plazo razonable, como sinónimo de “tres años de prisión sin juicio”.
   Pero eso no es todo, porque bien podemos agregar el concepto de banda como personas organizadas con un fin, como sinónimo de “juntar en la misma bolsa un montón de personas que no se conocen entre sí”. La lógica del  juicio previo a la condena,  como sinónimo de “llegar al juicio con la condena cumplida”. La normativa de jueces distintos para preservar la imparcialidad, como sinónimo de “comisión especial juzgadora”.
   La prohibición de juzgar a las mismas personas por lo mismo, como sinónimo de “reciclar a los mismos imputados para nuevos juicios”. La garantía constitucional de igualdad sin privilegios, como sinónimo de “ser ciego, sordo y mudo ante cualquier acusación contra funcionarios poderosos”.
 Si nuestro raciocinio no falla, en esta causa existe un propio y muy particular diccionario, en el que restará encontrar la conveniencia de sus significados.
   ¡Menuda tarea para los cerebros de la Real Academia Española, cuando creíamos que con el lenguaje inclusivo se había colmado su paciencia!

Asaltos, robos, arrebatos, etc.
EN LAS CERCANÍAS DE LA VIEJA PENITENCIARÍA
ALGUNOS FANTASMAS  NO SE HAN  RESIGNADO
   Así como algunos personajes más cercanos a la centuria que a la juventud todavía recuerdan las andanzas de la “pelada” de la Cañada allá por los meandros del viejo Abrojal de la décima, vecino de Bella Vista, no son pocos los que juran haber visto pasear fantasmas en las manzanas más próximas a lo que era la Penitenciaría del urbano barrio San Martín.
   El tema es que se prometió transformar esos predios en parques previa demolición del penal, o dejando así como un pedacito de su construcción como símbolo de muchos recuerdos y parte de la historia cordobesa.
   Pero poco se avanza, las oscuridades son por noches verdaderamente impenetrables, el miedo se instaló en el vecindario que se dice desprotegido y los amigos del ocio y del dinero fácil, se vienen esmerando en hacer lo que ellos, con cierto aire de estudiada dignidad, denominan como su trabajo.
   Los habitantes del sector, espantados por su cotidiana realidad, no saben algo que ocurrió pocos días atrás y el relato corresponde a una persona con la que nos conocemos, también es conocida por el Dr. Silvestro, absolutamente digna de confianza, respeto y credibilidad.
   Poco después de la medianoche circulaba en su moto, casco reglamentario puesto por las oscuridades del bulevar Los Andes, que días atrás este personaje había visto pletórico de luces.
   De golpe se le aparecieron dos tipos, uno de los cuales con una rama tupida le acertó en el cuerpo, mi amigo perdió el dominio de la moto, cayó a un charco barroso y su vehículo corrió unos metros hasta caer a tierra y en tal inferioridad, uno de los cacos amagó con sacar un fierro de su cintura pero la víctima -que para mala suerte de los choros es instructor en artes marciales- lo tumbó de un trompadón que le desacomodó la carretilla de la cara.
   El otro tipo vino a colaborar con su cómplice, pero cuando el motociclista se pudo desprender del casco y se vieron las caras, el choro que había quedado en pie huyó despavorido.
   No conozco o no me alcanzó a contar qué había pasado con el cara vapuleada, pero minutos después llegó la policía avisada por los vecinos y al menos por ahora, la historia ha terminado.
   Al menos un capítulo, que enseñará a los choros de esa zona, que antes de agarrárselas con alguien al que suponen extraño o indefenso, que tengan primero la gentileza de hacerlo que se identifique.
   A lo mejor es incómodo para los choros, pero alguna vez debieran aprender a respetar a las que creen que serán sus víctimas.
   No es un cuento. Sucedió días atrás, cerca de la ex Penitenciaría de Barrio San Martín.


NUESTRO ARCHIVO INDISCRETO
“Invitado” de hoy, el Ing. Mauricio Macri

Terror hasta de los más encumbrados
UN  MECANISMO QUE NO SE FIJA EN JERARQUÍAS
NI EN IMÁGENES FABRICADAS: USAR EL ARCHIVO
Un estadista en serio, o que se precie de tal condición, no debe apresurarse llevado por la demagogia, la buena intención y sus propios anhelos, jamás debe aventurarse a prometer algo, acerca de lo cual no tiene la certeza de poder alcanzar.
   Y como es mi costumbre muchas veces de apelar a los grandes pensadores de la historia, Eurípides supo decir que la peste que trastorna y destruye las ciudades son los discursos engañosos, las bellas palabras. No es cuestión de agradar a los oídos; deben decirse cosas.
   Y como esto es para todos, respetemos también los sabios conceptos de Pitágoras, cuando comentó que “Para aquellos que aspiran al poder, no hay mejor elemento que la masa de los pobres, cuyo idealismo es alimentado por el descontento, hijo primogénito de la miseria”.
   Y de esas situaciones, los argentinos es mucho lo que conocemos…
   Sobre todo, para que lo entiendan los fabricantes de pobres, de antes y de ahora…
   Por cuestiones técnicas que seguramente iremos superando a medida que transcurre la vigencia de nuestro espacio, no podemos ofrecerles aquí la desgrabación de las palabras del Sr. Presidente de la Nación, pronunciadas tres años atrás, pero en la columna de “AUDIOS” de este blog, en el costado superior derecho, se las puede encontrar. Agradecemos la comprensión de amigos y seguidores de “Síganme los buenos” en su año 14° de divulgación a través de Radio Universidad de Córdoba.


Popularmente el que “se encula” pierde
DISPAR RELACIÓN ENTRE POLÍTICOS
EN CAMPAÑA CON LOS PERIODISTAS
   Días pasados el aspirante a la presidencia de la Nación por mandato kirchnerista fue protagonista de dos hechos que en realidad fueron periodísticamente intrascendentes, pero que al menos sirven para intentar corregir algunas conductas que pueden ser consideradas díscolas, equivocadas o sencillamente guarangas.
   Primero en Comodoro Py, lugar de veraneo relámpago y no siempre gratuito para varios, el Dr. Alberto Fernández se enojó con una movilera conocida por algunas acciones descomedidas con sus entrevistados, pero es su estilo y medio país la conoce, pero después este muchacho por momentos amnésico se la agarró con colegas mediterráneos cuando vino a compartir creo que un café nada más -que jamás apareció en las fotos- con su compañero o ex compañero, Juan Schiaretti en el despacho mayor del gigantesco rallador de queso de ese mamotreto que le llaman el panal.
   Pero no es el único culpable y me quiero permitir absolverlo parcialmente por su inconducta: los periodistas aunque algunos estemos excedidos de silueta, no somos ganado en pie, como para que nos condenen a un corralito limitatorio cada vez que viene algún personaje digno de ser reporteado.
   Aunque no queremos exagerar tomando esa costumbre como un acto de leve censura o discriminación, también hay que educar al periodismo en el sentido de no abalanzarse, pegarle microfonazos en la cara, pisar zapatos bien lustrados o despeinar a quien se detiene para conversar con ellos.
   Es un tema para educación recíproca: las autoridades de protocolo deben entender que acorralarnos no es la mejor manera de tratarnos y los colegas, que se dejen de joder pensando que por estar encima van a obtener una mejor nota o la primicia con la que viven soñando.
   Cualquier vecino con un celular logrará declaraciones que llegarán a cualquier rincón del planeta y en menos de 10 segundos.
   Cada día sirve para aprender algo nuevo, más allá de aquella famosa y delicada frase que dice que en los reportajes, “el que se encula, pierde”.


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