17 de enero de 2021

S.L.B.: RAZONES DE UN ESTILO EPISTOLAR - DESCONTROLADA INSEGURIDAD Y LOS "MENSAJES" DEL HAMPA - TEXTO PROHIBIDO PARA MAYORES DE 18 AÑOS - CARTA PARA QUE COMPARTAN AIMÉE BOUDOU Y MILAGRO SALA - MEGACAUSA: JUICIOS A REPETICIÓN - OTRA CARTA, ESTA VEZ AL GOBERNADOR DEL "CORDOBESISMO" - AL SR. PRESIDENTE DE LA NACIÓN, TAMBIÉN UNA CARTA - DIBUJADA INFLACIÓN DE DICIEMBRE Y SESUDA EXPLICACIÓN SOBRE PAGO DE GANANCIAS, ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición del 17/01/21 emitida en dúplex por la AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

A lo mejor de algo sirve…
LAS RAZONES DE UN ESTILO EPISTOLAR, COMO
PARA QUE ALGO CAMBIE EN NUESTRO ESPACIO

   Vagamente recuerdo cuando en la secundaría teníamos a la literatura como materia, aunque no tengo precisiones de fechas, pero que se imponía un estilo de escritura que se denominaba “epistolar” porque todo se hacía a través de cartas que se enviaban los protagonistas de cualquier narrativa.
   Eran la carta y su contestación, que iban y venían en varias oportunidades, estableciéndose una corriente de comunicaciones que para muchos resultaba atrapante, sobre todo porque equivalía a leer correspondencia privada y
enterarse de jugosas novedades.
   Pero debo confesar en un acto de sincericidio y haciéndome cargo de sentir y no saber ni poder disimular algo de vergüenza, que no aparece como un estilo fácil, simple, sin complicaciones de abordar porque al ser tan personal, cualquier error no necesita ser resaltado porque tiene su propia identificación.
   Este domingo, sin que pensara tomar dicho modo a partir de ahora como práctica habitual, sino incursionar en él para que algo cambie en la estructura de “Síganme los buenos”, es probable que haya cometido una afrenta al ejercicio ininterrumpido del periodismo en el que voy a cumplir 63 años.
   De todas maneras, debo pedir la dispensa del caso porque a veces se me ocurre pensar en lo aburrido de la repetición de fórmulas tan experimentadas en el tiempo y casi aseguraría en los oyentes algo de indulgencia a la hora de juzgarme.
   Y a lo mejor para algunos, configure una falta de respeto al idioma, que en caso de serlo, ni se acercaría a la repulsa que me provoca esta novedad deformante que le llaman lenguaje inclusivo.

Descontrolada inseguridad
EL PODER, DESORIENTADO E INMÓVIL FRENTE A 
LOS MENSAJES QUE  EL HAMPA ESTÁ ENVIANDO
 
   Es tan brutalmente vertiginoso el crecimiento de la actividad delictiva en Córdoba que sus acciones, lejos de provocar sorpresa como venía ocurriendo en los últimos años, genera en la sociedad una especie de pánico frente a la impunidad con la que actúa la delincuencia, tanto la organizada como la circunstancial, representada por los asaltantes al voleo, los adictos a salideras y entraderas y los arrebatadores tanto en la calle como en cualquier otro ámbito concurrido.
   Cómo será el auge del delito, que los “motochorros” que supieran ocupar los
principales titulares periodísticos, han pasado a un plano de casi indiferencia aplastados por el despliegue de tecnología, armamento, comunicaciones y toda una terrible y costosa logística del hampa al servicio del despojo tanto de bienes como ataques a la integridad de las víctimas.
   Aunque desde el poder se declame que se han movilizado todos los recursos para controlar esta situación asfixiante, pareciera que esos recursos no son tantos, no alcanzan, o el dinero de los contribuyentes se aplica a sostener otras erogaciones como obra pública, salud, publicidad partidaria encubierta y otros gastos, en una demostración, por si hiciera falta, de un desprecio absoluto por el respeto a las prioridades.
   Y no me refiero al tema educación, porque la paralización del área que va para largo y en lo personal no creo que sea cercano ni prudente volver a las clases presenciales, es de suponer que no requiere de las abultadas partidas que se dedican en tiempos de normalidad, a la diaria actividad educativa.
   ¿Dónde está la falla? Porque no es necesario hilar tan delicadamente cuando
advertimos que la policía está desbordada, que merece todo el respeto de la comunidad el sacrificio de muchos de sus integrantes, pero es ya inocultable el grado de corrupción interna en la fuerza azul que han resultado vanas todas las buenas intenciones que pudieran haberse manifestado para limpiar a la institución de los elementos indeseables que revistan en sus filas.
   Si desde tiempo atrás la Policía de la Provincia fue utilizada incluso como bolsa de trabajo para recomendados y amigos del poder, o para el pago, por así decirlo, de la militancia, pocas son las esperanzas de ver resurgir un prestigio devaluado por la inoperancia y la aparición, cada día con más alarmante frecuencia, de casos delictivos en los que aparecen involucrados no tan sólo las bajas jerarquías, sino también los mandos medios y superiores.
   Mucha de la mugre interior está intacta, porque subsisten, todavía pendientes,
casos resonantes como los robos de armas en la mismísima Jefatura, la aparición de varias de ellas en hechos delictivos y ahora, la implantación de esa moda no del disfraz, sino de la utilización de auténtica ropa y elementos de exclusivo uso policial.
   Con la última purga -que como están las cosas todo indica que fue un suave laxante- nada mejoró y las estadísticas pese a que se morigeran y muchos hechos se ocultan son concluyentes, echando por tierra aquellas buenas intenciones que se anunciaron no hace tanto tiempo.
   Y que se haga carne en los que mandan, que la policía estática y previsible no sirve y que la presencia policial dinámica, movilizada y fundamentalmente preventiva es lo que ahuyenta a los ladrones y enemigos de la ley.
   Cuando el mal se ha metastizado en las entrañas de una institución y es notoria la pasividad de quienes deben atacarlo, la situación, igual que ante cualquier cáncer, seguirá agravándose.
   Y los cordobeses no merecemos ese destrato, porque es ni más ni menos que entregarnos a las fauces abiertas de la delincuencia.
 
Contra la temeraria rebeldía
TEXTO PROHIBIDO PARA CORDOBESES
QUE  HAYAN  SUPERADO  LOS 18 AÑOS
 
   Pibe: entiendo tu bronca, tu decepción, la angustia del encierro pese a tu inocencia, todo como parte de una rebeldía natural que se ha reforzado con la indignación de darse cuenta, ustedes, que han sido y siguen siendo utilizados.
   Ya sé, no me digás, tenés razón dice el tango y caigo por una escalera de almanaques para recordar que supo ocurrirme lo mismo a la edad que tenés ahora: me reventaba que al final de la primaria las maestras, que eran tales y no “seño” como ahora nos trataran como criaturas y unos meses después ya en primer año de la secundaria, pasábamos de prepo a la condición de “señores” y nos lo creíamos por eso de usar ya los pantalones largos, lo que muchas veces a los petizos nos disfrazaba de enanos lampiños.
   Teníamos un concepto romántico de la libertad, lo que nos llevaba a pensar que éramos comunistas de pura cepa que nos hallábamos descolocados en un mundo en el que los burgueses del poder, comunistas arrepentidos ellos, nos hacían sentir el humillante peso de su autoridad.
   Creciste en tiempos que el servicio militar obligatorio había dejado de ser tal y tus diversiones habían dejado de ser el trompo, un barrilete, las figuritas y escuchar Tarzán por radio mientras sumabas años, te dedicabas a ciertas manualidades y a las profes las mirabas con ojos de naciente calentura.
   Sátiros de los picnic estudiantiles, de bailar lentos en los asaltos, abombados con las primeras secas de los Clifton o los Saratoga, ya eras un hombre hecho y derecho con relucientes 18 años, pese a cuya escasa experiencia que pretendías disimular, ni siquiera te animabas a pedir eso en la farmacia, cuando era una mujer la que atendía.
   Los años posteriores te asentaron el cerebro, aprendiste a manejar tus emociones, pusiste en orden los sentimientos, cambiaste de novia cuatro o cinco veces y en algunos tiempos jugabas doble, pero a los 18 pisabas tierra que creías firme mientras ensanchabas tu concepto acerca de la libertad; de eso de hacer tu voluntad, de discutir con tu Viejo teniendo de tu lado a tu Mami y todos los otros cambios que se dieron en tu personalidad.
   Es la compactada historia de cualquiera de nosotros trasladada a los tiempos actuales; tiempos duros de pandemia, dudas, angustias, sufrimientos y adioses sin retorno.
   No es el momento ni es el escenario adecuado para las rebeldías ni los caprichos, porque está en juego, no ya tu independencia, tu autonomía, tu vuelo propio, porque aparte de tu vida, está en juego y en peligro la vida de tu prójimo, tan cercano como tu familia o tan lejano como las distancias.
   No cometas la locura de jugar con un bichito que es mucho más poderoso que nosotros. Piensa que así como quieres crecer libre, la realidad te está enseñando que lo que se impone como maravillosa instancia, es crecer vivo.
   Desde que dejaste de hacerte pis en la cama, sos dueño de tus actos y no defraudes a quienes te aman y buscan cuidarte, pero a lo mejor crees falsamente que hacerte el áspero te hace más hombre.
   Y jamás dejes de pensar en el mañana, que ojalá te encuentre vivo por haberte cuidado y tendrás la recompensa de volver a gozar el calor de un abrazo o de una caricia, dejando de lado un horizonte de adioses que está solo en tus manos derivarlo a los olvidos.
   Te quiero libre, macho, rebelde, independiente pero no dejes de sentirte responsable de seguir respirando vida y de haber ayudado a quienes siguen con ese horizonte en el alma.
   No es oportuno jugar con los bigotes del león.
   Es mil veces preferible perder una joda, una juntada sin barbijos ni cuidados, un himno a la desobediencia, que pasar a formar parte de las estadísticas de los que ya no están.
  Te quiero vivo y quiero que así te cuides y me cuides.
 
¿Acaso la Justicia es injusta?
UNAS POCAS LÍNEAS QUE BIEN PUEDEN LLEGAR
A COMPARTIR  AIMÉE  BOUDOU Y MILAGRO SALA
 
   Ciudadanes Milagro Sala y Amado Boudou: antes que nada, me gustaría saber si se sienten cómodos en sus respectivos alojamientos hogareños, lejos de los barrotes, de los guisos carcelarios y de las privaciones propias del cautiverio, pagando por delitos cometidos en violación de la Ley.
   Coinciden en esos detalles, como en la histórica postura de cualquier presidiario que sostiene su inocencia aunque la condena esté en etapa de cumplimiento.
   Como ciudadano les escribo para saber si está en ustedes respetar lo dictaminado por la Justicia con todas las garantías constitucionales, o abrigan la esperanza no secreta de consagrar su impunidad en nombre de ciertos postulados de dudosa valía, porque eso de la igualdad ante la ley no hace diferencias entre el ciudadano común y aquellos beneficiarios de amistades, relaciones políticas, compromisos ideológicos o algún otro motivo que los
transforme en privilegiados. Que son amigos de lo ajeno no es un invento de Clarín, de Magneto o de alguna mente afiebrada, sino el resultado de investigaciones, testimonios y probanzas con peso propio porque según nuestras leyes, al delinquir, quedan ya catalogados como delincuentes con derecho a la fotito de frente y de perfil aunque el traje a rayas esté incorporado a la historia y haya dejado de vestirse.
   Se me ocurre aconsejarles desde la tarima de mis años que son bastante más que los de ustedes, que se dejen de menospreciar a la Justicia, que no le busquen complicidades políticas como en algún caso aquí cercano y que se allanen a los efectos colaterales de los errores que ustedes cometieron, a lo mejor pensando en la eternidad de la protección que en su momento les brindó el poder cuando estaba en manos de sus amigos, que vendrían a ser algo así
como encubridores…
   Las causas en las que están ustedes involucrados tanto el rockero como la caciquesa de un organismo que dice defender a los más postergados del norte no son políticas, sino iniciadas por la comisión de delitos en su nombre, así que dejen de empujar al error apareciendo ambos como presos políticos cuando bien saben, también ustedes, que son malos políticos presos.
   Lo que están haciendo, eso de empujar a la gente a que los defiendan y alteren el orden constitucional de la República, es una acción reprobable que no busca justicia como declaman ustedes, sino un desesperado intento por consagrar la impunidad de los dos, cuando ha quedado demostrado que delinquieron.
   Demuestren ustedes sumisión a la ley y sigan gozando las mieles que vienen
bebiendo, Aimée en su mansión rodeado de un bienestar malhabido, chapoteando en la piscina y doña Milagro aprovechando las riquezas con las que debió brindar bienestar a los pibes villeros, seguidores que confiaron en sus declamadas buenas intenciones de sacarlos de la pobreza y darles un digno techo.
   Magia sería que aparecieran aquellos 60 millones de pesos de años atrás que se volatilizaron, sin que se levantara una mísera pared de las viviendas que prometiera quien ahora busca aparecer como víctima.
   Sepan ustedes dos, por si la angurria les pudrió el pensamiento, que el país se pondrá de pie no por el prometido milagro de los demagogos, sino por la honestidad de su dirigencia y su acatamiento a la Justicia.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
ES COMO SI A S.M. LA JUSTICIA, ALGO SE LE
HUBIERA CORRIDO LA VENDA DE  LOS OJOS
 
    Un fenómeno realmente curioso en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba es la repetición cíclica de procesos contra los mismos imputados. ¿En qué consiste? Un condenado, luego de recuperar su libertad, recibe en su domicilio una citación de la Fiscalía que investiga este asunto, donde se le informa que se lo imputa en otra causa, razón por la cual debe designar abogado.
   No se trata de que haya cometido algún ilícito en el tiempo que estuvo libre, sino de supuestos hechos ocurridos en la misma época de aquellos por los que ya fue juzgado, que el fiscal ya ha investigado largamente durante 16 años, por lo que no se entiende, bajo el común raciocinio, por qué todas las acusaciones 
no pueden realizarse juntas en un mismo juicio.
   Hay más, con increíble casualidad, la situación se repite en otras personas condenadas. Aproximadamente un mes después de estar libres, o unos días antes de irse en libertad, son señaladas nuevamente por la Fiscalía para imputarlas en otra causa, bajo la misma modalidad, y pese a la prohibición constitucional de juzgar a las mismas personas por lo mismo, son incorporadas nuevamente al proceso para realizar un nuevo juicio.
   Estos son imputados reciclados, concepto que se define como volver a procesar, para que siga siendo útil, ¿a quién? Posiblemente al encubrimiento e impunidad de algunos. Porque, aunque de los delitos no se duda, desbordan los interrogantes sobre los nombres de sus verdaderos autores.
   ¿Llegará el tiempo en que podamos confiar nuevamente en la dama de la balanza y los ojos vendados? Porque la verdad, es como si ese velo algo se le hubiera corrido…
 
Primera vez que envio una carta al Gobernador
ES POSITIVO QUE EL SR. GOBERNADOR CONOZCA
ALGO DE  LO QUE PENSAMOS  LOS  CORDOBESES
 
   Sr. Gobernador de la Provincia de Córdoba, contador Juan Schiaretti, su despacho:
   Lo molesto primero para augurarle un positivo 2021 y que se cumplan todos sus anhelos en el plano político tanto como en el familiar.
   Me enteré por los diarios que el titular nacional de la cartera de Economía se mostró, digamos, disconforme con la manera en que usted y su equipo manejaron eso de la colosal deuda de Córdoba y el arreglo al que se llegara, que personalmente califiqué, dentro de mi analfabetismo en materia de finanzas pero como sufriente cordobés por los permanentes ajustes que nos perpetran,
como poco serio porque en realidad lo que debemos fue prolijamente pateado hacia adelante con la obvia intención de aplicar el consabido “que pague el que sigue”.
   Pero le pido que no lo tome muy en serio en virtud, ya se lo acabo de confesar, de mi ignorancia en el manejo de sumas siderales, pero sin esperar la coincidencia de nadie, se me ocurrió apelar a la memoria donde pude encontrar algunas medidas aplicadas por su administración, que me clarifican algo el panorama del rojo en cuyo borde estuvimos estos últimos días.
   Una, el desmanejo de lo que a mi modesto entender se llaman prioridades, ya que la obra pública es necesaria pero debe regularse si existen otras urgencias atendibles y para peor que nos tocara pagar muchos logros, especialmente en materia vial, en más de una ocasión porque eran como dice el tango “Estercita”, los hombres te han hecho mal.
   Otra, el desmedido gasto en autopromoción y eso que entiendo la necesidad de divulgar los actos de gobierno pero tal cometido se cumple con gacetillas gratuitas y si existen compromisos con las empresas mediáticas que de algo tienen que vivir y crecer, comprometerse pero sin transformar cada anuncio en parte de una campaña proselitista.
   Le ruego no se le vaya a ocurrir, por considerarlo una necesidad visual, proveer de un mar al faro, aunque se tome como parte adicional de la gigantesca obra de traernos agua desde el Paraná, total pocos advertirán que sería un mar dulce y no salado como debe ser.
   Y le pido a Ud. que me comentan algunos de mis cómplices de reuniones gastronómicas que hace 15 años reiteramos cada lunes en una parrillita de La Cañada, que usted fue un destacado liceísta, abanderado y con elevado
concepto al egresar, que se ocupe, pero seriamente, de profesionalizar a la policía y limpiarle esa imagen de bolsa de trabajo para ingresar sin mucha finura a la hora de evaluar capacidades y antecedentes y aplique seriamente una purga y no un leve laxante como se hizo en los últimos años y así estamos.
   También y si fuera posible, que no nos meta en mayores deudas porque a todo eso no lo pagará usted sino que lo venimos haciendo nosotros con enorme sacrificio, para que al final nos empernen con la tarifa eléctrica más cara del país servida por una empresa tecnológicamente desactualizada.
   Y no se olvide de los docentes, de su entrega y sacrificio ni de los equipos de salud que vienen mostrando su alto sentido del sacrificio y del compromiso con la ciudadanía en instancias tan críticas.
   Y por último aunque vayan quedando más cuestiones pendientes, trate de no sacrificar aunque se lo pidan el Dr. Fernández y compañía, la autonomía de nuestra Caja de Jubilaciones que en materia de haberes es la mejor conceptuada del país, pero hágales recordar a los amnésicos que los
empleados públicos de Córdoba tributaron siempre más que cualquier otro dependiente estatal del país.
   Para terminar y de paso ya que es su “pollo” y virtual heredero de una candidatura que a Ud. le está negada por ley, me permito arrimarle por su intermedio un par de consejitos al joven intendente capitalino, reconociendo su habilidad política para pilotear con destreza, al menos hasta ahora, las relaciones con el inmanejable y pendenciero gremio de sus empleados.
   Que priorice tres temas: mantener la calidad prestacional de su Hospital de Urgencias, no ceder frente a la presión mancomunada y a veces salvaje de empresarios del transporte urbano y de la conducción sindical, y ocuparse de embellecer a una ciudad bonita y maravillosa como la nuestra, venida a menos por la mugre que le hacen acumular los malos vecinos y por la desatención e impericias varias que vienen desde el poder.
   Espero no haberlo agobiado y que alguna vez, cuando su valioso tiempo se lo permita, invite a un asadazo a los notables -de alguna manera debo calificar- que nos reunimos cada lunes para intentar arreglar la ciudad, la provincia, el país y el mundo.
   Por mi apellido y el suyo, un abrazo gringo y mis mejores augurios.
 
Más que culpables, necesitamos soluciones
EN UNA DE ESAS, LA MODERNIDAD LE ALCANZA
ESTA CARTA AL SR. PRESIDENTE DE LA NACIÓN
 
   Respetable Sr. Presidente de todes les argentines, y empleo este penoso lenguaje inclusivo hasta aquí nomás.
   Calculo y con alguna precisión haber nacido unos 7.077 días antes que usted, contando incluso los años bisiestos desde mi aparición en este mundo allá por el 17 de agosto del ’39 hasta el 2 de abril del ’59 en que Ud. vio la luz terrenal.
   Hay entre nosotros, dentro de lo que conozco, dos coincidencias: nuestras madres lucían el mismo nombre, Celia, y nos tocó nacer en fechas patrias con la pequeña diferencia que la mía venía desde mediados del siglo 19 por la muerte de José de San Martín y la suya, por el desembarco argentino en el alocado y costoso intento por recuperar nuestras Malvinas.
   O sea que, simplemente, llevo en este mundo casi 21 años más que usted, lo que me ha permitido ver y vivir en Córdoba, en nuestro bendito país y en otras geografías, enormes transformaciones en el seno de cada sociedad pero quiero referirme sólo a una: la conducta de los jóvenes que viene variando con el correr de los años y le pido disimule alguna equivocación con las épocas que fueron transcurriendo.
   Usted no había nacido y hasta su alumbramiento, viví feliz con mi familia de padre guarda de tranvía, madre empleada pública y tres hermanos, cuando la dignidad del trabajo nos permitía mirarnos hacia adentro para descubrirnos el placer del esfuerzo y del compromiso.
   Hice la primaria en escuela pública, fracasé como estudiante de la secundaria ya que no llegué a recibirme porque hubo que salir a laburar al morir mi viejo con jóvenes 42 años, la cuestión es que a los 19 años y después de emborracharme con libros, ya garrapateaba conceptos en La Voz del Interior a donde ingresé un año antes que usted naciera.
   La adolescencia por aquellos entonces era inocentona, éramos bobos que esperábamos los tiempos del trompo, de las figuritas, de los barriletes y estudiábamos con suerte variada, como ya le conté, pero dejábamos la puerta de calle abierta, los juguetes en el umbral y nos mandaban al almacén con cuatro o cinco monedas para hacer compras elementales.
   El país tuvo años agitados, surgieron líderes que nos prometieron la grandeza que en honor a la verdad algo de eso conseguimos, mientras que la juventud ya se orientaba hacia otras costumbres, se relacionaba más, compartían tibios debates de ideas e iban formando su personalidad en un escenario que mostraba progresos en la ciencia, en la incipiente tecnología y en los sueños de grandeza universal: se trataba por entonces de una juventud obediente aunque no sumisa pero con pensamiento propio.
   Cada uno sabíamos los límites del mal y las fronteras del bien por ser parte de una sociedad activa, que vivía más de su esfuerzo y sacrificio que de esa posterior y nociva manera de condicionarla con la dádiva y el precio por no trabajar, fomentando así la formación de una juventud por un lado displicente y por otro ideológicamente comprometida por el arrastre de la evolución y la penetración de otras culturas.
   Para qué seguir detallando aconteceres que usted seguramente compartió ya de mozo y luego ascendente profesional y hombre de la política que lo encumbró allá donde sólo acceden los elegidos, en el sentido integral de la palabra.
   Pasaron los años y se nos vino la peor de las pandemias, en que fue necesario imponer encierros y privaciones; restricción de libertades y reacciones a veces tan desmedidas como injustificadas y en otros casos comprensibles y en otros más, inexplicables.
   Le comento una sola situación y sus consecuencias: se imponía enclaustrarse en defensa propia y del prójimo, pero a esa juventud en ebullición se la convocó para despedir a un deportista histórico, después desde el poder se masificó una concentración multitudinaria en apoyo del aborto legal, se habilitaron actividades que entrañaban peligro de contagio de la peste, hoy una nueva convocatoria callejera para pedir la liberación de Milagro Sala y después, al advertir tardíamente las derivaciones estadísticas de tales errores, se pretendió que esa juventud a la que le soltaron los bretes mostrara una actitud de desacato y poblara playas, parques, lugares turísticos y otros ámbitos no recomendables para los críticos momentos que vivimos.
   El motivo de estas líneas que le envío es principalmente para pedirle, por ser 21 años mayor que usted, una muestra no de autoridad aunque en su caso la comparta, sino de autocrítica que nos encamine a no reincidir en equivocaciones que pueden resultar letales para el país, un país rico como lo somos, que no merecemos navegar en esta tormenta de privaciones y desencuentros.
   Regálele a esta juventud de ahora, sometida al yugo del encierro pero utilizada políticamente en momentos inoportunos, la grandeza de una orientación humanista y patriótica que la haga sentirse orgullosa de ser argentina y no carteluda por ser rebelde, quebrar la cuarentena y arriesgarnos a todos.
      Quiero recordarle Sr. Presidente aunque no creo que sea necesario, para terminar y no abusar de su valioso tiempo, el final de uno de sus poemas tanguero o rockero que Ud. antes del 2019 tituló si es que no estoy equivocado, “El sueño del piano” que dedicara a Litto Nebbia: “Y no dejes que este tiempo sea tu dueño / Cuando el fantasma del dolor ronda el lugar / Que se caigan los que siembran la miseria / Pero que no calle el canto del juglar”.
   No soy ni pretendo ser juglar; sólo soy un periodista casi en reposo, que lo saluda con inquebrantable respeto a su investidura.
  
Aunque sea un análisis primario…
LA DIBUJADA INFLACIÓN  DE  DICIEMBRE Y ALGUNOS
CONCEPTOS SOBRE EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS
 
   Bien sabemos y en tal sentido la experiencia argentina en la materia es indiscutible, que por lo general las cifras que desde tiempo atrás suministra el Indec con la actualización de los índices inflacionarios mensuales, más se acercan al dibujo que a la realidad, al menos en la que vive la gente que día a día hace compras en el súper, en la despensa del barrio o en cualquier otra fuente de provisiones.
   Los combustibles han tenido un reajuste más o menos con frecuencia semanal, la carne muestra incrementos a veces alocados, los servicios parecieran insensibles a las carencias de la gente y todo en general nos sorprende con nuevos valores, por lo que llegamos a la triste convicción que eso del 4 y pico por ciento de inflación en diciembre último, es una patraña al menos para nuestros adelgazados bolsillos.
   A esa indignación que nos provoca la inestabilidad de los precios, la depreciación de la moneda y la pérdida de su valor adquisitivo, tenemos que sumarle una angustia creciente dentro de los asalariados, con las absurdas situaciones que se generan a partir de cualquier aumento que supera el piso establecido a partir del cual hay que tributar impuesto a las ganancias, incluyendo a jubilados, frecuentes destinatarios de medidas impopulares y despojos encubiertos, sin contar con el nuevo esquema para los pasivos nacionales que mes a mes y en contra de una manipulación de los números que lleva a pensar que cobran más, se olvidan que no hace mucho tiempo con el pretexto que las cajas quebrarìan, se vetó el pago del 82 por ciento móvil que se declama en todas las campañas proselitistas.
   Hay muchas maneras de explicar esto del impuesto a las ganancias, pero tenemos una versión simpática y amena.
   La escuchemos:
El audio al que se hace referencia puede ser consultado en el sitio respectivo ubicado en la parte superior de la columna del costado derecho de este blog.

 

 

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