5 de enero de 2021

Melchor, Gaspar y Baltazar

 
MAGIAS Y FANTASÍAS PARA LA ESPERA DE UNA
NOCHE QUE LOS AÑOS  HICIERON INOLVIDABLE
 
   Esta noche otra vez la ilusión en los más chicos y el efectivo o plástico endeudamiento en los mayores, marcará la hora de renovar aquella añorada tradición del pastito, el balde con agua fresca y algún malbec para los sedientos monarcas precursores del rally celestial.
   Llegan los Reyes Magos y se me pianta un lagrimón de nostalgias por aquellos 5 de enero en que queríamos dormir para que al fin llegara la mañana siguiente y a la vez no queríamos dormirnos para conocer la realidad de aquellos que en sus camellos, pasaban rumbo a Belén, demasiado lejos para creerles y pensar en lo que engordarían si en cada casa comían y bebían lo que la gente les dejaba.
   El ritual indicaba la cartita previa que por ejemplo hablaba años atrás de un mecano, un autito Matarazzo, la muñeca Pepona o esa otra que camina. Ahora los nenes piden el celu de última generación, la tablet, el visor de realidad virtual o la play en una clara demostración de haberse modernizado, frente al vetusto e histórico pasto y el agua que derrotaron a los tiempos. Si ellos piden una muñeca inflable o ellas “pastillas para el día después”, es porque ya dejaron de ser tan niños.
   ¿Qué pedirán los famosos?
   Es la pregunta que siempre nos hicimos.
   ¿El Sr. Presidente pedirá estabilidad, respeto por su investidura e individualismo, trabajo para todEs y reelección, o un helicóptero inflable? ¿Schiaretti un  champú flequillero y agua de mar para su faro?¿Giordano ooootro préstamo en dólares para que “pague el que sigue”?¿El marketinero Lord Mayor una vacuna rusa, china, japonesa o británica anti caos urbano?¿Ella, si, Ella, una mini birome y una hoja en blanco para escribir sus memorias?¿Florencia de la V un bisturí y anestesia?¿Victoria Donda una doméstica que no la escrache?  ¿Boudou una lima?¿los chicos de La Cámpora un cargamento de “Memorex”?¿Moyano un manual acerca de la práctica del ocio? ¿Macri una reposera reforzada y un ticket aéreo Ezeiza-Panamá-Ezeiza?¿Ginés González García algo para brindar con “Pato” Bullrich? ¿Rodríguez Larreta lo que le afanaron “legalmente”?¿Kicillof una vacación donde “haiga” paz?¿Los empresarios una camionada de pañuelos?¿Los sojeros una explosiva cosecha?¿Los maiceros que les permitan exportar…?
   Así podemos llegar hasta el infinito en cuanto a eso que se llama imaginación o exceso de anhelos o necesidades, sin olvidarnos de nuestros propios deseos que no dependen tanto de los reyes Magos sino de nosotros mismos y de los caprichos del poder tanto político como económico o sindical.
   Más allá de todo lo obsequioso que puede ser un regalo, los argentinos nos mostraríamos sumamente contentos si nos trajeran soluciones reales para enfrentar a la peste y para rehacer la desquiciada economía, toneladas de honestidad, trabajo, solidaridad, un antídoto contra la pavada, verdadera inclusión sin intereses subalternos ni demagogias, integración y el regreso impostergable a una práctica penosamente lesionada en estos últimos tiempos: el respeto por el adversario o por quienes piensen distinto y todo aquello que contribuya a que recuperemos la perdida frescura de enfrentarnos como adversarios y no como enemigos.
   Que nos traigan la paciencia suficiente que derrote a los encierros y a sus ansiedades.
   Que le hagan recordar al Papa Francisco que es argentino, por si alguna vez programa visitarnos.
   Solo con todo eso aunque parezca exagerado, nos sentiríamos inmensamente felices.
   Se mire desde el ángulo que quiera mirarse, la de esta noche y sin edades será de magia, ilusiones, insomnios y algún desencanto montado no en los camellos sino en la crisis, y a la ominosa sombra de una grieta que muchos se empeñan en agrandar.
   Y en lo particular porque también allá lejos fui niño, cultor de quimeras, artífice del pastito y la palangana con agua cada 5 de enero antes de intentar dormir con un ojo abierto.
   Y dejando de lado tantos años encima, a los Reyes Magos quiero pedirles un reloj sin agujas ni números, porque unas y otros son implacables en sus cometidos, hermanados con el Destino.
   No es vocación de eternidad.
   Son ansias de vivir.
Gonio Ferrari

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