11 de octubre de 2020

S.L.B.: NOS ESTÁN HACIENDO LO MISMO QUE AL BURRO CON LA ZANAHORIA – CENIZAS QUE QUEDAN Y LA OBLIGACIÓN DE PREVENIR - ¿SUBSIDIOS, COMPRA DE VOTOS O ESTÍMULO A LA VAGANCIA? – MEGACAUSA Y SU VIGENCIA – LOS JUBILADOS Y LAS PROMESAS – OTRA VEZ EL SUOEM Y LA PREPOTENCIA – ESCUELAS PRIVADAS Y APORTE ESTATAL – LA SELECCIÓN SIGUE “MESSIDEPENDIENTE”, ETC.

     Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición n° 642 del 11/10/20 emitida en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

La demagogia y la angustia
CON EL “PICO” DE  LA  PANDEMIA  NOS HACEN
LO MISMO QUE AL BURRO CON LA ZANAHORIA
 
   Al principio nos metieron miedo, instauraron la necesidad imperiosa del aislamiento y del encierro, amenazaron con castigos penales y económicos fijando multas con exclusivo afán recaudatorio para castigar a la clase media contestataria y rezongona, pero a la vez ignoraron las fatídicas bombas de tiempo que representaban los geriátricos descuidando paralelamente a los barrios marginales, los dos sectores más vulnerables al coronavirus y sus terribles consecuencias, olvidando además que el hacinamiento es el más propicio escenario para la instalación y el agravamiento de la peste.
   Hicieron todo al revés y ahora cuando la realidad les muestra su rostro
descarnado sucumben al miedo; a ese miedo que meses atrás nos metieron en el alma y ahora los acosa con la cercanía cada vez más estrecha hacia los adioses, el luto y la tristeza.
   Es como si mostrando ese humano temor visceral frente a lo desconocido y a la vez corporizado en la imaginación que suele ser despiadada, suavizaran la sensación de espanto que provoca la ahora cercana posibilidad de masificar locamente la contaminación.
   Vamos y venimos; nos llevan y nos traen como maleta de loco en una vorágine de desorientación y ciclotimia que ni ellos entienden, aunque pretendan explicarlo en un mensaje difuso y nada convincente, a la luz de los resultados y de las consecuencias,
   Ya perdió sentido la apelación a aquella vieja imagen de la zanahoria que
mostraban adelante del burro, que estimulaba a la bestia para seguir arrastrando el carro porque ha dejado de ser necesario dicho ardid, vencido por el implacable avance del virus que no necesita ningún estímulo para seguir sintiéndose como ahora, evidentemente invencible.
   Ese poder que desde el principio optó por ocuparse de la salud y dejar para después la atención de los enormes daños en la economía, abandonó aquella ciclotimia de su inocultable desorientación a la que aludí recién para internarse en los predios del miedo propio, ese que modifica actitudes, relaja gestiones y por consecuente letargo funcional se reitera en errores tanto por omisión como por acciones equivocadas, dentro de un escenario donde las presiones de diversos sectores son principales protagonistas.
   Lo de la instauración del miedo no ha sido un fracaso y a los resultados los estamos padeciendo con la alocada multiplicación de los contagios, los casos fatales, la saturación de los centros asistenciales que no atienden otras patologías y las oscuras perspectivas que nos acosan.
   Nos amenazaban con la llegada del “pico” de la pandemia desde finales de marzo, cuando habíamos cumplido un par de semanas de enclaustramiento y esa fue la zanahoria que teníamos frente a nuestros ojos y nuestra angustia.
   Y vaya ironía, a la zanahoria se la devoraron en una penosa bacanal de ocultamientos, manipulación de estadísticas y declaraciones altisonantes que

ahora comprobamos no tenían ni pies ni cabeza, salvo el oscuro objetivo de mantenernos alertas alimentándonos con nuestra propia desesperación y el masivo contagio, eso sí, del miedo para lo que no existe otra vacuna que la realidad; que la verdad que nos rodea y nos abruma.
   Fase 1, 2, 3 o como quieran rotular a lo que estamos viviendo es lo de menos porque vemos que esa es la verdadera pandemia: la que muestra un lacerante resultado de privaciones, alejamientos, violaciones a la ley, escondrijo inexplicable de algunos funcionarios de elevado nivel, que prefieren jugar a las escondidas cuando la gente, el pueblo, sabe que no tienen cara para hacerse ver.
   No hemos superado el tormento de la incertidumbre como el poder aún navega en la desorientación, en la indefinición de roles, en la argentina vocación por el remiendo pese a la certeza de advertir que los parches duran demasiado
poco y que el sufrimiento de la gente se multiplica en la opresión de la desesperanza.
   Jamás olvidemos que 207 días antes empezaron a meternos miedo, aunque ahora ese miedo sea de ellos.
   Porque no es bueno el silencio, más sintético imposible y se lo comento:  Confucio sostenía que “El silencio es un amigo que jamás traiciona”. Lo importante, entonces, es saber elegir a los amigos, mientras Mauriac supo sentenciar “¡Cuántas cosas se dicen sólo para llenar el silencio!”.
   La desorientación que no ayuda a la toma de decisiones correctas y ni siquiera a las improvisaciones, cuando está aliada al silencio se transforma en
injuria a una ciudadanía ávida de definiciones.
   No se les pide a las autoridades que hagan milagros pero el dolor de la sociedad merece, por una elemental cuestión de respeto, que al menos las mentiras se terminen.
   Y que aquellos que gobiernan por mandato popular, desde el más alto al más humilde de los niveles de conducción, que su obligación cívica, moral y ética, es dar la cara.
   Igual que cuando están en campaña y se hartan de prometer…
   Y nosotros, condenados a creer en las promesas.
 
Incendios incontrolables
ESO QUE “…LAS CENIZAS QUEDAN” SIRVA PARA
DESPERTAR LA OBLIGADA  TAREA DE PREVENIR
 
   Aunque sin dudas está referido al amor aquel histórico dicho “donde hubo fuego cenizas quedan”, aparte de ser una verdad ajustada a los hechos, debiera ser utilizado para despertar conciencia acerca de este moderno flagelo fruto de la naturaleza desatada o de la maldad humana, que año tras año y previsiblemente nos viene haciendo tanto daño a los cordobeses.
   Ya dijimos en programas anteriores que se había cometido el tremendo error
de claudicar en la tarea preventiva, que no dejaba de ser un misterio el destino detallado como debe ser, de las enormes sumas de dinero que se recaudaron con aquella impuesta contribución destinada “al manejo del fuego” cuando en realidad debiera ser para su prevención y entre todos esos males, la eliminación de los vigías tempranos cuya tarea, tan trascendente como la de quienes combaten las llamas, era dar el primer grito de alerta ante la más mínima manifestación de peligro.
   Desde el oficialismo al igual que por parte de la oposición, no se recuerda un pedido de informes acerca del destino de esos dineros que se percibían a través de las facturas por el suministro de energía eléctrica; no se sabe si la afectación fue para la lucha contra los previsibles incendios o tuvieron otros destinos u otros destinatarios y es esa una de las tantas deudas que el poder no ha honrado a la comunidad.
   Surgen interrogantes sin respuestas, como por ejemplo si hay servicios
médicos rentados por el Estado para atender enfermedades del ciudadano, por qué en la misma medida no modificamos el sacrificado amateurismo de los bomberos voluntarios y los transformamos en profesionales, también sostenidos económicamente y dejamos de depender de la buena voluntad y el patriotismo de tantos y tantos que se sacrifican luchando no tan sólo contra el fuego sino en otras emergencias o salvatajes en que se requieren sus servicios.
   Ellos tendrían que cumplir guardias presenciales igual que los médicos en los hospitales, las y los obstetras en las maternidades, los policías en las comisarías, los electricistas de la EPEC, los operarios del servicio de suministro
de agua potable o los funcionarios judiciales de turno.
   No suena coherente que los bomberos voluntarios estén obligados por las circunstancias a ingeniárselas para asegurar la subsistencia y operatividad de los cuarteles apelando a colectas públicas, rifas u otras maneras de recaudar fondos.
   Desde las llamas declaradas hasta las guardias de cenizas existe un duro período de luchas, sacrificios, peligros, coraje, desgracias y tragedia, todo en el marco de una desmedida y conmovedora vocación por ayudar al prójimo y al valorar esos detalles, haríamos justicia en honor al compromiso de los
bomberos voluntarios con la sociedad.
   Hay tantos sueldos inmerecidos, tantos cargos inútiles y tantos gastos superfluos, que transformar toda esa mugre en beneficio de la gente, sería un homenaje a la valentía de todas las voluntades que sin medir riesgos ni consecuencias, velan por nosotros para que no sea el fuego, la inundación u otra desgracia la que nos arrebate la vida.
   Desde tiempo inmemorial, tenemos con ellos esa enorme deuda de gratitud y ya es hora de pagarla…
 
Injuria a la cultura del trabajo
QUE EL SUBSIDIO  A  LOS  DESOCUPADOS NO
SEA UN OFENSIVO ESTÍMULO A LA VAGANCIA
 
   Es una obligación especialmente moral la que tienen los Estados de ayudar a quienes por razones propias, ajenas o heredadas, han pasado a formar parte de los índices de desocupación lo que supone quebranto económico, drama familiar y marginación social aparte de todas las otras secuelas que se llegan a
padecer.
   Son distintas las maneras que los gobiernos aplican para acudir en ayuda de los desocupados y están los casos en que les asignan viviendas, apoyo económico, excensiones impositivas, educación gratuita, garantías de asistencia médica y otras ventajas.
   Pero por lo general, hay dos detalles que también se contemplan y se cumplen: una es el plazo de equis tiempo para buscar y conseguir empleo y la otra, una especie de contraprestación por los beneficios que se reciben y suele ser trabajo comunitario, reparación y
mantenimiento de escuelas y centros de salud, cuidado de ancianos, construcción de carreteras y otras ocupaciones, con lo que se busca preservar la dignidad del trabajo.
   Pero cuando todos estos detalles se pasan por alto y lo que le llaman “ayuda” no es otra cosa que dádiva o compra de votos, es que el populismo
muestra su rostro más oscuro y negativo porque lo único que consigue -aparte del voto y del aplauso- es la muerte de una cultura tan declamada como lo es la del trabajo.
   Llegarán alguna vez los tiempos en que la ciudadanía tome conciencia de todo lo que se hace desde el poder, cuando lo que se busca es la permanencia o la eternización por encima del bienestar general.
   Ya estamos hartos de vivir esa realidad
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
UN TEMA QUE AUNQUE  PASE EL TIEMPO, SIEMPRE
APORTA  ELEMENTOS PARA TOMARLO EN CUENTA
 
   Según la Real Academia Española un privilegio es una ventaja exclusiva que goza alguien por concesión de un superior.
   Es primo de prerrogativas, regalías, franquicias, beneficios y preferencias. La historia nos ha acostumbrado a relacionar estos epítetos con los poderosos de la época y no es la excepción la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, en la que mientras cientos de trabajadores comunes fueron imputados y encarcelados sin ningún juicio durante más de dos años, numerosos funcionarios de altos cargos que fueron acusados, señalados y denunciados  en la investigación gozaron de la ventaja de no ser sospechados. Gozaron además -como si todo lo otro fuera intrascendente- el beneficio de no ser imputados, la franquicia de no ser encarcelados y la regalía de no ser molestados, posiblemente por concesión de algún superior probablemente ubicado en el poder.
   Abunda la normativa a lo largo y ancho del planeta que entiende y recomienda que las personas deben permanecer libres hasta que se realice un juicio, y también existen reglamentos y códigos para evaluar la responsabilidad y el desempeño de los funcionarios.
   Difícil es saber por qué ni lo uno ni lo otro ocurrió en esta causa, transgrediendo además la ley que no admite fueros ni títulos y consagra la igualdad.
   Uno, a veces malpensado por experiencia y memoria, tiende a imaginar y sostener que tanta ilegalidad no puede ser casual ni gratuita. 
 
Aún confían en anuncios de campaña…
LOS  VIEJOS, ILUSOS AL FIN, SIGUEN EN LA
ESPERA QUE LAS PROMESAS SE CUMPLAN
 
   Viene al caso recordar que André Guidé supo decir que cuando dejara de indignarse, habrá comenzado su vejez y Green sostenía, si mal no recuerdo, que la mayoría de la gente dice que conforme uno envejece tiene que renunciar a ciertas cosas y agregaba que uno envejece, precisamente, porque renuncia a ciertas cosas…
   En lo personal, prefiero confesar y afirmar que la vejez empieza cuando los
recuerdos pesan más que las esperanzas.
   Aunque en verdad, no es digno vivir sujetos a las esperanzas que pretenden meternos en el alma los infaltables vendedores de humo…  
   Porque si es por aplicar en política la costumbre del verso, escuchemos un cachito de las declaraciones que hiciera el bueno de nuestro Presidente pocos días antes de las elecciones que lo consagraran como tal…
 
El audio correspondiente puede ser consultado en el segmento respectivo, ubicado en la parte superior derecha de este blog.
 
 
El SUOEM otra vez empujado a la guerra
LA PREPOTENCIA  SINDICAL, EVIDENCIA DE  LEJANOS
ODIOS, DEBE SUPERARSE A TRAVÉS DE LA CORDURA
 
   Vendría a ser una excepción en aquella vieja regla y dicho popular que asegura “perro que ladra no muerde” y porque a nadie se le ocurrió pensar que eso ocurre porque el perro por su condición animal, no lo sabe, que cuando se lanza públicamente al aire una amenaza, aparte de configurar delito, lesiona la sensibilidad de cualquier sociedad humana y peor aún cuando la víctima señalada es el pueblo mismo en su conjunto.
   En el tratamiento, la negociación y la solución de los diferendos de cualquier índole siempre han sido aconsejables la mesura, el respeto recíproco y la consideración hacia las posturas antagónicas, porque del diálogo maduro enmarcado en la normalidad aunque tenga costados de vehemencia, es que surgen los acuerdos que conforman a todos los sectores en pugna.
   Pero cuando se opta por la amenaza, el apriete, el daño, la prepotencia, el vandalismo y el desconocimiento de las leyes de convivencia, es que las ciudades se transforman en campos de batalla donde las víctimas no siempre corresponden a los partícipes de la lucha sino a la ciudadanía que debe pagar las consecuencias de los excesos que se cometen en nombre de reclamos que si bien pueden ser legítimos, se transforman en lesivos para la sociedad que es sólo espectadora y pasiva protagonista.
   Para qué hablar de la vocación de violencia, intolerancia y desmedidas pretensiones que ha venido caracterizando a las últimas conducciones del Sindicato de los empleados municipales de la capital cordobesa.
   En un curioso juego del “me dicen que no debo estar pero lo mismo me quedo”, el espíritu y la agresividad se entronizaron en la organización sindical sostenidas por los éxitos logrados en base a ciertas acciones en muchos casos repugnantes para la convivencia, en que fue la sociedad la víctima de los desplantes mientras esa conducción no terminaba un reclamo y ya estaban diseñando el próximo, en muchos casos por la medrosa pasividad del poder municipal de turno que justificaba desde adentro el haber cedido para evitar la belicosa confrontación.
   Se hicieron ajustes, se podaron privilegios inadmisibles y excesos administrativos y las cosas parecieron encaminarse hacia una necesaria normalidad, pero la angurria sindical apareció como más importante que el respeto por la gente y se alimentó de viejos odios para reinstaurarse en lo cotidiano de ver abandono urbano y otras consecuencias, que sólo surgen como argumentos para una lucha en la que por lo general se benefician los violentos en desmedro de la paciencia y los derechos de la gente.
   Ya está de nuevo el estilo patotero que tanto daño le hizo a la ciudad y será cuestión, nada más, de aplicar la ley para que las cosas no vuelvan a un escenario aún más violento, donde las amenazas y el vandalismo suelen ser parte de una realidad que la sociedad cordobesa no tiene por qué aceptar.
 
La educación no es sólo “negocio”
ALGUNAS ESCUELAS PRIVADAS, ENGOLOSINADAS
CON EL DINERO QUE LES OBSEQUIA LA PROVINCIA
 
   Tiempo atrás era Fiat la sostenedora de un colegio de nivel primario que se creó para atender escolarmente a los hijos de los técnicos que desde Italia, vinieron a radicarse en Córdoba integrando los planteles originales de ese monstruo actual de la industria automotriz.
   El plantel docente se integró con personal bilingüe y la escuela privada fue creciendo en el número de alumnos y en la consideración de la gente por la calidad educativa que allí se brindaba, lo que también contribuyó a su fortalecimiento como empresa y en tal sentido es casi seguro que también recibía generosos aportes italianos para su sostenimiento.
   Con el tiempo progresó de tal manera -cuando comenzó a recibir apoyo financiero provincial- que dejó un viejo edificio de Nueva Córdoba, pasó por donde ahora es el Ministerio de Industria y por fin recaló en instalaciones propias en el barrio Iponá.
   Ya con el agregado del nivel secundario se fue transformando en casi reservado a una elite por el costo que representaba la cuota mensual y el valor de las inscripciones, hasta llegar ahora a un punto insostenible para quienes envían allí a su niños y jóvenes, lo que generó una sonora protesta días atrás.
   Se comenta que alrededor de 11.000 pesos cotiza la mensualidad y la inscripción duplicaría o algo más esa suma. No se conoce si aún el Estado cordobesista la sostiene con el dinero de los contribuyentes porque de ser así, con esa recaudación estaría sobrando aquel generoso aporte que bien pudiera beneficiar a una escuela marginal, cualquiera de las que tanto lo necesitan y no son un negocio.
   No es para escandalizar ni nada parecido, sino una simple cuestión de justicia social.
 
Primer pasito hacia Qatar 2022
MESSI DEMOSTRÓ QUE POR AHORA ESTA LEJOS DEL
PREVISIBLE  TOBOGÁN DE SU CARRERA  DEPORTIVA
 
   Recuerdo y para esto no es necesario exprimir la memoria porque no es tanto el tiempo transcurrido, cuando los cráneos del análisis deportivo descubrieron como si hubiera sido necesario, que la Selección Nacional de Fútbol era “Messi dependiente”, en un alarde de creatividad.
   Después vinieron tiempos de dudas, de merma en el rendimiento, de cambios en la entidad rectora del fútbol argentino con todas sus consecuencias imaginables, uno que otro fracaso deportivo hasta que recientemente, la bomba que estalló cuando Leo se enojó con el presidente del Barsa y dijo que se mandaba a mudar a otro equipo.
   El culebrón dejó de ser tal y con algunos magullados pero nada más que eso y lo más trascendente, que Messi no alteró su relación de amor a la camiseta nacional, se juntó con algunos selectos amigos y como quien sube a un modesto Fiat 600 los invitó a su lujoso avión personal que en viaje se transforma en dormitorio y se integró al equipo nacional.
   ¿Para qué entrar en detalles? Messi la descosió en un par de intervenciones y demostró que sigue siendo el mejor del mundo.
   No entremos entonces otra vez en la discusión: Leo confirmó que la Selección, aunque muchos no coincidan, sigue dependiendo de su innegable sabiduría a la hora de la verdad.
   Y para un pueblo exitista como el nuestro, con eso basta.

 

 


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